La tripulación fantasma

¿Eres un artista y te gusta dibujar o escribir? Entra aquí y comparte tus dibujos / historias con nosotros.

La tripulación fantasma

Notapor Deja » Mié Ago 01, 2012 4:12 pm

No me hago responsable de que incite al suicidio (?)
Prólogo:

Spoiler: Mostrar
Me despertó el desesperado grito de un hombre al que poco le importaba yo y mi sueño. Abrí los ojos rápidamente y me encontré con que me había dormido sobre la paja de la cubierta, ahora amontonada en la esquina de la habitación de carga, donde estaban dispuestas la mayoría de las mercancías que habíamos prometido transportar de un lado al otro del mar.

Reconocí la voz: era la del capitán. A juzgar por el tono y la potencia del grito, ya que era bastante raro que lo oyera estando tan lejos de la cubierta, deduje que había problemas. Y estaba en lo cierto. Unos instantes más tarde, algo colisionó por estribor y provocó que muchos de los barriles, llenos de vino, se dispersaran por el lugar como pelotas sin control. Algunas de las cajas que contenían los objetos más ligeros también cedieron a la fuerza y rebotaron por lo suelos.

Esto no le va a gustar al capi, pensé mientras hacía estallar mis dedos.

A pesar de ir descalzo, traté de ser lo más veloz posible en alcanzar la altura de la puerta y salir de aquel caótico panorama. Paseé la mirada lentamente por el lugar, intentando buscar alguna referencia, para mí solía ser letal despertarse en fase de sueño profundo, porque recordaba cómo me llamaba y poco más. No me hizo falta mucho tiempo para divisar la puerta de madera que se me mostraba en frente, esperando a ser abierta. Me acerqué a ella, trazando un pequeño arco para no toparme con los obstáculos, y giré el pomo.

Entonces escuché unos golpes que provenían del piso de arriba, como golpes fuertes provocados con propósito de hacer ruido, pero demasiado seguidos como para ser de una misma persona. Dejé atrás el pasillo desierto y alcancé las escaleras, que me llevaban directamente a la cubierta, sentía una curiosidad creciente por saber qué estaba ocurriendo ahí afuera, pero había algo dentro de mí que me decía que no debería ir. No obstante, tampoco sospechaba nada, tan solo se me ocurrió que pudimos haber naufragado en la costa, a causa de un fallo en el faro, porque la niebla en aquellos días era muy habitual.

Me equivocaba.

El aire asaltó mis sentidos al completo. Me despertó de golpe, porque una ráfaga entró inesperadamente por mi nariz e inundo mis pulmones y yo no pude hacer nada para impedirlo. Pestañeé varias veces, incrédulo, al ver la situación que se mostraba en el barco.

Mis camaradas luchaban a la desesperada, algunos con sables o espadas de acero, otros disparando sus revólver, o incluso con las nuevas escopetas modernas. En cambio, una buena parte se encontraba semiinconsciente y jadeando, tirados en el suelo como sacos de maíz, sangrando a gota gorda por simples hendiduras corporales provocadas por algún tajo de estoque.

Si me estuviera mirando a mí mismo, podría acertar a decir que mi mirada se mostró fría y distante, mi cara se transformó con una mueca de angustia. Mis manos se fueron a la boca, para de una forma u otra, esconder mi sobresalto. Mi mente se puso a cien en cuestión de segundos.

La leyenda era cierta. Os relataré qué cuenta esta vieja y cruenta leyenda, por si no la habéis oído todavía.

Hace mucho, mucho tiempo, en un lugar aislado de todas las islas conocidas, un navegante curioso y su tripulación de piratas cazatesoros, se lanzaron a la búsqueda de un invisible tesoro en un poco inteligente intento de conseguir fama y dinero, dos de los ideales más adorados en aquella época. Zarparon un lunes a horas tempranas y tardaron poco en convertirse en meros personajes de conversaciones de barriobajeros que no tenían nada mejor que hacer que ir a beber a cualquier taberna y sacar a la luz aquel lejano tema. Meses después comenzaron a llegar noticias sobre bucaneros y piratas que desaparecían por entre la niebla y que nunca volvían. Poco después, carcomidos por la curiosidad, algunos valientes viajeros pudieron comprobar que, en efecto, muchas de las antiguas embarcaciones perdidas se encontraban bajo el mar, por otra parte, no se encontró ni rastro de las personas que viajaban en ellas.

En definitiva, que se concluyó que aquellos buscadores retuvieron alguna maldición y se transformaron en seres deambulantes, fantasmas, que saqueaban y atacaban al resto, como si fuera por una posible venganza, o incluso por la protección de aquella isla, para mantenerla alejada del mundo mediante la ley del más fuerte. Nadie pudo corroborar todo esto, nadie hasta que yo...

Los cuerpos estaban completamente teñidos de sangre, como si les hubieran clavado la espada un centenar de veces para producir el desangramiento al completo de todas las partes del cuerpo. Los que todavía jadeaban eran rematados a golpe de martillo, para terminar rápido con aquel abordaje que se había convertido ya en tortura para unos, y en diversión para otros. Estos segundos, disfrutaban de aquello, se les notaba en la cara. Parecían normales, hasta utilizaban armas comunes, de metal, pero había ciertas cualidades que delataban su apariencia fantasmal. No caminaban, levitaban, aunque no a mucha altura, también decir que producían los efectos sonoros propios de las personas, con sus cánticos de borrachera y alegría, algunos hasta bailaban. Pero, quieto, yo no me podría confiar ni un segundo, y menos al escuchar las palabras del capitán.

Al abordaje, chicos, pronunció entre risotada y risotada.

Al tanto, el resto dejó de matar y se preparó para saquear el barco y deshacer todo lo que se encontraran a su paso. En sus miradas huecas solo podía encontrar odio y destrucción. Me giré y salí corriendo hacia el lado contrario de la colisión, para olvidarme ya de todo aquello.

El barco tampoco había quedado mucho mejor que sus tripulantes, entraba agua, supe que se hundiría en cuestión de minutos. Estaban locos, habían chocado los dos barcos casi de frente, sufriendo el nuestro gravísimos daños irreparables. Pero qué más daba en aquel momento, estaba perdido, todos estaban perdidos. Salté por la borda y huí como un cobarde.
Imagen
Avatar de Usuario
Deja
20. Parca Pirata
20. Parca Pirata
The Unknowns
 
Mensajes: 579
Registrado: Jue Ago 12, 2010 7:13 pm
Dinero: 77,012.56
Ubicación: En Galicia, ruleando por estos lares.
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Karma: 44

Re: La tripulación fantasma

Notapor EspeYuna » Sab Ago 11, 2012 9:50 pm

Deja, ¡mal hijo! ¡No me habías dicho que publicaste una historia nueva en FanPlace! ¡Yo te maldigo! D:

Aunque sólo sea un pequeño prólogo, he de decir que has descrito genial la situación en la que se ha visto envuelta el joven James Hawkins/Guybrush Threepwood/Elisabeth Swan (?) A mí, sinceramente, las historias de piratas me fascinan, pues uno de mis libros favoritos de la infancia/adolescencia fue La Isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson.

Sinceramente, me ha recordado mucho a Piratas del Caribe, debido a los términos de maldición, los piratas fantasma... pero no por ello me sigue fascinando la idea. ¡Ah! Y a Monkey Island, todo hay que decirlo xDD

Me refiero a esta aventura gráfica en concreto, no sé si la conocerás, pero a mí me marcó la infancia junto a mi hermano:
Spoiler: Mostrar


¡Sigue publicando por aquí o sufrirás mi ira, o te echo a los tiburones, marinero de agua dulce! (?)
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: La tripulación fantasma

Notapor Deja » Dom Ago 12, 2012 4:29 am

No lo tenía pensado... pero si te pones así... subo el capítulo 1.

Qué coño, ¡gracias por la crítica! ¡Y también por leer!
A ver si te gusta la sorpresa que viene a continuación =D

Capítulo 1:
Spoiler: Mostrar
—La costa no estaba muy lejos de la posición de los barcos por lo que pude llegar en perfectas condiciones a nado. —Sentí las miradas vacías de todos aquellos ciudadanos bebidos en mi cara, como una tripulación observa los movimientos y órdenes de su capitán en el más oscuro de los abismos del mar.

Paré unos segundos, como perfecto orador que me denominaba, para observar el transcurso de nuestra misión. Mi parte estaba mucho más que cumplida. Mis oyentes, que en aquel momento ya conformaban toda la taberna, estaban tan embobados con la historia que parecía que yo era una de estas mujeres que cobraban por bailar desnudas, manteniendo la atención de aquellos rudos y crédulos hombres en todo momento. Miré de reojo a la barra, poniendo en práctica mi experiencia para pasar desapercibido. Allí se encontraba únicamente Gus y el camarero, charlando febrilmente de temas triviales que se le habrían ocurrido al primero para captar por completo a su receptor y aislarlo del resto. Lo hacía demasiado bien. Antes de que te dieras cuenta siquiera, él podría hacerte pasar una hora en cuestión de minutos, era un experto cautivando.

Por entre las mesas caminaba una niña pequeña imitando a una camarera, rebuscando en los bolsillos de mis boquiabiertos camaradas alguna que otra pertenencia lujosa o de valor considerable. La gran mochila que algún día no muy lejano fue utilizada para transportar los instrumentos de la niña, en aquel momento sirvió como el perfecto escondite para aquellas rarezas reunidas por unas manos inocentes.

Gus se inclinó hacia atrás, alejándose del camarero, como si su tarea se hubiera cumplido. Giró la cabeza lentamente, haciéndose el interesante a ojos del hombre que le servía otra copa, y cruzamos una mirada cómplice. Sus ojos brillaron y alzó la mano como gesto para expresar que no quería más cerveza.

—Me tengo que ir, compañeros —me despedí al momento, no sin antes gesticular un saludo—. Nos volveremos a ver.
Ojalá me equivoque, pensé justo después.

Había momentos en los que era mejor callar y quedar bien. Y uno de esos momentos era aquel, frente a quince hombres que acababan de perder su dinero, ebrios.

Con aquel pensamiento de precaución y una sonrisa en la cara, me incorporé y me despedí con la mano. Algunos gritaron palabras ininteligibles, otros me devolvieron el gesto, y el resto bebieron otro trago de sus vasos y siguieron canturreando posibles suposiciones sobre los fantasmas.

Como todo compañero que se precie, Gus se encontraba a la salida, apoyando su espalda contra un poste, tapando su frente con un sombrero negro. La chiquilla se encontraba frente a él, estirando su cuello para intentar ponerse a su altura, y mirando al techo, inocente.

—¿Todo bien? —preguntó el hombre, mientras se agachaba y acariciaba su pelo con la mano.
La noche caía. Era extraño ver a dos adolescentes acompañados de una pequeña a la salida de una taberna, cualquiera pensaría que la íbamos a violar, o algo por el estilo.

—Sí, todo bien, Gus, perfecto, diría yo —contestó la niña, soltando la mochila a los pies de este—. Aquí tienes la mochila, ¡recuerda devolvérmela mañana, que te conozco! —su tono de voz fue capaz de sacarme una sonrisa. Pequeña pero inteligente, así era.

La enana quería hacerse mayor, crecer y madurar. Encontraba en nosotros unos ejemplos a seguir, pues cuando formaba parte de aventuras como aquella, se sentía como una más. Sus centelleantes ojos verdes eran la prueba tangible de que era una joven llena de vida y esperanza, dispuesta a lo que fuera con tal de integrarse a la sociedad.

Gus esbozó una sonrisa premeditada y practicada frente al espejo y golpeó varias veces la espalda de la chica como gesto de aprobación. Ella se fue tarareando una canción y dando saltos con su menudo cuerpo. Sin duda alguna, no estaba al tanto de lo que acababa de hacer en la taberna. Miré como se alejaba hasta que se perdió en la oscuridad, entonces, me giré hacia Gus y comencé a andar.

—Vaya niña, aún tenemos suerte.

—Es muy inocente, la pobre. —Agarró la bolsa del suelo y se puso a mi altura. Con unos ojos llenos de alegría, la abrió y exploramos su interior, como un par de niños a los que les acaban de dar los regalos de Navidad.

—Mira esta cartera —dijo, señalando una cualquiera de entre las veinte que había allí dentro—. Está llena de dinero, ¡era rico el tío!

—Pues si era rico tenemos un serio problema. —Cogí la bolsa y salí corriendo en dirección a la playa. Nuestras pisabas quedaban marcadas en el barro que inundaba el suelo: había llovido hacía muy poco tiempo.

Por el rabillo del ojo pude apreciar que Gus me seguía a un ritmo más rápido que el mío en un intento desesperado por alcanzarme, pero yo era más rápido, siempre lo había sido, y siempre lo sería. Ambos teníamos en mente el mismo pensamiento: un lugareño común no lleva mucho dinero a una taberna, un pirata tampoco, la única opción restante era la de que hubiera algún ricachón de casa lujosa entre aquellos borrachos. Y aquello no suponía nada bueno para nosotros.
Entramos en el bosque algo espantados, maldiciendo al hombre rico y a su oportuna entrada en la taberna mientras nos encaminábamos a la playa. Se encontraba a la derecha del puerto, a unos quinientos metros de la parte exterior de la ciudad de la que veníamos. La última playa de todas.

Miré a mis espaldas, comprobando que nadie había salido aún del bar y me senté al pie del bosque para mirar el mar, que aquel día lucía un azul profundo, como si se hubiese puesto solemne para la ocasión. Sin bajar a la playa aguardé por mi compañero. Necesitábamos calmarnos un poco.

Y justo entonces presencié algo extraño, una gaviota se precipitaba hacia la pared de roca que quedaba a mis pies. No tenía ni idea de que esos pájaros tuvieran instintos suicidas.

Según mis cálculos, se habría hecho papilla contra el muro de piedra. Me asomé un poco con curiosidad y, en ese momento, volví a ver a la gaviota, volando ahora en dirección contraria hacia el mar con la misma velocidad que antes. ¿Cómo era posible?

Intrigado, me quité las botas y las dejé escondidas bajo unos hierbajos. Sin pensármelo dos veces, bolsa en mano, me fui descolgando por la roca por peldaños como una salamandra hasta que me quedé a dos metros de la pequeña lengua de roca. Me solté y caí de pie.

Desde el bosque no se veía, pero acababa de descubrir una ruta a ras del mar. Por eso la gaviota no se había estrellado contra la pared. Tan solo había entrado y salido de la cueva, pero desde arriba era imposible sospechar que existía aquella oquedad. Me senté allí mismo, sobre la roca, viendo extasiado el mar a la altura de mis ojos, con el rumor de las olas golpeando con intensidad mis oídos. Mirase hacia donde mirase, no se veía nada más que piedra, cielo y mar.
El sitio perfecto para alejarme del mundo.

Vacié la bolsa un poco entusiasmado de más, dejando caer todas las carteras y monedas que había recogido la pequeña. Gus tardó poco en alcanzarme y sentarse a mi frente.

—No conocía esta cueva —susurré para no producir eco.

—Yo tampoco. —Comenzó a sacar monedas y monedas del saco—. Es que esta no es la playa a la que solemos venir.
—¿Crees que con esto nos dará para comprar un barco?

Cambiando de tema yo era un hacha, y cuando hablaba con alguien nunca se me escapaba ni el más mínimo detalle de la conversación.

—No —respondió, serio—. Imposible. Aunque tuviéramos el barco no podríamos contratar personal, ni comprar armas, ni cañones.

—Ya, pero hay que descubrir si la leyenda es cierta, sí o sí —añadí, convencido de mí mismo con un tono de voz algo emocionado—. ¡Y tenemos que ser los primeros!

—Tú te vales de las historias —comentó, apelando el invento de la taberna—. Lo haces muy bien. Hasta suena creíble y todo... y eso que ya sabes que yo no soy muy crédulo.

—Yo tampoco lo soy, pero has de saber que en la historia había pequeñas incoherencias porque, sálveme dios, los fantasmas no hacen ruido al saltar en el abordaje —me detuve, enérgicamente—. No sonaba real, ya sabes, nunca he estado en alta mar, no podría poner más a prueba mi imaginación. Es más, no he definido nada de mis sensaciones, más allá del relato... Pero no hicieron falta. —Solté una carcajada amistosa.

—Es cierto —respondió, sorprendido, mientras repasaba mentalmente mi historia—. Pues no me habría dado cuenta de esas pequeñas cosas.

—Es normal... estaban ofuscados por la bebida.

Contamos el dinero ávidos por conocer la cifra y escatimar en qué lo podríamos gastar. Para una espada nos llegaba de sobras, y para dos, pero ya teníamos con qué defendernos. Salimos de aquella cueva con el dinero en los bolsillos, caminando como dos tortolitos a los que les acaban de dar el sueldo mensual.

Nos dirigimos a paso ligero hacia nuestras casas, atravesando el centro de la ciudad, procurando mantenernos alejados de la taberna. Todavía sentíamos en nuestro ser, ya fuera en las tripas o en el estómago, que algo iba a salir mal.
Llegamos a un cruce, preocupados y maldiciendo en voz baja a todos aquellos hombres ricos que se ganaban el dinero encerrando a nuestros ídolos, los piratas.

—No te preocupes —dijo, despidiéndose—. Mañana compraremos eso, e intentaremos enrolarnos en algún navío.

—Sí. Ánimo, que tiene que haber alguien ahí fuera que necesite gente.

Me despedí agitando la mano, él hizo lo propio y echó a andar. Ambos sabíamos que era mentira. Que nadie iba a salir en busca del barco fantasma. Que nadie arriesgaría su pellejo para descubrir el secreto que encerraba la isla. Que nadie pondría una moneda de plata de su parte para explorar la zona. Que nadie se iba a preocupar por todos aquellos hombres y mujeres desaparecidos en alta mar.

Ambos nos equivocábamos.


P.D.: No, no conozco la serie u.u
Imagen
Avatar de Usuario
Deja
20. Parca Pirata
20. Parca Pirata
The Unknowns
 
Mensajes: 579
Registrado: Jue Ago 12, 2010 7:13 pm
Dinero: 77,012.56
Ubicación: En Galicia, ruleando por estos lares.
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Karma: 44

Re: La tripulación fantasma

Notapor EspeYuna » Dom Ago 12, 2012 5:17 pm

Ya lo he leído Deja, me ha gustado mucho pero tengo una duda. ¿Esto pasa antes o después del prólogo? Lo digo porque la primera oración del capítulo 1 me perturba, no sé si se te habrá colado o qué xD

¡Está genial! ¡Sigue así! :)
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54


Volver a Fan Place

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado