La censura, que bello tema.
Partamos de mi axioma: la condena total a la censura.
¿Qué motivos tienes, Sheldon, para condenar la censura cuando es algo necesario?¿Algo necesario? No lo creo. ¿Qué es la censura más que un superviviente de las diversas prohibiciones de libertad de expresión, ideología, opinión (etc)? Ese es el problema, que la censura está ligado estrechamente a la tiranía. El tirano no es ni más ni menos que el gobierno, el cual manda sobre una serie de “estamentos” o verdugos que aplican el tipo de restricción necesaria (para ese gobierno) al producto.
Pero no nos engañemos, no solo existe la censura en productos culturales. Censura es, por ejemplo, las numerosas represiones que se llevan a cabo contra los manifestantes en huelgas. Y tampoco existe una única vía de censura. Es más, me atrevería a decir que hemos interiorizado de tal manera la censura que no nos damos cuenta de las miles de formas de censura inconsciente a las que nos sometemos. Ocultar noticias es censura; crear mundos paralelos donde las cosas van fenomenales (Montoro y su idílica España resurgiendo de las cenizas y convirtiéndose en una potencia mundial) es censura; evitar hablar de determinados temas es censura. Y tantas otras formas que a pesar de no ser llamadas censura tienen los mismos efectos.
Ahora invito yo a alguien a darse cuenta en estos pequeños detalles. Lo más seguro y como me ha pasado a mi es que se fije en que muchos de los problemas que tiene con determinados temas a la hora de pensar en ellos o hablarlos enraízan directamente en este lugar. Pero no queda la cosa ahí: los mismos que nos dicen que nos paremos a reflexionar sobre estos problemas ocasionados por la censura son los mismos que introducen su censura en nuestra mente. ¿Irónico, no?
Pero hay un problema y es que el ser humano no está hecho para la censura. Cuanto más se le prohíba algo mayor curiosidad sentirá hacia esto. Es una enfermedad que la sociedad ha creado en nosotros, el interesarnos por objetos o ideas fuera de lo permitido o de lo contado. Y es por todo ello que la censura es una herramienta estropeada. El Hombre está por encima de cualquier herramienta ya sea utilizada por un organismo público como por un medio de comunicación. Y la censura falla porque uno de sus primeros propósitos es ocultar “cosas” pero mientras oculta un flanco el otro queda desprevenido. Ese flanco que nunca podrá ser censurado es la mente humana y los pensamientos a los que da lugar. Ojo, no digo que no factores externos nos determinen como anteriormente he expuesto, tan solo creo que existe un compartimento minúsculo de conciencia mediante la cual derrotamos cualquier censura y somos capaces de pensar libres.
¿De donde nace la censura?Del miedo. Recordemos que cualquier gobierno u organismo es una formación artificial de seres humanos por lo cual este no puede pensar y tampoco es tangible. De sentido carece culpar a
x periódico por censurar un beso entre dos personas del mismo sexo, por poner un ejemplo. Donde quiero llegar es al hecho de que estas personas que crean este periódico
x tienen miedo y por eso han creado tal medio de comunicación y han tapado tal imagen.
El miedo nace del desconocimiento y es una respuesta adaptativa que en caso de no ser controlada puede alimentarse de nosotros mismos. Bajo toda censura se esconde un temor milenario, un miedo que siempre ha estado junto a nosotros. Nosotros mismos, el ser humano. No es de extrañar que los primeros temas tabú según propone Freud son el incesto y el asesinato y en buena medida la censura se basa en estos dos.
Hasta el más mínimo detalle cambiado en la censura proviene del peligro que observamos en nosotros mismos. Homo homini lupus. No sabemos como vamos a reaccionar ante determinadas cosas por eso las tapamos.
Hay otra perspectiva en torno al tema y es la censura como herramienta de
control. Me voy a basar en casos de censura extrema que muchos de nosotros podremos conocer. Y para ello me trasladaré a cualquiera de estos países donde la putrefacta y radical religión se adueña de la vida cultural. Pues bien, esto es un asesinato directo y público. Países donde se prohíbe la pornografía bajo pena de muerte, donde se condena a dos personas del mismo sexo por ir cogidos de la mano, donde se ensalzan figuras de mandatarios.
Debemos darnos cuenta hasta donde estamos llegando y lo que nos espera. ¿Hasta que punto un grupo de personas puede decirnos lo que hacer o no hacer, lo que ver o no ver? ¿Una estúpida ley está por encima de nosotros?
BIENVENIDOS AL SIGLO DE LA CENSURAY sí, como ya ha planteado Ita hay otra manera. Mirad el sistema de clasificación PEGI. Es mucho más deseable a que se corten directamente partes del producto. “Advertir” al consumidor de lo que se va a encontrar y ya está. El consumidor está en su derecho de comprar o no atendiendo a esas razones.
Me gustaría abarcar otro ámbito de la censura y ese es el de la doble moral. Pongámonos en el caso: censuro una escena con relaciones homosexuales en una película/serie. Acto seguido pongo cualquier telediario y me encuentro de lleno con una serie de personas masacradas en un accidente de coche con litros y litros de sangre real esparcida por toda la escena.
¿Qué sentido tiene esto? Es una maldita enfermedad la que está atravesando el mundo actual. En lugar de caer rendidos con lo positivo del ser humano, ellos quieren que nos derrumbemos ante el dolor, que seamos entes tristes y negativos. Mientras que censuran el placer, algo absolutamente positivo en el ser humano muestran imágenes de cuerpos deshechos en horario como ellos llaman “infantil” y en absolutamente todas las cadenas de televisión. Pero un pecho femenino no puede aparecer hasta después de las 10/11 porque sería asustar a un niño.
Y eso, amigos mios, es la CENSURA.
Myxa escribió:Yo siempre he creído que la principal razón de la censura estaba bien planteada. Lo de omitir ciertas partes o "camuflarlas" para evitar ofender la ideología, ética, inocencia, etc. Me ha parecido bien.
Lo siento, no puedo decir que este a favor tuya. Ninguna clase de ética, moral o ideología es perfecta para ser venerada y no ofendida o criticada. ¿Porqué un no-creyente de determinado país religioso debería callarse cuanto el siente que lo que hacen los demás no es lo que quiere hacer él? Si seguimos permitiendo cosas como las que he dicho el embrollo se va a hacer más y más grande hasta el punto de devorarnos.
TidusCloud escribió:¿Puede ser en algún caso la censura un medio legítimo si pudiéramos tener la seguridad de que si no censuráramos ese contenido ocurriría algo terrible para la sociedad?
¿Algo terrible? No. La censura nunca será para mi un medio legítimo con el que actuar. Si bien esto es una afirmación más bien idílica no deja de ser un horizonte que alcanzar.
De cualquier manera, ¿es acaso superior un presidente del gobierno a mi para que pueda censurarme a mí lo que se le pase por ahí? Lo siento pero no. Ya sea algo terriblemente fatídico como algo trivial no quiero estar oculto entre las sombras porque un conjunto de personas lo haya dictaminado.