Chloé soltó a Bavol y apretó la cestita contra su pecho. La niña negaba con la cabeza, pero el gitano no podía permitir que desaprovechara una oportunidad así y mirándola a los ojos le rogó que le hiciera caso como había pedido. Pierre no parecía tener tanta paciencia como él.
—¡Muévete ya, joder!
Bavol estuvo alerta y preparado para intervenir por si Pierre o su compañero atacaban a la pequeña mientras se retiraba, pero cumplieron su palabra. Chloé abandonó lentamente el lugar entre llantos ante la atenta mirada de todos los presentes. Bavol soltó un suspiro de alivio cuando la chica se internó en la oscuridad de las calles lejos de allí. Al menos, ella había podido escapar, al parecer Pierre estaba más interesado en descargar toda su furia en él.
—Bien, ya estamos solos —rió Pierre—. Vamos a acabar con esto de una vez.
Pierre hizo una señal y los cuatro empezaron a acercarse cada vez más hacia el gitano empuñando sus nuevas armas. En esta ocasión, Bavol sabía que no se contentarían con darle unos cuantos golpes, le atacarían hasta que toda la rabia contenida de aquellas bestias fuera liberada dejándole a él al borde de la muerte.
Bavol no era un ingenuo. Ya había conseguido que Chloé escapara, de forma que Bavol ya no tenía que hacer más el papel de héroe, tenía que lograr huir de allí. Innumerables fueron los intentos, pero todos fueron en vanos, en su lugar recibía un golpe cada vez más doloroso. Iban a conseguir matarlo, pero Bavol ya se negaba a pedir piedad, no le daría ese placer a esos monstruos
—A los de tu calaña hay que hacerles entender que no deberían estar a nuestro lado. Jodidos monstruos, estaríais mejor en el infierno — afirmó Pierre sonriendo sádicamente y le dio una patada en la pierna.
— Vosotros habéis convertido esta ciudad en un infierno, monstruos — replicó Bavol entre gemidos.
— ¿Y qué se supone que haces con una niña normal y corriente? ¿Es que quieres contagiarle algo, o robarla? He oído que a los gitanos os gusta llevaros niñas para vuestras cosas de magia — soltó Pierre otro comentario ignorante con una mueca de asco.
— Y yo he visto como sois capaces de pegarla ¡¿Es que no tenéis corazón?!
— ¡Deberíamos matarte en nombre de sus padres! Y seguro que seríamos mucho más suaves que ellos —le escupió a la cara y alzó la maza.
En ese momento, escucharon un chillido agudo. Bavol creyó reconocerlo enseguida, era la voz de Chloé.
—¡Nooooo!
—¡Chloé!
De la oscuridad de la calle emergió Chloé corriendo de nuevo hacia ellos con un gesto de terror dibujado en su cara, Bavol la vio mucho más aterrorizada que cuando estaban siendo perseguidos. ¿Qué es lo que podía haber visto que la asustara tanto? ¿Alguien la había atacado?
La respuesta a las preguntas de Bavol llegó enseguida. Una sombra apareció tras ella y la derribó ante la incredulidad de todos los presentes paralizados por aquella imagen.
—¡Socorro!
No había visto nada semejante en su vida, ni siquiera había escuchado hablar de una criatura como aquella en los cuentos de los gitanos. Estaba claro que no podía ser ni una persona ni un animal cualquiera. Era una criatura antropomorfa, completamente negra, andaba encorvada y se movía de forma extraña como si se tratara de un terrible fantasma. Sus dos grandes ojos amarillos completamente carentes de cualquier tipo de humanidad estaban fijados en Chloé, que se había girado hasta ponerse boca arriba y se arrastraba hacia atrás.
Entonces, la criatura alzó la cabeza y observó a los jóvenes que había detrás de la pequeña.
Pierre y sus compañeros que tanto habían hablado de enviar demonios de vuelta al infierno se habían quedado completamente quietos. Bavol observó por un momento sus rostros y vio reflejado en ellos el miedo, ese terrible terror que siente uno cuando ve cómo su vida corre peligro. Ahora ellos sabían lo que él había sentido durante tanto tiempo.
Bavol tampoco sabía lo que era, había huido antes de muchachos y soldados, pero nunca antes había visto algo así. Sin embargo, un instinto en su interior le indicaban que todos corrían peligro, sobretodo Chloé y él que eran los más pequeños y no tenían nada con lo que defenderse. La aparición de este nuevo ser había conseguido que los muchachos se hubieran olvidado de él y concentraran sus miradas en esta criatura. Era su oportunidad de huir, pero no lo haría sin Chloé.
Rápidamente salió de entre los jóvenes y alargó una mano para coger a Chloé. Esperaba ser lo suficientemente veloz como para no ser víctima del ataque de la criatura que tenía justo en frente. Antes de comenzar a huir, Bavol en busca de algo que les ayudara dijo lo primero que se le ocurrió:
— Es un demonio gitano… que aparece cuando atacan a los niños… si..si no lo derrotáis matará a todo el mundo...
Una gigantesca mentira y una soberana tontería. No obstante, Bavol deseó que despertara algún sentimiento en aquellos jóvenes para que atacaran a aquel ser y, mientras todos sus enemigos estaban distraídos, le fuese más sencillo salir de vida de allí.