Con aquella última estocada, Kai no solo puso fin a la vida de aquel sincorazón, también a aquel caos que la criatura había causado. Las llamas que engullían el pueblo se habían extinguido por completo y no había rastro alguno de los sincorazón. El joven exhaló aliviado mientras veía el corazón que había liberado su contrincante perderse en el cielo. Sin duda, aquel fue el día mas largo que había tenido en su vida, pero no por ello iba a acabar ahí.
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Así quiero yo a mis aprendices, valientes y decididos —Kai pegó un bote en cuanto Ronin le dio una palmada en la espalda sin previo aviso —.
Un grandísimo trabajo bien hecho, chaval.—
Bueno… si no hubiese sido por usted, no habría podido hacer ni la mitad de todo esto —el joven se frotó la nuca algo avergonzado—.
Y supongo que su trabajo termina aquí ¿me equivoco?El chico Sheng ya se imaginaba que, con la amenaza de los Sincorazón erradicada, la labor de Ronin en aquellas tierras se daría por zanjada y que partiría de inmediato hacia el lugar en el que se entrenaba a aquellos guerreros de fantasía.
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Los habitantes no tardaran mucho en volver, así que voy a terminar de contarte las cosas porque tras esto que has hecho, se me haría bastante difícil el dejarte aquí.—
¿C-cómo? —el chico miró a Ronin totalmente anonadado—.
Espere, entonces… usted quiere que yo…—
Así es, chaval, quiero que vengas conmigo a la tierra…bueno, al mundo en donde enseño a luchar con la Llave Espada —admitió el guerrero con una amplia sonrisa.
Kai abrió la boca para decir algo al respecto, pero las palabras no le salieron. Había logrado digerir a duras penas la historia de la Llave Espada y de los Sincorazón al haberla sentido en sus propias carnes. Pero la idea de otros “mundos” aparte de la China en la que había crecido le resultaba abrumadora.
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Como te podrás imaginar, existen otros mundos aparte de este y del que yo vengo. Los que portamos estas armas nos encargamos de proteger esos mundos de la amenaza de los Sincorazón y claramente, es un trabajo que debemos mantener en secreto.El maestro de la Llave Espada guió a Kai a las afueras del pueblo para evitar crear más polémica de la que ya se habría dado entre los aldeanos con el ataque de los Sincorazón.
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Un clan de guerreros que vela por la seguridad de los “mundos” —Kai alzó la mirada al cielo, intentando comprender que mas allá se encontrarían los susodichos mundos—.
Debo admitir que se trata de una tarea bastante ardua y digna de admiración por lo que he visto hoy, señor Ronin.La idea de seguir el camino que le ofrecía Ronin era bastante tentadora. Kai habría aceptado la oferta sin ningún miramiento en aquel instante. La Llave Espada le había abierto una puerta a miles de posibilidades pero, después de todo, no era tan fácil decirle adiós a su antigua vida.
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Puedo entender que esto de dejar a tu familia atrás se te haga duro y bueno, si prefieres quedarte aquí lo entendería —el chico no pudo evitar acordarse de su abuelo, a quien aún le debía una buena explicación—.
Más preferiría que me acompañaras ahora que tienes este poder único y ya tienes conocimientos que ninguna persona no relacionada con la Orden de los Caballeros de la Llave Espada tiene. Además, no serías el único chaval en ese mundo, tanto yo como los otros Maestros hemos reclutado jóvenes (y no tan jóvenes) para adiestrarlos en el manejo de la Llave Espada.Kai no dio respuesta alguna. Se quedó allí plantado, mirándose la palma de la mano con la que hace unos minutos había blandido el arma que representaba su nuevo poder. Quería responderle en aquel momento, pero no sería una respuesta honesta. Tenía dudas, y el maestro lo sabía.
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Así que te toca decidirte, ya es bastante tarde, pero mañana te esperaré en este mismo lugar para saber de tu respuesta. Hasta entonces descansa, hoy has sido más valiente que muchos de mis aprendices.Tras aquello, Ronin se despidió de Kai y le dejó con sus pensamientos. Tras meditarlo durante un buen rato, el chico levantó la mirada de su palma y se ajustó su bufanda.
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Supongo que va siendo hora de volver a casa.***El maestro Zhao Sheng apoyó sus codos en la mesita que había junto a la chimenea. Con un semblante totalmente serio, permaneció inmóvil mientras su nieto le relataba la historia que había tenido lugar hoy. Con pelos y señales, Kai le contó acerca de su encuentro con Ronin, el motivo de su viaje, los sincorazón y la Llave Espada.
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… Y eso ha sido todo lo ocurrido en este día —Kai dejó caer sus brazos en la mesa al acabar. Tan solo le quedaba esperar a la respuesta de su abuelo.
Zhao apenas cambió su expresión. Tomando una pipa cuidadosamente tallada que había en la mesa, se la llevó a la boca y exhaló una bocanada de humo.
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Dime una cosa, Kai —el anciano volvió a dejar la pipa en su sitio—.
Exactamente ¿por qué quieres unirte a esa “Orden” de la que ese hombre, Ronin, dice venir? —Kai le devolvió una mirada de duda en respuesta a la pregunta de su abuelo—.
Veo claras tus intenciones, los espíritus no me mienten. Quieres ir allí, y una razón debes tener.El joven se cruzó de brazos y ladeó la cabeza. Tenía una razón para convertirse en Caballero de la Llave Espada y quería explicársela a su abuelo, pero también temía la reacción que este pudiese tener.
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Quiero detener de una vez por todas la guerra en China —declaró Kai con una mirada de determinación.
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Kai, ese tema es algo en lo que no deberías ni pensar.—
Pero sigue ahí —respondió Kai—.
Lo único que ha traído este conflicto han sido problemas. El imperio está tan ocupado con esa estúpida guerra que ni se preocupa de lo que le ocurran a las aldeas más pequeñas, como ha ocurrido hoy.—
Este clan ya ha sufrido bastante como muchos otros por involucrarse en esta guerra —argumentó Zhao—.
Olvídate del asunto, Kai.—
No puedo —musitó Kai—.
Quiero evitar más muertes sin sentido. Los espíritus de los caídos en la guerra no pueden descansar en paz porque sus seres queridos están sufriendo —el joven apretó los puños con fuerza—.
Quiero que la muerte de mamá y papá no sea en vano.Su abuelo no le respondió, cerró los ojos y negó con la cabeza. Si, sus padres, aquellas personas que, en contra del viejo maestro, batallaron en la guerra con el fin de darle a su hijo recién nacido un futuro mejor.
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El señor Ronin dijo que el deber de un Caballero de la Llave Espada es salvaguardar los mundos de la amenaza de los monstruos que aparecieron hoy —explicó Kai—.
Aún no se como podré detener esta guerra, pero por eso quiero aprender como salvar un mundo, y algún día volver aquí y traer la paz a China.Un incómodo silencio se creó en el hogar de los Sheng. Zhao suspiró y se levantó de su asiento.
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Me voy a la cama. Mañana habrá que madrugar para empezar con las reparaciones de la aldea.Y sin decir más, el maestro salió de la salita son volver a dirigirle la mirada a su nieto, quien permaneció aún sentado junto a la cálida hoguera. Kai temía que con aquellas palabras, le hubiese dado a entender a su abuelo que iba a abandonar a su clan por aquella Orden de guerreros. Lo único que pudo hacer el joven en aquel momento fue pedirle fuerzas a los espíritus para el día de mañana.
***Kai bajó a la aldea nada más aparecer la primera luz del alba. El joven no había salido de su hogar con muy buen sabor de boca. Quería tener una última charla con su abuelo y despedirse de él en condiciones, pero para cuando ya se había despertado, su abuelo ya se había marchado. El único objeto que se había llevado de casa era su viejo ninjato de madera que tanto había usado en sus entrenamientos. Por lo menos, a cualquier sitio al que fuese podría seguir entrenándose al estilo de los Sheng.
Nada más llegar al campo en el tomó en sus manos la Llave Espada por primera vez, le pareció ver la silueta de Ronin. Sin pensárselo, el chico se dirigió hacia donde estaba el hombre que le había enseñado tantas cosas en un solo día y darle su respuesta final. Pero, nada más tener al tipo del parche en frente suya…
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Es usted el “Maestro” Ronin ¿me equivoco?Sin que Kai se percatase, Zhao Sheng apareció de la nada detrás de su nieto. Aunque ya tenía una edad, el viejo maestro del clan tenía unas dotes de sigilo asombrosas.
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¡¿Abuelo?!—
En primer lugar, me gustaría agradecerle lo que ha hecho por la aldea —Zhao inclinó la cabeza en señal de agradecimiento—.
De no ser por usted, la situación habría empeorado bastante.Después, el anciano volteó la cabeza hacia su nieto, que aun contemplaba perplejo la escena.
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Y por último… —el maestro Sheng volvió a encarar al hombre del parche—.
Kai puede llegar a dar un par de problemas por culpa de su gran curiosidad, algo que se ha llevado de manera innata de su madre. Aun así, siempre estará dispuesto a cualquier sesión de entrenamiento o clase. Puedo sentirme orgulloso como maestro y abuelo de este chico que ha sabido apreciar el valor de las enseñanzas del clan Sheng, y puedo decir que también sabrá apreciar las suyas.—
Abuelo…Zhao no dijo nada más. Se dio media vuelta y se dirigió hacia Kai.
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Tu nuevo maestro querrá ver de que eres capaz, así que espero que no dejes en evidencia al clan Sheng —el anciano le dio una palmada a su nieto y continuó con su camino.
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Sabes que esto no significa que no vaya a volver ¿verdad? —sentenció Kai antes de que su abuelo siguiese caminando—.
Me entrenaré día y noche para convertirme en Caballero de la Llave Espada, pero no por eso dejaré de entrenarme como un Sheng.—
“El aprendizaje es un tesoro que seguirá a su dueño a todas partes” —Zhao rió para sus adentros al recitar aquel proverbio, algo que su nieto rara vez había visto—.
Los espíritus estarán contigo vayas a donde vayas, Kai. No lo olvides.Y tras eso, Zhao continuó caminando hasta perderse por los altibajos que formaban los campos de arroz. El joven Sheng le echó un último vistazo a su alrededor: los campos, el pueblo, el bosque, las montañas… no sabía cuanto tiempo pasaría hasta que volviese a ver aquel paisaje. Pero esto no era un adiós. Volvería.
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Supongo que yo también he acabado con mis asuntos aquí —Kai se dirigió hacia el hombre del parche para darle su respuesta final—.
Los espíritus del clan me han dado su bendición, por lo que solo me queda por decir que con mucho gusto me pondré bajo su tutela para convertirme en Caballero de la Llave Espada, señor… digo, Sensei Ronin. y con este post me despido del prólogo. También quería pedir disculpas por mi inactividad estos días.