—
Ahora eres un Aprendiz y, por tanto, tienes una Llave Espada propia que deberás blandir con responsabilidad. Invócala. Con desearlo es suficiente.
<<Solo tienes que desearla. Deséala. La deseo.>> Y, efectivamente, se materializó en mis manos. La admiré durante largo rato, hasta que Nanashi rompió el silencio.
—
Partimos al amanecer. Imagino que querrás despedirte de alguien. Recoge tus cosas y reúnete conmigo en la entrada del Primer Distrito.—
Claro. Allí estaré. —sin duda se notaba en mi voz que estaba impaciente por ver mi arma con mas tranquilidad. Debía de parecer un niño pequeño, radiante con un juguete recién comprado.
****Ya casi era el amanecer, y ya había tenido la oportunidad de estudiar mi arma. Estaba en el orfanato. La habitación era austera y solitaria. Había una docena de niños en sus camas, y solo una vacía: la mía. Cada una de ellas contaba con una pequeña mesita con dos cajones. Abrí el primero y cogí la nota de despedida de Rox:
“
Volveremos a vernos, espero, camarada”
Nada mas que eso, escrito en una letra descuidada.
<<¿Donde estarás ahora?>> Esa nota era todo lo que me faltaba por coger. Yo mismo escribí dos en ese momento, antes de dirigirme a la puerta de Ciudad del Paso, con Nanashi, y partir. La primera (una burda excusa sobre mi desaparición, que nada tenía que ver con la realidad y los caballeros) la dejé en mi mesa. La segunda era para Rox. Estaba escrita sobre nuestro papel especial, con un lado color madera, que pegábamos sacando los cajones, en la parte de atrás, cuando eramos niños para pasar “mensajes secretos”.
“
Sigo tus pasos, Rox. Aunque no se si nos veremos, ni siquiera si, viajando, llegaras aquí y se te ocurrirá mirar este escondite, se que te encontraré, y no necesitas leer esta nota para estar tu también seguro de ello. Ahora tengo una especie de misión que me llevará de mundo en mundo y, quizás, tu y yo nos veamos en cualquier mundo. Es una misión peligrosa, que apenas me permitirá buscarte. Todo está en manos del azar.”
****—
Póntelo donde quieras. Y, cuando lo hagas, pulsa el botón. Ajuste la pieza que me dio a la muñeca izquierda y pulsé el botón. Una luz me envolvió por completo,y y cuando cesó estaba embutido en una cómoda armadura. Todas las articulaciones se movían perfectamente, y era ligera. Pude ver que era azul y blanca. Pero aún quedaba una sorpresa. Nanashi lanzó su espada al aire y bajo convertida en un vehículo.
—
Esto es el glider. Jamás debes usarlo dentro de un mundo, por lo que no vas a poder practicar mucho ahora. Lo usamos para viajar por el Intersticio. Haz lo mismo que yo y aparecerá. Imité su movimiento, lanzando la espada con toda la fuerza que podía, y esta bajó transformada en una flamante nave uniplaza, pequeña y con la promesa de velocidad. Monté y me moví un poco en el callejón en el que estábamos, por miedo a estrellarme o a ser descubierto. Podía girar 180º fácilmente, elevarse o caer en picado.
Pero era la hora de partir. Nanashi, con su armadura, salió en su llave espada hacia el mundo exterior a través de la gran puerta.
Yo también estaba preparado, en mi nueva nave. Aceleré hasta la máxima velocidad y salí del mundo tras Nanashi. Haciendo piruetas simples, intentando algunas mas difíciles, perdiendo el control.
Pocas veces antes había sido tan feliz.
¡Y terminé! ¡Algarabía!
PD: Por ahora no pondré imagen de glider o armadura. Creo que no hay problema ^^