[Ciudad de Paso] Déjame entrar

Prólogo de Nikolai

Si ya has creado tu ficha, pásate por aquí para escribir la primera página de ese gran libro que va a ser tu vida. O échale un vistazo a los amigos y rivales con los que te encontrarás en un futuro.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Lun Jul 28, 2014 4:17 pm

La dama de blanco asintió a las explicaciones que le estaba dando Niko mientras seguía con su investigación del lugar. Se acercó a la puerta que habían derribado los Soldados de antes y, sin apenas esfuerzo, la levantó y la volvió a colocar en el marco. Seguía estando rota, ya que los sincorazón habían reventado las bisagras, pero quien no se fijara en ese detalle no se percataría del engaño.

Después, se asomó por el balcón para corroborar la mención que el joven había hecho sobre Rubicante. La lluvia seguía persistiendo ahí fuera, por lo que volvió al interior de la habitación con unas cuantas gotas de agua encima.

Se ha ido ―informó, cerrando la puerta del balcón―. Desgraciadamente, tal y como has dicho, existen personas de corazón débil que son fácilmente engañadas por criaturas ruines como Rubicante ―Niko cayó en la cuenta de que, por como hablaba la mujer de aquel tipo, ya debía conocerle de antes y sobre sus intenciones―. ¿Cuál es el precio de la supervivencia?

Era una pregunta interesante. Las personas, con el paso de los años, terminaban desarrollando un instinto de supervivencia que les impulsa a agarrarse a cualquier oportunidad que les permitiese seguir con sus vidas. El problema recaía en lo que estaba dispuesto a hacer la susodicha persona para sobrevivir, pudiendo llegar a renunciar a su humanidad.

Nikolai comprendía que se podía llegar a sacrificar algo para mantenerte a salvo pero, que otras personas inocentes tuviesen que pagar el precio de tu supervivencia lo consideraba inhumano.

Por otra parte, la recién llegada a la ciudad se puso a investigar la habitación en la que aparecieron los sincorazón. Niko la siguió, y cuando la chica terminó de inspeccionarla, se encontró en su mano libre un aparato bastante familiar.

―Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar…

Le hizo un favor a Niko acallando la repetitiva voz en cuanto apagó la grabadora. Oír tantas veces el mismo mensaje una y otra vez le sacaba de quicio. Ya había dejado entrar a suficientes personas por hoy.

Por cierto, mi nombre es Nanashi ―mencionó, imitando al joven cuando este se había presentado―. Soy una Maestra de la llave espada, aunque te pediré que te abstengas de comentarlo por ahí. Últimamente no se nos tiene en muy alta estima en este mundo, por lo que he conseguido averiguar.

Llave espada… —repitió—. Así que pertenece a la Orden de caballeros.

Todos los habitantes de Ciudad de Paso conocían acerca de los caballeros de la llave espada, pero como había mencionado Nanashi, no eran pocos los que les guardaban rencor. Los que llegaron a este mundo desde el antiguo Vergel Radiante (ahora conocido como Bastión Hueco) les repudian por transformar su viejo hogar en su base de operaciones. Y como olvidar el incidente de la plaga de sincorazón que causaron algunos caballeros del otro bando existente.

Nikolai hizo el gesto de “cerrar la cremallera” de su boca ante la petición de la Maestra de que fuese discreto con el tema. La Orden había cometido errores, pero como bien decía su padre: Errar es humano. Él mismo había sido imprudente aceptando la petición de Paco de seguirle hasta el hotel, y no era tan desagradecido como para ignorar a quien le había librado de una posible muerte.

He venido para ver con mis propios ojos los estragos causados en este mundo. Tenemos que intervenir ―declaró Nanashi―. Este hotel no parecía habitado, pero tampoco completamente abandonado, por eso vine a echar un vistazo. Si la historia que relatas es cierta y ha habido otras víctimas, apenas han dejado huellas de su presencia… o las han borrado concienzudamente.

Si es por pruebas, quizás le interese esto —el joven le ofreció a la maestra el cuaderno de dibujos que se había llevado después del ataque—. Me lo encontré dentro del baúl de la habitación. Pertenece… —Niko calló, la mano por la nuca—. Pertenecía a una niña que vivía en mi vecindario. Oí al tipo que me había traído aquí mencionar a una niña entre las personas que afirmaba haber traído al hotel.

En cualquier caso, eres uno de aquellos que no respetan las normas ni de salir, ni de dejar entrar a nadie, ¿eh?―Nanashi enarcó una ceja, a lo que Niko respondió con una falsa sonrisa―. Este lugar es peligroso. Te llevaré a casa, si me indicas dónde está.

Nikolai no vio impedimento para rechazar la oferta de la mujer. Con todo el embrollo que se había formado, se había olvidado por completo de su madre, y prefería dar señales de vida antes de preocuparla mas. Como gesto de caballerosidad, abrió la puerta del pasillo e invitó a la maestra a que saliese primero.

El muchacho le indicaría a Nanashi el camino hacia su casa del Distrito 1, aunque también aprovecharía para explicar la razón de por qué acabo en el hotel:

Señorita Nanashi… —comenzó, pero ladeó la cabeza antes de proseguir—. No, mejor Maestra Nanashi. Mi padre siempre me decía que es preferible dirigirse a las personas por su título. Ya se que he actuado de manera imprudente viniendo hasta aquí, pero… lo hice con el fin de averiguar que le está sucediendo a este mundo.

>>Han cambiado muchas cosas por aquí con la aparición de esos individuos y la implantación del toque de queda. La gente permanece clausurada en sus casas, creyendo que esta situación terminará pronto, pero cuanto mas tiempo pasa, mayor es la desconfianza.

>>A diferencia de mis padres, he nacido y crecido en Ciudad de Paso. En un mundo que tiene por labor acoger a aquellos que han perdido sus hogares y les ofrece otra oportunidad para comenzar de nuevo. Pero todo ha cambiado: Las calles de la ciudad ya no acogen a quien lo necesita.

>>Ciudad de Paso se ha convertido en un mundo que ha perdido el equilibrio, pero ¿Sabe? —Nikolai se llevó la mano al mentón—. Mi padre me dijo que la función de su Orden era preservar el equilibrio entre mundos. Parece una labor tediosa, y más aun cuando los habitantes de por aquí no se lo ponen tan fácil, pero me alegra saber que, pese a las adversidades, alguien se preocupa de este mundo.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Mié Jul 30, 2014 3:10 am

Nanashi tomó el cuaderno de dibujo, sosteniendo la grabadora encima de él, y salió delante de Nikolai del hotel. Cuando llegaron a la calle, abrió el paraguas y ofreció el brazo al chico para que se apegara a ella y no se mojase. El chaparrón había menguado, pero aún caían las últimas gotas.

Sí… Tu padre sabía bien de lo que hablaba ―había notado el tono de pasado empleado por Nikolai―. Puede que me hayas malinterpretado. Pertenezco a la Orden… de Bastión Hueco.

Esperó a ver su reacción antes de preguntar:

¿Cambia eso en algo tu opinión?

De nuevo, aguardaría a que Nikolai meditara y le diera una respuesta antes de afirmar:

La mayor parte de la gente nos odia por ser desestabilizadores de la balanza. No, en absoluto. Nos separamos de Tierra de Partida porque su política de priorizar la luz acabará, precisamente, por hacer eso mismo. Buscamos el equilibrio entre luz y oscuridad. Si en todos los corazones albergamos de lo uno y de lo otro, ¿qué nos hace pensar que el universo no es igual? ―filosofeó―. Vergel Radiante prosperó bajo esa premisa. Los que vivían allí lloran su pérdida y lo comprendo; sin embargo, no dedican ni un pensamiento a aquellos que nunca pudieron hacerlo, porque había demasiada oscuridad en ellos para verse aceptados.

»Como bien has dicho, ahora la amenazada por perder del todo su equilibrio es Ciudad de Paso. No nos quedaremos quietos viendo cómo ocurre.

Durante la conversación, se había dejado guiar por Nikolai y habían franqueado ya las puertas del Distrito 1. Estaban ya cerca de su casa. Entonces, Nanashi soltó:

Nos vendrían bien mentes despiertas como la tuya para seguir cumpliendo esa labor.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Mié Jul 30, 2014 6:35 pm

Sí… Tu padre sabía bien de lo que hablaba ―confirmó Nanashi a la explicación de Niko―. Puede que me hayas malinterpretado. Pertenezco a la Orden… de Bastión Hueco.

Nikolai alzó las cejas y dirigió a la mujer con la que compartía el paraguas una mirada de intriga.

De modo que viene del asentamiento que hicieron algunos caballeros en el antiguo vergel —indagó Niko.

¿Cambia eso en algo tu opinión?

El joven ladeo de un lado a otro la cabeza. Seguidamente, le dio una respuesta a la Maestra:

No realmente —comenzó—. Supongo que se toparán con mucha gente que les cataloguen como “buenos” o “malos”, pero eso suele ser un error bastante común. No hay ni buenos ni malos, solo posturas diferentes que se pueden aceptar o rechazar según el punto de vista de la persona —argumentó mientras gesticulaba con la mano libre—. Me gustaría darle mi opinión, Maestra Nanashi, pero me temo que antes necesitaré saber la postura de su Orden.

La mayor parte de la gente nos odia por ser desestabilizadores de la balanza. No, en absoluto. Nos separamos de Tierra de Partida porque su política de priorizar la luz acabará, precisamente, por hacer eso mismo.

Un régimen extremista, ¿eh? —comentó Niko—. No es de extrañar que alguien adopte una postura que la mayoría de la gente considere como correcta y la explote para inclinar la balanza a su favor. Es muy fácil convencer a la persona adecuada con el tema apropiado.

Buscamos el equilibrio entre luz y oscuridad. Si en todos los corazones albergamos de lo uno y de lo otro, ¿qué nos hace pensar que el universo no es igual?

Equilibrio entre luz y oscuridad. Un tema que, por desgracia, ya tenía atragantado, pero no de haberlo visto en los libros una y otra vez, sino por como los autores trataban dichos elementos.

Leyese lo que leyese, todos los autores afirmaban, ya fuese de manera discreta o sin miramientos, que el equilibrio entre ambos elementos era prácticamente imposible.

Vergel Radiante prosperó bajo esa premisa. Los que vivían allí lloran su pérdida y lo comprendo; sin embargo, no dedican ni un pensamiento a aquellos que nunca pudieron hacerlo, porque había demasiada oscuridad en ellos para verse aceptados.

Era lo de siempre. Tarde o temprano se denotaba cierto extremismo. Principalmente por el bando de la luz, pero también los había que se atrevían a repudiarla y decantarse por la oscuridad.

Mientras se siguiese con esa clase de pensamientos, el conflicto perduraría y nunca se llegaría al supuesto equilibrio.

Como bien has dicho, ahora la amenazada por perder del todo su equilibrio es Ciudad de Paso. No nos quedaremos quietos viendo cómo ocurre.

La historia se vuelve a repetir una vez más en este mundo —pronunció el joven de manera sarcástica—. No se preocupe, ya le he dicho que le agradezco que alguien tomase cartas en el asunto.

La pareja prosiguió su camino hasta llegar al Distrito 1. Desde que Paco le sacó a rastras de su casa, el monótono día que Nikolai se esperaba dio un giro muy brusco. Le iba a tener que dar unas cuantas explicaciones a su pobre madre, pero aquello debería esperar, ya que Nanashi tenía algo más que comentarle:

Nos vendrían bien mentes despiertas como la tuya para seguir cumpliendo esa labor.

La reacción de Nikolai no tuvo desperdicio alguno: comenzó a reír, pero no de manera escandalosa ni con intención de ofender a la Maestra. Era lo último que se esperaba ese día.

Maestra Nanashi ¿Me está proponiendo unirme a la Orden de Bastión Hueco? —dijo divertido, pero al momento, su expresión cambió a una mas seria—. Es bastante repentino, pero… —el chico se llevó la mano al mentón—. Te hace replantearte ciertas cosas.

>>¿Sabe? Mi padre era un hombre que se dedicó a investigar acerca de la teoría elemental. No solo de los ya quemadísimos elementos de la Dualidad Universal, también de los otros doce que, de la misma forma que esos dos, también forman parte de este universo —explicó—. Falleció hace diez años, y ahora soy yo el que ha retomado su trabajo, pero he de reconocer que en Ciudad de Paso ya me estoy encontrando ciertas limitaciones a la hora de recabar información.

>>He de suponer que en su asentamiento de Bastión Hueco disponen de una amplia base de datos con toda clase de información de los distintos mundos que pueblan este universo —una pícara sonrisa se dibujó en su rostro—. Me gustaría proponerle algo: Si tuviese acceso a los tomos y volúmenes del bastión para avanzar con mis proyectos, me comprometería a trabajar con la Orden. Además, con mi investigación busco abrirle a los demás una ventana de nuevas posibilidades, por lo que la Orden tendría acceso a lo que descubriese. Todo el mundo tiene derecho a aprender, y yo no se lo voy a impedir a nadie.

Definitivamente, le iba a tener que dar BASTANTES explicaciones a su madre.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Jue Jul 31, 2014 10:04 pm

Durante la explicación y propuesta de Nikolai, ambos alcanzaron finalmente la casa del chico. Se pararon en la puerta y Nanashi retiró el brazo, aunque mantuvo el paraguas sobre sus dos cabezas para que no se empaparan.

Eres bastante joven para llevar a cabo un estudio tan profundo en un único mundo ―asintió Nanashi―. La biblioteca de Bastión Hueco te proporcionará todos los conocimientos que necesites. Aquellos que no encuentres en ella, podrás consultármelos a mí, como tu Maestra (y especializada en el don mágico); o viajar tú mismo para experimentarlos. Eso es lo que te ofrece la Orden de Bastión Hueco. A cambio, tu instrucción como aprendiz y futuro Maestro que perpetúe su existencia; todo lo demás que quieras brindarle, como los resultados de tus próximos estudios, serán siempre bien recibidos.

Cerró el paraguas, dejándoles al amparo de la lluvia porque no tenía suficientes manos. Con la que acababa de cerrarlo (y pasarlo a la contraria), convocó una llave espada que Nikolai podía haber visto antes o no. Le extendió el mango, ceremoniosamente.

¿Qué te parece esa oferta?

Una vez hubiese aceptado o apelado, la llave espada desaparecía de la mano del nuevo aprendiz y sentiría que ese nuevo poder ahora estaba en su interior. Nanashi volvería a abrir el paraguas para cubrirse y le tendería el cuaderno de dibujo a Nikolai, quedándose ella con la grabadora.

Bienvenido, Nikolai. Quiero que te quedes con esto. No lo necesito como prueba para confiar en tu palabra y creo que a su dueña le gustará que se lo devuelvas tú ―afirmó―. Por otro lado, al ser aprendiz de Bastión Hueco, deberás vivir en nuestro castillo para formarte diariamente. Supongo que querrás comunicar la noticia a alguien, ¿no? Te esperaré aquí. Si necesitas que te acompañe a otro lugar, avísame.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Vie Ago 01, 2014 6:40 pm

Eres bastante joven para llevar a cabo un estudio tan profundo en un único mundo ―Nikolai asintió en concordancia con la Maestra. Su padre contaba con la ventaja de provenir de un mundo en el que la información no era problema alguno, y aunque Ciudad de Paso podía aportarle algo por el popurrí de culturas, sus recursos eran limitados―. La biblioteca de Bastión Hueco te proporcionará todos los conocimientos que necesites. Aquellos que no encuentres en ella, podrás consultármelos a mí, como tu Maestra (y especializada en el don mágico); o viajar tú mismo para experimentarlos. Eso es lo que te ofrece la Orden de Bastión Hueco. A cambio, tu instrucción como aprendiz y futuro Maestro que perpetúe su existencia; todo lo demás que quieras brindarle, como los resultados de tus próximos estudios, serán siempre bien recibidos.

Era un trato justo para el chico de ciudad: Tendría no solo acceso a la base de datos de Bastión Hueco, también podría obtener toda clase de información de los otros mundos. A cambio tendría que instruirse como caballero de la Orden, pero incluso eso le aportaría más datos a sus estudios. No todos los días se te ofrece la posibilidad de conocer más a fondo la organización destinada a preservar el equilibrio de los mundos.

Nanashi plegó el paraguas y se lo guardó en la otra mano. Con la que tenía libre, materializó por arte de magia el particular arma que caracterizaba y daba nombre a la Orden que tanta fama se había ganado por la ciudad: La llave espada.

Con un simple gesto, la dama le ofreció el arma a Nikolai.

¿Qué te parece esa oferta?

Antes de hacer nada, el joven examinó la peculiar llave de enormes proporciones. Jamás había tenido una tan cerca, y lo poco que había en los libros sobre ella no aportaba gran cosa. Nanashi no solo le estaba ofreciendo un instrumento de batalla, también un sinfín de posibilidades junto con las correspondientes responsabilidades que conllevaría.

Maestra Nanashi —Niko esbozó una sonrisa y, con suma delicadeza, agarró la espada que sostenía la mujer—. Acepto con mucho gusto su oferta.

Y la llave espada se esfumó, justo en el momento en el que el joven llegó a tomarla. Pero lo sintió. El poder que el arma de la Maestra guardaba se le había otorgado a él también. Quería probarlo el mismo, de modo que se concentró y extendió el brazo.

Una tenue luz apareció en la palma de su mano, y cuando se disipó, pudo contemplar con asombro la llave espada que acababa de invocar. Su propia llave espada.

Nikolai desmaterializó el arma al instante para no llamar la atención y evitar que algún vecino les viese desde la ventana. Nanashi volvió a abrir el paraguas y le tendió al chico el cuaderno de dibujos que este se había encontrado en el hotel.

Bienvenido, Nikolai. Quiero que te quedes con esto. No lo necesito como prueba para confiar en tu palabra y creo que a su dueña le gustará que se lo devuelvas tú ―el joven tomó de nuevo el cuaderno―. Por otro lado, al ser aprendiz de Bastión Hueco, deberás vivir en nuestro castillo para formarte diariamente. Supongo que querrás comunicar la noticia a alguien, ¿no? Te esperaré aquí. Si necesitas que te acompañe a otro lugar, avísame.

No será necesario, Maestra Nanashi —negó con la cabeza—. Tengo unas cuantas explicaciones que dar, pero no creo que me lleve mucho.

Nikolai se sacó las llaves de su casa y abrió la puerta. Alzó el brazo para despedirse momentáneamente de su nueva Maestra y pasó adentro.

Por fin llegas.

Fue cerrar la puerta y escuchar la familiar voz de su madre. Niko se volteó para comprobar que Shanna estaba sentada en una de las sillas de la habitación.

¡Hola, mama! —soltó el joven con tono inocente—. Supongo que querrás que te explique que ha pasado durante mi ausencia.

La mujer le dedicó una mirada de cansancio. Ya se estaba oliendo toda la parafernalia por la que había pasado su hijo.

Sí, sería todo un detalle por tu parte —se burló Shanna—. Anda, pasa a la cocina. Acabo de hacer café, y algo me dice que voy a necesitar unas cuantas tazas.

***


Nikolai le contó a su madre con pelos y señales todos los acontecimientos que habían dado lugar en aquel día de perros: Las tretas de Paco y los vecinos abducidos, el peligroso criminal conocido como Rubicante, la intervención de la maestra Nanashi y la decisión de incorporarse a las filas de la Orden. No tuvo reparos en hablar sobre el tema de la llave espada. Sabía que en su casa, el tema de la Orden y los caballeros no era un problema como en la mayoría de los hogares de la ciudad. Era un asunto que les resultaba indiferente.

… y con esto termina la trepidante Odisea de Nikolai Everard en Chorrilandia —Niko extendió los brazos como colofón final tras relatar la bizarra historia—. ¿Qué te ha parecido?

Que quieres que te diga, hijo… —Shanna suspiró profundamente—. En condiciones normales pensaría que los libros han acabado con tu cordura, pero según están las cosas en esta ciudad… —negó con la cabeza—. Quien iba a pensar que un vecino de nuestro distrito se convertiría en… en…

Un sicario maligno sin escrúpulos —completó Niko.

Doy a gracias a que tu padre no está aquí para ver en lo que ha degenerado su hogar —Shanna se terminó de un sorbo la taza de café que sostenía y la dejó en la mesa—. Esta bien, ahora pasemos a lo del nuevo “trabajo” que te has buscado.

Admito que ha sido una decisión un poco precipitada —Shanna enarcó una ceja por el comentario tan obvio de su hijo—. ¿Tú crees que ha sido un error convertirme en caballero de la llave espada?

Hubo un momento de silencio en la cocina. Shanna se levantó de la silla sin mediar palabra y comenzó a dar vueltas alrededor de la mesa mientras su hijo la seguía con la mirada.

Niko, soy tu madre, y como tal, ya tenía asumido desde hace tiempo que algún día optarías por salir de esta ciudad para seguir los pasos de tu padre —admitió—. Aunque nunca se me habría planteado que lo hicieses uniéndote a la Orden, y precisamente a la que menos estima se le tiene por aquí. No, no digo que me parezca una mala decisión. Te conozco bastante bien, y se que es lo que te ha motivado a hacerlo —la mujer se aproximó a la silla en la que estaba sentado Niko y apoyó la mano sobre su hombro—. ¿Acaso lo consideras tú un error?

Nikolai cerró los ojos y entrelazó los dedos de sus manos, apoyando la barbilla sobre estos.

No —contestó—. Considero que ha sido la decisión acertada.

Pues no se hable más —Shanna dio una palmada—. Mi hijo es un caballero de la llave espada y deberá actuar como tal.

¿Eso significa que me das tu bendición? —dijo en tono burlón.

Bendición, dice… —rió—. Me conformo con que salgas de esta ciudad de locos y que los de tu Orden arreglen todo este desastre.

Nikolai comenzó a reír. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que se había divertido tanto en familia. Con todos los asuntos zanjados, solo le quedaba despedirse de su madre, a quien abrazó para llevarse un recuerdo antes de su partida.

Intentaré pasarme por aquí cuando el alcalde deje de mandar esas dichosas circulares.

No te preocupes por eso y procura no hacer ninguna locura —dijo Shanna—. Venga, date prisa, tu Maestra te estará esperando, y no es de buena educación hacer esperar a una señorita —por último, Shanna agarró el cuaderno de dibujos de la pequeña Mili—. Y sobre esto… me aseguraré de hacérselo llegar a su familia y comunicárselo.

Nikolai asintió con la cabeza y, tras despedirse de su familia y hogar, marchó hacia el exterior de nuevo para encontrarse con su nueva tutora que le llevaría a su próximo destino.

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No sé si en este post me tocaba hacer la despedida de Niko (normalmente, los GMs suelen avisar de esto), si me he adelantado demasiado, pido disculpas xD
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Sab Ago 02, 2014 2:14 am

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Nah, aviso en el último post, que resulta que es este, así que ahora sí que sí te toca la despedida.


Cuando Nikolai volvió a salir, listo para marcharse con la mujer que acababa de conocer para un futuro incierto, la lluvia había parado por completo. Nanashi había recogido el paraguas y esperaba paciente en un rincón, observando a su alrededor con interés. Al fin y al cabo, se había acercado a Ciudad de Paso por un motivo.

Al ver acercarse al chico, sacó un aro cilíndrico, de una aleación parecida al metal, pero flexible, y se lo entregó en mano.

Esto nos permite desplazarnos por los mundos ―explicó―. Tienes que colocártelo en alguna parte de tu cuerpo y apretar el botón. Así.

Hizo la demostración ella misma, llevándose la mano a la muñeca. Un destello de luz la inundó y, acto seguido, estaba recubierta por una brillante armadura, que complementó invocando la llave que ya había enseñado a Nikolai.

Y con nuestra propia arma viajamos.

La lanzó al aire, hubo un nuevo destello y regresó convertida en un vehículo volador, sobre el que Nanashi se subió a ralentí, esperando que su nuevo aprendiz la imitara.

Nos marchamos en cuanto te prepares.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Sab Ago 02, 2014 1:41 pm

Como si del típico momento final de una novela se tratase, en cuanto Nikolai pisó la calle, las gotas de agua que caían cesaron. Extendió la palma de la mano hacia arriba y elevó la mirada hacia el nublado cielo. Fíjate tú, el destino le había preparado un viaje que no estaría pasado por agua.

Encontró a su nueva Maestra en un rincón de la calle, observando el panorama mientras le esperaba a que terminase de despedirse de su madre. El joven alzó el brazo para saludarla, y cuando la mujer vio que su alumno ya había llegado, sacó un pequeño aro de metal y se lo entregó.

¿Un regalo de la Orden? —pregunto mientras curioseaba el extraño cilindro metálico.

Esto nos permite desplazarnos por los mundos ―respondió―. Tienes que colocártelo en alguna parte de tu cuerpo y apretar el botón. Así.

Nanashi le mostró el funcionamiento del aparato, llevándose la mano a su propio aro que tenía en la muñeca. Se vio envuelta en un destello luminoso y, al disiparse, una impoluta armadura recubría su cuerpo entero.

Ahora entiendo por qué mi padre decía que los caballeros de la Orden teníais tanta clase —comentó con tono burlón.

El joven se colocó el aro en la chaqueta, justo en la parte en la que estaba su corazón, y se llevó el puño a este. Al igual que su Maestra, se vio envuelto en una armadura de tonos negros y blancos.

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Y con nuestra propia arma viajamos.

¿En serio? —Nikolai alzó las cejas en señal de curiosidad, aunque con el casco de la armadura, ni se notaba—. Eso quiero verlo.

Nanashi invocó su llave espada y la lanzó al aire. En medio del vuelo, el arma comenzó a brillar y, finalmente, se transformo en lo que parecía un vehículo volador en cuanto llegó al nivel del suelo. La mujer se montó en él y espero a que Nikolai hiciese lo mismo.

Nos marchamos en cuanto te prepares.

El joven no hizo de rogar a su Maestra e, imitándola, invocó su llave espada y la lanzó al cielo. En cuanto volvió, se había transformado en una montura mas apropiada para el aprendiz.

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Ya lo tenía todo listo. Se subió al vehículo volador, dispuesto a ver con sus propios ojos que misterios le aguardaban los elementos mas allá de las estrellas.

Después de usted, Maestra Nanashi.

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Pues supongo que puedo dar por finalizado mi segundo prólogo (esperemos que este sea el último xD)
Tengo que decir que me ha ayudado bastante a empatizar un poco mejor con Nikolai. A simple vista me gustaba la idealización del personaje, pero una vez que empiezas a rolear con el, puedes comprobar por ti mismo su forma de actuar.
Agradezco también a los GMs por permitirme comenzar una segunda vez (y especialmente a ti, Nell, por llevar el prólogo del bueno de Niko)
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Sab Ago 02, 2014 2:39 pm

Ambos se marcharon de aquel mundo caótico y volaron hacia las estrellas.

Tal vez el aprendiz tardara en enterarse de la noticia, pero cuando su madre fue a darle sus condolencias a los padres de la niña, con el cuaderno de dibujo bajo el brazo, se encontró con una Mili encantada de que alguien lo hubiese encontrado.


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¡Fin del Prólogo!

Obtienes 20 PX, la Cadena del Reino, Materialización del arma y armadura chuli. Espero que te haya gustado el prólogo =)
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Nell
161. Kairixula
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The Unknowns
 
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