[Ciudad de Paso] Déjame entrar

Prólogo de Nikolai

Si ya has creado tu ficha, pásate por aquí para escribir la primera página de ese gran libro que va a ser tu vida. O échale un vistazo a los amigos y rivales con los que te encontrarás en un futuro.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Mié Jul 23, 2014 2:48 am

Las cosas habían cambiado mucho en Ciudad de Paso. Nikolai se había criado en un mundo acostumbrado a recibir a los extranjeros con los brazos abiertos, a que los vecinos fueran parte de la vida cotidiana y a la amabilidad de los amigos y conocidos que te rodeaban. La mayoría, al igual que él, se habían visto expulsados de sus hogares y arrojados a aquel nuevo sitio que acogía a todos por igual. Por dicha empatía, profesaban el mismo trato a los recién llegados.

Era el mundo en el que había crecido. El mismo que no había variado incluso después de la muerte de su padre. El que nadie esperaba que lo hiciera nunca.

Hasta que llegó el toque de queda.

El joven y su madre recibirían una mañana, como todos sus conciudadanos, el siguiente circular informativo en el correo matutino:

Megumi Kitaniji, actual alcalde electo de Ciudad de Paso,

INFORMA:

Con el objetivo de esclarecer los últimos acontecimientos acaecidos en nuestro mundo, hago llegar el presente circular a cada hogar de nuestra ciudad para notificar de los principales problemas a los que nos enfrentamos:

1. La invasión masiva y descontrolada de los sincorazón. PERMANEZCAN TRANQUILOS. Estamos centrando todos nuestros esfuerzos en contactar con la Orden para que erradiquen la amenaza.

2. La aparición de fuertes individuos que amenazan con tomar el control de la ciudad. NOTIFIQUEN DEL AVISTAMIENTO DE CUALQUIER EXTRAÑO Y NO SE ACERQUEN A ÉL.


Por lo tanto, con la única intención de brindar la mayor seguridad posible a los ciudadanos, declaro un TOQUE DE QUEDA de tiempo completo, con los siguientes puntos:

1. Queda prohibido permanecer fuera de sus hogares sin una escolta. No nos responsabilizamos de las consecuencias para quienes desoigan la advertencia.

2. NO DEJEN ENTRAR A NADIE EN SUS HOGARES. Notifiquen de inmediato cualquier intento al Sr. Leonhart.

3. Los individuos antes citados son MUY PELIGROSOS. NO trate de enfrentarse a ellos.

Que así conste, de ahora en adelante, hasta el fin de la amenaza.


Fdo: El Alcalde,
Megumi Kitaniji.



A partir de entonces y, cómo no, todo había cambiado. Nikolai y su madre, a raíz de dicha orden, habían tenido que recluirse en casa, entre sus libros y el aburrimiento. Algunas veces acudían escoltas para llevarles alimentos, que el alcalde estaba repartiendo entre los ciudadanos confinados, pero su estilo de vida había entrado en una exasperante monotonía de la que era incapaz de salir.

No podía hablar con los vecinos. La única persona con que la que estaba las veinticuatro horas del día los siete días de la semana era su madre. Y ahora, los extranjeros eran vistos con lupa y arrestados cada día frente a su ventana. La desconfianza se había adueñado de las calles.

El día en que oyó unos fuertes golpes en su puerta llovía a cántaros fuera. Enseguida comprendió que no era una llamada normal de los escoltas, pues estos solían vociferar directamente para hacerle saber que no se trataban de sincorazón (que a veces rasgaban o arañaban la puerta).

Los golpes continuaron hasta que vinieron acompañados por una voz desconocida para Nikolai:

Déjame entrar…
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Mié Jul 23, 2014 4:08 pm

Encerrado como un preso en mi propia casa.

Nikolai murmuró aquellas palabras mientras contemplaba desde la ventana como caían las gotas de lluvia. Aquel joven se había criado en un mundo rico en diferentes culturas que poblaban las calles de la conocida Ciudad de Paso. A diferencia de él, quien había estado toda su vida allí, existían otros como sus padres que habían llegado a la Ciudad desde otros mundos, y disfrutaba entablar toda clase de conversaciones con aquellos ciudadanos, ya fuese para calmar sus ansias de aprendizaje o para avanzar en algunos de sus proyectos que su padre dejó a medias.

Pero las cosas dejaron de ser así. La situación de la ciudad entera cambió en cuanto llegó ese maldito trozo de papel.

La circular del ayuntamiento que les había llegado a él y a su madre informaba de los ya conocidos acontecimientos que estaba sufriendo la ciudad: Los sincorazón ya eran un problema desde hace años, pero con el masivo crecimiento de la plaga, las calles ya no eran tan seguras como antes. Para mayor escarnio, a eso se le había sumado una misteriosa organización salida de la nada que pretendía adueñarse de la ciudad por medio de la fuerza.

El alcalde, con la única intención de mantener la seguridad de los ciudadanos, no tuvo más remedio que declarar el toque de queda de tiempo completo en toda la ciudad. No se harían responsables de aquellas personas que saliesen de sus casas en algún momento del día y que sufriesen algún infortunio. Y bajo ningún concepto se debía abrir la puerta a nadie.

Las bulliciosas calles no tardaron en vaciarse por completo. Todos los habitantes debían quedarse recluidos en sus hogares. Y ahí afuera, se arrestaba cada dos por tres a cualquiera que pareciese sospechoso. Ciudad de Paso ya no era la misma de siempre.

Lo único que podía hacer Niko en aquel momento era mirar la lluvia mientras pensaba en lo mucho que había cambiado su hogar en tan poco tiempo. Los días de lluvia eran idóneos para quedarse en casa a leer ¿Pero que podía hacer él cuando ya se había leído repetidas veces todos los volúmenes de los que disponía y sin la posibilidad de proseguir con sus estudios de los elementos?

—Por mucho que mires al exterior, no nos dejarán salir antes.

Niko se volteó al reconocer la característica voz de la mujer que tenía a sus espaldas. Un cabello tan oscuro como el carbón y dos ojos de azul celeste que su hijo había heredado por su parte. La madre de Niko, Shanna, se acomodó en una silla de la habitación y le dio un sorbo a la humeante taza de té que sostenía en sus manos.

Solo intento dejar descansar un poco a mi mente —mintió el joven, siendo consciente de que lo único que había hecho nada mas plantarse en frente de la ventana fue darle mas vueltas a la cabeza—. Eso, e intentar no olvidarme de cómo eran las cosas antes de tuviésemos a tanto maleante suelto por aquí.

Su madre dejó la taza en la mesa y se cruzó de brazos, mirando por el rabillo del ojo a su hijo, el cual seguía con la cara pegada a la ventana.

¿Sabes? Llevo un par de meses pidiendo unos días libres en el trabajo para tomarme un descanso —Shanna dejó escapar un largo suspiro—. Pero me parece que este descanso ya está sacando de quicio a todo el vecindario.

Niko rió por lo bajo al escuchar el comentario de su madre, pero era cierto. No sabía cuanto tiempo tendrían que seguir en aquellas condiciones. Lo único que podían hacer era esperar.

Y sin previo aviso, pillando desprevenidos a madre e hijo, unos fuertes golpes provenientes de la puerta irrumpieron en el silencio de la casa. Sabían de antemano que no podría tratarse de los guardias. Sus característicos gritos hacían obvio que se trataba de ellos. Y hasta el momento, ningún sincorazón de la ciudad sabía tocar la puerta mientras no fuese a base de arañazos.

Los golpes se oyeron una segunda vez, pero esta vez, fueron acompañados por una voz desconocida para los habitantes de la casa:

―Déjame entrar…

Niko y su madre intercambiaron miradas. No parecía tratarse de ningún sincorazón, pero en vista de la aparición de individuos misteriosos en su mundo, tampoco era tan seguro abrir la puerta. No obstante y, para sorpresa de su madre, Nikolai abandonó su estancia junto a la ventana y se aproximó hacia la puerta.

—Niko, espera —ordenó Shanna—. ¿Acaso no recuerdas lo que ponía en la circular?

Demasiado bien, y también recuerdo la parte que dice que se ignorará a cualquiera que haya sido atacado fuera —argumentó el joven—. Además ¿No eras tú la que decía siempre que los visitantes eran bien recibidos en tu casa?

Shanna ladeó la cabeza, dudando. Momentos después, apoyó las manos sobre sus caderas y suspiró.

No tienes remedio… igual que tu padre.

La mujer se dio la vuelta y se metió en la cocina. Niko no pudo evitar arquear la ceja en cuanto la vio volver con un cuchillo de cocina que se estaba escondiendo en la ropa.

En mi casa, los visitantes son bien recibidos, pero también espero por su parte una conducta ejemplar —declaró Shanna.

El joven esbozo una leve sonrisa y se dirigió a la puerta, dispuesto a abrirla lentamente.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Mié Jul 23, 2014 7:24 pm

Desoyendo la advertencia del alcalde, Nikolai abrió lentamente la puerta. En cuanto accionó el mecanismo, aun sin haber ni una mínima obertura, la persona de fuera la empujó con fuerza, golpeando al chico y haciéndole retroceder.

Abrió por completo la puerta, aunque se quedó en el marco. Miró con fijeza a Nikolai y exclamó:

¡Ja, ja, ja! ¡Otro más que sospecha de la verdad!

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(Cogida vilmente del VaJ de Jolou. Es el hombre de la derecha).


Le conocía. Era Paco, un vecino del Distrito 1. Solía ser un hombre soso y desanimado, sin mucho que contar, por lo que verle allí de golpe con aquella actitud avasalladora no encajaba en absoluto con él.

Y había algo más. Se le notaba nervioso, ido de alguna forma. Después de fijarse en Nikolai, recorrió una rápida mirada por toda la estancia como si se cerciorara de algo. No prestó atención al cuchillo de Shanna, a pesar de ser claramente visible. En cuanto reconoció todo, suspiró de alivio y volvió de nuevo la vista a Nikolai, en esta ocasión, evaluándolo.

Has sido muy valiente, ¿sabes? La mayoría de la gente está recluida en su casa, haciendo oídos sordos a todo lo que escuchan de fuera y fingiendo que ya no existe el exterior. Los pocos que me han dejado pasar sufrían infartos cada segundo que dejaba la puerta abierta ―rio como un maníaco―. Me pregunto si serás el primero en aguantar el viaje.

Acto seguido, le cogió de la muñeca y tiró de él hacia fuera, cerrando la puerta con la otra mano y dejando a la madre de Nikolai dentro. Sin pararse ni un momento, echó a correr en dirección al Distrito 2, agarrando aun al chico con fuerza para que no se liberara de él.

Nikolai podía intentar zafarse, pero el hombre tenía más fuerza con él y el apretón le obligaba a dejarse llevar en la carrera.

¡Escúchame! ¡No estoy loco! ―le gritó―. Esas cosas que nos han contado sobre los sincorazón y los que vienen a apoderarse de este mundo… ¡es todo mentira! ¡Solo un idiota se lo creería! Un idiota… o alguien encerrado permanentemente en una casa incapaz de salir a descubrir la verdad. ¿¡Lo entiendes, no!? ¡Nos están quitando de en medio!

Finalmente, alcanzó el portón del Distrito. Estaba cerrado, pero no con llave, por lo que Paco le dio un empujón y abrió la puerta con facilidad. A pesar de que los sincorazón se habían adueñado desde hacía un par de años de los Distritos 2 y 3, la circular y los rumores daban a entender que también se habían extendido al Distrito 1. Sin embargo, era de esperar que su mayor actividad la realizaran en los dos anteriormente conquistados, por lo que el hombre le estaba metiendo de lleno en la boca del lobo.

He hecho algunas indagaciones y estoy muy cerca de conseguir una prueba irrefutable para abrir los ojos a la gente ―continuó parloteando como un loco, mientras giraba hacia la izquierda―. ¿Sabes lo que significa eso? ¡La vuelta a la normalidad! ¡Dejarán de engañarnos y podremos salir de nuevo a la calle! ¿Me ayudarás, verdad? Tu padre… tu padre me habría ayudado… era un gran hombre…

A aquellas alturas, Nikolai se daría cuenta de que, a pesar de su fuerza, el hombre no estaba acostumbrado a correr. Comenzaba a cansarse y tenía las manos sudorosas. Probablemente, si le ponía empeño, podría escurrir su muñeca y liberarse de él. En el caso de que no le creyera, claro.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Mié Jul 23, 2014 9:25 pm

En cuanto Niko accionó el mecanismo que hacía funcionar el seguro de la puerta, esta se abrió de sopetón, propinándole un buen golpe en la nariz y haciéndole retroceder al instante. El individuo que había empujado con semejante fuerza se plantó en el marco de la puerta mirándole fijamente. Aquel rostro le resultaba familiar, ya lo había visto varias veces por el distrito.

¡Ja, ja, ja! ¡Otro más que sospecha de la verdad!

¡¿Paco?! —exclamó confusa Shanna—. ¿Pero que haces ahí fuera con este tiempo?

Mientras Niko se frotaba la nariz para aliviar el dolor, reparó en la extraña forma de actuar de su vecino. Paco no es que fuese el alma de la fiesta del vecindario. Solía llevar una vida bastante tranquila y apenas llamaba la atención. Pero el hombre que tenía justo en frente parecía completamente distinto: Su comportamiento impulsivo, su nerviosismo, y en aquel instante parecía estar buscando con la mirada algo en concreto. Por fortuna, no reparó en el arma improvisada que su madre se había agenciado, quien aún se intentaba recuperar del susto que le había pegado al irrumpir de aquella manera.

En cuanto acabó de inspeccionar el lugar, pareció relajarse un poco y fijó su mirada en él.

Has sido muy valiente, ¿sabes? La mayoría de la gente está recluida en su casa, haciendo oídos sordos a todo lo que escuchan de fuera y fingiendo que ya no existe el exterior. Los pocos que me han dejado pasar sufrían infartos cada segundo que dejaba la puerta abierta.

El hombre comenzó a reír de una forma no muy placentera ¿Acaso aquel comportamiento era fruto del enclaustramiento por el que estaban pasando todos los ciudadanos?

Me pregunto si serás el primero en aguantar el viaje.

Inmediatamente, Paco agarró la muñeca del joven y tiró de él, sacándolo a la calle por la fuerza.

¡Oye! ¡Espera!... —pero antes de que Shanna pudiese hacer algo, Paco cerró la puerta de de manera abrupta con la otra mano, frenándola en seco.

El individuo no se detuvo ahí. Manteniendo bien agarrada la muñeca de Nikolai, echó a correr con él a rastras en dirección a lo que parecía ser el Distrito 2 y metiéndose de lleno en el aguacero que estaba cayendo. Niko comprobó que su “captor” le tenía bien agarrado, demostrando tener bastante fuerza para su complexión. Intentar zafarse no era una opción disponible, y lo único que pudo hacer, fue echar la vista hacía su casa, alejándose de ella cada vez mas.

Habrías podido dejar que cogiese un paraguas —soltó con tono sarcástico—. ¿Me puedes explicar a que viene todo esto?

¡Escúchame! ¡No estoy loco!

¿Sabes que lo primero que suelen decir los locos es eso? —Niko ladeó la mirada en señal de que el hombre no le iba a dejar marchar tan fácilmente.

Esas cosas que nos han contado sobre los sincorazón y los que vienen a apoderarse de este mundo… ¡es todo mentira! ¡Solo un idiota se lo creería! Un idiota… o alguien encerrado permanentemente en una casa incapaz de salir a descubrir la verdad. ¿¡Lo entiendes, no!? ¡Nos están quitando de en medio!

Definitivamente, el toque de queda había tenido efectos muy negativos, y Paco se había llevado la peor parte. Toda aquella habladuría sobre mentiras y verdades que debían ser destapadas no tenía pinta de llevar a ningún lado. Niko iba a necesitar muchísima paciencia para sacar algo en claro de su alterado vecino.

Tras un buen rato corriendo, Paco le llevó hasta la puerta que comunicaba con el Distrito 2, estando al otro lado del portón la “guarida” de las infames criaturas que pululaban por la ciudad. Estaba cerrada, pero sin el cerrojo, por lo que el hombre pudo abrirla de un empujón. Era irónico que el ayuntamiento se tomase tantas molestias en evitar que la gente permaneciese en sus casas y se les pasasen por altos detalles de este tipo.

He hecho algunas indagaciones y estoy muy cerca de conseguir una prueba irrefutable para abrir los ojos a la gente ―el tipo parecía cada vez mas convencido de sus palabras según soltaba su discurso―. ¿Sabes lo que significa eso? ¡La vuelta a la normalidad! ¡Dejarán de engañarnos y podremos salir de nuevo a la calle! ¿Me ayudarás, verdad? Tu padre… tu padre me habría ayudado… era un gran hombre…

Niko se quedó perplejo al comprobar las intenciones de aquel hombre ¿Acaso pretendía convencerlo utilizando a su padre?

Inmediatamente, dio un fuerte tirón del brazo por el que le estaba agarrando Paco para liberarse y frenarle. Antes de nada, alzó el dedo índice de su mano derecha para interrumpirle y dejarle hablar.

Hay una cosa que mi padre siempre exigía cuando se le planteaba algo: Hechos —declaró Nikolai de manera tajante—. Nada se puede sustentar por medio de rumores y difamaciones. Son los hechos los que demuestran su veracidad.

>>Has dicho que tienes pruebas sobre tu “verdad”, ¿correcto? Pues primero explícame en que consisten tus pruebas.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Jue Jul 24, 2014 12:10 am

Paco se quedó mirando embobado al chico, como si no entendiera su petición de que le presentara algo que confirmara su postura. Miró al cielo, como si se acabara de percatar que llovía (de ahí la mención al paraguas), se pasó la mano por el pelo y soltó una carcajada.

¡Chico listo! ¡Me alegra que no te hayas dejado embaucar por ellos! Si no, no me habrías abierto la puerta ―asintió―. Y me encantaría demostrártelo, pero como ya te he dicho, necesito recoger esas pruebas antes. Por el momento, te lo explicaré.

»Han pasado dos años desde que aparecieron los primeros sincorazón en Ciudad de Paso. ¿Sabes de dónde provienen en realidad? De un mundo llamado «Bastión Hueco», que cayó en la oscuridad y los trajo al mundo. Tenemos muchos refugiados en la ciudad, pero hay un grupo que destaca sobre todos los demás y, en mi opinión, siempre han sido muy sospechosos: la pandilla de León.

»Piénsalo un momento. Llegaron como héroes, como férreos combatientes de los sincorazón. ¿Y qué hemos tenido desde entonces, eh? ¡Este encierro! ¡Sincorazón pululando a la puerta de nuestras casas, cuando antes se recluían en los Distritos 2 y 3!

»Lo entenderé si aún sigues receloso, porque yo tampoco veía la relación entre ambos sucesos. Hasta que pillé al mismísimo León hablando con el alcalde sobre el plan de la invasión. Son enemigos de la Orden, y nos están utilizando para hacerles caer en una trampa. ¿Quieres otra prueba?

»Dime, ¿cuánto tiempo llevamos hablando? ¿Y cuántos sincorazon han aparecido desde entonces? ―extendió los brazos para abarcar todo el paseo―. Ahí tienes tu respuesta. Los sincorazón siguen sus órdenes. Ellos los controlan y aparecen allí donde se lo ordenan.

Volvió a pasarse la mano por el pelo para quitarse algunas gotas, mientras dejaba a Nikolai tiempo para pensar antes de proseguir con la explicación.

Van a reunirse de nuevo hoy. Necesito la ayuda de alguien para grabar su conversación mientras yo les hago desembuchar. ¿Lo harás? ¿Confiarás en mí? ¿Por favor? Eres el único que me ha escuchado hasta ahora ―acabó por suplicar―. Acompáñame a la reunión. Si estoy equivocado, prometo devolverte sano y salvo a casa.

A aquellas alturas, estaban empapados. Definitivamente, le tendría que haber dejado coger un paraguas.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Jue Jul 24, 2014 1:12 pm

¡Chico listo! ¡Me alegra que no te hayas dejado embaucar por ellos! Si no, no me habrías abierto la puerta ―Niko se limitó apoyar sus manos sobre la cintura. Había desobedecido unas cuantas normas, pero tampoco llegaba a compartir la ferviente creencia de su vecino―. Y me encantaría demostrártelo, pero como ya te he dicho, necesito recoger esas pruebas antes. Por el momento, te lo explicaré.

De acuerdo, soy todo oídos —el joven extendió la palma de su mano para darle total libertad a explayarse—. Dispara.

Han pasado dos años desde que aparecieron los primeros sincorazón en Ciudad de Paso. ¿Sabes de dónde provienen en realidad? De un mundo llamado «Bastión Hueco», que cayó en la oscuridad y los trajo al mundo. Tenemos muchos refugiados en la ciudad, pero hay un grupo que destaca sobre todos los demás y, en mi opinión, siempre han sido muy sospechosos: la pandilla de León.

Bastión Hueco. Niko ya había oído hablar sobre ese lugar de boca de otros ciudadanos que vinieron de ese mundo, aunque por aquí era mas conocido por el nombre de “Vergel Radiante” antes de que se convirtiese en lo que es ahora.

Sobre la “pandilla de León” sabía lo justo, que su líder era el mismo que le daba su nombre.

Piénsalo un momento. Llegaron como héroes, como férreos combatientes de los sincorazón. ¿Y qué hemos tenido desde entonces, eh? ¡Este encierro! ¡Sincorazón pululando a la puerta de nuestras casas, cuando antes se recluían en los Distritos 2 y 3!

¿Insinúas que el crecimiento de la plaga de sincorazón tiene algo que ver con este grupo? —cuestionó Niko—. Es un tanto irónico que los defensores del pueblo sean la causa de que no podamos salir ni de nuestras casas.

Lo entenderé si aún sigues receloso, porque yo tampoco veía la relación entre ambos sucesos. Hasta que pillé al mismísimo León hablando con el alcalde sobre el plan de la invasión. Son enemigos de la Orden, y nos están utilizando para hacerles caer en una trampa. ¿Quieres otra prueba?

El joven simplemente se encogió de hombros y le asintió levemente con la cabeza.

Dime, ¿cuánto tiempo llevamos hablando? ¿Y cuántos sincorazón han aparecido desde entonces? ―Paco extendió los brazos, dándole a entender Niko que mirase a su alrededor, y así hizo―. Ahí tienes tu respuesta. Los sincorazón siguen sus órdenes. Ellos los controlan y aparecen allí donde se lo ordenan.

El hombre dejo descansar la lengua para darle tiempo a su oyente a que asimilara todo lo que se había tenido que tragar. Valiente acusación la que había realizado el individuo. El joven comenzó a andar lentamente alrededor del paseo en el que estaban sin alejarse mucho de Paco. Quería reorganizar un poco mente.

Su padre había dedicado su vida a estudiar los catorce elementos, y sabía lo suyo acerca del oscuro elemento que, junto a la Luz, habían causado tanta polémica. Pero apenas sabía sobre las criaturas que habían nacido de la oscuridad, solo podía afirmar que nadie podía llegar a comprender a unos seres tan impredecibles como los sincorazón.

Un cualquiera no se podía poner al mando de aquellas criaturas, y mucho menos el gobierno de una ciudad que hace lo que puede para retenerlas.

Van a reunirse de nuevo hoy. Necesito la ayuda de alguien para grabar su conversación mientras yo les hago desembuchar. ¿Lo harás? ¿Confiarás en mí? ¿Por favor? Eres el único que me ha escuchado hasta ahora ―suplicó el hombre―. Acompáñame a la reunión. Si estoy equivocado, prometo devolverte sano y salvo a casa.

Niko se detuvo en seco y se acicaló el pelo para retirar el exceso de agua que llevaba encima aunque, si seguía debajo de aquel chaparrón, en cuestión de segundo volvería a estar chopado. Volvió a echar un último vistazo hacia el Distrito 1, en donde se había quedado su madre. A estas alturas, la mujer debía de estar bastante preocupada por su hijo.

Como ya he dicho antes, no puedes sustentar una hipótesis por rumores y habladurías. Nada en esta vida es seguro hasta que se demuestra lo contrario —Nikolai encaró al tipo con una semblante seria—. Así que tendremos que ir al ayuntamiento a recoger esa “prueba” tuya y dejarnos de rumores.

Sinceramente, Niko tenía sus dudas acerca de las confabulaciones que involucraban al alcalde y a los sincorazón. Pero sabía de sobra que en el ayuntamiento, las cosas no debían ir muy bien con el tema del toque de queda y la implantación de aquellas abusivas normas. Seguramente, el lugar estaría en completo caos, y Niko quería ver con sus propios ojos que era lo que estaba cambiando de manera tan brusca Ciudad de Paso.

Llegados a este punto, era tontería echarse para atrás.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Jue Jul 24, 2014 4:53 pm

Paco estaba exultante de felicidad. Hizo un gesto a Nikolai para que le siguiera y entró en el Hotel. Desde la invasión, a falta de nuevos inmigrantes y turistas, había estado vacío y se rumoreaba que era uno de los mayores nidos de sincorazón. Sin embargo, cuando el chico y su acompañante entraron, pudieron comprobar que no había nada.

Su vecino avanzó por el pasillo, fijándose en las puertas a su izquierda hasta llegar a una roja y dorada, con un número 2 pintado en la superficie. La abrió y se echó a un lado.

Adelante ―le invitó primero.

La habitación era simplona. Había una cama individual, una cómoda para la ropa, una mesita circular en el centro y un cofre enorme empotrado en una esquina. Las únicas salidas eran la puerta a la otra habitación de la derecha y el balcón.

La reunión no será en el ayuntamiento, sino aquí, en la habitación de al lado ―le contó Paco, después de que hubiera entrado. Él, en cambio, se quedó en el marco―. Te avisaré con tres golpes cuando lleguen. Toma esto, por las molestias ―le entregó un chicle de menta.

Acto seguido, cerró la puerta. Un sonido metálico al otro lado, además de la comprobación por sí mismo, le haría saber a Nikolai que había echado la llave.

Irónicamente, volvía a estar encerrado, a salvo, en una supuesta misión para liberar a la gente de sus hogares.

Durante la espera, podía registrar la habitación. La cómoda, cómo no, estaba llena de ropa de hombre, aunque curiosamente no encontró ni una prenda interior. El cofre, en cambio, se hallaba vacío, salvo por un cuaderno lleno de bocetos de los sincorazón más comunes de Ciudad de Paso. Y debajo de la cama, había un montón de envoltorios de chicle.

Tuvieron que pasar unos minutos antes de que sucediera algo más. Esta vez, en la puerta que daba al balcón, escuchó una voz desconocida. Si retiraba las cortinas de la ventana vería que no había nadie; y, sin embargo, esta era potente y clara:

Déjame entrar…

Otra vez.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Jue Jul 24, 2014 8:34 pm

Paco parecía bastante satisfecho con la decisión de Nikolai. Sin perder ni un minuto más, el hombre le indicó la ruta a seguir, aunque el joven se extrañó cuando acabaron llegando al hotel del Distrito 2. El punto bueno era que la lluvia ya no sería un problema allí dentro.

Las instalaciones estaban completamente desiertas, indicio de que la llegada de visitantes se había reducido drásticamente debido a los últimos percances que se habían dado en el mundo. Finalmente, llegaron a una habitación con la puerta roja y con el número 2 grabado. Su vecino la abrió y se apartó a un lado, dejando el acceso libre.

Adelante.

Niko aceptó la invitación y pasó al interior de la habitación.

¿Puedo preguntar que buscamos por aquí?

La reunión no será en el ayuntamiento, sino aquí, en la habitación de al lado ―respondió Paco, quedándose él fuera de la habitación.

Era lógico. Si esos dos pretendían hablar de asuntos importantes que no podían salir a la luz, lo ideal sería hacerlo en algún lugar en el que nadie les encontrase.

Te avisaré con tres golpes cuando lleguen. Toma esto, por las molestias ―el hombre le ofreció un chicle de menta como compensación por la carrera y el remojón de antes.

Oh… gracias —cogió el chicle y, tras echarle un rápido vistazo, se lo metió en el bolsillo.

Tras eso, Paco cerró la puerta y, seguidamente, se escuchó el traqueteo metálico del cerrojo. No cabía duda, estaba encerrado… otra vez.

Genial, he pasado de estar encerrado en mi propia casa a estarlo en una habitación de hotel —rió Niko—. Y yo que pensaba que el día de hoy iba a ser aburrido.

Sin otra opción disponible, Nikolai se espolsó como pudo el agua de la chaqueta e inspeccionó el habitáculo en el que se había metido. Desde luego, aquello no era la típica suite en la que los recién casados pasaban su noche de bodas. Una cama individual con una montaña de envoltorios de chicle debajo, una cómoda llena de ropa masculina y un cofre empotrado bastante simplón, que lo único que contenía era un cuaderno de dibujos.

¿Conclusión? Que el servicio de limpieza no había hecho acto de presencia en una buena temporada. Lo más probable era que, si le pasaba a cualquier mueble de la estancia el dedo por encima, obtendría una buena capa de polvo.

Durante la larga espera, Niko comenzó a ojear el cuaderno que había dentro del cofre. Quien se hubiese hospedado allí, se dedicó a dibujar en él a los distintos sincorazón que se podían ver por la ciudad. No era muy alentador que la imagen con la que se quedaban los visitantes fuese la de esos monstruos que causaban tantas molestias a la población.

Y al cabo de un rato, lo volvió a escuchar:

―Déjame entrar…

Nikolai apartó la vista del cuaderno la dirigió hacia el ventanal que daba al balcón, de donde parecía provenir. Otra voz desconocida, pero el mismo mensaje que antes.

Dejó el cuaderno en la cómoda y se aproximó hacia el ventanal, pero cuando retiró las cortinas, no encontró nada al otro lado del cristal. Estaba seguro de haber escuchado a alguien. Quizás el aguacero que estaba cayendo no le dejase ver con claridad el exterior.

<Ya has desobedecido las normas antes, Niko. Cumplirlas ahora no te va a servir de mucho.>

Y sin pensárselo dos veces, abrió el ventanal para comprobar quien era el que le estaba pidiendo entrar.

Otra vez.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Jue Jul 24, 2014 10:09 pm

Echando un ojo a los dibujos, Nikolai vería algo que con un vistazo general le habría pasado desapercibido. La última hoja estaba firmada por una tal Mili, la propietaria del cuaderno. Nikolai la conocería como una niña alegre de la ciudad, a la que no veía desde que se confinaron todos en sus casas.

¿Por qué estaría allí su cuaderno?

Acto seguido, escuchó las sospechosas palabras tras la puerta y procedió a abrirla, desoyendo por segunda vez la advertencia. Tal y como había comprobado por la ventana, fuera no había nadie. Pero sí algo.

Una grabadora.

Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar…

Podría haber pensado que era la que Paco sabiamente le prestaría para grabar la conversación entre León y el alcalde que se produciría de un momento a otro, sino fuera porque sobre ella aparecieron, surgidos de la oscuridad, cuatro criaturas que Nikolai solo había visto a través de su ventana o en libros: sincorazón. Dos Sombras y dos Soldados.

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Empezaron a avanzar hacia él, cerrándole la salida al balcón.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Vie Jul 25, 2014 1:22 am

En cuanto Niko abrió la ventana, comprobó la razón de por qué no había visto a nadie a través de ella: nunca hubo nadie al otro lado.

Al asomarse al balcón para comprobar que su oído no le había jugado una mala pasada, las gotas de lluvia volvieron a humedecer su pelo. Oteó a ambos lados en busca de la fuente de la voz que había escuchado antes. Fue entonces cuando volvió a escucharla debajo suya, y cuando inclinó la cabeza hacia abajo, descubrió el pequeño aparato que le había pedido abrir la puerta.

―Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar…

Una grabadora. Había desobedecido por segunda vez la norma de la circular por una simple grabadora. Estaba claro que alguien la había dejado allí con el propósito de que la encontrase, posiblemente el bueno de Paco para no perder detalle de la charla que iban a tener el alcalde y el guardián de la ciudad.

Pero lo que quizás no entrase dentro del plan era la aparición de cuatro visitantes de tonos oscuros y ojos amarillos. Todos los habitantes de Ciudad de Paso habían visto en alguna ocasión a los sincorazón, pero era la primera vez que Nikolai los tenía tan cerca.

Disculpen, pero no he llamado al servicio de habitaciones.

Lo más probable es que los sincorazón no llegasen a captar el sarcasmo, por lo que en pocos segundos recabó las posibilidades disponibles: el balcón estaba obstaculizado y la puerta que daba al pasillo bien cerrada por cortesía de su querido vecino, por lo que la opción mas viable era la puerta que daba a la habitación contigua.

Pero antes de abandonar la habitación, recordó un pequeño detalle que había visto en el cuaderno de dibujo. Lo había leído antes, pero en ese instante se percató de que ese nombre le sonaba de algo.

La pequeña Mili vivía en su vecindario, una muchacha encantadora, aunque era extraño que un cuaderno con su nombre acabase en la habitación de un hotel. Ya que estaba allí, el joven optó por coger el cuaderno antes de que los sincorazón la tomasen con lo que encontrasen en la habitación. Seguidamente, corrió hacia la puerta de la habitación contigua para abandonar la estancia invadida por aquellos monstruos.

Pero también estaba la posibilidad de que dicha puerta también estuviese cerrada, y en ese caso se tendría que recurrir al Plan B: Tantear a los sincorazón de cualquier manera (evitando los mayores zarpazos posibles) para que dejasen el acceso al balcón libre y con ello, otra vía de escape disponible.

Un plan era más arriesgado que el otro, pero dos planes eran mejor que uno.
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Vie Jul 25, 2014 12:08 pm

Nikolai corrió hacia la segunda puerta, cuaderno de dibujo en mano, y comprobó con alivio que esta cedía con absoluta facilidad. Una vez al otro lado, la volvió a cerrar. Tenía la llave dentro de la cerradura, así que podía echarle el pestillo también si quería.

Desde que se confinó con su madre dentro de casa, no había sufrido ningún ataque de sincorazón. Tal vez fuera porque estos no podían atravesar puertas, de lo cual no podía estar del todo seguro.

La nueva habitación que accedió quizá fuera más de su agrado que la anterior. Tenía por doquier tonos rojos, en paredes, sábanas y decoración en general. La cama doble ocupaba el centro de la habitación y solo dejaba espacio para una cómoda.

El joven escuchó un murmullo de voces procedente del exterior. Si se asomaba a la ventana, alcanzaría a verlo y escucharlo mejor. Fuera, empezaba a amainar la lluvia y se sorprendería al pillar en la calle de abajo a Paco. Estaba hablando con alguien, a quien no alcanzaba a vislumbrar porque el balcón le tapaba la vista.

Mi señor… Le he traído otro incauto más… Os pido de nuevo que perdonéis mi vida… Seré leal, lo juro…

Bien hecho… Me has servido bien. He podido aumentar mi ejército de sincorazón y seguir sembrando el caos en este custodiado mundo gracias a ti. Mereces el perdón y conservar tu patética vida humana.

El señor es misericordioso… Os he obsequiado con la pareja, el anciano, la niña y el muchacho nuevo…

… Y ya no queda nadie más que se fíe de ti y te abra la puerta. Por lo tanto, no me serás más de utilidad. Mereces el perdón… ¡pero no tengo por qué dártelo!

¡Mi señor… Rubicante!

Paco trató de retroceder, pero fue inútil. Varios sincorazón Sombra se abalanzaron sobre él desde la posición que ocupaba su interlocutor, atacándole con sus garras. Su vecino gritó y cayó al suelo, tan muerto de miedo que ni siquiera trató de defenderse. Los sincorazón tardaron apenas unos segundos en conseguir que un brillante corazón rojo saliera de su pecho y ascendiera al cielo. El cuerpo desapareció y, en su lugar, se materializó un Soldado.

Si abría la puerta del balcón y se asomaba por este, vería a la persona que acababa de asesinar a sangre fría a su vecino. ¿Valía la pena el riesgo?

Por otro lado, escuchó golpes en la puerta que comunicaba con el pasillo del hotel y una nueva voz. Los sincorazón aún no habían entrado por la otra.

Déjame entrar.

¿A la tercera iba a la vencida?
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Vie Jul 25, 2014 2:05 pm

Por fortuna para Niko, la puerta que comunicaba con la otra habitación no estaba cerrada, así que el Plan B no sería necesario. Llevándose consigo el cuaderno de la pequeña Mili, atravesó la puerta e inmediatamente la cerró de un portazo. Ya que en la cerradura también vio una llave bien encajada, no tuvo impedimento alguno en asegurarse de que sus perseguidores no lo tuviesen tan fácil para pasar, echando el pestillo.

Se dio la vuelta y comprobó que aquella habitación no resultaba ser tan simplona como la anterior. Prefería el color azul, pero debía reconocer que los tonos rojos de los muebles y cortinas le daban cierto encanto. Hasta tenía una cama doble y todo.

Momentos después, escuchó unas voces que provenían del exterior. Al asomarse, corroboró que esta vez no se trataba de una grabadora. Su vecino, Paco y otra persona que no llegó a vislumbrar desde la posición en la que se encontraba estaban teniendo una conversación.

Mi señor… Le he traído otro incauto más… Os pido de nuevo que perdonéis mi vida… Seré leal, lo juro…

Bien hecho… Me has servido bien. He podido aumentar mi ejército de sincorazón y seguir sembrando el caos en este custodiado mundo gracias a ti. Mereces el perdón y conservar tu patética vida humana.

¿Otro incauto? —murmuró el joven—. Oh…

Niko se dio un par de golpecitos en la sien. Todo este tiempo no estaba ahí para espiar una conversación entre el alcalde y el guerrero del antiguo vergel que nunca se llegaría a dar ¿Pero quien iba a pensar que el soso de su vecino habría hecho un pacto con su nuevo “señor” para ofrecerle gente inocente y convertirla en monstruos devora corazones?

El señor es misericordioso… Os he obsequiado con la pareja, el anciano, la niña y el muchacho nuevo…

<¿La niña?>

Niko se temió lo peor y bajó la mirada al cuaderno que aun sostenía. Consternado, cerró los ojos y se llevó el cuaderno a la frente. No era propenso a maldecir, pero esperaba que aquel cobarde recibiese su merecido por involucrar a una inocente chiquilla en todo esto.

A parte de la pequeña y él, escuchó mencionar a otras tres personas. Viró la cabeza hacia el otro cuarto y se imaginó el origen de los cuatro sincorazón que habían intentado arrancarle el corazón.

… Y ya no queda nadie más que se fíe de ti y te abra la puerta. Por lo tanto, no me serás más de utilidad. Mereces el perdón… ¡pero no tengo por qué dártelo!

¡Mi señor… Rubicante!

Al parecer, Paco iba a recibir su castigo más pronto de lo esperado. A la orden de la misteriosa figura que lo había estado manipulando, cuatro sincorazón atacaron al indefenso tipo. Se escucharon gritos de dolor durante unos instantes, para luego dar paso a una brillante figura con forma de corazón que se perdió en el nublado cielo.

El tal Rubicante recompensó a su sicario alistándolo en el ejército de sincorazón que pretendía crear. Lo que había hecho aquel hombre se podría considerar rastrero y vil pero, nadie merecía un destino tan nefasto.

Y en el momento más oportuno, se empezaron a escuchar golpes en la puerta que daba al pasillo junto a otra misteriosa voz que traía un mensaje ya conocido para Nikolai.

―Déjame entrar.

Era una broma, ¿verdad? Las dos veces que había abierto la puerta por culpa de esa frase habían traído consecuencias no muy agradables. La experiencia le indicaba que abrir la puerta podía jugarle una mala pasada. Claro que, salir de allí por el balcón no era la idea más apropiada teniendo en cuenta que ahí fuera se encontraba un asesino.

No le iba a dar el gustazo al hombre conocido como Rubicante de convertirlo en un monstruo ¿Qué más daba volver a ignorar rotundamente la dichosa circular? Lo peor que podía pasarle era que se encontrase de lleno una panda de sincorazón hambrientos… u otra grabadora del demonio.

Estaba decidido, se mantuvo a una distancia prudencial de la puerta y extendió el brazo para abrirlo.

De perdidos al río… —pronunció Niko—. Supongo que es lo que se dice en estos casos.

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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Dom Jul 27, 2014 2:33 am

Por tercera (¿y última?) vez, Nikolai cedió a la petición y abrió la puerta.

Detrás, no había un vecino enloquecido ni una grabadora. En su lugar, se hallaba una mujer que no había visto antes. Rubia, con el pelo recogido hacia arriba y una mirada inquisitiva sobre Nikolai. Llevaba un largo vestido blanco que arrastraba por detrás, y un paraguas mojado (razón por lo que ella no lo estaba) del mismo color en una de las manos.

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Pensaba que todos los habitantes de este mundo estabais recluidos en vuestras casas ―comentó, aprovechando el hueco que dejaba el brazo estirado de Nikolai para entrar con parsimonia en la habitación―. ¿Qué hace este hotel abierto?

Ni se presentó, ni dijo nada más hasta que Nikolai se explicara. Miraba a su alrededor con curiosidad analítica, como si buscara algo en concreto, y dio unos cuantos pasos por la pequeña habitación para que no quedase ningún recoveco fuera del alcance de su examen.

Entonces, los sincorazón por fin dieron muestras de seguir en la habitación contigua. Las dos Sombras se escurrieron bajo la puerta, fusionadas con el suelo, para materializarse otra vez en el nuevo cuarto. Los Soldados, mientras tanto, comenzaron a golpear la puerta. Debía de ser muy vieja o encontrarse en muy mal estado, porque las bisagras cedieron al quinto empujón y la puerta se derrumbó.

La mujer los miró de reojo, casi sin prestarles atención. Extendió los dedos hacia ellos, sin esmerarse demasiado, y acto seguido, los Soldados cayeron fulminados por rayos; y las Sombras, consumidas por el fuego. Dejaron tras de sí una estela de su esencia oscura antes de expirar el último aliento y que todo rastro de su presencia se desvaneciera.

¿Qué había dicho Paco? Una pareja, un anciano y una niña…. Tal y como había deducido minutos antes el muchacho.

En un instante, los cuatro habían sido volatilizados por la desconocida.

¿Hay más por aquí?


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Drazham escribió:Acabo de acordarme de acordarme de que, en Kingdom Hearts, al "clón" de Paco lo convierten en sincorazón xDD

Pues ya hubo quien me preguntó cuándo moría xDD
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Drazham » Dom Jul 27, 2014 5:59 pm

Nikolai se llevó una inesperada sorpresa cuando se encontró a aquella mujer de cabellos dorados en frente de la puerta. Debía reconocer que la dama transmitía paz con su expresión serena y un largo vestido tan blanco como la nieve. Y, por lo menos, había alguien en la sala que tuvo la prudencia de agenciarse con un paraguas con la que estaba cayendo ahí fuera.

Buenos… días, señorita —balbuceó Niko contrariado por la presencia de la damisela en aquel caos.

Pensaba que todos los habitantes de este mundo estabais recluidos en vuestras casas ―dijo, pasando al interior de la habitación mientras Niko seguía agarrando el pomo de la puerta.

Es usted de “fuera”, ¿verdad? —dedujo el joven por la forma que tuvo la mujer de referirse al mundo—. Por orden del alcalde, Ciudad de Paso está ahora mismo bajo la ley marcial de un toque de queda de veinticuatro horas. Nadie sale de sus casas ni se deja pasar a nadie —pausó y extendió las palmas de sus manos—. Pero comprobará que la norma no se está respetando del todo estos días.

¿Qué hace este hotel abierto?

¿El hotel? No está abierto para los pocos visitantes que habrá ahora mismo, pero si para los incautos o quienes no nos conformamos con meros rumores —alegó el joven, algo avergonzado—. Cierto vecino del distrito en el que vivo se ha ido dedicando a llamar en todas las puertas del vecindario y engañar a la gente que le abriese para que le siguiera hasta aquí— Mientras Niko relataba su punto de vista de la historia, notó que la mujer parecía mas interesada en otra cosa según investigaba todos los rincones del habitáculo. Aun así, siguió con la explicación—. No tengo ni idea de que clase de mentiras habrá empleado, pero las pobres personas que han acabado en la habitación de al lado…

Antes de que Niko terminase la frase, dos figuras negras fundidas en el suelo se colaron por debajo de la puerta de la otra habitación, para luego transformarse en las dos Sombras que se había encontrado antes. Por otra parte, los Soldados no fueron tan sofisticados como sus compañeras y se abrieron paso derribando la puerta a base de embestidas.

Se han convertido en eso.

La aparición de los sincorazón en la estancia no pareció preocupar en absoluto a la mujer, la cual seguía mas interesada en lo que estuviese buscando que en ellos. Con un vago movimiento, alzó sus manos, de las que empezaron a brotar chispas y llamas. Nikolai alzó las cejas al comprender que era lo que pretendía hacer la extranjera. Los dos conjuros impactaron de lleno en los monstruos, carbonizándolos en el acto.

La magia era la manifestación más básica de los elementos, pero era la primera vez que presenciaba a alguien usarla.

Se maneja bien con los hechizos, señorita —asintió con la cabeza sin quitarle el ojo de encima a los humeantes restos de las criaturas.

¿Hay más por aquí?

Nikolai miró el cuaderno de dibujo que seguía portando. Le vino a la mente la imagen de la pequeña Mili y las otras tres personas que habían sido engañadas por Paco siendo asesinadas por aquellas viles bestias.

No, como mucho, debían estar solamente esos cuatro, por lo que tengo entendido —puntualizó Niko—. El hombre del que le hablé antes trajo aquí a otras cuatro personas antes de que yo llegase. Las encerraron y los sincorazón hicieron el resto.

>>De todas formas, si lo que busca es a los sincorazón, debería echar un vistazo ahí fuera —el joven ladeó la cabeza hacia el balcón—. Hace unos momentos, he escuchado a mí vecino hablando con el que, supuestamente, está detrás de todo esto: un tal Rubicante —mencionó Niko—. Sobre el tipejo de antes no se debe preocupar. Su “señor” ha decidido prescindir de sus servicios echándole encima una manada hambrienta de sincorazón.

>>Luego llegó usted y, bueno… el resto ya lo sabe —una mueca se dibujó en el rostro de Niko—. Por cierto, no nos hemos presentado. Me llamo Nikolai Everard ¿Puedo preguntar por su nombre y lo que busca por aquí, señorita?
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Re: [Ciudad de Paso] Déjame entrar

Notapor Nell » Lun Jul 28, 2014 2:16 am

La mujer asintió a la escueta pregunta de Nikolai, que formuló antes de relatarle todo lo que sabía. Siguió vagando por la habitación, atenta a los detalles.

Cesó el paseo con la aparición de los sincorazón. En cuanto estos hubieron desaparecido por completo, y tras preguntar al muchacho por más, fue directa hasta la puerta caída, la levantó sin esfuerzo y la encajó de nuevo en su legítimo lugar. Revisó por encima un poco su estabilidad, quedando claro que no estaba en absoluto arreglada (pues con un fuerte empujón se saldría de nuevo), pero el apaño podía valer un tiempo.

Reaccionó también al escuchar las noticias sobre Rubicante. Contraria a la precaución de Nikolai, abrió el balcón y se asomó en él, olvidándose de abrir antes el paraguas. Volvió a entrar casi al instante, con algunas gotas en la cabeza.

Se ha ido ―decretó, cerrando la puerta tras de sí―. Desgraciadamente, tal y como has dicho, existen personas de corazón débil que son fácilmente engañadas por criaturas ruines como Rubicante ―comentó, demostrando que había prestado atención al relato del chico―. ¿Cuál es el precio de la supervivencia?

Dejó la pregunta en el aire y pasó a la siguiente habitación, haciendo una evaluación de ella, al igual que había hecho con la anterior. Le llevó unos segundos porque fue más ágil. En cuanto acabó, regresó con Nikolai (ya fuera al cuarto anterior o en el mismo si este le había seguido), con una grabadora en la mano.

Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar… Déjame entrar…

La apagó.

Por cierto, mi nombre es Nanashi ―se presentó, después de que lo hiciera Nikolai―. Soy una Maestra de la llave espada, aunque te pediré que te abstengas de comentarlo por ahí. Últimamente no se nos tiene en muy alta estima en este mundo, por lo que he conseguido averiguar.

»He venido para ver con mis propios ojos los estragos causados en este mundo. Tenemos que intervenir ―explicó brevemente―. Este hotel no parecía habitado, pero tampoco completamente abandonado, por eso vine a echar un vistazo. Si la historia que relatas es cierta y ha habido otras víctimas, apenas han dejado huellas de su presencia… o las han borrado concienzudamente.

»En cualquier caso, eres uno de aquellos que no respetan las normas ni de salir, ni de dejar entrar a nadie, ¿eh? ―enarcó una ceja―. Este lugar es peligroso. Te llevaré a casa, si me indicas dónde está.
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