[Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Prólogo de Adam Weiss

Si ya has creado tu ficha, pásate por aquí para escribir la primera página de ese gran libro que va a ser tu vida. O échale un vistazo a los amigos y rivales con los que te encontrarás en un futuro.

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Notapor Tsuna » Mié Nov 12, 2014 3:01 am

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El lugar de las bromas, de los trucos y los sustos: la Ciudad de Halloween. Allí mismo había pasado un año entero el joven Adam Weiss desde que fue transformado en vampiro, viviendo como le viniese en gana y aprendiendo del resto de vampiros de la ciudad cómo comportarse como un auténtico monstruo nocturno.

Aquella noche en principio aparentaba ser como las demás, aunque igual Adam tenía otros planes, sólo él podía imaginar con certeza lo que se le avecinaba, no obstante, el ambiente era extrañamente diferente al habitual. La plaza principal de la ciudad se hallaba bastante animada a aquellas horas, con los niños corriendo de un lado a otro simulando persecuciones fantasiosas alrededor de la fuente, algún que otro ser de ultratumba pululando de allí para acá buscando el brazo que se le había descosido, o la típica parejita de enamorados sobre un banco regalándose flores marchitas. Incluso el verdugo estaba sacándole brillo a la guillotina de la plaza. Por supuesto, tampoco pasarían desapercibidas aquellas criaturas que raramente hacían algo, excepto moverse sin rumbo fijo, o quedarse quietas para desaparecer en un abrir y cerrar de ojos:

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Con aquellos enigmáticos ojos ambarinos y sin vida, rara vez habían dado problemas a la gente de la ciudad, no obstante, estaban por allí también, mirando al horizonte. Y tampoco podía faltar el alcalde, que parecía andar estresado de un lado para otro junto con más gente. En definitiva, Adam igual podía encontrar algo divertido que hacer esa noche, como encontrar alguna inofensiva víctima y darse un banquete o, quién sabe, irse con alguna damisela de buen ver. Todo quedaba a su elección.

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¡Bienvenido a tu nuevo Prólogo, Astro! Es mi primer tema oficial como GM, así que espero hacerlo lo mejor posible para que te resulte entretenido. Y al ser un prólogo, no hay fechas límite tampoco. Tómate tu tiempo =)
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Ronda #1 - El vampiro ha llegado

Notapor Astro » Mié Nov 12, 2014 9:38 pm

La noche llegó por fin. Y con ella, irónicamente, empezaba el día para Adam.

El vampiro se levantó de su viejo colchón, bostezando ampliamente. Hambre. Eso sería lo primero en lo que pensaría una vez consiguiese despertarse del todo. Lo segundo fue... preguntarse dónde estaban sus pantalones. ¿Los habría vuelto a perder?

¿Dónde..? Bah, da igual.

Optó por ponerse otros, ya los encontraría. Con unos vaqueros rojos y una camisa negra (y descalzo), Adam salió de la pequeña que le servía como hogar. Tampoco era que necesitara más: con tener un sitio para dormir cuando llegara el sol, le era suficiente. Se pasaba toda la noche fuera.

Ésta, no sería excepción. La plaza de la ciudad estaba tan animada como de costumbre, pero a Adam no le interesaba demasiado. Su interés estaba en otro sitio: fuera de la Ciudad de Halloween. Comer, divertirse, conocer a una nueva belleza... Como siempre desde hacía un año, aquella noche sería una nuevo festín para todos los apetitos del vampiro.

Ni siquiera hizo caso al nervioso alcalde o a esas aburridas criaturas de ojos amarillos que no hacían nada. Con las manos en los bolsillos y silbando una canción, se dirigió con total tranquilidad hacia la salida de la ciudad.

¿Qué podía salir mal para un joven vampiro?
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Re: [Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Notapor Tsuna » Jue Nov 13, 2014 10:34 pm

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Adam decidió ignorar por completo a la gente de la ciudad, siendo como era él, tenía que buscar diversión y emociones fuertes, y sin duda al lado de aquel estresado alcalde o de los aburridos fantasmas del cementerio no lo iba a conseguir. Así que convencido, salió de la plaza.

El camino no fue diferente del que habría contemplado incontables ocasiones, pero llegado un punto, si era buen observador, se daría cuenta de que aquellas criaturas de ojos ambarinos terminaban desapareciendo sin dejar rastro alguno. Efectivamente, se concentraban en la plaza de la ciudad, al menos en ese momento, pues no había rastro de ellas en las salidas y exteriores de la Ciudad de Halloween. Y sería cerca de una enorme verja que daba a los límites del cementerio cuando se percataría de que no estaba solo, pues siendo como era él, le resultaría imposible no ver a aquellas dos mujeres en el otro extremo del recorrido:

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Adam se fijaría, sobre todo, en la primera, pues pese a estar a bastantes tumbas y lápidas de distancia, parecía como si solo pudiese tener ojos para ella. Tenía la tez bastante pálida, al igual que su compañera, y tanto sus cabellos como sus vestimentas tenían colores apagados, algo típico de aquel mundo, pese a que Adam desconociese ese detalle.

Parecían mantener lo que era el final de una conversación, pues de inmediato y sin fijarse en el joven vampiro, ambas se internaron en las entrañas del bosque que rodeaba la ciudad. Pero si este pretendía seguirlas en busca de comida, o quién sabe qué otras oscuras intenciones pudiese tener, se vería con un pequeño problema…

¡Eh, tú! ―le gritó a pocos metros desde atrás, por donde había llegado el vampiro― ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Andas muy ocupado?

Se trataba de dos seres realmente peculiares: el que había hablado era una momia bastante alta, alcanzaba la misma estatura que el muchacho, con parte de la cara al descubierto, mostrando una piel oscura como el azabache y ojos rojizos; el segundo era lo que parecía una rata con varios tornillos y cicatrices en la cabeza, además del pelaje revuelto y sucio, más baja que la momia y que Adam sin duda. Una vez alcanzaron al vampiro, se situaron a su lado, observándolo con seriedad.

Tenemos que hacer un encargo para el alcalde: ir al cementerio y recoger unas cosas del almacén. Te he visto en la ciudad y pareces fuerte, ¿nos acompañarías a cargar con los materiales?

Sin duda, el físico de Adam no pasaba desapercibido tampoco.

>Pareces fuerte.

La rata, ante la cara de Adam, solamente rió, sin decir nada más; no parecía muy cuerda. La decisión recaía sobre Adam, el cementerio no quedaba lejos pero… ¿Y aquellas dos mujeres? Tenían que estar ya lejos, pero igual las podía alcanzar todavía.
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Ronda #2 - El vampiro ha llegado

Notapor Astro » Vie Nov 14, 2014 7:32 pm

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Silbando una alegre canción, Adam apenas se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor mientras avanzaba a ritmo tranquilo. ¿Que las criaturas aburridas de ojos amarillos iban desapareciendo según avanzaba? Ni enterarse.

Pero, por supuesto, sí que las vio a ellas. Dos mujeres, casi al final del camino, que mantenían una conversación entre ellas. Los ojos de Adam se abrieron como platos nada más verlas, y una sonrisa de oreja a oreja apareció en su cara. Ambas rubias, la más joven de las dos era toda una belleza. Parecían humanas, al menos a simple vista y de lejos, aunque no sería la primera vez que se llevaba una sorpresa... Bah, ¿qué importaban los detalles? Había encontrado lo que quería.

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Adam se dispuso a seguirlas, pero una voz a su espalda hizo que se detuviera.

¡Eh, tú! ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Andas muy ocupado?

Al girarse, el vampiro descubrió a una momia, tan alta como él, acompañada por una especie de rata monstruo. Iban directos hacia él, seguramente con alguna petición en mente para el chupasangre. Pero desgraciadamente para ellos, no iban a tener suerte.

―fue lo único que dijo, despidiéndose con un gesto de la mano mientras sonreía.

El vampiro ni esperó a que terminaran de acercarse para que le explicaran su problema: echó a correr todo lo rápido que pudo en la misma dirección por la que habían ido a las mujeres: internándose en el bosque. La emoción y las ganas de divertirse le invadían. ¡No sólo tenía una presa, tenía dos!

Con un poco de suerte, serían humanas y podría alimentarse tras jugar un poco con ellas. Y si eran otros bichos raros de la Ciudad de Halloween, al menos se divertiría un rato antes de ir en busca de la cena.
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Re: [Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Notapor Tsuna » Dom Nov 16, 2014 12:09 am

Adam decidió ignorar por completo y de forma descarada a los dos individuos que amablemente le iban a pedir su ayuda para cargar cosas de un supuesto almacén ubicado en los límites del cementerio. La momia, ante la actitud del vampiro, suspiró resignada al alcanzar la posición donde le hubiese hecho tal propuesta, decepcionada. Su rata acompañante, por otro lado, rió cual demente por lo bajo, divirtiéndose ante la situación.

Una lástima, y eso que iba a pagarle cinco mil platines.

Se rascó la nuca, pensativa, y continuó su camino con la rata perdiendo de vista al chupasangre. Igual a Adam le hubiese venido bien aquel dinero, pero ya era tarde, estaba decidido a encontrar aquellas dos mujeres.

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En cuanto Adam pisó el bosque se encontró con una ligera bruma que recorría el ambiente, haciendo de éste algo bastante siniestro para los que no viviesen allí, por supuesto, el chico estaría ya más que acostumbrado. Allí tampoco había rastro alguno de las criaturas de ojos amarillos, por lo que podía suponer que se encontraba completamente solo; suponer, hasta que consiguió distinguir en la lejanía varias siluetas moviéndose entre los árboles.

Decidido como estaba a perseguir aquellas dos féminas, las cuales no podían andar muy lejos, Adam emprendió la marcha por el bosque en dirección a las difuminadas figuras, que habían desaparecido también entre el laberíntico paraje que conformaban los troncos de madera, los diferentes arbustos y los desniveles del terreno. Pasado un rato, la niebla se volvió mucho más densa y además, Adam podía incluso encontrarse desorientado, que tampoco perdido.

Por mucho que buscase, no conseguía encontrar rastro alguno de aquellas dos mujeres, cosa que igual pudo decepcionarlo. En aquel tramo todavía podía volver a casa siguiendo el camino de vuelta, que lo había llevado hasta allí, o volver para tomar otro camino. Igual esa era la opción más sabia y prudente, pero también podía optar por internarse de lleno en la niebla, acto que requería de bastante valor, viendo el panorama. Pero otro sendero, más cercano a Adam, estaba recubierto y bordeado por arbustos y plantas de todo tipo que servían de protección a la niebla; sin duda era más seguro. ¿Pero para qué iba a necesitar él protección? Era una opción bastante estúpida, ciertamente. Pero antes de que el vampiro pudiese siquiera dar un paso, lo que pareció el eco de una explosión resonó a lo lejos, más allá de niebla, si era lo suficientemente curioso y temerario, no dudaría en entrar por ahí.

Y antes de que, finalmente, pudiese decidir cualquier acción, el sonido de una rama rompiéndose alcanzó sus oídos. Efectivamente, no se hallaba solo, pues aquel sonido lo había provocado alguien o… algo. Pero por mucho que gritase y removiese la zona, no encontraría nada.

¿Qué haría pues, Adam? ¿Sería tan terco como para continuar a través de la niebla en busca de sus dos bellezas, o por el contrario, volvería sobre sus pasos temeroso de perderse en el bosque? Igual también podía esconderse entre los árboles. Las cosas no habían salido como él hubiese deseado, sin duda.

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¡Hora de un minijuego, Adam! Tienes tres opciones, al igual que Sora en su inicio: coger el camino de la niebla equivale al valor (la espada en el juego), volver sobre tus pasos equivale a la sensatez (el bastón en el juego), y avanzar escodiéndote en los matorrales equivale al escudo. Siempre puedes quedarte en el sitio sin hacer nada, pero hagas lo que hagas, encontrarás diferentes desenlaces =)
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Ronda #3 - El vampiro ha llegado

Notapor Astro » Dom Nov 16, 2014 1:40 am

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Niebla. ¡Dichosa niebla!

Adam le dio una patada a una piedra, molesto por haber perdido el rastro de las mujeres. Entre que se había entretenido con la momia y la rata, y aquella maldita maldita que no dejaba ver nada, el vampiro no tenía ni idea de por dónde se habrían ido. Olfatear el aire en busca de su olor tampoco sirvió.

Se llevó una mano a la barbilla, observando el panorama. Seguir avanzando suponía adentrarse todavía más en aquella espesa niebla, y aunque no le importaba demasiado tampoco tenía ganas de andar perdiendo el tiempo sin saber si estaba en la dirección correcta. Tenía hambre.

¿Eh...?

El vampiro se giró con rapidez al escuchar lo que le pareció que fue una explosión. Seguido, al poco, por varias ramas partiéndose. Justo en la dirección del camino brumoso.

Sin dudarlo, Adam echó a correr hacia allí, adentrándose en la niebla. ¿Con valentía? Qué va, ni siquiera le preocupó si por allí podría haber algo peligroso. Buscaba diversión, algo fuera de lo común. Si acababa encontrando pelea, mejor. Si encima encontraba a las mujeres, todavía mejor. Y si además había alguien a quien hincar el diente, sería un fiestorro.

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Adam va al camino principal de la niebla~
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Re: [Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Notapor Tsuna » Dom Nov 16, 2014 3:11 am

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El joven de Ciudad de Halloween no se lo pensó dos veces cuando escuchó la explosión, guiado por sus instintos, se internó en la niebla sin siquiera mirar a su alrededor, totalmente descuidado. El muchacho avanzó y avanzó, hasta que terminó cayendo de forma ridícula al suelo. Y si se fijaba bien, no se había caído por accidente, sino que había caído en una trampa.

Aquella rama colocada en mitad del camino a propósito era la principal culpable de la horrible caída del vampiro, que en cuanto se levantó recibió lo que menos esperaba… Una calabaza salió disparada a través del aire hacia el rostro de Adam, explotando a pocos centímetros de este y enviándolo por los aires hasta chocar contra un árbol. Por suerte no le había pasado nada grave, solamente se le había chamuscado el rostro, ahora negruzco por la pólvora. Pero al menos tenía el consuelo de saber de dónde provenían las explosiones.

Y unas risitas traviesas y para nada agradables acompañaron al vampiro, que tenía que sentirse ya bastante incómodo con la situación, pues no le estaba sucediendo nada bueno. Tres figuras inmediatamente surgieron de los árboles frente a él, y en cuanto se hubiese recuperado, podría verlas con claridad:

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¡Eso ha sido brutal!

Jijiji, ¡pero mirad qué cara de bobo se le ha quedado! ―exclamó eufórica la que iba disfrazada de brujita

Y los tres rieron a carcajadas señalando con el dedo al vampiro, que podía o no reconocer a esos tres insoportables diablillos: Lock, Shock y Barrel.

¿Habéis visto? Ni se ha dado cuenta cuando he pisado la rama.

¡Pero sigues siendo igual de idiota!

La que parecía la jefa golpeó al muchacho más rellenito, y aparentemente más torpe, en la cabeza, tirando su máscara al suelo. Entretanto, Lock todavía continuaba mofándose de la situación del vampiro, que tendría que estar desquiciado. Sin embargo, mientras los dos pequeños diablos reían, el más regordete al alzar el rostro con su máscara puso los ojos en blanco y, asustado, retrocedió un par de pasos, señalando con el dedo detrás de Adam.

E-esto… Chicos…

¡Vosotros!

Efectivamente, aquella voz era indudablemente femenina, y una vez Adam se girase para contemplarla, perdería por completo el sentido común. Quedó completamente embobado con aquella muchacha, la misma que había visto anteriormente y por la misma que había terminado perdido y chamuscado en el bosque:

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La chica, mucho más pequeña que Adam a su lado y también con su vestimenta negruzca por la pólvora, se hallaba totalmente encolerizada, casi con sus ojos fuera de órbita. Los tres pequeños pararon de reír y, asustados, intentaron huir, pero la rubia rápidamente manipuló a voluntad y sin problemas una especie de planta que recorría parte de su cuerpo, golpeando al vampiro como si un látigo se tratase por accidente, y posteriormente inmovilizando al diablo rojo, colgándolo boca abajo. Incluso con aquel fuerte latigazo, Adam no pudo sentirse más afortunado de haber sido golpeado por la chica, totalmente hechizado por su presencia.

¡No, espera, no fue idea mía!

La misteriosa mujer hizo caso omiso de las súplicas del pequeño y lo lanzó fuertemente contra unos matorrales, a lo lejos, para fijarse de nuevo en los otros dos.

¡Me las pagaréis!

¡La culpa ha sido de Barrel!

Y la brujita empujó descaradamente al regordete contra Adam, escapando rápidamente entre los troncos de los árboles y perdiéndose en la bruma. La chica observó con auténtica ira al pequeño, que estaba temblando en el sitio, inmóvil, para terminar lanzándolo hacia el horizonte con su característica enredadera. A continuación, tras resoplar y calmarse un poco, se fijó en Adam.

¿Y tú quién eres, mi Príncipe Azul?
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Ronda #4 - El vampiro ha llegado

Notapor Astro » Dom Nov 16, 2014 4:01 pm

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Pues no, nada de fiestorro.

En cuanto Adam se internó demasiado por el camino lleno de niebla, algo en el suelo hizo que se cayera de morros al suelo. Una rama en el suelo había tenido la culpa, aunque estaba colocada demasiado bien. Como si alguien la hubiera puesto allí a propósito...

La confirmación de la sospecha vino cuando el vampiro se levantó. Una especie de calabaza apareció directa a su cara, explotando cuando quedaban muy poco para alcanzarle. Adam chocó contra un árbol sin remedio, volviendo a caer al suelo de cara.

Cuando se incorporó, gruñendo entre dientes, unas risitas sonaban entre la niebla. Y los responsables no tardaron en aparecer: tres niños pequeños, de la Ciudad de Halloween a juzgar por sus apariencias, que reían y se burlaban de Adam. Quien, por cierto, no les conocía de nada.

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¡Eso ha sido brutal! ―dijo uno.

Jijiji, ¡pero mirad qué cara de bobo se le ha quedado! ―exclamó la que parecía una bruja.

¿Habéis visto? Ni se ha dado cuenta cuando he pisado la rama. ―acompañó el tercero.

¡Pero sigues siendo igual de idiota! ―la bruja golpeó al más rellenito en la cabeza, tirándole la máscara que llevaba al suelo.

Adam por su parte, había terminado de quitarse toda la pólvora que pudo , sin prestar mucha atención a sus mofas. La pequeña quemadura de la cara seguramente ya se habría curado (ventajas vampíricas), así que ya podía hacerles caso.

Esa ha sido buena, pequeñajos. ¿Queréis jugar? ―El vampiro cerró las manos despacio, haciendo crujir todos los huesos de ellas mientras sonreía, divertido―. ¡Pues juguemos!

Sólo había dado un paso cuando el gordito retrocedió, todavía sin haberse puesto la máscara, señalando hacia él.

E-esto… Chicos…

¿Ya les había asustado? Bien, así sería más divertido.

¡Vosotros!

Pero no, no señalaba hacia Adam. Una joven, rubia, la misma que había visto a la salida de la ciudad a lo lejos, avanzaba hecha una furia hacia los tres criajos. La pólvora en su ropa dejaba claro el motivo de su enfado, pero eso no hacía estuviese menos guapa. De hecho, seguramente sería de las mujeres más bellas que Adam había conocido. Tal vez la que más, después de ella.

¡No, espera, no fue idea mía!

Armada con una especie de látigo (Adam ni siquiera se fijó que era una planta que salía de su hombro, ni cuando le golpeó por accidente), la rubia había atrapado a uno de los tres niños y, sin cortarse un pelo, lo lanzó volando con toda su fuerza.

¡Me las pagaréis! ―rugió, dirigiéndose ahora hacia los dos que quedaban.

¡La culpa ha sido de Barrel! ―chilló la bruja, empujando al otro y echando a correr cual alma que lleva el diablo.

El gordete acabó chocando contra Adam, quien aprovechó el momento para darle una patada entre risas, divirtiéndose con el giro de la situación. No pudo hacer mucho más, pues la enfurecida joven enganchó al niño con su látigo e hizo lo mismo que con el anterior.

Se quedaron solos. Adam se apresuró a pasarse una mano en el pelo para despeinarse todo lo que pudo (según él, así era como más gustaba a las mujeres), y después puso su mejor sonrisa mientras la chica terminaba de resoplar y calmarse.

¿Y tú quién eres, mi Príncipe Azul?

Puedo ser lo que tú quieras, encanto ―contestó.

Se acercó a ella, clavando una rodilla en el suelo y cogiendo su mano con delicadeza.

»Mi nombre es Adam ―le besó la mano y le miró directamente a los ojos, con una sonrisa pícara en los labios―. ¿Y el tuyo?
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Re: [Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Notapor Tsuna » Mar Nov 18, 2014 7:52 pm

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La muchacha de tez pálida permaneció en el sitio, observando cada movimiento que realizaba el vampiro con tranquilidad y sin oponer resistencia. Mas cuando Adam se arrodilló y le besó de una de sus manos, rendido a sus pies, no pudo evitar sonreír; una dulce y preciosa sonrisa a ojos de la criatura nocturna. Parecía que la actitud del chico le había hecho olvidar por completo el asunto de aquellos tres diablillos.

¿Lo que yo quiera? Qué tentador ―respondió, mostrando una maliciosa sonrisa en el rostro―. Yo me llamo Diana, encanto.

El tiempo para Adam pareció detenerse por completo, hechizado por las características de la joven. Esta, gracias a su peculiar planta ―la cual movió con suma delicadeza y elegancia―, alzó el rostro del joven, todavía arrodillado, para mirarle directamente a sus ojos y analizar con detalle sus rasgos físicos sin problemas, pues parecía que la niebla se había empezado a despejar.

¿Y serías capaz de hacer cualquier cosa por mí, mi vampiro?

La muchacha aproximó el rostro al del joven Adam, que pudo sentir todo su calor. Para éste, la idea de utilizar a Diana para la cena, o la sola idea de hacerle daño, era sencillamente impensable, pues al contemplar los ojos de esta quedaría totalmente a su merced. Adam pudo sentirse el ser más afortunado de su diminuto mundo cuando sus labios se encontraron con los de Diana, no obstante para alguien ajeno a la situación, el vampiro podía dar mucha lástima; controlado cual marioneta sin voluntad por la presencia de una simple mujer.

Y sin voluntad seguiría, cuando esta le susurrase al oído:

Eres muy guapo y fuerte, Adam… Estoy segura de que podrías ayudarme a no sentirme tan sola, ¿no sería maravilloso? ―expresó, hipnotizando si cabía más al vampiro con sus ojos― ¿Pero sabes? Ahora estoy muy ocupada. Espérame aquí, y te aseguro que algún día nos volveremos a encontrar, mi vampiro.

¿Pero estaba dispuesto a dejarla ir? Diana se separó de él sin remordimiento alguno, dispuesta a marcharse a quién sabía dónde.
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Ronda #5 - El vampiro ha llegado

Notapor Astro » Mié Nov 19, 2014 1:42 am

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¿Lo que yo quiera? Qué tentador. ―Su sonrisa era preciosa, y Adam no podía (ni quería) quitarle los ojos de encima―. Yo me llamo Diana, encanto.

Adam mantuvo su sonrisa seductora, atrapado en el bello rostro de la joven. Su látigo había hecho que el vampiro levantara la cabeza hacia ella para poder examinarle mejor. Él no se resistió: sabía que le gustaría lo que encontraría.

¿Y serías capaz de hacer cualquier cosa por mí, mi vampiro?

¿Lo dudas? Ponme a prueba ―la retó, con una carcajada.

Su respuesta fue una inesperada y sabrosa sorpresa: besó a Adam en los labios. El tiempo se paró. Había besado a muchas mujeres en su vida, sobre todo en aquel último año, pero para el chupasangre aquel había sido el más especial. O, bueno, casi lo fue. Los recuerdos de aquella noche todavía palpitaban en su mente. Ella...

Eres muy guapo y fuerte, Adam…

Volvió a la realidad de golpe. Diana ya se había apartado, y le susurraba en el oído.

Estoy segura de que podrías ayudarme a no sentirme tan sola, ¿no sería maravilloso? ¿Pero sabes? Ahora estoy muy ocupada. Espérame aquí, y te aseguro que algún día nos volveremos a encontrar, mi vampiro.

Claro...

Adam estaba confuso, incluso desorientado. La pasión del beso le había llevado a un lugar en su memoria que preferiría olvidar, y a la vez la belleza de Diana le dejaba casi sin palabras. Pero, espera. ¿Se marchaba? No, de eso nada.

¡Eh, pero espera! ―soltó de repente, con la mente más aclarada, echando a correr hacia ella.

No quería que se fuera. Era la mujer más hermosa que había encontrado en ese año, y no se rendiría ni aceptaría que le diera calabazas tan pronto. Al fin y al cabo, él era un vampiro.

¿Ya te marchas? Oh, ¡pero si acabamos de empezar a conocernos, Diana! ―dijo mientras se ponía a su lado, manteniendo el ritmo de su paso en el caso de que no se detuviera―. ¡Ni siquiera me has contado nada de ti! No seas una aburrida, encanto. Podemos pasarlo muy bien juntos si te dejas llevar un poco.

La sonrisa de seductor brilló en la cara de Adam. Seguiría a aquella joven donde fuera que fuese, sin perderla de vista ni un instante.

Iba a ser suya. Porque si seguía resistiéndose, acabaría siendo su cena.
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Re: [Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Notapor Tsuna » Jue Nov 20, 2014 9:19 pm

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¡Eh, pero espera!

Estaba claro que Adam no estaba dispuesto a dejar a su dama, mucho menos después de lo sucedido entre ambos en la intimidad de la que les había brindado el bosque. El muchacho se apresuró detrás de Diana, bajando y subiendo por algunos desniveles del terreno y apunto de tropezarse con alguna que otra raíz al estar tan pendiente de la chica.

Podemos pasarlo muy bien juntos si te dejas llevar un poco.

Diana, que lo había ignorado por completo desde que se habían separado tan bruscamente, se dignó a mirarlo por primera vez desde ese entonces. No mostraba, sin embargo, su dulce sonrisa, o los tiernos ojos que le había mostrado al vampiro para que cayese rendido a sus pies. Sino que en esta ocasión se encontraba lo que se podía decir molesta, sin embargo, antes de que Adam pudiese fijarse mejor, resopló y cambió la mueca de molestia que tenía en el rostro a una que denotaba más agotamiento y cansancio.

La chica se inclinó ante el cuerpo de Adam y deslizó uno de sus dedos sobre su pecho, palpando el mismo con suma delicadeza.

Pero Adam, ya te he dicho que…

Pero antes de que la situación pudiese llegar a más el sonido de las llamas atravesando el aire a toda velocidad llegó a sus oídos, a los oídos de ambos jóvenes. La reacción de Diana no se hizo esperar y saltó de inmediato hacia atrás separándose inevitablemente del vampiro, alerta.

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¡No, lo que me faltaba! ―se quejó con un claro mal humor, manejando con destreza la planta viviente y colocándose en guardia

La esfera de fuego impactó a toda velocidad contra el suelo, a los pies del vampiro, pero sin llegar a causarle ningún daño. Se había librado por poco y, si era perspicaz, se daría cuenta de que el ataque no iba dirigido a él, sino a Diana. Al momento, de entre la niebla que todavía quedaba en el ambiente comenzaron a surgir numerosos faros amarillos y figuras siniestras que Adam podría reconocer claramente:

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Las mismas criaturas que solían frecuentar la Ciudad de Halloween, y… ¿una caja? Sí, había una caja de motivos negros y siniestros a la izquierda de Adam, bloqueando un sendero que posiblemente le ayudase a volver a la ciudad sin problemas. Se encontraban, tanto Adam como Diana, en un pequeño claro del bosque ya a bastante distancia de donde había ocurrido el incidente con los tres niños pequeños, que debían estar ya en la ciudad a esas horas, o quién sabía.

Pero el hecho de que aquellos seres surgían de la niebla directos hacia ellos lenta pero inexorablemente era innegable. Adam corría peligro allí mismo, y pocas salidas quedaban ya libres, excepto la de la caja negra. Siempre podía intentar saltar a la niebla y atravesar aquellos monstruos, pero quién sabía si habría más detrás o no. Igualmente, al vampiro le parecerían inofensivos, como siempre, hasta que una de las momias realizó un salto sorprendente para colocarse a su espalda y… Rasgarle de arriba a abajo toda la zona, tirándolo al suelo. Aquello sin duda había tenido que doler.

¡Adam! ―Diana como acto reflejo y viéndolo tirado en el suelo golpeó rápidamente a la momia, empujándola a un lado, para acercarse al chico― No hagas nada temerario, ¿de acuerdo? En cuanto veas la oportunidad de escapar… Escapa.

Todo estaba dicho, Diana lo estaba cubriendo, pero peligrosamente a sus espaldas se aproximaban dos de aquellas calabazas voladoras y una momia. Eso dejaba delante de la rubia una calabaza y dos momias, pues la que estaba su lado, tirada en el suelo, parecía estar empezando a recuperarse. Por mucho que Adam les gritase o las intentase hacer entrar en razón, las criaturas parecieron hacer oídos sordos, como si… no estuviesen vivas.

Oh, y por supuesto, también estaba aquella caja cerrada que evidentemente no podía representar peligro alguno para ambos, ¿o no?

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Vamos, ¡sé que Adam puede salir de esta!
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Ronda #6 - El vampiro ha llegado

Notapor Astro » Vie Nov 21, 2014 1:22 am

Pero Adam, ya te he dicho que…

Diana no se tomó muy bien la insistencia del vampiro. Molestia, e incluso enfado, mostró al principio cuando su pretendiente la alcanzó, a lo que Adam se limitó a responder con su amplia y pícara sonrisa. La rubia pareció cambiar de idea tras unos segundos, y se acercó al joven dispuesta a juguetear con él otra vez. Pero...

¿Otra explosión...? ―Adam se giró rápidamente, alertado y sorprendido por el ruido.

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¡No, lo que me faltaba!

Pues no. Era una bola de fuego, que se dirigía a toda velocidad hacia ellos. Diana ya se había preparado, colocándose en guardia con su látigo, mientras que Adam enarcó una ceja, observando la escena con curiosidad y diversión. Aquel día no dejaba de sorprenderle.

El proyectil ardiente ni siquiera llegó a acertarles. Pero sí que pudo notar algo inusual: no parecía que el objetivo fuese Adam, si no ... ¿Diana?

¿Has enfadado a alguien, encanto? ―le preguntó, despreocupado, mirando el cielo por si volvía a aparecer otra bola.

La respuesta vino en forma de ojos amarillos, que surgieron de repente entre la niebla directos hacia ellos.

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¿Qué hacen estas cosas aquí?

A diferencia de Diana, Adam seguía tranquilo y no veía peligro alguno en la situación. Rara, sí, pero no peligrosa. Más bien divertida.

Pero todo cambió cuando uno de esos seres, con forma de momia, saltó a la espalda de Adam y le clavó las garras en ellas. El vampiro soltó un grito, más de sorpresa que de dolor, y no pudo evitar caer al suelo.

Vale, eso no me lo esperaba... ―musitó entre dientes, poniéndose en pie―. Pero yo también sé jugar a este juego, bichos ya-no-tan-aburridos.

¡Adam! ―Diana, quien había acudido a su rescate apartando a la momia de ojos amarillos, sí que parecía preocupada―. No hagas nada temerario, ¿de acuerdo? En cuanto veas la oportunidad de escapar… Escapa.

¿Estás de coña, encanto? ―repuso el vampiro, emocionado―. ¡Pero si acaba de empezar lo más divertido!

Ni lo pensó. Echó a correr lo más rápido que pudo hacia las criaturas que se les acercaban por la espalda, concretamente hacia la momia. En cuanto estuvo cerca de ella, saltó para darle una patada en la cabeza con todas su fuerzas.

Si salía bien, estaría atento de los otros dos voladores que podían atacarle. Se esforzaría por esquivarles si se acercaban, e intentaría golpearles saltando si se ponían a su alcance. Y si le derribaban, por supuesto, volvería a levantarse para seguir al ataque cual monstruo que era.

¡Que empiece la fiesta!
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Re: [Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Notapor Tsuna » Dom Nov 23, 2014 4:28 pm

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Ni lo pensó. Adam salió directo y salvaje contra el grupo de monstruos que se le aproximaba por la espalda peligrosamente. Le propinó una fuerte patada a la momia en la cabeza, que aunque en principio no pareciese que el ataque hubiese tenido mucho efecto, fue gracias a la fuerza de Adam que consiguió dejarla algo confusa; tambaleándose débilmente sobre sus piernas. Diana, pendiente de los enemigos que tenía delante, puso los ojos en blanco al escuchar sus palabras y por el sonido de sus pisadas y sus golpes, no tuvo la necesidad de girarse hacia el vampiro para comprender la situación.

¿Qué estás haciendo? Te he dicho que…

Pero no tuvo más tiempo para hablar, pues una de las momias saltó directa hacia ella, y la muchacha se vio obligada a defenderse, propinándole un potente latigazo en el aire. Por otra parte, en cuanto Adam terminó de golpear a la momia, una de las calabazas aéreas se fijó en él, acercándose hasta su posición e invocando lo que parecía una bola de fuego. El vampiro, que ya estaba preparado para luchar, consiguió evadir el proyectil para darle un fuerte golpe a la criatura, enviándola por los aires hasta un tronco donde quedó grabada la marca del impacto, no obstante, el pequeño ser no parecía haber sufrido grandes daños, pero si el chico pretendía seguir atacando, se llevaría la decepción de que la criatura voló hasta una distancia que era incapaz de alcanzar con un simple salto.

La momia que se encontraba todavía en el suelo ―la que había atacado al chico de Ciudad de Halloween al comienzo―, se levantó, en principio dispuesta a ir a por Adam, pero al segundo pareció reflexionar y fijarse en Diana, quién estaba librando un combate contra los Sincorazón, ya más alejada de Adam. El ser tampoco lo pensó, sino que se lanzó, junto con la calabaza que no había atacado al vampiro hacia la rubia, la cual poco a poco se empezaba a ver acorralada.

Y entonces, apareció.

¡A-ayuda!

En la lejanía, todos los presentes pudieron ver a una momia, pero no de ojos amarillos y sin vida, sino la momia que había acudido al cementerio para hacerle un encargo al alcalde. Jadeaba, agotada y arrastrando los pies, hacia el claro, en busca de ayuda. Si algo o alguien le perseguía, debido a la niebla fue imposible ver nada.

¡N-nos han atacado…! Él ha conseguido e-escapar pero yo... La bola de fuego, la he visto y… ―relataba, a duras penas

Al parecer, en el cementerio también habían tenido serios problemas. Menos mal que Adam no les había acompañado, porque sino podría ser él quién estuviese corriendo como alma que llevaba el diablo por el sendero del bosque.

El funcionario se aproximó al claro, ignorando la extraña caja negra y pasando a su lado. Pero ese fue su peor error, y quizás el de todos, por haberla ignorado hasta entonces. La caja se abrió de par en par, le surgieron unos pies en la zona inferior, y una peculiar calabaza armada con cuchillos y hachas que se abalanzó sobre el pobre ciudadano. Éste no tuvo tiempo para escapar, sorprendido como se vio, tras varios tajos a bocajarro de la criatura terminó cayendo al suelo, con una mano extendida hacia Adam y ojos suplicantes.

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¿Pero qué hacía ese?

El cuerpo se desvaneció lentamente, mientras un reluciente y brillante corazón ascendía al cielo y… era consumido por las penumbras más oscuras. No salió nada más de éste, sin embargo. La caja, satisfecha y preparada para cobrarse más corazones esa noche, dio un brinco hacia Adam que ya se encontraba en peligro.

¡Adam corre! ―le exclamó mientras continuaba atacando a sus enemigos, extenuada

La momia aturdida volvió a recuperarse y extendió sus garras para acabar con el vampiro, pero éste, preparado, le propinó una serie de golpes que la terminó tirando al suelo. Y la calabaza voladora tampoco perdió el tiempo: disparó una bola de fuego que Adam, de nuevo y gracias a sus capacidades físicas, consiguió esquivar. Pero el vampiro no pudo ver a la caja, que aterrizó a sus espaldas y le atinó con uno de sus cuchillos, enviando al joven al suelo y cayendo este de bruces.

Estaba acorralado, y Diana también parecía empezar a tener problemas. La momia se levantó, su ojo amarillento se iluminó cual foco de luz y se abrazó sobre sí misma. El volador empezaba a cargar una nueva bola de fuego y, la calabaza, extendió uno de sus brazos para rematarlo sin piedad, al igual que había hecho con su anterior víctima.
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Ronda #7 - El vampiro ha llegado

Notapor Astro » Lun Nov 24, 2014 3:44 am

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¡Tramposo! ―exclamó Adam entre carcajadas y saltos.

Los primeros golpes fueron como la seda, con la momia y una de las calabazas derribadas con éxito. Pero cuando el vampiro quiso volver a golpear a la segunda, ésta recurrió a elevarse demasiado para que no pudiera alcanzarle. ¡Así no tenía gracía!

De repente, los seres de ojos amarillos cambiaron de objetivo. En lugar de centrarse en Adam, quien seguía intentando golpear al volador, se dirigieron hacia Diana dispuestos a atacarla.

¡Todavía no hemos acabado, encantos!

Pero la aparición de alguien pilló por sorpresa a Adam, que se paró en seco.

¡A-ayuda!

La misma momia de antes, la que había intentado ofrecerle algo al vampiro, avanzaba ahora dando tumbos hacia ellos. Aunque con aquella niebla, no se podía ver si algo o alguien la perseguía.

¡N-nos han atacado…! Él ha conseguido e-escapar pero yo... La bola de fuego, la he visto y… ―decía, como podía.

Pasar al lado de la misteriosa caja que había aparecido junto a los demás ojos amarillos fue un gran error por su parte. Sin previo aviso, unos pies surgieron de ella y se abrió de golpe, desvelando una calabaza que se abalanzó sobre la momia con hachas y cuchillos al ataque.

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Vaya, hombre... ―comentó Adam, observando el fin del funcionario con bastante indiferencia.

¿Pero qué hacía ese?

Palmarla.

Lo raro de la muerte fue que no quedó cadáver alguno. El cuerpo de la momia se deshizo en el aire, liberando una esfera brillante con forma de corazón que ascendió en el cielo hasta que una nube de oscuridad la engulló. Pero el vampiro no tuvo tiempo para reflexionar sobre lo que acababa de ver, porque la caja sorpresa había saltado directa hacia él, y no con buenas intenciones.

¡Adam corre!

Él se encontraba algo ocupado, pues acababa de derribar de nuevo a una momia (de ojos amarillos) y de esquivar una bola de fuego de una calabaza voladora. La aparición de la caja, por lo tanto, sí que le pilló desprevenido: un cuchillo se clavó en su espalda, derribándole al suelo de golpe.

Entre gruñidos de dolor, Adam pudo girarse a tiempo para ver que los tres enemigos que le rodeaban se preparaban para volver al ataque. Especialmente la caja, cuyo brazo descendía a toda prisa listo para rematarle. El chupasangre actuó por instinto, rodando por el suelo para evitar ese ataque y se levantó lo más rápido que pudo.

¡¡Esto empieza a ser interesante!! ―gritó, emocionado y casi fuera de si.

Exceptuando a otros vampiros más veteranos y algún habitante de la ciudad que le habían podido reñir por pasarse de listo, durante todo el último año Adam no se había encontrado con nadie ni nada así de fuerte. Él siempre había sido quien tenía la superioridad física, y empezaba a resultarle hasta aburrido. Todo era tan fácil de conseguir... Excepto esto.

Estas criaturas estaban consiguiendo que se tuviera que emplear a fondo. Y le estaba encantando. ¡Acción, por fin!

Guiado por puros impulsos, su objetivo era evidente: acabar con la gran calabaza de la caja. Echaría a correr, esquivando como fuera posible otros ataques que pudiera recibir por el camino, y cuando llegara hasta su enemigo saltaría hasta engancharse al largo cuello sobre el que botaba la calabaza. Una vez allí, usaría su mejor arma: clavaría sus dientes con fuerza, desgarrando hasta no quedar más. Y si encima encontraba sangre, mejor que mejor.

Eso, claro, si no le derribaban por el camino. Si lo hacían, tampoco pasaba nada: seguiría levantándose las veces que hicieran falta para volver a intentarlo.

Este vampiro se lo estaba pasando de muerte.
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Re: [Ciudad de Halloween] El vampiro ha llegado

Notapor Tsuna » Mié Nov 26, 2014 12:27 am

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Adam se lo estaba pasando de muerte, tan temerario como era él. Pero aquella actitud le costó un buen susto o quién sabía si algo más, puesto que al saltar hacia el largo cuello que surgía de aquella caja tan peculiar se percató de que esta también saltó al mismo tiempo y, ya en pleno vuelo, fue incapaz de maniobrar para evadir al monstruo.

El vampiro se agarró como pudo pero desde aquella posición resultó un blanco fácil: ni siquiera tuvo tiempo para clavarle los dientes. La pequeña calabaza voladora no dudó en disparar una nueva bola de fuego hacia su cuerpo, impactando de lleno en su costado izquierdo y quemando gravemente parte de su piel; por mucho que se esforzara, parecía que le iba a resultar muy complicado deshacerse de las pequeñas llamas que recorrían su cuerpo...

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¡Adam sufre el estado alterado, no lo olvides!


La caja entonces aterrizó, aplastando el suelo con sus pies y provocando que Adam cayese también sobre una maraña de viejas raíces, malherido. Entre los golpes que había sufrido, las bromas de mal gusto de aquellos tres niños y ahora las quemaduras, por mucha resistencia física que tuviese, el vampiro se encontraría realmente extenuado. Y la situación no había cambiado para nada, pues volvía a estar acorralado; contra la espada y la pared.

Diana puso los ojos en blanco al verlo.

¡Pero…! ―aunque, teniendo ella tantos Sincorazón delante y contando que aquel vampiro la había ignorado por completo desde que se habían conocido, la rubia pareció reflexionar tras soltar un decepcionante suspiro de resignación― Bah, ya no importa…

La chica volvió la vista a sus enemigos y, conocedora del terrible destino que le esperaba a Adam, volvió a enfrentarse a los mismos dispuesta a acabar con ellos de una vez. Ella sola no podía ayudarlo en aquella situación, y tampoco era de su incumbencia si moría, ¿no? Él mismo se lo había buscado.

La momia que se había abrazado a sí misma, antes de que Adam pudiese ponerse en pie siquiera, saltó sobre él hundiendo su cara sobre las raíces y manchando su ropa de tierra. Pero ahí no acabó la cosa, sino que, dos momias más, saltaron sobre Adam también, dispuestas a acabar con él. Diana hizo un amago de interponerse entre ellas ―pues formaban parte de los enemigos que enfrentaba―, pero varias bolas de fuego la obligaron a cambiar de dirección bruscamente, y la caja… La caja bloqueaba el camino hacia el vampiro.

¿¡Pero por qué no me has hecho caso, idiota!?

No había escapatoria. La vista de Adam se nubló al comienzo, para después volverse totalmente negra y sentir cómo algo de su interior intentaba salir al exterior y ser… devorado.

Adam no sobrevivió.

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Hacía ya un rato que los animales del bosque habían dejado de emitir sonidos, como si se avecinase una terrible tormenta. La respuesta era lógica: los Sincorazón andaban cerca y, tras acercarse a los límites del cementerio, pudo escuchar ruido proveniente de una batalla que parecía estar librándose allí.

Una momia escaló como pudo el muro y escapó, acosada por una o dos de aquellas cosas. Aquel ciudadano de Ciudad de Halloween, confuso y desesperado, se internó en el bosque a toda prisa, agotado. A los pocos segundos, un resplandor rojizo se iluminó en la lejanía, en las profundidades del bosque.

Las cosas no iban bien.

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O igual sí lo hizo. La oscuridad… Adam solamente sentía oscuridad; cómo se iba perdiendo cada vez más. Sin embargo, como si fuese un milagro, pudo escuchar una voz, ¿femenina? En la lejanía. No era la de Diana, eso estaba claro, pero el vampiro recobró poco a poco la conciencia y tras abrir los ojos, todavía sobre las sucias raíces que sobresalían de la tierra, pudo atisbar lo poco que quedaba de un impresionante espectáculo de luces. Y de las criaturas, ni rastro.

Otra cosa que llamaría su atención fue una… ¿Espada? Aquello tenía más bien pinta de llave, y en manos de la misma mujer que había visto junto a Diana:
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La mujer lo observó detenidamente, sin llegar a decirle nada. Y Diana tampoco comentó nada, sino que se dedicó a resoplar y a mirar decepcionada al vampiro.
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