[Islas del destino] Fragmentos de un recuerdo perdido

[Sombra]

Una mañana tranquila en la isla, como de costumbre.

Islas del Destino, un pequeño archipiélago que contaba con varias pequeñas islas, y una enorme que servía para albergar a la mayor parte de la población. Aquel lugar, que parecía detenido en el tiempo contaba con un clima caluroso y agradable, de esos que te hacía ir en camisetas de manga corta la mayor parte del año.

Aquel día no era diferente, el sol calentaba levemente el aire, sin embargo la brisa marina, cargada de un aroma salado era suave y refrescante. Casi daban ganas de bajar hasta la playa y tumbarse en la arena, leer a la sombra de alguna palmera... ¿O tal vez practicar algún deporte?

Era fin de semana, por lo que el joven no tenía prisas por hacer nada en particular... Salvo que tuviese algún trabajo que hacer, claro. De lo contrario debería ir yendo a ese lugar.

Lo cierto era que desde luego, permanecer en casa no era buena idea. ¡Debía aprovechar aquella mañana y hacer algo productivo! ¿Pero el qué?

Si Makoto tenía algún calendario a mano podría ver que aquel día estaba marcado en rojo. No solo porque fuese Domingo, también porque era un día especial. ¡Una feria! Aquel día la plaza del centro de la pequeña ciudad se llenaría de pequeños puestos que vendían todo tipo de cosas. Siempre había algo nuevo o interesante, por lo que merecía la pena ir a echar un ojo... Aunque siempre podía declinar e ir a algún otro sitio, claro. ¿Pero a dónde?

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¡Bienvenido a tu prólogo! Te daré unas pequeñas instrucciones para empezar, aunque siempre puedes leer algún otro prólogo ya terminado para tener mejores referencias.

En tu prólogo no hay fechas límite, puedes postear cuando mejor te venga, por lo que no tengas prisa.

Tienes libertad para poner donde quieres empezar. ¿En tu casa? ¿En la playa? El único lugar al que no podrás ir ahora mismo es a la Isla de los Niños (esa isla del principio de KH1, vamos) Aunque eso no quita que no puedas intentar ir, no tienes límites; ve a donde quieras.

Cualquier duda puedes hacérmela saber por aquí (dentro de un cuadro de spoiler) o por mensaje privado. No olvides leer el Manual del Rol para evitar saltarte las normas~

[JRA]

Tras levantarme tarde como era costumbre estos días, observé el calendario en la pared de mi cuarto, observé que el día de hoy montaban la feria.

-Genial, hoy no tenía nada que hacer y no quería aburrirme. -Dijo mientras se cambiaba rápidamente.

Después de cambiarme y coger todo lo necesario salí de casa y corrí hacia donde se suponía que estaba la feria, aunque de camino allí me dí cuenta de algo que había querido evitar estos días. Me encontraba solo, ciertamente, es esta ciudad no tenía amigos, la gente de allí no tardaba en olvidarme así que en este mundo yo me encontraba solo. Junto con una sensación de inquietud seguí mi camino hacía la feria, aunque ahora algo mas lento.

La feria ya podía verse cerca, a unos pocos metros, pensé que divertirme en la feria me haría olvidar aunque fuera por unas horas mis problemas, teniendo esto en mente entre en la feria, la cual no era precisamente grande.

Los puestos eran abundantes y yo un comprador compulsivo, con dinero de sobra gracias al los trabajos que había realizado esta semana, era un peligro.

Comencé mirando los puestos uno por uno para decidir que comprar, no podía permitirme volver con el mismo dinero con el que había venido. Tras dar unas vueltas a la mayoría de puestos me decanté por comprarme un collar con el símbolo del Yin y el Yang y un helado. Continuaba observando los puestos cuando me invadió un sentimiento frío junto a un escalofrío, me giré rápidamente y pude ver al grupo que por un largo tiempo consideré mis amigos, ellos me miraron, pero obviamente no me saludaron puesto que no se acordaban de mi. Tras este encuentro decidí alejarme un rato de la feria y descansar sentado en algún lugar, mis ánimos se habían esfumado en un abrir y cerrar de ojos.

[Sombra]

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Hey, chico! Para el carro, que vas muy lanzado. Debes leer las normas para evitar romperlas.

Una de las normas es no controlar el ambiente o la situación. El GM es el que describe lo que ocurre alrededor del personaje, el personaje simplemente decide como aprovechar los recursos que el GM te ofrece.

Dicho eso, te diré en que has fallado. No te preocupes, es la primera vez, ésta vez no se te restará puntuación final.

Bien, cuando has dicho que ibas a la feria pues fue perfecto, sin embargo el problema es lo que hiciste a continuación. No puedes dar por hecho que esa feria exista de verdad. Sí, se supone que está marcada en tu calendario, ¿pero cómo puedes asegurar que el GM diga que esa feria existe? Podría haber dicho que se había suspendido por X razón. Ten en cuenta eso la próxima vez.

Haré como si la última parte de tu post no la hubieses escrito, así que tranquilo. No pasa nada, pero ten en cuenta evitar controlar la situación la próxima vez.

Makoto caminó desde su casa hacia el centro del pueblo. Las casas de los alrededores no eran grandes, pero eran muy acojedoras. Sus paredes eran blancas como perlas haciendo que el sol se reflejase levemente en la superficie de algunos edificios.

El joven notó de inmediato en cuanto llegó al centro que había por lo menos un centenar de personas, por lo que caminar por allí aquel día sería un tanto complicado.

El muchacho pudo ver los puestos con libertad y hacer las compras que quiso. Sin embargo, encontrarse con sus viejos amigos le había quitado todos los ánimos de continuar en la feria. El clima feliz que se respiraba solo le hería profundamente.

Makoto quiso irse, pero cuando lo intentó tropezó de lleno contra una mujer, ella apenas se movió del sitio, sin embargo el pobre joven cayó al suelo dándose un golpe bastante feo en el trasero.

—¿Te encuentras bien? —Le preguntó la mujer tendiéndole una mano para ayudarle.

Se trataba de una mujer de veinti tantos años, de tez pálida y con un porte que denotaba seriedad, orgullo y severidad. Su cabello era rubio y muy largo, recogido con un hermoso coletero dorado y una diadema que parecía la corona de una princesa. Llevaba un vestido largo y blanco con detalles en azul.

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Makoto podía tener claro una cosa; jamás la había visto antes a pesar de que en la isla todo el mundo se conocía (aunque fuese de vista). Sus prendas eran muy llamativas también, casi como si fuese alguien de fuera del mundo.

—Te pido disculpas, no estaba prestando mucha atención —pidió perdón con un tono serio. Dicho eso y sin dedicarle más tiempo al joven se marchó sin más.

En ese momento, Makoto pudo ver en el suelo un pequeño saco en cuyo interior había una pieza de armadura de metal extremadamente ligera y resistente. Sin lugar a dudas el muchacho podría deducir que era de aquella mujer... ¿Pero dónde estaba? Si el joven trataba de buscarla se llevaría una mala sorpresa; se había esfumado perdiéndose entre las personas de la feria.

Bueno, la mujer se dirigía calle arriba cuando se marchó... ¿Seguir su pista o quedarse aquel objeto? La decisión era nuevamente de Makoto.

[JRA]

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Vale, perdón tendré mas cuidado y perdón si hago los post siguientes muy breves .

Me encontraba sosteniendo aquella pieza que había encontrado, aunque era parte de una armadura era absurdamente resistente para su ligereza, era obvio que la había perdido aquella mujer, no lo pensé dos veces y decidí devolvérsela, así que me giré con la intención de ver a aquella mujer, pero no encontré a nadie.

-¿Donde a podido ir? -Pregunté sin esperar respuesta.

No podía quedarme con este objeto, ademas sentía cierta curiosidad por la mujer así que me decidí a buscarla.

Era extraño ver a alguien así, no podía parar de pensar en ella, sabía que aquella mujer no encajaba en la ciudad, por eso mismo creo que ella puede reconocerme como una persona, si ella no es de aquí igual si puedo permanecer en sus recuerdos, a diferencia de las personas que pertenecen a esta ciudad, una sonrisa se dibujó en mi cara y un sentimiento de esperanza me invadió al pensar en ello.

-Tengo que darme prisa o puede que abandone la ciudad. -Dije mientras corría en su busca.

[Sombra]

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No te preocupes y postea tranquilo ^^

El joven decidió devolver aquel objeto, valioso sin lugar a dudas a su verdadera dueña. Fue una buena idea sin duda que le honraba mucho, al fin y al cabo mucha gente habría preferido quedarse aquel objeto para él mismo.

Makoto tuvo que esquivar la multitud de gente mientras seguía la pista que tenía de la mujer, la única en realidad. Sabía que se dirigía calle arriba, el problema era que no la veía.

Tuvo que apurar el paso para llegar a otra calle en cuyo centro había una preciosa fuente. Al contrario que la otra plaza ésta estaba mucho más tranquila, que la feria no llegase hasta allí influía. La casa del alcalde estaba presidiendo la plaza. La mujer estaba sentada en el borde de la fuente mientras ojeaba concentrada una serie de documentos que parecían muy importantes por como los agarraba. En su oreja llevaba un auricular con micrófono, parecía que estaba manteniendo una conversación con alguien en la otra línea.

—Sí, lo sé —asintió la mujer concentrada en las hojas—. Es preocupante que la Isla de los Niños tenga un sincorazón tan peligroso. Por suerte, parece que la prohibición de visitar el lugar sigue en pie y nadie ha caído en sus garras. Puedo ir a eliminarlo si lo desea, Maestro.

Unos segundos de silencio.

—Entonces iré para allí —volvió a asentir con la cabeza y guardó el auricular en el vestido.

La mujer se levantó encontrándose de lleno a Makoto. La mujer se quedó unos instantes mirándolo sin llegar a decir nada, ¡aquella era la oportunidad perfecta para devolverle el objeto! Y... ¿quién sabe? Quizás pudiese también sonsacar algo de información.

[JRA]

-Hola, me llamo Makoto Azuki, creo que se te cayó esto. -Dije mientras sostenía la pieza con ambas manos.

Había podido escuchar lo que decía la mujer, aunque la mayor parte no lo pude llegar a entender, una cosa era clara, algo peligroso había en la isla, por le que pude entender.

Estaba en frente de la mujer, aunque la había visto hace un momento no podía dejar de parecerme extraña para estar en la ciudad, ahora mismo tenía curiosidad acerca de lo que pasaba en la Isla, quería preguntarle bastantes cosas pero opté por hacerle primero la pregunta que me había surgido mas reciente.

-¿Que esta pasando en la isla, hay algo peligroso? -Pregunté, aunque no creí que fuese nada importante.

Era cierto que quería preguntarle algunas cosa, pero aún no lo veía apropiado, así que esperé a que la mujer me respondiera a la pregunta que había formulado.

[Sombra]

—Hola, me llamo Makoto Azuki, creo que se te cayó esto. —Se presentó el joven de forma cordial entregándole el objeto que la mujer había perdido.

Por su reacción, la mujer parecía no haber notado la ausencia del objeto. Lo cogió con extremo cuidado, como si se tratase de un copo de nieve y sonrió.

—Muchas gracias, Makoto—aseguró guardando la pieza de armadura en un saquito de tela blanca —agradeció con un tono educado y amable—. Podría ser problemático que este objeto cayese en malas manos.

>>Mi nombre es Nanashi, es un placer conocerte.

—¿Que esta pasando en la isla, hay algo peligroso?

—Oh, me has escuchado hablar. —No pareció molestarle en absoluto—. Sí, hay algo peligroso. Por eso está prohibido navegar hasta las otras islas del archipiélago desde hace tres años, en concreto una llamada "La Isla de los Niños". Supongo que la conoces, esa a la que todos los niños de la isla solían ir a jugar todos los días.

La mujer sonrió enigmática tras decir aquello y miró de arriba abajo al muchacho pensativa.

—¿Pero sabes? No solo vine a encargarme de que los monstruos que pululan a sus anchas en esa isla se salgan de control... Por eso traje conmigo una de esas armaduras.

La mujer lanzó la pieza de armadura a Makoto.

—También vine por aquí en busca de alguien a quien reclutar para el grupo al que pertenezco... Te haré una pequeña prueba, la primera será la siguiente: Ponte esa armadura y sígueme

Makoto podría comprobar que aquella pieza de armadura se adaptaba perfectamente a su cuerpo tras unos segundos colocada. Tenía libertad para ponerla como hombrera, cinturón, brazalete... Lo peculiar de aquella pieza era su centro, había un extraño botón, aunque si intentaba tocarlo Nanashi sujetaría su mano y negaría con la cabeza para que no lo pulsase... Al menos todavía.

La mujer empezó a descender calle abajo, hacia la playa. Makoto podía aprovechar para resolver algunas dudas que pudiese tener.

[JRA]

Tras escuchar lo que la mujer me dijo, y la prueba que me propuso permanecí unos segundos paralizado, no por no saber una respuesta, ni por intentar comprender algo de lo que Nanashi había dicho, estaba paralizado de alegría, no solo me había llamado por mi nombre, bueno, una abreviatura, pero igual cuenta, si no que me había dado la oportunidad de pertenecer a algún lugar, Nanashi, había dicho que buscaba algún recluta para un grupo, y me estaba haciendo la prueba a mi, es decir si la completaba es posible que tuviera al fin un lugar al que pertenecer, aún sin mis recuerdos podría crear unos nuevos junto a amigos o compañeros.

Me puse la armadura como Nanashi me había indicado donde más cómoda me resultase, lo que acabó haciendo de ella un brazalete.

-Acepto tu prueba Nanashi. -Dije con una amplia sonrisa incluso se podía ver alguna lagrima caer de mi cara.

Era la primera vez desde que todos empezaron a olvidarse de mi, que alguien me pedía algo o confiaba en mi.

-Por cierto ¿a que clase de monstruos te refieres? Y aunque creo que la respuesta es obvia ¿Que tendré que hacer? -Pregunté mientras le seguía el paso a la mujer con una alegría infantil.

[Sombra]

—Acepto tu prueba Nanashi. —afirmó Makoto con una sonrisa amplia mientras un par de lágrimas se deslizaban sobre su mejilla.

La mujer no hizo preguntas sobre el motivo que tenía para llorar... Lo cierto era que no parecía ser del tipo de persona que sentía pena por alguien. Era como una "Dama de hierro".

—Bien, pues en marcha —animó la mujer a que la siguiese.

Los dos bajaron por las calles del pueblo hasta una amplia pradera que descendía por toda la ladera de la montaña. Desde allí se podía ver toda aquella parte de la isla. Había algún que otro caserón disperso por aquel largo camino de tierra que tenía de vez en cuando algún que otro farolillo para que por la noche nadie se perdiese y a lo lejos se podía ver el puerto de la isla. También se podía ver una isla de poco tamaño con frondosa vegetación en el horizonte. Aquel debía ser el lugar al que se dirigían.

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—Por cierto ¿a que clase de monstruos te refieres? Y aunque creo que la respuesta es obvia ¿Que tendré que hacer? —interrogó Makoto con notable curiosidad.

Nanashi se detuvo un momento pensativa antes de seguir caminando.

—Los sincorazón —nombró la mujer, a la que no le extrañaría que el muchacho desconociese el nombre de aquellas criaturas, por lo que continuó hablando—. El universo consta de muchas energías primordiales, la base de toda fuerza se divide en dos: Luz y Oscuridad. Esas dos energías se enfrentan y complementan a partes iguales; una no puede vivir sin la otra puesto que son distintas caras de la misma moneda.

>>Los sincorazón nacen de la oscuridad de los corazones de la gente y atacan a las criaturas que poseen corazón, como tú o como yo. Aparentemente lo hacen porque odian la luz... O la ansían, no se sabe mucho aún. El problema es que hace tres años apareció un nuevo tipo de sincorazón mucho más peligroso llamados Emblema y desde entonces han sido una verdadera amenaza para todos.

La mujer tomó aire, con aquella explicación ya habían alcanzado el puerto. Nanashi montó en uno de los botes tras recoger su vestido e invitó a Makoto a que entrase en el bote también. No hizo falta remos, una misteriosa ráfaga de aire empujó el bote hacia la isla como por arte de magia.

—Éstos sincorazón no nacen de la oscuridad del corazón de las personas, se reproducen cada vez que devoran un corazón... O para que lo entiendas mejor: Cada vez que matan a alguien ese alguien se convierte en uno de ellos.

>>Sobre la prueba que vas a realizar... Es muy sencilla, y si la superas te invitaré formalmente a nuestra Orden de Caballeros de la Llave Espada.

Nanashi miró enigmática los ojos del joven mientras se acercaban a la pequeña isla.

—Te puedo asegurar de antemano que es un trabajo peligroso, algunos mueren... Y también tendrías que venir conmigo abandonando éstas islas. Aunque una vez sepas defenderte solo de esos monstruos podrías venir siempre que quieras a visitar a tus parientes y amigos—explicó—. Si aún así quieres hacer la prueba debes saber una cosa más; si la superas te desvelaré una realidad que hará que éstas islas te parezcan una prisión de agua... Si te gusta ir de aventuras te aseguro que merecerá la pena .

Tras aquellas misteriosas palabras los dos llegaron al muelle del islote. Nanashi dejó al joven que subiese por las escaleras antes que ella y tras eso le siguió.

Makoto encontró por el suelo varios objetos; Una vara roja, una pelota azul, una espada de madera y una cuerda de jugar a la comba. Llevaban mucho tiempo ahí abandonados.

El joven se daría cuenta enseguida de que no había animales, ni pájaros por allí... Ni siquiera insectos. Todo estaba en un sepulcral silencio.

Nanashi caminó por el muelle haciendo crujir la madera bajo sus pies.

Makoto podía ver varios lugares desde allí: Una playa, un islote (al cual se accedía a través de una cabaña contruída en una roca) con una palmera con un fruto en forma de estrella y unas escaleras de mano que ascendían hasta una serie de plataformas con varias casas de árbol. También podía dirigirse hacia una cascada, donde descubriría la entrada a una cueva entre las ramas de un árbol.

—¿Por dónde quieres empezar a mirar? Te explicaré en que consiste la prueba llegado el momento.

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Makoto puede coger uno de los siguientes objetos en caso de no tener un arma: Espada de madera, vara roja, cuerda de saltar la comba, balón. Nanashi seguirá a Makoto a cualquier lugar que escoja.

[JRA]

Miré al cielo recordando las palabras de Nanashi y dejé escapar una risa.

-¿Amigos? ¿Familiares? Creo que hace bastante que olvidé lo que significaba, estas islas ya son una prisión de soledad para mi y mientras sepa que alguien confía en mis actos o el que pueda permanecer en sus recuerdos es suficiente para que me enfrente a este peligro. -Mientras hablaba mi expresión se volvía cada vez más serena.

Era extraño que alguien al que le acaban de decir que luche contra monstruos que pueden matarlo este tanto tranquilo, pero yo lo estaba, no siquiera yo sabía el porque, simplemente fue una tranquilidad inconsciente la cual yo no forcé en mostrar.

A mis pies se encontraban lo que parecían ser juguetes usados por niños y aunque sabía perfectamente el uso que les iba a dar yo sentía curiosidad del porque se encontraban aquí o a quien habían pertenecido.

Mientras me agachaba para coger la espada de madera pregunté con una voz calmada.

-¿Por qué hay lo que parecen ser juguetes aquí cuando no hay nadie?

Tras preguntar esto miré hacía el islote y me dirigí hacía él.

[Sombra]

-¿Amigos? ¿Familiares? Creo que hace bastante que olvidé lo que significaba, estas islas ya son una prisión de soledad para mi y mientras sepa que alguien confía en mis actos o el que pueda permanecer en sus recuerdos es suficiente para que me enfrente a este peligro.

Nanashi había escuchado en silencio el monólogo de Makoto. Su historia era triste, conmovedora y la mujer no quiso interrumpirle, escuchando atentamente las palabras del chico.

En cuanto llegaron a la isla Makoto cogió una espada de madera.

-¿Por qué hay lo que parecen ser juguetes aquí cuando no hay nadie?

—Simple los sincorazón; aparecieron repentinamente, los niños que jugaban aquí tuvieron que correr por sus vidas... Abandonando todas las cosas que tenían en aquel momento.

Nanashi hizo una pausa y siguió a Makoto hacia la caseta construída a pie de playa que llevaba a través de unas escaleras. El joven atravesó el puente de madera que conectaba con el islote. Allí había una silueta oscura de ojos amarillos, pequeña y en cierto sentido "adorable". La criatura, del tamaño de un perro pequeño y con una apariencia similar a una hormiga movía su cabeza haciendo que sus graciosas antenas se balancearan.

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—Un sincorazón Purasangre. Hay muchas razas de sincorazón, este es el tipo más débil que conocemos; una sombra.

El sincorazón se fundió con el suelo y se acercó a ambos, Nanashi hizo aparecer de la nada entre un potente resplandor una espada peculiar y con forma de llave.

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—Esta arma es la Llave Espada. La única capaz de eliminar a los sincorazón por completo. Las armas normales pueden hacerles desaparecer, pero no los matan... Resucitarán en algún otro sitio.

>>Intenta derrotar a ese sincorazón con esa espada de madera. Si veo que estás en peligro intervendré.

[JRA]

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No se como roleare las batallas, no estoy muy acostumbrado a esto, así que perdón si hago algún fallo

Vi al ser al que Nanashi llamó Sombra e intenté fijarme en sus movimientos, los cuales parecían algo torpes, en un momento intenté un corte de prueba el cual la Sombra evadió fundiéndose con el suelo. En el momento en el que la sombra iba a salir para golpearme me alejé con un salto.

"Vale, supongo que la Sombra se funde con el suelo para evitar ataques y prepararse para asestarlos, creo que puede funcionar"

Volví a cargar contra la Sombra, la cual volvió a evitar el ataque fundiéndose con el suelo, aunque ahora ya esperaba esa reacción, observé la sombra que se movía por el suelo y cuando salió para atacarme me adelante y le asesté algunos golpes con la espada hasta que la Sombra desapareció.

-Creo que acabé por aquí -Dije mientras observaba la desaparición de la Sombra.

Ahora me giré con intención de ir ahora hacía la cascada.

[Sombra]

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De hecho, sí. Has cometido un error xD Básicamente has controlado el ambiente. Los enemigos (incluso si son sincorazón) los controlan los GM para hacer la batalla más realista. Mantendré parte de tu post, pero otra parte me temo que no puedo darla por válida. No te bajará puntos de experiencia al final, pero ten cuidado con esos errores. En una trama se consideran bastante graves ^^

El muchacho se mantuvo atento a los movimientos de su enemigo. Efectivamente, sus movimientos eran erráticos y parecían torpes... Pero al contrario de lo que Makoto podía imaginar eso lo hacía impredecible.

El sincorazón salió del suelo y recibió dos espadazos del muchacho, pero no habían sido suficientes para acabar con aquel monstruo. La Sombra saltó sobre el joven y con sus garras le hizo un rasguño en su brazo que escocía como mil demonios.

Por desgracia, aquello solo era el comienzo. La sombra se fundió en el suelo y se movió a gran velocidad, una a la que el chico no pudo reaccionar. El ser de oscuridad salió del suelo a espaldas del joven, que no tenía posibilidad de contraatacar.

—¡Perla +! —exclamó en ese momento la mujer mientras apuntaba con su llave espada a la criatura. Un orbe de luz cegadora surgió desde la punta del arma e impactó contra la criatura, que se volatilizó dejando solamente una estela de oscuridad.

La mujer observó al muchacho, que había salido con un simple rasguño en su brazo del combate. Parecía estar meditando algo de una forma un tanto profunda.

—Éste no era nuestro sincorazón —aseguró la mujer—. Todavía tienes mucho que aprender... Pero creo que podrías servir, todo el mundo empieza siendo un novato.

>>Quizás te parezca que no has superado la prueba... Pero que hayas tenido el valor de enfrentarte a un sincorazón sin pensártelo dos veces te hace digno de convertirte en un miembro de la orden... Pero he de advertirte: Una vez aceptes no hay vuelta atrás.

Nanashi hizo un gesto con su llave espada y la agarró por el filo, ofreciéndole la empuñadura a Makoto.

Si Makoto cogía la llave espada sentiría "algo" dentro de él. Un sentimiento positivo y feliz, cargado de luz y esperanza. Era como si algo nuevo hubiese despertado en su interior... Algo que había permanecido dormido hasta ahora.

La llave espada de Nanashi volvió tras un resplandor de luz a las manos de su verdadera propietaria.

—Ahora tú también posees el poder de invocar la Llave Espada. Solo tienes que desear que aparezca y acudirá a tu llamada.

[JRA]

-Muchas gracias. -Dije a Nanashi por ayudarme con el enemigo.

En ese momento me paré a pensar sobre lo que había dicho la mujer sobre que ese no era nuestro objetivo. Si no había podido luchar solo contra este enemigo, entonces no se lo que haría contra enemigos más fuertes, pero eso no iba a hacer que cambiara de idea.

-No voy a dar marcha atrás, así que Nanashi, no se que tal lo puedo hacer, pero sigamos buscando a nuestro objetivo. -Dije mientra me giraba hacía la mujer.

Ahora no sabía a donde ir, pero opté por ir hacía la cascada.

-Por cierto Nanashi, no me he enterado bien de como va eso de llamar a la llave espada. -Dije mientras caminaba con la mano extendida intentando hacer lo que me dijo la mujer.

"Así que desear que aparezca"

[Sombra]

Nanashi estuvo de acuerdo con la idea de ir hacia la cascada por lo que el joven, que ahora poseía el poder de la Llave Espada y la mujer se dirigieron hacia allí.


-Por cierto Nanashi, no me he enterado bien de como va eso de llamar a la llave espada.

—Ahora que eres mi aprendiz debes referirte a mí como Maestra Nanashi —pidió la mujer—. La llave espada acude cuando quieres, es tan simple como imaginar que tu llave espada aparece en tu mano. Todos los que acaban de conseguir la llave espada empiezan con una que llamamos "Cadena del Reino", se trata del modelo más débil que hay, pero se puede modificar. Ya te enseñaré como.

La Maestra Nanashi hizo que Makoto se detuviese al ver la cueva entre las ramas y que había estado bastante escondida.

—Antes de seguir, creo que debería ir explicándote algunas cosas —hizo una pausa dramática—. Verás, puede que pienses que es una locura... Pero lo cierto es que lo que ves en el cielo nocturno; las estrellas, son otros mundos. Tus islas solo son motas de polvo para los que podemos viajar a cualquier lugar del universo. Cada mundo tiene sus propias costumbres y civilizaciones, no hay dos iguales.

>>Ah, y hay unas normas inquebrantables para nosotros... La primera; no revelar el secreto de los mundos a nadie. La segunda; no intervenir en los asuntos de otros mundos. La tercera; luchar por el equilibrio perfecto entre la luz y la oscuridad.

Tras decir aquello, Nanashi entró en la cueva seguida por Makoto. Tras doblar una curva en aquella gruta llegaron a una zona algo más amplia con una roca central. Los dos vieron una gran cantidad de dibujos hechos en tiza... Pero no era lo único interesante de aquel lugar.

Una puerta que carecía de pomo o cerradura se alzaba en la pared al fondo de aquel lugar.

La Maestra se acercó a examinar la puerta. No se escuchaba nada al otro lado... Y tampoco se podía abrir de ninguna manera. Les resultaría imposible romperla también (si lo intentaban). Lo que había al otro lado quedaría como un auténtico misterio.

No parecía haber nada más allí... ¿O sí?

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Makoto pudo ver a un sincorazón vigilando a la pareja de maestra y aprendiz. ¿Cómo iba a reaccionar el joven?