Light:Nada más llegar a Nunca Jamás cada uno de los aprendices tuvo claro lo que hacer. En el caso de Light, convencido de que al otro lado del claro solo iba a encontrar un grupo de niños jugando a polis y cacos, algo totalmente normal para alguien que no conocía el mundo, se apresuró por seguir a Ronin a través del follaje de la selva. El camino no resultó ser complicado, y lo único a destacar eran las raíces que sobresalían de manera peligrosa en el suelo, o los molestos insectos que se adherían con rapidez a la vestimenta del aprendiz.
Encontrar a Ronin en aquel paisaje fue como encontrar una estrella en el cielo nocturno. Su ropa roja y llamativa, así como su altura, lo ayudaban a destacar por encima de todo lo demás. A los dos minutos caminando ambos dejaron de escuchar los gritos de los niños, y del resto de aprendices. Se habían quedado solos pero, ¿a dónde iría el maestro de maestros? Parecía tener claro un objetivo, o igual no. A medida que avanzaban el olor a mar se hacía más fuerte, y el sonido de las olas chocando con la costa también.
—
Anda, Light, ¿qué tal te va? ¿Has encontrado algo? —Comentó de pronto Ronin, como si hubiese ignorado la presencia de su aprendiz durante todo ese tiempo
Los dos se habían detenido a la salida de la selva, en un peligroso risco de la isla que conectaba con una zona montañosa y con el mar. Muy a lo lejos los dos pudieron ver un enorme barco pirata de color rojo, ¿o quizás marrón? Desde aquella distancia era difícil de averiguar, pero el maestro no comentó nada al respecto. De hecho, comenzó a mostrar interés cuando Light mencionó a los Sincorazón.
—
Ah, sí, los Sincorazón. Ahora que me lo has recordado, esa es otra de las razones que me han traído aquí —Ronin se cruzó de brazos, pensativo y con bastante seriedad. Tenía la vista perdida en el horizonte, en el barco pirata—
. Hay otra zona en este mundo llamada Londres, que si no me equivoco te debería ser familiar. Verás, hace un tiempo unos aprendices fueron con Kazuki a investigar allí, y nos dimos cuenta de la terrible realidad que puede estar amenazando este lugar —fue entonces cuando Ronin dirigió su vista al aprendiz—
. Los Sincorazón crecen por momentos en Londres, y están controlados por uno mucho más poderoso, puede que demasiado. Los aprendices hubiesen muerto aquella noche de no ser por el vago de Kazuki, y los seres de oscuridad no paran de propagarse con rapidez. ¿Entiendes lo que eso significa?El maestro de maestros señaló entonces el galeón, a lo lejos. Cambiando de tema y respondiendo a una de las preguntas que Light le había formulado.
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Este mundo se las trae principalmente por los piratas, Light. Y porque es el lugar ideal para vivir aventuras —y le golpeó con tal fuerza en la espalda, que el aprendiz estuvo a punto de caer al vacío—
. Basta de tanta cháchara, ¡tenemos que espabilar que los tesoros no se buscan solos! Venga, déjame la montaña a mí.Ronin echó a andar por el mismo sendero que llevaba a la zona montañosa, alejándose cada vez más de la jungla. Pero a su aprendiz se le abrían nuevos caminos. Podía optar por volver a la selva o intentar ir tras el maestro —a pesar de lo que éste le hubiese dicho—, también tenía la posibilidad de aventurarse por un camino del precipicio que descendía hasta una playa y parecía un poco peligroso. O bien montar en Glider e ir al barco pirata, pero aquello sería una locura, ¿no? ¿Qué iba a hacer acaso en un barco pirata? Además, era libre de quedarse allí quieto, pero llegaría bastante moreno a Tierra de Partida porque el sol pegaba fuerte.
Puedes ir detrás de Ronin si quieres, pero te ha dicho que él se encargará de la montaña. Y sí, puedes colarte en la parte de Bastión Hueco. Elige bien.
Freya:Al principio la aprendiza se mostró intimidada, una reacción completamente normal cuando estaban ambas encerradas en un barco pirata frente al mismo capitán. Ningún pirata, si es que había alguno más aparte del que cerró la puerta, dijo nada, ni siquiera la propia maestra. Fue todo completo silencio hasta que la chica terminase de explicarle la situación. El supuesto Capitán Garfio jugaba con su peculiar mano sobre el mapa, mientras escuchaba paciente la propuesta de Freya: ayudarles a encontrar un tesoro a cambio de cumplir cualquier encargo que les mandase. Y después de unos pocos segundos de tensión, el capitán respondió.
—
¿Un tesoro? ¿Cuál de ellos, si puede saberse? —y alzó el garfio en la oscuridad, desapareciendo de su vista. Además, varias risas resonaron en la sala dando a entender que había más piratas allí—
Nunca Jamás es demasiado grande para buscar un simple tesoro. ¿Y qué os hace pensar que vuestra ayuda nos compensará?La maestra Nanashi frunció el ceño, imaginando por dónde iba a terminar la conversación. ¿Confiar en la palabra de dos desconocidas para encontrar un tesoro que podría darles riquezas inimaginables? Y eso, si llegaban a encontrarlo. ¿Cómo iba a poder fiarse de ellas? Su respuesta estaba clara, no iba aceptar, no a menos que pretendiesen insistir más.
—
Puede tener plena confianza en nosotras, capitán. Nuestro grupo es mucho más numeroso, y no debería subestirmarnos por nuestra condición.Ambas escucharon unos pasos de alguien al otro lado del camarote, dando a entender que se acercaba cautelosamente al capitán y, aunque intentase susurrar de forma disimulada, las dos pudieron escucharlo sin problemas.
—
P-pero capitán, ¿qué hay sobre Peter Pan?En ese instante la puerta del camarote se abrió de par en par desde afuera, alertando a todos. Dos hombres entraron de forma violenta, tirando varios cuerpos al suelo junto a Freya. Algunos piratas aprovecharon para encender mejor las luces —concretamente lámparas de las paredes—, y tanto la aprendiza como Nanashi pudieron ver con todo detalle el camarote del capitán: se podían contar hasta cinco corsarios allí, aparte de los que habían entrado y del propio capitán.
El Capitán Garfio, ahora ante la aprendiza, vestía ropas de motivos rojizos, así como un sombrero donde descansaba una gran pluma, y enseñaba unos bigotes de lo más peculiares. Pero eso no era todo, sino que una de sus manos era el garfio que había visto antes sobre el mapa. Al lado del capitán se encontraba otro hombre más viejo y con pinta de bonachón; él era quien había intentado susurrarle algo sobre un tal Peter Pan al capitán.
—
¡Campanilla estás bien! ¡Garfio, suéltala!—
Ahora sí que estamos en problemas…Los dos cuerpos que habían caído junto a Freya pertenecían a dos niños. Uno con más carácter que el otro, vestido con pieles de zorro anaranjadas. El chico restante, por su parte, parecía vestir con lo que parecía una bata blanca, un sombrero y unas gafas; mostraba una personalidad más seria y madura:
Nanashi no intervino en ningún momento, pues aquella situación les era completamente ajena. La idea de haber viajado tan lejos era aliarse con los piratas para tener más éxito en su búsqueda del tesoro, no salvar a unos niños. El Capitán Garfio por su parte sonrió, orgulloso por su nueva victoria, y agarró la lámpara que había iluminado levemente antes la sala con su garfio. Ahora todos podían verla mejor, y dentro se encontraron lo que nunca hubiesen imaginado: un hada.
—
¡Campanilla! —Exclamó el chico vestido de zorro, amordazado e impotente en el suelo
—
¡Está bien! ¡Acepto vuestra ayuda!—respondió finalmente a las mujeres de Bastión Hueco—
Pero a cambio, solo tengo una petición… Eliminad a Peter Pan.Los niños se sobresaltaron en el sitio, alarmados, y la supuesta Campanilla comenzó a darle patadas al cristal de la lámpara, en vano porque no tenía manera de salir.
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Peter Pan es un auténtico diablo, un demonio. No sería de extrañar que esos monstruos que no paran de asaltar nuestra nave estén a sus órdenes —la maestra Nanashi abrió los ojos sorprendida por un detalle como ese—
. Aunque todavía no he tenido el honor de conoceros.—
Nanashi. Y la joven que me acompaña se llama Freya. —dijo lo más secamente que pudo
Garfio rió ante todos, mostrando cierto odio en sus ojos. Quizás había encontrado por fin la manera de acabar con aquel peligroso Peter Pan.
—
Podéis entonces prepararos antes de partir. La guarida de Peter Pan está en Nunca Jamás. Y recordad: si no veo su frío cuerpo ante mí, no habrá tesoro alguno queridas.—
N-no le creáis, ¡es todo una vil mentira!—
¡Eso es! ¡Peter no es ningún demonio!Pero no pudieron protestar más. Los piratas se los llevaron de allí a los cuatro, dejando a Campanilla en manos del capitán y encerrada en la lámpara.
—
Sé que esto te habrá resultado de lo más inesperado, pero no te alarmes. Actuaremos con cautela y mientras tanto les seguiremos el juego. Quédate aquí y prepárate debidamente.Freya terminó en una habitación dentro del barco, supuestamente donde los piratas los habían dejado a todos. En aquel lugar había algunas estanterías con ropa y materiales de pesca, así como lámparas colgadas en las paredes y una gran alfombra roja, sin ventanas por ninguna parte. Si Freya no estaba acostumbrada a ir en barco notaría de inmediato los efectos del mar, y la cabeza le empezaría a dar algunas vueltas. La maestra Nanashi salió por la única puerta y no volvió a aparecer más, pero la chica se había quedado sola con los dos niños capturados en unas jaulas —y ya no estaban amordazados— , todos acompañados por otro pirata que se había quedado dormido. Los pequeños, sabiendo la oportunidad que tenían, intentaron tentar a la suerte.
—
Tss, eh. ¿Te llamabas Freya? ¿¡De verdad vas a creer a ese mentiroso!? —Susurró por lo bajo a la aprendiza
—
Por favor, ayúdanos. Tenemos que salir de aquí, o Wendy y los demás se preocuparán.Pero entonces un estruendo resonó detrás de la puerta, acompañado de algunos quejidos. Por los ruidos parecía que se había librado un breve combate donde varios piratas cayeron sin dejar mayor pista que sus gritos de agonía. El hombre que acompañaba a la aprendiza se despertó y, aturdido todavía por el sueño, se acercó a dicha puerta, no sin antes mirar a la chica para proponerle un trato.
—
¿Pero qué demonios pasa ahora? Escucha tú… Si quieres demostrar tu confianza hacia el capitán y la tripulación, entra ahí y averigua qué ha pasado. ¿Vale? —Bonita forma de no jugarse el pellejo
El desalmado se aproximó a la puerta, a punto de abrirla. Mientras tanto Freya no estaba siendo vigilada. ¿De verdad iba a liberar a esos niños suplicantes y traicionar a Garfio? ¿O se adentraría directamente donde el hombre le decía? Éste abrió la puerta levemente, pero no estaba prestando demasiada atención por el sueño y el cansancio que tenía encima. Y si era conocedora del poder de la Llave Espada, se daría cuenta de que podría abrir las jaulas sin problemas con apuntar a los candados, aun así, tenía la llave de las jaulas en una mesilla a su lado.
—
Te llevaremos ante Peter si quieres… Tienes nuestra palabra.Dependía solamente de Freya. Podía liberar a los niños, acabar con el pirata rápidamente e intentar salir de allí, o bien podía ir sola y hacerle caso al bucanero, como si nadie hubiese escuchado nada de los prisioneros.
Jeanne:—Creo que… Creo que me ha golpeado algo… invisible.―
Claro, cómo no. Te dejo con tu amigo, voy a ver qué tripa se le ha roto a esa genteTanto Myxa como Hana se marcharon al lugar del que provenían los gritos, los mismos que Light había ignorado pensando que se trataban de simples niños jugando a polis y cacos. Entretanto, Jeanne Mars siguió buscando aquello que la había hecho caer, sintiéndose ridícula por lo tonta que podía estar pareciendo, y su última pregunta no le llegó a nadie, al menos en principio. Pero a los pocos segundos se terminaría dando cuenta de que algunas plantas de entre los matorrales se doblaban bruscamente llegado un punto, como si hubiese algo invisible y estático que provocase ese efecto.
La aprendiza no tardaría en sentir una superficie sólida en sus manos, como si estuviese tocando algo de mayor tamaño que ella. Fue ahí cuando por accidente presionó lo que pareció un interruptor y todo se aclaró:
Una enorme nave se materializó frente a ella, revelando aquello con lo que la aprendiza se había chocado al llegar. Pero claro, nadie se había fijado y todos tomaron sus caminos, ignorando aquel extraño suceso, excepto la propia Jeanne. No tardaría en iluminarse una luz verde proveniente de uno de los laterales del aparato volador, abriéndose después unas escaleras hasta tierra firme. De su interior salió una criatura de esas cuya raza abundaba en Tierra de Partida o en Ciudad de Paso: un Moguri.
―
¿Qué les pasa a quiénes? ¿Ya habéis encontrado el tesoro, kupó?El moguri pisó tierra firme con una llave inglesa en mano, y se sobresaltó al ver que allí no estaba quien hubiese esperado. Al contrario, se topó con Jeanne cara a cara, y la pequeña criatura asustada retrocedió de un salto.
―
¡Tú no eres quién yo pensaba, kupó! ¿¡Has venido a por nosotros, kupó!? ¡Electro!El moguri extendió su llave inglesa hacia la aprendiza e invocó unos rayos que alcanzaron a esta, pero no sufrió muchos daños, sino un escozor y leves espasmos en la zona del golpe. Parecía inofensivo, aunque se encontraba asustado por alguna razón. ¿Sería bueno preguntarle algo, o tomaría la chica otro camino? Parecía que no solo Tierra de Partida andaba detrás del tesoro.
Jeanne Mars:
VIT: 16/20
PH: 20/20
Hana y Myxa:Solo Hana y Myxa acudieron a los gritos de auxilio de los niños, sobre todo la segunda, que se lanzó directa hacia el lugar. Atravesaron algunas ramas y telas de araña que colgaban en los troncos de las palmeras, y al llegar vieron un escenario de lo más variopinto, o igual no…
x20
Efectivamente, una marea de sombras se había conglomerado en aquel estrecho camino y corrían todas detrás de un grupo de niños:
Estos parecían ir vestidos con pieles de animales salvajes, y el pobre chico con disfraz de oso se había tropezado con una rama. ¡La avalancha de Sombras le iba a caer encima! Pero afortunadamente la única mujer del grupo, que no resultó ser ninguna madre, sino una niña, le salvó por los pelos. Corrieron con todas sus fuerzas y chocaron con el grupo de Hana y Myxa, consiguiendo que todos los presentes cayesen sobre la tierra.
—
¡Oh, no puede ser!La masa de Sincorazón cada vez estaba más cerca de ellos, tanto que incluso algunas Sombras se atrevieron a saltar sobre el grupo de jóvenes, dispuestas a arrebatarles sus corazones. El camino era estrecho, y estaban todos allí en el suelo. Myxa había terminado bajo el niño con disfraz de oso, y sobre Hana había caído la niña y el pequeño con disfraz de mofeta. ¡Tenían que salir de allí cuanto antes!
—
¡Mami, nos van a comer! —
¿Quiénes sois? Nunca os habíamos visto antes por aquí —y una Sombra aterrizó a su lado, junto a Hana —
. ¡Esto es terrible! ¡Tenemos que escapar!La niña se levantó como pudo y ayudó a Hana a levantarse. El osito por su parte se apuró e hizo lo mismo con Myxa.
—
¡Corred, por aquí!Los niños llevaron a Myxa y a Hana agarradas por las muñecas a toda prisa por la angosta ruta, escapando como pudieron de los monstruos. Una incluso se agarró al rostro de Myxa como un insecto, pero no tardó en desprenderse y caer al suelo. Pasaron unos minutos corriendo por la selva, pero no hubo manera de escapar.
—
¡Qué insistentes están hoy! Normalmente con correr un poco es suficiente pero… Yo estoy exhausta.Acabaron en una especie de charca oculta en la jungla. Y las aprendizas estaban ahora rodeadas por las Sombras y un nuevo invitado:
Hana Shimizu:
VIT: 46/46
PH: 32/32
Myxa:
VIT: 46/46
PH: 16/16
Fecha límite: Lunes 2 de Febrero.
EDIT: Editada la imagen del Moguri, que me han comentado que da problemas y no se visualiza correctamente. Se trata de Nono de Final Fantasy XII, por si las dudas.