Fue un alivio encontrarse con más caras conocidas a bordo del Argos. Hércules y Megara, en especial el primero, no se hicieron de rogar recibirles nada más ver el estado en el que habían llegado.
—
¿Estáis todos bien? —Nikolai notó la mirada de preocupación que le dedicó el pelirrojo y no tardó en disuadirle con un gesto rápido. Su herida, la muy condenada, seguía doliéndole a rabiar, pero con la ultrapoción de antes era más que soportable. No quería montar un drama innecesario—.
¿Encontrasteis algún fragmento de la piedra?¡Lo sabía! Menos mal que su presentimiento con el fragmento fue el acertado y le dio prioridad. Nikolai le asintió con una sonrisa débil y le mostró el trozo por el que se había hecho un hoyo en la tripa. Junto al de Kairi y el que ya tenía el héroe, hacían un total de tres. Además, Ragun les afirmó que de los otros dos ya se habían hecho cargo Fátima y Malik (se alegró de saber que todavía siguiese dando guerra) por su cuenta.
—
Perdón que os interrumpa esta charla tan interesante, pero... ¡¿Qué dioses es eso?!Entonces dirigió su vista al cielo, a donde señalaba Megara, y se le descompuso la cara.
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Mierda putrefacta.El maldito muerto viviente de la máscara se las había ingeniado para pegar un bote inhumano desde la isla con la intención de estamparse contra el barco. Niko consiguió reunir fuerzas para erguirse pese a su cuerpo castigado por la fatiga, temiendo lo que pasaría si le dejaban aterrizar.
—
¡Detrás de mi, vamos! —
¡Oh, por todos los dioses, usa el cerebro por una vez!Hércules corrió para frenarlo con su fuerza pero, a decir verdad, la idea alternativa con la que se le adelantó Megara fue digna de elogio: agarró la bolsa de los vientos que llevaba el hombre y liberó una descomunal ráfaga de aire que mandó volando al enmascarado lejos, muy lejos. Verlo perderse en el horizonte y saber que no les iba a incordiar más le sacó una sonrisa perniciosa.
«
A tomar viento.»
—
¡Guau, Meg! ¡Eso ha sido alucinante!—
De nada.Una lástima que a Meg se le borrase la sonrisilla al darse cuenta del estropicio en el que se convirtió su melena después de la ventolera. A Nikolai se le contagió el buen humor de Hércules y ella cuando comenzaron con la risa tonta.
Luego notó el toque que le dio Ragun en el hombro y reaccionó con torpeza.
—
Un par más y parecerás un queso de eses que tienen muchos agujeros.Nikolai le dedicó una mirada de suficiencia y bufó.
—
Si vas a volver a dirigirme la palabra con una broma tan mala, creo que prefiero el silencio —se jactó con tono ácido.
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Siento no haber hablado contigo antes, no tenía más remedio si quería permanecer con vosotros y cumplir la tarea que Nanashi me había encomendado.Oír hablar de su extutora hizo bullir en su fuero interno sentimientos encontrados que le sacaron una mueca. Se masajeó las sienes con una mano y dijo:
—
Mira, olvidémoslo. Hiciste lo que tenías que hacer y yo aún seguía irritado por todo lo que pasó. —Dibujó una media sonrisa en sus labios y le devolvió el toque en el hombro—.
Tú al menos has puesto de tu parte para que el grupo no acabase desmoronándose. Ya es más de lo que he podido aportar yo.Así era. Podría haber hecho más para integrarse en el equipo, poner de su parte para demostrarles que era algo más que el traidor de Bastión Hueco en el que nadie confiaba. Podría, de no haberse ofuscado al pensar que él no pintaba nada allí o que solo haría de incentivo para generar mal ambiente y disputas que creasen la discordia.
Quizás así hubiesen sido distintas.
***En la isla central ya les esperaban Fátima y Malik, con unos cuantos rasguños y magulladuras, pero nada serio. Fue de esperar que la primera corriese como una condenada hacia ellos para comprobar que todos estaban bien. Dentro de lo que cabía; Nikolai tuvo que buscar asiento en alguna piedra cercana antes de que su cuerpo decidiese que hasta ahí había llegado y se derrumbase en la arena.
Estuvo escuchando el resumen que Ragun les facilitó a los que estaban medio perdidos por las islas y soltó un leve gruñido al enterarse de que Hades había estado haciendo de las suyas. Incluso fuera de sus dominios, el dios resultaba ser un incordio mayúsculo cuando menos te lo esperabas. Al menos su intervención no llegó a nada grave, o habrían tenido un problema bien gordo con todos desperdigados.
Estaba tan inmerso en sus preocupaciones que tardó en darse cuenta de que alguien le estaba llamando.
—
Nikolai. —El nombrado alzó la vista y se topó con Fátima. Las malas experiencias con ella no evitaron que se temiese lo peor, pero arrugó el entrecejo al notarla tan tensa, distraída—.
No te merecías que te tratara así. No me he sido justa contigo. Lo siento. Espero que mi comportamiento no haga que juzgues al resto de Tierra de Partida por igual.Eso le dejó completamente desarmado. Nikolai se quedó mirándola, anonadado. Parpadeó sucesivas veces cuando su cuerpo respondió con torpeza y ladeó la cabeza, con la vista perdida. Simplemente, no sabía cómo reaccionar.
—
Si pensase así de Tierra de Partida no habría acudido a vosotros cuando me fui de Bastión Hueco. Sé que la Orden cuenta con buenas personas en las que puedes confiar —respondió al final. Luego la miró de soslayo—.
Pero acepto tus disculpas. Y siento si mi presencia te ha supuesto una carga para la misión.Tras eso, ninguno de los dos dijo más. Al menos era un buen comienzo para ponerle fin a la desastrosa relación que habían tenido. Se dijo a si mismo que nunca más volvería a repetir tan bochornoso espectáculo, trabajase con quien trabajase.
Ahora, lo único que quedaba es que Hércules y los aspirantes a héroe llevasen los fragmentos de la piedra al templo. Con un poco de suerte eso le pondría punto final a la odisea que se habían tragado. Con un poco de suerte.
—
Tened cuidado y no os alejéis de aquí, por favor.Ni muerto se movía del sitio. Ya tendría que venir el lunático de la máscara (el pelo se le erizó, arrepentido de pensar siquiera en esa posibilidad) para que despegase el culo de la piedra.
Eso, o que el templo entero desapareciese y dejase tan solo el altar con la piedra, al trio que entró, y cinco estatuas de mujeres. Cosa que ocurrió.
Nikolai sacó fuerzas de donde pudo para levantarse y acercarse hasta el altar, con la piedra ya completa de una vez por todas, dando cuenta de que ya no existía barrera alguna que le impidiese el paso. Entonces, la piedra de las estatuas comenzó a desvanecerse y dar vida a las cinco mujeres que les recibieron. Se las quedó mirando con suspicacia.
—
Somos las musas. Diosas de las artes y proclamadoras de héroes.
—
Héroes como Múscules.
Al menos tenía que reconocer que eran diosas con sentido del humor. Una sonrisa se le escapó con la cara que se le quedó al pobre Hércules.
—
¡Enhorabuena, valientes, por completar las cinco pruebas! Como prometido, la piedra del olimpo es vuestra. Usadla con sabiduría.—
¡Y tanto que debéis usarla bien! El último que intentó conseguirla.... Ese llamado Garland no era trigo limpio.¿Garland? Se cruzó de brazos, pensativo. Si la memoria no le fallaba, ese nombre ya lo había escuchado antes. Sí, creyó recordar que el científico de los Villanos Finales, Hojo, lo mencionó por encima.
¿Pero que tenían que ver los Villanos Finales con todo esto?
—
Las pruebas a las que os habéis enfrentado reflejaron los recuerdos de varios monstruos del pasado de Grecia. Mas debemos advertiros. Si osáis desafiar a Hades, os enfrentaréis a unas pruebas mucho más duras de lo que hoy habéis vivido.—
No será fácil, y puede que el reto conlleve pérdidas. Estamos ansiosas por descubrirlo.—
Entonces, el No-Muerto era también el recuerdo de un monstruo que atacó Grecia. ¿Cierto?Así que recuerdos… ¿Y el tipejo de la máscara también? No, había algo que no le cuadraba. En especial si cierto dios de los muertos había estado moviendo sus hilos…
—
El muerto viviente de la máscara no formaba parte de las pruebas, ¿verdad? —preguntó a las musas—.
Fue Hades quien lo trajo. Habíais preparado otro monstruo en la isla de las ruinas, pero para cuando llegamos allí, su enviado ya se deshizo de él.Lo que explicaba que se lo encontrasen hasta arriba de heridas de garras y que tuviese en su posesión el fragmento. Hades estaba intentando hacerse con las partes de la piedra por su cuenta para frustrarles los planes.
De ser así, iban a necesitar ojos en la nuca cada vez que visitasen el mundo. Estaba claro que nadie podía escapar de la atenta mirada de los dioses.
*Nikolai se apartó el brazo del rostro en cuanto la niebla se disipó y, de no ser porque ya conocía esa sensación, se habría sorprendido más de la cuenta que estuviesen en el puerto de Tebas, el punto de partida de su viaje. Más si lo hizo al notarse que el cuerpo ya no le pedía a gritos un descanso y llevarse la mejor sorpresa de su vida cuando vio que la herida de su estómago estaba cerrada y sin rastro alguno de su anterior presencia.
—
Vaya, eso ha sido... Vaya.—
Rotundamente espléndido —cumplimentó con un balbuceo.
Además del grupo, el Argo también apareció, amarrado en su muelle y con la piedra esperándoles en su interior. Ragun fue el primero en proponer que la piedra no se quedase en Tebas por temor a que Hades intentase cualquier cosa. Tanto Fátima y Malik estaban de acuerdo, y Nikolai también hizo pública su afirmativa ante la idea de llevársela. Tal y como les dijo Diana en su anterior viaje, la influencia de los dioses solo alcanzaba hasta los límites del mundo.
—
Ahora… Creo que todos necesitamos un descanso y reorganizarnos antes de pensar en bajar al Inframundo. Cuando volvamos, te avisaremos.Por una vez estaba de acuerdo con Fátima. Hades sería un cobarde, pero no un debilucho contra el que pudiesen tirarse de frente. Necesitaban planear sus siguientes pasos si querían bajar hasta sus dominios y cerrarle el chiringuito de los Sincorazón y su Infiernódromo. Y cuando ese momento llegase, iba a estar más que dispuesto para devolverle todas y cada una de las putadas que le hizo antaño.
¡Pues se acabó lo que se daba! Un placer haber participado en la trama. Y ya sabéis, a la espera de más~