[Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Malik, Ragun & Kairi + Fátima Laforet & Nikolai Everard

Aquí es donde verdaderamente vas a trazar el rumbo de tus acciones, donde vas a determinar tu destino, donde va a escribirse tu historia

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Kairi » Mar Ene 12, 2016 9:25 pm

Despues de resolver las dudas, Fil se despidió de los Aprendices y subieron todos al barco. De repente, algo salió de la bodega y se abalanzó sobre Malik. Nada más y nada menos que un precioso caballo alado.

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Pegaso
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- ¡Pegaso, no seas pesado! - le riñó Hercules - . Fil no sabe que lo metí a escondidas en el barco, espero que no os moleste.

- ¡Qué bonito! - dijo Kairi maravillada. Awa-chan se bajó un momento de su hombro y se acercó a olisquear a Pegaso con curiosidad.

- Mi padre me ha prestado esta bolsa, nos ayudará con el viaje. ¿Alguno puede soltar la amarra? Ahora veréis.

En cuanto Ragun soltó la amarra del Argo, Hércules abrió la bolsa y la acercó a la vela del barco. Un fuerte chorro de aire salió del saquito y chocó contra la vela, dándole al barco un fuerte empuje con el que ya no había necesidad de remar. Al no saber lo que iba a pasar y a causa del empuje, Kairi cayó al suelo bruscamente antes de que le diera tiempo a agarrarse a algo.

- ¡AWAAAAAAAAAAA! - Awa-chan salió disparado hacia atrás, pero Kairi pudo agarrarlo a tiempo con las dos manos antes de que se cayera del barco o lo estropeara aún más arañándolo con sus garras.

- ¡La bolsa de los vientos, la misma que utilizó Odiseo! ¡Casi no me creo que la esté utilizando! ¡Ops, perdonadme! Debería haberos avisado, pero me moría de ganas por utilizarla...

- ¡Que no se te olvide la próxima vez! - exclamó con el corazón en un puño.

- ¿Estás bien? - la ayudó Fátima a levantarse.

- Sí y por suerte Awa-chan también - respondió mientras lo abrazaba.

Parecia que iba a ser un viaje muy movidito.

****


No había mucho que hacer en el barco. El aroma del mar le traía a Kairi agradables recuerdos de su tierra. Miraba hacia el horizonte imaginándose que de un momento a otro encontraría sus islas, aunque sabía que era imposible. De vez en cuando bajaba la mirada para ver si divisaba algún tipo de animal marino, algo temerosa por la explicación de Fil. Y otras veces se agarraba con fuerza a la barandilla del barco con Awa-chan cogido cuando Hércules avisaba de que iba a usar la bolsa.

Cuando se cansó de mirar hacia el mar, la joven se acercó a Pegaso con curiosidad. Nunca había visto un caballo alado tan de cerca. Observó si estaba receptivo, de ser así le acariciaría un ala para comprobar lo suave que era.

El grito de Hércules la sobresaltó y el barco empezó a dar fuertes bandazos, cayendo de nuevo al suelo. Al levantarse vio una enorme serpiente marina que asomaba por encima.

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Al mismo tiempo se escuchó un chillido proveniente de la bodega. Hércules bajó inmediatamente. Al ver que Fátima y Ragun iban a usar a Pegaso para luchar, decidió ir a la bodega también para ayudar ya que parecía que ellos dos sabrian arreglárselas solos. Con Awa-chan en su hombro, bajó a la bodega detrás de Hércules.
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Gracias Aru :D
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I love you Red ^^
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La Historia Del Hipercor By Rmedive92
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Kairi
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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Tanis » Mar Ene 12, 2016 11:24 pm

Malik escuchó la respuesta de Fátima, su resolución final ante la propuesta, y suspiró con cierta resignación. No estaba enfadado, por supuesto, pero no podía decir que no había intentado ser diplomático. Ella tenía su parte de razón, en que no podían perdonar sin más, pero él seguía pensando que las rencillas para más tarde. Si los maestros les habían hecho trabajar juntos, tenían que sobrellevarlo lo mejor posible.

Entreabrió los labios para responder cuando de repente una mole blanca se le echó encima y le tiró al suelo de la cubierta. Sin saber qué estaba pasando o que era eso sintió cómo algo parecido a una lengua muy ancha y muy larga le chupetaba de arriba abajo y le llenaba de babas. Por el rabillo del ojo vio el casco de un caballo y sin querer se le formó una sonrisa mental.

Pegaso.

¡Pegaso, no seas pesado! —oyó decir a Hércules—. Fil no sabe que lo metí a escondidas en el barco, espero que no os moleste.

Malik se levantó con cierta dificultad en cuanto el animal se le quitó de encima, y resopló sacudiendo la cabeza. Se limpió a medias las babas con la manga de la túnica, pero aceptó en silencio el pañuelo de Fátima y se limpió por completo la cara. Le acarició el cuello a Pegaso y se lo palmeó mientras este devoraba la manzana.

Sí, yo también te he echado de menos —murmuró.

No le molestaba, en lo absoluto. Es más, seguramente le fuera a ser útil su presencia, y sin tener que revelar a nadie que alguno de ellos podía invocarlo a placer. Continuó acariciando el cuello de Pegaso mientras Hércules ordenaba soltar amarras y abría una bolsa vieja de tela...

¡Woha!

… De la que surgió una gran ráfaga de viento que impulsó el velamen y el barco a una velocidad demasiado rápida como para que no se tambaleara. Chocó contra la borda, al tiempo que Fátima chocaba contra su pecho. Logró sujetarla un poco a la par que un escalofrío de dolor le recorría la espalda debido a su propio golpe, pero eso no impidió que cayeran al suelo.

¿Estás bien?

Sí... —Malik se frotó la espalda y miró con cierta aprensión a Hércules.

Podría haberles avisado.

¡La bolsa de los vientos, la misma que utilizó Odiseo! ¡Casi no me creo que la esté utilizando!

¡Hércules!—gritó Fátima, claramente molesta.

«Estás jodido».

¡Ops, perdonadme! Debería haberos avisado, pero me moría de ganas por utilizarla...

No me digas.

Dejó que Fátima le ayudara a levantarse y se masajeó el cuello. Se sujetó a la borda cercana del barco y miró a Nikolai y a Ragun, para asegurarse de que no se habían caído al mar, aunque estaba seguro de que cualquiera de los dos podría arreglárselas bien si naufragaban a la espera de que les rescatasen. Miró a Fátima, aun recuperando el aliento de la caída, y desvió de nuevo la vista a los demás. Aprovechó que Fátima estaba pendiente de Kairi para acercarse a Nikolai, con el que tampoco había podido hablar desde que empezara la misión.

Eh, Niko —saludó—, ¿qué tal esa caída?

Se apoyó contra la borda de la amura, también sujeto de forma simbólica a las jarcias que amarraban el mástil al barco. No tenía pretensión de entablar una gran conversación, lo último que le faltaba era que Fátima se enfadara con él también, más de la cuenta, o pensara que no respetaba sus decisiones, pero quería hacerle saber a Niko que él por lo menos no compartía la férrea visión de la maestra.

El viaje no había hecho más que comenzar, y lo había hecho torcido.

****


Navegar en el Argo no estaba resultando tan terrible, al menos si se olvidaba de que al principio parecía casi caerse a pedazos, pero gracias a la bolsa de Hércules, podían avanzar con soltura. A Malik le resultó fascinante la navegación mediante ese método, aunque no pudo evitar preguntarse cómo sería hacerlo sin viento mágico. Tenía constancia más que probada que el viento no siempre soplaba, así que se tenía que remar, si no siempre, casi siempre. ¿Y cómo soportarían esos barcos las tormentas?

Debería haberme traído a Asah —comentó para sí mismo, pensando que la conejita pdoría haberse divertido durante la travesía.

De vez en cuando vigilaba que no saltaran más chispas entre el grupo y prendiera el barco, aunque por suerte no pasó nada digno de mención, salvo un intento por parte de Niko de hablar con Ragun. Vigiló más a Fátima que a ambos, ya que era ella la que probablemente se les terminara acercando y les tirara de la oreja hasta arrancársela. No comentó nada, no hacía falta decir más.

Estaba tranquilamente posicionado junto a la borda, hablando con Pegaso cuando oyó el aviso de Hércules y sintió el vaivén del barco, tan violento que Malik pensó que habían chocado contra algo. Consiguió agarrase a la borda y sólo caer de rodillas, pero cuando levantó la vista vio la cabeza del monstruo y supo, obviamente, que no era una roca.

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De pasado logró ver que Hércules bajaba a la bodega del barco, aunque lo que necesitaban era que se enfrentara al monstruo. ¿Era un monstruo normal o un sincorazón?

«Sincorazón», pensó al ver esos ojos amarillos.

Si no hacían algo serían cebo para peces pronto, así que se olvidó de Hércules y tomó su propia iniciativa al margen de los movimientos de Fátima. Se puso de pie y corrió hasta las jarcias del mástil, las cuales escaló lo suficiente para tener una altura considerable y poder apuntar. Invocó su escudo con la mano que le quedaba libre y calculó la distancia, la potencia y la fuerza.

Entonces oyó el grito de Fátima.

¡Atácale a los ojos!

Y a pesar de que la orden no iba para él, lanzó el escudo a la cabeza de la serpiente, con toda la intención de acertar en el ojo que tuviera más al alcance.

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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Drazham » Mié Ene 13, 2016 3:38 pm

Nikolai se pegó un buen susto con la enorme figura blanca que salió disparada de la bodega del barco, repiqueteando con fuerza en la madera con cada paso que daba. Retrocedió, poniendo los brazos por delante, antes de que le arroyase. Por suerte, pasó de largo, yéndose directamente a por Malik para… ponerle perdido de babas, por lo visto.

¡Pegaso, no seas pesado! —saltó Hércules, atrayendo la atención del animal con una manzana—. Fil no sabe que lo metí a escondidas en el barco, espero que no os moleste.

Alzó las palmas y negó con la cabeza, mirando divertido al caballo alado. No tardó en caer en la cuenta de que ya lo había visto antes, de cuando realizaron su pequeña incursión por el Inframundo: Fátima llegó montada en Pegaso mientras peleaban contra aquel chucho gigante tricéfalo. Su ayuda les sirvió de mucho, por lo que no veía mal que les acompañase.

Entonces, Hércules sacó una bolsa de tela y pidió que alguien soltase las amarras. Niko enarcó una ceja en cuanto la dirigió a la vela, y una vez la abrió…

Porrazo al canto. El barco entero pegó una brutal sacudida, y al joven le fallaron las piernas de la sorpresa. Ahogó un grito y cayó de espaldas, dándose un buen coscorrón en la cabeza por el impacto, recorriéndole un calambrazo de dolor. Siseó un improperio en voz baja y se llevó las manos al cogote, contemplando la bizarra imagen de un vendaval escapándose de la bolsita que sostenía Hércules con ahínco.

¡La bolsa de los vientos, la misma que utilizó Odiseo! ¡Casi no me creo que la esté utilizando!

¡Hércules!

¡Ops, perdonadme! Debería haberos avisado, pero me moría de ganas por utilizarla...

Te agradeceríamos que para la próxima vez sí que lo hagas…

Nikolai se reincorporó entre tambaleos, aferrándose a la borda antes de que sus rodillas, temblándole cuales flanes, le traicionasen y se viniese debajo de nuevo. Miró en derredor y comprobó que todos estaban enteros, salvo por alguna que otra magulladura de propina. Resopló y dejó caer su peso sobre la repisa de la borda, a la espera de que el mareo se le pasase y su desayuno no decidiese escapar de su estómago.

Eh, Niko, ¿qué tal esa caída?

Viró una mirada fatigosa a Malik, apoyado en uno de los bordes del navío. De primeras, no le encontró a su expresión ningún signo de dureza o resentimiento hacia él, a diferencia de su amiguita, la Maestrilla. No, él parecía más serenado y con la simple intención de entablar una mera conversación entre compañeros, sin rencores. O, al menos, eso era lo que pretendía hacerle ver.

De todas formas, Malik le transmitía mayor confianza que el resto, y muchísima más madurez de la que Fátima estaba haciendo gala. Le acabó devolviendo una sonrisa cansada.

Soportable —masculló, ayudándose de la borda para erguirse y no parecer un despojo—. He tenido caídas mucho peores.

Como, por ejemplo, cuando Hades los invitó a Ragun y a él al Inframundo de la manera más rápida que se le ocurrió: partiendo la tierra en dos y arrojándolos a un abismo desde bastantes metros de altura. Milagrosamente, no se llegó a romper nada. Pero en lo que no pensó cuando no le quedó otra que aceptar el trato del dios por temor a perder su alma, es en algo mucho peor que fracturarse un brazo o una pierna (cosa que ya le ocurrió en una misión posterior) y que repercutiría en su futuro.

Un futuro que ya se estaba comiendo con patatas.

***


Lo siento, Niko. La Maestra Fátima ha dado la orden expresa de que no puedo estar cerca de ti.

Válgale el cielo, Ragun se estaba tomando muy al pie de la letra la orden de la Maestrilla. Nikolai trató de disuadirle, pero sin mucho éxito.

No targiveses sus palabras, sabes bien que simplemente no quiere que hablemos. —Nikolai torció el gesto de la boca y alzó una mano en su dirección cuando comenzó a alejarse—. No te lo tomes como algo personal, ya habrá otra ocasión para hablar.

Se marchó. Niko bajó el brazo como un peso muerto, esbozando una mueca de incredulidad y encorvando el cuerpo hacia delante como si le hubiese dado un bajón de energías. Resopló, derrotado, y se llevó dos dedos a la sien.

Genial, ni siquiera Ragun le iba a permitir escaparse por un momento de su endiablada situación y tomarse un respiro. Tampoco le iba a culpar, tuvo que aceptar estar bajo el mandato de Fátima para que le dejasen entrar en el grupo (acción muy loable por su parte), y él solo se limitó a cumplir con su parte del trato. La culpa no era suya, si no dé a la que se le ocurrió esa estúpida orden para demostrar que tenía poder sobre los demás.

Ladeó la cabeza hacia Fátima, lo que terminó por sacarle de sus casillas.

Se estaba riendo de él.

Esa niñata caprichosa se estaba riendo de él.

Nikolai le lanzó una mirada hosca, clavándose las uñas en las palmas. Sabiendo las consecuencias que acarrearía al tener a Malik cerca, se mordió la lengua para acallarla y no soltarle a la cara de todo, menos bonito. Esto ya era el colmo. No le bastaba con putearles con su rango superior, sino que también se reía a su costa. Ni siquiera se molestaba en camuflar su sonrisilla, le estaba faltando al respeto por todas las de la ley.

Gruñó y le apartó la mirada, indignado por su comportamiento pueril y antes de que la rabia le instase a resarcirse. Le hubiese gustado saber en qué demonios estaban pensando los Maestros cuando ascendieron a esa arpía rencorosa. A su lado, hasta Shinju le resultaba mejor ejemplo.

***


El Argo demostró ser más duro de lo que aparentaba su viejo casco, habiendo vivido tiempos mejores. El mástil y la vela parecían soportar bien las corrientes de aire que Hércules liberaba para propulsarse, lo que hizo que todavía no perdiese la esperanza en que no acabasen naufragando en un montón de madera astillada. Puesto que de la navegación se encargaba el héroe, pudo disfrutar, en parte, de la travesía por alta mar y desconectar de los problemas internos con el grupo.

En cierto momento, Saic le pidió salir para “airear sus circuitos”. Nikolai no le puso trabas y permitió que se entretuviese con Pegaso, hacia el que voló con curiosidad para observarlo más de cerca. Dada la naturaleza del mundo, no creía que a Hércules le impactase mucho una criatura como el asistente; siempre podía explicarle que era un compañero y nada peligroso. Supuso que el resto tampoco dirían nada, aunque para evitarse contratiempos, la única advertencia que le dio a Saic fue que no se acercase a Fátima.

Por su parte, esperó a una ocasión en la que Hércules retomase el timón después de propulsar el barco para acercársele y entablar conversación con él. Al menos, hablar con él no lo tenía prohibido, aunque se quedó en blanco por un rato al no saber cómo comenzar. Bueno, sabía que era el héroe más famoso de Grecia, y que su imagen era explotada hasta la saciedad por los comerciantes (de nuevo, el episodio del muñeco de marras le cruzó la mente cual relámpago).

Al final optó por romper el hielo con algo simple:

Oye, Hércules, ¿te importa que te haga una pregunta? —le inquirió, dándose golpecitos en la barbilla con el índice—. ¿Cuánto tiempo llevas siendo un héroe? Ya sabes, luchando contra bestias, salvando gente… ¿Qué te impulsó a convertirte en uno?

Le llegase a responder o no, su grito de advertencia no se hizo esperar cuando sintió el violento zarandeo del barco. Logró agarrarse al borde antes de que se fuese de culo, y buscó con la mirada, alterado, la causa, puesto que Hércules no tenía nada que ver esta vez.

El responsable no se hizo esperar, emergiendo del mar cuan largo era y mostrando una preciosa fila de dientes afilados. El amarillento brillo de sus ojos le indicó de qué clase de invitado no deseado se trataba.

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«Demasiado bonito para ser verdad», pensó con resquemor. Con cinco Portadores a bordo, los Sincorazón ya estaban tardando en hacer acto de presencia.

Percibió que Hércules corría a la bodega, pero gran parte de su atención se la estaba llevando el monstruo. El Argo podría aguantar un poco de aire fuerte, pero un coletazo de esa cosa ni de lejos. Lo haría astillas de un solo golpe.

Fátima y Ragun tomaron la iniciativa de subirse a Pegaso y atacar a la serpiente desde el aire. Él también tomo parte del combate y se esmeró en recuperar el equilibrio, apoyándose en el mástil y extendiendo el brazo hacia su objetivo, disparándole un Filo Etéreo. Trató de apuntar sin intención de acertarle en ningún punto en concreto, pues su intención era distraerle para que no fijase su atención en el dúo aéreo.

Mientras, Saic se situó en una posición entre medias de Nikolai y Malik, cargando sus dedos de energía eléctrica. Si el monstruo hacía ademán de atacar a los del barco, respondería de inmediato con un hechizo Electro para darles unos segundos a los Portadores y reaccionar a tiempo.

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Acciones de Nikolai:

Filo Etéreo (HM) [Nivel 7] [Requiere Afinidad a Nada, Vacuo, PM 10]. El usuario moldea el hechizo Vacuo para asemejarlo a una espada, adquiriendo mayor capacidad de penetración y distancia.

Acciones de Saic (solo en caso de que sea necesario):

Electro (HM) [Nivel 2] [Requiere Poder Mágico: 3] Ataque básico de elemento Rayo. Pequeño relámpago lineal, con muy pocas posibilidades de paralizar al enemigo.
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Ronda #4 - No diré que es amor

Notapor Astro » Vie Ene 15, 2016 10:35 pm

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Mientras Pegaso se mostraba juguetón y enredaba con Kairi y las dos mascotas, Ragun fue el primero en acercarse hasta Hércules para hablar:

Han pasado ya cuatro años desde que nos conocimos, ¿cierto?

¿Cuatro ya? Guau, el tiempo vuela... —musitó, con aire pensativo.

¿Qué tal van las cosas por Tebas? ¿Mucho trabajo?

Ya te digo. Los monstruos no paran de aparecer, cuando no son bestias salvajes son sincorazón... —Suspiró, dejando caer los hombros, aunque procuró recomponerse rápido—. Y da igual cuánto me esfuerce, parece que nunca... No, es una tontería, olvídalo.

Carraspeó, como fingiendo que no había dicho nada, y procuró cambiar de tema:

»¿Y tú qué tal? ¿Viajas mucho persiguiendo a los sincorazón?

Más le valía recordar a Ragun que, para Hércules y el resto de los del coliseo, los portadores eran un grupo de cazadores de sincorazón que viajaban constantemente erradicando a las criaturas de la oscuridad, con Lyn al mando.

Al poco le tocó a Nikolai acercarse a Hércules, quien le recibió con una sonrisa afable.

Oye, Hércules, ¿te importa que te haga una pregunta?

¡Claro! Dispara.

¿Cuánto tiempo llevas siendo un héroe? Ya sabes, luchando contra bestias, salvando gente… ¿Qué te impulsó a convertirte en uno?

Pues no mucho más de cinco años. No llevo mucho la cuenta, aunque si le preguntas a alguien de Tebas seguro que te sabe responder mejor que yo, jeje. —Se rascó la cabeza, riendo—. Sobre qué me impulsó... es complicado. Mi padre es Zeus, el líder de los dioses.

Señaló y miró hacia el cielo, con una sonrisa triste.

»Si sigo siendo un héroe, algún día podré reunirme con mis padres verdaderos en el Olimpo. Algún día...

No dijo más sobre el tema, cambiando de tema si Nikolai seguía insistiendo. Le preguntó por él, si llevaba mucho tiempo bajo las órdenes de Lyn, y al poco de acabar la conversación fue cuando la serpiente marina apareció para decirles hola.

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Ragun, Fátima, Malik & Nikolai


El Filo Etéreo de Nikoai y el escudo a los ojos de Malik distrajeron lo suficiente a la serpiente como para que Fátima y Ragun se acercaran con Pegaso y pudieran situarse en la posición idónea para que la Maestra disparara su Electro+ y el aprendiz pudiera saltar sobre la criatura para atacarle en los ojos.

Todo iba según sus planes, la serpiente se tambaleaba y daba señales de derrumbarse en cualquier momento, pero sin previo aviso la aura oscura que rodeaba al monstruo se volvió más intensa, empujando a Ragun con tanta fuerza que ni Pegaso tuvo tiempo de alcanzarle, ni el joven pudo usar sus alas. Acabó cayendo al agua, hundiéndose con una inusual rapidez.

Por supuesto, la serpiente no había acabado ahí. A pesar de que tenía los ojos dañados, rugió y empujó el barco con violencia (el Electro de Saic no sirvió para evitarlo), obligando a Malik y a Nikolai a agarrarse para no caerse por la borda. Por suerte, el Argo no acabó volcando, pero la madera se resintió... todavía más.

Pegaso consiguió esquivar por los pelos un mordisco en pleno aire, girando sobre la cabeza de la serpiente para evitarla. Los problemas se acumulaban, porque aunque los primeros ataques habían dañado bastante al monstruo (y eran visibles sus resultados), todavía seguía en pie y más fuerte que antes.

Además, Ragun no salía a flote. ¿Por qué? Porque unas extrañas algas negras, envueltas en la misma aura oscura que tenía la serpiente le habían agarrado de las piernas, y tiraban hacia abajo con una inusual fuerza. El aprendiz tendría problemas para liberarse, pues no paraban de aparecer más y más cada vez que las cortaba. Una ayudita de la superficie no le vendría mal, aunque desde el barco no llegaban a ver lo que le ocurría. Si no lo arreglaba, acabaría quedándose sin oxígeno.

Algo captó la atención de Fátima en pleno vuelo. Una figura familiar, encapuchada y envuelta en una capa violeta, observaba la escena desde la distancia. Casi era más bien un borrón, de alguien caminando sobre el agua, pero la Maestra sabría reconocerla: Ela. La misteriosa figura que le ayudó en el pasado durante los Juegos amañados. Sin embargo, tras esquivar una nueva embestida de la serpiente, al volver a mirar ya no estaría allí. ¿Imaginaciones suyas...?

El combate contra la serpiente debía de ser corto, o acabarían sin barco. La criatura marina había vuelto a acercarse al Argo tras el empujón anterior, y parecía decidida a hacerlo trizas. Además, alguien tendría que ayudar a Ragun. ¡Rápido, rápido!

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Lo ideal es que alguien ayude a Ragun, aunque con su nivel él podría llegar a liberarse solo si lo hace bien, aunque con dificultades.

Si el combate no termina esta ronda, el barco sufrirá muchos daños. ¡Avisados!


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Kairi


La aprendiza de Tierra de Partida fue la única que acompañó a Hércules a la bodega, y allí se encontró una alarmante escena.

¡Meg!

De alguna manera, una mujer había aparecido en el barco, y por la expresión que puso Hércules al verla, ya la conocía de antes. Alta, con un vestido rosa y el pelo castaño y brillante recogido en una larga coleta, era una cara conocida para Malik. Megara.

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¡Fortachón! Justo en el mejor momento.

¿C-cómo has llegado hasta aquí?

¿Te importaría dejar las preguntas para luego y ayudarme CON ESTO?

Claro, porque había algo más que llamaría la atención: Meg tenía problemas, y bien gordos. En la bodega no estaba sola, porque tres de los barriles que deberían llevar provisiones habían adoptado vida y se acercaban amenazantes hacia ella. Kairi reconocería lo que eran, en las clases de Tierra de Partida les habían hablado sobre ellos: sincorazón del tipo araña de barril. Tres, para ser exactos.

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¿Lo más peligroso sobre ellos? Que explotaban. Debían ser destruidos de golpe o acabarían destrozando el barco desde dentro, y seguramente dañando en el proceso a Meg de gravedad. ¡Kairi debía de actuar rápido! Porque Hércules no lo sabía y se lanzó hacia delante dispuesto a machacar a aquellos sincorazón.

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Justo antes de ponerme a trabajar en la próxima ronda me guardaré una copia de vuestras fichas, así que ya sabéis. Actualizadlas cuanto antes si no las tenéis ya listas.

Fecha límite: martes 19 de enero.
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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Suzume Mizuno » Dom Ene 17, 2016 4:22 pm

Entre todos consiguieron desconcertar al monstruo, lo que permitió que Ragun saltara sobre este. Fátima se aferró a la crin de Pegaso con fuerza para soportar sin matarse —si ya de por sí montar a caballo no le gustaba demasiado hacerlo a pelo la estaba dejando sin piernas de apretarlas con tanta fuerza— o caerse los violentos cambios de sentido.

Parecía que iban a ganar y que podrían continuar con su viaje sin más problemas cuando un aura oscura estalló alredeor de la serpiente. Fátima vio cómo Ragun caía al agua pero no prestó más atención, convencida de que saldría nadando de un momento a otro y más preocupada por cómo la serpiente cargó contra el Argos y la madera se resintió hasta el punto de que Fátima ahogó un grito, convencida de que partiría el barco por la mitad.

No lo hizo, pero a punto estuvo.

Entonces la serpiente se volvió hacia ellos.

¡Arriba!—aulló Fátima.

Pegaso sabía lo que hacía y con un poderoso batir de alas se levantó varios metros en el aire y esquivó una monstruosa dentellada que le puso la piel de gallina a Fátima de sólo imaginar con la facilidad que esos enormes colmillos podrían haberlos partido en dos. Rodearon la inmensa testa de la criatura y a Fátima se le encogió el estómago al ver cómo había quedado el barco. Se aseguró de que Malik estuviera entero —y de paso Nikolai— y se asustó al ver que Kairi no estaba por ningún lado. Y tampoco Ragun.

Dejando el control a Pegaso, buscó a su alrededor. Era difícil ver nada con las aguas tan revueltas por culpa de la serpiente, pero le pareció ver una zona especialmente oscura donde antes había caído Ragun.

¿Cuánto rato llevaba bajo el agua? ¿Es que no sabía nadar?

¡Oh venga ya ¿en serio?!

Iba a soltar un grito de rabia cuando captó algo por el rabillo del ojo. Algo que no debía estar ahí porque se encontraban en medio del mar. Volvió la cabeza y se quedó de piedra al descubrir una figura sobre el agua. Fue difícil distinguirla por culpa de la distancia pero el color violeta destacaba demasiado como para que no se le viniera a la mente quién podía ser.

«¿Ela…?»

Soltó una exclamación ahogada cuando Pegaso viró con brusquedad, estuvo a punto de cortarse la lengua del mordisco que se dio y pasaron unos instantes hasta que se atrevió a desenterrar la cara de la crin. Cuando volvió a mirar, no había nadie.

No tuvo tiempo para preguntarse qué demonios estaba pasando, porque había una culebra gigantesca a punto de destrozar su barco y al menos dos personas desaparecidas; una de ellas se ahogaba bajo el agua.

Pensó rápido. A la serpiente no debía faltarle mucho, parecía que los ataques mágicos la afectaban; no sabía cuánto aguantaría Ragun la respiración; Malik no sabía nadar bien así que no podía pedirle que fuera a buscarlo y descartó a Nikolai casi sin pensar. ¡Tenía un bicho electrónico de acompañante y el chico era un cerebrito delgado como un palillo y sin casi músculo! No iba a arriesgarse, no con la sospecha de que ahí abajo había algo que estaba impidiendo salir a Ragun.

Eso o el muy inútil se había quedado inconsciente.

«¡Una Llave Espada más, eh! ¡Dónde demonios está Hércules!»

¡Pegaso, ve con ellos!

Maniobraría para intentar dar la vuelta a la serpiente y le dispararía un nuevo Electro + contra la cara, si podía, y si no cualquier parte del cuerpo le valía con tal de que consiguiera hacer que apartara su atención del barco por unos instantes. Entonces, aprovechando un giro que no estuviera demasiado lejos de su objetivo, se armaría de valor y se tiraría de cabeza al agua.

Era una nadadora decente, así que esperaba poder moverse rápido. Cuando viera lo que estaba arrastrando a Ragun hacia las profundidades, su primer impulso fue el de arrojar un Tiro mortífero con su Llave Espada para cortar las algas o los tentáculos o lo que quiera que fuera. Si veía que funcionaba pero necesitaba insistir más, arrojaría otro. En caso de que los ataques físicos no tuvieran efecto intentaría acercarse más, aunque no lo suficiente para que la atraparan, y lanzaría un Hielo + con la esperanza de congelar las algas y haría gestos a Ragun —si es que no se había quedado inconsciente— para que la ayudara a romperlas. En caso de que él no pudiera, tendría que hacerlo la propia Fátima con su Llave Espada.


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▪ Electro+ (HM) [Nivel 15] [Requiere Electro; Poder Mágico: 16]. Un par de rayos salen de la punta de los dedos del personaje, con ciertas posibilidades de paralizar y más potente.

▪ Tiro mortífero (HC) [Nivel 15] [Requiere Puntería: 13]. Lanza el arma hacia los enemigos, siendo capaz de causar aturdimiento.

▪ Hielo+ (HM) [Nivel 15] [Requiere Hielo; Poder Mágico: 16]. Proyectil de hielo más grande y lineal, con ciertas posibilidades de congelar y más potente.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

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Suzume Mizuno
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Re: Ronda #4 - No diré que es amor

Notapor Sombra » Lun Ene 18, 2016 5:59 pm

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Han pasado ya cuatro años desde que nos conocimos, ¿cierto?

¿Cuatro ya? Guau, el tiempo vuela... —musitó, con aire pensativo.

¿Qué tal van las cosas por Tebas? ¿Mucho trabajo?

Ya te digo. Los monstruos no paran de aparecer, cuando no son bestias salvajes son sincorazón... —El héroe pareció deprimirse—. Y da igual cuánto me esfuerce, parece que nunca... No, es una tontería, olvídalo.

Parece duro —comenté. Más o menos entendía aquello, los portadores también nos esforzábamos por mantener controlada la situación de los sincorazón, pero siempre ocurría algo. Siempre aparecían más.

Era un trabajo que llevaba más de un milenio haciéndose, pero nadie había logrado nada... Sabía que antes de la caída de Vergel Radiante había muchos menos, pero el equilibrio era una cuerda floja, mantener ese delicado equilibrio entre la luz y la oscuridad era demasiado complicado.

A Hércules le pasaba lo mismo que a los portadores. Tebas era hogar de bestias poderosas y peligrosas, algunas con poderes místicos que podían enloquecer a un hombre. Aquel era un trabajo que hacía todos los días. Cada uno trabajaba haciendo cosas diferentes, pero el trabajo de Hércules era muy parecido al nuestro... Alguna vez era demasiado agotador.

»¿Y tú qué tal? ¿Viajas mucho persiguiendo a los sincorazón?

Sí, es raro que permanezca dos días seguidos en el mismo sitio —sonreí de medio lado tratando de mentir lo mejor posible—. Además, últimamente los sincorazón están más alterados de lo normal. Se están volviendo más... Violentos.

En ese momento, vi como Nikolai se acercaba a hablar con Hércules también, decidí alejarme nuevamente tratando de mantener mi juramento lo mejor posible.

***


El Electro + de Fátima impactó de lleno en la serpiente. Aproveché para ponerme de pie sobre el pegaso preparado para saltar.

¡Estoy listo! —avisé justo antes de saltar—. ¡Allévoy!

Caí en picado sobre el monstruo marino con la llave espada por delante ensartándola en su cabeza, aunque era lo suficientemente dura como para que no llegase a ser letal para él, sin embargo la herida estaba ahí. Con un rugido clavé nuevamente mi espada, pero ésta vez en uno de sus ojos... Sin embargo hacer tanto daño entre todos a la serpiente sincorazón costó caro... Para mí.

El aura de la criatura se intensificó enormemente y la energía logró empujarme hacia atrás. Intenté materializar mis alas, sin embargo no fui capaz de hacerlo a tiempo y caí al agua.

Me hundí como si fuese una piedra. No era un experto nadador, pero sabía lo suficiente como para mantenerme a flote y acercarme al barco.

Sin embargo, cuando empecé a nadar hacia la superficie...

Unas algas negras me apresaron con fuerza las piernas. En un principio no me di cuenta de la situación ya que creía que eran algas normales, por lo que las golpeé con mi llave espada con la intención de soltarme. Sin embargo otras más me agarraron.

Noté como la falta de oxígeno empezaba a pasarme factura al minuto y medio. Todo se apagaba lentamente y empezaba a creer que sería imposible que me soltase.

En aquel instante, una Llave Espada se hundió cortando las algas que me estaban agarrando. La Llave espada volvió a su dueña como un búmerang, reconocí a Fátima buceando tratando de ayudarme. Traté de nadar hacia arriba si había conseguido librarme, de lo contrario insistiría golpeando con Golpe Contundente a las algas tantas veces como fuese necesario y cuando lo consiguiera usaría todas mis fuerzas para salir del agua y subir al barco.

Obviamente, si Fátima se veía comprometida de alguna manera por haberme ayudado la protegería interponiéndome o lo que fuese necesario. Era lo mínimo que podía hacer.

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▪ Golpe contundente (HC) [Nivel 4] El usuario pone toda su fuerza en un potente golpe que puede llegar a aturdir al rival (Probabilidad de aturdir baja).
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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Kairi » Mar Ene 19, 2016 8:21 pm

Kairi y Awa-chan siguieron a Hércules hacia el interior de la bodega para descubrir de quién era aquel grito.

- ¡Meg!

Allí había una mujer con túnica rosa y pelo largo y moreno recogido en una coleta. Hércules parecía conocerla.

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- ¡Fortachón! Justo en el mejor momento.

- ¿C-cómo has llegado hasta aquí?

- ¿Te importaría dejar las preguntas para luego y ayudarme CON ESTO?

Algunos de los barriles con provisiones que había en la bodega tenían patas y se movían hacia la mujer. Kairi reconocio en seguida lo que eran.

- Mierda, son sincorazón arañas de barril. ¡Hércules, detente! ¡Explotan al tocarlos! - le advirtió al ver que el héroe se lanzaba directo hacia ellas. Un movimiento fallido y los sincorazón explotarían dañando gravemente el barco y a sus pasajeros.

Debían ser destruidos de un sólo golpe no físico. Ya que estaban llenos de pólvora, pensó que su hechizo Aqua sería la mejor opción. Con la pólvora mojada, no tendrían forma de explotar. De modo que les dijo a Hércules y a Meg que se alejaran de ellos todo lo que pudieran, sacó su Llave Espada y le lanzó Aqua al mayor número de sincorazón que pudiera dado el pequeño tamaño de la bodega. Después volvería a lanzar el mismo hechizo a los que quedaran. Awa-chan, al ver lo que pretendía hacer su dueña, se subió inmediatamente a su hombro.
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Drazham » Mié Ene 20, 2016 1:29 am

Pues no mucho más de cinco años. No llevo mucho la cuenta, aunque si le preguntas a alguien de Tebas seguro que te sabe responder mejor que yo, jeje.

Nikolai caviló para sí mismo, llevándose la mano al mentón. Cinco años labrándose su leyenda como héroe, era un periodo más que suficiente para ganarse su reputación en una Tebas que sufría a todas horas el ataque de monstruos, y otros indeseables de ojos amarillos que empeoraban las cosas. Por no contar los años que se habría entrenado con Fil para llegar hasta donde está.

A su lado, los meses que llevaba en la Orden eran una nimiedad. Otra prueba más de que no podía descuidar su entrenamiento; los sucesos del Castillo del Olvido le sirvieron para ser consciente de su inexperiencia, y la motivación de marcarse su nueva meta tras ello.

Sobre qué me impulsó... es complicado. Mi padre es Zeus, el líder de los dioses.

¿Zeus? —preguntó, perplejo, más para sí mismo que para Hércules—. ¿Estás hablando de ese Zeus?

Alzó las cejas y se quedó mirando al hombre, que por su vista ensimismada al cielo, como si esperase dar entre el firmamento con un plano superior, no parecía estar tomándole el pelo. Vale, esa fuerza descomunal que poseía podía convertirlo en un fuera de serie, pero… Vaya, hijo de un dios. ¡Y nada menos que del Señor del Olimpo!

»Si sigo siendo un héroe, algún día podré reunirme con mis padres verdaderos en el Olimpo. Algún día...

Ya veo…

Así que era eso. Tras revelarle su descendencia divina, se preguntaba cómo alguien como él no se estaría codeando con los suyos, allí “arriba”. ¿Alguna disputa? ¿O los demás dioses le estaban poniendo a prueba? Al menos, tenía claro si seguía actuando como salvador de Grecia, sus esfuerzos tendrían sus frutos. No como él, que a fecha actual se seguía haciendo la vergonzosa pregunta de cómo podría convertirse en un Caballero decente.

Dichosa su suerte que Hércules le cambiase a un tema que mucho tenía que ver con ello, su pregunta acerca de cuándo se incorporó al grupo de Lyn le pilló desprevenido. Se masajeó la nuca, con cara de complicidad, pensando en que responderle.

Pues… no hará más de dos semanas —informó—. No me fue difícil unirme al tener experiencia previa en combate.

Hablar de ello le hacía sentirse incómodo. Más que nada porque tenía la sensación de estar mintiéndole en parte; no sabía con certeza si Lyn era su Maestra encargada. Es más, ni sabía quién de los Maestros de Tierra de Partida era. Se sentía desubicado, y no solo en la misión. Mirase a donde mirase, ya fuese con el grupo o en el castillo, era como ser un extraño que no tenía cabida allí.

Pero esa fue la decisión que tomó.

***


Los ataques combinados del equipo lograron hacer mella en la serpiente, malherida y a duras penas pudiendo mantenerse erguida. Ya casi lo tenían. Pegaso se acercó lo suficiente a la cabeza del monstruo para que Ragun saltase y la dejase fuera de combate con una estocada entre ceja y ceja.

Pero lo que decían acerca de las bestias acorraladas pronto cobró sentido, cambiando las tornas. La amalgama de oscuridad que envolvía a la serpiente estalló con más fuerza que nunca, derribando a Ragun en el acto y arrojándolo al mar. Nikolai hizo amago de correr y asomarse por la borda, pero en cuanto su enemigo clavó sus ojos en el barco se temió lo peor.

¡Cuidado!

Asustado, Saic reaccionó disparando un Electro, que fue inefectivo, nada más presenciar la testa de la criatura lista para embestirles. El barco entero bamboleó por la violenta sacudida, y Nikolai ahogó un grito y acabó rodando por la cubierta hasta que logró aferrarse al mástil. Apretó los dientes, acongojado, al oír el estremecedor crujido de la madera sobre la que se apoyaba.

El Argo había resistido el golpe, pero dudaba a horrores que soportase otro más.

Comprobó que Malik seguía a bordo y de una pieza, y que Fátima todavía montaba en el caballo alado. Le sonaba haber visto de pasada a la chica del pelo rosa, Kairi, ir tras Hércules en dirección a la bodega por algún motivo. Pero más le preocupaba Ragun, que seguía en el agua.

Una vez se levantó a trompicones, dejándose las uñas en la madera del mástil en el proceso, se lanzó a la borda y buscó con la mirada el punto en el que creía haberlo visto caer. Empezó a preocuparse al no encontrarle por ninguna parte. Algo no iba bien.

¡¡Ragun!! —le llamó a pleno pulmón. No recibió respuesta alguna, y golpeó la madera con frustración.

Ragun continuaba sin dar señales de vida. Y para mayor escarnio, una serpiente gigante trataba de mandarlos al fondo del mar. Antes de que llegase a debatirse si tirarse al agua o encarar al monstruo antes de que lo destrozase todo, Fátima fue la primera en actuar.

¡Pegaso, ve con ellos!

La Maestra se lanzó de cabeza al agua, justo por donde se cayó el chico Sincorazón. No tardó en alertarle la criatura, acercándose de nuevo al Argo con intenciones hostiles, y viendo que alguien ya estaba de camino para socorrer a Ragun, no se lo pensó ni un segundo más. Silbó con fuerza para atraer la atención de Pegaso y, en cuanto se acercase lo suficiente, saltó a su grupa para relevar a Fátima.

Por su parte, Saic voló hasta su dueño para encaramarse a su hombro, dispuesto a ofrecerle apoyo a corta distancia.

¡Malik, cúbrenos desde atrás! —vociferó, volteando la cabeza hacia su compañero.

Era la segunda vez que se subía a un caballo, y tras el estrepitoso fracaso de su primer intento como jinete, sus inseguridades no hicieron más que multiplicarse. Sin embargo, debido a la drástica situación y que un caballo alado no era lo mismo que uno normal (se le asemejaba un poco a usar el glider), se armó de valor y palmeó al animal para ordenarle que ascendiera. Con su Llave espada en ristre, se acercaría hasta uno de los laterales de la serpiente, y cargaría contra su cabeza para asestarle un Aturdidor con el fin de desestabilizarla y apartarla del barco. De lograrlo, le pediría a Pegaso que volase alrededor de ella para propinarle todos los tajos posibles desde diferentes ángulos. En caso de peligro, Saic se encargaría de repeler cualquier contraataque de la criatura con un Asynchro a bocajarro.

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Acciones de Nikolai:

Aturdidor (HC) [Nivel 8] (Fuerza: 12) Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.

Acciones de Saic (en caso de peligro):

Asynchro (HM) [Nivel 3] [Requiere Poder Mágico: 4] Ataque básico de elemento Tiempo. Ligera distorsión temporal que se proyecta hacia adelante, frenando a los enemigos en un corto alcance, y con pocas probabilidades de causar aturdimiento.


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Edit por alguna que otra gazapada. Mil perdones.
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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Tanis » Mié Ene 20, 2016 1:37 am

Malik contuvo el aliento al ver el tambaleo de la gran serpiente. Sabía que le habían hecho daño, pero no el suficiente como para hacerla desaparecer. Sujeto a la jarcia recogió el escudo que regresaba tras el golpe y contempló como el aura del monstruo se hacía más fuerte y lanzaba a Ragun al agua.

¡Ragun!

Malik resbaló ligeramente por las cuerdas a punto de caer, pero logró sujetarse mejor a tiempo. Sintió al tentación de lanzarse tras él, pero el miedo a ahogarse le detuvo. Una cosa era nadar tranquilo en el lago de Tierra de Partida y otra cosa muy diferente era el hacerlo en el mar, sin tierra firme cerca y con un bicho de tal calado al lado.

«Se va a ahogar», pensó mordiéndose la lengua.

No tuvo mucho tiempo para reflexionar sobre Ragun y el hecho de que se estaba hundiendo en el océano como una piedra, porque la serpiente embistió el barco y poco le faltó a Malik para unirse a su compañero de viaje. Por suerte se sujetó todo lo fuerte que pudo a las cuerdas y logró mantenerse dentro del barco. El navío se balanceó y crujió, pero no volcó... Ocupado como estaba en no caer por la borda, no dio cuenta de las maniobras de Fátima y saltó a cubierta tras asegurarse de que la serpiente no iba a embestirles en los próximos treinta segundos. Con el escudo todavía en la mano pensó que no estaría de más utilizar un poco de magia.

Magia, por primera vez en un combate real...

«Puedo hacerlo, sé que puedo».

¡Malik, cúbrenos desde atrás!

El grito y aviso de Niko hizo que tomara mayor conciencia de su alrededor, no sólo de sus circunstancias. Al hacerlo se dio cuenta de que Fátima no estaba sobre Pegaso, que Nikolai había relevado a Fátima sobre la grupa del animal y que se dirigía al vuelo hacia la gran serpiente. Malik apretó los dientes, sintiendo la mandíbula tensa y casi se encaramó a la proa del barco para apuntar mejor, con suelo más firme que una cuerda bajo los pies.

¡Eh, aquí! —gritó para llamar la atención de la serpiente.

Le hiciera más o menos caso o no, Malik le lanzaría el escudo de nuevo y mientras este estaba a medio camino, invocaría la Llave-Espada y apuntaría a la cabeza del monstruo con ella para dispararle un cúmulo de agua a alta presión. Utilizar magia le disparó la adrenalina y la sensación de poderío. No era la primera vez, pero sí la primera que sus vidas pendían de todo el daño que pudieran ocasionar.

Si eso o los ataques de Nikolai no funcionaban, estarían perdidos.

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▪ Tiro mortífero (HC) [Nivel 15] [Requiere Puntería: 13]. Lanza el arma hacia los enemigos, siendo capaz de causar aturdimiento.

▪ Hidrobala (HM) [Nivel 13] [Requiere Afinidad a Agua; Poder Mágico: 14] El usuario convoca un cúmulo de agua en la punta de la Llave-Espada para después dispararla a alta presión contra un objetivo y causarle daño.
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Ronda #5 - No diré que es amor

Notapor Astro » Jue Ene 21, 2016 2:05 am

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Kairi


El Aqua de Kairi alcanzó a dos arañas de barril, destruyéndolas al instante. Sin embargo, la tercera consiguió evadir el ataque, saltando y abalanzándose sobre Meg. La reacción de Hércules fue instintiva: pese a las advertencias de Kairi, saltó hacia delante y placó al sincorazón con toda su fuerza, destrozando al barril. Aunque el corazón no fue liberado, el sincorazón sí que se esfumó. Suerte que Kairi no atendió demasiado bien aquel día en clase, porque la clave no era atacarles con magia, sino acabar con ellos lo más rápido posible y de un golpe a poder ser. Y Hércules lo había conseguido.

Vaya, eso ha estado cerca —comentó la mujer, recuperando la compostura y acercándose a ambos ahora que ya no había monstruos que la acechasen—. Gracias, a los dos.

¿Estáis bien?

Meg asintió, y en cuanto Kairi confirmara que también estaba bien, el héroe les indicaría que salieran a toda prisa a cubierta. Al fin y al cabo, debían comprobar qué había pasado con la serpiente marina después de todos los vaivenes que sufría el barco. ¿La habrían derrotado los demás portadores?

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Fátima, Ragun, Nikolai & Malik


Menos mal que Fátima se lanzó al agua para ayudar a Ragun, porque de lo contrario el aprendiz se habría ahogado. Entre ambos consiguieron cortar las algas oscuras, aunque fue necesario el hechizo de hielo de la maestra para lograrlo, y salir a la superficie. La parte negativa era que el aprendiz no estaba en sus mejores condiciones: no se desmayó de milagro.

Mientras tanto, Malik y Nikolai hicieron frente a la temible serpiente. Tras el Electro+ de la maestra, y entre los ataques de ambos aprendices consiguieron tumbar a la criatura marina, siendo el Aturdidor del segundo lo que dejó sin sentido al monstruo, que se desplomó sobre el agua y se hundió con rapidez. ¿Habían ganado?

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Todos


Hércules salió al poco de la bodega, acompañado de Kairi y de una misteriosa joven que solo Malik reconocería. Antes de cualquier tipo de explicación, entre todos tuvieron que ayudar a Fátima y a Ragun a subir al barco, sobre todo porque el segundo necesitaba un buen descanso para recuperarse de casi morir ahogado.

¿Cómo estáis? —les preguntó a los dos, entregándoles un par de mantas que había recogido de la bodega para que pudieran secarse. También miró a Malik y a Nikolai, asegurándose de que estuvieran enteros—. ¡Habéis derrotado a la serpiente vosotros solos, guau! ¡Es increíble!

Lo dice alguien que acaba con monstruos como estos para desayunar —comentó Meg, que se había sentado sobre una caja con total tranquilidad.

Las miradas de desconcierto de los portadores no se harían esperar, y muy posiblemente alguno preguntaría quién era ella o cómo había acabado allí con ellos, en medio del mar. Hércules se percató, y corrió a su lado para hacer los honores.

Oh, claro, no os he presentado. Esta es Megara, una... amiga mía.

La joven soltó una risita, sobre todo porque Hércules había dudado sobre qué palabra elegir para presentarla e incluso se había ruborizado ligeramente.

Podéis llamarme Meg. ¿Y vosotros sois...? —Esperó que todos se presentaran, manteniendo esa compostura de naturalidad y calma, como si fuera lo más normal haber aparecido de repente. Además, sonrió con picardía al mirar a Malik, ya conocido para ella—. Un placer.

Si alguno no se había presentado, Hércules lo haría por él/ella.

Pero.. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¡Apareciste en la bodega de repente!

No seas bobo. Os vi al sátiro gruñón y a ti esta mañana en el puerto, y al enterarme de que te ibas de excursión de héroe, decidí apuntarme al viajecito. Así que me escondí en uno de los barriles para que Fil no me pillara. —Su aspecto (su ropa o su pelo) no parecía de alguien que hubiera pasado un buen rato metido en un barril, aunque ni ella ni Hércules le dieron importancia—. Debí de quedarme dormida y el golpe de la serpiente me despertó.

No dijo más sobre el tema, aunque lo aprendices podrían preguntar si tenían sus dudas. Hércules, por su parte, preguntó por encima qué tal había sido la lucha contra la serpiente y, tras comprobar el estado del barco (para él, no estaba tan mal como podría haber acabado), volvió a tomar el timón y a preparar la bolsa de los vientos.

Supongo que ya no podemos hacer nada, pero nada de causar problemas, ¿vale? —Miró a Megara con cara seria, aunque ella no pudo evitar soltar una risita mientras asentía—. Será mejor que sigamos el viaje. ¡Agarraos!

¡En marcha, Argo!

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La segunda parte del viaje, tras la batalla contra la serpiente marina, fue relativamente tranquilo. De vez en cuando aparecían algunos sincorazón de nivel bajo-medio para asaltarles, atraídos por la presencia de tantos portadores juntos, pero no eran rivales para ellos y los derrotaron con facilidad.

El ambiente en el Argo, por otra parte, era similar al anterior, salvo que Hércules y Megara pasaban bastante tiempo juntos, charlando y riendo juntos. La química entre ellos era notable. Aun así, también había ratos en los que estaban separados, dando la oportunidad a los aprendices de poder hablar con cada uno por separado. ¿Averiguar más cosas sobre la misteriosa Meg? ¿Charlar con Hércules? Lo que prefirieran.

Pegaso, por su parte, fue el más perjudicado. Tras un incidente al poco de reanudar el viaje en el que sin querer casi arroja a Meg por la borda, Hércules le riñó y el caballo alado se fue a un rincón de morros, mirando de vez en cuando a la parejita con recelo. Quedó claro que él y la recién llegada no hacían migas.

Tras dos horas de viaje, que sirvieron al menos para que los portadores recuperasen las energías casi al completo, una densa niebla empezó a rodear el Argo. No se veía nada, y Hércules se mostró claramente nervioso, incapaz de saber si se dirigía en la dirección adecuada. Por suerte para todos, tras cinco minutos de incertidumbre, salieron de la barrera de niebla, descubriendo lo que habían estado buscando: una pequeña isla apareció frente a ellos, donde un templo de piedra les llamaba a gritos.

Creo que este es el lugar... —Miró el mapa repetidas veces, intentando asegurarlo—. Aunque esperaba algo más... grande.

La isla en sí era pequeñísima, casi demasiado para ser una isla natural. El templo que se alzaba en el centro tampoco era muy grande, construido según el típico estilo griego con piedra gris, sin casi decoraciones. Aunque lo más raro, sin duda, era el círculo de niebla que rodeaba la isla y por el que habían pasado para llegar hasta allí. ¿Una barrera para ocultar el templo, tal vez?

El Argo llegó hasta la orilla, donde encontraron un pequeño puerto casi derruido en el que atar el barco. Sin embargo, nada más bajarse todos, más sincorazón hicieron acto de presencia. Como eran de nivel bajo-medio, como los que se habían ido encontrando durante el viaje, no les dieron casi problemas, aunque sirvieron para dejar clara su presencia. En la isla había sincorazón.

Al poco, llegaron hasta el templo. De cerca no cambiaba mucho la impresión: de pequeño tamaño, casi parecía la antesala del coliseo a la que ya estaban acostumbrados, y sin ninguna decoración o señal que pudiera servirles para identificar a quién pertenecía el lugar.

Vale... ¿Listos? Este debe ser el lugar, la piedra tiene que estar dentro.

Incluso Hércules estaba nervioso. Pero no dudó ni un segundo en dar un paso adelante, y ser el primero en cruzar el umbral del templo. Sin embargo, surgió un problema al instante: solo Ragun y Fátima pudieron seguirle. Los demás se encontraron con una barrera invisible, rígida e inquebrantable, que les bloqueaba la entrada.

¿Pero qué? —Meg probó a darle un golpe a la barrera, sin resultado alguno—. Vaya, genial. Parece que este es un club exclusivo, fijaos.

Señaló a una esquina de una de las columnas que formaban la entrada del templo, donde había unas pequeñas letras escritas en griego antiguo que los aprendices no podrían entender. Por suerte, tenían dos nativos del mundo que sí podían.

»"Sólo los héroes podrán pasar." Qué bonito.

¡Pues claro! Ragun y Fátima han sido reconocidos como aprendices de héroe, por eso pueden pasar. Pero los demás... Me temo que tendréis que esperar fuera. —Se mordió el labio inferior, rascándose la cabeza, dubitativo.

Meg se encogió de hombros, sentándose con tranquilidad en el escalón inferior del pequeño tramo de escaleras que daban acceso el templo. Ella no dependía de Fátima, pero lo demás sí. Era la Maestra y líder del grupo, al fin y al cabo. Sabía que en la isla aparecían sincorazón, y que tendría que dejar a Malik, Kairi y Nikolai solos mientras ella avanzaba con Ragun. ¿Le parecería bien, o tendría otra idea en mente? Hércules, por su parte, aunque no se mostraba contento de dejar a Meg fuera, entraría para buscar la piedra.

El templo había sido encontrado. Ahora debían conseguir la piedra del olimpo. Aunque la mala noticia era que solo tres de siete podrían entrar a buscarla.

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¡Fichas guardadas! Los PHs gastados durante la pelea contra la serpiente ya han sido recuperados durante el viaje.
Nota: os ahorro perder rondas peleando contra sincorazón, pero las peleas contra ellos deben ser mencionados en los posts.

Fecha límite: martes 26 de enero.
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Re: Ronda #5 - No diré que es amor

Notapor Sombra » Vie Ene 22, 2016 2:48 pm

Fátima consiguió liberarme de las algas con sus ataques con la ayuda de su hechizo Hielo y sus Tiros Mortíferos. Por un segundo creí que realmente iba a ahogarme... Pero no fue así.

En cuanto salí a la superficie con la Maestra tomé una fuerte bocanada de aire y tosí el agua salada que había acabado tragando. Fátima y yo vimos como la serpiente marina poseída por la oscuridad caía inconsciente.

Entre los aprendices me ayudaron a subir al barco, no sin antes expulsar el resto del agua que había tragado. Sentía un incómodo escozor en la garganta culpa de la sal marina que había tragado.

Fátima también fue ayudada a salir del agua. Hércules nos entregó un par de mantas para que pudiésemos entrar en calor y secarnos, por fortuna el mediterraneo era un lugar con una temperatura ambiente cálida, por lo que secaríamos en poco rato incluso si las mantas. Me cubrí con la tela y me tumbé boca arriba en la cubierta mientras respiraba entrecortadamente.

Me has... Salvado ―le dije a Fátima aún sin creerlo del todo mientras jadeaba―. Pensaba que eras la última persona del mundo que haría algo así por mí.

¿Cómo estáis? —nos preguntó el héroe de Tebas—. ¡Habéis derrotado a la serpiente vosotros solos, guau! ¡Es increíble!

Lo dice alguien que acaba con monstruos como estos para desayunar —comentó una mujer que no conocía de nada. ¿De dónde había salido?

Oh, claro, no os he presentado. Esta es Megara, una... amiga mía.

A nadie se le escapó el repentino rubor de las mejillas del pelirrojo al decir su nombre. No hacía falta ser un vidente ni leer mentes para saber lo que sentía por ella.

La chica podía decirse que era atractiva. Delgada, con buenas curvas y un cabello bien cuidado... Hércules tenía buen gusto para escoger novia.

Podéis llamarme Meg. ¿Y vosotros sois...?

Ragun. —Me presenté desde el suelo.

Un placer.

Pero.. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¡Apareciste en la bodega de repente!

No seas bobo. Os vi al sátiro gruñón y a ti esta mañana en el puerto, y al enterarme de que te ibas de excursión de héroe, decidí apuntarme al viajecito. Así que me escondí en uno de los barriles para que Fil no me pillara. —Explicaba con total naturalidad—. Debí de quedarme dormida y el golpe de la serpiente me despertó.

Tenía bastante sentido... ¿Pero por qué iba ella a venir? ¿Qué interés podía tener una civil? Bueno, quizás era una de aquellas fanáticas de los héroes que eran capaces de lo que fuese con tal de estar junto a su ídolo o de por lo menos compartir lecho con él.

Tras preguntarnos sobre el combate con la serpiente (no dije ni pío, así que dejé aquello al resto de aprendices y a la Maestra) el héroe se dirigió al timón y volvió a preparar su bolsa mágica para impulsarnos rumbo a nuestro objetivo.

Me levanté tras el breve descanso. No iba a quedarme tirado todo el día.

Supongo que ya no podemos hacer nada, pero nada de causar problemas, ¿vale? —Hércules la miró con algo de autoridad—. Será mejor que sigamos el viaje. ¡Agarraos!

***


Continuamos el viaje con bastante tranquilidad. De vez en cuando aparecían pequeños grupos de sincorazón, pero en ningún caso tuvieron oportunidad contra nosotros. Por lo único que temía algo era por la integridad del barco, que era lo que podría acabar mal si no teníamos cuidado y no nos conteníamos.

Hércules y Megara tenían una agradable conversación. Se notaba de sobra que ambos sentían algo el uno por el otro.

En uno de los momentos tranquilos me acerqué a la líder del grupo (a ser posible uno donde estuviese sola) saludándola con la mano mientras me acercaba a ella.

Maestra Fátima. ¿Podríamos hablar un momento? —pregunté respetuosamente, si se negaba no tenía problema con aquello y me alejaría.

Si Fátima aceptaba conversar un rato conmigo asentiría y aclararía la voz (sentía irritada mi garganta) antes de empezar a hablar.

Antes no te agradecí lo que hiciste por mí. Gracias por salvarme la vida —me sinceré—. Seguramente pienses que solo me disculpé por lo que os hice por puro interés de la misión, sin embargo te puedo asegurar que mis disculpas eran reales.

>>Todos los que os quedasteis aquel día en Tierra de Partida... Os veía como cómplices de Ronin y por tanto pensaba que tarde o temprano haríais lo mismo e intentaríais masacrarnos. Creía que por cada uno de vosotros que matase salvaría la vida a alguien de Bastión Hueco.

>>Me arrepiento por lo que os hice... Y me alegro de que no saliese bien, de lo contrario estaría cargando con el peso de la culpa en mi conciencia cuando se descubrió lo que pasó en realidad.

Tomé una bocanada de aire más tranquilo tras haber soltado todo aquello y escuché cualquier posible respuesta. Aunque de su boca saliesen palabras envenenadas y poco bonitas acabaría sonriendo levemente y sin darle demasiada importancia ni contestar con ninguna bordería como podría haber hecho... ¿Quién no se enfadaría con alguien que había estado a punto de matarte? Pero "la primera piedra" ya estaba ahí colocada, era cuestión de tiempo que por lo menos dejase de ser hostil. Quizás al final de la misión incluso podía considerarla una camarada en vez de una aliada forzosa.

En fin, no te haré perder más tiempo, seguro que tienes mejores cosas que hacer.

Me alejé con aquellas palabras dejándola con sus propios asuntos, no iba a forzar más la situación o mi intento de limar asperezas podría crear astillas que arruinasen lo poco que había conseguido. Al menos estaba seguro de que haberme alejado de Niko antes le había causado una buena impresión en mí... Aunque era consciente de que Niko era la parte que peor lo estaba pasando con aquello. Era obvio que la Maestra novata no lo quería en el grupo, era posible que Malik fuese quien moderaba a la chica para evitar que las cosas fuesen a peor. Lo había notado antes, cuando Fátima me había aceptado en el grupo, pero cada vez estaba más seguro de aquello.

Me aproximé al caballo alado, que llevaba en un rincón del barco un buen rato. Parecía enfadado tras lo que había ocurrido con Hércules y Megara. El héroe se había enfadado con el animal porque por accidente casi arroja a la chica al mar, pero había sido sinquerer, no podía evitar sentir algo de lástima por el animal.

Antes hiciste un buen trabajo con esa serpiente. Bien hecho —acaricié su lomo y sonreí con amabilidad.

Me senté en el suelo junto al animal y me dormí durante un rato hasta que una densa niebla comenzó a rodear toda la embarcación. No ocurrió nada en particular y por suerte, tras un rato logramos abandonar la niebla logrando encontrar una isla diminuta con un templo con la misma arquitectura que ya habíamos visto en la mayor parte de templos griegos.

Creo que este es el lugar... —Nos dijo Hércules mientras comprobaba el mapa—. Aunque esperaba algo más... grande.

Es un poco decepcionante, la verdad —opiné mientras me cruzaba de brazos.

Lo interesante de la isla no era precisamente su tamaño, sino que alrededor de la isla estaba levantado todo aquel círculo de niebla, quizás era una medida de protección para evitar que los barcos la alcanzasen... Aunque era difícil decir si aquello era cierto o simplemente era casualidad.

Alcanzamos la orilla a los pocos minutos y amarramos el barco a un puerto realmente pequeño y que estaba prácticamente hecho ruinas.

En cuanto pusimos un pie en la isla un grupo de sincorazón fueron nuestro comité de bienvenida. Nuevamente luchamos contra ellos borrando sus vidas en unos pocos segundos.

No tardamos en alcanzar la entrada del templo. Traté de mirar algo que identificara al Dios al que pertenecía el templo, pero fue en vano. ¿Alomejor era para todos los dioses?

Vale... ¿Listos? Este debe ser el lugar, la piedra tiene que estar dentro.

Pues no perdamos el tiempo —propuse.

Empezamos a entrar en el templo siguiendo a Hércules, sin embargo de todos los presentes tan solo Fátima y yo logramos cruzar. El resto chocaron de frente con una barrera invisible que les impedía el paso.

¿Pero qué? —La mujer golpeó la barrera—. Vaya, genial. Parece que este es un club exclusivo, fijaos.

Megara señaló a una columna de la entrada. Podían verse unas pequeñas letras escritas en griego. No entendía lo que ponía ahí.

»"Sólo los héroes podrán pasar." Qué bonito.

¡Pues claro! Ragun y Fátima han sido reconocidos como aprendices de héroe, por eso pueden pasar. Pero los demás... Me temo que tendréis que esperar fuera. —Se lamentó el pelirrojo.

Lancé una mirada a Fátima dubitativa. No estaba muy seguro si me permitiría ir con ella, pero seguramente prefería tenerme vigilado. De todos modos, los demás estarían bien. Lo más peligroso que podía ocurrir era que el Argo se hundiese, lo raro era que no lo hubiese hecho ya.

¿Cuáles son sus órdenes? —Le pregunté esperando lo que fuese a decir.
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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Suzume Mizuno » Lun Ene 25, 2016 1:15 am

Tuvo que gastar prácticamente toda su magia pero logró liberar a Ragun. En algún momento la serpiente gigante comenzó a hundirse y Fátima temió que los arrastrara consigo hacia el fondo pero lograron aferrarse a tiempo al casco del barco antes de que la succión comenzara a hacer efecto.

Con un hilo de voz y luchando con desesperación por llenarse los pulmones, Fátima gritó:

¡Malik…!

De reojo comprobó que Ragun parecía al borde del desmayo, por lo que se acercó a él para cogerlo por la ropa, aunque ella misma tenía que hacer grandes esfuerzos por no hundirse. Había buceado tanto y tan rápido que sentía el cuerpo de gelatina.

****



Agradeció la manta que le entregó Hércules y agradeció que hiciera calor, porque estaba temblando y no podía dejar de hacer muecas de asco porque pronto se le quedaría el cuerpo lleno de sal y, después de tantos años con agua corriente, no le hacía nada de gracia la idea de ir con picores por ahí.

Bien—respondió, pasándose la manta por el pelo para secárselo un poco mientras examinaba a la recién llegada con sorpresa. ¿Era una polizona?

¡Habéis derrotado a la serpiente vosotros solos, guau! ¡Es increíble!

Lo dice alguien que acaba con monstruos como estos para desayunar.

La mujer se sentó en una caja con un movimento elegante y como si estuviera en su casa. Por cómo se comportaba Hércules, parecía claro que la conocía.

Oh, claro, no os he presentado. Esta es Megara, una... amiga mía.

La joven rió y Fátima arqueó las cejas. Claro. Había visto a Hércules tan cándido que, de alguna forma, no se le había ocurrido que pudiera estar interesado por nadie. Habría pensado que se trataba de algo que solo buscaba la tal Megara pero Hércules se había ruborizado y no se molestó en intentar corregir la interpretación que podía dar la gente gracias a la intervención de Megara.

Podéis llamarme Meg. ¿Y vosotros sois...?

No se le pasó la sonrisa que le dirigió a Malik, que la puso en guardia y más cuando este dio a entender que la conocía.

Fátima, un placer—dijo, algo reticente, incorporándose con algo de dificultad. Todavía le temblaban un poco las piernas por la tensión.

Megara, entre tanto, explicaba que esa mañana se había colado en la bodega —más concretamente, dentro de un barril— para que Fil no le impidiera unirse al viaje. Fátima se la quedó mirando de hito en hito. ¿Tanto esfuerzo para meterse en el barco? Y la pobre no tenía ni idea de en lo que se había metido… Aunque… Vaya, a menos que llevara un peine en algún lado de la túnica, no entendía cómo era posible que lo tuviera tan bien después de haberse metido en un barril. Lo mismo podía decir de su ropa. No pudo evitar arquear una ceja, suspicaz, si bien tampoco tenía motivos para decirle nada.

Supongo que ya no podemos hacer nada, pero nada de causar problemas, ¿vale? Será mejor que sigamos el viaje. ¡Agarraos!

¡Oh, no!—gimió Fátima mientras corría a aferrarse a algo antes de que Hércules abriera la dichosa bolsita.

****




Aparecieron unos cuantos Sincorazón que rompieron la tranquilidad del viaje. Fátima no se molestó en usar magia, se libró de ellos con la Llave Espada. Siendo tantos y teniendo a Hércules y a Ragun en el grupo las batallas, si es que se las podía denominar como tal, se acababan en cuestión de segundos. Entre tanto, Hércules y Megara charlaban y reían. A Fátima se le escapó una sonrisa mirándolos y no pudo menos que alegrarse por Hércules porque tuviera a alguien. Pegaso, por su parte, parecía estar del lado de Fil, a quien no le caía bien Megara, porque estuvo a punto de lanzarla por la borda y Hércules lo castigó en un rincón.

Fátima se acercó a Malik para preguntarle sobre la batalla contra la serpiente y asegurarse de que no había resultado herido. Luego le preguntó:

¿De qué conoces a Megara?—No lo hizo con tono acusador, aunque sí de sorpresa. No se había esperado que supiera quién era la polizona.

Escuchó su sorprendente historia con los ojos muy abiertos y luego se quedó mirando a Megara con sospecha. ¿Cómo sabía dónde estaba la entrada al Inframundo? No parecía ser un conocimiento general pero… ¿Había estado intentando ayudar a Malik o hacerle daño?

Se retorció un mechón de pelo, pensativa y tratando de pensar con frialdad. Contuvo el impulso de arrojarse a interrogar a Megara. En su lugar, respiró hondo y se volvió hacia Malik:

Tenemos que intentar averiguar qué planeaba o si simplemente intentó ayudarnos. Ya que tú la conoces, lo dejo en tus manos si tenemos tiempo.

Justo entonces escuchó:

Maestra Fátima. ¿Podríamos hablar un momento?

Se volvió hacia Ragun, entre espeluznada y suspicaz porque le hablara con tanto respeto. Tras pensarlo un momento, asintió con la cabeza.

Antes no te agradecí lo que hiciste por mí. Gracias por salvarme la vida.

No fue nada—dijo, incómoda—. No iba a dejar que te murieras delante de mis narices cuando, en teoría, me he hecho responsable de ti.

Además, no tuvo tiempo para pensarlo. Sólo se dijo que no podía dejar que los otros dos se lanzaran al agua —porque lo harían—, en especial Malik, y ella, al contrario que Ragun, no quería matar a nadie.

Seguramente pienses que solo me disculpé por lo que os hice por puro interés de la misión, sin embargo te puedo asegurar que mis disculpas eran reales.

Se cruzó de brazos y le miró con frialdad.
Todos los que os quedasteis aquel día en Tierra de Partida... Os veía como cómplices de Ronin y por tanto pensaba que tarde o temprano haríais lo mismo e intentaríais masacrarnos. Creía que por cada uno de vosotros que matase salvaría la vida a alguien de Bastión Hueco.

Podríamos decir lo mismo ya que fuisteis vosotros los que declarasteis la guerra—respondió con sequedad.

Y aun así, ella no había vendido el alma de nadie.

Me arrepiento por lo que os hice... Y me alegro de que no saliese bien, de lo contrario estaría cargando con el peso de la culpa en mi conciencia cuando se descubrió lo que pasó en realidad.

Fátima apartó la mirada. Ella había hecho cosas terribles y al menos una vida pesaba sobre su conciencia. No sabía si Ragun podía decir eso o no. En cualquier caso, si pensaba que iba a perdonarle solo porque le pidiera perdón, iba apañado. La guerra no era una excusa. Uno tomaba sus decisiones y cargaba con ellas para siempre.

Aunque no lo consiguieras, lo hiciste. Eso no cambiará nunca y no tengo la intención de olvidarlo. Colaboraremos en esta misión pero, más allá, no confío en ti.

En fin, no te haré perder más tiempo, seguro que tienes mejores cosas que hacer.

Asintió con la cabeza y se alejó de él, conteniendo un inmenso suspiro. ¿Cómo era posible que de un día para otro las cosas se volvieran tan complicadas? Había esperado que las decisiones y la carga de ser una Maestra llegara poco a poco y no tan de golpe…

Se sentó en un rincón y cerró los ojos. Echaría un sueñecito antes de llegar a la isla.

*



Cuando alcanzaron por fin la isla, tras atravesar una barrera de niebla que le puso los pelos de punta, Fátima se sintió un poco decepcionada. Era diminuta y con un templo de piedra en lo alto. Ni siquiera parecía ser completamente natural… ¿De verdad iban a encontrar allí lo que necesitaban…?

Creo que este es el lugar... —Miró el mapa repetidas veces, intentando asegurarlo—. Aunque esperaba algo más... grande.

Desembarcaron y Fátima saltó al suelo con cierto alivio. Nada más hacerlo, aparecieron Sincorazón parecidos a los que habían aparecido en el barco y se apresuró a saltar sobre ellos antes de que pudieran atacar a Pegaso o a Megara. Cuando, entre todos, limpiaron la orilla, se dirigieron hacia el templo.

Habiendo visto los de China o lo de la misma Tebas, aquel le resultó tan pobre que no pudo menos que mirarlo con cierta lástima. Recordaba un poco a la entrada del Coliseo. No había estatuas ni nada que indicara a qué divinidad estaba dedicado.

Vale... ¿Listos? Este debe ser el lugar, la piedra tiene que estar dentro.

No le hizo demasiada gracia que Hércules estuviera nervioso. No era buena señal pero ¿qué iban a hacer? ¿Quedarse plantados esperando? Fue tras el Héroe y cruzó el umbral. Poco después escuchó un quejido y, al girarse, se encontró que todos menos Ragun se habían quedado fuera.

¿Pero qué? —Meg dio un golpe al aire—. Vaya, genial. Parece que este es un club exclusivo, fijaos.

Megara señaló una columna de la entrada y leyó en voz alta:

"Sólo los héroes podrán pasar." Qué bonito.

Fátima iba a decir que no tenía sentido pero luego se llevó una mano a la boca y soltó un suave «oh». Claro, era gracias al título. Parecía que incluso aceptaba a los aprendices.

¡Pues claro! Ragun y Fátima han sido reconocidos como aprendices de héroe, por eso pueden pasar. Pero los demás... Me temo que tendréis que esperar fuera.

Megara parecía conforme con la decisión pero Fátima, que ya estaba un poco harta de tomar decisiones, de pronto se encontró frente a otra gran elección.

¿Qué hacía? Su deber sería el de quedarse y proteger a los otros aprendices, ya que habían comprobado que había Sincorazón y además estaba segura de que la niebla era alguna clase de barrera mágica. ¿Y si había enemigos peores que los Sincorazón, alguno parecio a la serpiente marina…? Por otra parte, necesitaban la dichosa piedra y también estaba Ragun…

¿Cuáles son sus órdenes? —Le pregunté esperando lo que fuese a decir.

Hablando del diablo…

Fátima se mordió el labio inferior. Si le dejaba ir solo quizás intentara birlar la piedra, no podía fiarse. Por otra parte, no quería arriesgarse a que a los demás les pasara nada. Sc alió del umbral y le hizo una señal a Malik para que hablaran un momento. Entre tanto, su mente trabajaba a toda velocidad. Los Sincorazón no parecían ser demasiado fuertes y estaba convencida de que podrían con ellos pero…

Pero. Pero irían los tres más fuertes al templo. No le hacía gracia la idea. Era casi como si una fuerza mayor quisiera separarlos.

¿Qué opinas? Si bajamos los tres podríamos tener más posibilidades de obtener la piedra.—No añadió lo que pensaba de Ragun—. No quiero dejaros solos.

Escucharía las palabras de Malik y se daría cuenta de que, de nuevo, se estaba cerrando demasiado en banda. Terminaría por asentir, por mucho que se le encogiera el estómago ante la idea de dejarlos solos.

De acuerdo.—Regresó con el grupo—. Dejo al mando a Malik hasta que regresemos. Tened cuidado y no os alejéis demasiado de la entrada. Si tardamos… mucho—torció la boca—volved al barco.—Luego miró a Ragun y dijo—: Vamos.

Y fue detrás de Hércules.

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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Kairi » Mié Ene 27, 2016 12:50 am

El hechizo de Kairi pudo destruir a dos de las arañas de barril, pero quedó una tercera a la que Hércules destruyó de un sólo golpe. Suerte que era muy fuerte y no llegó a explotar el barril.

- Vaya, eso ha estado cerca. Gracias, a los dos.

- ¿Estáis bien?

- Sí, esto no ha sido nada - respondió Kairi como quién no quiere la cosa, dando a entender que estaba acostumbrada a pelear con esas criaturas.

Cuando todos confirmaron que estaba bien, Hércules indicó que subieran rápido a cubierta para comprobar qué había pasado con la serpiente marina. La habían derrotado, pero entre todos tuvieron que ayudar a Fátima y Ragun a subir al barco. El Aprendiz de Bastión Hueco casi acababa ahogado.

- ¿Cómo estáis? - preguntó Hércules - . ¡Habéis derrotado a la serpiente vosotros solos, guau! ¡Es increíble!

- Lo dice alguien que acaba con monstruos como estos para desayunar - comentó Meg.

- Oh, claro, no os he presentado. Esta es Megara, una... amiga mía.

Por la risita que soltó ella y el sonrojo del héroe Kairi intuyó que eran algo más que amigos. Ahora entendía por qué se había colado en el barco.

- Podéis llamarme Meg. ¿Y vosotros sois...?

- Kairi, encantada - se presentó.

- Un placer.

- Pero.. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¡Apareciste en la bodega de repente!

- No seas bobo. Os vi al sátiro gruñón y a ti esta mañana en el puerto, y al enterarme de que te ibas de excursión de héroe, decidí apuntarme al viajecito. Así que me escondí en uno de los barriles para que Fil no me pillara. Debí de quedarme dormida y el golpe de la serpiente me despertó.

- Supongo que ya no podemos hacer nada, pero nada de causar problemas, ¿vale? Será mejor que sigamos el viaje. ¡Agarraos!

Hércules volvió a sacar la bolsita para impulsar el barco y Kairi, como llevaba haciendo desde que partieron, se agarró a la primera cosa firme que encontrara.

****


El resto del viaje no fue muy ajetreado. De vez en cuando les asaltaban Sincorazón no muy fuertes con los que Kairi podia acabar con facilidad y sin usar magia. En ese momento se dio cuenta de lo fuerte que se había vuelto desde que salió de sus islas. Awa-chan tampoco tenía nada que envidiar, podía defenderse perfectamente con zarpazos.

Mientras tanto, Hércules y Meg charlaban. Parecían divertirse mucho juntos. En cambio a Pegaso no le gustaba nada Megara y en una ocasión hasta intentó tirarla del barco. Los animales tienen un instinto especial y saben cómo es en realidad una persona, eso decía bastante de Meg. O puede que simplemente fueran celos.

En unos de esos momentos en que Hércules estaba solo, Kairi aprovechó para acercarse a él.

- Haceis buena pareja - dijo mirando a Megara - ¿Cómo os conocisteis? No parece caerle bien a Pegaso.

Si el héroe decidía hablar, lo escucharía con atención. Entre tanto, Awa-chan seguía curioseando con Pegado a pesar del castigo que había recibido el caballo alado por lo ocurrido anteriormente.

Después de unas horas, una densa niebla rodeó el barco. Kairi se puso alerta por lo que pudiera venir ya que no se veía nada. Pero al poco rato la niebla se disipó y vieron una isla con un templo. Habían llegado a su destino.

- Creo que este es el lugar... Aunque esperaba algo más... grande.

La isla era muy pequeña y el templo tres cuartos de lo mismo. Pensó que entonces no tardarían demasiado en coger la piedra. En cuanto bajaron del barco apareció una horda de Sincorazones, pero eran tan poca cosa que de nuevo pudieron vencerlos sin problemas. Aunque eso no descartaba que hubiera alguno más peligroso por ahí...

- Vale... ¿Listos? Este debe ser el lugar, la piedra tiene que estar dentro.

Kairi fue detrás de Hércules, pero una barrera invisible le impidió el paso. No solo a ella, también a Malik, Nikolai y Meg. En cambio, Fátima y Ragun pudieron pasar sin problemas.

- ¿Pero qué? Vaya, genial. Parece que este es un club exclusivo, fijaos.

Meg señaló unas letras que había escritas en una de las columnas de la entrada al templo. Aquel lenguaje era incomprensible para los Aprendices, así que Meg se encargó de traducir.

>>"Sólo los héroes podrán pasar." Qué bonito.

- ¡Pues claro! Ragun y Fátima han sido reconocidos como aprendices de héroe, por eso pueden pasar. Pero los demás... Me temo que tendréis que esperar fuera.

- ¿Qué? ¡Esto es absurdo! - replicó Kairi dándole una suave patada a la barrera. Con todo lo que había pasado para que ahora una simple barrera le denegara el acceso por no tener un título.

Ahora debían pensar lo que iban a hacer. Sólo tres de ellos podían entrar al templo. Estaba claro que Hércules y Ragun iban a entrar, pero Fátima tenia que decidir si entrar o quedarse al cuidado de los demás. Después de hablar con Malik, se dirigió al resto del grupo.

- Dejo al mando a Malik hasta que regresemos. Tened cuidado y no os alejéis demasiado de la entrada. Si tardamos… mucho, volved al barco.

- Está bien - suspiró Kairi - . Tened cuidado.

Vio cómo los tres entraban al templo. Después se sentó en uno de los escalones a esperar mientras vigilaba que no llegaran más enemigos. Al ser tres, no deberían tener muchos problemas, además de tener a Pegaso.

- ¿Y cómo se consigue el dichoso título de héroe? - preguntó al aire.
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El Viernes 26 a las 20 fui al hipercor para compra un juego por el cumple de un amigo y en el msn deje un automensaje que era "En El Hipercor" , en esos momentos Habimaru cerro el chat y se creo una multiconversacion de 7 o 8 personas del foro para hablar , cada minuto aparecía mi gracioso automensaje con el icono del tio feliz , cuando llegue y comente estaban todos En El Hipercor , uno en el carrefour pero bueno , al dia siguiente en el chat la frase mítica aparecía cada poco En El Hipercor y ya esta es la historia del Hipercor que tanta gente me pregunta XD ( Se le ha parecido buena o vivió esto ponérselo como firma.


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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Drazham » Mié Ene 27, 2016 2:37 pm

Nikolai cargó su Llave Espada con un poco de magia y rugió, ayudándose del impulso de Pegaso para propinarle una brutal sacudida a la serpiente. Su ataque sirvió como golpe de gracia, mandando a la criatura de vuelta al fondo del mar. Se quedó varios segundos vigilando el agua, a la espera de cualquier movimiento en ellas. Una vez que se quedó satisfecho exhaló aire para aliviar su estupor y palmeó el cuello del caballo a modo de felicitarle el buen trabajo.

¡Malik…!

Aquella voz le sonaba. Reaccionando con un poco de torpeza, volvió a bajar la vista al mar y miró en derredor para averiguar de dónde provenía.

¡Señor Niko, allí!

Asomándose por encima de su hombro, Saic le señaló con el índice a dos figuras que luchaban por mantenerse a flote. Distinguió de inmediato a Fátima, y la buena noticia es que traía consigo a Ragun. Gracias a dios que estaba bien…

Abajo, vamos —le ordenó a Pegaso para que descendiese hasta su posición. Lo primero de todo era sacar a esos dos del agua y comprobar si estaban enteros.

***


Por fortuna, Ragun solo estuvo inconsciente durante unos minutos. Salvo el susto y que los dos acabaron calados, nada grave ocurrió. Por lo demás y haciendo recuento de cabezas, todo el mundo estaba a salvo en el Argo; Hércules no tardó en aparecer con Kairi… y con alguien más que no recordaba. Nikolai enarcó una ceja nada más ver a la desconocida unirse al grupo. ¿Y esta de dónde había salido?

¡Habéis derrotado a la serpiente vosotros solos, guau! ¡Es increíble!

Ah, bueno… Ha sido una pelea reñida —musitó, masajeándose la nuca. Las adulaciones de Hércules le pillaron con la guardia baja. No quería echarse flores, ya que la muy condenada les dio más de un quebradero de cabeza cuando casi destrozó el barco y Ragun cayó al mar.

Lo dice alguien que acaba con monstruos como estos para desayunar.

El porte sereno y tranquilo de la chica le desconcertó y, al mismo tiempo, sirvió para que volviese al asunto principal: tenían una cara nueva a bordo, porque sí.

Esto… Señorita, creo que no nos hemos presentado, ¿verdad? —le inquirió con tono sarcástico y poniendo las manos en jarra. Tanto pasotismo por su parte empezaba a incomodarle.

Al menos Hércules no tardó en aclararles de que iba todo esto.

Oh, claro, no os he presentado. Esta es Megara, una... amiga mía.

El sonrojo del héroe y la risita de su “amiga” no pondrían en duda que ya se conociesen de antes. Otra cosa es que la relación que afirmaba tener Hércules con ella fuese del todo exacta por el tiempo que se tomó para responder.

Podéis llamarme Meg. ¿Y vosotros sois...?

Nikolai, encantado —dijo con un leve toque de sequedad. Vale, conocería a Hércules, pero le seguía escamando que la chica hubiese aparecido de la nada. Desde luego, no se iba a tomar tantas confianzas como lo estaba haciendo ella.

Meg no tardó en contarles que se auto-invitó al viaje y a hurtadillas para que Fil no la pillase. Según su versión de los hechos, todo este tiempo había estado dentro de un barril que usó para colarse en la bodega. Nikolai torció la boca de repelús, pues la historia entera parecía la de una fan acérrima que haría todo lo posible por permanecer al lado de su ídolo. Todo famoso tendría a sus admiradores, pero si se llegaba al punto de violar su intimidad…

El otro detallito que le escamó era que su polizona estaba tan fresca como una lechuga. Demasiado fresca para haberse pasado horas embutida en un barril.

Supongo que ya no podemos hacer nada, pero nada de causar problemas, ¿vale? Será mejor que sigamos el viaje. ¡Agarraos!

Nikolai apretó los dientes y escudriñó con la mirada un sitio al que agarrarse antes de que al hombre se le ocurriese volver a abrir la bolsita de marras.

***


El resto del viaje tuvo algún que otro Sincorazón incordiando. Nada de lo que preocuparse, los que aparecían eran más bien de un nivel mediocre y en bandadas pequeñas que se podían controlar entre los seis. Nikolai se lo tomó como una forma de calentar los músculos para que altercados como el de la serpiente no le volviesen a pillar en bragas. Saic ni siquiera tuvo que intervenir, y así podría ahorrarse las energías para más adelante.

En cuanto se calmaron un poco las cosas, aprovechó para tomarse un descanso y recostarse por donde andaba Pegaso, para hacerle un poco de compañía. Por lo visto, al muy bribón no es que le hiciese mucha gracia que Meg acaparase la atención de su dueño, y se llevó una reprimenda cuando trató de tirarla por la borda con la sutilidad de un gorila enrabietado. Niko se quedó mirando a la parejita y sonrió. Incluso siendo una leyenda, o el hijo de un dios, seguía sufriendo de un sentimiento tan humano como lo era el amor. Se llevó la mano al brazalete azul de su muñeca izquierda y suspiró, empatizando con el héroe al padecer de lo mismo.

Oye, no hemos hecho tan mal equipo ahí arriba, ¿verdad? —le dijo a Pegaso con una sonrisa burlona, apuntando con el dedo al cielo y dibujando círculos—. Espero no haber sido muy brusco contigo. Suelo ponerme un poco tenso cuando monto a caballo.

Si en el pasado le hubiesen dicho que entablaría conversación con un caballo, los habría tachado a todos de lunáticos. Sin embargo, el animal denotaba ser bastante inteligente para comprender el habla humana, incluso para mostrar celos por alguien. También es verdad que quería hacerle compañía, visto que ambos se podían considerar los excluidos del grupo dadas sus circunstancias.

Entonces, Ragun se acercó a Pegaso para felicitarlo por la batalla de antes. Nikolai entonó los ojos, y tuvo que desviar la vista hacia el mar para controlar su lengua. No poder ni dirigirse la palabra por los caprichos de alguien que se emperraba en tratarlos como los villanos de la película. Se sentía tan estúpido haciendo aquello que le daban ganas de darse cabezazos contra la borda.

Atisbó por el rabillo del ojo que el aprendiz se echó a dormir y suspiró, desganado. Aquella misión se le estaba haciendo eterna.

***


La niebla era tan densa que daba la sensación de que pudieses amasarla. Nikolai aguzó la vista al atisbar un pequeño islote escarpado con un templo en la cima. La niebla se concentraba misteriosamente alrededor de ella, lo que le daba cierto aire místico. O que tanta acumulación no era normal y se trataba de una barrera que dificultaba dar con ella.

Creo que este es el lugar... —Se le notaba en la cara que se esperaba algo más que un islote minúsculo—. Aunque esperaba algo más... grande.

Y Niko también. Si la isla tenía un templo, se suponía que los acólitos de la deidad a la que estuviese dedicada la poblarían, pero un trozo de tierra tan pequeño apenas daría para un par de casas. Pensó que el templo les serviría como hogar, pero… es que era enano. Ni si quiera daba indicios de a que dios se veneraría allí, ni una sola estatua o símbolo.

Tras desembarcar en un viejo amarradero y poner al fin pie en tierra firme, recibieron una “cálida” bienvenida por parte de los Sincorazón de la zona. Nikolai relinchó de hastío y se lanzó a por las criaturas, siendo tan poco problemáticas como las que les asaltaron en el barco. Ni siquiera en un islote alejado de la mano de dios (o de los dioses) se libraban de ellos.

No tardaron en llegar hasta el templo, tan plano como se asemejaba desde la lejanía. Dudaba horrores que alguien lo habitase, en especial si tenía que vivir en una isla que no contaba con recursos algunos.

Vale... ¿Listos? Este debe ser el lugar, la piedra tiene que estar dentro.

Notó que a Hércules también le daba mala espina. De todas formas, siendo tan pequeño, no les llevaría más de media hora registrarlo de arriba abajo. El hombre fue el primero en adentrarse en el umbral del edificio, seguido de Fátima y Ragun. Nikolai procedió a seguirles, pero sin siquiera vérselo venir,su nariz se estrelló contra algo sólido y retrocedió, mascullando un quejido. ¿Qué demonios…?

¿Pero qué? —El resto de protestas le confirmó que no se trataba del único. Malik, Kairi y Meg también se encontraron con problemas a la hora de avanzar. Imitó a la última, estirando el brazo, y su mano dio con un muro invisible—. Vaya, genial. Parece que este es un club exclusivo, fijaos.

La chica señaló un letrero escrito con un lenguaje arcaico que tradujo para los que no eran nativos.

"Sólo los héroes podrán pasar." Qué bonito.

¿Héroes? Nikolai arrugó el entrecejo, pues por esa regla de tres el único capaz de pasar era Hércules. A menos que…

¡Pues claro! Ragun y Fátima han sido reconocidos como aprendices de héroe, por eso pueden pasar. Pero los demás... Me temo que tendréis que esperar fuera.

Oh, claro, resultaba que el titulillo era válido y consideraba héroes a sus portadores. Pero eso significaba que solo tres podían ir a investigar al templo. Al resto le tocaba esperar fuera, en una roca en mitad del mar sin nada más que un edificio inaccesible y plagado de Sincorazón. Tanto viajecito para quedarse plantado como un pasmarote, genial.

¿Cuáles son sus órdenes?

En cambio, a Fátima se le notaba en la cara que ese percance le desbarataba sus planes de mantener unido al grupo. Nikolai no dijo nada al respecto y se limitó a esperar de brazos cruzados, a ver que hacía. Que aprendiese a llevar como dios mandaba los deberes de una Maestra y que se preocupase de otros devenires que no fuesen órdenes absurdas y caprichosas.

Al final tuvo que recurrir a Malik, llevándoselo a un rincón para hablar con calma. Al cabo de un rato volvieron con su veredicto:

De acuerdo.Dejo al mando a Malik hasta que regresemos. Tened cuidado y no os alejéis demasiado de la entrada. Si tardamos… mucho, volved al barco.
Nikolai enarcó una ceja. Ese “mucho” era tan ambiguo que ni se atrevió a preguntar de cuánto tiempo estarían hablando. Con Malik a cargo, supuso que lo de volver al barco lo harían en caso de extrema necesidad; sería la última persona que quisiese dejar sola a Fátima en el templo.

Por todo lo demás, le pareció bien y no puso objeción alguna. El héroe y los dos aprendices marcharon al interior del templo, y Nikolai buscó algún saliente o roca sobre el que sentarse para pasar el rato. Demonios, era la primera vez que esperaba que los Sincorazón les diesen trabajo para no morirse de aburrimiento.

¿Y cómo se consigue el dichoso título de héroe?

A Nikolai se le escapó un áspero “¡Ja!” con la pregunta de la muchacha y volvió la vista al trío que ascendía por las escaleras, negando con la cabeza. Pues sí, le gustaría saber cómo le dieron el titulillo a alguien que luchó a sabiendas de que estaba condenando las almas de los otros guerreros. Mientras que a él le tocaba comerse el marrón por los rencores acumulados de otro.
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Re: [Coliseo del Olimpo] No diré que es amor

Notapor Tanis » Mié Ene 27, 2016 8:59 pm

Malik bajó la Llave-Espada al ver caer a la serpiente, la desinvocó y corrió hacia la borda a tiempo para ver cómo su cuerpo se hundía en las profundidades. ¡la habían derrotado del todo? ¿Era un monstruo, un sincorazón o una mezcla de ambos? Malik apretó los dedos sobre la borda de madera y recorrió la superficie del agua. Fátima no estaba en el cielo y tampoco...

¡Malik…!

Gracias al grito localizó a los náufragos al mismo tiempo que lo hacía la mascota de Niko. Tuvo el tino de recoger una cuerda de la cubierta y deslizarse corriendo hacia el punto de la borda más cercano a los caídos, por si acaso Nikolai, subido en Pegaso, necesitaba ayuda.

No estuvo completamente tranquilo hasta que Fátima no se encontró a bordo.

****


Frotó los hombros y la espalda de Fátima sobre la manta para ayudarla a entrar en calor. No hacía frío, pero el agua del mar solía estar helada. No había tenido tiempo de asustarse y preocuparse del todo por ella, por estar pendiente de la serpiente, pero incluso si ella ya estaba a salvo, un nudo de angustia le apretaba la boca del estómago. ¿Y si el océano se los hubiera tragado? Miró a Ragun de reojo, también aliviado de que estuviera a salvo.

¡Habéis derrotado a la serpiente vosotros solos, guau! ¡Es increíble!

«¿Y lo dices tú?».

Lo dice alguien que acaba con monstruos como estos para desayunar.

Malik, que no había estado atento a nada que no fuera Fátima hasta ese momento, levantó la vista y descubrió a alguien que ni por asomo se habría esperado encontrar precisamente en ese aquí y en ese ahora. Por un segundo se sintió tenso y nervioso, porque aquella mujer era Meg, la que a su manera le había dado el soplo de los planes de Hades con la cerradura del Mundo. ¿Qué estaba haciendo allí, qué quería? No le cabía duda de que estaba a gusto en compañía de Hércules y por el rumbo de la conversación, menos dudas tuvo de que se conocían... bien.

Podéis llamarme Meg. ¿Y vosotros sois...?

Malik frunció ligeramente el ceño cuando ella le dedicó aquella sonrisita, pero se obligó a hacer un leve asentimiento de cabeza como saludo de reconocimiento. Obviamente, él no dijo su nombre, ella ya lo sabría.

Le extrañaba mucho que Megara hubiera querido embarcarse con ellos. Si lo había hecho, estaba seguro de que debía ser por cualquier razón de peso más allá de acompañar a Hércules. Recordaba la conversación que tuvieron en las gradas del Coliseo y aquella chica podía ser de todo menos temeraria o tonta. No. Debía de existir una razón. ¿Sus contactos e informantes tenían que ver? Ella debía de estar al tanto de lo del Inframundo y su mal, debía de saber...

«Será mejor que no la pierda de vista».

Supongo que ya no podemos hacer nada, pero nada de causar problemas, ¿vale? Será mejor que sigamos el viaje. ¡Agarraos!

Imitando la decisión de Fátima, se sujetó bien al barco para no caerse de nuevo en cuanto vio a Hércules utilizar la bolsa del viento.

****


Aparte de unos cuantos sincorazón que no dieron muchos problemas, el viaje no resultó ser tan malo. Si no contaba la serpiente, el único conflicto que quedaba era el que arrastraban desde el principio (la incompatibilidad entre algunos de los miembros del grupo) y la desconfianza que, por lo menos a él, le generaba la nueva integrante de la tripulación. Aún así no pudo evitar fijarse, y de buenas maneras, en la forma que tenían Hércules y Megara de interaccionar. Era obvio que se gustaban y eso le llevó a pensar una vez más en la muchacha. La observó pensativo, a ella y a Hércules, mientras acompañaba a Pegaso en su castigo. Comprendía que el animal estuviera celoso de la mujercita, Hércules sólo tenía ojos para ella.

Pero el castigo es merecido, lo siento —murmuró, a la par que le acariciaba la crin al caballo alado.

Al desviar la vista vio a Fátima acercándose a él y sonrió suave. Le contó y detalló la pelea contra la serpiente, sobre todo en referente a su primer hechizo en combate.

Estoy bien, golpeó al barco, nada más —aseguró.

Entonces... la pregunta del millón.

¿De qué conoces a Megara?

Malik hizo una mueca. Sabía que la cuestión no le estaba acusando por celos, aunque en este caso hubiera preferido que sí. La respuesta real le iba a gustar mucho menos así que decidió realizar un resumen pormenorizado, muy pormenorizado, antes de relatar la historia entera.

Me dio el soplo de lo que pasaba en el Inframundo, no sé si para bien o para mal, pero sabía... sabía que algo malo pasaría si se abría esa cerradura.

Tenemos que intentar averiguar qué planeaba o si simplemente intentó ayudarnos. Ya que tú la conoces, lo dejo en tus manos si tenemos tiempo.

Claro —asintió.

En ese momento se acercó Ragun y Malik, a sabiendas de que seguramente el muchacho querría hablar ligeramente en privado con Fátima, se apartó un poco y se apoyó contra la borda, cerca de Pegaso, al que volvió a acariciar para tranquilizarlo. De vez en cuando le llegaban palabras de la covnersación de Fátima y Ragun, pero se esforzó por no inmiscuirse. De nuevo dirigió la vista hacia Hércules y Megara, y suspiró.

«Y ni siquiera hemos llegado a la isla».

*


Avistaron tierra por fin, después de navegar entre la bruma, y distinguieron el templo en lo alto de la colina. No era muy grande, como la isla, y parecía completamente abandonado. Malik lo observó en silencio mientras Hércules confirmaba la ubicación, y desembarcó esperando que la búsqueda de la piedra no les llevara mucho. Le daba la sensación de que podía aparecer otra serpiente gigante en cualquier momento. Siguiendo el ejemplo de Fátima, ayudó a deshacerse de los sincorazón que aparecieron en la playa.

Al terminar pudieron ponerse en marcha hacia el templo, quedándose Malik el último para cerrar la marcha. Por eso, cuando vio que aparte de Hércules, Fátima y Ragun, ninguno podía pasar más allá del umbral de las columnas que daban acceso al templo. Malik frunció levemente el ceño y se acercó para examinar la entrada, justo cuando Megara daba aquel golpe al aire y leía la inscripción.

"Sólo los héroes podrán pasar." Qué bonito.

«Estupendo... ».

¡Pues claro! Ragun y Fátima han sido reconocidos como aprendices de héroe, por eso pueden pasar. Pero los demás... Me temo que tendréis que esperar fuera.

Malik miró a Hércules con evidente fastidio, pero no replicó porque no podía pasar de todas formas. Si hubiera podido saber, si hubiera visto el futuro, se habría metido en ese torneo para ganar, aunque... Miró a Fátima con un poco de angustia, mientras esperaba a su decisión. Ragun ya había pedido directrices, de modo que sólo le restaba esperar. Si tenían que separarse, bueno, ellos les esperarían allí mismo, o junto al barco.

«Sólo es coger la piedra e irnos».

Alzó un poco las cejas ante la seña de Fátima, pero acudió junto a ella y se apartó lo suficiente para que le dijera lo que quisiera, lejos del oído de los demás.

¿Qué opinas? Si bajamos los tres podríamos tener más posibilidades de obtener la piedra. No quiero dejaros solos.

Malik chasqueó la lengua y le echó un vistazo a los grupos. Era cierto que los más fuertes serían los que subirían, pero probablemente los peores peligros, de haberlos, podían estar en el templo. Y qué demonios, los que quedaban eran aprendices avezados, nada de novatos recién llegados.

No nos va a pasar nada, nos hemos enfrentado a cosas peores y salido vivos de ello, ¿no? —La batalla contra Nithael, por ejemplo. Nikolai y él por lo menos habían sabido arreglárselas para sobrevivir al ángel—. Un voto de confianza no estaría tan mal.

Esbozó una pequeña sonrisa, con la que consiguió convencerla. Fátima determinó la última orden para el grupo y marchó junto con Hércules y Ragun a por la piedra. Malik los observó por un rato, hasta que empezó a pensar rápidamente en lo que podían hacer en caso de que apareciera algún enemigo. Sólo esperaba que la decisión de Fátima de dejarle a él al mando no supusiera un problema para los demás, ni para sí mismo.

Cruzado de brazos, se quedó plantado frente a la entrada bloqueada invisible y se ladeó para mirar a Kairi cuando ella hizo aquella pregunta. El gesto de Nikolai no le pasó desapercibido, de modo que contestó él a la cuestión.

Ganando un torneo. Fil organiza torneos de vez en cuando por lo que tengo entendido, si ganas uno de ellos puedes obtener el título de “Aprendiz de Héroes”.

Caminó para alejarse un poco de la entrada y su barrera y terminó por bajar las pequeñas escaleras. Se fijó entonces en Megara, que estaba muy tranquila. Quizá era su oportunidad de poder sacarle información, aunque estaba seguro de que la chica no era estúpida y sabría lo que él querría hacer en cuando pusiera un pie a dos metros de ella. Miró la entrada al templo, por la que ya habían desaparecido los tres,una vez más y exhaló un suspiro pesado.

—Muy bien, estad atentos por si aparece algún enemigo más, ya ha quedado claro que la isla no está... desierta, precisamente —dijo.

Si sólo eran sincorazones menores podrían despacharlos enseguida, si aparecía alguno más grande, bueno, como había dicho, se habían enfrentado a cosas peores. Al acercarse a Nikolai le palmeó el hombro con confianza, aunque no le dijo nada. Entonces se sentó en las escaleritas de acceso al templo, junto a Megara.

Debería haberte apostado que mi novia sí podía ganar los Juegos, ¿eh? —comentó para romper el hielo, mostrando que se acordaba muy bien de su encuentro anterior, añadiendo en voz más baja después—. ¿Te sabías el asunto de la maldición del Inframundo cuando me mandaste allí o es algo que los rumores de Tebas no te dijeron hasta que te subiste al barco?

«¿Le has pagado ya la deuda a Hades? ¿Qué haces aquí, qué buscas, qué quieres?».

Aquellas fueron preguntas que no salieron de su boca, pero que se podían leer entre líneas si se era alguien inteligente. Y Meg lo era, no dudaba de ello.

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