[País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Participantes: Makoto, Freya y Lawrence + Maya y Simbad

Aquí es donde verdaderamente vas a trazar el rumbo de tus acciones, donde vas a determinar tu destino, donde va a escribirse tu historia

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: Ronda 9

Notapor Shiroe » Mar Abr 05, 2016 2:52 am

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¡Eh! ¡¿Pero a dónde vais?!

Decidí ignorar por completo los gritos del pato e ir tras el Sincorazón, siguiendo desde un poco más atrás al chico rubio e invocando así mi Llave Espada.

¡¡No!! ¡Esperad!

El chico rubio se lanzó a por el Sincorazón, al parecer tenía una técnica planeada a ser ejecutada, sin embargo el enemigo fue más rápido y acabó propinándole fuerte golpe que lo lanzó —literalmente— volando hacia atrás.

Al presenciar tal escena y volver a mirar al Sincorazón, éste venía a por mí, así que decidí tomar acciones defensivas y esperar el golpe, ya que no me daría tiempo a esquivarle, así que al impactar cerré de momento los ojos.

Tampoco fue que me hubiera hecho bastante daño, aunque me hizo caer contra el suelo, así, rompiendo mi defensa y dejándome un poco dolorido. Al volverlos a abrir de inmediato, el Sincorazón se preparaba para su próximo ataque. Intenté ponerme de pie pero tenía un poco de mareo debido al impacto anterior, heché poco a poco para atrás, como quien se arrastra vagamente.

Fue ahí donde el gigante, desprevenido, recibió un poderoso ataque de luz que creó varias explosiones contra éste, haciendo que se descompusiera parte por parte y cocharan entre sí de forma extraña. Volteé la mirada y el causante de tal hechizo fue nada más y nada menos que "Su Majestad", quien luego se apuró a ayudarme en levantarme.

¿Estás bien?

S-sí, gracias.

Fue entonces cuando contemplé como una especie de "barrera mágina" se formaba al rededor de nosotros, jamás había visto algo igual y no recuerdo que la Maestra Lin me explicara sobre eso, tampoco lo había visto en ninguno de mis libros. —¿Será ese Sincorazón el causante de tal actividad?— pensé.

Observé al patito ese, quien apuntaba a uno de los tejados y, acto seguido, me propuse a mirar curioso.

¡E-Es él!

Ahí estaba, el mismo enmascarado al que perseguíamos, quien observaba la situación. Cuando llegó a ver la armadura desparramada en el piso hizo notar una de las piedras que buscábamos, probablemente la misma que le robó al perro.

La misma empezó a irradiar un aura de oscuridad inmensa. Al girar hacia la armadura, se podía apreciar como la misma irradiaba el mismo aura que la piedra, temblando para luego dividirse por los aires... ¡se estaba reconstruyendo! pero eso no es todo, sino que aparecieron dos agujeros oscuros a sus costados, de los cuales salieron 2 brazos.

No podría ser peor...— y lo fue, de una forma loca, pero lo fue.

El Sincorazón se reconstruyó, sí, pero esta vez los pies se posicionaron donde deberían ir las manos y las manos donde debería ir los pies, su cuerpo se revertió hasta quedar contra el piso y, mientras tanto, la armadura de la cabeza se abrió, permitiéndole al Sincorazón mostrar sus no tan lindos ojos amarillos.

El hombre de la piedra se había esfumado de un momento a otro, sin embargo, creo que en los actuales momentos teníamos problemas más grandes que perseguir al sujeto (y es que aunque quisiéramos no podríamos, debido a la barrera mágina).

Ahora ya no nos queda otra. Intentad ser precavidos esta vez, Donald y yo os cubriremos.

¡Bien, escuchad!— escuché una voz nueva, volteé la mirada y no recordaba esa cara —¿Y este cuánto lleva aquí? ... va no importa, parece que tiene un plan.

El chico, sin dudarlo, prosiguió hablando.

¡Este bicho es débil a los ataques eléctricos, así que utilizad esos hechizos para todos los que seáis magos!

>>¡Makoto, tú ataca por el flanco derecho a la zapatilla, Donald cúbrele! ¡Vosotros por el flanco izquierdo, y no intentéis parar un ataque con las armas: esquivadlo si podéis! ¡Todos los magos disponibles: atacaremos con un hechizo eléctrico a la vez a mi señal para dar comienzo a la batalla! ¡Atacaremos a la cabeza todos a la vez con magia primero! ¿¡Entendido!?

¡S-sí!

Rápidamente me posicioné a la izquierda del enemigo e hice lo acordado.

¡Todos a la cabeza si queréis vivir: UNO, DOS, TRES! ¡AHORA!

Rápidamente me abalanzaría contra —en primero lugar— contra su mano, ya que era lo más cercano que quedaba del suelo. Le asestaría todos los golpes que me fueran posibles no sin antes olvidarme de su pie que podría golpearme en cualquier momento, de modo que estaría alerta a cualquier situación que se presentase.

En caso de que el Sincorazón fuera a ejecutar algún ataque, intentaría esquivarlo en todo lo posible hechándome de lado a lado en forma de Zig Zag, aunque si no fuera posible esquivar el ataque me pondría en forma defensiva. En caso de esquivarlo exitosamente, me propondría a volver a atacarle y si se presentase la situación de atinarle a la cabeza lo haría sin dudarlo.
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CHESU-BAN O HIKKURIKAESU!!

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Imagen (Arigatou~ Zekai por esto <3 ♥)

ABREME
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(Lo hice otra vez y salió Riku de nuevo...)
¿Qué personaje masculino de Kingdom Hearts eres?
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(Antes me había salido Aeris pero lo actualicé)
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Re: [País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Notapor JRA » Mar Abr 05, 2016 9:07 pm

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Tras ser mandado a volar a causa de una patada del gran sincorazón mi mente quedó algo en blanco, aunque en seguida volví en mi cuando observé al pato que parecía haberme sanado y al otro aprendiz cuyo cuerpo había amortiguado mi caída.

Tras levantarme observé por donde había venido y puede ver al muchacho con el que me había chocado tendido en el suelo apunto de ser aplastado por la Armadura.

-¡Maldición! -Exclamé mientras intentaba correr hacía allí, aunque un fuerte pinchazo en el pecho me lo impidió de golpe.

No conocía al muchacho, es decir solo me había encontrado un momento con él, pero no podía dejarle morir.

Maldije otra vez mi suerte, pero la voz del aprendiz al que había aplastado me hizo reaccionar.

Makoto, ¿quién es ese?

-No lo sé, me encontré con el hace un momento solo. -Respondí rápidamente.

Aún estaba algo disperso cuando me dí cuenta de que la armadura había caído, me sentí aliviado tras ver esto, aunque el sentimiento no fue muy duradero, ya que al parecer estábamos encerrados en una barrera, aunque no sabía en que momento había aparecido.

Todo pasó muy rápido solo sabía que tras un momento, una armadura parecida a la de antes apareció, solo que esta se veía un poco diferente.
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Ahora estábamos encerrados así que no había más opción que enfrentarla, parece que había un grupo fuera de la barrera el cual tras decir un par de cosas se marchó, no les presté mucha atención ya que seguramente serían advertencias, lo que si que escuche fue a Mickey comenzando a hablar.

Ahora ya no nos queda otra. Intentad ser precavidos esta vez, Donald y yo os cubriremos.

Tras escuchar las palabras de Mickey volví a invocar mi llave espada y me puse alerta aunque para mi sorpresa otra voz habló.

¡Bien, escuchad! ¡Este bicho es débil a los ataques eléctricos, así que utilizad esos hechizos para todos los que seáis magos! -Gritó Simbad.

Tras esto, el mismo aprendiz se dirigió a mi.
¡Makoto, tú ataca por el flanco derecho a la zapatilla, Donald cúbrele! Y Añadió —¡Todos los magos disponibles: atacaremos con un hechizo eléctrico a la vez a mi señal para dar comienzo a la batalla! ¡Atacaremos a la cabeza todos a la vez con magia primero! ¿¡Entendido!?

No hacía falta responder, simplemente tomé mi posición y me preparé para atacar, mi magia no era de lo mejor, pero menos da una piedra.

¡Todos a la cabeza si queréis vivir: UNO, DOS, TRES! ¡AHORA! -tras ecuchar esto inmediatamente lancé un electro a la cabeza de la armadura y eché a correr seguido de Donald por el costado derecho de esta, siempre guardando una distancia prudencial.

-Donald, creo que te llamas así, ayúdame usando electro sobre su pie, bueno, ahora es su mano, pero entiendes, estate atento por si nos ataca cubrirnos de alguna manera, tanto a ti como a mi y curame si recibo daño. -Le dije al pato mientras corriamos.

Tras esto lancé dos electros al pie de la armadura y me dispuse a continuar.

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Pues esto, seguiré la estrategia de Simbad, cuando diga lanzaré un electro a la cabeza de la armadura, luego seguiré con Donald al cual ya le dije que hacer, atacare su pierna con dos electros, tras estar en un angulo prudencial usaré doble salto y atacaré su pierna físicamente, si por el contrario veo que las piezas que conforman a la armadura caen usaré resbalón en vez de doble salto para acercarme y atacar el pie en el suelo.
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Re: Ronda 9

Notapor Zodiark » Mié Abr 06, 2016 11:18 pm

Maldita sea, nada me salía bien aquel día, y otra interrupción nos hizo cesar la persecución. A aquel paso jamás íbamos a recuperar el guijarro.

¡¿Qué leches...?! —exclamé sobresaltada por el estruendo y el posterior ruido de la gente alterada, girando sobre mí misma y percatándome de que los demás habían venido corriendo detrás de mí.

¡¿Q-qué ha sido eso?!

Oh, oh...

La enorme masa de gente que llenaba aquella calle comenzó a provocar un caos total. Gente huyendo de la enorme columna de fuego (que la lógica me decía que había sido la causa del horroroso ruido), despavorida, gritando y empujando.

Por suerte, Goofy fue lo suficientemente veloz y nos protegió de la oleada de gente. Su robustez hizo que pudiésemos aguantar a pesar de llevarnos algún que otro empujón leve, aunque me sentía mal por haberle hecho hacer de escudo humano. Al menos, aguantó en pie hasta que la calle se vació.

Muchas gracias, Goofy.

¡Pero qué…!

¿Qué pasa?

Algo raro había frente a nosotros, y entre el tipo y la chica y Freya, Goofy y yo, algo que reconocí al momento, porque no era la primera vez que veía algo así: una barrera de luz.

¡Venga ya! Esto es lo normal en la capital o qué?

"Nada me ha parecido normal desde que he llegado a este mundo, a decir verdad..."

¡Pues claro que no es norm…!

La muchacha pareció ver algo terrible, pues sus ojos se abrieron como naranjas y calló. Señaló hacia las llamas, algo había allí. Al girarme, vi de qué se trataba: una gran figura, bastante imponente, surgió de entre las llamas. Entrecerré los ojos para verla mejor, pero la luz del fuego no me permitía discernir nada, aunque de entrada no me daba buena espina.

No hizo falta mucho más tiempo para comprobar que mis sospechas eran totalmente certeras: en cuanto se plantó frente a nosotros, supe que no era precisamente amigable.

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¿Qué demonios es este tío...? —musité dando un par de pasos hacia atrás, asustada.

La siniestra aura que desprendía, sus ropajes y su ya conocida por Goofy y por mí máscara metálica eran, cuando menos, aterradores. Y, para colmo, no parecía ser el mismo hombre que se había llevado el guijarro.

¡¿Q-Quién eres?!

Del cielo cayó entonces otra figura. Esta vez sí, la reconocí como el hombre al que habíamos estado persiguiendo. Este le mostró el guijarro oscuro al siniestro tipo del aura verdosa.

¡Eh, devolvednos eso!

Ninguno de los dos contestó, y el hombre de la piedra materializó una espada. Con un movimiento lento, nos apuntó con ella. No iban a devolverla por las buenas, eso estaba más que claro.

¡A cubierto!

¿Eh?

Salté hacia atrás justo a tiempo, en cuanto vi un enorme chispazo de soslayo sobre nosotros, y por un momento vi toda mi vida pasando frente a mis ojos. Por poco no lo contaba.

Materialicé mi Pétalo de Hada y apunté al tipo de la espada con ella, imitando su acción. No teníamos otro remedio que pelear.

Freya, Goofy, ocupaos de ese —susurré señalando con la cabeza al otro enemigo—. Yo me encargo de este.

Con un par de saltos, me moví hacia un lateral, todo lo posible sin llegar a tocar la barrera, intentando colocarme cerca del tipo de la espada y llamar su atención para alejarlo de los demás.

Vale, bien, vamos a buscar ayuda —dijo el chico de cabello largo desde fuera de la barrera, tras preguntar a Goofy sobre la presencia de los demás mosqueteros—. Traeremos a alguien de inmediato. Lo juro.

¡De acuerdo, pero daos prisa! ¡Podemos defendernos, pero no sabemos de qué son capaces estos dos!

Sin más dilación, era hora de pasar la acción. Lo primero era lo primero, y lancé un hechizo Libra al hombre de la hoja. Acto seguido, llegó el momento de ver cómo se defendía. Pensé que sería buena idea tomar la iniciativa y dar el primer golpe, así que volví a apuntarle con mi Llave Espada y conjuré un hechizo Mutis, por si las moscas. Sin perder ni un segundo, le lancé un Ciclón de Hojas que me daría algo de tiempo para colocarme ágilmente de una voltereta en su retaguardia y, desde allí, con la Pétalo de Hada, propinarle un golpe con todas mis fuerzas en la nuca.

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▪ Libra (HM) [Nivel 7] [Requiere Poder Mágico: 9]. El usuario es capaz de conocer algunos datos de su enemigo, como su balance de poder, alguna habilidad propia, su magia afín, etcétera.

▪ Mutis (HM) [Nivel 8] [Poder Mágico: 12] Impide al objetivo realizar magia durante un breve periodo de tiempo, salvo que sea curado previamente.

▪ Ciclón de hojas (HM) [Nivel 12] [Requiere afinidad a Natura, Poder mágico: 18, Puntería: 8] Del extremo de la Llave Espada del usuario surge un torrente de hojas afiladas que vuelan hacia el objetivo y lo rodean durante unos segundos, girando rápidamente y provocándole leves cortes. Al terminar, las hojas caen al suelo y desaparecen.
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Re: Ronda 9

Notapor Crystal » Mié Abr 06, 2016 11:21 pm

Parece que siempre acabamos encontrándonos de nuevo.

De todas maneras no tuvieron mucho tiempo para hablar: la pequeña bruja cogió a Goofy del brazo y no dudó en salir corriendo tras algo. Freya miró a D’ Artagnan y le hizo un movimiento rápido con la cabeza para que la siguiera. Separarse de nuevo no era una opción válida, pero no iba a dejar a Maya sola.

¡Lo siento, pero nos tenemos que ir!

¡¿Qué?! ¡P-pero bueno! —vociferó la rubia—. ¡No me dejéis aquí!

Habrá que ponerse en marcha, pues.

¡Apresuraos!

De todas maneras no pudieron llegar muy lejos: una grandiosa columna de fuego estalló al final de la avenida y tuvieron que parar en seco. Todos los ciudadanos corrían en contra-dirección, generando un nuevo caos. Aquello era mucho peor que el incidente que había tenido la aprendiza hacía un rato.

¡¿Q-qué ha sido eso?!

Goofy, que vio aquella masa de gente correr hacia el grupo, se arriesgó y se puso delante de las aprendizas, ante la estupefacción de la pelirrosa. Si es cierto que no pudo evitar llevarse algún empujón o codazo, pero aquel gesto del mosquetero había ayudado muchísimo. Finalmente, la calle se vació de gente.

Gracias.

¡Pero qué…!

D'Artagnan fue el primero en encontrar que el camino de vuelta se hallaba bloqueado por una barrera de luz. Maya, el mosquetero y Freya habían quedado atrapados al otro lado. Ésta última, al darse cuenta, se acercó corriendo para darle varios puñetazos, como si así pudiese romperla. Por supuesto, se mantuvo intacta.

¡Venga ya! —chistó—. ¿Esto es lo normal en la capital o qué?

Esperemos que no, porque... —Continuó, antes de ser interrumpida por la rubia.

¡Pues claro que no es norm…!

Calló de golpe y señaló hacia las llamas. Freya pudo observar una figura que se distorsionaba entre el fuego, pero que al atravesarlo se reveló ante los tres que habían quedado atrapados.

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¿Era esto lo que perseguías? —susurró, con un hilo de voz.

Otro enmascarada apareció saltando desde uno de los tejados más cercanos, y se acercó hasta su compañero para entregarle una piedra negra. ¿Sería uno de esos guijarros que tanta gracia le habían hecho a la aprendiz? No tuvo tiempo de planteárselo, puesto que les apuntó de manera amenazante con la piedra.

¡A cubierto!

En el último momento, Freya saltó hacia un lado, cayendo al suelo pero librándose de que aquel rayo les cayese encima. La materialización de las espadas por parte de los enmascarados dejó claro que no venían en son de paz. Volvían a estar en problemas.

Oh, dios mío…

Maya planeó la situación, así que Freya se limitó a asentir con la cabeza, puesto que el plan propuesto le parecía conveniente.

Hecho. Te cubro las espaldas. —contestó, desenfundando sus pistolas.

Vale, bien, vamos a buscar ayuda. Traeremos a alguien de inmediato. Lo juro.

¡Tened cuidado!

Freya empezaría con su Oscuridad protectora para evitarse algunos daños. Después le pediría a Goofy que la cubriese para poder disparar desde la lejanía al sujeto en cuestión, usando el Blanco Fijado para tener más precisión desde la distancia. Usaría un par de Balas oscuras, y lo demás serían disparos normales. Si en algún momento Maya se veía en apuros, no dudaría en salir a su defensa, bien fuese disparando o protegiéndola con su propio cuerpo.

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Primeras acciones de Freya para este combate:

Oscuridad protectora (HM) [Nivel 12] [Requiere Afinidad a Oscuridad; Poder Mágico: 12]. El usuario se ve rodeado por una pequeña nube de oscuridad durante un tiempo (tres rondas), provocando daño de elemento Oscuridad a aquellos lo suficientemente cerca del mismo.

Bala oscura (HM) [Nivel 5] [Requiere Poder Mágico: 5; Puntería: 3]. Disparo de oscuridad que al impactar contra el objetivo le provoca daños afines a Oscuridad. Consume una bala.

Blanco Fijado (HC) [Nivel 5] [Puntería: 7]. Aumenta la Puntería del usuario en 5 puntos y disminuye en un nivel el gasto en habilidades de arma de fuego. El usuario permanece inmóvil durante el uso de esta habilidad. Al desconcentrarse o moverse, sus efectos se anulan.
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Ronda 10

Notapor Drazham » Lun Abr 11, 2016 12:51 am

Simbad, Makoto y Lawrence


Con las indicaciones del gitano grabadas en sus cabezas, los cinco iniciaron su ofensiva sin demorarse ni un segundo. Simbad fue el primero en atacar con un Electro que dio de lleno a la cabeza de la Armadura. Un golpe eficaz, puesto que la hizo retroceder un poco. Los siguientes en lanzarse fueron Lawrence y Mickey, con sus armas ya listas para atacar sin cuartel.

Pero lo que ninguno de ellos se esperó fue que el gigantón, que en un principio parecía retroceder por el hechizo de antes, solo retiró un poco su torso para colocar por delante sus cuatro extremidades y lanzarlas cual metralla contra los dos. Mickey fue rápido a la hora de repeler parte del golpe con la Llave Espada, pero Lawrence fue el que salió peor parado. Ambos salieron catapultados a nos cinco metros del Sincorazón, que dobló sus pies hacia adentro, chasqueándolos como si de pinzas se tratasen, no conforme con dejarlo ahí.

Por fortuna, los otros tres del equipo que se quedaron en la retaguardia, reaccionaron a tiempo y desataron sus hechizos eléctricos que impactaron y desestabilizaron las extremidades: el de Simbad en la derecha, y los de Makoto y Donald en la izquierda.

Eso les dio una oportunidad de oro a los la recuperados Mickey y Lawrence. El primero salió disparado como una bala, dejando tras de sí una estela de luz que dibujaba trazos en el aire. Haciendo gala de una gran agilidad, propinó céleres estocadas entre salto y salto alrededor de uno de los pies, apoyado también por los ataques del aprendiz. En un instante, la pieza se desintegró en una nube de oscuridad, justo al mismo tiempo que Simbad conjuraba su tercer Electro en la adyacente, rematándola. ¡Los dos pies fuera!

No obstante, la Armadura no estaba por la labor de amedrentarse por perder un par de partes. Las Manoplas de la parte inferior comenzaron a girar a toda velocidad, mientras que el torso (junto a la cabeza) volaba hacia atrás y se colocaba en posición horizontal, mostrando su oscuro interior en el que se empezó a formar una esfera de energía que crecía por momentos. Por el aspecto, el torso se había transformado en algo similar a un cañón, e iba a dispararles en cuanto terminase de cargar aquella monstruosidad lumínica.

Para mayor escarnio, las manos que en esos momentos giraban en un círculo, salieron despedidas contra el grupo a modo de disco arrojadizo. Por una parte tenían ese contratiempo, menor en comparación al que significaba que el torso disparase en un espacio tan estrecho como lo era la calle en la que se situaban. Dependía del equipo organizar una segunda acometida antes de que fuese demasiado tarde.

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Simbad
VIT: 31/38
PH: 20/38
*Éter retirado de la ficha

Makoto
VT: 11/12
PH: 6/8

Lawrence
VIT: 4/8
PH: 4/4



*****


Maya y Freya


Dos enemigos. Dos equipos. El trío se dividió para enfrentar a los dos enmascarados: Maya con el espadachín de negro, y Freya y Goofy con el que tenía aspecto del hechicero.

La pequeña bruja no tardó en hacer uso de su magia, lanzando en secuencia un Libra y un Mutis contra su enemigo, quien pareció reaccionar levemente con el segundo; la magia debió de surtir efecto, pero no parecía muy preocupado por limitarle la magia. Eso sí, lo que sí consiguió sacarle algo más que un pequeño respingo fue el Ciclón de Hojas que Maya conjuró a traición, atrapándolo en una tormenta de afiladas hojas que rasgaron su ropa y capa por todos lados.

La cosa no acabó ahí, y es que la aprendiza aprovecho la distracción causada para acercarse por detrás del enmascarado y asestarle un golpe en la espalda que lo obligó a hincar una rodilla. Tal vez Maya no le diese mucha importancia estando en mitad del combate, pero en cuanto su Llave Espada impactó, notaría como si hubiese golpeado algo hueco…

Entonces, para sorpresa de ella, el enmascarado se recuperó de un salto y, ondeando su espada, arqueó la espalda y comenzó a dar vueltas sobre si mismo como una peonza, pegándole un buen tajo a la chica en el hombro y empujándola a unos cuantos metros de distancia. El individuo de negro se incorporó, mostrando leves signos de fatiga por los ataques recibidos, y se arrojó a por ella con la espada en ristre. A pesar de todo, todavía podía dar guerra.

Al mismo tiempo, Freya atacaba sin cuartel con sus armas de fuego al segundo enmascarado. Su Blanco Fijado fue un factor importante a la hora de dar con sus tiros, que agujerearon la túnica del tipo, que encajó bastante bien los disparos, llegando a retroceder un poquito. Pero el colofón final llegó cuando la Bala oscura de la chica le acertó de lleno en su máscara, lo que provocó que arquease la espalda en un espasmo de dolor y se llevase la mano a la susodicha.

Pero hasta ahí llegó. Aun sujetándose la máscara, el hechicero, elevó su cetro, que brilló con un tono verdoso. Freya no pudo reaccionar a tiempo cuando una esfera de fuego se le apareció delante de sus narices y explotó en una vorágine de llamas. Por fortuna, Goofy sí estuvo atento, y de no ser porque se puso delante de la aprendiza con el escudo en alto, las consecuencias hubiesen sido terribles. La explosión solo consiguió lanzar a ambos y estamparlos contra la barrera de luz, lo que ya de por sí les machacó el cuerpo.

El brujo, ya recuperado, atravesó con paso lento la humareda que causó con su magia y ondeó su cetro una vez más, creando sobre su cabeza dos enormes lanzas de hielo que apuntó hacia la pareja. Sí, este también iba a darles bastante guerra.

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Freya
VIT: 30/30
PH: 4/30

Maya
VIT: 36/36
PH: 5/40


Datos aportados por Libra para Maya:
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Nombre: Peón Espectral [Mudez]
Nivel: 15.
Raza: ???
Estado: 40%

Habilidades:

Espiral (HC) [Nivel 9] El usuario gira sobre si mismo a gran velocidad, asestando tajos a cualquier enemigo que tenga cerca.

???

Otros datos:
· Fuerza y Combate con Armas Blancas altas; Velocidad media.
· Se detecta una fuerza inidentificable en su interior que nace a partir de la máscara.


Se irá actualizando durante el combate.


Fecha límite: Miércoles 13 de abril.

Al ser una ronda de combate, el periodo para postear será más corto. Recordad que si tenéis problemas para llegar a tiempo, comunicádmelo de inmediato.
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Re: [País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Notapor xXOrbOOkXx » Mar Abr 12, 2016 10:33 pm

Los pies desaparecieron en una nube de humo. Había analizado los movimientos de todos aquellos que nos rodeaban: Tres magos y dos que iban a golpe limpio. Sonreí, el equipo estaba bastante equilibrado.

Sin embargo, los problemas no habían hecho más empezar. El sudor me recorrió, deslizándose por mi espalda. No era un sudor frío, de esos que anticipaban problemas, de esos que te recorrían cuando estabas congelado y muerto de miedo, a la espera de un destino fatal. No. Era la primera vez que disfrutaba de una pelea. No sabía exactamente a qué se debía, pero el ejercicio me estaba sentando bien.

El torso de la armadura pareció convertirse en un cañón mientras que los brazos salieron despedidos. Fui el primero en adelantarme y dirigirme a la mano que más cerca tuviera, deteniéndola si era posible con un golpe de la guadaña. El impacto quizá me dejara algo aturdido, por lo que arremetería una vez más contra ella antes de separarme por completo.

¡Los magos al torso! —ordené con voz grave—. ¡El resto ocupaos de las manos! —Miré al Makoto y al pato, si es que podía—. Vamos a freírle.

Acto seguido y si podía, me zafaría a estocadas de las molestas manos, y desde el lado derecho lanzaría dos Electros al torso. A continuación y si nada me lo impediría arremetería contra él a estocadas.
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


Proyectos:



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Ficha

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Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
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"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
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"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
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Re: Ronda 10

Notapor Shiroe » Mié Abr 13, 2016 12:16 am

Luego de tanto golpe y adrenalina, con sangre y dolor, logramos destruir los pies del Sincorazón. 1... no... 2 problemas menos. Todo parecía ir de acuerdo al plan, pero el Sincorazón no se quedó ahí como si nada.

Al instante de perder sus partes empezó a movilizarse, deformando su cuerpo y volviéndolo a formar en ... ¿Un cañón? este día había sido muy extraño pero esto es el colmo.

El susodicho se quedó en tal posición y comenzó a formar una clase de bola eléctrica o algo parecido. Ésta crecía a su paso, pero lo hacía. No cabía duda de que pensaba dispararla contra nosotros y hacerlo en un momento y sitio como éste no era la mejor idea que digamos.

¡¿Acaso piensa disparar esa cosa aquí?! ¡Demonios! Debemos evitarlo a toda costa.— Por supuesto que no era tarea fácil, ya que el Sincorazón nos había dejado sus "manos giratorias", las cuales se dirigían a nosotros con el evidente motivo de distraernos.

¡Los magos al torso! ¡El resto ocupaos de las manos! —Ordenó el sujeto que había ideado el plan anterior. —Vamos a freírle.

Siguiendo las indicaciones de mi ahora compañero de batalla, me dispuse a atacar las manos con mi Llave Espada.

Al intentar moverme, realicé un pequeño gemido involuntario. Esto pasó a causa de que aún estaba un poco dolido del golpe anterior, y levantarse luego de ser golpeado no es muy bueno para la salud que digamos.

¡Eh, tú!— Observé al pato que estaba a un lado —¿Donald, verdad? he visto que puedes utilizar magia. ¿Te molestaría sanar un poco mi dolor?— Esperaba que "Donald" me aliviara al menos un poco el dolor para así proseguir con el plan.

Luego de que me curara mis heridas —si es que nada lo impedía— me posicionaría en el extremo derecho de las manos giratorias y le daría una señal a "Su Majestad" para que se posicionara en el otro extremo, o sea, la parte izquierda. De esta forma, intentaríamos confundir la mano o bien para que nos ignorara o para que fuera por uno de nosotros y aprovechar esa oportunidad de forma que pudiéramos atacar.

Eso sí, no atacaría así sin más, ya que sería como meter la mano esperando detener dos hélices en movimiento. Primero que nada le gritaría a "Su Majestad" para cuestionar si podía realizar la misma habilidad que utilizó al principio, cuando me salvó de ser aplastado. De esta forma esperaba que las manos o bien quedaran aturdidas o se detuvieran un poco para así poder atacar con más seguridad.

En caso contrario, no me quedaría de otra que abalanzarme contra las manos para defender a mis compañeros.
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CHESU-BAN O HIKKURIKAESU!!

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Re: [País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Notapor JRA » Mié Abr 13, 2016 9:53 pm

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-Mierda.

Tras hacer mi movimiento vi que la armadura cambiaba de forma, bueno, más bien recolocaba sus piezas, era evidente la forma que había adquirido y más evidente se hizo cuando empezó a acumular energía en el interior de su torso, no hacía falta ser un genio para imaginarse lo que se avecinaba.

¡Los magos al torso! ¡El resto ocupaos de las manos! Vamos a freírle.

Escuche repentinamente la voz de Simbad, bueno yo no me consideraba realmente un mago, debido a que la magia que podía usar era escasa, pero con un simple vistazo por parte de mi compañero supe lo que quería decir. No era algo a lo que me abstuviera ni nada por el estilo, y tras ver el resultado de su plan anterior claramente seguí sus indicaciones y me centraría en el tronco.

Me preparé para comenzar el ataque pero la voz de alguien que no se trataba del sujeto anterior me detuvo.

¡Eh, tú! ¿Donald, verdad? he visto que puedes utilizar magia. ¿Te molestaría sanar un poco mi dolor?

Era el otro muchacho que había quedado encerrado con nosotros y el enemigo, parecía que quería la ayuda de Donald para sanar sus heridas, era de lo más normal, no se lo iba a impedir es más esperaría en guardia a que el pato terminase.

-Te espero Donald, pero date prisa.-Dije mientras mantenía la guardia y observaba a nuestro enemigo.

Una vez hubiese acabado o algo lo hubiese impedido lanzaría un Electro al torso de la armadura indicándole a Donald que hiciera lo mismo, mientras corríamos para posicionarnos en la parte lateral izquierda del torso para así librarme de la linea de fuego del enemigo, desde allí si nada me lo impedía comenzaría a asestarle estocadas al torso.
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Re: [País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Notapor Crystal » Jue Abr 14, 2016 8:24 pm

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Los disparos de Freya fueron directos a su enemigo, que únicamente retrocedió un poco con cada uno de ellos. Sin embargo, cuando la aprendiza usó su Bala Oscura, acertando de lleno en la máscara del tipo, éste se arqueó de dolor.

Bien —musitó, casi para sí misma.

En todo caso, no llegó a imaginarse lo que venía a continuación. El hechicero, recuperándose medianamente de aquel ataque, elevó su cetro que se iluminó con un tono verdoso. Freya no fue capaz de reaccionar a tiempo cuando una gran esfera de fuego apareció delante de ella y explotó, pero Goofy sí lo hizo: se posó delante de la pelirrosa, con el escudo en alto, y aquello amortiguó el golpe. Ambos salieron disparados hacia la barrera de luz, estampándose de nuevo contra ella.

Freya alzó la vista desde el suelo para ver que el brujo no iba a rendirse aún; abriéndose paso entre la humareda, ya había creado dos enormes lanzas de hielo que apuntaban hacia Goofy y ella. Debía pensar algo con rapidez si no quería acabar hecha polvo allí mismo.

Oye, gracias —le comentó al mosquetero mientras se apoyaba de rodillas contra el suelo—. Me has salvado de una buena.

Pero no había más tiempo para agradecimientos. Freya guardó las pistolas y se tomó un Éter para poder elaborar la siguiente parte de su ataque. Se arrastraría rápidamente por el suelo hasta estar a una distancia considerable del brujo y frotaría sus manos para después posarlas en el suelo y liberar un Impulso Eléctrico. Si le daba tiempo a seguir efectuando movimientos, se levantaría e invocaría su Llave Espada para atacar directamente al enmascarado. Si aquellas flechas congeladas estuviesen a punto de caer, intentaría llamar a Goofy para que pudiese echarle una mano con el escudo.

«Acabemos con esto de una vez por todas».

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Impulso eléctrico (HM) [Nivel 14] [Requiere Afinidad a Rayo; Poder Mágico: 10]. El usuario carga sus manos y transmite la electricidad hacia otro sujeto, que esté a menos de tres metros, a través del suelo. Bajas posibilidades de paralizar.
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Re: [País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Notapor Zodiark » Vie Abr 15, 2016 12:23 am

Mi plan surtió efecto a la perfección y pude asestar el primer golpe, pero cuando le propiné la estocada noté algo raro. Parecía como si hubiese golpeado algo... ¿hueco por dentro?

En cualquier caso no pude dejar que aquello me distrajera, pues el tipo se reincorporó rápidamente y me devolvió el ataque, girando tan rápidamente sobre sí mismo con la espada en ristre que no pude evitar ser alcanzada y volar unos metros hacia atrás.

Agh... —me quejé llevándome la mano al hombro, tapando mi herida.

Me tomé un Éter rápidamente antes de reincorporarme y volver al combate. Por desgracia, el enmascarado tomó la iniciativa, y echó a correr para ir a por mí. Tenía que reaccionar cuanto antes.

Esperé al momento idóneo, cuando estuviese a punto de llegar, y creé una Barrera espinosa frente a mí para protegerme de su ofensiva. A continuación me tomaría el contenido de otro Éter y alzaría la Pétalo de Hada, conjuraría un Rizo Conductor y le mandaría a volar hacia atrás como él había hecho conmigo. Entonces sería el momento de volver a atacar aprovechando el pequeño tiempo que tardaría en reincorporarse. Con un par de largas zancadas, correría hacía él y, de un salto, le propinaría un buen Aturdidor el cual encadenaría con unas cuantas estocadas de mi Llave Espada. Acto seguido, daría un salto hacia atrás para alejarme de nuevo y evitar su contraataque.

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▪ Barrera espinosa (HM) [Nivel 15] [Requiere afinidad a Natura, Poder Mágico: 22]. Crea un pequeño muro cubierto de puntiagudas espinas frente al usuario o aliado objetivo que le protege de cualquier ataque físico cuerpo a cuerpo de igual o menor nivel que él y además inflige al atacante un 50% del daño que habría provocado con su ataque. Si el ataque físico es a distancia, la barrera lo bloqueará pero no provocará daño al atacante. Si el ataque es mágico o físico pero de mayor nivel romperá la barrera y la atravesará.

▪ Rizo Conductor (HM) [Nivel 12] [Requiere Poder Mágico: 11]. El usuario gira la Llave Espada para luego apuntarla hacia arriba, desplegando esferas de energía no elemental que lanza lejos a los enemigos que le rodean.

▪ Aturdidor (HC) [Nivel 8] (Fuerza: 12) Aturde a los enemigos cercanos con un solo golpe, impidiéndoles lanzar ataques físicos.

Éter x2 (uno antes de Barrera espinosa y otro entre Barrera espinosa y Rizo Conductor).

PH:
5 + 20 (Éter) = 25
25 - 15 (Barrera espinosa)= 10
10 + 20 (Éter) = 30
30 - 12 (Rizo Conductor) = 18
18 - 8 (Aturdidor) = 10
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~Awards~
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Ronda 11

Notapor Drazham » Mar Abr 19, 2016 2:34 pm

Simbad, Makoto y Lawrence


Una vez más, los cinco se repartieron para detener las dos amenazas que se les venían encima. Lawrence se centró en el torbellino letal conformado por las dos Manoplas, al igual que Mickey: envuelto otra vez en luz, el ratón saltó y giró sobre sí mismo como una hélice, chocando con las manos y desestabilizándolas para que el aprendiz pudiese ensañarse con ellas. No tardaron en deshacerse en volutas oscuras.

Y el torso, con la esfera de energía a punto de ser lanzada, no tuvo un destino diferente: la andanada de relámpagos que invocaron los que se quedaron en la retaguardia surcó el cielo y martilleó la estructura metálica con un rugido sordo. Decenas de grietas se formaron por su superficie y la esfera se desvaneció en el acto.

La cabeza y el torso de la Armadura se quedaron congelados en el aire, disolviéndose en una luz intensa que tan solo dejó un brillante corazón rojo que se perdió en el firmamento.

¡Habían ganado!

¡Es por aquí! ¡Dense prisa!

A los pocos segundos de que acabasen con el Sincorazón, el ruido de múltiples pisadas se podía escuchar cerca. Mickey entreabrió la boca y, haciendo aspavientos con el brazo, les indicó a los chicos que desmaterializasen sus Llaves Espadas, como él hizo. Doblando una esquina, Freija y una veintena de animales que vestían los uniformes de los mosqueteros de la reina aparecieron en la calle, con sus sables desenfundados y listos para la batalla. Claro que, nada más ver que no había rastro de monstruo alguno, el desconcierto se reflejó en sus expresiones.

¿Y el demonio? —preguntó Freija, frunciendo el ceño—. ¿Acaso habéis…?

Mickey se rascó la nuca y le dedicó una sonrisa cansada.

Lamento no haberos dejado nada chicos. Tuvimos que poner toda la carne en el asador.

Freija suspiró y un atisbo de sonrisa se le escapó de entre los labios.

Lo importante es que estéis bien. No pude llegar más rápido al tener que dejar a Milady y a su guardaespaldas en un punto seguro. —Miró de reojo a Simbad—. Aunque esta servidora de la reina ha de reconocer que nos habría resultado más tedioso volver hasta vos de no ser por la ayuda que nos brindó alguien en particular.

La mujer dirigió la vista al grupo de mosqueteros, entre los que algunos de ellos se apartaron para dejar paso a una persona que emergió de entre la muchedumbre, vistiendo ropajes rojos y con un llamativo parche en un ojo, que les dedicó una sonrisa socarrona a los tres aprendices. Un completo desconocido para Makoto, pero no para los otros dos.

Ronin.

¡Por fin doy con vosotros, chicos! No sabéis lo que es patearse medio París en vuestra búsqueda y con todo este lío de los demonios de por medio. —Soltó una sonora carcajada. Luego fijó su vista en Mickey e hincó una rodilla para ponerse a su altura, todavía con esa expresión de diversión en la cara que extrañó al ratón—. Gracias por cuidar de mis muchachos. Espero que no le hayan dado muchos problemas.

A sus… ¡Oh! —Mickey abrió mucho los ojos, leyendo entre líneas las palabras de Ronin—. ¡Claro, no ha sido molestia! Cumplía con mi deber.

»Esto… ¿Le importa si hablamos un momento en privado?

Como si estuviese esperando aquello, el Maestro sonrió y asintió. Mickey le hizo un par de señas con la cabeza a Donald y este asintió con efusividad. Mientras los dos hablaban, el pato se llevó a los tres aprendices a un rincón en el que no estuvieran tan a la vista del resto de mosqueteros y aplicó con disimulo magia curativa en sus heridas. Mientras estaba por la labor, llegaron a oírle canturrear algo de que “por fin una oportunidad para poner en práctica su magia”.

Hubo un momento en el que Freija, que permitió que el hombre y el pequeño rey tratasen sus asuntos en privado, se unió a la conversación. Los chicos no llegarían a escucharla, pero en cuanto dirigió su vista hacia ellos, ya pudieron imaginarse que eran parte del tema de la discusión. Mickey meneó la cabeza y le asintió, para luego dirigirse hacia los muchachos.

Lo siento, chicos, pero vamos a tener que robaros un poco más de tiempo. Me han pedido que os lleve al cuartel de los mosqueteros. —Miró a Donald, que parecía preocupado por la noticia, y le hizo un gesto con la mano para calmarle-. Tranquilos, lo más probable es que solo tengáis que responder a un par de preguntas. No creo que os vayan a poner en ningún compromiso.

De todas formas, no tenían otro remedio que obedecer y seguirles; Ronin les miró con su único ojo y se encogió de hombros, tenía las manos atadas en ese asunto. Una vez Mickey y Donald se alejaron un poco, el hombre aprovechó para acercarse a ellos y le dio una palmada amistosa en la espalda a Lawrence.

Supongo que para ser tu primera misión no ha estado mal para que rompieses mano. Hubiese preferido que permanecieses con Maya (por cierto, ¿dónde está?), pero me alegra ver te las has podido apañar. —Dicho eso, pasó a atener a Simbad y Makoto, dejando caer sus manos sobre el hombro de cada uno—. En cuanto a vosotros dos, me gustaría que me hicieseis un favor mientras estemos por aquí: no le mencionéis a Mickey nada acerca de Bastión Hueco.

»Si os pregunta, sois aprendices de Tierra de Partida que han venido por orden del Maestro Rayim.

Y de un leve empujón, les alentó a seguir a Mickey y a Donald sin tiempo para las pertinentes preguntas.

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Simbad
VIT: 38/38
PH: 16/38

Makoto
VT: 12/12
PH: 4/8

Lawrence
VIT: 8/8
PH: 4/4


*****



Maya y Freya


La acometida de las dos aprendizas pisó con fuerza. La Barrera Espinosa conjurada por Maya resultó ser una trampa mortal para su contrincante espadachín, pillándole por sorpresa las múltiples zarzas que le apresaron el brazo con el que a punto estuvo de partir en dos a la chiquilla. Y Freya pudo cortarle la concentración al brujo enmascarado gracias a la sacudida eléctrica que se llevó al conducirla por el suelo que pisaba; las lanzas de hielo se resquebrajaron y derrumbaron en pequeños cristales.

Entonces llegó el momento de la verdad. Tras el bombardeo mágico, Maya asestó el golpe decisivo a su enemigo con un Aturdidor. Mientras, Goofy aprovechó la parálisis del mago para girar sobre sí mismo y lanzar su escudo a modo de disco arrojadizo. En ambos casos, los ataques dieron de lleno en sus cabezas y les arrancaron de cuajo las máscaras de bronces, revelando así lo que se ocultaban tras ellas.

Nada. No hubo rostros que ver, ni siquiera una cabeza en la que se sujetase la máscara. Lo único que había era un vacío oscuro que se perdía en sus ropas.

… O tal vez sí que había algo. De pronto, de sus cuerpos comenzaron a brotar unas pálidas luces que tintineaban y se extinguían al poco de salir al exterior. Y lo mismo empezó a ocurrirles a las misteriosas figuras que se desmoronaban de debilidad, volviéndose traslúcidas hasta que desaparecieron por completo.

Lo único que quedó de ellos fueron sus máscaras metálicas, descansando en el suelo.

El combate terminó y, con ello, la barrera de luz que les impedía salir se vino abajo. Tenían la calle libre y vacía para huir del escenario del crimen y hacer como que allí no pasó nada. Pero esa oportunidad la perdieron en cuanto un viejo conocido de Freya e, irónicamente, de Maya llegó dando amplias zancadas tanto como su orondo cuerpo embutido en un uniforme de la guardia cardenálica le permitía.

¡El capitán Pete! —exclamó Goofy, dando un respingo.

¡Vosotros tres! ¡¿Qué significa esto?! —Jadeando, les fulminó con la mirada y les señaló con el índice. Antes de que cualquiera de las chicas le fuese a responder, le cortaría con un grito—: ¡No hay excusas que me valgan! Os pienso sacar hasta la última gota de información en los calabozos del…

Eso no será necesario, capitán.

Una voz se alzó detrás del grupo. Nada más darse la vuelta, llegarían a ver a un escuadrón de mosqueteros, del bando de Donald y Goofy por sus uniformes azules y dorados, entrar por una callejuela y apelmazarse en la vía principal. A la cabeza, liderando al grupo, un hombre humano de porte galante se adelantó junto a dos caras conocidas que le seguían de cerca: el primero era el joven D’Artagnan, que les guiñó el ojo a las chicas con una pícara sonrisa. El segundo era ni más ni menos que el líder de Bastión Hueco, Ryota, dedicándoles una de sus típicas expresiones serenas.

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A Pete se le descompuso la cara en una expresión agria nada más verles aparecer.

Capitán Treville. —Goofy puso recto el cuerpo y le dedicó un saludo militar al otro hombre.

Gracias por su labor. Ya me ocupo yo —le aseguró el tal Treville. Avanzó un par de pasos y encaró a Pete, con las manos tras la espalda—. Capitán Pete, ya nos haremos cargo nosotros de las damiselas. Los ataques de los Yeux d’ ambre ya han sido neutralizados, por lo que le agradecería que movilizase a sus hombres para suplir a los civiles de alrededor.

¿Quién te crees que eres para decirme lo que debo hacer? Yo solo respondo ante Su Eminencia, el cardenal —le rugió con hosquedad—. Esas chicas son sospechosas y no pienso dejar que se vayan de rositas.

Discrepo. Pero si no está de acuerdo y así lo desea, mis hombre y yo estaremos encantados de discutirlo.

Pete enseguida notó la incesante mirada de todos los mosqueteros que Treville se trajo consigo, alguno de ellos hasta dedicándole una sonrisa maliciosa. El gato hizo una mueca de suplicia y, tras comprender que los números decían que estaba en las de perder, chasqueó la lengua y dio media vuelta.

Esto no quedará así. El cardenal tendrá noticias.

Lanzó una última mirada de desprecio a las dos chicas y a Goofy, y se alejó de la escena mascullando para sí mismo.

Bueno, un problema menos del que preocuparse. —D’Artagnan rezongó y esbozó una sonrisa cansada—. ¿Veis? Os dije que traería un poco de ayuda. Ah, y por la chica de antes no os preocupéis. Me he asegurado de ponerla a salvo —alegó, hinchando el pecho.

Treville presenció la escena y se le escapó una carcajada.

Un buen trabajo, joven D’Artagnan. Me recuerda a su padre cuando tenía su edad.

Entonces es verdad. Usted y mi padre trabajaron juntos. —Al muchacho se le iluminaron los ojos de admiración.

Así es, y me alegra que nos haya hecho una visita a la ciudad. Pero dejemos la charla sobre nuestro pasado para más tarde. —Recuperó la compostura y se dirigió a las aprendizas—. Espero que nuestras jóvenes damiselas no hayan sufrido percances. Me preocupé en cuanto me encontré al joven D’Artagnan sin aliento y con la otra jovencita.

»Sin embargo, me encantaría darles un respiro y que se tomasen un buen descanso tras lo ocurrido. Pero voy a necesitar que nos acompañen al cuartel de los mosqueteros.

Goofy, allí presente, dio un respingo y se dirigió de inmediato a su capitán, preocupado.

Pero, capitán… No ira a…

En absoluto. —Negó con la cabeza—. Pero creo que las muchachas tienen mucho que contarnos y prefiero que lo hagan en un lugar más tranquilo. Supongo que estará de acuerdo, Monsieur Ryota.

Ryota entrecerró los ojos y le hizo un gesto con la mano para darle la razón.

No tenemos ningún problema al respecto, acudiremos. —Miró a Freya y, enarcando una ceja, a Maya.

Dicho pues, Treville y sus tropas se movilizaron. Ryota pasó al lado de las aprendizas y mirándolas de soslayo, añadió:

Buen trabajo.

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Freya
VIT: 30/30
PH: 10/30
*2 Éteres retirados de la ficha


Maya
VIT: 36/36
PH: 10/40
*Éter retirado de la ficha


*****



Todos


El hall principal del cuartel general de los mosqueteros se convirtió en un punto de reencuentros. Los aprendices de ambos bandos no fueron los únicos de allí en reunirse. Goofy dio amplias zancadas al encontrarse con Donald y Mickey, hecho un manojo de nervios y causando el mismo efecto en el pato; Mickey sonrió y se rascó por detrás de las orejas.

Lo mismo pudo decirse de los Maestros Ronin y Ryota: el primero abrió mucho su ojo y una media sonrisa le asomó por los labios.

Podrías haberme avisado de que te pasarías por aquí.

Ryota suspiró y acabó por devolverle la sonrisa. Treville no tardó en percatarse de que los dos se conocían y les indicó a ellos y a Mickey que le acompañasen. Los aprendices no pudieron llegar a ver más, ya que un grupo de guardias los movilizó para que siguieran recto por un pasillo. D’ Artagnan frunció el ceño y fue a acompañarles, pero Freija le disuadió agarrándole del hombro.

Los cinco fueron escoltados hasta una pequeña habitación, escueta, con una mesa y una chimenea como única decoración. Los guardias les dijeron que esperasen y cerraron la puerta. Fácilmente, les tocó quedarse allí dentro cerca de una hora, tiempo más que suficiente para que charlasen y se contasen todo lo ocurrido.

Entonces, la puerta se abrió. El capitán Treville, acompañado de Mickey, pasaron a dentro y encararon a los aprendices.

Bien, a algunos de ustedes ya les conozco, pero veo que también tenemos un par de caras nuevas. —Se fijó en concreto en Simbad y Lawrence—. Como comprenderán y quizá hayan oído hablar, París está sufriendo ataques de estas bandadas de demonios que han aparecido de la noche a la mañana. Por alguna extraña razón, hoy han estado más persistentes de lo habitual, pero creo que eso lo sabrán ustedes mejor que yo.

Treville se mojó los labios y, tras otear por el rabillo del ojo a Mickey, que le asintió, prosiguió:

»He hablado con vuestros… maestros, a quienes les agradezco que hayan sido tan cooperativos. Aun así, también me gustaría oír vuestro testimonio de lo ocurrido y contrastarlo todo. Tal vez así saquemos una conclusión de qué está ocurriendo con nuestra ciudad.


Fecha límite: Domingo 24 de abril.

¡Última ronda, chicos! Sí, a cada uno de vosotros os toca hacer un breve informe de lo ocurrido. Depende de cuan colaborativos estéis y lo que le contéis a Treville, puede afectar de manera positiva o negativa en futuras tramas. El que avisa no es traidor.
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Re: [País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Notapor JRA » Dom Abr 24, 2016 11:11 pm

Una vez más, los cinco nos repartimos para detener las dos amenazas que se les venían encima. Lawrence se centró en el torbellino letal conformado por las dos Manoplas, al igual que Mickey: envuelto otra vez en luz, el ratón saltó y giró sobre sí mismo como una hélice, chocando con las manos y desestabilizándolas para que el aprendiz pudiese ensañarse con ellas. No tardaron en deshacerse en volutas oscuras.

Tal y como fue planeado lancé mi electro junto con los de los demás que nos encontrábamos más atrás martilleó la estructura metálica con un rugido sordo. Decenas de grietas se formaron por su superficie y se desvaneció en el acto.

La cabeza y el torso de la Armadura se quedaron congelados en el aire, disolviéndose en una luz intensa que tan solo dejó un brillante corazón rojo que se perdió en el firmamento.

Tras ver esto sonreí aliviado y me deje caer de culo al suelo, sequé el sudor de mi frente y miré a cada uno de lo participantes de la batalla para revisar su condición.

-Menos mal que ya ha acabado. -Dije luego de suspirar.

Tras decir esto pude escuchar unas voces que hicieron que volviese a ponerme alerta.


¡Es por aquí! ¡Dense prisa!

Antes de poder avistar a las personas que venían hacía aquí pude ver a Mickey indicándonos que desmaterializaramos nuestras armas, en ese momento recordé que nuestra identidad como portadores de la llave espada era un secreto, con el ratón fue una excepción ya que pensé que estaba en peligro, aunque claramente me equivoqué y tuve suerte de que el también fuese un portador, pero con la gente de los diferentes mundos era algo que debíamos mantener en secreto, así que rápidamente y aun en el suelo sentado desmaterialicé la llave espada que e encontraba en el suelo junto a mi. Y me giré a observar a los recién llegados.


¿Y el demonio? —preguntó una muchacha del grupo de los recién llegados, frunciendo el ceño.— ¿Acaso habéis…?

Tras oír esto no pude evitar sonreír más que nada por el hecho de que llamaran a los sincorazón demonios a la vez que Mickey se rascó la nuca y le dedicó una sonrisa cansada.

Lamento no haberos dejado nada chicos. Tuvimos que poner toda la carne en el asador.

La muchacha suspiró y un atisbo de sonrisa se le escapó de entre los labios.

Lo importante es que estéis bien. No pude llegar más rápido al tener que dejar a Milady y a su guardaespaldas en un punto seguro. —Miró de reojo a Simbad—. Aunque esta servidora de la reina ha de reconocer que nos habría resultado más tedioso volver hasta vos de no ser por la ayuda que nos brindó alguien en particular.

La mujer dirigió la vista al grupo de mosqueteros, entre los que algunos de ellos se apartaron para dejar paso a una persona que emergió de entre la muchedumbre, vistiendo ropajes rojos y con un llamativo parche en un ojo, que nos dedicó una sonrisa socarrona a los tres aprendices. Un completo desconocido para mi.


¡Por fin doy con vosotros, chicos! No sabéis lo que es patearse medio París en vuestra búsqueda y con todo este lío de los demonios de por medio. —Soltó una sonora carcajada. Luego fijó su vista en Mickey e hincó una rodilla para ponerse a su altura, todavía con esa expresión de diversión en la cara que extrañó al ratón—. Gracias por cuidar de mis muchachos. Espero que no le hayan dado muchos problemas.

A sus… ¡Oh! —Mickey abrió mucho los ojos, leyendo entre líneas las palabras del hombre—. ¡Claro, no ha sido molestia! Cumplía con mi deber.

»Esto… ¿Le importa si hablamos un momento en privado?

Como si estuviese esperando aquello, el Maestro sonrió y asintió. Mickey le hizo un par de señas con la cabeza a Donald y este asintió con efusividad. Tras esto Donald nos guió fuera de allí, no se con que propósito, aunque también curo nuestras heridas si es que teníamos alguna. Le escuché decir algo de magia pero no presté mucha atención

Aunque Donald nos estaba sacando de allí sentí curiosidad por la conversación de Mickey y aquel hombre así que voltee para poder cotillear un poco, al girar la cabeza llegué a ver como una muchacha se les había unido y además miraban hacía aquí ¿Estarían hablando de nosotros?

Tras esto Mickey se acerco a nosotros

Lo siento, chicos, pero vamos a tener que robaros un poco más de tiempo. Me han pedido que os lleve al cuartel de los mosqueteros.

-¿Nos van a nombrar Mosqueteros? ¡Yujuuu! -Pregunté de una manera enfática.

Tras esto Mickey miró a Donald, que parecía preocupado por la noticia, y le hizo un gesto con la mano para calmarle-. Tranquilos, lo más probable es que solo tengáis que responder a un par de preguntas. No creo que os vayan a poner en ningún compromiso.

En cuento escuché lo que dijo Mickey me desanimé un poco debido a que no se trataba de lo que esperaba, pero bueno no me costo mucho recuperarme.

Una vez Mickey y Donald se alejaron un poco, el hombre aprovechó para acercarse a nosotros y le dio una palmada amistosa en la espalda al muchacho albino que aunque no me había fijado antes me di cuenta de que tenía cola, aunque no la pude ver bien pero es lo que creí haber visto.

Supongo que para ser tu primera misión no ha estado mal para que rompieses mano. Hubiese preferido que permanecieses con Maya, pero me alegra ver te las has podido apañar. —Dicho eso, pasó a atener a Simbad y a mi, dejando caer sus manos sobre nuestros hombros—. En cuanto a vosotros dos, me gustaría que me hicieseis un favor mientras estemos por aquí: no le mencionéis a Mickey nada acerca de Bastión Hueco.

»Si os pregunta, sois aprendices de Tierra de Partida que han venido por orden del Maestro Rayim.

Y de un leve empujón, les alentó a seguir a Mickey y a Donald sin tiempo para las pertinentes preguntas.

No lo pensé mucho tiempo ya que enseguida me encaminé a seguir a Donald y a Mickey pero, ¿Por qué no quería que mencionáramos Bastión Hueco? Tampoco pude hacer ninguna pregunta ya que por su empujón deducí que no estaba dispuesto a contestarlas, supuse que no me quedaba otra que obedecer, no creo que importara mucho nuestra procedencia.

Tras encaminarme con el grupo miré al muchacho albino y le pregunté.

-Oye, Oye ¿Tienes Cola? ¿Que se siente, como la utilizas? Por cierto soy Makoto mucho gusto. -Dije de manera infantil extendiendole mi mano

****


El hall principal del cuartel general de los mosqueteros se convirtió en un punto de reencuentros. Los aprendices de ambos bandos no fueron los únicos de allí en reunirse. Goofy dio amplias zancadas al encontrarse con Donald y Mickey, hecho un manojo de nervios y causando el mismo efecto en el pato; Mickey sonrió y se rascó por detrás de las orejas.

Podrías haberme avisado de que te pasarías por aquí.

Ryota suspiró y acabó por devolverle la sonrisa. Treville no tardó en percatarse de que los dos se conocían y les indicó a ellos y a Mickey que le acompañasen. No pudimos llegar a ver más, ya que un grupo de guardias nos movilizó para que siguieramos recto por un pasillo. D’ Artagnan frunció el ceño y fue a acompañarles, pero Freija le disuadió agarrándole del hombro.

Los cinco fuimos escoltados hasta una pequeña habitación, escueta, con una mesa y una chimenea como única decoración. Los guardias nos dijeron que esperasen y cerraron la puerta. Fácilmente, nos tocó quedarse allí dentro cerca de una hora, tiempo más que suficiente para que charlasen y se contasen todo lo ocurrido.

-Puueeees ¿Que tal os ha ido? Por cierto soy Makoto para los que no me conozcáis. -Pregunté en general para sacar un tema de conversación mientras sonreía.

Entonces, la puerta se abrió. El capitán Treville, acompañado de Mickey, pasaron a dentro y encararon a los aprendices.

Bien, a algunos de ustedes ya les conozco, pero veo que también tenemos un par de caras nuevas. —Se fijó en concreto en Simbad y Lawrence—. Como comprenderán y quizá hayan oído hablar, París está sufriendo ataques de estas bandadas de demonios que han aparecido de la noche a la mañana. Por alguna extraña razón, hoy han estado más persistentes de lo habitual, pero creo que eso lo sabrán ustedes mejor que yo.

Treville se mojó los labios y, tras otear por el rabillo del ojo a Mickey, que le asintió, prosiguió:

»He hablado con vuestros… maestros, a quienes les agradezco que hayan sido tan cooperativos. Aun así, también me gustaría oír vuestro testimonio de lo ocurrido y contrastarlo todo. Tal vez así saquemos una conclusión de qué está ocurriendo con nuestra ciudad.

Tras esto me dispuse a hablar.

-Bueno, por donde empezar....tras llegar me separé de mis compañeros y llegué a una taberna junto con mi maestro donde nos encontramos con usted, tras salir de allí me encontré con Mickey el cual salió corriendo persiguiendo a un enemigo, a lo cual al pensar en que estaba en peligro le seguí. Acabamos en una plaza donde fuimos emboscados por más enemigos de los cuales fui salvado por él, al acabar con ellos nos escondimos al detectar la presencia de dos hombres con mascara identicos los cuales parecían ser los culpables de los ataques en la ciudad debido a que llevaban un guijarro negro, al ir a perseguir a uno de ellos nos topamos con un enemigo gigante contra el cual tuvimos que enfrentarnos en grupo donde nos reunimos con Donald, tras derrotarlo fuimos traídos aquí por Donald y Mickey.....Y creo que no me he dejado nada por mi parte. -Acabé mientras intentaba recordar por alguna parte de la historia olvidada.
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[País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Notapor xXOrbOOkXx » Lun Abr 25, 2016 12:11 am

Nos repartimos como un perfecto equipo de combate. Primero cayeron las pesadas manos de metal con un ataque combinado, en el que el ratón hizo gala de su exuberante habilidad y fue ayudado con el peliblanco. El torso no sufrió un mejor destino cuando los magos restantes pudimos abatirle con numerosos hechizos de electricidad. Un corazón rojo y puro ascendió hacia lo alto y supe que habíamos ganado.

¡Es por aquí! ¡Dense prisa!

Nada más deshacernos de él, el sonido de pasos apresurados se dirigió a nosotros. De forma inteligente, el grupo desmateralizó sus armas rápidamente gracias a la orden del ratón. Pero exactamente ¿quién era él? No pude pensármelo mucho dado a la aparición de Freija y algunos de sus secuaces, que habían aparecido a toda velocidad.

¿Y el demonio? —preguntó en cuanto se percató de la ausencia del Sincorazón—. ¿Acaso habéis…?

Lamento no haberos dejado nada chicos. Tuvimos que poner toda la carne en el asador.

Lo importante es que estéis bien. No pude llegar más rápido al tener que dejar a Milady y a su guardaespaldas en un punto seguro. —Me miró de reojo—. Aunque esta servidora de la reina ha de reconocer que nos habría resultado más tedioso volver hasta vos de no ser por la ayuda que nos brindó alguien en particular.

Asentí con la cabeza, pero no dije nada más. Hablar más de lo debido siempre me acarreaba problemas. La mujer desvió la vista hacia sus secuaces, supuse. Pero de entre ellos salió alguien inesperado, un Maestro de Tierra de Partida al que ya había visto varias veces: Ronin.

¡Por fin doy con vosotros, chicos! No sabéis lo que es patearse medio París en vuestra búsqueda y con todo este lío de los demonios de por medio. —Soltó una risotada para luego ponerse de rodillas para hablar con el ratón—. Gracias por cuidar de mis muchachos. Espero que no le hayan dado muchos problemas.

Parpadeé bastante confuso, no porque Tierra de Partida estuviese allí, no por la actitud del Maestro. Era más por el extraño contexto en el que se estaba desarrollando todo. Un pequeño ratón que era un Aprendiz de la Llave Espada, pero al parecer era de ese mundo, los Aprendices salidos de la nada, aquellos enemigos de las máscaras y la piedra que quizás aún guardaba en mi bolsillo.

A sus… ¡Oh! ¡Claro, no ha sido molestia! Cumplía con mi deber.

»Esto… ¿Le importa si hablamos un momento en privado?

Fruncí el ceño, sobre todo cuando el pato, Donald, nos alejó de el par casi por la fuerza para que no escucháramos nada. Aunque por lo menos curó a los más graves del equipo mientras mascullaba algo como "por fin una oportunidad para practicar con sus habilidades mágicas". No sabía qué estaba pasando exactamente, pero tenía que averiguarlo. Por lo tanto me quedé al margen, apoyado en una pared si era posible vigilando de lejos a esos dos, que, por sus gestos estaba claro que hablaban de nosotros.

Lo siento, chicos, pero vamos a tener que robaros un poco más de tiempo. Me han pedido que os lleve al cuartel de los mosqueteros —dijo el ratoncito cuando volvió de su conversación-. Tranquilos, lo más probable es que solo tengáis que responder a un par de preguntas. No creo que os vayan a poner en ningún compromiso.

¿Nos van a nombrar Mosqueteros? ¡Yujuuu! —exclamó Makoto por su lado, bastante eufórico por su lado.

Aquello me puso más tenso aún a pesar de que todo parecía haber acabado. Pero no me gustaba responder preguntas y más con tanta tensión de por medio. Hubo un momento en el que Ronin nos escrutó con su único ojo, fue solo una milésima hasta que decidió encogerse de hombros para después darle una palmadita amistosa al chico peliblanco... que con gran asombro descubrí del que una cola asomaba por su espalda. ¿De qué raza sería?

Supongo que para ser tu primera misión no ha estado mal para que rompieses mano. Hubiese preferido que permanecieses con Maya (por cierto, ¿dónde está?), pero me alegra ver te las has podido apañar. —¿Maya también estaba allí? Aunque no la había conocido mucho, tampoco. Más tenso me puse cuando colocó sus manos en nuestros hombros—. En cuanto a vosotros dos, me gustaría que me hicieseis un favor mientras estemos por aquí: no le mencionéis a Mickey nada acerca de Bastión Hueco.

Parpadeé, confundido y todavía en alerta, aunque sus intenciones parecían amigables. Miré a mi alrededor. Era cierto que era París, pero no parecía la París de siempre, sino una París en otro tiempo, anterior en la que yo convivía, ¿sería por eso por lo que no podíamos nombrar a Bastión Hueco?. Escruté con curiosidad soñadora al pequeño ratón Mickey y a su compañero Donald. No sabía por qué pero sus nombres me sonaban muchísimo y no sabía de qué.

»Si os pregunta, sois aprendices de Tierra de Partida que han venido por orden del Maestro Rayim.

Bien, Ronin —respondí mirándole con curiosidad—. Mientras luego nos expliques el motivo.

Me zafaría suavemente de su agarre antes de que pudiera empujarme y comenzar a caminar con mi grupito de Aprendices. Makoto se encaminó al muchacho peliblanco, yo me limité a mirarle de reojo.

Oye, Oye ¿Tienes cola? ¿Que se siente, como la utilizas? Por cierto soy Makoto mucho gusto. —se presentó extendiendo su mano.

Nuestras miradas chocaron por una milésima de segundo, o más bien yo busqué la suya de reojo. Azules enmarcados por una montura negra. Pero aún así era un azul muy familiar para mí, así como verdoso y pálido. Entorné los ojos extrañamente molesto por tener que dirigirme a un sitio sin saber dónde estaba. Porque era por eso, ¿no?

Yo Simbad —dije al final, no muy convencido—. Supongo que eres Lawrence —sonreí burlón aún extrañado—. ¿De qué raza eres?

****


El cuartel tenía una bonita entrada abarrotada de gente. Allí, para mi sorpresa, nos encontramos con Ryota y Freya, y un perro antropomorfo que rápidamente se dirigió hacia Mickey y Donald. En el momento en que los Maestros se cruzaron juré que la tensión era palpable, aunque no lo hubiera podido asegurar.

Podrías haberme avisado de que te pasarías por aquí.

Junto a Freya había otro varón, pero no sabía quién era. Esta le detuvo en cuanto los guardias nos obligaron a caminar. Me acerqué a mi grupo casi sin pensarlo.

Maya —la saludé con la cabeza, sin embargo me dirigí a Freya ya que con la brujita no tenía tanta confianza—. Entonces... ¿qué habéis descubierto?

Puueeees ¿Qué tal os ha ido? Por cierto soy Makoto para los que no me conozcáis. —se presentó Makoto en tono amable. En teoría solo a Maya, la única presente que no le conocía.

Me recosté en la silla bastante agotado. Quizá nuestras preguntas pudieran ser resueltas, pero a parte de eso yo no tenía nada más que decir. Estaba exhausto después de ese día tan ajetreado y bastante más relajado ante el inminente interrogatorio. Fuera como fuese, cuando pasó cerca de una hora, puedo asegurar que mis nervios se habían calmado por completo.

Entonces fue cuando pasó un hombre con aspecto dominante e imponente junto con Mickey.

Bien, a algunos de ustedes ya les conozco, pero veo que también tenemos un par de caras nuevas. —comenzó con voz solemne—. Como comprenderán y quizá hayan oído hablar, París está sufriendo ataques de estas bandadas de demonios que han aparecido de la noche a la mañana. Por alguna extraña razón, hoy han estado más persistentes de lo habitual, pero creo que eso lo sabrán ustedes mejor que yo.

El intercambio de miradas fue rápido y fugaz pero aún así yo lo vi.

»He hablado con vuestros… maestros, a quienes les agradezco que hayan sido tan cooperativos. Aun así, también me gustaría oír vuestro testimonio de lo ocurrido y contrastarlo todo. Tal vez así saquemos una conclusión de qué está ocurriendo con nuestra ciudad.

El primero en hablar fue el impulsivo Makoto con euforia creciente, revelando parte de la historia en un discurso atropellado y sin ninguna pausa:

Bueno, por donde empezar....tras llegar me separé de mis compañeros y llegué a una taberna junto con mi maestro donde nos encontramos con usted, tras salir de allí me encontré con Mickey el cual salió corriendo persiguiendo a un enemigo, a lo cual al pensar en que estaba en peligro le seguí. Acabamos en una plaza donde fuimos emboscados por más enemigos de los cuales fui salvado por él, al acabar con ellos nos escondimos al detectar la presencia de dos hombres con mascara identicos los cuales parecían ser los culpables de los ataques en la ciudad debido a que llevaban un guijarro negro, al ir a perseguir a uno de ellos nos topamos con un enemigo gigante contra el cual tuvimos que enfrentarnos en grupo donde nos reunimos con Donald, tras derrotarlo fuimos traídos aquí por Donald y Mickey.....Y creo que no me he dejado nada por mi parte.

No sabía quién era ese hombre, pero estaba con el ratón y el ratón con el Maestro Ronin. Se suponía que estábamos en tregua, así que decidí contarlo todo y no guardarme nada para mí. Total, no valía la pena.

Mi caso también fue... bastante interesante —Si aún conservaba la piedra, la pondría sobre la mesa—. Esta piedra es con la que invocan a los diablos, y os aseguro que hay más de una.

>>Mi viaje comienza cuando me encuentro a Milady de Winter en una taberna, y gracias a una astucia consigo hacerme su guardaespaldas pensando que ella podría conducirme hacia el foco de los yeux d´ambre y así fue. Acabé en los portones del viejo hospital, en el que encontré a Freija en sótano junto con la piedra, Winter se había quedado en el piso de arriba —Señalé el objeto con la cabeza con la cabeza—. Cuál fue mi sorpresa al encontrar a los dos enmascarados con Milady de rehén y a Giles tirado en el suelo. Ambos reclamaban la piedra.

Carraspeé un momento y me recoloqué en la silla, dejando un breve silencio.

>>Freija y yo conseguimos derrotarlos sin muchas complicaciones y salimos al patio, donde, junto a Donald, Makoto Lawrence, Mickey y yo luchamos y derrotamos de nuevo a un monstruo invocado por más enmascarados. A partir de ahí nos reencontramos todos y acabamos aquí.
~Un cuarto de hora de risa, equivale a un año más de vida...~


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Tercera Saga:

Prólogo de Simbad
"Bastión Hueco" Choque de culturas (Encuentro)
"Bastión Hueco" Novatos bajo la lluvia (Primer encuentro - Saga Novatos)
"Tierras del Reino" El nacimiento de un príncipe (Trama)
"Islas del Destino" ¡Buscad a mi perro! (Misión)
"Castillo de Bestia" Solos entre lobos (Primer encuentro - Saga Délaissé)
"La Cité des Cloches" Los miserables (Encuentro)
"Villa Crepúsculo" Una visita guiada (Encuentro)
"Selva Profunda" Día de monos (Encuentro)
"Port Royal" Los muertos no cuentan cuentos (Trama)
"Tierra de Dragones" Linda Flor (Misión)
"Bastión Hueco" Novatos bajo el amanecer (Segundo encuentro - Saga Novatos)
"Ciudad de Paso" Lo que vale la pena (Encuentro)
"Ciudad de Paso" The Game Never Ends (Trama)
"Torre de los Misterios" Orden en la Biblioteca (Misión)
"Evento Global" El esclavo del olvido
"Evento Global" Ruta de los perdidos

Evento Halloween 2014
"Especial libre" El laberinto de los corazones
"Especial libre" San Valentín III
"Islas del Destino" Yincana veraniega
"Evento libre" La Mansión Encantada II: La Venganza

Cuarta Saga:


"Ciudad Inexistente" Dos velas para el diablo (Encuentro)
"Port Royal" De copas con la muerte (Encuentro)
"Bastión Hueco" De magdalenas y vicios franceses (Encuentro)
"La Cité des Cloches" Insomnia (Primer encuentro - Saga La Musique du Silence)
"La Cité des Cloches" Somnia (Segundo encuentro - Saga La musique du Silence)
-"Port Royal" El barco que desaparece en la niebla (Misión)
"Tierras del Reino" Donde duermen los gigantes (Trama)
"País de los Mosqueteros" Todos Para Uno (Trama)
"Ciudad de Paso" Un nuevo Crepúsculo (Trama)
"Ciudad de Halloween" El ataque de Boogieman (Trama)
"La Cité des Clochés" Fuego Infernal (Trama)
"Espacio Profundo" Planta 313 (Encuentro)
"Mundo Inexistente" Pasajes Oscuros (Trama)
"Tierra de Partida" Penúltima Parada (Encuentro)
"Evento Global" El principio del fin
"Atlántica" Perdona pero quiero casarme contigo (Encuentro)

"Especial libre" El laberinto de los corazones II: Escape
"Especial libre" World War Christmas
"Especial libre" El San Valentín está aquí
"Especial libre" ¡Exámenes finales
"Especial libre" La inocencia perdida
"Especial libre" Misión: Salvar la Navidad

Timeskip (Finales 1013-1017)

"Tierra de Partida" Examen de Maestría (30 Diciembre 1013)
"Jardines de Tierra de Partida" Doomsnight (Libre) (31 Diciembre 2013)
"País de las Maravillas" El último regalo (Minitrama) (Julio 1014)
"Jardines de Tierra de Partida" El Regreso (Libre) (Finales de Marzo de 1017)

Saga final:

"La Cité des Clochés" Santuario (Trama)
"La Cité des Clochés" La última noche en París (Libre)
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Re: Ronda 11

Notapor Shiroe » Mar Abr 26, 2016 3:04 am

Luego de deshacernos de ambas manos, la otra mitad del equipo procedió a realizar sus ataques eléctricos contra el Sincorazón. En efecto, los ataques eléctricos surtieron un efecto incluso mejor de lo esperado en éste, pues poco a poco se fue agrietando hasta el punto de desaparecer en una intesa luz para después dejar un precioso corazón brillante ascender al cielo.

Justo en ese momento desmaterialicé mi Llave Espada, me relajé y tomé una gran bocanada de aire, suspirando que ya todo había terminado.

Menos mal que ya ha acabado. — Comentó el chico rubio.

¡Es por aquí! ¡Dense prisa!

Escuché decir una voz y unas pisadas acercarse. A eso su Majestad nos indicó que desmaterializásemos nuestro armas (aunque yo ya lo había hecho antes), obviamente para camuflar nuestra identidad como portadores de la Llave Espada. Ahí mismo salieron unas personas de una esquina, una desconocida con bastantes animales detrás de ella vestidos de mosqueteros con sus espadas desenvainadas.

Parecían estar preparados para todo, aunque ya nos habíamos encargado del asunto.

¿Y el demonio? — Cuestionó la desconocida, desconcertada —. ¿Acaso habéis…?

Lamento no haberos dejado nada chicos. Tuvimos que poner toda la carne en el asador. — Dijo su Majestad rascándose la nuca con una sonrisa cansada.

Lo importante es que estéis bien. No pude llegar más rápido al tener que dejar a Milady y a su guardaespaldas en un punto seguro.Aunque esta servidora de la reina ha de reconocer que nos habría resultado más tedioso volver hasta vos de no ser por la ayuda que nos brindó alguien en particular.

La mujer se volvió al grupo de mosqueteros, los cuales se apartaron para abrir paso a otra persona que estaba pasando. ¡Espera un momento! Ese es...

¡Maestro Ronin!— El mismo, no pude evitar sonreir de oreja a oreja al ver de nuevo al Maestro de una pieza (aunque tampoco esperaba nada malo... no de él), meneando la cola de felicidad.

¡Por fin doy con vosotros, chicos! No sabéis lo que es patearse medio París en vuestra búsqueda y con todo este lío de los demonios de por medio. — No pudo evitar dar una carcajada para luego fijar su vista en su Majestad e hincarse una rodilla para ponerse a su estatura—. Gracias por cuidar de mis muchachos. Espero que no le hayan dado muchos problemas.

A sus… ¡Oh! —El ratón estaba bastante sorprendido con la noticia, no parecía creerlo—. ¡Claro, no ha sido molestia! Cumplía con mi deber.

»Esto… ¿Le importa si hablamos un momento en privado?

El Maestro Ronin asintió y luego se quedaron hablando, una conversación de la cual no pude escuchar nada, más, Donald se acercó a nosotros y nos llevó a un rincón, en el cual empezó a aplicar su magia curativa en nosotros, los que aún seguíamos heridos.

Unos momentos después, terminaron de charlar y Mickey volteó su vista hacia nosotros.

Lo siento, chicos, pero vamos a tener que robaros un poco más de tiempo. Me han pedido que os lleve al cuartel de los mosqueteros. — Miró a Donald momentáneamente e hizo un gesto.

¿Nos van a nombrar Mosqueteros? ¡Yujuuu!— Comentó el rubio. Me hizo un poco de gracia su actitud.

Tranquilos, lo más probable es que solo tengáis que responder a un par de preguntas. No creo que os vayan a poner en ningún compromiso.

El Maestro Ronin nos miró y se encogió de hombros, aparentemente no se podía hacer nada.

Luego de esto, Mikey y Donald se apartaron, a lo que el Maestro Ronin se acercó a nosotros, más específicamente a mí, y me dio una palmada amistosa en la espalda.

Supongo que para ser tu primera misión no ha estado mal para que rompieses mano. Hubiese preferido que permanecieses con Maya (por cierto, ¿dónde está?), pero me alegra ver te las has podido apañar.

Jejé, vamos, que no es para tanto.— Respondí un poco ruborizado ante el comentario, a lo que éste volteó su mirada hacia los demás.

—. En cuanto a vosotros dos, me gustaría que me hicieseis un favor mientras estemos por aquí: no le mencionéis a Mickey nada acerca de Bastión Hueco.

»Si os pregunta, sois aprendices de Tierra de Partida que han venido por orden del Maestro Rayim.

Bien, Ronin — comentó el chico medio emo... por cierto, huele un tanto extraño—. Mientras luego nos expliques el motivo.

Luego de esto nos dio un empujón leve para que siguiéramos caminando con los demás. Y es que ahora que lo pienso... Estas personas, acaso, ¿Provenían de Bastión Huevo como Alexis? pues no parecían tan malas personas como había imaginado, hasta me han ayudado y todo.

Perdido entre mis pensamientos, mientras caminaba, no me di cuenta que el chico rubio se acercaba hacia mi.

Oye, Oye ¿Tienes Cola? ¿Que se siente, como la utilizas? Por cierto soy Makoto mucho gusto. — Dijo mientras me extendía su mano.

¡¿Eh?!— Contesté sorprendido por la inesperada pregunta —. Pues no sé... se siente.. ¿Normal sería la respuesta? no sé cómo explicarlo.— Le decía recibiendo su mano ya extendida con una sonrisa afectiva —. Mucho gusto Makoto, mi nombre es Lawrence.

Yo Simbad —habló luego el chico emo—. Supongo que eres Lawrence.¿De qué raza eres?

¿Eh?— Volteé la mirada hacia el que ahora hablaba, de nuevo soprendido por la inesperada pregunta. —Mucho gusto Simbad. Pues emmm... vengo de parte humana y demoníaca, por eso aún se pueden notar algunos razgos pero ¡no lo malinterpretéis! Que no soy como esos demonios que andan por ahí haciendo estragos y tal. Yo soy pacífico.— Le respondí, con palabras nerviosas y un tanto enredadas.
Luego de aquello me adentré en mis pensamientos: —Esta persona... he estado oliendo algo extraño en él y ahora que lo veo más de cerca creo que... Nah, lo dudo. Debe ser solo cosa mía.— Me dije a mí mismo, no dándole importancia al tema.

****


Al llegar, nos encontrábamos en lo que sería el Cuartel de los Mosqueteros en donde nos encontramos con unas caras conocidas, otras no. Allí nos vimos con Goofy, quien corrió con Donald y su Majestad muy alegre de volver a verse de nuevo. Yo, por mi lado, observé a otra persona que jamás había visto acercarse a hablar con el Maestro Ronin.

Podrías haberme avisado de que te pasarías por aquí.

Ahí mismo unos guardias nos encaminaron a lo largo de un pasillo.

Al final nos llevaron a una habitación que, sin duda, le faltaban adornos porque estaba bien vacía. Tan solo tenía una mesa y una chimenea como "decoración" (si se le puede llamar así). Los guardias dijeron que esperáramos para luego salir y cerrar la puerta.

Puueeees ¿Que tal os ha ido? Por cierto soy Makoto para los que no me conozcáis.— Comentó Makoto mientras sonreía a los presentes en la habitación... este chico sí que me caía bien.

Por el otro lado, Simbad se recostó en una silla, parecía bastante cansado... me pregunto qué habrá estado haciendo, y es que liderar con un grupo no es tarea fácil.

Por mi lado, llegué a ver a Maya (que por cierto, antes no la había visto. ¿Será por su estatura?) y me acerqué a ella contento de volver a verle, de nuevo feliz y meneando la cola suavemente.

¡Maya! No te imaginas las cosas que han pasado. ¿Cómo te encuentras? ¿Te fue bien buscando al enmascarado?— Todo esto con una sonrisa de alegría y atento a lo que pudiera decir.

Luego de un tiempo, la puerta se abrió y un hombre junto con su Majestad pasaron y nos miraron.

Bien, a algunos de ustedes ya les conozco, pero veo que también tenemos un par de caras nuevas. — Comentó esto último mirándonos a Simbad y a mi—. Como comprenderán y quizá hayan oído hablar, París está sufriendo ataques de estas bandadas de demonios que han aparecido de la noche a la mañana. Por alguna extraña razón, hoy han estado más persistentes de lo habitual, pero creo que eso lo sabrán ustedes mejor que yo.

Hizo una pequeña pausa para luego proseguir.

»He hablado con vuestros… maestros, a quienes les agradezco que hayan sido tan cooperativos. Aun así, también me gustaría oír vuestro testimonio de lo ocurrido y contrastarlo todo. Tal vez así saquemos una conclusión de qué está ocurriendo con nuestra ciudad.

Sin duda tenía mucho que contar, aunque el primero en hablar fue Makoto.

Bueno, por donde empezar....tras llegar me separé de mis compañeros y llegué a una taberna junto con mi maestro donde nos encontramos con usted, tras salir de allí me encontré con Mickey el cual salió corriendo persiguiendo a un enemigo, a lo cual al pensar en que estaba en peligro le seguí. Acabamos en una plaza donde fuimos emboscados por más enemigos de los cuales fui salvado por él, al acabar con ellos nos escondimos al detectar la presencia de dos hombres con mascara identicos los cuales parecían ser los culpables de los ataques en la ciudad debido a que llevaban un guijarro negro, al ir a perseguir a uno de ellos nos topamos con un enemigo gigante contra el cual tuvimos que enfrentarnos en grupo donde nos reunimos con Donald, tras derrotarlo fuimos traídos aquí por Donald y Mickey.....Y creo que no me he dejado nada por mi parte. -Acabé mientras intentaba recordar por alguna parte de la historia olvidada.

Ahí mismo, luego de un corto lapso de tiempo, prosiguió Simbad.

Mi caso también fue... bastante interesante — Dijo poniendo una piedra sobre la mesa, una muy parecida a la que tenía el perro antes de que se la quitaran—. Esta piedra es con la que invocan a los diablos, y os aseguro que hay más de una.

>>Mi viaje comienza cuando me encuentro a Milady de Winter en una taberna, y gracias a una astucia consigo hacerme su guardaespaldas pensando que ella podría conducirme hacia el foco de los yeux d´ambre y así fue. Acabé en los portones del viejo hospital, en el que encontré a Freija en sótano junto con la piedra, Winter se había quedado en el piso de arriba — movió la cabeza, señalando—. Cuál fue mi sorpresa al encontrar a los dos enmascarados con Milady de rehén y a Giles tirado en el suelo. Ambos reclamaban la piedra.

Quedó en silencio por unos segundos, para luego hablar de nuevo.

>>Freija y yo conseguimos derrotarlos sin muchas complicaciones y salimos al patio, donde, junto a Donald, Makoto, Lawrence, Mickey y yo luchamos y derrotamos de nuevo a un monstruo invocado por más enmascarados. A partir de ahí nos reencontramos todos y acabamos aquí.

Ahí ya se notaba de ante mano que había finalizado, de modo que me tocaba a mí (¿Dónde quedó "Damas Primero"?).

Supongo que es mi turno.— Comenté dando dos pasos hacia adelante. —¿Por dónde empezar...? bueno. Al principio fue un tanto tedioso, ya que al mismo momento de llegar nos topamos con un genterío y fue todo un desafío pasar entre semejante multitud— Bajé un poco la mirada y me rasqué la nuca, reflejando cansancio con solo recordar. —Desafortunadamente, Maya y yo nos chocamos con Donald y ... Goofy... ¿no? — Dije pensativo, intentado recordar. —Ahí mismo, perdimos al Maestro Ronin de vista y los otros dos se levantaron y se fueron corriendo a toda prisa. Imaginando que sabrían algo les seguimos con dificultad hasta llegar a unas callejuelas desiertas.

Mojé mis labios y tomé un poco de aire, para luego seguir.

>>Ahí fue cuando vimos que unos tipos raros estaban abusando de Donald y Goofy, por lo tanto decidimos intervenir y buena paliza nos llevamos... Pero en fin. Al zafarnos mi compañera Maya— Dije señalando a ésta— Invocó una niebla que paralizó a los enemigos momentáneamiente, a lo que aprovechamos para escapar. Fue entonces cuando, en un callejón, un sujeto enmascarado le quitó cierta piedra misteriosa que llevaba Goofy, parecida a la que mostro Simbad, y la utilizó para invocar dos Sincorazones gordinflones.

Nuevamente, mojé mis labios y aguardé un tiempo, para que fuera más fácil digerir la información.

>>Ahí mismo, decidimos perseguir al enmascarado cuando de repente apareció otro idéntico que se escapó frente a nosotros por otro callejón distinto al anterior. Decidí ir a buscar uno de los enmascarados con Donald mientras que Maya se fue con Goofy, luego de eso no sé nada de ella.— Comenté esto último encogiéndome de hombros —Así pues, una cosa llevó a la otra y terminamos en una plaza vacía, sin personas. Ahí nos encontramos con Mickey y los demás, apareció el Sincorazón gigante, se erigió cierto campo mágico que impedía que saliéramos y pues logramos acabar con el Sincorazón y terminar aquí. Fin. Al terminar me voltearía, dirigiéndome a una pared y apoyándome de la misma.
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CHESU-BAN O HIKKURIKAESU!!

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Imagen (Arigatou~ Zekai por esto <3 ♥)

ABREME
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(Lo hice otra vez y salió Riku de nuevo...)
¿Qué personaje masculino de Kingdom Hearts eres?
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(Antes me había salido Aeris pero lo actualicé)
¿Qué personaje femenino de Kingdom Hearts eres?
¡Compruébalo AQUÍ!


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Re: [País de los Mosqueteros] Todos para Uno

Notapor Zodiark » Mar Abr 26, 2016 5:38 pm

¡Eso es, chúpate esa! —celebré al ver que había derrotado al enmascarado. Al observar a Freya y Goofy, comprobé que ellos también habían podido con el otro—. ¡Bien hecho!

Me acerqué a la máscara, que había caído al suelo, cerca de él, y la cogí para observarla. Acto seguido, dirigí la vista hacia el hombre y al verle comprendí por qué al golpearle había oído un sonido extraño, hueco.

¿Qué narices...?

Miré al hombre de arriba a abajo varias veces, estupefacta y boquiabierta, y también observé al otro, y vi que ambos eran iguales. Ni siquiera eran de carne y hueso, era como si una especie de oscuridad en su estado más puro inundase sus ropas y se moviese. No eran humanos, definitivamente.

Di un par de pasos hacia atrás, asustada, y clavé la mirada en Goofy.

¿Qué son estas cosas?

Fue entonces cuando unas luces empezaron a surgir de sus... ¿cuerpos? y llamaron mi atención de nuevo. La luz acabó por consumir aquella oscuridad, y al final no quedó nada de ellos. Me quedé unos segundos mirando fijamente el lugar en el que se encontraba el enmascarado de la espada, confusa, hasta que la barrera de luz desapareció y me hizo volver a la realidad.

Me acerqué a Goofy y le di la máscara que había cogido del suelo. Pronto, una figura rechoncha y torpe se acercó a toda velocidad hacia nosotros. Al verle, reaccioné rápidamente poniéndome en guardia. Ya había tenido algún que otro encontronazo con Pete, y casi acaba conmigo en el propio Castillo Disney, así que no iba a permitir que hiciese de las suyas otra vez.

¡Pete!

¡El capitán Pete!

¿Capitán?

¡Vosotros tres! ¡¿Qué significa esto?!

¿Q-Qué...? —pregunté confusa, Pete parecía de lo más agitado y enojado. ¿Es que acaso estaba detrás del incidente de los enmascarados?

¡No hay excusas que me valgan! Os pienso sacar hasta la última gota de información en los calabozos del…

¡Eh, ni hablar!

No, definitivamente no iba a dejarme encerrar, y mucho menos por alguien como Pete.

Eso no será necesario, capitán.

Otro hombre apareció. Su larga melena y su porte masculino llamaron mi atención. Claro que al lado del gordo patoso de Pete cualquiera llamaría mi atención por su aspecto físico. Al parecer, según lo que dijo Goofy, era un tal Treville.

El hombre nos libró del apuro, aunque tuvo una pequeña discusión con Pete. Por suerte, parecía que él tenía más potestad y al final Pete acabó frustrado e ignorado. Je.

Además, el hombre iba acompañado de Ryota, que me miró en cierto momento con una cara de extrañeza bastante curiosa. No me sorprendió que estuviera allí, teniendo en cuenta que me había topado con Freya, pero parecía que él sí estaba sorprendido de verme a mí.

Treville nos propuso a Freya y a mí tomar un descanso, y la verdad era que me apetecía muchísimo. Así pues, dicho y hecho, nos pusimos en marcha.

Antes de irnos, de todas formas, busqué por la zona para ver si el enmascarado había dejado caer el guijarro que rebosaba oscuridad de Donald y Goofy.

Buen trabajo.

¿Uh? —Miré a Ryota, que nos observaba de soslayo. ¿Se dirigía a Freya, o también a mí?

***


Al llegar al lugar, vi que no éramos solo Freija y yo quienes habíamos acudido, Lawrence también estaba allí junto a Ronin y otros aprendices de Bastión Hueco, como Simbad.

¡Maya! No te imaginas las cosas que han pasado. ¿Cómo te encuentras? ¿Te fue bien buscando al enmascarado? —me preguntó Lawrence.

Pues sí, ¡y además le he dado una buena paliza! Pero no te lo vas a creer... ¡No era humano! Era una especie de vacío rezumante de oscuridad con forma de hombre...

No solo estaban ellos, Mickey también se encontraba allí. Tras charlar con Makoto, me acerqué a él rápidamente. Después de todo, encontrarle a él era el objetivo principal de la misión.

¡Majestad! ¿Se encuentra bien?

En cualquier caso, la charla con el ratón debía esperar, primero teníamos que dar explicaciones de todo lo sucedido a Treville. Todos explicaron sus aventuras allí, y cuando Lawrence acabó, decidí intervenir para explicar lo que me había sucedido allí a partir de su historia.

Al separarnos de Donald y Lawrence, Goofy y yo fuimos en busca del enmascarado para ver si tenía la piedra, la cual por cierto parecía contener pequeños retazos de oscuridad, por lo que pudo comprobar cuando la miré de cerca. Allí, me topé con Freya, D'Artagnan y su amiga. Vi por el rabillo del ojo al enmascarado y corrí con Goofy para pillarle, seguidos de Freya y los otros dos, pero de pronto una explosión puso la calle patas arriba, con todos los peatones corriendo despavoridos. Otro enmascarado apareció, pero este era diferente, parecía hecho de una especie de energía extraña verde, y tenía un aspecto más siniestro, aunque su máscara era igual. El otro enmascarado, el que íbamos persiguiendo, apareció de pronto frente a nosotros, y nos enfrentamos entre Goofy, Freya y yo a ellos mientras D'Artagnan y la otra chica iban a buscar ayuda. Al vencerles y arrancarles las máscaras vimos que no se trataban de humanos, sino que parecían hechos de oscuridad... A continuación llegaron Pete y después Ryota y Treville, y el resto ya lo sabéis.

»Ah, por cierto —añadí, mirando a Treville, no estaba de más presentarme—, soy Maya.

Tras acabar la asamblea, hablaría con Ronin sobre lo sucedido y le pediría perdón por haber utilizado magia en público, y le preguntaría acerca de Mickey. Después, me acercaría al ¿monarca? para ver si me reconocía y descubrir de una maldita vez por todas qué estaba sucediendo allí y en el Castillo Disney.
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