Con Fátima inconsciente, Ifrit rugió en señal de victoria. Un solo golpe, no más. Era lo que había necesitado para derrotar a una Maestra, aunque el monstruo no supiese aquel dato... Pero era suficientemente desalentador. El miedo se apoderó de muchos de los presentes. Yasmín, desde la lejanía se cubrió la boca horrorizada, mientras un preocupado Aladdín intentaba que no mirase, que se centrase en Badra, a quien todavía le administraban la Ultrapoción en pequeñas dosis.
Ifrit se lanzó contra Malik, y le habría destrozado de no ser por un repentino ataque de luz por parte de Nanashi. En aquel instante, Light se levantó. No dudó en tomar el éter mientras se concentraba para lanzar su ofensiva más potente; la Razia Lunar. Light desapareció y reapareció en frente de Ifrit, el demonio dio un zarpazo que atravesó el aire pues el Maestro se había desvanecido dejando al monstruo desconcertado. Light se materializó justo encima de él, asestándole un potente golpe con su Llave Espada. Ifrit repitió el error de intentar una vez más alcanzarlo... Dejando expuesto un lateral. La espada se clavó en su costado. El Maestro notó que no era carne lo que atravesaba, sino un cuerpo hecho de piedra, fuego y metales. El filo de su llave espada estaba al rojo vivo.
Los golpes se sucedieron cinco, seis, siete... Pero fue ahí cuando un enloquecido Ifrit movió sus zarpas de una forma que Light no pudo preveer. Las garras del demonio atravesaron el hombro del aprendiz, que fue levantado en el aire agravando todavía más su herida, que desgarraba músculos y tendones y rompía sus huesos mientras que aquella sensación de ardor se acrecentaba cada vez más.
En ese momento. Una esfera de oscuridad estalló en el rostro de Ifrit envolviéndolo durante unos instantes. Fue entonces cuando Saito, aprovechando la Flama Tenebrosa de Saeko se lanzó con su llave espada imbuida en Profanus contra el monstruo, que no lo vio venir.
Saito cortó con furia, tratando de herir lo máximo posible a la criatura. Aquello logró liberar a Light, que cayó contra el suelo. Ifrit asestó un par de cornadas salvajes que levantaron una gran cantidad de arena y habrían cogido al Maestro de no haber dado un Doble Salto en el momento justo. Sus reflejos le habían salvado la vida.
Pero Ifrit no iba a quedarse parado ni un momento, claro que no. El monstruo alzó sus brazos provocando que el pilar de lava se revolviese. Una pequeña parte del pilar se dividió en dos creando un columna de lava más, mucho más pequeña... Pero peligrosa.
Aquella columna se retorció e impactó contra la arena, cerca de Ifrit intentando alcanzar a Saito... Pero falló. Y aquello le enfureció aún más. El monstruo apuntó con su brazo al grupo que estaba cuidando a Fátima y aquella columna se movió hacia ellos, como una horrorosa y letal serpiente. Saito no dudó en encerrarle en aquel momento con una de sus habilidades. Las sombras envolvieron al demonio en el interior de la esfera oscura, que hicieron que el pilar de lava que había formado se deshiciese y cayese contra el suelo creando un riachuelo de fuego que por fortuna, no alcanzó a nadie.
Lyn y Celeste atendían a Fátima, que estaba desorientada todavía, Kamra tenía una mirada siniestra. Como si supiese algo más, algo que no había compartido aún.
Nanashi lanzó un hechizo curativo a Light, y aplicó otro en Fátima (de forma MUY disimulada)
Un golpe seco retumbó el desierto. La esfera de oscuridad se quebró por un lateral mientras unas garras aparecerían atravesando aquel poder...Y aquello desencadenó la explosión. La oscuridad se extendió como una leve neblina que solo contrastaba con el aliento de Ifrit, que humeaba de un color tan negro que rivalizaba con la oscuridad de Saeko y Saito. Celeste se preparó para lo peor, corriendo hacia donde la princesa, Aladdín y Badra estaban. Debía defenderlos, pero por fortuna, no hizo falta.
Malik no dejó que Ifrit avanzase. El aprendiz, montando a Pegaso no dudó en rodear al monstruo, que estaba centrado en la ex aprendiza de Bastión Hueco. El demonio iba a lanzar una llamarada contra Saeko, cuando una bala hecha de agua impactó contra su espalda. El Djinn no detuvo su ataque, sin embargo giró su cabeza en dirección a Malik. El fuego no le dio a él, pero rozó una de las alas de Pegaso. El caballo se quejó y tuvo que descender forzosamente... Malik estaba entre Ifrit y el pilar de lava, casi podía sentir aquel líquido en la nuca. Si Ifrit le atacaba, si lo embestía como había hecho con Fátima... No habría un edificio que le frenase, solo le esperaría un géiser ígneo... Y entonces, no habría posibilidad de curación.
Ifrit bajó un poco la cabeza e hizo un movimiento con sus patas, como si estuviese a punto de coger impulso. Malik pudo ver la muerte por un instante cuando vio como hacía el amago de correr hacia él con todas sus fuerzas... Pero algo frenó al demonio.
Malik vería como una gigantesca sierpe de agua se interponía entre Ifrit y él. Fátima se había recuperado lo suficiente y una vez más volvía al combate. Light no tardaría en informar del estado del monstruo, aunque parecía estar en perfectas condiciones... Un ataque de agua poderoso podría derrotarlo al fin.
La Maestra no lo dudó. Activó el ataque final de su Estilo de Combate; Marea.
Ifrit no pudo salir del radio del enorme géiser de agua a tiempo y se encontró en su interior.
Cuando el ataque de Fátima hubo finalizado, se encontrarían con un Ifrit apagado, ya no transmitía aquel calor que momentos antes provocaba... Pero la columna seguía en pie, e Ifrit también. Pero muy débil.
Sus ojos se clavaron en todos los presentes y entonces, miró a Saito... No, no a Saito... Al cristal.
El demonio se lanzó contra el aprendiz, no lo dudó ni un instante. Todos pudieron atacarle hiriendo aún más al demonio, pero su ataque desesperado dio efecto. Se abalanzó sobre Saito, pero no lo dañó, no le atacó. Sonrió como si hubiese ganado el combate y tocó la piedra.
No pongo datos en ésta ocasión ni os quito objetos por haber finalizado el combate (solo quito éters porque sino no os llegarían los ph para habilidades, por lo demás pociones y tal... Os salváis)
***Un flash rojo cegó a todos los presentes, solo escucharían una cosa: Los gritos del aprendiz de Bastión Hueco. Saito sentía como algo le corroía por dentro. El cristal de su pecho palpitaba con intensidad y calcinaba su carne, sin embargo... No de forma literal. No estaba siendo realmente quemado, pero tenía aquella sensación dentro... Como si su cuerpo fuese un volcán y fuese a estallar en cualquier momento. Saito sentia voces en su cabeza, era Ifrit, hablándole a él, asegurando que iba a poseer su cuerpo.
Y mientras todo lo que veían era aquel resplandor, el aprendiz sintió como una mano sujetaba su espalda y con otra su pecho... Mejor dicho, sujetaban el cristal de su pecho. Alguien tiró de él, muy fuerte arrancando sin piedad aquel objeto. El dolor se desvaneció de golpe y las voces con él... Pero en su lugar escuchó algo que no resultó mucho más alentador, aunque aquello lo pudieron escuchar todos los presentes. La risa demencial del bufón de los villanos finales atravesó la noche.
—
¡Magicita recuperada! —Anunció burlón—.
¡Misión completada!La luz perdió intensidad en la mano del aparentemente triunfador Kefka, que daba saltitos de alegría ante la mirada de todos. No le fue difícil evadir los ataques físicos de Lyn y con los mágicos que le lanzaron... No tardó en levantar barreras mágicas defendiéndose de los hechizos de Nanashi y Kamra. No muy lejos, Kuja vigilaba desde el aire mientras hacía girar sus esferas peligrosamente.
Ambos villanos estaban en muy buen estado. Todas las heridas anteriores de Kefka ya no estaban.
El bufón invocó sus Alas del Caos y dio un par de rápidos aleteos para juntarse con Kuja sujetando el preciado objeto; La Magicita. Ambos villanos sabían que incluso estando débiles, el grupo era temible, lo suficiente como para no querer luchar contra ellos, no en aquel momento.
—
¡Nos vemos panolis! Muchas gracias por todo, sin vosotros ésto no habría sido posibleUn portal de luz se abrió sobre los dos, lo atravesaron sin perder más tiempo.
***Pero aún tenían dos problemas y solo una solución. No solo se habían llevado a Ifrit, sino que la expansión de la habilidad definitiva de Ifrit continuaba y no daba señales de detenerse... Y también estaba el asunto de Badra.
Nanashi había reunido a todos alrededor de la lámpara mágica de Yafar. Tenían que pedir un último deseo obligatoriamente y tenían dos posibilidades: Salvar a Badra o detener el pilar de fuego, que destruiría todo el mundo. Nanashi y Lyn habían tratado de abrir portales hacia otros mundos para llevar a la hija de Rayim a un lugar donde pudiesen atenderla... Pero el contrato con el genio les obligaba a no poder salir del mundo, no sin pedir primero el segundo deseo... Y después el tercero: Liberar a Yafar.
—
No podemos sacrificar todo el mundo por Badra —argumentaba Nanashi. Lyn no dijo nada, pero era obvio que opinaba lo mismo puesto que su mirada era de profundo pesar y la apartaba de Badra con incomididad.
Pero eran los demás quienes tenían que votar. La opinión de Nanashi no era la única que contaba ahí.
En cualquier caso, aunque débil. La joven nómada estaba consciente aún, usando de cojín las piernas de Kamra, que contenía sus lágrimas como buenamente podía. No la había conocido mucho, pero le consternaba ver como aquella vida se iba ante sus ojos lentamente. Era una decisión difícil, debían desear algo... ¿Elegir entre el mal menor o el mayor? ¿Cual era cual? Debían llegar a un consenso.
—
He comprendido algo viendo mejor a Ifrit —dijo Kamra de pronto—.
Él no es un Djinn como creía, es algo distinto... Más antiguo, algo ancestral y lleno de furia y... Miedo —La voz de la antigua visir se apagó por unos instantes—.
Hay algo que hizo que atacase Agrabah, estaba cegado, abrumado por ver un lugar desconocido. No lo había comprendido hasta ahora... De haber entendido todo ésto antes, tal vez podríamos haber derrotado a Ifrit en su momento o tal vez... No habría sido necesario luchar contra él.Badra levantó su brazo lentamente y acarició con suavidad el rostro de Kamra. Le susurró algo, la vida de Badra se estaba extinguiendo como una vela... No le debían quedar más que unos minutos... Y tampoco a Kamra. Su cuerpo, lentamente empezaba a desvanecerse, la Maestra aún no se habia dado cuenta, pero el adiós estaba muy cerca.
Yasmín se lanzó contra Kamra, abrazándola con fuerza por la espalda y agradeciéndole todo lo que había hecho por ellos.
Puedo calcular que solo os quedan 2 rondas, aprovechad al máximo lo poco que os queda :3
Fecha límite 5/10/2016