Re: Ronda #6 - ¡Yincana veraniega!
![Nota Nota](./styles/IceBlue/imageset/icon_post_target.gif)
Tras mi amenaza, sostuve la Flama Tenebrosa en dirección al gordo esperando impaciente su respuesta; tanto si accedía como sino, conseguiría que al final me diese el sello aunque Derhe Yeno estuviese algo chamuscado. Pero no se arriesgó a que cumpliésemos ninguna de nuestras amenazas, a nuestra manera habíamos logrado meterle el miedo en aquel mórbido cuerpo, todo un logro.
Como recompensa nos selló a los tres nuestras tarjetas con el curioso símbolo de una sandía, cosa que confirmaba mi teoría de que cada forma de los sellos tenía alguna oculta relación con lo que habíamos hecho o con lo que habíamos visto.
¡Pero no tenía tiempo para dormirme en los laureles! Tras sellarnos, el aprendiz nos sacó de su escondite para decirnos que debíamos hablar con el Maestro Kazuki para continuar. ¿Qué prueba nos podía ofrecer? Esperaba que por lo menos, fuese original.
***
—¡Maestro Kazuki! ¡Kazuki! —Me golpeé la frente con la palma de la mano, mientras me daba la sensación de que jamás saldríamos de aquella prueba.
Tras mucho buscar, habíamos encontrado a nuestro actual instructor. ¿Pero en qué estado? Nada más y nada menos que durmiendo a pierna suelta. El sueño del Maestro era tal, que Light empezó a zarandearle — si me hubiese dejado a mí habríamos llegado al término de agresión — hasta que por fin logró sacarle de aquel profundo sueño en el que se encontraba.
A pesar de todo, El Kazuki Durmiente necesitó de un largo rato para aclararse las ideas y para hacerse a la idea de que para bien o para mal, seguíamos en la yincana y debía cumplir su deber de mantenerla activa. El equilibrio de la Diversión estaba en sus manos.
—Eh, para el siguiente sello tenéis que... Em... —Por un momento temí que Light tuviese que volver a despertarle—. Ah, sí. Jugar al, esto, piedra-papel-tijera conmigo. Al mejor de tres.
¿Me estás vacilando? ¿Otra prueba de azar?
Pero por lo visto así era, ya que el Maestro Kazuki extendió el brazo con predisposición de empezar la prueba antes de ir a echar otro sueñecito; por culpa de mi momento de vacilación, Light se me adelantó y empezó primero, así que fui después de que él hubiese acabado sin saber si el aprendiz había o no ganado.
Me acerqué dispuesto a intentar demostrar sin demasiada seguridad que el azar de la prueba de antes no había sido solo casualidad, extendiendo mi brazo en dirección a Kazuki.
Por dios, que no me quedase estancado en aquella prueba ahora que tenía cierta ventaja.
—Un, dos, tres, piedra, papel o tijera, un, dos, tres...
>>¡Ya!
Como recompensa nos selló a los tres nuestras tarjetas con el curioso símbolo de una sandía, cosa que confirmaba mi teoría de que cada forma de los sellos tenía alguna oculta relación con lo que habíamos hecho o con lo que habíamos visto.
¡Pero no tenía tiempo para dormirme en los laureles! Tras sellarnos, el aprendiz nos sacó de su escondite para decirnos que debíamos hablar con el Maestro Kazuki para continuar. ¿Qué prueba nos podía ofrecer? Esperaba que por lo menos, fuese original.
—¡Maestro Kazuki! ¡Kazuki! —Me golpeé la frente con la palma de la mano, mientras me daba la sensación de que jamás saldríamos de aquella prueba.
Tras mucho buscar, habíamos encontrado a nuestro actual instructor. ¿Pero en qué estado? Nada más y nada menos que durmiendo a pierna suelta. El sueño del Maestro era tal, que Light empezó a zarandearle — si me hubiese dejado a mí habríamos llegado al término de agresión — hasta que por fin logró sacarle de aquel profundo sueño en el que se encontraba.
A pesar de todo, El Kazuki Durmiente necesitó de un largo rato para aclararse las ideas y para hacerse a la idea de que para bien o para mal, seguíamos en la yincana y debía cumplir su deber de mantenerla activa. El equilibrio de la Diversión estaba en sus manos.
—Eh, para el siguiente sello tenéis que... Em... —Por un momento temí que Light tuviese que volver a despertarle—. Ah, sí. Jugar al, esto, piedra-papel-tijera conmigo. Al mejor de tres.
¿Me estás vacilando? ¿Otra prueba de azar?
Pero por lo visto así era, ya que el Maestro Kazuki extendió el brazo con predisposición de empezar la prueba antes de ir a echar otro sueñecito; por culpa de mi momento de vacilación, Light se me adelantó y empezó primero, así que fui después de que él hubiese acabado sin saber si el aprendiz había o no ganado.
Me acerqué dispuesto a intentar demostrar sin demasiada seguridad que el azar de la prueba de antes no había sido solo casualidad, extendiendo mi brazo en dirección a Kazuki.
Por dios, que no me quedase estancado en aquella prueba ahora que tenía cierta ventaja.
—Un, dos, tres, piedra, papel o tijera, un, dos, tres...
>>¡Ya!