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El viaje a traves del espacio no había sido tan largo como parecía en un primer momento, era como si aquel vehículo en el que mi llave espada se había transformado se moviera a donde quería y viajara ignorando la distancia. Sentía curiosidad por la velocidad a la que iba, pero no parecía posible saberlo con certeza.
Con cuidado aterricé en una pequeña plaza que quedaba en frente de un enorme edificio blanco con tejados amarillos de la que salían varias torres a ambos lados con una peculiar arquitectura que jamás había visto. Nada más bajar de la tabla de Wind surf esta desapareció en un gran destello de luz que se acabó concentrando en mi mano convirtiéndose en la Llave Espada agrietada que tenía en mis manos. Por algún motivo estaba en aquel estado tan precario, cuando viese a mi maestro; Kazuki tendría que preguntarle.
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El primer detalle que me llamó la atención de aquel mundo era la cegadura luz del sol. Una luz que me cegaba y me "dolía" de alguna forma como si me quemara. Pulsé el botón de la hombrera haciendo que la armadura que llevaba puesta desapareciese como había hecho la nave. Me giré a todos lados un poco confuso, había gente por todas partes mirándome con curiosidad, algunos miraban a mi deteriorada Llave espada que emitía aquel aura oscura y otros miraban simplemente al "recién llegado". Me ajusté la capa que podía usarse como bufanda de manera que parte de mi rostro quedase oculto.
No sabía que hacer ni a donde ir así que me dirigí al único sitio en el que sospechaba que podrían ayudarme. Abrí las puertas de lo que era en realidad la enorme academia de los portadores y las atravesé, ante mí había una sala amplia y larga con varios tronos al fondo. La enorme estancia estaba vacía a excepción de unos cuantos jovenes que hablaban sonrientes mientras mostraban sus armas.
Todos parecían tener el mismo modelo que parecía llamarse "Cadena del reino" sin embargo, al contrario que la mía las suyas estaban en perfecto estado y no desprendían ningún aura negruzca.
Comencé a contemplar impresionado los altos techos de los que disponía aquel lugar y toda su arquitectura, en general.