[Encuentro] Chocolate y Rock&Roll

por **ita** » Dom Feb 26, 2012 9:19 pm

Participantes:
Xictrov (Roxas!!)
Irian (Ita)
Lugar: Tierra de Partida - Cafetería de los Aprendices -

Era una aburrida tarde cualquiera y tenía hambre. Desde que había empezado a entrenarse en aquel lugar, notaba que su apetito había crecido mucho. Pero era normal, mucho ejercicio, mucho trabajo; necesitaba alimento, vitaminas y energía. ¿Y qué mejor que un suculento pastel de chocolate para recuperar las fuerzas perdidas durante el día?

Encerrado en un expositor de cristal, y custodiado por un pequeño moguri rosado, se encontraba un delicioso pastel de chocolate. Demasiado tentador, demasiado exquisito. Y también demasiado caro. Miró en sus bolsillos, buscando algún platín perdido, pero nada. No le alcanzaba para comprar aquel delicioso bocado de cremoso chocolate.

Entonces se le ocurrió una idea, ¿Y si trabajaba allí por un día?
No debía ser muy complicado, meditó, analizando la situación. Había unos cuantos aprendices repartidos entre las diversas mesas de la sala, comiendo y charlando, en pequeños grupos o, como ella misma, en solitario.
Revoloteando por el lugar había un par de moguris con bandejas apoyadas en sus pequeñas manitas, encargados de servir y recoger las mesas, y de atender a los clientes. Sonreían mientras tomaban nota, exclamando sus graciosos "kupós" como final de frase. A Irian le parecía el lugar ideal para trabajar, no se veía mucho movimiento y... sólo sería un día, unas cuantas horas. A fin de cuentas, había terminado los entrenamientos ya y disponía de sus horas de placer y libertad. Podía hacerlo, ¿verdad?

Suspiró, mientras pensaba si debía hacerlo o no. Igual podría buscar otro medio para conseguir los platines y comprar un trozo de tarta...

por **Roxas!!** » Lun Feb 27, 2012 1:25 am

Llevaba todo el día encerrado en mi habitación. Me había pasado la noche en vela, y me desperté tarde, ya pasada la hora de la comida. Tenía hambre. No tenía nada mejor que hacer, los entrenamientos no empezarían hasta dentro de unos días, así que me colgué la guitarra a la espalda y me dirigí a la cafetería en busca de algo de comida.
Por los pasillos del castillo no parecía haber nadie, debían estar todos fuera.

Tras andar un buen rato, conseguí llegar. Llevaba poquísimo tiempo allí, así que era fácil perderme.
Aquello estaba lleno de gente, más de la que esperaba para ser la hora que era. Parecía que la cafetería era una especie de sala común donde los grupos de aprendices se reunían para charlar. Había varios grupos repartidos por las mesas, varios aprendices sentados en solitario y una chica junto a la sección de repostería.
Yo, sin embargo, me dirigí hacia la máquina expendedora. Seleccioné un par de snacks y un resfresco y me senté en una de las mesas. En mi camino, varios se quedaron observándome. ¿Sería por llevar el instrumento a mi espalda?
Yo ignoraba completamente sus miradas, puesto que no me quería relacionar con alguno de ellos. Cada uno tenía su propia historia, no quería ser un estorbo. 'La amistad no conduce a nada', o al menos, era lo que mi pasado en blanco me hacía recordar.

Me senté en una de las de las mesas libres, abrí mi refresco e hice un trago.

por **ita** » Mar Feb 28, 2012 10:14 pm

Estaba indecisa. No quería parecer tan pobre como para necesitar trabajar a cambio de algo que comer, pero... Ese pastel era demasiado apetitoso.
Subiría a por sus platines, pero como su viaje hasta Tierra de Partida había sido muy apresurado, había olvidado sacarlos del Banco. Y no había visto ningún cajero por allá, así que, hasta que no pudiese viajar de nuevo a Ciudad de Paso, no tenía ni un platín, lo cual en general no le afectaba, pues era muy ahorradora y podía vivir sin dinero. Menos cuando algo tan deliciosamente delicioso aparecía frente a ella. Entonces parecía perder toda su seriedad y compostura. Porque los dulces eran su mayor punto débil.
Indecisa, caminaba arriba y abajo, paseándose por entre las diferentes mesas distribuidas por la sala, entre los demás aprendices, observándolos.
¿Y si les pedía dinero a ellos? No, no parecían muy dispuestos a invitarla. Y tampoco les conocía, era demasiado violento... ¿Qué podía hacer?
Se estaba empezando a sentir realmente estúpida. Caminando por la Cafetería y contemplando a los moguris, yendo y viniendo... Y, finalmente, se sentó, cansada ya de no hacer nada, a meditar una solución.

por **Roxas!!** » Jue Mar 01, 2012 10:17 pm

Un simple refresco no llenaba mi apetito. Necesitaba comer algo más que llenara mi vacío estómago, pero... ¿qué podía comer a la hora que era? Los menús de dos platos no los pondrían hasta la hora de la cena... lo que pretendía tomar era más bien la merienda. Una merienda bastante grande que saciara mi enorme apetito.

Entonces fue cuando me puse a observar, sin darme cuenta previamente, a aquella chica que andaba pululando por la sección los pasteles, dando vueltas alrededor de esta y observando el mostrador sin parar. ¿Le gustaría el comer tanto como a mí? ¿Qué era tan bueno que hacía que se pasase todo aquel rato mirando? De repente, la chica, cansada de dar vueltas, se sentó en una mesa.

La curiosidad me empezó a picar y tuve que levantarme a observar qué clase de postre hacía que se preocupase tanto. Un pastel de chocolate. Un delicioso y magnífico pastel de chocolate, digno de una fiesta de cumpleaños. Con aquel me pondría las botas. Pero volví a poner los pies en el suelo cuando vi su precio. ¿Por qué debían poner las cosas tan caras? Apenas tenía platines.

por **ita** » Vie Mar 02, 2012 12:49 am

Se había sentado en una de las mesas del lugar, no muy alejada de su dulce objetivo.

El lugar se estaba llenando paulatinamente, seguramente con motivo de la hora de la merienda. Además era un lugar ideal para charlar con los compañeros, pues tenía mucho espacio, se podía comer y beber y, además, las sillas eran bastante confortables, por lo menos más de lo que cabría esperar de un lugar así.

Seguía pensando en qué hacer. La opción de trabajar la había descartado completamente; no quería sentirse tan miserable o tan desesperada como para llegar a tal extremo, pero realmente quería un trozo de ese pastel...

Y justo entonces un chico, un aprendiz de la Llave-Espada, tapó su objetivo. ¿Querría también un trozo?
Por la manera en cómo miraba el precio, dedujo que al igual que ella, pensaba que era muy caro. Y en verdad lo era. Discretamente, volvió a revolver entre sus bolsillos, pero nada; sólo tenía un par de platines, y con eso no podía comprarse ni un triste refresco.

Por suerte las comidas reglamentarias (desayuno, comida y cena) eran gratis, aunque en ningún momento paró a reflexionar de dónde sacaban el dinero para mantenerlo todo. Y pagar a los moguris y a los Maestro.

Pero quedaba mucho para la cena y quería ese pastel de chocolate. Y no estaría tranquila hasta poder saborearlo, así que se levantó y se acercó al aprendiz. Y una vez a su altura, le miró muy seriamente y le dijo:

- Es demasiado caro.

por **Roxas!!** » Jue Mar 08, 2012 9:30 pm

—Demasiado.

Observando y observando la maravillosa tarta y su disparado precio, no me percaté de que la chica se levantó otra vez de la mesa, al parecer al darse cuenta en que yo también estaba interesade en el dulce y se acercó hasta mí. Mencionó que era muy caro, pues no le faltaba razón. Me extrañó mucho que una chica como ella se interesase tanto por un simple pastel, realmente debían gustarle los dulces.

—Así que tú tampoco tienes dinero. —Dije. ¿Por qué le habían puesto un precio tan elevado si nadie podía pagarlo? Todos salían perdiendo.

Comencé a meditar alguna posible solución para conseguir aquel delicioso postre antes de la hora de la cena. Pero, ¿cómo podía conseguir el suficiente dinero en un lugar como aquel? Si no estaba mal informado, los sincorazón dejaban caer platines al derrotarlos, pero por allí resultaría muy raro ver alguno. ¿Trabajar en la cafetería? Ese no era mi estilo.

—¿Ideas? —le pregunté a ella como uno de los últimos recursos. Con el estómago vacío no podía pensar.

por **ita** » Vie Mar 09, 2012 2:41 am

Así que el chico también estaba interesado en lo mismo que ella... Sonrió.

Le había preguntado si tenía alguna idea para conseguir el pastel, pero realmente no se le ocurría nada. ¿De qué manera podrían conseguir platines?

- No, no tengo ni un platín - se lamentó Irian, respondiendo al chico misterioso. - Y la verdad es que no se me ocurre nada...- le contestó, un tanto apenada, contemplando alternativamente al chico y al dulce.

Su goloso compañero tenía un aura de misterio envolvente; sus ojos oscuros brillaban un poco con la luz que entraba por las ventanas de la sala. Parecía la clase de persona callada y reservada, de aspecto serio y formal. "Se parece un poco a mi" pensó la joven, aunque evidentemente era bastante más pequeño en edad que ella. De todos modos, le inspiraba cierta simpatía. Y más si le ayudaba a conseguir su anelado objetivo chocolatoso.

Y, de repende, cayó en la cuenta. Ese rostro le era familiar. ¿Se habían cruzado por algún pasillo, tal vez? Sí, había visto aquellos mismos ojos en otro lugar, en otra ocasión... Entrecerró los ojos a la vez que se subía las gafas, que se escurrían por su nariz, aguantándose en un penoso equilibrio, pensando, recordando... ¿San Valentín?

Esperaba que él no la reconociese. Suspiró. Aquello había sido muy embarazoso, además de inútil. Había hecho el ridículo más espantoso para ayudar a un chico llamado Yagari, pero no había servido de mucho, pues al final no habían logrado encontrar al otro chico. Y mientras estaba fingiendo estar "muy enamorada" de él, había aparecido ese muchacho, quejándose del ruido y jaleo que entre todos (aunque principalemente un aprendiz en concreto) estaban armando. Por si acaso, se recolocó el cabello, tratando de ocultar lo máximo posible su rostro y sus sonrojadas mejillas. Era un recuerdo muy bochornoso.