—Entonces déjamelo a mí. Puedes adelantarte si quieres —dijo Ragun, sacando al mismo tiempo que yo su bloc para terminar tan agotadora misión. Puede que no hubiésemos tenido que enfrentarnos a grandes hordas de Sincorazón, pero recopilar tanta información acababa machacando la mente. No me extrañaba que nos hubiésemos quedado dormidos de forma tan inocente en el jardín de la casa torcida, después de habernos atiborrado de dulces.
Por mi parte concluyo la recopilación de datos sobre El País de las Maravillas, y con lo apuntado de Fyk y Ragun, el informe completo. Espero gustosa la opinión de los Maestros, en especial quien propuso la misión, la Maestra Nanashi.
Nadhia Hoghes
Guardé mi bloc, percatando que Fyk no había tardado en abandonar la habitación.
—Creo que va siendo hora de volver —alcé la cabeza para encontrarme con los ojos de Ragun, quien por la expresión de estos debía estar sonriéndome bajo su capa.
—Sí, vamos —asentí devolviéndole la sonrisa.
Le seguí, apenas sin fuerzas, hasta la salida.
¿Exploración Maravillosa? Falta de gravedad, naipes parlantes, frascos que hacían encoger o agrandar, una cerradura que dormía, un juicio en medio de un vistoso jardín de rosas blancas, flores parlantes, un festín de dulces y té recién hecho en medio del bosque, una casa torcida que daba a una habitación del revés... sin contar con el ataque de los Sincorazón, la inexplicable ausencia de habitantes... sucesos relacionados con mi corazón de plata... y, por supuesto, la compañía de Ragun y Fyk.
Lo que me hacía recordar... ¿qué habría sido de Dejay?
Pero mi cabeza estaba a punto de explotar, incapaz de pensar en el paradero de la aprendiz rubia; sólo quería descansar de tanta locura suelta por allí. Porque aunque hubiese sido una Exploración Maravillosa, también había resultado ser una misión dura y agotadora.
Pasaría cierto tiempo hasta que volviese a pisar el Gremio... ¿o no?
Spoiler: Mostrar
Spoiler: Mostrar