En realidad estábamos en el teleportador Durgon, pero parece que no lo especifiqué muy bien en el post. Y además parece que tuve un pequeño error que puede afectar a la comprensión...
En un rincón de la dársena se encontraba la puerta que llevaba al teleportador Durgon. En el otro lado estaban la dársena y el teleportador Turo
Ahí quería decir que *En un rincón del fuselaje[...], pero se me fue un poco la pinza xD
Así que vale, pues estamos en la dársena, bien. Ya me sitúo xD
Me alegró ver que a Saxor le gustaba mucho la nave, pero no pude evitar soltar un grito ahogado cuando comenzó a saltar aprovechando la baja gravedad de la dársena.
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¡Kei, kei, kei! ¡Digooo que no! ─exclamé, al borde del escándalo─
¡Tienes que tener cuidado! ¿Y si en uno de los saltos te das un golpe con la cabeza contra la carga? ¿O te... te vas volando... contra...?Gritaba mientras seguía con la mirada a mi compañero, que seguía botando y disfrutando como un niño... y la verdad, me dio envidia. Sin embargo, reprimí la tentación de ponerme a saltar yo también. ¡Sabía que aquello era peligroso! Y si le pasaba algo en mi mundo yo sería el responsable... tenía que hacérselo ver. Me acerqué a los controles de la gravedad de la dársena y pulsé uno de los pocos botones que tenía. La sensación de ligereza que nos invadía a Saxor y a mí desapareció al momento.
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¿Ves? Así no nos pasará nada ─comenté, girándome de nuevo hacia mi compañero con una sonrisa en la cara.
Sin embargo, la sonrisa se borró cuando vi que entre Saxor y yo habían aparecido ciertas criaturas con los ojos brillantes y amarillos...
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¡Sincorazón aquí no! ─exclamé, haciendo aparecer mi Llave Espada.
Dos de las criaturas eran iguales: humanoides azulados con alas violetas y una pañoleta ceñida a rayas en la cabeza, de brazos musculosos en los que tenían unos brazaletes dorados. Se encontraban suspendidos en el aire sobre otro sincorazón distinto que tenía toda la pinta de ser un cañón normal y corriente (quizás con un diseño un tanto estrafalario), pero cuyos ojos delataban que estaba... "vivo", si se le podía llamar así.
Sin vacilar, me dirigí directo hacia el que tenía pinta de cañón para propinarle un buen puñetazo ayudándome con el mango de mi Llave Espada, mientras los que tenían pinta de piratas se elevaban en el aire, casi tocando el techo de la dársena. Aproveché el aturdimiento post-puñetazo para utilizar al sincorazón cañón para impulsarme y pegar un buen salto hasta los piratas... pero me di cuenta de que ni con un doble salto podría alcanzarlos. Aprovechando la caída después del brinco, le pegué una fuerte patada al sincorazón que estaba en el suelo.
Sin embargo, cuando se recuperó, se quedó quieto y comenzó a cargar algo dentro de él, brillando incluso... y antes de poder evitarlo, disparó. Me cubrí como pude, pero el golpe no llegó. ¿Qué había hecho entonces el cañón? Fuese como fuese, una marca circular con el símbolo de los sincorazón apareció a los pies de Saxor...
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¡¡Saxor, cuidado!! ─grité.