[Tierra de Partida] Juego Limpio

[Nell]

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Nombre: Juego limpio.
Solicitante: Mog
Descripción: Los moguris de Tierra de Partida hemos organizado un campeonato del aplaudido deporte MoguPelota, que uno se inventó por aquí un día que se aburría. Estamos en finales, y nos han llegado rumores de que los dos equipos que competirán por el helado gratis, premio del torneo, han comenzado a planificar estrategias que, digamos, dan pie a lo que se llama juego sucio. Necesitamos arbitros nuevos que ninguno de los jugadores conozca para que sea un encuentro justo. ¡Nos vale cualquier aprendiz!
PD. La recompensa será un helado igual al premio de la competición.
Mundo: Tierra de Partida.
Requisitos:
- Mínimo 2, máximo 3.
Recompensa:
- Mínimo 5 PX. Máximo 15 PX.
Interesados: khsora, Yuehito, Axelpower.
EN PROCESO
Nota: Podéis inventaros a vuestro gusto las reglas o forma de juego del MoguPelota.

Un nuevo deporte comenzaba a hacer furor entre los peculiares habitantes de Tierra de Partida: la MoguPelota. Por el momento, sus reglas y su forma de juego era todo un misterio para los aprendices, pues siendo inventores del mismo, se habían reservado la original idea para el campeonato. Éste se jugó sin incidentes, con consecutivos partidos que, para aquellos que fueran a verlos (en cuyos momentos sí se dejó a los discípulos acudir), finalmente revelaron los secretos del admirado deporte. Sin embargo, para quienes no hubiesen observado ninguno en su momento, podrían pedir las reglas a Migara, una fan incondicional que rondaba por las gradas.

¡Y por fin había llegado! Iba a celebrarse la final del campeonato MoguPelota en los Jardines. Los hinchas estaban expectantes por el ansiado encuentro, y todo el mundo tenía favoritos.

Mog, el líder de los moguris de Tierra de Partida, se había encargado además de buscar tres nuevos árbitros, para evitar las posibles trampas que los equipos pudieran estar planeando, desde pomponazos hasta chantajes. Y esa tarea recaería directamente en los justicieros aprendices. ¿O no?

Habían quedado con Mog fuera del estadio, donde les hablaría del campeonato general, los equipos y su misión. En sus manos quedaba ganar ese helado gratis o volver al castillo con un agrio sabor de boca.

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Tenéis libertad para elegir el modo de juego, las reglas, el nombre de equipos y de jugadores. Si no os veis con ganas, los establecere yo. Y cualquier problema, ¡a mí!

[Quico]

Empezaba un nuevo día en Tierra de Partida. Seguramente los aprendices ya estarían dando vueltas por ahí, ocupados con misiones, entrenamientos y otras tareas encargadas por los maestros.

No me apetecía levantarme, el día anterior estuve hasta las tantas trajinando por ahí, y en esa mañana no tenía absolutamente nada que hacer, o al menos nada que yo recordara. Estuvé dando vueltas en mi cama, vaguando, hasta que me asaltó el pensamiento de que sí había algo que tenía que hacer. Entonces dí un respingo y me caí de la cama. ¡Era el día de la final de Mogupelota!

Yo tampoco sabía mucho de este nuevo juego del que los moguris hablaban todo el rato. Es más, intenté ir a un partido de la competición, pero de repente fui asaltado por Kazuki, con un trabajo entre manos. Desde entonces había sido muy difícil asistir, pues este deporte se ganaba muchos adeptos que no dejaban ver nada y por otros trabajos de los que no me gustaría acordarme.

Pero, por suerte, mientras paseaba por el gremio encontré una misión que encargaba a algunos aprendices que arbitraran la final de la competición, y nada más verla me apunté. ¡Además reglaban helados!

Me levanté rapidamente y me fui preparando para la misión. Nada más terminar de arreglar la habitación y a mí, abrí la puerta de un golpetazo y me dirigí corriendo como una exhalación hacia el comedor para desayunar. Después de tomar un desyuno express, seguí corriendo hasta llegar al gremio para esperar más instrucciones de los organizadores y quizás a otros aprendices.

[Axelpower]

Cuando los primeros rayos de sol entraron por mi entreabierta persiana, me levanté de la cama de un enérgico salto. ¡Por fin había llegado el gran día! ¡El día de la final de Mogupelota!

Me vestí tan deprisa como pude y cogí de mi cajón un paquete de barritas energéticas que compré en el Mogudona pensando en una ocasión como esta. ¡Un buen árbitro debe tener reservas suficientes para poder correr todo el partido sin cansarse! Aunque, pensándolo bien, ni siquiera sabía si un árbitro de Mogupelota tenía que correr.

El pánico me invadió de golpe. Había estado tan ocupado con los entremientos, que ni tan siquiera me había parado a buscar información sobre el juego. Ni en manuales, ni en Eleginternet, ni preguntándole a algún entendido del tema. Absolutamente nada.

Me di unos cuantos cabezazos flojos contra la pared, castigándome a mí mismo por ser tan irresponsable. La emoción de ver que por fin había una misión disponible para mí me hizo olvidarme por completo que no conocía el juego que debía arbitrar.

En ese momento, cuando más presa del pánico me encontraba, recordé que la misión la realizaba junto con dos Aprendices más. ¿Habrían podido investigar ellos algo? Tenía que encontrarlos como fuera y preguntar.

Miré mi reloj. Por suerte, tenía mucho margen de tiempo hasta que empezara la final. Me fui disparado al Gremio con la esperanza de que alguno de ellos decidiera pasarse por allí antes de ir al estadio.

* * * * * *

Parecía ser que mi suerte no era tan mala después de todo. A pesar de que no lo conocía personalmente, vi cerca del tablón un chico que me sonaba que era el que había aceptado la misión. Alguna vez lo había visto por Tierra de Partida, aunque no sabía su nombre, así que ¿qué mejor forma de averiguarlo que acercarme y preguntárselo?

-¡Hola! ¿Eres tu el Aprendiz que ha aceptado la misión Juego limpio? ¡Yo soy Axel, Aprendiz de la Maestra Rebecca y natural del Coliseo del Olimpo!

>>Sé que es un poco pronto para anunciar que he metido la pata, pero tengo que avisarte con antelación de que no tengo ni idea de cuáles son las reglas del Mogupelota. ¿Tu sabes cómo se juega?

[Yuehito]

Desperté confuso y pensé – ¿no debería tener información sobre eso de la mogupelota si tengo que arbitrar?
Esa era la pregunta que me hizo levantar en aquel soleado y cálido día. Al parecer habían muchos aprendices haciendo tareas y que de por cierto yo evitaba conocer, por ser un chico muy tímido.

Salí de mi cuarto para dirigirme al comedor y poder desayunar. Esta vez tenía que alimentarme como debía, ya que en el entrenamiento pasado fue un fracaso el que no hubiese comido nada y haber entrenado en ese estado. Miré por la ventana y se hacía notar el furor de la mogupelota. Se veía que este campeonato era algo muy llamativo y de gran espectación, así que rápidamente comí y poniéndome la capucha anaranjada de pollo salí corriendo al bar donde la camarera me había dado la idea de tomar la misión.


–¡Señorita!, buen día –le saludé expectante a que me diera una pista mientras me quitaba la gorra.
–Hola Pequeño, de nuevo por acá. ¿Quieres tomar algo?-me respondió la camarera recordando mi presencia.
–No, no. Quería pedir de tu ayuda, es que… ayer había aceptado la misión de la mogupelota y… poco sé de ella, quería…
– ¡Valla!, así que ya te has decidido –me interrumpió alegremente –Migara, Migara, recuérdalo. Es una chica que está en la biblioteca ahí la puedes encontrar.
– ¿En serio? –Mis ojos brillaron estruendosamente –me has salvado tía, ¡de algún modo te lo agradeceré!
–No es nada, suerte –Salí rápidamente a buscar aquella información valiosa.

Al llegar a la biblioteca me acerqué a la recepcionista para preguntarle sobre Migara pero para mala suerte no se encontraba allí.
–Aww no puede ser –me quejaba por el importuno.
–Pero ella debe estar cerca del gremio, al parecer supuso que no sabrían nada sobre el juego. Así que debe estar allí –respondió la recepcionista tratando de consolarme.

Nuevamente tomé las energías necesarias para dirigirme al gremio y poder encontrarla. Pero al salir de la biblioteca una veloz pelota azotó mi cara que por poco mis cabellos no salieron volando. Caí al suelo y quedé tendido sin saber que paso.
-Perdón Joven, Kupó- Se disculpaba el pequeño moguri que culposa y lentamente se acercaba a mí.
-Pero que diab… -comenzaba a levantarme y noté la pequeña pelota rosa que sostenía el pequeño moguri –tú que estabas … haciendo –el moguri atinó a levantarme y poder estabilizarme.
-Perdón es que con tanta euforia sobre lo del campeonato me ha dado por estar practicando.
– ¡Tu! –Exclame al sentir la sensación de tener la respuesta ante mis ojos – ¡¿sabes cómo se juega?!
–Pues no, Kupó –en ese momento mi cara se desfiguró al sentirme frustrado –pero se de alguien quien sabe sobre el juego Kupó.
– ¿Migara? –Le respondí como si supiera lo que me diría.
– No… Mog, es mi padre. Él es encargado del juego si quieres lo vamos a ver Kupó.
–¡No! , no, o sea, si ¡no! Eeem… – Ya estaba lo suficiente confuso sobre el tema y prefería que el mismo dueño que estaba encargado no supiera que estaba desinformado sobre el tema –Mira solo necesito encontrar a Migara, ella tiene la información sobre el juego. Por ahora no te preocupes sobre el golpe, se pasará.
Ya un poco estable partí rumbo al gremio donde supuestamente me encontraría con Migara pero mi partida fue interrumpida por el pequeño.
-¡Hey Chico! Kupó, ¿cómo te llamas? –Me preguntó el pequeño Moguri.
–Exuy, y… ¿tú?
– Kupy –el nombre era muy tierno, pero tenía que seguir y no desconcentrarme.
–Bien, tengo que seguir Kupy, te dejo, nos veremos –le dije tratando de finalizar la conversa.
¡Espera! –Ese pequeño Moguri solo me estaba haciendo demorar más para poder saber las reglas –Yo… yo… puedo… es que… quiero acompañarte como disculpas al golpe, ¡por favor!
Parecía que la suplica de Kupy eran sinceras, pero como yo no tenía las agallas para decirle que no, le respondí –bieen, pero no te quedes atras, iré rápido, ¿Vale?
-Ok Kupo –entusiasmado comenzó a seguirme.

Y así Corrí muy rápidamente hacia el gremio para poder al menos escuchar sobre la Mogupelota.

[Quico]

Ya en el gremio, viendo que no había nadie aparte de la camarera en la barra, me senté en una de las mesas de alrededor del tablón, esperando a los otros aprendices que también se habían apuntado a la misión.

De repente entró alguien a la habitación, irrumpiendo el silencio que se había hecho en la sala. Era alguien alto, muy alto. A mis ojos parecía ser enorme. Entonces empezó a mirarme, intimidándome un poco. Se acercó hacia mí con una sonrisa en la cara. No parecía mal tipo, pero su estatura me embriagaba.

—¡Hola! ¿Eres tú el Aprendiz que ha aceptado la misión Juego limpio? ¡Yo soy Axel, Aprendiz de la Maestra Rebecca y natural del Coliseo del Olimpo!

—H…hola, supongo… Yo soy F…fran. Y, bueno, soy el maestro de Kazuki, digoo… que él es mi maestro—vaya confusión más tonta. Esperaba que el susodicho no apareciera por ahí de repente—.

—Sé que es un poco pronto para anunciar que he metido la pata, pero tengo que avisarte con antelación de que no tengo ni idea de cuáles son las reglas del Mogupelota. ¿Tú sabes cómo se juega?

—Bueno, esto te puede sonar raro, p…pero en realidad yo tampoco tengo ni idea sobre el juego. ¡Ni siquiera sé cuál es el objetivo! He intentado ir a ver un partido, pero diversos problemas han causado que no pudiera ir y…

Alguien entró también en el gremio. Pensé que iba a ser el último aprendiz que tenía que venir, en el que confiaba que supiera algo sobre las reglas del juego, pero en su lugar apareció un moguri, ¿o era una moguri? Llevaba un pompón rosa en la cabeza que no había visto nunca y un lazo encima de este, demostrando que era una chica.

Se acercó hacia donde estábamos nosotros apresuradamente. Al llegar al lado de nosotros se dispuso a preguntarnos algo:

—¿Sois vosotros los encargados de la misión Juego Limpio, kupó?

Dejó la pregunta en el aire, esperando una respuesta por nuestra parte. Yo en mi caso, afirme con la cabeza.

—Bien, bien kupó… Yo me llamo Migara y seré vuestra ayudante para lo que necesitéis. Mog me había dicho que ibais a necesitar ayuda con el juego, kupó, así que cuando le oí decir que estabais aquí, pensé en venir también.

>> ¡Kupopó—chilló de repente la moguri—, estoy emocionada por el juego de hoy! Hoy es la finalísima del torneo, aunque según algunos rumores van a haber trampas en el partido, sí kupó, por eso estáis aquí. Pero, vamos a irnos ya hacia el campo, kupó, o si no empezarán sin vosotros.

—E…espera, aún falta alguien por venir—la interrumpí—. Tenemos que esperarle.

[Nell]

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Axelpower abandona la misión. Podéis continuarla a partir de este punto entre vosotros dos (fingiendo que Axel se ha marchado), o cerrarla, como queráis.

[Yuehito]

—Rápido Kupy —le apuraba cuando aún hacía su intento de ir rápido.
—Ya voy, Ya voy… no, no, espere, espere, tomemos un descanso por favor, Kupó —Me suplicaba Kupy.
—Pero si solo hemos… naaah, está bien —Le decía aceptando su deseo con angustia.

Kupy y yo nos sentamos a las orillas del corredor y quedamos viendo el patio de Tierra de partida. Allí habían 3 chicos de muy pequeña estatura que jugaban al balón y al parecer tenía la apariencia de tener relación con el campeonato y el juego.
—Espérame aquí Kupi —Le dije mientras me dirigía a preguntarles a los chicos y así aprovechar el corto descanso.

—Chicos, dis…disculpen —los tres chicos voltearon y dirigieron una mirada seria que me hizo sentir amenazado —¿Us…ustedes saben s…sobre el juego de la Mogupelota? —El chico más pequeño tomo su pelota y se ganó al frente mío.
—¿Pues… porque quieres saber? Kup… —Preguntó prepotentemente.
—Es porque… nada olvídenlo, solo curiosidad… adios —me voltié y rápidamente me alejé su perimetro. Al caminar hacia kupi comenzé a dudar de las actitudes de esos chicos. Nunca antes los había visto por ahí y para mayor sospecha su forma de responder no tenía ningún respeto.

Volví donde Kupy y le conté de mi intento fallido por querer encontrar información. Así, nuevamente nos pusimos en marcha para encontrarnos con mis compañeros. El break había acabado.

[Quico]

—Vale, kupó. Esperaremos un poco más, pero si no se da prisa tendremos que irnos sin él, ¡y eso no me gustaría para nada, kupó! —gritó Mogara preocupada. ¿Le habría pasado algo al aprendiz que faltaba por llegar?

De repente Axel se tambaleó en el sitio. Vi cómo se caía al suelo, pero antes de que llegara acerté a cogerle.

— ¡¿E…estás bien?! — le pregunté alarmado.

No dio ninguna respuesta, se había desmayado. Rápidamente Mogara se acercó a nosotros lanzando un gritito ahogado con una cara de mucha preocupación.

— ¡Kupopo…! ¡¿Qué le ha pasado?!

Antes de que la respondiera, la moguri ya estaba invocando un hechizo de curación sobre el aprendiz.
Desgraciadamente este no surtió efecto, por lo que se puso aún más histérica.

— ¡Oh no!, tenemos que ayudarle, kupó… Yo le llevaré a la enfermería a ver que pueden hacer por él. De momento el torneo tendrá que esperar kupó…

Inmediatamente ella cogió al chico y se lo llevó fuera del gremio.

— Espero que esté bien... Pero ahora no puedo ver si es grave lo que le pasa — hablé para mi mismo—. Tengo que buscar otra manera de averiguar las reglas, o no podré cumplir la misión.

Salí del gremio dispuesto a encontrar más información, aunque de momento las oportunidades que se me habían presentado habían desaparecido volando.

En el camino al castillo, ya que había salido por la puerta exterior, me encontré con otro aprendiz acompañado por un pequeño moguri. Me llamaban la atención porque eran de los pocos aprendices que estaban por los alrededores y no en la final del torneo y además me sonaba bastante de haberle visto anteriormente, pero no se me ocurría dónde.

— ¿Será mi compañero? ¿Le digo algo? — pensé para mí mismo.

En el tablón de misiones del gremio estaban apuntados los tres nombres de los participantes de la misión: el de Axel, que había sufrido una baja, el mío y el de un tal Exuy. Aún con timidez, me dirigí hacia él para preguntarle por su nombre, y si era mi compañero, continuar con la misión.

—¿E…eres tú Exuy?...

[Yuehito]

Mis pasos al correr se sincronizaron a la velocidad de Kupy y pudimos avanzar rápidamente. Ya llegábamos al Gremio cuando una voz inofensiva me detuvo en la puerta.

—¿E…eres tú Exuy?... —Mire a mis costado y no encontré a nadie. Me di la vuelta y al lado de Kupy pude ver a un chico de cabello alborotado con gafas que se asomaban debajo. Mi mirada se bloqueo cuando el brillo de sus lentes hicieron aparecer sus ojos. Agaché mi cabeza y Extendí mi mano para saludarle.

—S-s-sii soy yo, Exuy, un gusto — Luego de saludarle puse mi mano en la cintura mientras la otra toqueteaba mi mejilla, una pose pensativa para recordar los nombres de mis compañeros —Tú debes ser… Axel o… Frinn… Fr-fran… ¡Fran! .El es kupy, dice poder ayudarnos con la misión. Pero no sabe mucho del juego — Levanté la mirada junto con un rascado de cabeza. En ese instante sentía que en realidad no serviría mucho la compañía del pequeño Moguri, pero la mirada compasiva de la creatura retractaba mis pensamientos.

— ¿A todo esto, donde está el otro aprendiz… y Migara? —preguntaba curioso al solo ver al chico presente.

[Quico]

Al llamar a mi supuesto compañero, este se dio por aludido, y se giró hacia mí. Con un ligero atisbo de timidez. Extendió la mano, que yo apreté con agrado.

—S-s-sii soy yo, Exuy, un gusto— al instante este se llevó la mano a la cara mientras fruncía el ceño, suponía que pensando—. Tú debes ser… Axel o… Frinn… — ¿Frinn? —. Fr-fran… ¡Fran! — ¿de verdad tenía tanta complicación mi nombre? Había visto algunos mucho más complicados—.

—Sí, llámame Fran, aunque también puedes llamarme SetonciOS—dije sin pensar. Después de decirlo me arrepentí, ¿de dónde había sacado el final de la frase? Por supuesto que no había sido yo quien lo había dicho.

—Él es Kupy—señaló al pequeño moguri que le acompañaba. Al presentarme Exuy al moguri, este se escondió detrás del chico, quizás por miedo—, dice poder ayudarnos con la misión. Pero no sabe mucho del juego.

—Bueno, algo es algo. ¿Podrías contarnos que sabes del Mogupelota?—me dirigí al pequeño moguri.

¿Qué podríamos hacer ahora? Axel desmayado por alguna razón, Migara, que era la única del equipo que tenía algo de idea se lo había llevado. Solo nos quedaba Mog, pero no creía en que supiera sobre el tema. Estábamos un poco mal.

— ¿A todo esto, donde está el otro aprendiz… y Migara? —preguntó Exuy.

—B…bueno, Axel por alguna extraña razón se ha desmayado, y Mogara se lo ha llevado a la enfermería. Así que de momento estamos solos.

>>¿Quizás deberíamos buscar a Mog para decirnos qué podemos hacer? O buscar en la biblioteca…

[Yuehito]

Que había pasado con el Axel, era muy extraña la situación. En fin, Migara por ahora está ocupada.

—¿Podrías contarnos que sabes del Mog Fran —le dijo Setonci... Fran a Kupy.

—Hasta el momento no tengo muy claro el juego. Aparte de que se juega con una pelota, existen algo llamado Arkupis. Son como unos aros que se ubican en la cancha. Mmm… —El pensamiento de Kupy parecía salirse del pompón naranja tratando de recordar algo más —Se le pega con… ¡ay! Ya se me fue.

—¿Quizás deberíamos buscar a Mog para decirnos qué podemos hacer? O buscar en la biblioteca… —Lo de la biblioteca parecía una buena idea, ya que pensaba que Mog sentiría un poco de inseguridad en nosotros si le pedíamos información del juego.

—Vallamos a la biblioteca, pueda que encontremos algo de información en los libros, luego volvemos para saber de Migara y Axel —Saque mi libro y de entre sus hojas tome una suelta para escribir:

Migara, por mientras iremos a la biblioteca a buscar información sobre la Mogupelota. Volveremos lo antes posible. Esperando que Axel se mejore, se despide Fran y Exuy.

[Quico]

La ayuda del pequeño moguri era insuficiente. Gracias a él habíamos averiguado que existían una especie de aros en el juego, quizá unas canastas, que se llamaban Arkupis. Lo malo es que no se acordaba de mucho más, por lo tanto teníamos que ir a por más información. El sitio elegido fue la biblioteca, a la que nos dirigimos rápidamente, yo metiendo cada vez más prisa, preocupado por el tiempo hasta el comienzo del partido.

Durante el camino hasta esta, encontramos a un montón de moguris que iban por los pasillos cantando himnos, con diferentes bufandas de sus equipos favoritos y sobre todo haciendo piña, lo que hacía muy difícil el tránsito entre los pasillos.

—Cuidado Exuy, no te pierdas por aquí…

Cuando llegamos lo primero que me encontré es que no había ningún moguri aparte de la bibliotecaria, que era la única que se tenía que quedar allí. El resto eran aprendices estudiando o leyendo en diferentes mesas, algunos con una extraña cara de aburrimiento.

Directamente fui a hablar con la moguri para preguntarla sobre algún libro, ya que no parecía que ella fuera a saber algo sobre el juego en sí.

—D…disculpe, ¿existe por aquí algún manual que relate las reglas de la Mogupelota?

[Yuehito]

Nos dirigimos directo a la biblioteca. En nuestro camino, muchos moguris se estaban preparando para el esperado deporte. Lo que se nos hacía demasiado difícil pasar. El tiempo se nos acababa, el solo signo de la multitud nos anunciaba lo pronto que se haría el juego.

—Cuidado Exuy, no te pierdas por aquí… —dijo Fran. Pasamos por entremedio de los simpáticos cantores en un estado de euforia. Preguntarles sobre el juego sería casi un insulto. La decisión estaba tomada.

Llegamos y notamos la poca ausencia de personas en aquel lugar. El lugar no era inmenso, mas bien se componía de estanterías formando pasillos. Habían 7 pasillos y cada uno se separaban en secciones. Fran, al analizar la situación fue directamente hacia la bibliotecaria, la única hasta el momento que podía ayudarnos.

—D…disculpe, ¿existe por aquí algún manual que relate las reglas de la Mogupelota?

—mmm… dame un segundo estimado, Kupi —Mientras la moguri revisaba en una pantalla los libros me di cuenta de que la presencia del pequeño ayudante había desaparecido. Kupy probablemente se había extraviado entre la multitud de aquellos hinchas de la mogupelota.

—Si, lo hay. Su nombre es “El espectacular juego de los moguris”. Este se encuentra en el pasillo 4,sección entretenimiento, está casi al medio de todo el pasillo, Kupi— nos dijo la moguri apuntando en el sitio.

Mientras caminábamos hacia el libro le tomé el hombro a Fran para decirle lo que había pasado.
—Parece que Kupy se nos perdió entre la multitud. Lo más probable es que luego lo encontremos. Al menos eso creo… por ahora solo concentremosnos el la información.

[Quico]

—Mmm… dame un segundo estimado, Kupi—dijo la bibliotecaria.

Me quedé en el sitio esperando a que la moguri me diera las indicaciones para encontrar alguna pista sobre el juego. Estaba totalmente absorto en la pantalla del ordenador personal de ella, así que no me di cuenta de lo que pasaba a mí alrededor.

—Sí, lo hay. Su nombre es “El espectacular juego de los moguris”. Este se encuentra en el pasillo 4, sección entretenimiento, está casi al medio de todo el pasillo, Kupi.

—Vale, muchas gracias—luego me dirigí a mi compañero—. Vamos para allá.

En Tierra de Partida, no había estado mucho tiempo en la biblioteca, ya sea por entrenamientos, falta de ganas y otras excusas que no me gustaría ponerme a relatar ahora. Lo importante era que no tenía ni idea de cómo estaban ordenadas las estanterías, y por tanto seguramente me perdería, ya que resultaba que la sala era enorme y los pasillos infinitos.

Entonces noté una mano encima de mi hombro. Era Exuy, que quería informarme sobre algo:

—Parece que Kupy se nos perdió entre la multitud. Lo más probable es que luego lo encontremos. Al menos eso creo… por ahora solo concentrémonos en la información.

— ¿Oye, tú sabes dónde puede estar esa sección para encontrar el libro? Estoy más perdido que un pulpo en un garaje.

[Yuehito]

— ¿Oye, tú sabes dónde puede estar esa sección para encontrar el libro? Estoy más perdido que un pulpo en un garaje.

No pude evitar reírme de lo que había dicho Fran. Miré el sitio y noté que estaban en aumento los pasillos, en el que estábamos marcaba el 2 por lo que me imaginaba que si seguíamos caminando llegaríamos al 4.

—¡Eureka! Este es el lugar —nos adentramos para encontrar la zona entretenimiento y encontrar aquel libro. Mi mano se detuvo cuando leí “El espectacular”. Lo saque ansioso para poder leer lo que decía.

“El espectacular juego de los Moguris”
La mogupelota

—Estamos a un pelo de saberlo todo sobre el juego —Abrimos el libro y comenzamos a leer.

Mogupelota:
Juego que se practica hace 100 años. El juego ha pasado de generación en generación como un deporte tradicional entre los moguris.
Se dice que en tiempos antiguos se ocupaba este deporte como un método de combate para poder adquirir recompensas o disputar tierras. A su tiempo las necesidades fueron cambiando, por lo que en el día de hoy solo se ocupa como un divertido deporte…”

—Increible, no pensé que esto fuera tan importante para ellos…

Modo de juego:
El juego consta de insertar pelotas dentro de arcos que se encuentran en el campo de juego. Este último está dividido en 2 sitios donde cerca de los extremos opuestos hay 5 aros, llamados Arkupis, ubicados en diferentes posiciones. A medida que el juego avance los Moguris tendrán que golpear la pelota en el aire con el pompom de su cabeza para ubicar la pelota en los arcos. Los Moguris pueden moverse a gusto de ellos por el campo pero dentro del sector de los arcos, que es una semi-circunferencia, no podrán pasar a menos que sean los Guardakupis, los que impiden el paso de la pelota en los Arkupis.”

Mis ganas de saber más de el juego incrementaban cada vez más.

Reglas:
…
…”

Una sorpresa había ocurrido en ese momento. Nos miramos con Fran al ver que se nos presentaba un nuevo problema.