—
Creo que la última vez fue durante mi curso de cocina —me respondió el chef Higashizawa, sin realmente levantar la vista de su café. Otra señal de que le habían lavado el cerebro o se trataba de una copia: realmente no le dio mucha importancia al cómo llegué allí ni desde cuándo.
O eso pensé, pues sorprendentemente continuó hablando, haciendo referencia al juego que yo había mencionado previamente:
—
Reapers' Game... Así que es cierto. Han vuelto a las andadas.Ahora... ¿qué clase de copia fabricada por los Reapers diría la verdad al Jugador que intentaba engañar?
—
He venido desde muy lejos para verlo y... Pensaba que era mentira cuando me lo dijeron —continuó, para al fin mirarme a los ojos. No supe responderle con nada más que una expresión de incredulidad—
. Imagino que tú eres un Jugador. Qué tiempos. ¿Seguirá esa muchacha condimentando sus celos...? Por no hablar de...—
Maestro Higashizawa, ¿usted...?Tanto el gigantesco hombre como yo nos vimos interrumpidos cuando la puerta del local se abrió estrepitosamente, como si alguien la hubiese empujado con no poca prisa. Rápidamente me levanté de mi asiento, temeroso a que se tratara de un Reaper; pero, para mi alivio y sorpresa, quienes entraron fueron dos Jugadores. Y uno de ellos, todavía más asombrosamente, me resultaba conocido.
—
¿Saxor...? —murmuré, reconociendo a uno de los Aprendices de Bastión Hueco. Antes de que decidiera apoyar a la Oscuridad, Saxor nos había apoyado al grupo de la Ruta 3 a luchar contra Wix y, aunque había ciertamente pasivo en la excursión (y por tal, no lo conocía mucho), su ayuda fue inmensamente agradecida. Si no hubiese sido por su mascota Guilmon, la ex-Maestra no hubiese sido derrotada.
Al verme, incluso cuando éramos enemigos, el joven me saludó:
─
¡Hola Xefil, Higashi...!Saxor y yo no fuimos los únicos que reaccionamos a aquel súbito encuentro, sin embargo. Higashizawa también se puso de pie al ver a los dos Jugadores, y el otro que acompañaba a Saxor inmediatamente reculó, cubriéndose el rostro con los brazos, como si estuviese asustado de vernos. Supuse, pues, que conocía a Higashizawa. Para confirmar mis sospechas, el chef cruzó los brazos y se rió, como burlándose de la actitud del muchacho.
—
El chico calavera —reconoció, seguramente haciendo referencia al gorro de tela negra con el diseño de un cráneo en blanco que el joven llevaba sobre sus cabellos rubios. A eso, o a su pendiente, que era igualmente perturbador—.
Definitivamente, se está cociendo en el Reapers' Game.—
¡No es posible, yo! ¡Shiki y Neku acabaron contigo hace meses! —
¿Qué...?—
Un Reaper nunca muere. Sencillamente, sus ingredientes pasan a formar una nueva salsa —continuó explicando el hombre, ajeno a la incomprensión de Saxor y mía. ¿Significaba todo aquello entonces, que...?—.
Pude dedicarme en cuerpo y alma a mi pasión, mientras vosotros perdíais el tiempo intentando resucitar un mundo muerto... Y extendíais su moho a los demás.De pronto caí en cuenta de que no sabía de qué mundo provenía Higashizawa. En realidad, ni siquiera estaba seguro de que se lo hubiese mencionado a alguien a parte de los Maestros. Y por su actitud con aquel muchacho, el compañero de Saxor, a quien jamás había visto en Tierra de Partida, supuse...
—
Eras un Reaper... De su mundo —susurré, finalmente entendiendo, aunque fuese una mínima parte, el pasado del chef Higashizawa.
—
Tranqui, Higashizawa... No le des más caña al muchacho.Una voz desconocida se unió a la conversación, sonando desde algún sitio a mis espaldas. Curioso, me giré, sintiendo una extraña confianza: al contrario que con el chico calavera y Saxor, no reaccioné con precaución ni temor. Desde las cocinas en la parte trasera de la cafetería, aparició un hombre joven con ropas y peinado que, aunque no correspondían a mi época, supe precisar que había elegido con bastante estilo. Unos anteojos oscuros apenas cubrían sus ojos, pero añadían un agradable accesorio a su atuendo, por no decir... ¿qué palabra se usaba? ¿
Hip?
—
¿Quién es este tipo? —aquella pregunta resonó en mi mente tras darme cuenta de que la presencia del hombre era más que apreciable en el ambiente. Y, extrañamente... tranquilizante.
—
¡Señor Hanekoma! —llamó el chico calavera, revelándonos así el nombre del curioso individuo, a quien supuse también conocía.
—
Bienvenido al Wildkat, calavera —dijo el supuesto Hanekoma, refiriéndose a la agradable cafetería. Luego el hombre se dirigió a Saxor y a mí—
: Y bienvenidos vosotros también, Jugadores. ¿Un café? Doscientos platines.—
Yo... —quise decir algo, pero Hanekoma inmediatamente comenzó a preparar las bebidas, sin realmente interesarse por nuestras opiniones. Suspiré, resignado, al ver cómo trabajaba con bastante facilidad. Para cuando pudiese expresar mi inconformidad, él ya habría terminado el café.
Calavera comenzó a hablar en ese momento; para verse interrumpido por Hanekoma, sin embargo:
—
Señor Hanekoma, venimos a...—
No puedes romper un Pacto. Estuve vigilando ayer el Juego y vi lo que pasó. Creo que deberías también escucharle a él: no es un Reaper. Aunque sí que tiene relación estrecha con Xayim.Luego de aquellas palabras, el señor Hanekoma caminó hasta mí y me entregó el café que me había preparado. El olor característico de una infusión cuyos granos habían sido molidos a mano llegó hasta mi nariz, embargando mi mente con una relajación y tranquilidad que jamás había sentido por una taza de café. Al probarlo, noté la tibia sensación del alcohol en la garganta, contrastante con la suave textura de la espuma en mi lengua.
—
El mejor irlandés de mi vida. Gracias, señor Hanekoma.—
Tú me debes algo más que los doscientos platines de este café—continuó el hombre, haciendo referencia a algo que no entendí, pero que procedió a explicar—.
Adivina quién te ha salvado el pescuezo hoy, chavalote. Deberías tener un compañero, ¿sabías?—
¡L-Lo sé! Pero estaba un espectro encapuchado, y la Game Master, y los otros Jugadores ya... —me detuve cuando Hanekoma restó importancia al asunto con un gesto de la mano. Claro que no intentaba excusarme por mis acciones, pero aquella situación se me había salido de las manos. Normal que no tuviese una pareja cuando pasé la mayor parte del Día 1 en solitario.
—
Debéis cooperar si queréis sobrevivir. Tú con tu compañero —Hanekoma señaló a Calavera con la mano
—, y tú debes arreglártelas en tu estado —y luego me apuntó a mí—.
Por suerte, tengo algo para ti —a manera de explicación, el hombre buscó algo entre sus bolsillos y luego, tras encontrarlo, me lo lanzó. Apenas logré atrapar algo tan pequeño como una moneda.
Cuando lo miré en mi mano, descubrí que era un pin de Jugador... pero distinto: los colores habían sido invertidos. Sin duda, por aquel peculiar aspecto, uno podría decir que aquel pin era especial.
—
Se trata de un falso compañero. Te permitirá usar tu arma y habilidades, pero no podrás hacer uso de PowerUps ni, por supuesto, fusiones. Sin embargo, te permitirá hacer un Pacto cuando encuentres a alguien... Que por tu bien, esperemos que sea dentro de no mucho.—
Yo espero lo mismo...—
Wow, señor Hanekoma... ¡Gracias! —expresé, colocándome el pin en el pecho, al lado de su "hermano"—.
Realmente me ha salvado el pellejo. Sin duda este pequeño me ayudará bastante. Me aseguraré de pagar el favor como cliente habitual —bromeé, levantando levemente el irlandés, para luego darle otro trago.
¿Pero quién era aquel señor Hanekoma? ¿Por qué me ayudaba? Y más importantemente, ¿quién era? ¿Había sido un Reaper alguna vez, como el chef Higashizawa?
Continué bebiendo mi café, mientras escuchaba, aunque fingiendo no hacerlo, una conversación entre Saxor y su compañero. Advertí que el primero llamó al otro "Beat"; supuse que le sería más cómo escuchar aquel nombre,
en lieu de "Chico calavera".
Y escuché, en silencio, cómo Saxor explicaba haber sido poseído por un ser llamado "Xayim".
─
¿Qué está pasando aquí? Son ya cinco, contando a Saxor ─me dije, pensando en cómo otros compañeros (entre ellos Light) y yo parecíamos atraer problemas relacionados con seres de la oscuridad. Ragun con el ser que lo había poseído al luchar contra Nadhia; ella misma, con el broche de plata; y mi propia relación con Némesis.
¿Había alguna clase de conspiración más allá de nuestro entendimiento? ¿Por qué los caballeros de la Llave-Espada teníamos corazones tan frágiles...?
─
Xefil, tengo una idea ─dijo el chico luego, girándose hacia mí. Levanté la mirada y alcé las cejas sobre la taza del café irlandés, de la cual bebía el último trago, reconociendo la presencia de Saxor y dirigiéndole toda mi atención─.
Te ayudaré a buscar un compañero.─
¿Lo harías...? ¿En serio? ─respiré aliviado─.
Os acompañaré gustoso. Contad conmigo... claro, si... ─me giré hacia Beat, reconociendo su presencia. No podía dejar al compañero de Saxor fuera─.
Beat, ¿no es cierto? Mira, no sé tu historia con ese tal Xayim, pero te aseguro que Saxor es un buen tipo. Me ayudó mucho en el pasado. Y ahora, a manera de agradecimiento, me gustaría ayudaros a vosotros.
>>El nombre es Xefil ─dije, tendiéndole la mano.
Una vez me presenté, volví a girarme a Higashizawa y a Hanekoma.
─
Supongo que deberíamos irnos, entonces. Cazar esos... "PowerUps" es lo mejor que podríamos hacer, aunque aquí adentro no haya ni un solo Reaper ─dirigí una breve mirada a Higashizawa, para ver si le incomodaba la mención a su antiguo oficio─.
Pero creo que Saxor, al igual que yo, tiene algunas preguntas.
>>Maestro Higashizawa, Señor Hanekoma... ¿Quiénes sois vosotros? ¿De qué va este Reapers' Game y por qué los Aprendices fuimos obligados a participar? ¿Qué pasa si ganamos? Y finalmente... ─me giré un poco más, para que Beat supiese que aquella pregunta también le comprometía.
>>Villa Crepúsculo no es vuestro mundo, ¿cierto? ¿Qué le pasó... al anterior?Saxor, supongo que puedes postear de nuevo para preguntarle algunas cosas a Hanekoma, que una oportunidad cómo ésta de hablar con el Producer no creo que la volvamos a tener xD