[Villa Crepúsculo] DanNad

Encuentro de Light y Nadhia

¡Pásate por aquí para encontrarte con todo aquello relacionado con el rol y que no encontrarás en el resto de subforos! Libres, Eventos, Eventos Globales... ¡Pásate, rolea y échate unas risas!

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor EspeYuna » Lun Oct 07, 2013 8:30 pm

Creo que entiendo lo que quieres decir —me giré hacia Light y, sonriente, hice desaparecer mi llavero en un destello. La cubertería no dejaba de mirarme y alguna que otra se acercó un poco más para jugar con las plumas que había soltado Ángel Forjado.

Light, ¿y tú? —mientras la señora Ágatha centraba su atención en su nieto, aproveché para sacar de mi chocolate aquella traviesa pluma blanca que había decidido posarse sobre el dulce caliente—. Creo que ya me sé la respuesta, pero igualmente contesta a mi pregunta. ¿Por qué te convertiste en Caballero de la Llave Espada?

Es obvio —contestó enseguida, y presté atención como él había hecho—. Quiero convertirte en Maestro para volverme fuerte y encontrar a mis padres desaparecidos —aquello me pilló desprevenida. Mis ojos tornaron tristes y se fijaron en la determinación de Light al expresar en voz alta el arduo deseo de encontrar a sus padres con vida. Repetí aquellas últimas palabras dentro de mi cabeza. “Con vida”. Una sensación desagradable me invadió el estómago y no pude en un primer momento seguir degustando las pastas de Ágatha—: Y también quiero viajar por un montón de mundos como ellos hicieron. Conocer otras culturas, costumbres, y otras muchas cosas, diferentes a las de esta ciudad.

La abuela de Light soltó una pequeña risa, contagiosa en mi opinión, que hizo que mostrara una sonrisa sincera y llena de sentimientos.

Estoy segura de que conseguiréis lo que os proponéis —la mujer, viendo que intentaba llegar de forma inocente al plato de dulces, lo acercó amablemente y se lo agradecí con la misma sonrisa—. Recuerdo con exactitud mis primeros días de aprendiza, era tan joven e ingenua… y soñadora, y muy fuerte también. Una pena que la edad me haya pasado factura y ya no sea tan fuerte como antaño…

Yo no pienso eso —me atreví a decir, admirando las palabras de la Maestra retirada—. Se le ve aún decidida y con fuerza. Quiero decir, lo que usted hace con la casa, el control que posee con la magia... la admiro por ello y...

Me recuerdas a mí cuando era más joven, Nadhia.

¿Eh? —musité, bajando la mirada y bastante sorprendida por el comentario— ¿A... a mí? ¿Por qué...?

Tengo entendido que eres una ávida lectora, ¿no? —olvidando lo que acababa de mencionar como un posible halago, alcé mis ojos avellana y asentí con la cabeza. La palabra “libro” era sagrada para mis oídos.

Escuché con atención y descubrí lo mucho que se esforzó Ágatha en sus días de aprendiz. Su Maestro parecía haber sido un mentor formidable que le había inducido a la lectura. ¿Escritor de las mismas obras, decía? ¡Quería saber más de él!

Cuentos de fantasía, libros sobre la historia de Tierra de Partida desde sus tiempos más remotos, manuales didácticos para aprender hechicería poderosa y otros muchos libros más. La lectura no es precisamente un hobby de mi nieto, y la magia mucho menos —Light, al ser señalado, evadió la mirada algo avergonzado. Supuse que había disfrutado de su infancia con el Struggle, algo que sin duda yo podría haber hecho si no hubiese pasado por lo de Dan. Es más, ¿habría descubierto el placer de la lectura, aún entrenándome constantemente en la plaza junto a los demás niños? Quién sabe—. Y estoy segura de que la biblioteca de Tierra de Partida no es lo suficiente grande para ti, así que desearía que ahora fueran tuyos, y los leyeses, tal como hice yo en su día.

¿En... en serio? —incrédula por la oferta, zarandeé la cabeza de un lado a otro— ¡No, lo que quiero decir es...! Pero, señora... Maestra Ágatha, esos libros deben ser muy importantes para usted. ¿De verdad cree que debería... dármelos?

Además, este caballero te ayudará a llevar todos los libros hasta tu casa. ¿Verdad? —la mirada que lanzó a Light confirmó que el joven iba a ayudarme, se negara o no. Solté una pequeña risa para mis adentros cuando mi nuevo amigo se prestó a echarme una mano sin importarle en absoluto.

Aunque cuando Ágatha nos enseñó la gran montaña de libros que había en sus estanterías, ocultas en la magia, tragué saliva. Después, sumamente emocionada, comencé a curiosear, aun pidiendo permiso para hacerlo. Light observaría el brillo de mis ojos en el papel impreso. Cada palabra era un tesoro, y heredar en parte aquella montaña de información, teniendo en cuenta que había sido escrito por un antiquísimo Maestro, me hizo sentir una aprendiz muy afortunada.

¡Gracias! ¡Muchísimas gracias! —exclamé, danzando entre uno y otro volumen, degustando la letra del autor— ¡Su letra era preciosa! ¡Incluso hay huellas de sus dedos por accidente con la tinta! ¡Es genial! ¿”La luz que nadie conoce”? ¿”Arcángel”? ¿”Sanctus”? ¿Cuánto llegó a escribir su Maestro?

Había sido muy peligroso regalarme aquello. No saldría de mi habitación de Tierra de Partida en semanas. O puede que meses.

¡Gracias, de verdad!

* * *


Aprovechando que quizás Light quería tener un rato a solas con su abuela, decidí llevar algunos tomos por mi cuenta. Teniendo en cuenta que aún así pesaban lo suyo, Light se ofreció a dejarme un carrito de esos que teníamos de pequeños para transportar los juguetes. Coloqué con sumo cuidado y precisión, agarré el medio de transporte y me dirigí a casa con una sonrisa, atontada. Algunos los dejaría en casa, por supuesto. No podría llevarme ni en broma toda esa mole de papel en un solo viaje.

Había quedado con que me reuniría con Light en unos quince minutos en la Torre del Reloj para volver juntos a Tierra de Partida. Pero algo iba a hacerme llegar tarde.

No, alguien.

Tuve que pasar por uno de los callejones que conducían a mi casa, cuando los vi. A un grupo de muchachos mostrando sus músculos y desafiándose a una batalla callejera, lejos de que los árbitros pudieran hacer algo por evitarlas. Tenía entendido que incluso hacían apuestas algunos, opinando quién era el más fuerte de todos.

No es que me interesara, más bien, me aterraba pasar cerca suya. Había recibido burlas suyas durante mucho tiempo. Algunos, incluso, habían sido mis “pretendientes”. Mi madre había hablado con sus vecinas para que nos conociéramos. Sin embargo, sólo había conseguido durante mis años de prisionera en Villa Crepúsculo una sensación de inferioridad y desconfianza en mí misma cada vez que me dirigían la palabra, sólo para hacer algún comentario gracioso. Como dije una vez antes de encontrarme con Akio, “era un blanco muy fácil”. Nunca reaccionaba frente suya, a pesar de que muchas noches había llorado bajo las sábanas, sintiéndome desdichada y fuera de lugar.

Y aquella tarde no iba a ser diferente. Allí no podía ejercer el poder de la Llave-Espada, era un secreto que no podía ser revelado. Lo sabía de primeras, que no podía llevar la justicia por mi mano y “darles una lección”. Ni siquiera era capaz de hacerles frente con un bate de Struggle... ¿por qué me comportaba así?

¡Oh, pero mira a quién tenemos aquí!

“Maldición”

El sonido de las ruedas oxidadas me había delatado. Y por poco llegué a volcar los libros de Ágatha cuando supe que me habían descubierto.

No tardaron en rodearme.

¡Si es la empollona de turno! —exclamó uno, a quien había conocido no más de cinco minutos en una “cita”. Pero no me atreví a cruzar la mirada con ninguno de ellos— ¿Dónde has estado todo este tiempo, Nadhia? ¡Te echábamos de menos!

“Dejadme”

¡Oh, yo lo sé, su madre no para de decir que está estudiando fuera! —dijo otro, ensalzando a lo ridículo su voz— ¿Literatura, eh? Oye, Nadhia, ¿y para qué narices sirve eso, eh?

De pronto sólo escuchaba risas a mi alrededor. Cuchicheos, risas que soltaban con malicia mientras me hacían sentir peor conmigo misma.

¡Pero si tu “sueño” no era ese! ¿No querías ser una princesita como los de tus cuentos para bebés? —preguntó otro, expectante, mientras soltaba una carcajada— ¡Estoy seguro de que al final tus padres te han mandado allí porque no te quieren cerca! ¿Qué pensarán de ti? ¡Jo! ¿Te estoy haciendo llorar?

Así era. Pequeñas lágrimas surcaron mis mejillas, pero las limpié enseguida con mi mano libre.

¡Pobrecita, es que sigue siendo un bebé! —el primero se acercó para intentar ver mis ojos, pero no le di el placer y evadí la mirada— ¡Vamos, Nadhia, di algo, que nos aburrimos! ¡Algo inteligente, de una empollona como tú!

De nuevo las risas. Me estaban aplastando como una hormiga inofensiva. Pero fue entonces cuando reaccioné. Uno de ellos se acercó a mi carrito y cogió el primer libro que sus sucias manos encontraron.

¿Qué llevas en ese carrito para bebés?

¡Eh!

Fui a recuperar el libro, cuando noté que algo hacía contacto con mi tobillo y caía de bruces contra el suelo. Por suerte pude poner los brazos.

¡Devuélvemelo!

¿Y por qué debería hacerlo, eh?

Me levanté y seguí escuchando las risas de mi alrededor.

P-Porque... yo...

“Porque es muy importante para mí”

“Porque es un regalo muy preciado”


¡Si lo quieres, suplícame!

¡Eso, eso!

¡Vamos, bicho raro!

Si no lo haces, quién sabe lo que le puede pasar a este libro —completamente asustada, vi como el acosador abría el libro y me regalaba una mirada maliciosa mientras daba a entender que arrancaría las páginas con sus sucios dedos. Mientras, los demás cogieron el carrito y lo pusieron al filo de una calle cuesta abajo.

¡¡No!! ¡Por favor...!

¡Ah, ah, ah! Así no me vale. Arrodíllate ante mí y tu libro no sufrirá mi ira.

Su burla era cruel. Sus palabras eran enfermizas. Sus intenciones eran despiadadas. Sin embargo, no era capaz de hacerle frente. No tenía las fuerzas suficientes para liarme a puñetazos con él... porque nunca había ejercido la fuerza bruta. Sólo con mi Llave-Espada, y para salvar a inocentes.

Pero allí, en el mundo de estos, no era una portadora. Seguía siendo Nadhia Hoghes. Y parecía que no habían visto mi demostración en el torneo. Aunque, ¿para qué? Eso no cambiaría nada.

Sintiéndome ridiculizada, lo único que me importaba en aquel momento era recuperar aquellos presentes de Furier. Si algo les pasara, jamás me lo perdonaría. No podría mirarle a la cara nunca más.

Y me arrodillé, posé mis manos sobre el suelo y bajé la cabeza, muerta de vergüenza.

Por favor...

¿Sabes? Eres bastante “sumisa” —llegó un momento en el que ni siquiera percaté que se había arrodillado ante mí, dispuesto a tocarme—. ¿Qué tal si te pedimos algo más interesante para hacer, eh?
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor Light » Lun Oct 07, 2013 8:43 pm

Increíble…

Finalmente, y tras degustar todos los manjares que Ágatha les había ofrecido, los jóvenes gozaron de la oportunidad de poder entrar en la biblioteca privada de la ex Maestra; protegida naturalmente por todo tipo de maleficios. La anciana únicamente tuvo que pronunciar un hechizo en bajo para deshacer todos los candados de la puerta, al mismo tiempo.

Ni siquiera Light había tenido la oportunidad de adentrarse en aquella habitación, y en cuanto pudo hacerlo, únicamente pudo abrir la boca de asombro.

Libros, libros y más libros. Una pequeña habitación rectangular y sin apenas iluminación, repleta de estanterías anticuadas de madera, y sobre ésta, múltiples símbolos como círculos y cruces pintados. A su vez, éstas estaban repletas de enciclopedias escritas por el desconocido Maestro de Ágatha Furier, el supuesto historiador. Light se preguntaría cómo habría sido el mentor de su abuela: ¿puede que tan exigente como ella? ¿Tan cascarrabias…?

Se trataba de alguien que siempre había tenido una musa eterna. ¿De dónde habría sacado la inspiración y el tiempo aquel hombre? No podrían cargar con tantos libros ni de broma…

Adelante.

Y con el permiso concedido por Ágatha, Nadhia se lanzó a devorar con los ojos los primeros libros que encontró a la vista. Light, atraído por el brillo y asombro que emanaban de los ojos de su compañera, se dedicó a observar los libros que la muchacha iba dejando en la estantería para coger los sucesivos, sin parar. Parecía dispuesta a ojear todos los libros de aquella infinita librería…

¡Su letra era preciosa! ¡Incluso hay huellas de sus dedos por accidente con la tinta! ¡Es genial! ¿”La luz que nadie conoce”? ¿”Arcángel”? ¿”Sanctus”? ¿Cuánto llegó a escribir su Maestro?

Se ve que nunca se cansaba de escribir…

Una pena que Light no los valorara de aquella misma manera. No podría negar el obvio hecho de que aquellos libros encerrarían muchísimos secretos entre sus páginas, pero había tantas líneas y la letra era tan pequeña… que le espantaba.

¡Gracias, de verdad! —agradeció Nadhia una vez más, emocionada.

Sé que cuidarás mejor que yo de estos libros —indicaba Ágatha. Satisfecha por el entusiasmo que mostraba, se llevó los dedos hasta la barbilla y añadió—: Además, algo me dice que tú los darás mejor uso que nadie…

¿Y cómo se supone vamos a llevar todos estos libros? Hay un montón…

Eso no será ningún problema —en seguida respondió, volviéndose hacia Light—. Podéis meterlos todos en el viejo baúl que hay en el desván. Estoy segura de que la mayoría cabrán en él sin problemas, y me imagino que también podrás acoplarlo en tu gran glider.

Eso esperaba, o si no jamás podrían llevarlos hasta Tierra de Partida...

Sin más preámbulos, los aprendices se dedicaron a colocar todos los libros de Ágatha en dicho baúl. Polvoriento prácticamente en su totalidad, el joven Light se manchó las manos inevitablemente al entrar en contacto con aquel gran arcón. Por si no era suficiente para trasladar la colección de libros, Light también se llevó consigo un pequeño carrito que no utilizaba desde hace bastante tiempo; desde que era muy pequeño, para ser exactos.

Nadhia decidió ir llevando algunos de los libros en aquel carrito. En cuanto Light terminara de guardar todos los libros, se encontraría con Nadhia en la plaza frente a la estación, dentro de 15 minutos aproximadamente. Mientras tanto, ella iría a su casa para dejar algunos de los libros.

Resultó una tarea ardua conseguir que cupiera todo en el gran cofre, pero más fatigante sería la tarea de llevarlo todo hasta Tierra de Partida. Probó a levantar el baúl en cuanto todos estuvieran colocados. Afortunadamente, y para su sorpresa, su par de brazos pudieron soportar el peso del centenar de libros.

Saldría del cuarto oscuro y se encaminaría hacia la salida de su hogar, preparado para partir. Su abuela le estaba esperando, al lado de la puerta.

Una última charla entre los dos.

No pude evitar escuchar vuestra conversación —admitió la anciana. Cuando se trataba de escuchar conversaciones ajenas, Ágatha Furier era la poseedora del mejor de los oídos—. Bastión Hueco, ¿eh?

>>La antigua Vergel Radiante: la ciudad de la luz. Curiosamente, se trata del mundo donde naciste.


Así que es verdad…

Light permaneció en silencio y no dijo nada al respecto. Ágatha tampoco soltó información alguna sobre su mundo o sobre él, para variar. Rápidamente, y para matar al silencio incómodo, la mujer cambió de tema.

No les des mucho la tabarra a los Maestros, ¿de acuerdo? Y cuidaos el uno al otro. Tú y ella, ya sabes… tu ángel… — Ágatha soltó una ligera risa tras referirse a Nadhia con aquel nombre, aunque en principio, el joven no sabía a quién se estaba refiriendo con ese curioso apodo.

¿Eh?

Spoiler: Mostrar
CHAN CHAN CHAN (?)


***


Subir por la cuesta de la estación jamás había sido tan insufrible. Light Hikari avanzaba lentamente por la calle ascendente que le llevaría hasta su destino, donde había acordado reunirse con Nadhia. Inevitablemente, se chocaría con más de un viandante sin querer, por culpa del gran arcón que le impedía ver de frente. Los más amables aceptaron sus disculpas de primeras, mientras que una minoría únicamente le maldeciría en bajo.

Ya casi he llegado…

Y lo habría hecho, de no ser por un grito familiar.

¡¡No!! ¡Por favor...!

¡Nadhia!

Su grito ahogado procedía de los callejones, a los cuales accedería si se desviaba del camino de la estación. Rápidamente, echó a correr hacia estos. Debido a las continuas risas y burlas de ciertos jóvenes, no le costó demasiado tiempo localizar a Nadhia, quien estaba acompañada por ciertas sabandijas.

Él también les conocía, ¿y quién no? Se trataba de una de las bandas callejeras que se paseaba por los callejones como si fueran de su propiedad. Pandillas de delincuentes que, en la mayoría de los casos, practicaban el Struggle ilegalmente, llegando hasta el punto de utilizar armas peligrosas en el juego.

Puede que les conociera incluso mejor que Nadhia. Después de todo, él se había criado en la calle prácticamente: en el solar deportivo, donde había aprendido a luchar con aquellas espadas de goma espuma. De vez en cuando, aquellos jóvenes molestos se dedicaban a molestar a los integrantes del club de Struggle, mientras entrenaban. En el instituto también solían estorbar: desahogandose a base de golpes con los más débiles.

¿Cuántas veces se habría peleado Light con todos ellos? Incontables, infinitas veces. La de aquella vez podría ser otra más del montón.

¿¡Qué está pasando aquí!? —había dejado caer el gran cofre para poder comprobar la escena con mejor detalle. Uno de los delincuentes se había atrevido a poner una de sus zarpas sobre Nadhia, y a saber con qué propósito.

Encolerizado y enfadado, se acercó vertiginosamente hacia el joven más cercano a Nadhia, que se levantó rápidamente, alejándose de la hermana de Dan en el acto. Algo asustado en un principio, puede que se hubiera imaginado que se trataba de algún policía u otra autoridad.

Él y sus compinches reconocerían a Light de primeras. Le recibirían con unas risitas infantiles y burlonas.

¡Light! ¡Cuánto tiempo, amigo! ¿Qué ha sido de tu vida? —aunque ninguno de los dos se consideraba como tal, se mostró de primeras amigable con el joven aprendiz. Light se paró justo delante de él, observándole con cara de pocos amigos, a punto de descargar su ira sobre él—. Estábamos aquí jugando con nuestra querida amiga Nadhia, y…

Se ahorraría los detalles.

Un puñetazo en la cara. Un derechazo lo suficientemente poderoso para arrojarle al suelo. El receptor de éste observó confundido a Light desde el pavimento, mientras se tapaba la nariz, que había empezado a sangrar.

Ni se te ocurra ponerle un dedo encima, basura —advirtió.

Boquiabiertos todos sus amiguetes, empezaron a caldear el ambiente con exclamaciones provocativas, deseosos de que se representara allí mismo una pelea callejera. Sin importarle en absoluto sus provocaciones, Light se dirigió preocupado hacia su primera prioridad: Nadhia. Se agachó al lado de ésta.

¿Estás bien? ¿Te han hecho algo? —el rostro húmedo y asustado de la nerviosa jovencita lo decía todo. No hizo falta ninguna respuesta por parte de ésta—. Ya veo…

¡Eh! ¡Eh! ¿Por qué te preocupas por ese bicho raro? —preguntó indignado el joven que había acabado de derribar hace un momento. Light se volteó hacia éste de mala gana, con su típica expresión ceñuda—. ¡Pero si sólo es una llorica infantil que aún no ha madurado! ¿Por qué la ayudas?

¿Por qué la ayudo?

Cuanto más les escuchaba, más ardía de cólera. Se reincorporó rápidamente y volvió a acercarse al joven.

¿Por qué ayudas a esta llorica infantil? ¿Eh? ¿Eh?

La respuesta era simple.

¡Porque esta llorica infantil es alguien muy importante mí! otro contundente y sonoro puñetazo que le haría saborear el suelo. Algo más calmado, se aseguró de que lo hubiera comprendido—: ¿Te he contestado la pregunta? —inmediatamente, se volteó hacia los expectantes, dubitativo—. ¿Alguien más quiere probar? —nadie se atrevió a aceptar su invitación. Todos ellos retrocedieron, sin excepción.

Cobardes…

Perros ladradores poco mordedores. Tan fácil como encararles para hacerles retroceder.

¡Venid a por mí si tenéis agallas! —les invitaba Light, paseándose a sus anchas por el lugar y dirigiendo su desafiante mirada a cada uno de los presentes, mientras entrechocaba su puño izquierdo con la palma de su diestra, preparado para luchar—. No sería la primera vez que os envío al hospital, nenazas.

>>¡¡Venga!!

Ellos sabían que no le podían ganar, jamás lo habían logrado. Él era un monstruo cuando combatía, y por muchos golpes que le propinasen jamás cedería. En cambió, él era capaz de derribarles de un simple puñetazo. Las estúpidas de sus madres ya le habían advertido que se alejaran de él, pues según ellas era un tipo peligroso.

El nieto de aquella bruja era supuestamente un macarra de mayor calibre que sus hijos.

Bah, sólo nos queríamos divertir, pero veo que nos has aguado la fiesta. Vámonos.

Y se fueron con el rabo entre las piernas, atemorizados por la presencia del nieto de Furier. Gracias a su retirada, el nauseabundo olor del tabaco y del alcohol se fue con ellos.

Pero no se podían ir sin cometer la última de sus trastadas. Antes de que doblaran la esquina y superaran el carrito de libros, el cabecilla de la banda ideó la más maliciosa de sus ideas.

¡Espera! ¡No…! — Light se apresuró para evitar a toda costa lo que se temía, pese a que se encontraba demasiado lejos del carrito…

En efecto. El joven gamberro aprovechó para patear sin piedad el carro con todos los libros de su abuela, que se encontraba situado en el borde de una cuesta. Inevitablemente, el vehículo se deslizó a toda velocidad por toda la calle cuesta abajo.

Una tragedia.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor EspeYuna » Lun Oct 07, 2013 8:50 pm

¿¡Qué está pasando aquí!?

La cara de espanto de aquel que osó ponerme la mano encima me descolocó. Y más cuando reconocí la voz de la persona que le había hecho retroceder. Alcé la mirada, encontrándome con los ojos enfurecidos del nieto de Ágatha.

L-Light...

¡Light! ¡Cuánto tiempo, amigo! ¿Qué ha sido de tu vida? Estábamos aquí jugando con nuestra querida amiga Nadhia, y…

Solté un chillido ahogado en mis lágrimas cuando Light, sin previo aviso, asestó un violento puñetazo sobre su cara. Éste cayó al suelo y se tapó la nariz, intentando contener la hemorragia de su nariz.

Ni se te ocurra ponerle un dedo encima, basura —advirtió Light, mostrando unos ojos que jamás había visto acompañando a su rostro. No eran los mismos que antes, estaban llenos de rabia y Light parecía dispuesto a darle una paliza allí mismo.

Sin embargo, a pesar de los gritos de los demás, provocando y emocionados de presenciar una pelea callejera más, se llevaron un chasco cuando el recién llegado se agachó a donde yo me encontraba, ignorando al grupillo por completo.

¿Estás bien? ¿Te han hecho algo? —intenté decirle algo, pero no me salía la voz—. Ya veo…

¡Eh! ¡Eh! ¿Por qué te preocupas por ese bicho raro? ¡Pero si sólo es una llorica infantil que aún no ha madurado! ¿Por qué la ayudas?

>> ¿Por qué ayudas a esta llorica infantil? ¿Eh? ¿Eh?

“¿Por qué me ayudas?”

Cierto. ¿Por qué Light me estaba ayudando? ¿No pensaría que estaba siendo patética? ¿Yo, portadora de la Llave-Espada, asustada por unos gamberros? ¿Por qué no me encaraba a ellos, y les daba la paliza de sus vidas? ¿Por qué no usaba el apodo de Nad para hacerles temblar? ¿Qué había pasado con “el destello dorado” que apareció hace pocas horas en el torneo menor? ¿A dónde había parado?

¡Porque esta llorica infantil es alguien muy importante para mí!

Otro puñetazo se escuchó, reventando la cara del acosador contra el suelo. Abrí mis ojos llenos de lágrimas, los cuales brillaron con el crepúsculo que se cernía sobre nosotros.

“¿Importante... para ti?”

¿Te he contestado la pregunta? —tras descargar su ira sobre quien yacía en el suelo, sangrando a borbotones, éste se giró a los presentes con el mismo tono despectivo y marcado por unos ojos que buscaban pelea—. ¿Alguien más quiere probar? —sorprendente fue que ninguno de ellos se atrevió a ayudar a su compañero.

“Cobardes”

Siempre había pensado que la cobarde era yo. Y en realidad, todos y cada uno de ellos no eran capaces de ayudar al prójimo cuando se hallaban en apuros. Iban siempre a por los más débiles, a los que era más fácil manipular a su antojo. Me odiaba a mí misma por dejarme acosar por tan sucias y rastreras... ratas.

Escuché en silencio las provocaciones de Light, paseándose alrededor del grupillo, amenazándoles con sus ojos. Finalmente, el que se encontraba en el suelo se levantó con dificultad y, lanzándome una mirada de intenso odio, hizo una seña a la piña para que se largaran de allí.

Bah, sólo nos queríamos divertir, pero veo que nos has aguado la fiesta. Vámonos.

Pero la cosa no iba a quedar ahí. Claro que no.

¡Espera! ¡No…! —Light corrió en cuanto sus ojos se dieron cuenta de la gamberrada que el cabecilla de grupo ideó en pocos segundos, esbozando una tétrica sonrisa en mi dirección.

Pateó con sus botas la montaña de libros. Sin tiempo a reaccionar, y sin que Light pudiese hacer nada por evitarlo, el carrito salió disparado colina abajo, deslizándose con violencia a lo que parecía ser un camino sin retorno.

Corrí al filo de la colina, presenciando una escena horripilante. Algunos libros, los más pequeños y menos dispuestos a aguantar dentro del carrito, salían volando a causa de la velocidad. Me llevé las manos a los labios, ahogando mi angustia mientras presenciaba el accidente. Aun deseando que nadie se interpusiera en el camino de aquella mole de páginas, ardía en deseos porque alguien hiciera algo.

Pero nadie acudió.

Y tan pronto como el carrito desapareció de mi campo visual, Light y yo escuchamos un golpe seco que hirieron mis tímpanos. El ruido de unas ventanas rompiéndose confirmaron mis sospechas. Aún temblando en principio, mis piernas consiguieron descender por el recorrido que había tomado mi más reciente tesoro, seguramente hecho añicos en algún establecimiento.

Cuando Light y yo llegamos al lugar de los hechos, me acerqué temblorosa al desastre que había provocado. Los libros esparcidos por el suelo, algunos hechos pedazos, otros partidos por la mitad. Si hubiesen sido nuevos no habrían sufrido tanto daño, pero tenía en cuenta que lo había escrito una persona a mano, y seguramente el trabajo de su edición había sido también puramente artesanal.

El hombre del establecimiento salió hecho una furia. Comenzó a gritar, pidiéndome explicaciones, pero yo no le hice el menor caso. Sus quejas llegaban a mis oídos como pequeñas campanillas, aunque en realidad poseían la fuerza de las campanas de la Torre del Reloj.

¿Light? ¿Qué ha pasado?

No me di cuenta, pero Dan había llegado justo en ese momento con bate de Struggle en mano, acompañado de algunos niños del torneo menor. Nobita y sus amigos también estaban allí, quizás preocupados cuando me vieron a mí con un rostro marcado por la desolación.

Me agaché y, con los ojos vacíos, comencé a recoger.

¿Nadhia? —Dan se acercó a mí, pero de mis labios no salió una palabra. Seguí recogiendo, ignorando su preocupación— Déjame ayudarte.

Pero mi corazón estalló cuando al recoger el lomo de uno de los grandes tomos dejó escapar todas sus hojas.

Enfurecida, cogí el bate de Dan y le empujé.

¿Nad? —preguntó Dan, desconcertado— ¿Qué vas a hacer con eso?

Voy a reventarle la cabeza a ese canalla.

Dan, con miedo a que cometiera una locura, me agarró por el brazo. Sin embargo, iba a necesitar más que eso para detenerme. Sin comerlo ni beberlo, le aticé con su propio bate en la cabeza, y éste profirió un gemido de dolor mientras me alejaba, decidida a meterme en una pelea callejera.

* * *


¡¡Nadhia!! —exclamó Dan, aun intentando recuperarse del golpe— ¡Light, ve tras ella, por favor!

>> ¡Rápido, joder! ¡Si comete una infracción...!

Light conocía perfectamente las reglas del Struggle, y el castigo que podría suponer para El Destello Dorado liarse a palos con una banda callejera. No era lo mismo usar los puños que un bate de aquel deporte tan querido por todos.

Si Nadhia osaba manchar la goma-espuma de sangre, sería sancionada.
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor Light » Lun Oct 07, 2013 9:03 pm

Light confiaba en que algún transeúnte se molestara en detener el carrito que bajaba a toda velocidad, pero el destino no estuvo de su parte en aquel momento. El estropicio que causó la montaña de libros resultó fatal. Tarde o temprano, el sonido rompedor de las ventanas lo confirmarían...

Ambos descendieron rápidamente por la calle de la perdición para dar con el establecimiento que aquellos grandes libros habían destruido. La mayoría de estos, que de por si no tenían muy buen estado, ahora estaban prácticamente destruidos, algunos más que otros. Afortunadamente, Nadhia no tendría nada que temer, pues prácticamente todos podrían ser leídos por ella sin ningún problema, aunque algunas páginas sueltas le darían problemas...

Mierda…

Inevitablemente, se sintió mal por la colección de libros de su abuela, ahora devastado. El nieto de Furier hizo ademán de recoger los libros cuando el dueño del establecimiento salió de éste para echarles la bronca de su vida. Todo tipo de insultos salieron de su boca para referirse a ellos; especialmente a Nadhia, vociferando a su oído y llamando la atención de todos los viandantes inevitablemente.

Light se interpuso entre Nadhia y el mercader para justificar el accidente ocurrido.

¡Usted no lo entiende! ¡No ha sido culpa nuestra, en serio! —alegaba en su defensa y en la de Nadhia. El dueño del lugar retrocedió y cerró el pico rápidamente, puede que intimidado por el aspecto macarra del joven aprendiz—. Los jóvenes que acaban de pasar por aquí son los que patearon el carro calle abajo, ¡no nosotros! ¿Qué demonios conseguiríamos sacrificando nuestros propios libros?

Al hombre no le costó comprender que ellos dos no eran los responsables, pero reparar la ventana le costaría un riñón de todas maneras, así que continuaría con sus pataletas. Los primeros testigos que pasaban por ahí se acercaron.

¿Light? ¿Qué ha pasado? —preguntaba Dan, el hermano de Nadhia. Acompañado por los jóvenes de Struggle, no había podido ignorar los gritos de aquel hombre.

Los indeseables de siempre, ya sabes a quiénes me refiero —contestó indignado—. Golpearon el carrito que Nadhia utilizaba para transportar sus libros. Descendió por toda la calle y... ha causado todo esto.

¿Nadhia? —preocupado, se acercó a su hermano para ayudar a recoger todos los libros—. Déjame ayudarte.

¿Nadhia...?

Sin venir a cuento, le arrebató a su hermano el bate de Struggle que éste llevaba consigo. Aturdido por su reacción, Light presenció como también le empujaba, realmente enfadada.

¿Nad? ¿Qué vas a hacer con eso?

Voy a reventarle la cabeza a ese canalla.

Light se sorprendió por sus violentas palabras, realmente estaba colérica. Nad, desesperada por escapar de allí para “reventar” la cabeza al responsable de su desgracia, atizó sin contemplación alguna al inocente de su hermano, en la cabeza. Decidida a vengarse, la muchacha salió corriendo del lugar a toda velocidad.

¡¡Eh…!! ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Vuelve aquí ahora mismo! —bramaba a una Nadhia ya bastante alejada de ellos. Nobita y sus amigos observaron petrificados la reacción violenta de Nadhia, como si no la reconocieran.

¡¡Nadhia!! —vociferaba su hermano, intentando que se parara por todos los medios— ¡Light, ve tras ella, por favor!

>>¡Rápido, joder! ¡Si comete una infracción...!

¡Lo sé! —dijo esto y se apresuró a perseguir a la chica, para que no cometiese una locura. Únicamente se podía utilizar el arma de Struggle para competiciones, batallas y simples entrenamientos. Si un árbitro, o incluso cualquier vecino denunciaba a cualquier jugador por utilizar su arma de goma espuma para herir a alguien ajeno al deporte, se le sería confiscada el arma inmediatamente y perdería el derecho de volver a participar en los combates oficiales de aquel deporte.

“Y lo peor es que... realmente se muere de ganas por jugar. ¡Si es que sólo hay que mirarla!”

Y no lo podía permitir bajo ninguna circunstancia.

***


Para ahora mismo.

Como si se tratara de su hermano mayor, irónicamente, la regañaría. Light sorprendió a Nadhia apareciendo por una esquina, interponiéndose en el camino de la chica e impidiéndola avanzar de ninguna manera. Bastante alejados ya de Dan y compañía, los dos aprendices se encontraban justo delante de la entrada que daba al solar deportivo de la villa.

Spoiler: Mostrar


Entiendo que quieras romperles la cabeza a esos mamarrachos, pero no entiendo que tengas a golpear a tu hermano. ¿Por qué has hecho, eso, eh? —empezó a interrogarla Light, apoyando un brazo en la pared, con cara de pocos amigos.

Estoy cansada de ser el eslabón débil…

¡Eso no es excusa! —la cortó repentinamente, enfadado—. Sabes que no puedes utilizar la espada de gomaespuma para golpear a quien quieras, ¿verdad? ¡Si algún árbitro te descubre te meterás en un buen lío y no podrías volver a jugar al Struggle!

Light era un amante del deporte, después de todo, por lo que de ninguna manera podía tolerar que Nadhia cometiese una sanción. La espada de goma espuma no era ningún arma para herir a los demás, de ninguna manera. Utilizarla para tal fin era insultar al deporte, toda una grave ofensa.

Ambos sabemos que te encanta y que matarías por volver a jugar, después de tantos años. No hagas algo de lo que te puedas arrepentir...

“Light, por culpa mía.. Nadhia abandonó el Struggle”

Explícate, Nadhia. ¿Te ocurre algo con tu hermano?

La pregunta del millón. Cruzado de brazos, escucharía lo que Nadhia tuviera que decir sin interrumpirla esta vez, atento a cada uno de sus sentimientos. La convencería a cualquier precio; definitivamente, el legendario destello dorado no sería penalizado del Struggle. Aún tenían muchas batallas que librar.

No deberías tenerle ningún odio a tu hermano. Él sigue culpándose de lo que os ocurrió a ambos en aquel torneo menor —para posible sorpresa de Nadhia, Light confirmó que estaba bien enterado de la historia de ellos dos, gracias a su hermano—. Él mismo es quien me ha mandado a detenerte para que no te penalicen. Después de todo, él es feliz si tú lo eres, así que quiere que no dejes el Struggle.

Comprendía su odio hacia aquellos delincuentes. Comprendía lo importante que debía significar aquel regalo de su abuela, pero igualmente, pegar a aquellos gamberros no solucionaría nada.

Sé que esos libros son importantes para ti... Oh, y hablando de los libros… —murmuró repentinamente, tras percatarse de que aún llevaba consigo los libros que había empezado a recoger—. Mira —le tendió a Nadhia uno de los libros que habían resultado dañados. Si se animaba a abrirlo, localizaría una pequeña reseña firmada por El Inmortal, que debía ser el antiguo Maestro de su abuela—. ¡No te preocupes por los libros! Después de todo, que las tapas estén rotas no significa nada, ¡lo que importa es lo que hay escrito en el interior! Conque no te molestes en atizar a esos delincuentes... —Si Nadhia seguía cabreada, intentaría tranquilizarla con aquellas palabras—. No vale la pena, así que si te parece, volvamos con Dan y los demás, ¿vale?

En el caso de que su amiga aceptara, regresarían al lugar donde estos se encontraban, a escasos minutos de su localización actual. Por el camino, la charla entre los aprendices continuaría.

A veces, somos incapaces de controlarnos y hacemos cosas de las que luego nos podemos arrepentir. A mí me pasa a menudo, por ejemplo. Me dejo llevar fácilmente por el orgullo, y suelo enfadarme por verdaderas tonterías, hiriendo a todos aquellos que me rodean, aunque no quiera.

>>A la fuerza, he tenido que aprender que a veces es mejor pensar las cosas antes que actuar. Te ahorras muchos disgustos, créeme —expresaba, rodeándola con su brazo y dejando apoyada la palma de su mano sobre su hombro, para confraternizar con ella, sonriente—. No te vuelvas a meter en líos, ¿eh? Y discúlpate con tu hermano como es debido…

>>¡Y volvamos a luchar otro día! Debemos romper el empate cuanto antes, no puede haber dos campeones, ¡ni hablar!

Echó una carcajada tras retarla oficialmente a un combate de Struggle. De ninguna manera perdería contra ella.

***


¡Señorita Nadhia! ¡Señorita Nadhia!

Los niños que acompañaban al hermano de Nadhia rápidamente les habían encontrado. Estos les rodearon, con angustia y duda en sus caras. Nobita, el niño de gafas que había triunfado en el torneo, fue el primero que lanzar la primera pregunta que, sin duda alguna, reconcomía a los demás.

¡No queremos que la penalicen, señorita Nadhia! Usted es la mejor jugadora de Struggle de Villa Crepúsculo, ¡todavía queremos aprender muchas cosas de usted!

Realmente la adoraban. Light empezó a reír forzadamente, intentando disimular la fea mueca de su cara.

Gracias por quitarme al público, Nadhia…
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor EspeYuna » Lun Oct 07, 2013 9:25 pm

Los gritos de Light y de Dan no llegaban a alcanzar mis oídos. Por alguna razón, me encerré en mí misma y en mi propia cólera. Apretaba con fuerza el bate de Struggle que portaba, hasta tal punto de hacerme daño. Pero no me daba cuenta. Tras tantos años de burlas, largos y eternos días en mi prisión, y a pesar de haber escapado, mi corazón al fin había estallado.

Para mal.

Sólo sentía odio. Por aquellas personas que me habían arrebatado la infancia que me quedaba por vivir. Por aquellas personas que aprovecharon de mi debilidad para hundirme. Por aquellas personas que intentaron cambiarme. Por todos aquellos que no hicieron nada para remediarlo. Y a pesar de todo lo que había hecho ahí fuera, en el intersticio, en Tierra de Partida. A pesar de ser portadora, un Caballero de la Llave-Espada, ¿¡tampoco servía para nada!?

El hombre que me había reñido me conocía desde que era una cría, era amigo de mi padre. ¿¡Por qué me echaba la culpa de todo, cuando siempre le había ayudado a cargar con el peso de encargos realmente frágiles a la otra punta de la ciudad!?

Corría por las calles ahogándome en la ira. Ya no lloraba, tan sólo tenía ganas de gritar y de vengarme de los que habían osado tirar el carrito.

Y pensando que ya no importaba nada. ¿Qué más daría dejar las cosas tal y como estaban? Mi madre no me creería. Echaría la culpa a mi torpeza, creyendo a las madres de sus adorados hijos, sus tan queridas vecinas.

Volvería a doler.

Sí, recordé en aquel momento aquella bofetada en la cara cuando Dan cayó del ring. Habían pasado tantos años, y aún podía sentir el quemazón en mi mejilla. Los ojos de odio de mi madre.

Pero antes de recibir la bronca de mi vida y de volver a Tierra de Partida, planteándome seriamente si volver a pisar el maldito lugar en el que había nacido, me llevaría por delante a todos ellos. Uno por uno.

Quizás abandonara la Villa para siempre, ¡pero no me iba a quedar con las ganas de darles la paliza de sus vidas!

¡Nadhia! ¡Para!

“¡Déjame en paz, Ángel!”

¡Nadhia, no dejes que el odio se apodere de ti!

“¡He dicho que me dejes!”

¡Nadhia, por favor, escúchame! ¡Te estás haciendo daño! ¡Si sigues así, tu corazón...! ¡La oscuridad...!

“¡No me importa, sólo quiero...!”

¿Qué es lo que quiero?

¡Para...!

...ahora mismo.

¡Ah!

Pude parar a tiempo para no chocarme con Light una vez me sorprendió apareciendo por una esquina y deteniendo mi avance, violento y feroz. Intenté pasar, sin dirigirle la palabra y sin mirarle a los ojos. Pero él no se rindió, y su fuerza superó a la mía en cuanto me acorraló en la pared, a unos escasos metros de llegar al solar deportivo.

¡Déjame pasar, Light! —exclamé, pero de nada sirvió.

En un forcejeo bastante reñido intenté por todos los medios no encontrarme con sus ojos. Pero no lo conseguí. Irremediablemente se encontraron, bajando la mirada enseguida y apoyándome contra la pared, rendida. Y fue en ese momento cuando paré, aun colérica y agitada. Mi corazón iba a estallar de un momento a otro, víctima de la desolación. Light apoyó el brazo en la misma pared, por encima de mi cabeza y con ojos furiosos.

Spoiler: Mostrar


Entiendo que quieras romperles la cabeza a esos mamarrachos, pero no entiendo que tengas a golpear a tu hermano. ¿Por qué has hecho, eso, eh?

Y-Yo...

¿Había golpeado... a Dan? Cierto. Le había atizado con su propio bate en toda la cabeza. Era irónico pensar que era lo que había estado deseando inconscientemente todos esos años de angustia, donde la envidia se apoderaba de mí en las noches de soledad. Cuando no tenía otro amigo que los libros del viejo Sendh. No supe qué contestarle a Light. Aquellos sentimientos habían salido a la luz por fin, pero una vez me di cuenta de ello estaba tan avergonzada que no tenía valor para contarle.

Contarle que había deseado durante muchos años darle una paliza a mi propio hermano. Cuando él no tenía la culpa de nada.

Estoy cansada de ser el eslabón débil… —fue lo primero que se me ocurrió decir para excusarme. Sabía que no serviría de nada, y puede que por mi tozudez Light ya no quisiera caminar a mi lado.

¡Eso no es excusa! —me agaché, sintiendo la reprimenda de Light como una niña pequeña la de sus padres tras cometer una travesura—. Sabes que no puedes utilizar la espada de goma-espuma para golpear a quien quieras, ¿verdad? ¡Si algún árbitro te descubre te meterás en un buen lío y no podrías volver a jugar al Struggle!

¿¡Y qué más da!? —grité, agarrando con mi mano libre el brazo del que no se apoyaba Light a la pared. Agarré con desesperación su ropa y estallé— ¡Llevo renunciando al Struggle desde hace años! ¡Y nadie me echará de menos en el ring! ¡¡Me importa una mierda que me quiten el bate!! ¡Ya me lo... quitaron una vez...!

Nadhia, ¿por qué insistes en hacerte daño cuando no lo mereces?

Light no creyó en mis palabras. No se apartó, sino que me siguió contemplando a su altura, sintiéndome verdaderamente pequeña frente a él.

Ambos sabemos que te encanta y que matarías por volver a jugar, después de tantos años. No hagas algo de lo que te puedas arrepentir...

Claro que sí, Light —musité, rindiéndome a la verdad que me hacía ver el aprendiz estando yo cegada por el odio—. Claro que lo adoro. Por supuesto. Lo amé desde el primer instante en el que me regalaron mi primer bate de goma-espuma. Y hoy he vuelto a sentirme como esa niña despreocupada que sólo quería jugar con los demás... a ser... Nad.

>> ¿¡Pero qué puedo hacer si da igual cuanto haga, que siempre acabo bajo la sombra de los demás!? No es justo, Light.

Explícate, Nadhia. ¿Te ocurre algo con tu hermano?

¿Q-Qué...?

Me atreví a encontrarme otra vez con sus ojos. Éste se apartó y se cruzó de brazos, esperando una respuesta.

¿De qué... de qué estás hablando? —pregunté, evadiendo de nuevo la mirada. Pero aquello delataba que estaba intentando responder sin que Light pudiese ver la mentira en mis ojos— ¿Por qué tendría que pasarme algo con él...?

No deberías tenerle ningún odio a tu hermano. Él sigue culpándose de lo que os ocurrió a ambos en aquel torneo menor.

¿Cómo... cómo sabes tú eso...?

Un ligero temblor me hizo soltar el arma que portaba en mi diestra, con la boca abierta y sorprendida por lo que acababa de decir Light.

¿Acaso mi hermano lo había supuesto todo ese tiempo? ¿Él sabía lo que me rondaba por la cabeza? ¿Él... se sentía culpable?

Él mismo es quien me ha mandado a detenerte para que no te penalicen. Después de todo, él es feliz si tú lo eres, así que quiere que no dejes el Struggle.

“¡Nad, mira lo que me ha regalado papá!”


Así que...

“¡Jeje, cuando entrene lo suficiente te venceré! ¡Ya lo verás!”


... él había sufrido tanto como yo.

“Nad... perdóname... por no saber esquivar bien...”


¿Cómo había sido tan estúpida para no darme cuenta?

Me llevé las manos a ambos lados de la sien, realmente avergonzada de mi comportamiento. Cuando Dan jugaba con sus amigos, y a mí me veía a lo lejos leer en la sombra, ¿qué es lo que realmente había estado pensando durante todos estos años? Me había hundido en la hiriente envidia cuando debería haber... hecho más por Dan.

Sé que esos libros son importantes para ti... Oh, y hablando de los libros… —murmuró de pronto Light, entregándome uno de los libros—. Mira.

En cuanto recogí el libro y lo abrí, Light señaló un trozo de la primera página en particular. Una antiquísima firma, la del Maestro de Ágatha. El Inmortal.

Claro que son importantes para mí, Light —le dije, acariciando con mis dedos la tinta seca donde descansaba la letra de aquel admirable mentor del pasado—. No sólo porque eran regalo de Ágatha, o porque fuesen algo muy preciado para ella. Los libros me ayudaron a aguantar dentro de este lugar, hasta que Akio me encontró.

>> Aunque ahora que lo pienso, jamás tuve por qué comportarme como una cría. Era precisamente eso, una niña que no supo afrontar la situación y que creció con la crítica de la sociedad a su alrededor. No volví a jugar al Struggle porque... pensaba que los demás no me querrían ahí. Pensé que todos querrían verme fuera.

>>> Pero hoy... todos aplaudían. El árbitro me ha reconocido tras tantos años. Y los niños... todos parecían tan emocionados que... que...

Tenía ganas de llorar, pero me contuve, intentando ser fuerte delante de aquel muchacho que me estaba abriendo los ojos. Éste sonrió de oreja a oreja y me animó.

¡No te preocupes por los libros! Después de todo, que las tapas estén rotas no significa nada, ¡lo que importa es lo que hay escrito en el interior! Con que no te molestes en atizar a esos delincuentes...

Supongo que... tienes razón —dije, limpiándome las lágrimas que escurrían traviesas y pretendían delatarme—. Lo siento, Light. Lo siento mucho.

No vale la pena, así que si te parece, volvamos con Dan y los demás, ¿vale?

Light me tendió la mano. La observé por unos instantes y, recogiendo el bate de Dan, la acepté. La calidez de su mano me embriagó por completo.

Sí.

* * *


Siempre quise atizar a mi hermano, y hasta que no lo he hecho no me he quedado tranquila. De hecho, ahora me siento mil veces peor —seguí mostrando mis sentimientos a Light, intentando desahogarme. Era aliviante saber que, aparte de mi propia arma, alguien escuchaba y respetaba mis pensamientos. Mis más profundos miedos—. De pequeña era muy orgullosa, y puede que en parte me sintiera culpable por lo que le pasó a mi hermano. Pero por otro lado... quizás el egoísmo me hacía odiar a Dan porque me había arrebatado aquello por lo que todos me admiraban en aquella época. Era demasiado pequeña para darme cuenta de las cosas.

A veces, somos incapaces de controlarnos y hacemos cosas de las que luego nos podemos arrepentir —me giré a Light mientras caminábamos hacia la tienda que había sido destrozada por fuera. Miedo tenía de enfrentarme al encargado, pero al lado de mi nuevo amigo me sentía más segura—. A mí me pasa a menudo, por ejemplo. Me dejo llevar fácilmente por el orgullo, y suelo enfadarme por verdaderas tonterías, hiriendo a todos aquellos que me rodean, aunque no quiera.

Creo que hoy, tras haber recuperado el Struggle —comencé a decir, haciendo un esfuerzo por sonreír—, temía perderlo. Pero luego me dejé llevar por el orgullo. Si no hubiese sido por ti, quizás... ya no podría haber vuelto a jugar en la vida. Gracias por detenerme.

A la fuerza, he tenido que aprender que a veces es mejor pensar las cosas antes que actuar. Te ahorras muchos disgustos, créeme —de pronto, Light me aferró a él y me agarró por el hombro, hundiéndome en parte de su cuerpo. Sonrojé levemente mientras él me sonreía, despreocupado—. No te vuelvas a meter en líos, ¿eh? Y discúlpate con tu hermano como es debido…

Lo... lo haré —prometí, sintiéndome por primera vez como la hermana pequeña. Aquellos gestos de Light me hacían sentir bien conmigo misma. Había alguien que, a pesar de todo lo que había provocado, seguía mirándome con buenos ojos.

Y era, seguramente, quien mejor me conocía en Villa Crepúsculo. Pues ambos compartiamos un secreto muy especial. El de la Llave-Espada.

¡Y volvamos a luchar otro día! Debemos romper el empate cuanto antes, no puede haber dos campeones, ¡ni hablar!

Su carcajada, vivaracha y acogedora, fue verdaderamente contagiosa. Sonreí bajo su regazo.

¡Lo mismo digo, Mandoble Celeste!

* * *


¡Señorita Nadhia! ¡Señorita Nadhia!

¿Eh?

De pronto, y antes de llegar al escaparate hecho añicos, me vi rodeada de unos cuantos niños. Los reconocí enseguida: Nobita me miraba entre ellos, bastante preocupado.

¿Qué ocurre?

Todos se miraron entre ellos, hasta posar sus ojos en Nobita. Y fue éste, armado de valor, quien transmitió lo que me querían decir desde un principio:

¡No queremos que la penalicen, señorita Nadhia! Usted es la mejor jugadora de Struggle de Villa Crepúsculo, ¡todavía queremos aprender muchas cosas de usted!

Chicos...

Sorprendida por las palabras de los niños, me agaché a ellos y negué con la cabeza.

No me van a penalizar, no lo pienso consentir —una dulce sonrisa apareció en mis labios y posé mi mano sobre el hombro de éste—. ¿Quién sino os enseñaría lo básico del Struggle, eh?

Los niños se miraron unos a otros, mostrando su felicidad.

¡Por cierto, señorita Nadhia! —exclamó la niña del grupo, agarrándome de la mano— Venga con nosotros, por favor.

Siendo arrastrada por ellos, busqué con la mirada a Light y le pedí por lo bajo que nos siguiera, bromeando que “me iban a secuestrar”.

Comprendí el por qué de su entusiasmo al llegar al lugar de los hechos. El gran desastre ocasionado por los gamberros había desaparecido. El encargado recogía los cristales junto a Dan, quien en cuanto me vio llegar esbozó una sonrisa y suspiró, aliviado.

Vaya, parece que al final el Destello Dorado no puede hacer nada con la velocidad del Mandoble Celeste. Pero eso es porque no ha visto aún al recién Rayo Escarlata en acción —bromeó, señalando un lugar en particular—. Mira lo que estos granujas son capaces de hacer por ti, hermanita.

Mis ojos siguieron el lugar que señalaba Dan. Y se abrieron como platos de la emoción que me embargó. En un rincón, los libros estaban perfectamente apilados y en su sitio. Por otro lado se encontraban algunos que no tenían remedio junto a pilas de papel desordenado, todos siendo retenidos por una piedra de las miles que se encontraban en el suelo de la Villa.

Aunque no sabemos si realmente lo hemos ordenado bien —dijo Nobita, rascándose la nuca—. ¿Usted es capaz de entender todo lo que está escrito ahí, señorita Nadhia? ¡Es increíble!

Increíbles... sois vosotros —dije, cargada de mil emociones dentro de mí—. Gracias, esto significa mucho para mí.

Lo de los cristales está solucionado, Nad, yo mismo me encargaré de arreglarlo junto a algunos amigos que me deben unos cuantos platines... se los perdonaré a cambio de mano de obra —dijo Dan, acercándose a mí, bromista—. Y oye, si quieres darle una lección de verdad a esos granujas, tan sólo hay que provocarles para que se apunten al torneo, que tampoco es tan difícil. ¡Seguro que entre todos le hacíamos morder el polvo!

La risa de Dan. Cantarina, divertida, reconfortante. Como la de Light.

Me abalancé sobre él, aferrando su bate de Struggle con mi diestra.

Dan, lo siento mucho.

Tranquila hermanita, yo también habría perdido los papeles —dijo él, correspondiendo a mi gesto mientras buscaba con sus ojos a Light.

Y envió un mensaje dirigido sólo a él.

“Gracias por traérmela de vuelta.”

Aquella tarde, el solar deportivo estaría más animado que nunca. Dan, Light y yo estuvimos con los pequeños el resto del día, dando lecciones, jugando a Struggle, cayendo al suelo y volviendo a levantarnos con una sonrisa. Y si no éramos capaces, otro tendía la mano para ayudarnos.

Tras pasar por casa y despedirme de mis padres y de Dan, quien se moría de ganas por contarles sobre mi vuelta a los torneos, quedé con Light para ir juntos a Tierra de Partida. Encontrándonos ambos a los pies de la Torre del Reloj, y sin que nadie pudiera vernos, invocamos nuestras armas y las lanzamos al cielo, orgullosos y felices de haber encontrado nuestro camino.

Ambos usamos una cuerda para sostener los libros que llevaríamos a nuestro nuevo hogar. No fue nada fácil: ir a la misma velocidad, los constantes choques entre nuestros Gliders, las paradas para reír hasta el punto de llorar bajo nuestras armaduras...

Y en Villa Crepúsculo, en las inscripciones oficiales del torneo que se celebraría en unos meses, el nombre de Mandoble Celeste iba seguido de otro muy especial:

Campeonato Mayor de Struggle
Inscripciones

...
...
Rayo Escarlata
Mandoble Celeste
...
DanNad
Última edición por EspeYuna el Lun Oct 07, 2013 9:26 pm, editado 1 vez en total
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor Light » Lun Oct 07, 2013 9:26 pm

Aquel día en Villa Crepúsculo estuvo lleno de tensiones, pero Light no se arrepintió de haberse quedado para observar aquel torneo. No se arrepintió de haber regañado a Nadhia como su hermano mayor, ni tampoco de haberse prestado como voluntario para ayudar a llevar todos sus libros. Luchar contra ella en el ring también fue una experiencia trepidante, al igual que la improvisada visita que hicieron a Ágatha…

Había sido un día curioso, muy curioso. Cuando el muchacho contempló a Nadhia rodeada de todos aquellos niños, no pudo evitar sonreír. Tras observar detenidamente a la muchacha, recordaría con cierta añoranza a su ángel de la infancia. Al fin, en parte gracias a su abuela.

¿Quién diría que Nadhia…?

***


Spoiler: Mostrar


Hace doce años el solar deportivo lucía exactamente igual.

El árbitro Waterj revisaba los entrenamientos y los combates de Struggle por aquella época. Rejuvenecido y más enérgico que en la actualidad, disfrutaba mientras enseñaba a los nuevos zagales a sostener su bate de goma y a utilizarlo con eficacia. Aparte de Waterj, los jugadores más veteranos también ayudaban a los más inexpertos. Algunos más… duros que otros.

Light Hikari era el chico nuevo de allí: un niño delgado de ojos verdosos, con el pelo oscuro despeinado. Llevaba varios vendajes en el rostro, posiblemente por los duros entrenamientos de Struggle. El esmirriado jovencito de seis años ya había elegido su arma de goma inicial (la porra) y estaba dando sus primeros pasos en aquel deporte, desde hace escasos días. Su abuela adoptiva fue quien le propuso que practicara con espadas de goma espuma, tras ver su potencial…

Un potencial muy escondido, porque era el más debilucho del grupo de Struggle. Era el más pequeño de todos los jugadores, en altura y en edad. Más bien escuálido, también era muy fácil de derribar. ¿Sus reflejos? Prácticamente nulos. Travieso, infantil, y aparte de eso también era un llorón: un llorica desmedido.

Spoiler: Mostrar
Imagen


Waterj le había asignado como instructor un muchacho bastante problemático: un grandullón que siempre se aprovechaba de los más débiles. Era bastante grosero y aborrecía a Light con toda su alma. Para él, era una simple mascota que debía cuidar. Tenía que quitárselo de encima de alguna manera…

¡Ya te lo he dicho, chaval! ¡Eres muy débil! Y no puedes aprender nada de mí, eres muy malo. Deberías dejar este juego…

¡P-pero yo quiero aprender, y nadie quiere jugar conmigo… le rogaba Light a aquel gran muchacho, con los ojos llorosos, en parte impactado por sus duras palabras. ¿Si su instructor no le ayudaba, quién lo haría? Nadie quería jugar con un llorón y debilucho como él, y su timidez no le ayudaba a hacer amigos precisamente.

Golosinas, muchas golosinas. Tráeme algunos dulces de tu abuela y… me le lo replantearé".

Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para conseguirlo. Aquel día se dirigía hacia el solar deportivo, cargando con una pequeña bolsa de papel con todo tipo de chucherías mágicas en ella. Sin decirle nada a su abuela, había robado golosinas de las estanterías de la tienda para dárselas a aquel malicioso muchacho. Sabía que su abuela era una mujer feroz, y muy inteligente. Ella podría darse cuenta, y el castigo sería fatal, sí...

Temía a su abuela, le daba pavor, pero no había otra opción.

El jugador veterano del solar le estaba esperando, y no estaba solo. Acompañado por otros chicos de su edad, observó con malicia la bolsa que llevaba Light. Éste se acercó a los chicos mayores, temeroso, sin fiarse ni un pelo de estos. Empezaba a arrepentirse de haberse llevado esas golosinas…

He traído las chuches…

Le tendió la bolsa que no duró muchos segundos en sus brazos. Se la quitaron de los brazos sin más dilación.

¿Y… ahora? ¿Me ayudarás? —replicaba. Sí, definitivamente se arrepentiría.

Me lo he replanteado… pero no, lo siento. Un chico tan pequeño y llorón no puede jugar al Struggle con nosotros.

Una sensación desagradable en el estómago afloró. Él quería jugar a aquel juego tan divertido, quería llegar a ser como los más fuertes. Enfadado, apretó los puños e hizo una mueca, inflando sus mofletes y aguantando las ganas de llorar.

¡P-pero yo-yo… yo quería…! —intentaba mostrar su desacuerdo, haciendo los primeros pucheros. Deseaba desaparecer de la faz de la tierra.

Qué ridículo se sentía. Sus mejillas se enrojecieron y las lágrimas volvieron a salir. Mientras tanto, los jóvenes se empezaron a mofar del pobre muchacho lloroso que, sin poder soportar toda aquella vergüenza, dejó salir el llanto. Un llanto escandaloso y exagerado que se haría oír por todo el solar deportivo, distrayendo ligeramente a los que estuvieran entrenando. La mayoría de los integrantes del club de Struggle sabían que Light era un llorón sin remedio, así que se lo tomarían con la más absoluta normalidad.

Aunque alguien se acercaría hasta su posición tarde o temprano. En cuanto el ángel se acercara, Light empezaría a relatar entre sollozos lo sucedido. Difícilmente podría hacerse comprender con sus gemidos.

Me a-asignaron a ese chico pa-para que me ayudara a jugar al Struggle, pe-pero dijo que de-debería de-de-dejar de jugar porque soy un débil y un llo-llorón…

>>M-me pro-prometió que jugaría conmigo si le entregaba caramelos p-pero n-no…

>>¡Uaaaaaaaaaah!

El sollozo iría para largo.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor EspeYuna » Lun Oct 07, 2013 9:46 pm

Spoiler: Mostrar


Exacto, el escándalo provocado por aquel niño delgado de ojos llorosos y mofletes enrojecidos llamaba la atención a lo largo y ancho del solar deportivo. Sin embargo, muchos de los niños ya estaban acostumbrados a escuchar sus berridos. Incluso los adultos hacían oídos sordos, algo realmente cruel. Aunque con un motivo especial, a la vez que estúpido: siendo nieto de Ágatha, los adultos no se atrevían a acercarse al pequeño, creyendo las paparruchas que soltaban en el mercado las cotorras de turno. Magia negra, brujería... lo dicho, excusas para no relacionarse con la anciana que vendía golosinas a sus retoños.

Pero ese día fue diferente a todos los demás para el pequeño llorica. Alguien había escuchado sus sollozos, una personita tan blanca como un copo de nieve, nariz respingona, unas mejillas rosadas y un cabello corto y tan brillante como el bronce. Agarrada de la mano de su padre, la pequeña buscó con sus ojos el origen de aquel escandaloso berrido.

No dudó. Viendo como el grupillo palurdo de su clase se alejaba del lugar, la niña, vistiendo el uniforme de la escuela, se desprendió de la mano de su padre, éste sin darse cuenta mientras hablaba con el señor Waterj y estaba más atento al retoño que tenía subido a sus hombros. Ambos reían mientras conversaban sobre Struggle. El padre anotó un nombre curioso en las hojas de inscripción del Torneo Menor, el mismo que se celebraría en unos días.

Campeonato Menor de Struggle
Inscripciones

Rogamos la asistencia de los tutores para firmar el consentimiento de la participación de sus hijos en el Torneo. Gracias.

...
...
...
DanNad
Mathan Hoghes
...


¿Por qué lloras? —preguntó sin tapujos la renacuaja, agachándose a donde se hallaba Light.

El pequeño empezó a relatar lo sucedido, aunque era algo difícil entenderle. Sin embargo, la muchacha no parecía dispuesta a dejarse vencer por un idioma desconocido. Sus ojos avellana, brillando a la luz del crepúsculo, prestaron atención a todo lo que salió de la boca del pequeño llorón.

Y si el pequeño pensaba que recibiría unas palmaditas en el hombro por parte de la niña, se sorprendería cuando, berreando, recibió una colleja en toda la cocorota.

¿¡Cómo se te ocudre darle chuches de la Bruja Buena a los súbditos de la Bruja Mala!? —exclamó, hinchando sus mofletes— ¡El azúcar de la Bruja Buena es sólo para los niños buenos! ¡Ellos...!

El pequeño “angelito” comenzaría a relatar una historia asombrosa, acordando que, hasta donde cabría entender Light, su abuela era la Bruja Buena. Aparte de lo graciosa que se veía en su mundo de fantasía, la chiquilla no era capaz de pronunciar la “r” con tanta soltura como Light u otros niños de la Villa. Y a veces parecía inventarse su propio vocabulario.

¡Una vez ellos me drobaron mi makoké! ¡Pero no lloré, tus dráguimas los hacen muyy malos! —volvía a regañarle, levantándose del sitio— Al final la drecuperé, ¡je! ¡Con la fuelza de las Guedreros de la Luz los castigué!

>> ¡Yo jugaré al Sdruuggle contigo! ¡Pero antes debemos drecuperar tu tesoro! ¡Ven!

La niña, acordando ser fiel seguidora de una serie de televisión, levantó a Light del suelo y salió corriendo con él, dando trompicones ambos. Su mano era muy cálida, sus palabras aun raras y carentes de sentido despertaban confianza. ¿De verdad jugaría con él? La pequeña parecía decidida, eso sí.

Llegaron entonces al lugar donde, arrinconados a la entrada del solar, los gamberros degustaban las chucherías de Ágatha Fúrier.

¡Vaya, mirad, si es el llorica!

¡Llorica, llorica!

Las burlas al pequeño de ojos verdes hicieron que la niña se encarara con ellos... de una forma un tanto peculiar:

¿¡Cómo os atrevéis a comer los dulces de la Bruja Buena!?

¿Qué dices, niña estúpida?

¡Yo no zoy una estúpida, eztúpido! —la niña hizo un gesto curioso con las manos, dirigiéndose a los niños— Soy Nad. ¡La Guedrera que lucha pol el amol y la justicia! ¡Y en nombre de la Luna...! ¡Te castigaré!

Sí, definitivamente la pequeña había visto demasiada televisión y tenía muchos pájaros en la cabeza. Pero el problema es que había conseguido atraer la atención a los niños que, si bien antes parecían más pacíficos, sus ojos encarando a la renacuaja les iba a salir caro, tanto a ella como a Light. Sin embargo...

... ocurrió un milagro.

Light no sabría decir qué pasó, pero en un simple destello la niña reapareció al lado del pequeño... ¡con la bolsa de chuches en su mano!

¡Sois unos lentodros!

¿¡Pero qué!?

¿C-Cómo lo ha hecho?

¡Son nuestras chuches!

La niña se mostró desafiante a los niños que corrían hacia ella. Cuando de pronto:

¡Uaaaaaaaaah!

¿Qué? ¿Se había puesto a llorar?

A diferencia de los berridos de Light, estos sí fueron escuchados por uno de los árbitros del solar, quien se acercó para ver lo que pasaba.

¡Sois los de siempre! ¡Ya os tengo dicho que no molestéis a los demás niños!

¡¡Uaah, uaah!! ¡Me querían quitar mis chuches!

¡Fuera de mi vista si no queréis que use mi bate de Struggle sobre vuestras cabezas!

Dicho y hecho. La pandilla se largó corriendo, aun mirando a lo lejos a Nad. Y para sorpresa de Light, cuando el muchacho que les había defendido se fue sin antes acariciar la cabeza de ambos, ésta dejó su berrido y sacó la lengua en dirección a los abusones.

¡Había sido mero teatro, una mísera trola! Y parecía orgullosa de su hazaña.

Se giró entonces al pequeño y le entregó la bolsa de golosinas.

¡Llorar no es de débiles! ¡Yo lloro a veces para llamar la atención!

Lo dicho. Una diablilla.

Pero un ángel, al fin y al cabo.

Spoiler: Mostrar
Post final ^^
Imagen
¡Soy enfermera~!
Nurses are Angels on Earth
Imagen
Mi blog + DeCulture

Imagen
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
KHWorld Awards 2014
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2013
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen
KHWorld Awards 2012
Imagen
ImagenImagen
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
EspeYuna
115. Demyx
115. Demyx
The Unknowns
 
Mensajes: 3437
Registrado: Mar Feb 28, 2012 11:12 pm
Dinero: 53,263.25
Banco: 15,063.87
Ubicación: ¡Entrenándome en Tierra de Partida para combatir a los sincorazón! ¡Ah! ¡Y en FanPlace!
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 54

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor Light » Lun Oct 07, 2013 9:46 pm

Spoiler: Mostrar


La jovencita que acudió hasta Light para ayudarle conseguiría detener su sollozo. Ésta le asestó un mamporro en la cabeza, inesperadamente. Light, todavía con lágrimas en los ojos, se llevó las manos hasta la cabeza, molesto.

¡Auch! ¿Pero por qué me pegas? —preguntó con la voz temblorosa, observando con claro enojo a Nadhia e inflando sus mofletes. Era bastante más alta y grande que él, así que en parte la temía.

¿¡Cómo se te ocudre darle chuches de la Bruja Buena a los súbditos de la Bruja Mala!? —le interrogaba, indignada. Light observó a Nad atónito, sin saber a qué se refería— ¡El azúcar de la Bruja Buena es sólo para los niños buenos! ¡Ellos...!

Light no comprendía nada de aquella historia de fantasía, pero se olvidó por completo de todo. Se dedicó a escucharla atentamente, clavando sus ojos color avellana en los de la chica, del mismo color. De algún modo, sus ojos dejaron de derramar lágrimas. Sonaba tan increíble la historia de la Bruja Buena y la Bruja Mala que las chucherías y el Struggle carecían ya de sentido.

Una vez ellos me drobaron mi makoké! ¡Pero no lloré, tus dráguimas los hacen muyy malos! Al final la drecuperé, ¡je! ¡Con la fuelza de las Guedreros de la Luz los castigué!

¿¡Los guerreros de la Luz!? —exclamaba el ingenuo. Creía ciegamente en su historia, en cada una de las palabras que soltaba con tanta desparpajo. De hecho, recordaba que su abuela le había contado algo parecido…

¡Yo jugaré al Sdruuggle contigo! ¡Pero antes debemos drecuperar tu tesoro! ¡Ven!

La primera afirmación de la chica inevitablemente conseguiría dibujar una sonrisa en el rostro húmedo del jovencito. Sí, por supuesto que lucharían, pero antes debían recuperar las chucherías de su abuela, la Bruja Buena. La muchacha le ayudó a levantarse y le agarró del brazo, obligándole a que le siguiera.

La curiosa pareja alcanzó a los niños gamberros, finalmente. Estos recibieron a Light con mofas, para variar.

¡Y-yo no soy un llorón! —contestó el pequeño, ocultándose momentáneamente tras las piernas su compañera, para que no vieran las lágrimas de su rostro. La chica daría la cara por él, dispuesta a enfrentarse a aquellos que le habían arrebatado las golosinas. Sus palabras tenían tanta determinación que eran dignas de admiración.

Soy Nad. ¡La Guedrera que lucha pol el amol y la justicia! ¡Y en nombre de la Luna...! —los latidos de Light aceleraron tras escuchar aquello último. Estaba impresionado por sus palabras, por su valor, por todo—. ¡Te castigaré!

Qué…

La jovencita sorprendió a todos los que presenciaron aquella escena, desapareciendo tras un resplandor y apareciendo de nuevo al segundo, con la bolsa de chucherías. El movimiento de Nad había sido tan efímero que ni siquiera parecía haberse movido del sitio. ¿Habría sido todo parte de su imaginación?

¡Sois unos lentodros!

¿Conseguiste… recuperarlas? ¡Es… Es genial…! —impresionado, Light comprobó que la había recuperado con éxito. Afirmó totalmente convencido—: ¡Los Guerreros de la Luz son geniales!

Si aquello le había sorprendido, lo siguiente lo superaría. Los jóvenes que se apresurarían hacia ellos pararían en seco para comprobar que Nad… estaba llorando. De repente, e imitando a Light, la muchacha empezó a berrear, llamando la atención a todos aquellos del solar deportivo que jamás la habían visto derramar una sola lágrima, al contrario que Light. Éste, tan ingenuo como siempre, se tragó por completo su teatro.

¡Eh…! ¡No tienes por qué llorar, Guerrera de la luz! ¡Deja de llorar, por favor…! ¡Mi abuela dice que los mayores no lloráis! —se agarró a su pierna y meneó ésta, esperando que le hiciera caso y que dejara de gritar. No sabía por qué estaba llorando, pero se sentía culpable por lo que había acabado de pasar.

El árbitro se acercó a los jóvenes y, observando a un Light preocupado y a una Nad chillona, concluiría definitivamente que aquellos jóvenes les estaban molestando.

¡¡Uaah, uaah!! ¡Me querían quitar mis chuches!

Light no se enteraba de lo que estaba pasando. De todas formas, el llanto falso de Nad funcionó a las mil maravillas. El árbitro se dirigió enfurecido a los chavales y estos no dudaron en salir por patas, sin ninguna chuchería. Una vez se hubiera alejado del hombre que les había espantado, Nad cesaría con los berreos y le entregaría la tan ansiada bolsa.

¡Llorar no es de débiles! ¡Yo lloro a veces para llamar la atención! —confirmaría, sorprendiendo al ingenuo de Light. ¿Había sido todo una mentira?

¡Gracias! Esto… ¡Ha sido genial! Mi abuela también dice que lloro para llamar la atención, y que soy un quejica... —confirmaba sonrojado, agachando su mirada.

>>¿Así que tú eres uno de esos guerreros de los que habla mi abuela, la Reina Buena? Siempre me está contando historias sobre vosotros y sobre esos… monstruos tan malos —hablaba claramente de los Portadores y de los Sincorazón, aunque no lo sabía. Tras conocer a Nadhia, aquellas leyendas aburridas y pesadas se habían convertido en algo real—. ¡Tienes que luchar conmigo, Guerrera de la Luz! Enséñame ese truco que has hecho ahora, esa cosa…

>>¡De repente desapareciste y un destello, y luego tenías la bolsa! ¡Cómo lo…! ¡Ah!

Desgraciadamente, la conversación de los dos niños no duró demasiado. Una mujer de unos cincuenta años apareció inesperadamente tras él. Aquella señora de cabellos rubios y mal genio era bien conocida en la ciudad: Ágatha Furier, la encargada de la tienda de chucherías; chucherías que su adorable nieto había cogido sin su permiso. Por aquellos años, Ágatha contaba con muchas menos arrugas y canas, y se la veía con mucha más energía.

Como si se tratara de su propia madre, le cogió de la oreja por sorpresa, tirando de él con una fuerza descomunal. Sin otorgarle la oportunidad de despedirse de Nad, le echaría la bronca por el camino.

¡Abuela, que me haces daño! ¡Du-duele…!

¡Rayos y centellas! ¿Te crees que no me he dado cuenta, niño? ¡Está claro que has sacado de esas chucherías sin mi permiso, bribón! —le regañaba, dejando de piedra a todos los presentes en el solar deportivo. Parecía capaz de arrancarle la oreja de cuajo…

¡¡N-no!! —sus lágrimas volverían a salir, pero antes de sufrir el castigo fatal quería decirle algo a su abuela—. ¡A-Abuela, he conocido a una Guerrera de la Luz! ¡Ese ángel me devolvió las chucherías que nos habían quitado! ¡Empezó a brillar y les derrotó y…!

Ágatha se volteó para comprobar que hablaba de Nad, en efecto, aunque la idea de que una de sus mejores clientes fuera una “Guerrera de la Luz” era simplemente absurda. Su adorable nietecito obviamente estaba inventándose historias para evitar el castigo, así que no le haría ningún caso.

¡Es... Es verdad! ¡Tienes que creerme! —intentaría convencerla por todos los medios. Le contaría la historia del Ángel una y otra vez…

Pero recibiría el castigo inevitablemente. Y no podría luchar contra Nadhia…

El nieto de Furier vería por última vez a la jovencita en el torneo de menores que se celebraría dentro de poco, y tras aquello, no volvería a verla en el solar deportivo. Con los años, se olvidaría de Nad y empezaría a forjarse su fama en el Struggle, superando a todos aquellos que se rieron de él alguna vez y velando por el futuro de aquel deporte. Lamentablemente no volvería a ver a aquella chica…

Pero en un futuro todo aquello cambiaría. Algún día, el Mandoble Celeste y el Destello Dorado se enfrentarían en el ring y forjarían una amistad inquebrantable, y por supuesto, eterna. Los Guerreros de la luz se reunirían de nuevo y juntos lucharían contra la Oscuridad, conectados por un nexo imposible de romper.

Spoiler: Mostrar
Y fin xD la verdad es que ha sido un encuentro bastante entrañabable, sobre todo en las últimas rondas. Una vez más ha sido un placer, Espe ^^

Podéis cerrar el encuentro y puntuarlo.
Imagen
Imagen
Imagen
Imagen

Spoiler: Mostrar
Imagen

Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Light
144. Xion Forma Final
144. Xion Forma Final
The Unknowns
 
Mensajes: 4309
Registrado: Mar Ago 24, 2010 7:20 pm
Dinero: 116.22
Banco: 474,840.29
Sexo: Masculino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 59

Re: [Villa Crepúsculo] DanNad

Notapor Sombra » Lun Oct 28, 2013 1:48 am

Spoiler: Mostrar
Alucinantes los dos. Me ha encantado *3*



Nadhia: 30 PX. Sin comentarios, perfecto.
Light: 30 PX. Sin comentarios, perfecto.

Felicidades por las puntuaciones ;)
Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Sombra
149. Lingering Sentiment
149. Lingering Sentiment
Bohemia Lectura
 
Mensajes: 4720
Registrado: Mar Mar 31, 2009 9:01 pm
Dinero: 27,410.40
Banco: 0.00
Ubicación: Behind in the musgo
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Clan: Bohemia Lectura
Estantería de objetos
Karma: 23

Anterior

Volver a Otros temas

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado