[Bastión Hueco] Una noche de terror

Encuentro de Saito y Saeko

¡Pásate por aquí para encontrarte con todo aquello relacionado con el rol y que no encontrarás en el resto de subforos! Libres, Eventos, Eventos Globales... ¡Pásate, rolea y échate unas risas!

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor Tsuna » Lun Nov 04, 2013 7:47 pm

Cronología: Segunda Saga

Saito: Encuentro Una noche de terror > Trama Final Countdown
Saeko: Trama La Historia jamás contada > Encuentro Una noche de terror


Spoiler: Mostrar


La Nave Gumi seguía viajando por el universo, ¿cuánto llevarían ya? Alrededor de unos pocos días, seguro. El vehículo espacial disponía de todo lo necesario para un largo viaje, evidentemente los recursos terminaban siendo limitados, pero sus pasajeros no tenían de qué preocuparse realmente.

No era una nave muy grande, más bien mediana y común, no destacaba en absolutamente nada a simple vista. En la cabina se encontraban dos jóvenes adolescentes, sus edades podían estar comprendidas perfectamente entre los 19 o 20 años de edad. Los individuos en concreto eran un chico y una chica.

El joven de cabello castaño claro mantenía su mirada concentrada en el horizonte, pendiente de cualquier posible imprevisto que pudiese causar estragos durante el trayecto. Aparentemente parecía estar ignorando todo lo demás. Éste portaba un abrigo oscuro de cuero y guantes negros de piel, además tenía dos sonotones en ambas orejas, ¿sufriría problemas de oído?

En cambio, la mujer era más bien delgada, a diferencia del joven que parecía tener una constitución más fuerte. Era más pálida que su compañero, completamente blanca, parecía un fantasma y su cabello grisáceo no ayudaba a remediar eso precisamente. Sus pupilas verdosas eran más llamativas y bellas que los toscos y negros ojos de su acompañante.

Todo esto es un poco tedioso, ¿no te parece Yukiko? —Preguntó, manteniendo su mirada en el horizonte a la par que manejaba con destreza los mandos.

La joven permaneció unos instantes en completo silencio, pensando la respuesta con algo de incomodidad.

Él nos dijo que todo esto formaba parte de nuestro entrenamiento. S-supongo que nada es en vano. —Y volvió a callar.

Como si el joven le leyese la mente a su compañera, respondió.

No es que esté incómodo con esto, ni que tampoco tenga ganas de hacerlo, ni mucho menos… Pero es que este viaje nos ha hecho perder mucho tiempo. Todavía queda un buen trecho hasta El Mundo Inexistente o como se llame. —Y sacó de uno de sus bolsillos con destreza, sin perder el control de la nave, unos auriculares sencillos, los cuales se los colocó en sus respectivos oídos y subió el volumen de un pequeño aparato que se alojaba en el bolsillo de su chaqueta al máximo.

La joven lo miró con preocupación, posiblemente pensando en qué responder.

Si quieres podría llevar yo la nave, tú deberías descansar, Gabriel. —Comentó, ignorando si el joven la prestaba atención o no, con aquel volumen… quién sabría.

Antes de poder hacer nada, el tal Gabriel abrió los ojos como platos, echando la mirada hacia la zona del motor.

Yukiko, toma los mandos por favor, he sentido algo extraño en el motor… Quizás tengamos que parar en el mundo que quede más cerca, ojalá me equivoque.

Gabriel se levantó del asiento y se aproximó a la zona del motor, intentando mantener el equilibrio. Yukiko por su parte agarró los mandos con destreza y cierta inseguridad, aunque a pesar de todo, ¡controlaba el vehículo perfectamente!

El mundo más cercano, según esto, es Bastión Hueco… —Explicó, observando con detenimiento una pantalla luminosa de color azul, donde se mostraba la ubicación de la propia nave y los mundos que la rodeaban.

Ni idea de qué mundo es, pero no podemos llamar la atención, bajo ningún concepto, ya sabes lo que hay. Parece que el motor ha sufrido daños menores, pero no quiero arriesgar nuestras vidas por nada, intentaré remediar esto una vez estemos en tierra. —Explicaba a la par que ojeaba el motor y el resto de componentes mecánicos mediante un extraño escáner táctil, desde un extremo de la misma cabina.

Bastión Hueco… Umm, me ha parecido escuchar de algunos aldeanos de la ciudad… sobre este mundo, pero no tengo ni idea de cómo será. En cualquier caso… c-creo que también habrá Sincorazón.

Y la nave se dirigió con rapidez al mencionado lugar.

Spoiler: Mostrar


Spoiler: Mostrar
Off-rol: Comienzo con Saeko.


Imagen


Esa noche fui incapaz de dormir, no sabía por qué razón, quizás comiese en exceso durante la cena. No paraba de revolverme entre las sábanas de mi cama, acalorada, molesta e incómoda.

Necesito despejarme la cabeza… —Comenté en voz alta, aturdida y despertando con ello a Gengar.

Me vestí adecuadamente, bien abrigada, y salí con katana en mano de mi habitación, cerrando la puerta de esta silenciosamente. El castillo de noche estaba completamente oscuro y silencioso, apenas se escuchaba nada por los pasillos, y debía mantenerme alerta por si algún Sincorazón decidía atacar por sorpresa, a mí no me atraparían con la guardia baja, ni en un millón de años. Ya les gustaría a esas cosas.

A los pocos pasos Gengar traspasó la puerta, cierto era que le había ignorado un poco, ensimismada conmigo misma y con mi seguridad. Se me acercó levitando y dando vueltas alrededor de mí.

Saeko, ¿a dónde vas a estas horas? —Me susurró, en voz baja.

A la biblioteca, sin duda era el mejor lugar para relajarme.

Voy a la biblioteca, Gengar. —Y seguí avanzando, si quería seguirme era cosa suya, a mí no me importaba.

Gengar aceleró el ritmo y se situó a mi lado durante todo el trayecto, volando por supuesto. Eso significaba que había decidido ir conmigo.

¿Pero a estas horas? A mí no es que me importe, si lo prefiero así de hecho. Me gusta más la noche que el día, mil veces, pero Saeko… Creo que lo tuyo con los libros empieza a ser preocupante, ¿no?

No me detuve, seguí avanzando por los oscuros y silenciosos pasillos, bajando y subiendo escaleras, escuchando únicamente la lluvia del exterior, el eco de mis pasos y la voz de Gengar.

No es eso, es que no puedo dormir. —Expliqué, observándolo con incredulidad ante su preocupación por mí, ¿de verdad era preocupante mi entusiasmo por los libros? Cierto era que me pasaba allí gran parte de los días, como una auténtica lunática, leyendo libros sin parar, ¡pero me gustaba!

Oh, con que se trata de eso… Entonces te acompañaré, no me gusta la idea de que te pase algo por ir sola. —Ese tono arrogante… estaba mintiendo descaradamente, aunque en parte sabía que no, solo se ocultaba tras otra verdad, pues yo le importaba.

¿Ah, sí? ¿Y seguro que no es porque tienes miedo de quedarte solo? Ja. —Expresé con un tono de burla, dando a entender que le había pillado. Éste miró nervioso a las paredes y el techo, posiblemente pensando una respuesta. — Oh, y por supuesto que a mí también me gusta más la noche, je, somos seres nocturnos. —Intenté taparme la boca ante mi espontánea y breve sonrisa, entonces lo recordé.— Espera, ¿has dicho que mi obsesión por los libros es preocupante? ¡Yo no me quejo de la cantidad de horas que duermes, vago! —Efectivamente, lo dejé fuera de combate.

Oye, oye, Saeko, te estás pasando… ¡Mira ya hemos llegado! —Y señaló a las puertas que daban acceso a la biblioteca, en un intento de cambiar de tema.

Spoiler: Mostrar


De inmediato dejé de prestarle atención a la absurda conversación que mantenía con mi adorable Gengar, y me dispuse a entrar. Una vez en su interior noté cómo la oscuridad me atrapó con sus zarpas, me sentía cómoda, pero también algo insegura, nunca se sabía dónde podía aparecer un Sincorazón, yo prefería ser desconfiada. Me esforcé por encender una pequeña vela, buscar un libro interesante a lo largo y ancho de las estanterías y sentarme sobre una silla de madera. A través de las vidrieras del lugar pude escuchar el relajante sonido de la lluvia.

Gengar se situó frente a una de las ventanas decoradas con oscuros colores, apoyando ambas manos sobre su fría superficie e intentando observar lo que había más allá de esta.

Parece que esta noche está lloviendo mucho, ¡y hace frío! Saeko, ¿no es este lugar perfecto? Los maestros deberían dar sus clases de noche, no de día. Qué aburridos.

Me mantuve inmersa en mi lectura, aunque sí me molesté en escuchar sus palabras, mas las ignoré.

¿Sabes Gengar? La lluvia y la tranquilidad de la noche me ayudan mucho a concentrarme en mis lecturas. —Por el sonido que hizo con la boca, Gengar pareció quedarse confuso ante mi comentario.

Dime, ¿de qué va ese libro Saeko?

Y mi pequeñín se me acercó a través del aire, curioso. Lo miré de reojo antes de marcar la página del libro y cerrarlo, dispuesta a mostrar su portada.

The Shining


Es uno de terror, me encantan los de este género, ¿a ti no? —Expliqué, algo apasionada.

Yo no entiendo de libros. Siempre que están estos de por medio te emocionas toda. —Y se cruzó de brazos.

Al igual que tú con la oscuridad de la noche. —Suspiré y volví a abrir el libro por las primeras páginas, la historia tenía buena pinta.

Si bueno… Bah, déjalo, no te interrumpiré.

Se hizo el silencio.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor H.S Sora » Mar Nov 19, 2013 11:40 pm

Imagen


Me levanté de nuevo durante la noche para trasnochar. Parecía una noche cualquiera… Pero hoy no era un día cualquiera o al menos no me levanté como si lo fuese. Llevaba ya unos días en Bastión Hueco ¿Y que había conseguido averiguar respecto al paradero de Louise?

Nada… —me dije mientras me vestía y contemplaba el turbio tiempo que se cernía sobre aquel mundo.

>>Nada de nada… —dije de nuevo mientras me miraba en el espejo.

Cuando terminé de vestirme bajé de nuevo para ver si en aquella biblioteca encontraba algo en los libros que se me daba permiso para mirar, pero antes de entrar me detuve en la entrada.

No encontraré nada, ya que aún no soy lo suficientemente fuerte como para consultar libros de mayor nivel… —afirmar eso en voz alta hizo me devolvió a la realidad— He pasado la mayor parte de mi instancia buscando libros, pero tengo demasiadas restricciones a causa de mi nivel actual…

Di la vuelta y salí del castillo. ¿A dónde me dirigía? No sabría decirlo ya que ni yo mismo tenía constancia de ello. Solo sabía que quería deambular por las calles, quizá tampoco encontraría respuestas ahí pero sería mejor que pasarse otra noche encerrado en aquél lugar. A causa de que apenas no había salido no tardé en perderme en las calles de aquella que una vez había sido la ciudad de “Vergel Radiante”.

Así que esto es la ciudad… —pensé mientras caminaba— Pues tampoco me he perdido demasiado la verdad.

Continué avanzando por las estrechas calles que una vez habían estado pobladas por gran cantidad de gente, antes de que los Sincorazón “corrompiesen” la ciudad. Realmente no había podido leer mucha información al respecto ¿Nos ocultaban alguna clase de información importante? Realmente no creía que así fuese y aún así no me importaba en absoluto.

Tengo mi propia justicia y mis propios objetivos a cumplir… —apuntaba en voz alta— y cosas más importantes que preocuparme por los demás.

Me decidía a irme ya que había empezado a llover. Cuando al ponerme la capucha y empezar a irme noté que algo no acababa de ir bien. El paisaje parecía igual al que había sido apenas unos instantes, pero algo me decía que las cosas no acababan de ir bien.

Ahí vienen. Yo de ti estaría alerta…

Aquella odiosa voz de nuevo. Había intentado ignorarla y seguir los consejos del Maestro Ryota pero había veces en que las cosas que decía no eran del todo absurdas. Y esta desde luego no lo fue.
Pude notar a tiempo que era lo que había cambiado. Dos pequeños Sincorazones habían aparecido en escena y uno estaba intentando atacarme en aquél preciso instante saltando hacia mí con sus garras afiladas extendidas. Reaccioné a tiempo y esquivé el intento de “embestida” de mi rival. Tenía que mantenerme alerta por lo que di un ligero salto hacia atrás e invoque mi Llave Espada sin perder de vista a ninguno de mis dos rivales.

Genial, no estoy de humor para aguantaros. Os despacharé rápido de aquí.

Y dicho esto y sin perder un instante me decidí a abalanzarme sobre al menos una de aquellas “hormigas” de oscuridad. Aquella noche no empezaba bien de ninguna manera.
Última edición por H.S Sora el Dom Nov 24, 2013 9:59 pm, editado 1 vez en total
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor Tsuna » Mié Nov 20, 2013 4:16 pm

Estamos a punto de aterrizar, Gabriel… D-deberías sentarte.

Gabriel, sin decir ni una palabra, dejó el escáner y se sentó en su respectivo asiento, colocándose el cinturón de seguridad. La nave se adentró entre las oscuras nubes, cayendo en picado a gran velocidad. Esa noche llovía demasiado, incluso se oían algunos truenos.

Parece que no hace buen tiempo, encenderé las luces de emergencia para poder buscar algún lugar seguro en el que reparar esto.

¿Y si nos ven los aldeanos de este mundo? Se supone que eso está prohibido, el que nos vean digo…

Gabriel comenzó a toquetear algunos controles de la cabina, mientras su compañera manejaba los mandos del vehículo e intentaba observar en la lejanía. Gracias a las luces vislumbró un enorme castillo, inmenso e imponente, rodeado de ruinas, y estas a su vez rodeadas de cañones y gargantas abandonadas.

Soy consciente de que debido a las luces, en un ambiente así, llamaremos demasiado la atención, pero mira este lugar… —Gabriel señaló el castillo y lo que antaño había sido una ciudadela.

¿Vivirá alguien en ese castillo? Esto parece… muerto, abandonado…

Quizás, con un poco de suerte, no tengamos problemas con nada ni nadie.

Spoiler: Mostrar


La nave finalmente aterrizó sin ningún inconveniente, en los límites de la antigua ciudad, cerca de aquellos grandes y oscuros barrancos. Las luces de emergencia se mantuvieron encendidas y la compuerta principal del vehículo se abrió a los pocos minutos.

¿De verdad vas a salir así, Yukiko? Mira el tiempo que hace. —Dijo el joven desde atrás, ajustándose bien los guantes, una nueva gorra oscura y la bufanda.

Yukiko, situada en la salida y delante de Gabriel, lo observó con asombro. Esta vestía una ropa completamente distinta a la que usaba su compañero, sus prendas eran más bien para ir a la playa un caluroso día de verano, enseñaba demasiado cuerpo y aun así… ¡¿Estaba dispuesta a salir al exterior con la que caía?!

¿Tienes algún problema? Te recuerdo que esto forma parte de nuestro entrenamiento, ¿o lo has olvidado acaso, Gabriel? —Explicó, cambiando espontáneamente de personalidad y mostrando una seriedad fuera de lo normal. Gabriel se mantuvo indiferente ante su actitud y continuó ajustándose sus prendas. — De hecho… c-creo que te vendría bien salir afuera sin abrigos, como yo…

Eso parecía, estaba dispuesta a salir así.

Entiendo perfectamente lo que quieres decir; la estrategia sobre la que Él me habló. Pero creo que lo dejaré para otra ocasión, la prioridad es reparar esa pieza, no hacer turismo.

Sin perder más tiempo ambos salieron del vehículo, el joven con problemas de oído cargó su respectiva caja de herramientas y comenzó a investigar la zona delantera de la nave, mientras tanto, su compañera se dedicó a caminar bajo la lluvia, atenta a cualquier posible cosa imprevista que pudiese suceder, como la aparición de nativos… o Sincorazón.

Esto… ¿Te parece bien que vaya a explorar la z-zona? —Preguntó, aparentemente ignorando las fuertes corrientes de viento que asediaban el lugar o la gélida lluvia que emanaba del cielo. En realidad, parecía estar incluso disfrutándolo.

Me parece bien, así podremos elaborar más tarde un informe acerca de este mundo. Y, Yukiko, ten mucho cuidado por favor. —E introdujo la zona superior de su cuerpo sobre las partes mecánicas de la nave, intentando localizar cierta pieza.

Descuida, ambos… ambos sabemos perfectamente qué hacer. Volveré luego.

Yukiko escaló varias rocas y se marchó del lugar, dejando allí a Gabriel. Las luces de emergencia todavía permanecían encendidas y cualquiera podría localizarlos, suerte la suya que aquel mundo estuviese abandonado, ¿o quizás no?

Spoiler: Mostrar


¿Cuánto había pasado desde que empecé a leer el libro? No tenía ni idea, perdí por completo la noción del tiempo, ni siquiera sabía si Gengar se había ido a dormir o si se estaba quejando todavía.

Y entonces… las niñas le dijeron al unísono:

—Ven con nosotras, te lo pasarás bien, ji, ji, ji.

Aquella voz escalofriante podría emparanoiar a cualquiera hasta límites insospechados, pero el niño permaneció sereno, hipnotizado por sus palabras, completamente quieto sobre su triciclo de juguete. Las niñas no esperaron y de pronto el líquido carmesí inundó el pasillo, llevando consigo restos humanos de todo tipo, y justo cuando parecía que la enorme cascada iba a llevárselo por delante, esta desapareció repentinamente, dejando únicamente ante sus asustadizos ojos a su padre.


¡Saeko alerta! ¡Mira eso! —Exclamó Gengar de pronto, provocándome con ello un ligero respingo.

Fruncí el ceño y lo miré, molesta por haberme distraído de pronto.

¡Gengar, estaba en la mejor parte! —Le dije, furiosa y frustrada. Estos sentimientos se hicieron más profundos cuando me percaté de que el libro se había cerrado, yo no había marcado la página y no recordaba cual era.— Te tendré que enseñar a… ¿Um? Espera, ¿qué es eso? —Cambié de tema justo cuando una potente luz penetró las vidrieras del lugar, aquella luz… provenía del exterior. ¿Cuál sería su causa?

Spoiler: Mostrar


Nerviosa, salí de inmediato de la biblioteca para dirigirme hacia la entrada del castillo. Gengar por su parte se encargó de apagar el fuego de la vela, colocada encima de la mesa, con un fuerte soplido, después siguió mi trayecto.

Proviene del exterior… ¿quizás de otro mundo? —Pensé en voz alta, absorta, observando cómo el objeto descendía de entre los nubarrones emitiendo una gran luz color verde. Estaba muy alejado de la ciudad y del castillo pero… ¿y si eran intrusos que pretendían atacarnos?

Puede ser cualquier cosa… Es mejor que me adelante.


Saeko, ¿qué crees que puede ser? ¿Acaso vas a…?

Sí, iré. Gengar, es mejor que te quedes en la habitación. —Le ordené sin siquiera mirarlo, tan solo observaba aquel objeto que caía a gran velocidad e intentando memorizar la ubicación en la que aterrizaría.

¿Qué? —Expresó, por su tono de voz pude notar mucha decepción.— Saeko, ¿acaso… acaso me ves como una carga? —Abrí los ojos como platos, incrédula ante lo que escuchaba.

Le había dicho de ir a la habitación porque pensé que allí estaría más seguro pero… aquello iba a terminar peor. Me giré para poder mirarlo directamente a sus ojos.

No, no, no te veo como una carga… ¿Qué demonios estás diciendo, Gengar? —Permanecí unos segundos dubitativa, esperando una respuesta suya, pero ante su silencio decidí terminar con la conversación.— Bien, sígueme, y ten cuidado. Ya han llegado.

Mis palabras parecieron reconfortar el ánimo de Gengar, éste levitó hasta mi altura, en guardia. Los Sincorazón no tardaron en aparecer…

Spoiler: Mostrar
Imagen
Sombra x6
Imagen
Soldado Volador x1


Invoqué rauda mi Llave Espada, tenía que abrirme paso entre todos y llegar hasta dónde la luz. Atravesar la ciudad no iba a resultar sencillo.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor H.S Sora » Dom Nov 24, 2013 10:00 pm

No perdí un solo instante de tiempo, tenía pensado encargarme de aquellos Sincorazones lo más rápido que pudiese. Realicé un tajo limpio con ambas manos de arriba a abajo al que tenía acerca, la criatura solo pareció agonizar y se escondió en el suelo para reunirse con su compañera de nuevo.

¿Realmente vais a jugar de esa manera tan sucia y aburrida? Si eso es lo que queréis… —Dicho esto cogí carrerilla y de un solo salto volví a la contra para arremeter contra ellos, pero algo me indispuso en aquél momento decisivo de rematar a mi objetivo. Mientras más me acercaba con más claridad podía oírlo.

¿Crees de verdad estar preparado para la Verdad?...

Déjame en paz… ¡¡Ya te he dicho que no me conoces!!

Crees saberlo todo… ¿Pero de momento que sabes sobre lo que de verdad te importa?

El vacío saturó mi interior, no era capaz de dar una respuesta positiva a eso, ya que lamentablemente tenía razón al respecto. ¿Qué sabia por ahora de Louise?... Nada. Aquella odiosa razón volvía a tener razón en algunos aspectos.

Púdrete.

Eso pensaba yo. Ahora dime ¿Qué harás con el Sincorazón que tienes delante?

¿Con el que?...

El tiempo quizá parecía que se había detenido mientras hablaba con aquello, pero nada más lejos de la realidad, acababa de aterrizar enfrente de aquellos dos Sincorazones y uno de ellos parecía que iba a tomar la iniciativa. Pude ver como aquello se dirigía directamente contra mí de nuevo con un salto y en línea recta. No tenía tiempo de bloquearlo.
De nuevo, la lentitud de aquella cosa me salvó. Aunque no pude bloquearlo me aparté a tiempo, aunque la garra de aquella cosa rozó levemente mi mejilla, provocando un corte pequeño por el cual la sangre bajaba lentamente.

Vaya, parece que estás impaciente. Impaciente por desaparecer.

Dicho esto limpié la poca sangre que había resultado de aquél corte tan pequeño y avancé contra aquello, dispuesto a terminar aquél absurdo combate.
Cuando me situé lo suficientemente cerca, le golpeé varias veces con la Llave Espada y para rematarle, le lancé en la dirección de su compañero pero antes de que llegase al suelo extendí mi dedo índice y mientras le señalaba conjuré la magia adecuada.

Electro.

La pequeña ráfaga eléctrica salió disparada y en aquella corta distancia golpeó al blanco. Aquél Sincorazón desapareció casi al instante, provocando que el correspondiente corazón liberado ascendiese por el cielo hasta perderse de la vista de cualquier persona.
Aún así yo no me había detenido, seguía avanzando en dirección al otro Sincorazón restante que había quedado. No iba a dejarle el tiempo suficiente como para volverse a esconder en el suelo y huir.

Mientras avanzaba podía notar como la lluvia había aumentado y como mi ropa empezaba a estar mojada y como el terreno de combate también lo estaba.

Mientras avanzaba también me pareció distinguir algo (similar a nuestros Gliders) impactando contra la atmósfera de Bastión Hueco, a las afueras, cerca de donde estaba. Pero por ahora no tenía demasiado tiempo para fijarme donde aterrizaba aquello ni con qué intenciones había venido... Aunque más tarde tendría que echarle un vistazo, aquello era algo digno de investigar en una noche así..

Un trueno sonó a lo lejos y me despertó de mi ensimismamiento haciendo que volviese a concentrarme en acabar con mi objetivo. Por lo visto, aquella noche no había hecho más que empezar.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor Tsuna » Lun Nov 25, 2013 7:33 pm

Spoiler: Mostrar

Spoiler: Mostrar


Spoiler: Mostrar
Los combates que suceden a continuación serán por así decirlo, interpretados, no contarán los Stats ni los PH.


Llegué a contar un total de seis Sombras, tres a mi izquierda más tres a mí derecha, y un Sincorazón volador. Las criaturas de ojos amarillentos y sin vida se aproximaron hacia nuestra posición, en un intento de atrapar nuestros corazones. Debía apurarme y pensar alguna estrategia para avanzar.

Gengar, ¿podrás encargarte de los pequeños? Yo enfrentaré al volador. ¡Date prisa! —Y salí despedida a gran velocidad a por la criatura voladora.

Entendido, yo me encargo.

Cierto era que me estaba lanzando al peligro sola, y además me llevaba a Gengar conmigo, dejando de lado las posibles órdenes de los Maestros. A pesar de todo, era la que más cerca estaba de aquel objeto y por nuestra seguridad pretendía averiguarlo todo sobre él.

¡Oscuridad, a mí! —Exclamé, concentrando aquella sensación negativa que surgía de mi corazón en mi katana, cargándola con energía oscura. Podía observar cómo esta emanaba de ella, mi propia Oscuridad.

Salté hacia el Soldado volador, el cual realizaba extraños movimientos que durante un breve instante, me llegaron a causar cierta confusión sobre si evadiría mi ataque o no. Yo continúe mi ofensiva, llegando a provocar un rápido corte en su cuerpo, sin embargo éste se elevó en el aire y contraatacó con sus afiladas garras a gran velocidad. No pude hacer otra cosa que bloquear a duras penas el ataque.

Caí al suelo bruscamente de espaldas, escuchando el sonido metálico de mi arma impactando contra el piso. Aquel Sincorazón era más peligroso de lo que parecía.

¡Aaah! —Exclamé debido al dolor de la caída.

Gengar por su parte y manteniendo una sádica sonrisa, cargó energía oscura en la palma de su mano, generando una esfera que disparó a continuación a uno de los grupos formados por tres hormigas.

La esfera alcanzó su objetivo, golpeando a dos de ellas y acabando con su existencia, la otra se escondió en el suelo y se reunió con el grupo restante, formando un total de cuatro.

¡Qué débiles! ¡Juajajaja! —Rió, satisfecho por la aparente debilidad de sus enemigos.

Yo todavía permanecía en el suelo, buscando sin demora mi espada. El Sincorazón volador comenzó a revolotear a mi alrededor, posiblemente esperando el momento oportuno de arrancar mi corazón. La sola idea de que eso se llevase a cabo me aterraba… ¡Pero no iba a permitirlo, sería ridículo caer ante semejante enemigo!

¡¿De verdad crees que me tienes?! —Y mi enemigo se abalanzó sobre mí para rematarme. Apenas estaba tocando el mango de mi arma con la mano izquierda, por lo que me esforcé por canalizar mi rabia y desesperación en el miembro libre y disparar un potente hechizo de oscuridad, conocido como Flama Tenebrosa.— ¡Pues estás muy equivocado! —Exclamé en cuanto me coloqué de pie de un salto, respirando y espirando con algo de dificultad.

Giré mi rostro hacia la entrada y pude ver las oscuras cenizas que dejaban los seres de oscuridad al perecer, en este caso, el Sincorazón aéreo. Gengar por su parte había rematado al resto de enemigos gracias a unas garras de energía oscura. Se aproximó a mí.

No ha sido para tanto, Saeko.

Realmente no… aunque todos los Sincorazón son peligrosos y tienen su dificultad. —Expliqué, recordando la difícil situación que viví segundos atrás.— ¡Avancemos rápido!

Nada más salir de los portones la intensa y fría lluvia cayó sobre ambos, Gengar se concentró para lograr fundirse con el medio, evadiendo así las gotas de agua. Yo me limité a cubrirme con la capucha. Descendí con extremo cuidado a través de las escaleras de la entrada, un paso en falso y podría torcerme el tobillo, o algo peor, y entonces sí sería presa de los Sincorazón, los que posiblemente ya me estuviesen observando con sigilo a mí y a Gengar.

¡Cuidado Gengar! Estos no serán tan débiles como los anteriores… —Comenté extendiendo mi brazo derecho, en un intento de bloquear la marcha de Gengar, y manteniendo mi katana de oscuridad en la zurda. Habíamos llegado ya al centro de la plaza situada a los pies del castillo.

Saeko, mira su tamaño… Esta vez deberíamos atacar juntos.

Cierto, aquellos enemigos eran más grandes que los anteriores...

Spoiler: Mostrar
Imagen
Sombra x3
Imagen
Réquiem Verde x2
Imagen
Grandullón x2
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor H.S Sora » Lun Nov 25, 2013 9:49 pm

Renaudé la marcha a toda velocidad sabiendo que podía conseguirlo… mejor dicho, iba a conseguirlo, no tenía intención de huir de algo como eso. Solo unos centímetros más y estaría en mi disposición acabar aquél pequeño encuentro.

Bueh, no es nada del otro mundo que logres acabar con esto.

Cállate. Solo pienso en terminar con eso pronto y volver al castillo.

¿De verdad estás pensando en eso? Tus palabras dicen ser esas… pero tu corazón muestra otra cosa.

Y era cierto. Aunque acabar el combate estuviese en parte dentro de mis pensamientos, no era eso lo que me preocupaba. Louise era el centro de mis pensamientos, siempre era así.

Deja de hurgar en mi corazón. No eres quién para hacerlo.

Acabé lo suficientemente cerca del Sincorazón, quizá me hubiese parecido que el tiempo se ralentizaba, pero quizá era la conversación, que avanzaba demasiado rápido… Seguía con dudas de qué o quién era aquella voz, pero me obligué a concentrarme y levantar al Sincorazón con un único golpe de Llave Espada.

Vuelve al lugar de donde vengas…—Dicho esto salté y mientras alcanzaba al Sincorazón un pequeño pinchazo interno acudió a mi cabeza, pero no me desvió de mi trayectoria.

¿Realmente crees ser quien para discurrir en los derechos de los demás? Te recuerdo que tú buscas a alguien desesperadamente. ¿Y si Louise no quiere verte? ¿Lo has pensado?

Claro que lo había pensado. Aquel pensamiento había inundado varias noches mi mente manteniéndome en vela hasta que lograba dormir por unas horas…
Pero no podía mostrar debilidad. Aquello sabía perfectamente las debilidades que tenía, incluyendo mi facilidad para dejarme llevar, pero debía mantener la serenidad bajo cualquier circunstancia.

No hables como si la conocieras… Ni se te ocurra.

¿Y qué vas a hacer al respecto? Dudo que tengas muchas opciones.

Cabrearme ahora, solo hará que tu sufrimiento se alargue aún más. Y créeme, no te conviene.

Tiene gracia. Quizá a quien no deberías cabrear es al tipo que seguramente pueda hacer sufrir a la persona que tanto te importa… ¿No crees?

Si te atreves a ponerle una mano encima… si solo le haces un rasguño, no tendré la menor piedad contigo. Y prueba a escuchar mi corazón ahora, verás que estoy en lo cierto.

Me volví a concentrar en aquél Sincorazón que seguía suspendido en el aire y al cual acababa de alcanzar.

Me servirás como saco de boxeo maldita basura—dije dedicándole una sonrisa torcida.

Y evoqué gran parte de aquella frustración que estaba sintiendo en aquel pobre ser de oscuridad.

Realice varias estocadas y cuando estábamos a punto de caer uno encima del otro contra el suelo, agarré con mi mano izquierda sus dos antenas características y con la mano derecha que sostenía la Llave Espada atravesé satisfactoriamente su cuerpo, haciendo que este se desvaneciese y otro corazón empezase a surcar los cielos.

Miré hacia el cielo aún oscuro siguiendo el rastro de aquel corazón y mientras podía notar de primera mano como la ropa se me pegaba aún más a la piel. Estaba bastante mojado y necesitaba una muda de recambio urgentemente, pero aquello podía esperar, recordaba algo que me había llamado la atención durante el combate, y era el aterrizaje de una especie de Glider en Bastión Hueco. Tanto los Maestros como los aprendices usábamos los Gliders para movernos entre los mundos... y aquello era algo nuevo y que aparentemente no debía pertenecer a nadie de aquí.

¿Intrusos quizá?—Apunté en voz alta, tratando de pensar que hacer a toda velocidad que podía hacer.

¿Avisar al Maestro Ryota y a los demás sería lo correcto? Realmente perdería mucho tiempo en ir a avisarles, y quizá ni fuese una nave habitada. Quizá fuese una nave deshabitada que se había estrellado por pura casualidad en este mundo... Pero no quería correr riesgos por lo que iría a investigar por mi cuenta.

Desmaterialicé la Llave Espada y puse rumbo con intención de ir a la zona donde había creído ver estrellarse/aterrizar aquello. Suspiré y me puse la capucha mientras avanzaba caminando a un ritmo similar al de correr.

Sería un milagro si con todo lo mojado que estaba solo pillaba un resfriado.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor Tsuna » Jue Nov 28, 2013 12:57 am

Spoiler: Mostrar

Spoiler: Mostrar


La lluvia se intensificaba cada vez más, lo notaba por cómo mi ropa se pegaba a mi piel y por cómo me costaba escuchar las palabras de Gengar, éste deshizo su habilidad para evadir la lluvia, preparándose de ese modo para el combate que se avecinaba. Una lástima que no pudiese combatir siendo intangible.

Gengar, es mejor que te ocupes de las hormigas y luego de los verdes. No te preocupes por mí. —Le expliqué en voz alta agarrando el mango de mi katana, la cual había vuelto a la normalidad, con ambas manos y adoptando una pose defensiva mientras caminaba lentamente alrededor de los grandes.

No escuché bien lo que dijo mi compañero, pero éste me obedeció y se dirigió a por las pequeñas criaturas oscuras. Esa fría noche me tocaba enfrentar a los Sincorazón en la oscuridad, pero era mi obligación como aprendiza de la Maestra Ariasu el investigar qué clase de objeto había caído en los límites de la ciudad. Todavía vislumbraba la luz de éste por encima de las murallas de la ciudad.

¿Cómo luchar contra unos enemigos tan corpulentos? Quizás no sea buena idea atacar de frente, todavía recuerdo cómo aquel ataque de Ragun no provocaba el más mínimo daño al monstruo del escudo… ¿Cómo olvidar aquel monstruo? ¿Seguirán estos el mismo patrón? ¡Sólo hay una manera de averiguarlo!


Y me lancé directa a por uno de los grandes, propinándole una feroz estocada en el estómago. Como había sospechado, mi ataque no surtió efecto y salí despedida hacia atrás a causa de mi propia fuerza. Intenté mantener el equilibrio y no resbalarme a causa de la lluvia, tarea complicada.

Je, veamos qué eres capaz de hacer, monstruo. —Y esbocé una sonrisa llena de malicia.

Gengar por su parte intentó atacar a una de las Sombras, pero esta se ocultó en el suelo y fue a parar junto al grande que había resistido mi ataque. Sin embargo, en vez de lanzarse en una persecución, decidió atacar al duende verde que revoloteaba cerca de su posición, liquidándolo en el acto con las garras de oscuridad.

Tendré que arriesgarme y acercarme para acabar con esa hormiga, no quiero que me de problemas en el futuro.


Y me lancé con katana en mano a por la Sombra situada junto al Grandullón que me enfrentaba, esta intentó camuflarse de nuevo, fundiéndose con el húmedo suelo, pero en vano, le propiné un potente tajo a tiempo, logrando que se evaporara en un cúmulo de polvo oscuro. Sin embargo… tenía al gran monstruo prácticamente pegado a mí.

¡Maldita sea, no puedo escapar!


No podía arriesgarme a salir corriendo, le estaría dando prácticamente mi espalda para que me atacase con todo lo que tenía. Elevé mi rostro, en guardia por cualquier cosa que pudiese suceder, observando así en la penumbra de la noche sus ojos amarillentos y sin vida. La criatura no esperó y me propinó un fuerte golpe con uno de sus brazos.

¡Psh! —Exclamé, bloqueando a duras penas aquel monstruoso brazo con mi Llave Espada y mi katana al mismo tiempo.

La criatura no esperó y dio un gran salto ante mí, cayendo y provocando con ello una onda expansiva. No pude defenderme de ninguna manera, estaba indefensa ante aquel ataque, por lo que tras sentir un fuerte dolor de cabeza mi cuerpo salió despedido hacia atrás. Caí de espaldas a pocos metros del monstruo. Las gotas de lluvia mojaron mi rostro y mi cuello, ahogándome por unos instantes y obligándome a toser.

¡Cof cof cof…! ¡Mierd-¡ —Me vi interrumpida por el otro Grandullón, el cual venía directo hacia mí corriendo a gran velocidad. Imaginé que me golpearía con su enorme panza, y salir corriendo no era una opción, no estaba recuperada del último golpe y además, me terminaría alcanzando.— ¡Hyaaaa! —Exclamé llena de furia y disparando una Flama Tenebrosa a su panza con todas mis fuerzas.

Efectivamente, la magia pareció detenerlo por completo, pues incluso retrocedió. El pequeñín de color verde se aproximó a por el gordo que había detenido mediante mi magia. Éste se agitó y acompañado del sonido de unos cascabeles, salieron chispas luminosas sobre la gran criatura.

¿Pero qué…?


Me apresuré a coger mi katana con la mano izquierda y materializar mi Llave Espada, que había quedado algo alejada de mí, en mi mano derecha. Pude apreciar además que en cuanto las chispas luminosas del duende verde tocaron al monstruo obeso, la quemadura producida por mi Flama pareció aliviarse.

¡¿Qué te crees que estás haciendo, eh?!

Gengar le propinó un fuerte zarpazo por detrás al pequeño verde, acabando con su existencia antes de que finalizara la curación del grandote, y de hecho… la otra Sombra restante había desaparecido también.

Bien, solo quedan dos…

Empuñé ambas armas, preparada para finalizar con tan irritantes enemigos.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor H.S Sora » Dom Dic 01, 2013 10:46 pm

La lluvia empezó a ser más fuerte y me dejaba cada vez más empapado por lo que aumenté el ritmo de mi marcha y empecé a caminar bajo tejados y calles que pudieran resguardarme un poco de la lluvia.

Pero a los pocos minutos de empezar mi estrategia me dí cuenta de que no era para nada efectiva, es más, tan solo perdía tiempo y me dedicaba a dar vueltas intentando encontrar calles y tejados por lo que decidí que era mejor mojarse y seguir una pista más o menos fiable.

¿Y por donde está la nave ahora?

No lo sé, tendré que subirme a algún tejado o algo…

Buena idea chico listo, pero yo de ti me daría prisa o más invitados se van a unir a la fiesta privada.

¿Qué?...

Me giré para ver como 5 pequeñas sombras pertenecientes a Sincorazones emergían del suelo. Aquellas criaturas me ponían enfermo cuando aparecían en momentos tan inoportunos como este.

Sin prestarles la más mínima atención use de apoyo unos barriles que habían al lado de lo que antaño hubiese sido una tienda de la ciudad y pegué un salto usándolos como apoyo para llegar al tejado que por suerte, resultó ser capaz de aguantar mi peso.

Sin preocuparme por si me seguían o no empecé a correr hacia los restos de una luz de un color verdoso que se situaban a algunos metros por delante de mí. Cada paso que daba corriendo o cada vez que saltaba hacía el tejado paralelo que tenía delante hacia que estuviese más cansado, y que aquella ropa se me pegase cada vez más al cuerpo no lo hacía más ameno.

Giré mi cabeza para comprobar si me seguían y efectivamente, allí estaban aquellos molestos insectos, y realmente no tenía ganas de un combate a toda velocidad pero no tenía otra opción, o eso pensaba hasta que pisé un tejado en mal estado.

Por suerte la caída no fue nada del otro mundo, y caí sobre un suelo blando que por primera vez podía agradecer a la lluvia que acontecía. Me disponía a seguir corriendo cuando al girarme para ver cómo de cerca tenía a los Sincorazón encontré a una joven que iba muy tranquilamente caminando por aquella calle. ¿Sería una habitante de aquí? Realmente no era una aprendiz pues lo hubiese sabido… pero no podía correr el riesgo de dejarla sola fuese o no una aprendiz o una ciudadana cualquiera.

Me di la vuelta lanzando un suspiro, pues me encontraba a nada de alcanzar aquel objeto que seguía emitiendo unas luces de un color bastante llamativo.

Tendrá que esperar…

Salí corriendo hacía la joven cuando vi que algunos de los Sincorazones ya estaban llegando hasta ella y no tuve otra mejor idea que saltar desmaterializando la Llave Espada e intentando bloquear los ataques de aquellas alimañas.

Sal de aquí vamos… —le diría con voz calmada a la chica— Yo me ocupo de esto.

Y sin esperarme a que pudieran contraatacar realicé varios tajos a la que se había atrevido a atacar primero, después de aquellos cortes limpios y una patada que lo envió bastante lejos pude observar como se desvanecía para dejar libre a otro corazón rosado, aunque aquella noche no pudiese apreciarse demasiado bien.

Por suerte, parecía que al menos 2 sombras se habían perdido durante aquella carrera a contrarreloj cosa que me alegró bastante ya que significaba que solo tenía que librarme de 2 molestias más para poder continuar mi camino hacia la nave misteriosa.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor Tsuna » Lun Dic 02, 2013 7:47 pm

Spoiler: Mostrar


Sal de aquí vamos… Yo me ocupo de esto.

Saito apareció de pronto para defender a la tranquila muchacha de unas Sombras, el joven logró en parte su objetivo, sin embargo todavía quedaban algunas pendientes.

Yukiko retrocedió, protegiendo su frágil cuerpo con sus dos brazos y haciendo caso al nuevo invitado en un primer momento. Dirigió una mirada de terror a los Sincorazón, como si estos le diesen auténtico pavor y pesadillas a cada noche.

S-sí… —Respondió, sin saber muy bien qué decir pues no esperaba en ningún momento que alguien apareciese de pronto de las ruinas, y más en medio de la tormenta.

La chica permaneció unos instantes pensativa en la retaguardia, observando cómo el inesperado personaje se encargaba de cumplir su palabra, pero llegado un punto esta se adelantó con algo de determinación e intentando detener a Saito con su brazo.

Yo t-también sé defenderme… Observa… —Y extendió su brazo, apuntando con éste al ser de Oscuridad.— ¡H-hielo!

El gélido proyectil emergió de su mano al instante gracias al agua de lluvia que logró congelar. El disparo fue preciso y certero, acabando con el último enemigo. Tras el combate, cogió aire, preparándose para la conversación que se avecinaba con aquel chico, pensó en huir, sin embargo… prefirió quedarse, arriesgó. Con suerte conseguiría tiempo para que Gabriel reparase la pieza del motor.

Perdona… por mi culpa te has mojado y te has tenido que enfrentar a esos monstruos. Tampoco sabía que aquí hubiese… personas… viendo este panorama tan d-desolador… —Explicó, observando el resto de la antigua ciudad. En todo momento permaneció encogida en sí misma, se protegía con sus brazos, como si le diese miedo hablar con extraños.— No sabía que aquí habitaran Sincorazón… pero viendo este lugar… t-tampoco es de extrañar y… ¡Oh! ¡Me llamo Yukiko! —Y le agarró ambas manos a Saito, sonriéndole. Éste pudo notar que estaban prácticamente heladas, su cuerpo parecía hielo puro, y tampoco parecía sentir frío al estar bajo la lluvia.

Yukiko esperó todas las preguntas o comentarios por parte de Saito, y luego comentaría.

Bueno verás… ¿Puedo preguntarte algo? ¿E-eso que has usado es… una Llave Espada, verdad? ¿Acaso eres de Tierra de Partida? Nunca antes había c-conocido a un portador… es un honor. —Y se inclinó, a modo de reverencia, dando a entender que sentía por Saito un profundo respeto, pero si Saito era el primer caballero de la Llave Espada que conocía… ¿Cómo es que sabía sobre Tierra de Partida? La duda quedaría en el aire.— Creo que no t-tengo problema en contártelo… Mira, yo no soy de este mundo y… he terminado aquí por accidente, a mí y a mi compañero se nos ha averiado una parte del motor de nuestra nave y… decidí intentarme en las r-ruinas para ver qué clase de mundo era este… ¡Pero nos iremos de inmediato! —Exclamó, y de pronto algo en su mirada cambió, parecía tener más determinación.— Dime, ¿me acompañarías hasta la nave? Debemos cruzar una muralla e ir a lo que parecen los parterres exteriores, por allí hemos caído.

Y Yukiko se puso en marcha, dependía de Saito seguirla o no. Una vez llegasen hasta allí, podrían ver a una Saeko totalmente agotada enfrentando varios Sincorazón de gran poder.

¡Oh! H-hay alguien allí enfrentando a esas… cosas… ¡Deberíamos ayudar…!

Y se lanzó ella sola al combate, confiando en que Saito la siguiese. La luz de la que parecía provenir la nave no estaba muy lejos de los parterres.

Spoiler: Mostrar


Notaba cómo mi cuerpo se enfriaba a medida que pasaba el tiempo, incluso dejé de sentir una de mis piernas por un momento. El frío terminaría acabando conmigo, tenía que apurarme o acabaría hecha un cubito de hielo.

¡¡Gengar!! ¡¡Ahora!! —Grité, consumiendo todas las fuerzas de mis pulmones mientras observaba el humo blanco que salía de mi boca.

Concentré toda la frustración y desesperación que sentía en ese momento por tener que enfrentar Sincorazón y estar al borde de la hipotermia en la palma de mi mano. Disparé la Flama Tenebrosa directa al cuerpo del monstruo que previamente había sido recuperado por el duende verde, Gengar por su parte disparó su Bola Sombra directamente a su cabeza, al estar justo detrás sería imposible fallar.

¡Sí, eso es! —Celebré al ver cómo ambos ataques impactaban en la criatura al mismo tiempo.

El Grandullón herido se vio rodeado por un aura de color azul, comenzó entonces a dar brincos de ira y furia. Saltó y comenzó a deslizarse por el suelo a una enorme velocidad gracias al agua, pero… ¿a dónde se estaba dirigiendo?

¡Je, está cegado! —Aclaró Gengar, desde la seguridad de las alturas.

Sonreí de manera arrogante ante la Ceguera del enemigo, a decir verdad me hubiese resultado imposible salir de allí con vida si ambos arremetían contra mí a semejante velocidad. La criatura seguía dando vueltas por la plaza, deslizándose con su panza gracias al agua y rebotando en las esquinas. Me preparé a conciencia para cuando se dirigiese a por mí. Debía calcularlo todo con suma precisión.

¡Ahora!


Salté con cuidado y habilidad hacia el muro más cercano cuando vi que su trayectoria lo llevaba definitivamente hacia mí, me esforcé por clavar la Llave Espada en lo alto del muro para impulsarme en el aire… y justo cuando pasara por debajo de mí le propinaría un corte con mi katana en la espalda indefensa. Aterricé sobre el humo de oscuridad, junto al corazón que ascendía a los cielos. Suspiré, exhausta.

Je, ¿pensabas vencerme con eso acaso?

Pero todavía quedaba un enemigo restante. Gengar no perdió el tiempo y le agarró con ambas manos su cabeza, anulando de esa forma su vista. ¡No podía perder un segundo! Lo rodeé con rapidez y me abalancé sobre su espalda, combinando los golpes entre mi Llave y mi arma blanca. Su cuerpo también fue rodeado por un aura azul pero…

¡No te lo permitiré!


Si permitía que ese último comenzara a deslizarse al igual que su difunto compañero, estaría acabada, sentía que mi estrategia no volvería a funcionar de nuevo, mi cuerpo se debilitaba por segundos. Le dirigí una mirada asesina al monstruo, y antes de que éste pudiese girarse por completo llevé a cabo un asalto final, golpeando con rapidez y con todas mis fuerzas su retaguardia, un golpe detrás de otro, mi katana y mi Llave Espada, ambas sin cesar. Disfrutaba con cada golpe que le propinaba, con el dolor que debía estar sintiendo.

¡Jajajaja! ¡¿Qué te parece, eh?! —Le grité con la adrenalina en mis venas al corazón que ascendía al cielo, victoriosa.

Saeko, debemos apurarnos, por ahí vienen más. —Y señaló hacia la entrada que llevaba a los jardines que rodeaban el castillo.

Mi excitación desapareció al instante, pude observar decenas de ojos amarillos aproximándose hacia mi posición desde los jardines, y no solo eso… desde la ciudad también llegaba otra masa de corazones corruptos. Si me quedaba allí sin duda me terminaría transformando en uno de ellos. Debía seguir avanzando, aunque volver al castillo fuese complicado luego.

Sigamos, Gengar. —Y continué mi marcha, descendiendo a través de unas escaleras situadas junto a la muralla y adentrándome en la más pura oscuridad. Me mantuve alerta en todo momento.

En el nuevo túnel pude apreciar unas cañerías sin agua, e incluso, una rendija rota por la que poder internarme, sin embargo no era ese mi objetivo sino… la luz que provenía de la lejanía, notaba que estaba ya cerca, muy cerca.

Suspiré de nuevo, cansada, sudorosa y mojada, en definitiva, molesta e incómoda. Me quité la capucha y me arreglé el cabello con mis propias manos, éste debía estar horrible tras la sucesión de combates. Sobre la marcha me hice una coleta.

Finalmente me asomé a lo que parecía ser el final del túnel, el nuevo camino no mostraba ninguna protección contra la lluvia por lo que volví a ocultar mi rostro bajo la oscura capucha.

Vamos allá Gengar, mantente alerta. —Y nos adentramos bajo la desoladora tormenta.

No tuvimos ningún problema durante el extenso camino que yacía a nuestros pies, sin embargo, al llegar junto a una especie de fuente antigua, todo cambió, pues la oscuridad volvió a envolverlo todo…

Spoiler: Mostrar
Imagen
Bola Oscura x6
Imagen
Defensor x1


Retrocedí algunos pasos, adoptando una pose defensiva, abrumada y exhausta. La cantidad de enemigos seguía siendo la misma pero… los monstruos de oscuridad esta vez eran más terroríficos y poderosos que los anteriormente vistos. La luz que aquel objeto emitía no quedaba lejos, solo debía superar las ruinas de los parterres y estaría allí, preparada para investigar lo que fuera aquello.

No iba a permitir bajo ningún concepto que nadie se adentrase en el mundo gobernado por el maestro Ryota sin permiso. Además, esa experiencia me vendría bien para fortalecerme, si salía con vida por supuesto.

Saeko… Deberíamos evadirlos y seguir adelante. No creo que nuestras fuerzas nos permitan acabar con esto, yo estoy destrozado.

Y sin apartar mi mirada del monstruo del escudo, respondí:

Soy consciente de ello, yo también estoy algo abatida… pero si retrocedemos seríamos la vergüenza de este mundo, ¿no crees? Si hemos llegado hasta aquí, es para seguir avanzando, y no pienso rendirme aquí e ignorar esa cosa.

Dos de esas esferas negras no esperaron y se lanzaron a por mí rápidamente, dando mordiscos en el aire. Logré evadir una, pero con la siguiente no tuve tanta suerte: A causa del agua del piso perdí el equilibrio y esta me mordió mi brazo izquierdo, propinándome una oscura dentellada.

¡¡Aaarg!!

Caí de rodillas al suelo con el brazo herido, desmaterialicé mi Llave Espada y sostuve en mi mano derecha mi arma blanca. Gengar se situó a mi lado en un intento de defenderme, pero los Sincorazón nos habían rodeado, y el monstruo del escudo parecía cargar algún hechizo mágico.

¿De verdad va a ser este mi final? Qué… qué patético.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor H.S Sora » Dom Dic 08, 2013 3:57 am

La chica misteriosa me obedeció y retrocedió, protegiendo su cuerpo con sus dos brazos. Le dirigió una mirada de terror a los dos Sincorazón, restantes, por lo que supuse que no debía de ser la primera vez que los veía… ¿Quién diablos sería aquella chica?

S-sí… —Respondió, la chica, la cual no debía de ser mucho más mayor que yo.

Sin lugar a dudas ya habría tiempo después para las preguntas, por ahora me centré en acabar con uno de los Sincorazón que tenía delante sin mucho esfuerzo, un par de golpes certeros con la Llave Espada bastaron para hacer que aquel ser volviese a convertirse en nada, y liberado otro corazón rosado que fue directo al cielo de aquella noche para nada calmada.

Me disponía a terminar con aquella ultima criatura cuando algo me tocó el brazo ligeramente, la chica había dado unos pasos adelante y se encontraba a mi lado, aunque estaba algo más adelantada. No pretendía ser descortés, pero no era para nada el momento ideal de hacerse la heroína y pensé en las palabras adecuadas para la situación.

Deberías quedarte atrás, ya me encargo yo de este último ser… —me dispuse a lanzarle un Piro, pero la chica volvió a detenerme poniendo su brazo a escasos centímetros de mi, con lo cual si disparaba le daría a su brazo antes que al propio Sincorazón que teníamos delante.

Yo t-también sé defenderme… Observa… —Ella extendió su brazo, apuntando con éste al Sincorazón, aquella reacción me sorprendió y pensé que era propia de cuando hacíamos alguna magia.— ¡H-hielo!

Entonces abrí los ojos como platos. El proyectil helado salió de su mano al instante de pronunciar aquel conjuro. El disparo que realizó fue tan preciso y perfecto que acabó con el último enemigo como si de nada se tratase. Aquello me había sorprendió mucho, ¿Cómo podía saber magia una ciudadana cualquiera? Había demasiados misterios detrás de aquella chica y realmente me intrigaba.

¿No está claro? No es de este mundo.

Aquella voz parecía tener razón. Por primera vez en todo el rato que llevaba con ella me había fijado en su ropa. Parecía que realmente no hacía ningún frío para ella, mientras que yo sentía mis huesos calarse por lo mojada que tenía ya la ropa, debería haber cogido algún abrigo, pero desgraciadamente ya era tarde para pensar en eso.

Perdona… por mi culpa te has mojado y te has tenido que enfrentar a esos monstruos. Tampoco sabía que aquí hubiese… personas… viendo este panorama tan d-desolador… —Empezó nuestra conversación de esta peculiar forma, y mientras observaba las ruinas de las cuales había aparecido, como si fuese una clase de héroe antiguo o, algo parecido, pero nada más lejos de la realidad. Me fijé en la posición tan peculiar en la que se encontraba, parecía encogida en sí misma, como si tuviese algún motivo para tenerme.

Bueno no pasa nada… —mentí ligeramente, estaba empapado aquello era cierto aunque realmente no me molestaba ya que yo mismo había ido en busca de aquella peculiar nave.— Bueno me enfrento a esos monstruos cada dos por tres así que no te preocupes —dije con una sonrisa conciliadora. Realmente parecía aterrada.

No sabía que aquí habitaran Sincorazón…—¿Cómo? ¿Sabía el nombre de aquellas criaturas? Se suponía que eso solo lo sabíamos los elegidos de la Llave Espada y algunos afortunados que seguían vivos después de tener contacto con ellos… ¿Pero como sabía esta chica lo que era? ¿Y cómo sabía que habitaban en otros mundos también?... — pero viendo este lugar… t-tampoco es de extrañar y… —pareció acordarse de algo de repente —¡Oh! ¡Me llamo Yukiko! —Y me agarró ambas manos, sonriéndome encantadoramente.

¿Cómo? Tiene las manos más que heladas… Como si estuviesen hechas de hielo ¿Será por el temporal? Lo dudo…

Debe ser resistente a este tiempo debido a que su temperatura corporal debe estar prácticamente helada.

Yo me llamo Saito —dije con una sonrisa y sin soltar sus manos. Quizá estuviesen heladas, pero era un tipo de frío que me resultaba diferente… Y tampoco podía acabar peor de lo que ya estaba por agarrarle las manos a una chica.

>>Déjame decirte que eso que has hecho ha sido increíble… ¿Cómo has aprendido a hacer magia de esa manera? Realmente parece que tengas un gran dominio —Y entonces se me ocurrió otra pregunta— Yukiko… ¿Alguna vez habías visto a esas criaturas anteriormente? De ser así, ¿Quién te dijo su nombre?

Le dejé a Yukiko algunos minutos para que pudiese pensar y entonces me respondió:

Bueno verás… ¿Puedo preguntarte algo? —dijo sin apenas responder a alguna de mis preguntas o a mi alago—¿E-eso que has usado es… una Llave Espada, verdad? —afirmé con la cabeza— ¿Acaso eres de Tierra de Partida? Nunca antes había c-conocido a un portador… es un honor. —Y se inclinó, de una manera que me sonaba bastante, como una especie de reverencia, dando a entender que tenía un gran respeto por mí y por los Portadores en general. Estuve incitado a preguntarle como sabía de nosotros, pero cuando me dispuse a preguntarle ella me interrumpió.

>> Creo que no t-tengo problema en contártelo… Mira, yo no soy de este mundo y… he terminado aquí por accidente, a mí y a mi compañero se nos ha averiado una parte del motor de nuestra nave y… decidí intentarme en las r-ruinas para ver qué clase de mundo era este… ¡Pero nos iremos de inmediato! —Realmente mi suerte había cambiado. Yukiko había resuelto casi todas mis preguntas y aquello me hizo soltar un suspiro de alivio. No habían venido a atacarnos ni mucho menos… Simplemente habían tenido un problema con la nave. Ahora, aparte de la curiosidad por ver a su compañero, sentía curiosidad por saber los secretos que rodeaban a Yukiko. — Dime, ¿me acompañarías hasta la nave? Debemos cruzar una muralla e ir a lo que parecen los parterres exteriores, por allí hemos caído.

Claro, te ayudaré en todo lo que pueda y espero que después puedas resolverme algunas dudas Yukiko —dije con una sonrisa amable— Venga, pongámonos en marcha.

Yukiko y yo fuimos bastante rápidos, pues parecía que ella tenía prisa y yo no tenía ganas de seguir mojándome como lo estaba haciendo. Durante al camino hacia los parterres que me había descrito no hablamos mucho, solo intercambiamos algunas preguntas el uno con el otro, pero no conseguí averiguar nada de lo que me producía más curiosidad en aquel momento.

Una vez llegamos allí, pude distinguir una figura luchando contra varios Sincorazón que parecían realmente duros de pelar.

¿Será el compañero de Yukiko?

Estaba por preguntárselo a Yukiko, pero ella exclamó repentinamente

¡Oh! H-hay alguien allí enfrentando a esas… cosas… ¡Deberíamos ayudar…!

Pareció desechar la idea de utilizar el término “Sincorazón” ¿Sería por que le había preguntado acerca de cómo sabía lo que eran? Fuese lo que fuese aquello demostraba que no era su compañero, y sin pensárselo mucho Yukiko se lanzó sola al combate, imaginando que esperaba que le cubriese la retaguardia. Mientras seguía a Yukiko por llegar lo más aprisa hacia la figura en peligro que estaba rodeada por una oleada de Sincorazón, pude apreciar una luz que seguramente vendría de la nave de Yukiko y su compañero.

¿Cómo?... Ese no es… ¡¿GENGAR?!... Entonces no me digas que esa es… ¡¡SAEKO!!

Parece que las cosas se ponen aún mejor.

Corrí alcanzando a Yukiko la cual ya se encontraba cerca de Saeko, aunque esta estaba rodeada de Sincorazones esféricos oscuros y un gran Sincorazón que parecía el más peligroso de todos.¿Qué demonios hacía ella allí?... Sin pensármelo mucho, pegué un salto y me coloqué delante de Saeko y Gengar bloqueando el ataque de aquel extraño Sincorazón con escudo y haciendo que retrocediese un poco, aunque yo también retrocedí debido a la dureza con que había atacado.

Vaya, parece que hoy nos ha dado a todos por dar un paseo tranquilo debajo de la lluvia…—dije mirándola de reojo, estaba tumbada en el suelo, exhausta y sin apenas fuerzas. ¿Qué habría pasado para que alguien con su determinación y fuerza terminase así?— ¿Qué demonios haces aquí?

Observé mejor la situación dándome cuenta de lo jodida que estaba. Nos rodeaban 6 de aquellas bolas con pequeños brazos y una especie de cola, que pese a que a primera vista me parecía que carecían de fuerza sospechaba que lo sustituían por velocidad. Y en medio de todo aquel panorama había aquél extraño de fuerza y defensa brutal. Saeko no tenía ni la Llave Espada invocada, por lo que supuse que debía estar realmente agotada, necesitaría descansar unos instantes al menos… Cogí aire y cerré los ojos, al abrirlos traté de poner la mente tan fría como pudiese.

Cura —musité sin inmutarme, apuntando a Saeko. Aquello debería hacer que se encontrase parcialmente mejor, al menos para continuar el combate más adelante. Rápidamente cogí su katana y me la llevé a mi mano izquierda. —Ahora que estás mejor descansa unos minutos, este no va a ser un combate fácil. Gengar, encárgate de que no sufra más daños, por favor.

Dicho esto me coloqué en posición ofensiva, rezando por qué Yukiko interviniese pronto, o realmente las cosas se pondrían feas. Realicé varias estocadas al gran Sincorazón del escudo, pero no surgió el efecto deseado ya que tan solo lograba hacer que se moviese un poco hacia atrás y el de un simple movimiento era capaz de hacerme retroceder más.

Cambio de planes…

Sin pensármelo demasiado realice un salto por encima de aquel ser de oscuridad y al situarme detrás de él le gritaría:

¡Eh tú ven aquí! ¡¡Yo soy tu nueva presa!!—si con aquello el gran Sincorazón y los del alrededor no me prestaban atención me movería a gran velocidad clavándole en la espalda tanto mi Llave Espada como la Katana de Sako y remataría aquello lanzándole un Piro. Al tener su atención lo miraría a él y a todos sus compañeros con la mirada lo más fría posible—He dicho, que yo soy vuestra presa.

Me colocaría en posición defensiva y me prepararía para lo peor.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor Tsuna » Dom Dic 08, 2013 5:36 pm

Inadmisible… Simplemente inadmisible.

El Sincorazón, tras varios placajes más por parte de esas esferas, cargó contra mí utilizando su escudo, yo permanecí bajo la lluvia herida y exhausta, mi cuerpo no se movía por mucho que lo intentase. Además, el intenso dolor que emanaba de mi brazo izquierdo era cada vez mayor, notaba cómo la sangre brotaba de éste hacia mis guantes y el suelo.

Que sea rápido… al menos…


Era obvio que no iba a ser capaz de salir de allí, yo misma me había condenado cuando pude haber estado tan tranquilamente leyendo en la biblioteca… Estúpida y cabezota yo, ahora pagaría las consecuencias.

Al menos seguiré sirviendo a los Maestros bajo el aspecto de uno de esos monstruos…


Intenté ante todo, ser optimista conmigo misma, pero de pronto las tornas cambiaron drásticamente…

Vaya, parece que hoy nos ha dado a todos por dar un paseo tranquilo debajo de la lluvia… ¿Qué demonios haces aquí?

¡¿Saito?!

¿Cómo pretendes que te responda en este estado, idiota?


Quizás la suerte estuviese de mi parte por la aparición de Saito pero… ¿sería él capaz de enfrentar a todos esos enemigos y salir victorioso? No, era imposible, él también se había condenado. Mis pocas fuerzas apenas me permitían hacer nada, de lo contrario yo me hubiera levantado y le hubiese soltado una gran reprimenda a ese entrometido.

Cura —Exclamó Saito, concentrado, sobre mí.

Parte de mis fuerzas volvieron, aunque la recuperación total llevaría su tiempo.

Ahora que estás mejor descansa unos minutos, esto no va a ser un combate fácil. Gengar, encárgate de que no sufra más daños, por favor. —Y se unió a la batalla con mi katana, ¡¿qué demonios se creía que estaba haciendo con mi arma?!

Me senté, protegiéndome con mis brazos del resto de enemigos aun aturdida. Gengar no asintió a la petición de Saito, pero sí permaneció a mi alrededor, cuidándome. Suspiré.

Saito, ¡¿qué demonios te crees que estás haciendo?! ¡Yo no he pedido tu ayuda! —Le exclamé molesta por su actitud, ¿de verdad pensaba acabar con todos los enemigos él solo? ¡Ridículo! Hacerse el héroe delante de mí no le serviría para nada.

¡¿E-estás bien…?!

Me sobresalté levemente, sorprendida por esa nueva personaje que no había visto llegar. Era una joven de más o menos mi edad, o eso aparentaba, cabello plateado y ojos esmeralda. ¿A dónde creía que estaba yendo con esa vestimenta? Se moriría de frío, pero a mí me daba exactamente igual. Lo más sorprendente es que junto a ella dos de los Sincorazón redondos estaban totalmente congelados, sus cuerpos de oscuridad pasaron a ser hielo puro, ¿sería a causa de esa joven?

Eso no te importa… —Me negué a darle confianzas a quien nunca había visto en el castillo. ¿Sería una intrusa o una nueva aprendiza?— Por cierto, no te había visto antes por aquí, ¿quién eres?

B-bueno… es una larga historia… ¡Primero d-debemos acabar con estos!

Y razón tenía, me levanté como pude rápidamente, materializando mi Llave Espada y propinando un fuerte tajo a cada una de las criaturas congeladas, partiendo estas en miles de pedazos. Jadeé lentamente frente a la chica, cansada.

¿Eres acaso una nueva aprendiz? Date prisa y responde. —Le obligué, apuntándola con mi Llave de manera amenazante.

La chica retrocedió, algo asustada o intimidada.

N-no soy de este mundo… no soy p-portadora tampoco… ¿C-crees que este es buen m-momento para esto?

Psh, supongo que es inútil hablar contigo. —Y me giré para enfrentar a los Sincorazón, pero estos habían sido atraídos por Saito. Ese tonto solo sabía dar problemas.— ¡Saito, cómo le suceda algo a mi arma me encargaré yo misma de acabar contigo!

Esperaba que al menos con eso espabilara un poco. La joven que se negaba a responder a mis preguntas marchó rauda hasta donde Saito. Pude contar un total de cuatro esferas oscuras y el monstruo del escudo demoníaco. Me digné a sentarme en el suelo bajo la lluvia con Llave Espada en mano, seria y sin perder de vista el combate que se avecinaba.

Saeko, ¿seguro que no vas a ayudar? ¿Y si realmente les sucede algo?

Me tomé unos segundos para meditar la respuesta.

Nadie les manda a entrometerse donde no les llaman, ¿no, Gengar? —Esperé dejar claras mis intenciones con una sonrisa pícara, me resultaría interesante ver de qué eran capaces, y por supuesto, si Saito se atrevía a dañar mi arma se las vería conmigo.

Y finalmente la duda llegó a mi mente:

Espera, ¿qué demonios hacía Saito con esa chica en una noche como esta? ¡No puede ser!


Abrí los ojos como platos, incrédula ante mi pensamiento, y la vestimenta de la joven me ayudaba a confirmar mi teoría, ¿y si estaban llevando a cabo… cosas íntimas?

Gengar, ni se te ocurra ayudar.

Y esperé con calma a que terminaran su combate… si es que lo terminaban.

Spoiler: Mostrar
Off-rol: Cambio de narrativa para narrar las acciones de Yukiko.


Yukiko, algo confusa por la agresiva actitud de aquella persona (a la que de hecho, no logró ver bien su rostro debido a la capucha y la oscuridad de la noche) a la que acababa de salvar, marchó corriendo a ayudar a Saito, quien se encargaba de la oleada de Sincorazón él solo.

A-aguarda… yo te ayudaré…

Yukiko se situó a su lado, disparando un Hielo hacia la Bola Oscura más cercana. Después concentró energía en sí misma y generó alrededor de sus brazos lo que parecían copos de nieve junto con pequeñas cantidades de esta.

T-ten cuidado... Saito. Esta habilidad no distingue entre amigos o enemigos...

Y lanzó un copo de nieve, cuyo tamaño podía compararse con el de una persona adulta. Dicho copo se desplazaba a través del aire, en busca de alguna posible víctima.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor H.S Sora » Lun Dic 09, 2013 12:44 am

Suspiré echándome hacia atrás al ver que lograba captar la atención de aquellos Sincorazones haciendo que Saeko estuviese más segura. Sería un arduo combate… pero esperaba que pudiésemos salir victoriosos.

Saito, ¡¿qué demonios te crees que estás haciendo?! ¡Yo no he pedido tu ayuda! —Exclamó de pronto, con aquel falso tono arrogante que ponía de vez en cuando, para no demostrar que estaba agradecida.

¡Creo que no estabas en condiciones de pedir nada! ¡Si apenas podías hablar!—dije gritando mientras le mostraba una sonrisa.

Aún en la oscuridad de la noche pude ver como Yukiko había ido a ayudar a Saeko, me alegró en parte pues aún había dos de aquellas bolas “gaseosas” rondando por ahí.

Yo de ti me concentraría en lo que tienes delante…

Y razón tenía, esquive por poco una de aquellas bolas que se lanzó directamente a mi cabeza, mientras que aquel peligroso del escudo mantenía las distancias conmigo… ¿Esperaba que bajase la guardia para atacarme? Fuese lo que fuese no podía perder el tiempo en absoluto.

Bloqueé dos de aquellas bolas que se lanzaban directas a por mí, gracias a la ayuda extra de la katana de Saeko que me proporcionaba un mayor apoyo, aun así tuve que retroceder algunos pasos ya que temía que lograsen romper aquella guardia improvisada.

Entonces volví a fijar mi vista en Yukiko y Saeko cuando noté el sonido del hielo resquebrajarse, y vi como entre las dos habían logrado eliminar aquellos dos engendros y como sus corazones iban ascendiendo a los cielos. Me quedé alguno segundos pensando si aquello del hielo habría sido obra de Yukiko… probablemente sí, dudaba que Saeko en ese estado pudiese realizar nada parecido.

Entonces note el suave pero doloroso mordisco de una de aquellas cosas en mi brazo izquierdo, en el cual llevaba la katana de Saeko, estuve a punto de dejarla caer pero me abstuve y la agarré con más fuerza aún.

Suéltame…—agité con violencia mi brazo izquierdo pero era tarde, el maldito Sincorazón del escudo se dirigía como alma lleva el diablo hacia mí para embestirme— Mierda no tengo tiempo de huir…—justo antes de que impactase contra mí puse mi brazo izquierdo junto al Sincorazón en la trayectoria de aquel golpe, el cual pude amortizar lo suficiente aunque salí despedido hacia atrás debido a la violencia de este.


¡Saito, cómo le suceda algo a mi arma me encargaré yo misma de acabar contigo!

Sonreí ante aquel comentario que no me esperaba mientras notaba la espalda fría a causa de la lluvia y del suelo mojado. Me apresuré a levantarme para comprobar la cantidad de enemigos que quedaban: el Sincorazón del escudo y 3 bolas de aquellas…

Sin pensármelo lo suficiente, fui directo a embestir al del escudo, realmente era el más peligroso de todos.

Le golpeé varias veces a base de tajos de katana y Llave Espada, pero realmente era capaz de bloquearlo casi todo con aquel maldito escudo… En el momento en que decidí pegarle una patada en el escudo, para saltar hacia arriba y tener un buen ángulo de golpe, me sorprendió observar que aquello estuvo a punto de pegarme un mordisco y arrancarme parte de la pierna.

¿Qué diablos?

Parece que este Sincorazón tiene dos mentes… Y parece que no es lo único que sabe hacer.

¿Cómo? ¿Sabes de sus habilidades?...

Solo un poco, realmente es un rival duro de pelar…

La voz volvió a apagarse, dejándome solo de nuevo.

Joder dame la información bien y no a medias…

Volví a la carga contra el Sincorazón, esperando que aquellas habilidades que había mencionado la voz no fuesen más que patrañas o que simplemente se hubiese equivocado.

Después de varios tajos con la katana y la Llave Espada me esperancé al comprobar que empezaba a echarse hacia atrás y que parecía cansado de tanto bloquear, aunque yo tampoco podría mantener aquel ritmo mucho más… y entonces noté como aquellas bolas lanzaban desesperadas carreras para morderme mientras me encargaba de aquel Sincorazón.

Aquello era juego sucio, ya que me costaba esquivar plenamente sus ataques mientras me ocupaba de hacerlo retroceder, por lo que en pocos minutos estaba cubierto de arañazos y heridas superficiales, aunque no me importó lo más mínimo ya que como he dicho, eran heridas superficiales.

¿Crees que con eso vais a poder conmigo? Ja.

Me esperé unos segundos a que las 3 bolas intentasen lanzarse a la vez a por mí y aproveché aquella ocasión para saltar por encima del Sincorazón mayor y atacarlo directamente a la espalda ya que parecía que era donde sufría mayores daños.

Pese a las heridas que había conseguido hacerle, este no cedía y de inmediato se giró para plantarme cara de nuevo. Aunque esta vez lo hizo de una manera peculiar pues pareció como si me apuntase con su escudo.

Oh espera… ¿No será qué?...

Me aparté lo suficiente como para esquivar la bola de fuego que aquel mosntruo acababa de lanzarme, por suerte tan solo me rozó el brazo izquierdo provocándome algunas quemaduras que me dolían bastante, pero sabía que había tenido suerte de no acabar calcinado.

Con que esas tenemos… ¿Eh?

Me lancé de nuevo a por él, pero esta vez cuidando más la postura que tenía ya que ahora sabía que aquel cabrón era capaz de realizar magia también.

Por suerte mi ángel de la guarda, Yukiko, apareció para ayudarme a combatir aquella oleada de monstruos y cambiar un poco las tornas… a diferencia de Saeko, la cual simplemente estaba sentada en el suelo con la Llave Espada apoyada en sus piernas. Había algo que me hacía sospechar que a Saeko no le había sentado bien algo… Aunque no era momento de cuestionarse aquello ahora.

A-aguarda… yo te ayudaré…

G-Gracias Yukiko… No se que haría sin ti.

Se situó a mí lado, disparando de nuevo un magnífico Hielo hacia la Bola Oscura más cercana a nosotros. No perdí el tiempo y acabé con aquella criatura antes que el efecto se pasase…Ahora solo quedaban 2 de aquellas bolas y el del escudo.

Al terminar con aquella bola, Yukiko pareció concentrarse en algo y generó alrededor de sus brazos algunos copos de nieve. Yukiko no pareció estar nada cansada por realizar una magia como aquella.

T-ten cuidado... Saito.—Me advirtió— Esta habilidad no distingue entre amigos o enemigos...

Asentí y me aparté de la trayectoria de aquel copo de nieve que acababa de lanzar. Realmente era una técnica extraña… pero no me concentré en aquello sino en acabar con una las bolas que tenía delante ahora, tras 2 tajos con cada arma este desapareció dejando su inconfundible rastro de un corazón elevándose a los cielos.
Me dispuse a localizar al otro, pero no me hizo falta, se encontraba completamente congelado, y pensé que aquel extraño copo gigante de nieve que Yukiko había lanzado tenía algo que ver.

E-Es increíble… —Toqué aquello y nada más acariciarlo con la mano, aparte de demostrarme qué estaba realmente helado, cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos y acabando con el Sincorazón. Ahora solo quedaba el grande.

Me acerqué a Yukiko para preguntarle cómo estaba.

Oye Yukiko espero que estés bien —sonreí—Y que Saeko no te haya dado demasiados problemas, puede ser arrogante pero dentro de lo que cabe es una buena persona… —Me miró con desconcierto y señalé a Saeko, la cual seguía sentada en el suelo— ¿Ni se ha presentado? Mira que es maleducada cuando quiere… —suspiré— Pues nada, ella es Saeko sí…

Y me puse en guardia para acabar con el Sincorazón junto a Yukiko, aquello ya sería más fácil con su ayuda.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor Tsuna » Lun Dic 09, 2013 1:49 am

Spoiler: Mostrar


Oye Yukiko espero que estés bien. Y que Saeko no te haya dado demasiados problemas, —Yukiko abrió los ojos como platos al escuchar el nombre de Saeko.— puede ser arrogante pero dentro de lo que cabe es una buena persona. ¿Ni se ha presentado? Mira que es maleducada cuando quiere… Pues nada, ella es Saeko sí…

S-saito… ruego que me disculpes… no c-creo que tengas problemas para… eliminar a este último…

Spoiler: Mostrar
Off-rol: Cambio de narrativa en este punto.


Permanecí bajo la lluvia algo congelada, pero debía admitir que esta ayudaba a concentrarme. El efecto del hechizo curativo que Saito me había aplicado con anterioridad comenzaba a surtir efecto, notaba como mi brazo izquierdo mejoraba notablemente de la dentellada recibida.

Jum, no está mal. —Comenté a ver cómo los Sincorazón caían uno detrás de otro gracias a los hechizos de esa muchacha.

Saeko…

A pesar de que todavía quedaba un Sincorazón restante, esa monstruosa armadura con un escudo aun más horrible, la joven se separó de Saito para dar conmigo. Yo seguí sentada en el suelo, de brazos cruzados, ¿qué podía querer de mí? ¿Pedirme ayuda acaso?

No voy prestaros mi ayuda, lo siento. A todo esto, tenía un asunto pendiente que solucionar… —Y me levanté, dispuesta a continuar mi marcha y dirigirme hacia la inmensa luz verde. Quedaría a uno o dos minutos caminando.

La chica se detuvo ante mí, protegiéndose con sus delicados brazos.

P-perdona pero… ¿podrías… podrías quitarte la capucha?

¿Quitarme la capucha? ¿Acaso quería que me congelara más de lo que estaba? ¿Por qué tenía que obedecer a una don nadie?

¿Por qué debería hacerte caso? Hazme un favor y aparta de mi camino, tengo cosas que hacer. —La empujé levemente con mi mano izquierda a la vez que seguía mi trayecto hacia la luz.

La chica se quedó quieta en el sitio, sin decir nada, hasta que…

¿Acaso vas a… a nuestra nave? S-sí es eso lo que te preocupa… —Me giré hacia ella, perpleja e interesada.— E-esa luz… proviene del vehículo que yo y mi c-compañero pilotábamos… Tuvimos una… una avería y nos vimos o-obligados a aterrizar… —La joven dejó de protegerse con sus brazos y se aproximó a mí.— Mi nombre es Yukiko… ¿y tú? ¿T-te llamas Saeko? —Y antes de poder hacer nada, la muchacha me quitó la capucha sin mi permiso, yo retrocedí, molesta por su insistencia.

¡¿No te he dicho que me dejes en paz?! —Gruñí, furiosa.

La joven, a la par que retrocedía lentamente, se llevó ambas manos a la boca y abrió los ojos hasta su límite, asombrada.

¡Oh! ¡E-es… increíble!

Gengar me miró extrañado y yo le seguí, pues no tenía ni idea de las razones que llevaban a esa chica a hacer lo que hacía.

¿Se puede saber a qué viene todo esto? Agradezco la información que me has proporcionado respecto a tu situación, supongo que no se trataba de ningún ataque al fin y al cabo… —Hice gestos con mi mano derecha, apoyando así a mi explicación.

Yukiko, o la que así se hacía llamar, pareció volver a la normalidad tras unos segundos.

P-perdón… es que... verás… tengo una amiga casi idéntica a ti… ¡Me pareció impresionante tu parecido con el suyo!

Pues gracias, gracias a ti ahora estoy más empapada. —Y di media vuelta, dispuesta a irme de allí y volver al castillo. Ya comprendía las razones de que aquel objeto aterrizase en la superficie de Bastión Hueco, ¿qué me importaba todo lo demás?— Adiós, y pásalo bien con Saito. Vamos Gengar. —Gengar me siguió sin mediar palabra.

I-incluso… se llama igual que tú…

Escuché cómo susurraba algo a lo lejos, pero ni atención le prestamos, ni yo ni Gengar. Fue entonces cuando estábamos a unos pocos pasos de adentrarnos en la muralla y salir de los parterres, cuando…

¡O-oye! ¡¿Qué te sucede, Saito?!

La curiosidad me mató, fue inevitable el girarme para contemplar lo que estaba sucediendo.

¡¿Pero qué…?!
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor H.S Sora » Mar Dic 24, 2013 7:37 pm

Ibamos a realizar el contraataque contra aquella cosa cuando noté que Yukiko estaba algo intranquila… ¿Qué debía pasarle?

S-saito… ruego que me disculpes… no c-creo que tengas problemas para… eliminar a este último…

¿Qué? —dije yendo a mirar a Yukiko, pero esta última se dirigía a hablar con Saeko.

No importa, creo que podré ocuparme de esta última molestia yo solo… espero que luego Yukiko dé explicaciones.

Volví a intentar atacar a aquel último Sincorazón, pero realmente no estaba demasiado concentrado en la lucha… ¿A qué habría ido Yukiko a hablar con Saeko? ¿Quizá quería pedirle ayuda? De ser así sabía que perdía el tiempo, Saeko no iba a intervenir en el combate.

De nuevo volví a intentar atravesar el gran escudo de aquel Sincorazón tenaz, pero resultó inútil, aunque esta vez fue algo distinto a las otras veces. Noté un sabor de sangre recorriendo todo mi cuerpo.

¿Q..Qué..Qué diablos?... —dije escupiendo sangre.

Otro Sincorazón había aparecido en escena, y aprovechando que había bajado totalmente mi guardia para acabar con el otro, aprovechó para atravesarme el lado derecho, ocasionándome un dolor difícil de superar.

Wow. Esto no lo había visto venir, y por lo que veo tú tampoco.

Decidí ignorar aquella voz durante un rato, y centrarme en acabar con aquellos dos malditos antes de que ellos acabasen conmigo.

Rápidamente, golpeé al Sincorazón delgaducho y largo que me había atravesado, aunque me dolía tenía que aguantar un poco fuese como fuese. Lo lancé hacia arriba y mientras le veía ascender le propiné un buen golpe al del escudo, con ambas espadas haciéndole retroceder un poco más.

Sin pensármelo, salté hacia arriba con ambas armas en mano, dispuesto a terminar con aquella criatura y que al propulsarla hacia debajo después de varios golpes, la gravedad y la fría piedra hiciesen el resto. Desgraciadamente no fue así.

Llegué hasta aquel Sincorazón y lo golpeé varias veces en el aire, pero cuando me dispuse a rematarlo con ambas espadas, dos reacciones totalmente distintas sucedieron en mi cuerpo. Era como si el infierno y el frío más absoluto hubiesen impactado contra mí, y noté que uno de mis brazos, en el que sujetaba la katana se sentía completamente inmóvil, y en el otro brazo sentía un calor insoportable.

Miré al suelo, desconcertado para ver como había surgido otro monstruo de aquellos con escudo…

Mierda…

Sin perder tiempo hice impactar al Sincorazón del aire contra el suelo de un golpe seco con la Llave Espada, aunque perdiese el brazo en ello. Entonces caí al suelo. Fue un golpe seco, todo mi cuerpo se encontraba dolorido y seguía sin poder mover la mano en que sujetaba la katana… ¿Me la habría congelado tal y como había hecho Yukiko con aquellas bolas?...

Maldije a Saeko, la cual aún se encontraba hablando con Yukiko. Ninguna de las dos parecía darse cuenta de lo que pasaba… de que estaba a punto de morir… Saeko, aquella maldita arrogante le había salvado la vida y ahora… ¿Moriría por su orgullo? Era demasiado injusto.

Debía luchar, quería luchar pero…no podía moverme, mi cuerpo ya no respondía y el golpe contra el suelo había hecho que probablemente estuviese a punto de perder la conciencia completamente en un par de minutos.

Observé como aquellos dos seres con escudo se acercaban a mí, y como eran seguidos de cerca por aquel otro Sincorazón, el cual no había sido capaz de eliminar… Mi muerte se acercaba.

Louise… —dije en apenas un susurro.

No lograría sobrevivir, no lograría encontrarla. ¿Cómo había acabado en aquella irónica situación?

Respiré hondo y traté de no derramar una lágrima, aunque en mi interior estaba llorando, si más no, mi alma lloraba desconsoladamente.

Miré por última vez a Saeko, que había provocado aquello. Si simplemente hubiese ayudado, seguramente jamás me habría encontrado en esa situación, pero ahora…Miré a los Sincorazón que acabarían con mi vida acercándose cada vez más…

Adiós querida voz, no puedo decir que haya sido un placer conocerte.

Saito…

Cerré los ojos, y mientras intentaba pensar en Louise, llevé con todas mis fuerzas la mano que sujetaba la Llave Espada al colgante y sin abrirlo, lo pasé ligeramente por mis labios, con la esperanza de que aquella muerte fuese al menos indolora.

Entonces, recordé lo que el Maestro Ryota me había dicho aquél día sobre los Sincorazón y sobre la oscuridad… No moriría, me convertiría en una de aquellas cosas que seguramente Saeko y Yukiko exterminarían en cuanto se diesen cuenta de la situación.

Louise, te amo… —dije casi sin aire— Y te amaré aunque sea un maldito Sincorazón —apreté mi puño con fuerza y miré directamente a los ojos de aquellos engendros, que segarían mi vida en cuestión de segundos.

No tienes que morir ahora…

¿Qué?

Simplemente… déjate llevar…

No pienso volver a dejarme controlar… Me niego.

¿Prefieres morir y no poder cumplir tu promesa?... Solo tienes que ser tan fuerte como la otra vez, y volver.

Dudé unos instantes, ¿Realmente sería tan fácil? Aunque así fuese… ¿Valía la pena arriesgarse tanto por resultados que no podía garantizar? De todas maneras ya no tenía tiempo..

Volveré las veces que haga falta de ese infierno, pero esa no es la cuestión…

¿Nunca te has planteado que unos Sincorazón hubiesen atacado a Louise? ¿Qué pensarías si ellos se hubiesen atrevido a sacarla de aquel mundo, de tu lado?... ¿No vas a luchar por ella, por vosotros?

Aquello encendió una pequeña llama en mí interior, pero demasiado pequeña para que fuese capaz de incendiar nada.

¿De qué diablos me hablas?...

Hay cosas que no sabes, que yo no sé, que nadie sabe… Y que si mueres aquí y ahora, nadie sabrá.

Y todo empezaba a oscurecerse, no iba a estar consciente mucho más tiempo… el Sincorazón Neosombra se abalanzó sobre mí y sabía que había llegado mi hora de morir…

¡Os exterminaré a todos aunque me convierta en un Sincorazón! —grité furioso, estaba lleno de ira y de impotencia por no poder hacer nada—¡Me encargaré de no dejar ni uno de vosotros vivos! —cogí aire, me dolía el pecho, el corazón me martilleaba con fuerza—Aunque mi corazón perezca…

>>¡MI ALMA JAMÁS LO HARÁ!

Ya no puedo luchar… perdóname, Louise.

Y cerré los ojos esperando a la muerte. Y pasaban los minutos, y nada llegaba. ¿Se sentía así el estar muerto? Abrí los ojos y comprobé que nada había sucedido, seguía tumbado en aquel suelo frió y siendo mojado contantemente por la lluvia, pues con la caída la capucha se había bajado.

El Neosombra que se había abalanzado sobre mí había desaparecido, solo quedaba aquel rastro que siempre dejaban. Los otros dos Sincorazón con escudos se miraron confundidos y dieron un par de pasos atrás.

Miré alrededor buscando que Saeko o Yukiko estuviesen implicadas en este acto milagroso que me había salvado… pero no. Ambas seguían juntas, aunque me pareció ver que Saeko me gritaba algo bastante preocupada.

Intenté apoyarme en el suelo y levantarme para ir hacia ella y que me curase al igual que yo había hecho con ella, pero algo se encargó de moverme. Una gran mano negra cerró su puño a mi lado y ejerció fuerza en el suelo, el cual, aparte de romperse en gran medida, dio el impulso necesario para ponerme en pié.

¿Qué es esto? —dije con apenas voz

Es tu oscuridad.

Pero… ¿Cómo has podido emplearla? N-No quedaba tiempo…

Por favor, en tu estado no es el momento más idóneo para preguntar eso. Estás al borde la muerte.

No podía responder, de nuevo me encontraba cansado y notaba como mi conciencia abandonaba mi cuerpo.

Detén esto ahora que ya ha pasado todo…

¿Todo dices? Aun quedan enemigos por abatir y estás tremendamente herido… por ahora duérmete. Cuando despiertes, verás como todo estará mucho mejor. Dulces sueños.

Y mis fuerzas me abandonaron del todo, haciendo que apenas pudiese ser consciente de lo que hacía. Pero algo era seguro...

No había llegado mi hora de morir.
Imagen

Muchas grácias por el avatar Mepi ^^
H.S Sora
22. Espectro
22. Espectro
 
Mensajes: 655
Registrado: Mar Sep 25, 2012 7:43 pm
Dinero: 3,775.22
Banco: 213,774.43
Sexo: Masculino
Karma: 3

Re: [Bastión Hueco] Una noche de terror

Notapor Tsuna » Mié Dic 25, 2013 4:46 pm

Spoiler: Mostrar


Antes de poder internarme en la muralla me di la vuelta, pudiendo apreciar en la lejanía de los parterres y gracias a la luz de la supuesta nave, cómo de Saito emergía una mano de oscuridad, la cual exterminó al Sincorazón que se lanzaba directo a por el chico.

N-no me digas que ese tonto casi se deja vencer… —Susurré en voz baja, nerviosa y algo arrepentida por haber dejado tirado a Saito, pudiendo únicamente escucharme Gengar.

¿Saeko? —Me preguntó, esperando mi respuesta para actuar, de mí dependía ayudar a Saito o dejarlo allí pero… ¿Qué demonios era aquella cosa de oscuridad? Fuera como fuese, no parecía que Saito tuviese buen aspecto.

Me crucé de brazos y cerré los ojos bajo mi capucha, seria.

Tenía pensado esperar a Saito en la entrada del castillo para pedirle mi arma, pero viendo como está la situación… ¡Vamos Gengar, no podemos dejarlo morir!

Yukiko se adelantó hasta situarse a pocos metros de Saito y los Sincorazón restantes. Por nuestra parte, Gengar y yo nos apresuramos hasta situarnos a su altura, una vez me detuve jadeé levemente, observando asombrada cómo Saito se levantaba gracias a esas monstruosas manos.

P-parece que has decidido ayudar… —Me pregunto la joven directamente, todavía encogida y protegida entre sus brazos.

La miré de mala gana, estaba molesta con ella por su actitud, ¿qué me importaba a mí que tuviese una amiga que se pareciese a mí? Incluso me jugaba mi katana a que existían en el universo más jóvenes parecidas a mí, y por su culpa, me empapé más de lo que estaba.

No te equivoques, no estoy aquí para ayudar, sino para… ya sabes, finalizar mi entrenamiento nocturno. —Confié en que aquella mentira colase, no me podía perdonar el dejar a Saito al borde de la muerte.

Entretanto, Gengar levitó rápidamente hasta los pies de Saito y agarró mi katana, entregándomela. A continuación observaría su filo con cuidado, buscando algún desperfecto ocasionado en el combate, para mi suerte, parecía estar en buen estado.

Aquí tienes.

S-saito, cuidado… T-todavía quedan dos…

Cierto, quedaban dos Sincorazón restantes. No podía evitar sentir un escalofrío cuando observaba detenidamente esas siniestras cabezas que sobresalían de sus respectivos escudos. Sin embargo, por más que analizara la situación más comprendía que algo no iba bien allí… Saito no decía nada, incluso cerró los ojos debido al cansancio, y aquellos brazos.. ¡Cielos!

¡Gengar retrocede! —Exclamé nerviosa en el último segundo.

Tanto Yukiko como yo saltamos hacia atrás, ¿había ella sentido lo mismo que yo? Abrí los ojos como platos, sin palabras ante lo que veía… ¿Era eso una habilidad mágica de mi compañero? ¿O había sucedido por accidente? No tenía ni idea, pero tras pocos segundos el cuerpo de Saito se vio rodeado de sombras, para finalmente surgir a sus espaldas una criatura de oscuridad, un auténtico engendro.

Mi pierna derecha tembló levemente ante lo que presenciaba.

¡¿Pero qué demonios?! ¡Tengo que calmarme maldita sea!


S-saito… —Yukiko intentó decir algo, sin embargo pareció que en el último momento se lo pensó, su postura y mirada cambiaron radicalmente, adoptando una pose llena de determinación y valor— Este chico… Debemos ayudarlo. —Y volvió a saltar hacia atrás, retrocediendo. Yo la seguí, confusa.

¿Acaso sabes lo que le sucede? Saito, ¡respóndeme Saito! —Le grité intentando que me escuchase, pero en vano.

Sin esperar un segundo la criatura aplastó sin piedad a los Sincorazón que rodeaban al chico, uno a uno y sin dificultad. Parecía que el propio cuerpo de mi compañero era un muñeco, el contenedor de esa cosa… ¿Era ese monstruo el auténtico Saito? ¿Qué demonios era él?

Gengar, ¿tú no sabes nada esto? —Le pregunté, protegiéndome con mi arma blanca y manteniendo la seguridad con aquella criatura.

No, nunca me dijo nada sobre esto… No tengo ni idea de lo que le está sucediendo, pero algo tengo claro, y ese no es el Saito que conocemos.

Efectivamente, por ello sugiero atacar a la criatura, quizás así… podamos hacerle volver. Sea lo que sea, no parece que el propio Saito tenga control de la situación.

Me molestó de sobremanera que Yukiko me diese órdenes y pudiese analizar la situación tan bien, no me quedó más remedio que tragarme mi orgullo y hacerle caso.

Bien, pues yo sugiero esperar a que esa cosa realice el primer movimiento, quizás así averigüemos algún punto débil que pueda tener. —Me esforcé para que mi tono de voz sonara lo más arrogante posible, dedicándole una sonrisa forzada y prepotente a Yukiko al terminar mi explicación.

Todos permanecimos en posición, preparados para el combate que se avecinaba. Con suerte, si Saito tenía control de esa cosa, no nos haría falta combatir.

Spoiler: Mostrar
Saeko
Nivel: 6
Vit: 22
PH: 12

Gengar
Nivel: 5
Vit: 36
PH:10


Yukiko
Nivel: ???
Vit: ???
PH: ???
Observaciones:
* ???
* ???
Habilidades:
* ???
* ???
* ???
* ???
* ???


Spoiler: Mostrar
Sí, el encuentro lo hice estando Gengar a nivel 5, así que ignorad un poco sus stats xD Confío en que suba a nivel 7 al terminarlo.
Avatar de Usuario
Tsuna
57. Ferrocustodio I
57. Ferrocustodio I
The Unknowns
 
Mensajes: 1680
Registrado: Mar Ene 03, 2012 5:12 am
Dinero: 691,216.48
Banco: 0.00
Ubicación: Perdida en el océano.
Sexo: Femenino
Clan: The Unknowns
Estantería de objetos
Karma: 17

Siguiente

Volver a Otros temas

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado

cron