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¿Por qué os peleáis?"Eso me pregunto yo. ¿Qué demonios estoy haciendo...?"—
¿No veis que sois como los guisantes y el puré de patata? A mucha gente no le gusta comerlos si están en el mismo plato, pero ¡está bien, está muy bien! Porque los guisantes y el puré lo van a masticar en la boca… Y pasarán por el esófago para disolverse en el estómago para que lo absorba el instinto y mejor ya no sigo. ¡Pero el caso es que todos somos nutrientes en este gran sistema digestivo llamado vida!Ban parpadeó perplejo, intentando procesar la que acababa de soltar el elfo. Era, con facilidad, la mayor estupidez que el chico jamás había escuchado. Y había escuchado muchas.
Sorprendentemente, Bavol parecía convencido por las palabras del pequeñajo. Como se suele decir, entre idiotas se entienden. El gitanillo se acercó sonriente al elfo, abandonado su pose de pelea, y se dirigió hacia Ban:
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¿Tregua? Sólo por hoy…Ban apretó con fuerza el mango de la llave espada, considerando la idea. No quería luchar, eso lo tenía claro, y se maldecía por haber iniciado la lucha. Le dolía el brazo por el mordisco y el hombro por el golpe mágico, y estaba cansado de tanto correr. Sólo quería largarse de allí. Pero había una vocecita en su cabeza que le instaba a defender su honor. ¿Qué clase de caballero sería si huía de un niño pequeño? Ya había tenido bastantes fracasos hasta la fecha...
Agobiado, el joven llegó a una decisión precipitada y poco pensada:
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¡Colmillo demoníaco!Sin mediar palabra, Ban lanzó un corte al suelo hacia Bavol y el elfo, creando una onda a ras del suelo que levantó mucha nieve en su camino hacia la pareja. Aprovechando el momento, el pequeño Oswald salió corriendo. Su solución había sido bastante cobarde: atacar y salir corriendo. Evitaba terminar la pelea, pero no sin haber lanzado antes un ataque.
Ban corrió y corrió por las calles de la Ciudad de la Navidad, sin importarle si se volvía a encontrar con el enfurecido grupo de elfos (que, por suerte, no se cruzó) o si el pequeño gitano le perseguía. Llegado a un punto, empezó a gritar al aire con todas sus fuerzas. Estaba enfadado. Furioso. Quería explotar de rabia.
Los Juegos del Enjambre, el engaño de Ivan Kit, París, los continuos fallos en los entrenamientos...y ahora esto. Fracasos. Demasiados fracasos. Ban estaba harto de fracasar. Pero, tal vez...estaba harto del bastión.
El muchacho sólo quería un viaje para desconectar de aquel ambiente tan agobiante. Dar un paseo por los mundos, conocer un paisaje nuevo y hacer un poco de turismo. Él no había pedido nada de esto. Como tampoco pidió que su ordenador le tragara y le descubriera todos los mundos que se abrían a su alrededor. ¿De verdad...aquel era su sitio?
Aun a la carrera, Ban activó su armadura e invocó su glider. Se subió de un salto a su vehículo y emprendió el vuelo hacia las nubes. Volvería a Bastión Hueco, se encerraría en su habitación y jugaría a videojuegos hasta que cayera dormido de agotamiento. Mañana sería el momento para pensar.
El primer viaje de Ban Oswald había sido una mierda.
Fin del encuentro por mi parte. Un placer, Tidus, espero repetir en el futuro ^^
Recuerdo que tengo +5 PX por haber encontrado el moguri.