[Port Royal] Barco Fantasma

Encuentro de Alec y Fátima

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Re: [Port Royal] Barco Fantasma

Notapor LightHelco » Lun Mar 03, 2014 12:39 am

¡Pero eso es una locura, Alec! —exclamó Fátima la cual parecía haberme seguido hasta donde Ana Lucia.

Era cierto que entrar dentro del barco era una de las mayores locuras que se me habían ocurrido, pero me resultaba un suicidio insistir únicamente en disparar y esperar a que dejara su punto débil al descubierto. Posiblemente acabase antes el barco hundido que el ver al enemigo enseñarnos lo que escondía.

Sé lo que hago, Fátima, no tienes por qué preocuparte.

Para acercarnos lo suficiente tenemos que destruir sus cañones. ¡Espero que sea verdad lo que dices, mocoso! —tan verdad como que tú eras peor que una serpiente —: ¡Preparad los cañones! ¡Borda contra borda!

Las piratas obedecieron al instante las ordenes de la mujer y con un fuerte gemido, el barco empezó a virar y mostrar su lado derecho al sincorazón, el cual lo agradeció iluminando sus cañones y apuntando con todos ellos al Sombra de Luna. Tragué saliva esperando a que la capitana atacase antes que el monstruo.

Finalmente Ana Lucía levantó una mano y rugió las palabras que deseaba oir:

¡FUEGO!

Los cañones de ambos lados explotaron al unisonó enviando sus proyectiles con fuerza contra el enemigo. Tuve que agarrarme rápidamente a uno de los lados del barco para no caerme debido a los cañonazos que recibió el Sombra de Luna durante la primera andanada de disparos. El resultado de esta fue bastante devastador entre la tripulación hiriendo gravemente a alguna de las mujeres, pero no podía centrarme ahora en eso, teníamos que aprovechar a que los cañones del monstruo debían enfriarse para saltar dentro y acabar con él desde el interior.

Bien, esta es nuestra oportunidad para atacar —sonreí listo para rebanara algún que otro sincorazón.

Estás loco —volvió a repetir Fátima, pero en esta ocasión con algo más de humor —. Pero voy contigo.

Como ya te he dicho, voy a necesitar a alguien que impida que me ahogue.

Saqué la Llave Espada del improvisado cinturón esperando a que los dos barcos chocaran en cualquier momento. Tanto a un lado como al otro podía ver a la tripulación de Ana preparada para asaltar el barco, me imaginaba que varias se quedarían para recargar los cañones y cuidar de las que hubiesen sido heridas, pero gran parte de la tripulación nos iba a acompañar en el ataque al interior del navío enemigo.

Ana —volví a llamar a la mujer esta vez omitiendo su segundo nombre —. Cuando los demonios mueren desaparecen, si el barco es uno, podría desaparecer tras que destrocemos su corazón y caernos todos al agua.

>En cuanto encontremos el órgano envía a toda la tripulación de vuelta al barco.

No estaba interesado en saber su respuesta, solo quería que se le hubiese quedado clara mi advertencia antes de que saltáramos contra los sincorazón. Algo que no tardó mucho en suceder, ya que en el momento en que Ana Lucia gritó a pleno pulmón la palabra “abordaje” todos nos precipitamos contra la cubierta enemiga en donde nos esperaba una tropa de criaturas rojas y negras armadas con sables y que recordaban mucho a las ilustraciones de piratas de los cuentos infantiles.

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Esquivando con gran agilidad la estocada de uno de aquellos monstruos, corté el aire con la mano libre trazando una línea recta igual que había hecho el anterior día en la posada con los piratas humanos, y de la misma forma que había atrapado a tres de estos, conseguí hacer arder a otros tres de los piratas sincorazón permitiéndome avanzar hacia la puerta que daba al interior del barco.

¡Fátima, Ana! ¡Por aquí! —les grité a las dos apartando a uno de los piratas de un golpe de la Llave Espada, sabía que no lo había matado, pero con que nos dejase pasar al otro lado me bastaba.
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Re: [Port Royal] Barco Fantasma

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 03, 2014 12:41 am

Como ya te he dicho, voy a necesitar a alguien que impida que me ahogue.

Fátima sonrió, a su pesar, de oreja a oreja. Bien, al menos tenía la oportunidad de devolverle a Alec el favor.

Ana —oyó que Alec llamaba a la capitana.

¡Capitana para ti, mocoso!

Cuando los demonios mueren desaparecen, si el barco es uno, podría desaparecer tras que destrocemos su corazón y caernos todos al agua.

»En cuanto encontremos el órgano envía a toda la tripulación de vuelta al barco.


Abrió mucho los ojos. ¡Claro, tenía sentido! A pesar del miedo y de saber que se estaban lanzando a las fauces, quizá demasiado afiladas, del lobo, el tener un objetivo concreto le insufló fuerzas.

Cuando puso los pies en la cubierta enemiga, lo primero que tuvo que hacer fue lanzar un Piro contra un Sincorazón cuando este se le arrojó encima. La adrenalina vibraba en sus venas mientras avanzaba, acompañada por los gritos de las piratas, que cargaban contra las criaturas a base de espadazos, disparos y a base de puntapiés y puños si era necesario. Por un momento consiguió olvidar que luchaba al lado de piratas y se sintió sumida por completo en un espíritu de grupo, en la euforia de compartir un mismo objetivo con tanta gente: destruir Sincorazón. Era el mismo de siempre pero, por primera vez, se sintió en medio de un pequeño ejército. Imaginó que ese espíritu era el mismo que debía apoderarse de los soldados tras una carga de caballería o de infantería.

¡Fátima, Ana! ¡Por aquí! —la voz de Alec se elevó encima de griterío y Fátima se volvió a tiempo de ver que Alec se dirigía a toda velocidad hacia la bodega.

Fátima se apresuró a marchar detrás de Ana Lucía y se quedó boquiabierta al ver que la pirata destrozaba a todos los Sincorazón que se interponían con su camino sin apenas esfuerzo. ¡Era realmente fuerte! Se preguntó hasta qué punto llegaría su habilidad si, además, fuera una portadora. En ese caso estaba convencida de que habría sido uno de los Caballeros más fuertes de Tierra de Partida.

¡Fuera de mi camino, malnacidos! —gritó Ana Lucía, arreando una patada a un Sincorazón-pirata que lo tumbó de espaldas. Fátima se adelantó y acabó con él de un certero tajo en el cuello.

Llegaron por fin a la bodega y, sin detenerse a ver si habría enemigos esperándola abajo, Ana Lucía se precipitó al anterior. Fátima contuvo el aliento, sin saber si considerarla una temeraria o una mujer muy pagada de su propia fuerza.

Probablemente fuera mucho de las dos cosas.

La bodega era oscura y apenas estaba iluminada, pero desde el exterior les llegaba la suficiente luz para ver los siniestros ojos de los Sincorazón.

¿Adónde ahora, mocoso? —preguntó Ana, mientras partía en dos la cabeza de una de las criaturas.

Fátima miró rápidamente en derredor y señaló con una mano:

¡Allí!

Como en el resto de los barcos, aquel navío tenía más de un nivel de bodega y desde las escaleras que descendían a una de las zonas inferiores provenía un débil resplandor rojizo.

Fátima hizo un gesto a Alec, indicándole que se quedara en la retaguardia: ella y Ana Lucía se encargarían del frente mientras él les cubría las espaldas. No se podían permitir malgastar su magia. Mientras Ana Lucía despejaba todo como si estuviera barriendo tranquilamente, Fátima se asomó a las escaleras y sintió una tenue vibración bajo sus pies.

Pum-pum

Pum-pum

«El corazón…» pensó para sus adentros.

Levantó la mirada hacia Alec, asintiendo. ¡Parecía que su teoría era acertada!

¿Es ahí? —inquirió Ana Lucía.

Eso parece —respondió Fátima.

El barco vibró cuando estallaron una nueva salva de cañones. Ana Lucía chasqueó la lengua y apartó con brusquedad a Fátima para pasar en primer lugar:

¡Pues acabemos con esto!

****


La bodega inferior estaba iluminada por un corazón metálico del tamaño de un torso humano. Sus piezas chirriaban y chocaban entre sí con cada latido, y cada vez que el mecanismo se inflamaba despedía un fulgor rojizo. Un fulgor que le recordó inmediatamente a los Corazones que liberaban cada vez que destruían un Sincorazón.

El Sincorazón latía cerca de lo que parecía ser la calavera metálica que había bajo el bauprés. Estaba conectado al interior del barco por lo que parecían ser tentáculos de oscuridad que le pusieron los pelos de punta a Fátima.

Y, por supuesto, en cuanto hicieron amago de acercarse, todo se llenó de Sincorazón.

¡Alec! —chilló Fátima—. ¡Ataca al corazón! ¡Destrúyelo!

Y se lanzó al frente, al lado de Ana Lucía, para impedir que la ola de Sincorazón se arrojara sobre el muchacho.

Fátima usó todos sus recursos: escudos para protegerse a sí misma y a la capitana, Tiro Mortal para destruir a todos los monstruos que se escapaban de su alcance y que parecía que fueran a alcanzar al mago. Gastó prácticamente toda su magia en Aqua y, cuando se le acabaron las energías, arremetió con la Llave Espada. ¡No podía dejar que llegaran a Alec!

Mientras el muchacho disparaba, Fátima se horrorizaba, porque cada vez eran más y más Sincorazon. El barco presentía su final e iba a evitarlo con todas sus fuerzas.

Sintió un violento tirón del cuello de la camisa y trastabillo hacia atrás, a tiempo de esquivar un sablazo de un enemigo.

¡Ten más cuidado, mocosa! ¡Muerta no sirves de nada! —rugió Ana Lucía, soltándola.

Fátima no pudo darle las gracias, medio ahogada como estaba.

Entonces, bajo los ataques de Alec, el corazón metálico se quebró y todos los demonios se quedaron inmóviles durante un instante. Jadeando, Fátima detuvo la mirada en el metal: una brecha había surgido en su centro y se extendía hacia los lados lentamente. Entonces, reventó.

Y un corazón humano brilló en medio de la oscuridad.

¡¡Corred!! —gritó la capitana, que salió disparada escaleras arriba.

Fátima estaba exhausta, pero sacó fuerzas de la flaqueza y tendió una mano a Alec para ayudarle a subir si estaba demasiado agotado. Huyeron lo más rápido que pudieron, mientras el barco se estremecía de arriba abajo.

«¡Tenemos que conseguirlo, tenemos que llegar a la cubierta…!»

Ana Lucía no estaba por ninguna parte. ¡Qué rapidez!

Y, justo antes de que alcanzaran la cubierta, el barco se desvaneció.

El golpe contra el agua dejó a Fátima sin aliento y la frialdad la paralizó durante unos instantes. Pero luego se sacudió y nadó rápidamente hacia Alec, para cogerlo de la ropa y tirar de él hacia arriba. Pateó como pudo hasta que sus cabezas rompieron la superficie del agua y pudo tomar una bocanada de aire. Allí, deslumbrada por la luz del sol y tratando de sostener a Alec, le aseguró:

¡No pasa nada, tranquilo!

¡No iba a soltarlo!

En ese momento algo duro golpeó su cara y, cuando pudo ver bien, se dio cuenta de que era un cabo. Estaban prácticamente al lado del Sombra de Luna y las piratas les hacían señas para que se agarraran y subieran. Al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que había muchas mujeres en su misma situación.

Se aferró al cabo y también le tendió una parte a Alec para que se sujetara.
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Re: [Port Royal] Barco Fantasma

Notapor LightHelco » Lun Mar 03, 2014 12:45 am

Buen manejo de la espada, Ana.

Y tan bueno que era, gracias a sus estocadas conseguimos librarnos de cualquier sincorazón que nos impidiese entrar en las bodegas, así que abriendo la puerta nos adentramos en ellas para ir a buscar el corazón.

¡Fuera de mi camino, malnacidos! —gritaba la mujer pirata apartando a todos los monstruos que se nos cruzaban por el camino, Fátima también conseguía acabar con alguno u otro mientras yo me quedaba en la retaguardia, pero no podía comparársele a la habilidad de aquella mujer.

Siguiendo los luminosos ojos de los sincorazón, avanzamos por la oscura bodega hasta llegar a un punto muerto de esta. Escuché a la capitana del Sombra de Luna pedirme nuevas indicaciones a lo que respondí empezando a mirar por todos los lados en busca de alguna escalera o puerta que nos llevase a alguna otra sala.

¡Allí! —señaló Fátima con rapidez a unas escaleras que descendían a una bodega inferior.

Buena vista —la felicité dirigiéndome hacia las escaleras desde las cuales llegaba un extraño resplandor que esperaba que fuese el corazón que buscábamos.

Iba a adelantarme al grupo, pero vi como Fátima me hacía un gesto para que me quedase atrás como hasta ahora, seguramente se imaginase que la bodega inferior estuviese aun mas plagada de monstruos que los pisos en donde habíamos estado, por lo que asintiendo con la cabeza esperé a que las dos mujeres bajasen para después descender yo cerrando el grupo.

Por suerte vamos a tener algo más de luz que hasta ahora —reí un poco refiriéndome la tenue luz que iluminaba la nueva bodega.

Aunque lo más curioso de esta no fue la iluminación, si no que nada más pisarla empezáramos a sentir una pequeña vibración bajo nuestros pies acompañada de un rítmico sonido bastante reconocible por cualquier vivo: Latidos de corazón.

Y es que allí se encontraba nuestro objetivo, un enorme y palpitante órgano de metal encajado en el final de la bodega, justo donde se encontraba el mascaron de proa en el exterior del barco. Sonreí bastante contento al ver como mi teoría había resultado cierta, el barco guardaba allí dentro su corazón al no tener un cuerpo de carne u otro material, seguro que en Tierra de Partida les resultaba interesante este descubrimiento.

Antes de poder seguir avanzando volvimos a sentir como un temblor sacudía todo el barco debido a una nueva tanda de cañonazos, tendríamos que acabar con el corazón antes de que alguno de los dos barcos se fuese a pique.

No perdamos el tiempo, chicas. A por el corazón… —me quedé unos segundos en silencio al ver el gran numero de monstruos que había decidido aparecer a defender el órgano —, aunque primero tendremos que acabar con esos.

Preparé el arma listo para lanzarme a la batalla con aquellos sincorazón, pero tanto Ana Lucia como Fátima se posicionaron frente a mí impidiendo que pudiese llegar a los monstruos y que estos me alcanzaran.

¡Alec! —chilló la muchacha—. ¡Ataca al corazón! ¡Destrúyelo!


¡Oído cocina! —respondí al instante buscando una ruta hasta el corazón mientras mis compañeras luchaban contra las criaturas.

No me costó mucho llegar hasta él, todos los sincorazón se habían lanzado contra Fátima y Ana viendo que mostraban una actitud más agresiva, por lo que ahora me encontraba frente al objetivo buscando una forma de destruirlo, ya que dudaba mucho que un metal tan duro como ese se pudiese romper de tres simples golpes con la Llave Espada.

Guardé el arma en el cinturón y materialicé una esfera de fuego y manteniéndola en mi mano, salté contra el órgano intentando agujerearlo con el fuego. Mantuve el hechizo durante varios segundos consiguiendo derretir una parte de la coraza, pero tan pronto como vi una sombra balancearse encima de mí, me aparté con rapidez evitando que un sincorazón pirata me cortase por la mitad.

Maldita sea —gruñí volviendo a desenvainar el arma —. ¡Hazme un favor y desaparece!

Con aquel gritó golpeé al sincorazón con Naipe Mágico estampándolo contra el corazón del barco. Otros dos de aquellos monstruos se unieron a su compañero, el cual había sobrevivido al ataque, y uniendo fuerzas, saltaron a la vez recibiendo de lleno un ataque Electro que había usado en el momento idóneo. Uno de los monstruos acabó desapareciendo, mientras que los otros dos quedaron algo aturdidos por la descarga.

—Y no os mováis.

Volví a centrarme entonces en el corazón descubriendo que el pirata que me había atacado primero lo había hecho justamente sobre el punto que había conseguido derretir con el hechizo Piro abriendo una pequeña brecha lista para ser explotada. Apunté con rapidez hacia la brecha cargando en mi mano toda la energía que pudiese y volviéndola electricidad, iba a necesitar un Electro muy potente para destruir aquella cosa.

Bien…ya está —generar tanta magia en un hechizo de tan poco nivel resultaba bastante doloroso tal y como me habían enseñado en su día en la escuela de brujos, pero toda magia tenía un precio y el de aquel ataque iba a ser algo de dolor — ¡ELECTRO!

El ataque fue directo contra la brecha abriéndola más aun y haciendo que se iluminara el interior del órgano dando a entender que no tardaría mucho en explotar. Caí al suelo cuando aquello sucedió y cegado por la luz de la explosión no pude ver bien como el corazón del monstruo abandonaba el navío para desaparecer en el cielo.

Ninguno de los sincorazón aprovecho para atacarme en aquel momento, seguramente incapaces de moverse al haber sido parte del barco fantasma. Aunque yo tampoco podía moverme bien, la falta de fuerzas tras el hechizo y el golpe recibido por la explosión me habían dejado algo aturdido, podía escuchar a Ana Lucia gritar al fondo y también sentí como Fátima me agarraba de la mano para empezar a tirar de mí.

Fátima… —le sonreí a la chica sabiendo lo que venía ahora —. Espero que puedas con un peso muerto.

***


Aire.

Eso era lo único que buscaba cuando recuperé el sentido. Fátima se encontraba a mi lado dejándome claro que ella me había sacado del agua tal y como le había estado pidiendo todo este tiempo, supongo que con aquello quedaba zanjada la deuda de haberla salvado al comienzo de la misión.

Intentaba mantenerme a flote de forma bastante desesperaba con ayuda de la muchacha, por lo que en cuanto vi como nos arrojaban una soga desde el Sombra de Luna no pude hacer otra cosa más que cogerla con rapidez y dejar que nos subiesen a bordo.

No tardaron mucho en hacerlo y a poco estuve de besar las tablas del barco, lo único que me hubiese faltado era haber muerto ahogado debido a que en Ciudad de Halloween no disponíamos de ningún río con más de medio metro de profundidad.

Ana se acercó a donde nosotros tras asegurarse de que toda la tripulación estaba a salvo.

Nos hemos desecho del barco fantasma, supongo que ahora tocara que tú realices tu parte del trato, ¿no? —le pregunté sonriente —. Aparte ¿alguien ha visto mi sombrero? Se quedó flotando tras hundirme en el mar.
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Re: [Port Royal] Barco Fantasma

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 03, 2014 12:51 am

Fátima se dejó caer sobre la cubierta con un resoplido de alivio, prácticamente acariciando las tablas de madera, y tosió con tanta fuerza que creyó que echaría hasta el alma por la boca. Unas mujeres le dieron palmadas en la espalda, irritándole la piel, entre burlas sin malicia.

Temblando, Fátima se enderezó a tiempo de ver cómo Ana Lucía, chorreando agua, pero igualmente digna, ponía un brazo en jarra y les miraba con una sonrisa aviesa.

Nos hemos desecho del barco fantasma, supongo que ahora tocara que tú realices tu parte del trato, ¿no? —dijo Alec, sonriente, lo cual sorprendió a Fátima, que esperaba que todavía estuviera reponiéndose de la impresión.

La sonrisa de Ana Lucía se amplió.

Eso haré, mocosos. Nadie podrá decir que no cumplo con mi palabra.

Fátima se encontró soltando una risa, primero suave, y luego más intensa. Descargó toda la tensión que había acumulado desde el momento que habían avistado el barco Sincorazón y se le saltaron las lágrimas, aunque no se notó gracias a que todavía seguía empapada.

¡Lo habían hecho!

¡Lo habían conseguido! ¡La misión estaba cumplida y habían sobrevivido!

Aparte ¿alguien ha visto mi sombrero? Se quedó flotando tras hundirme en el mar.

¿Esta cosa fea y estirada? —inquirió Ana Lucía, levantando el sombrero de Alec con un dedo, chorreante, y arqueó una ceja mientras sonreía maliciosamente—. Le pedí a una de mis mujeres que lo subiera cuando lo vi por ahí flotando.

Pareció pensarse por un momento si tomarle el pelo a Alec y guardárselo, pero finalmente se lo lanzó para que lo cazara en el aire: la capitana del Sombra de Luna parecía estar de buen humor.

Fátima sonrió a Alec y se acercó a él a preguntarle si se encontraba bien:

¿Todo sin problemas? Por un momento tuve miedo de que no fueras a conseguirlo —le preocupaba que el chico no supiera nadar porque, ¿y si la próxima vez no hubiera cerca alguien que pudiera ayudarle? Pero prefirió dejar ese tema para más tarde y dijo:—. Estuviste genial ahí dentro. Sin ti no habríamos podido hacerlo —y le tendió la mano—. Muchas gracias.

Después, se apresuró a ir corriendo detrás de Ana Lucía y ofrecerse a curar a las mujeres que se encontrasen más graves: no le quedaban casi energía, pero sabía que con comer y beber un poco se repondría lo suficiente para hacer la magia más básica. Ahora que el peligro había pasado —a pesar de que todavía sentía las piernas un poco flojas—, no podía quedarse quieta mientras pensaba en todas las mujeres que habían sufrido bajo las explosiones de aquel monstruo. Trató de que la euforia no desapareciera bajo una velada capa de frustración cuando pensó que, si hubieran sido un poco más fuertes, no habría habido tantas heridas.

Así que se arremangó, dispuesta a luchar hasta el último segundo.

****


Pocas horas más tarde y, después de una merecida siesta, la misma mujer que les había despertado aquella mañana les dio una suave patada en los costados a ella y a Alec —que se habían marchado a un lado de la cubierta donde no resultaran una molestia, pues las bodegas eran demasiado agobiantes en pleno día para intentar dormir—.

—Arriba, ya casi estamos en Tortuga —dijo con bastante más amabilidad.

Se había extendido el rumor por el barco de que ambos habían bajado con Ana Lucía a las entrañas del bestial barco para acabar directamente con él y desde entonces todas les trataban con más respeto, casi deferencia. Mientras trabajaba con las mujeres, Fátima había podido comprobar que todas sentían prácticamente devoción por su capitana y que el luchar a su lado les había proporcionado un cierto estatus.

Cuando arribaron al puerto, Ana Lucía se detuvo frente a ambos y dejó caer sendos saquitos llenos de monedas de oro en sus manos. Su mirada seguía siendo dura y sus gestos bruscos, pero sonreía, satisfecha.

No lo habéis hecho nada mal para ser alumnos de Ronin —su gesto se torció al mencionar al hombre—. Ahora largaos y que no vuelva a veros metiendo las narices por aquí, a menos que sea para ganar algo más de dinero. Si queréis volver a matar a algún demonio así, me pensaría contrataros de nuevo.

Fátima sonrió a Alec, divertida, y después inclinó la cabeza a modo de pequeña reverencia de agradecimiento ante Ana Lucía.

Bajaron al embarcadero y echaron a andar por la playa: ya no tenían nada que hacer en aquel mundo, así que sólo quedaba encontrar algún claro y materializar el glider.

Examinó un par de monedas a contraluz, curiosa, y luego dijo:

Ha sido toda una aventura, ¿eh?

A decir verdad, todavía le costaba creer que hubieran conseguido terminar tan rápido: cuando, la noche anterior, tuvieron que huir despavoridos de su enemigo, pensó que les llevaría varios días terminar la misión.

Hemos tenido suerte, irónicamente, de que Ana Lucía nos contratara. Nunca pensé que trabajaría para una pirata

Se detuvo, hundiendo los pies en la arena, y añadió:

Gracias por permitirme ir en la misma misión que tú. No habría sido lo mismo si no hubieras estado para ayudarme —sonrió y soltó una risilla—: Aunque, si alguna otra vez coincidimos, te mantendré alejado de los piratas. O más bien a los piratas de tu sombrero.

Le guiñó un ojo y sonrió, burlona. Luego dijo:

¿Vamos? Me muero por volver a casa


Materializó el glider y la armadura le cubrió el cuerpo. Soltó un suspiro: les esperaba un largo camino de regreso a casa. Y, cuando llegara, pensaba darse una buena ducha para quitarse ese apestoso olor de encima.

Luego, pensaba dormir hasta bien entrada la noche, abrazada a Harun y contenta de haber hecho un nuevo amigo.
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Re: [Port Royal] Barco Fantasma

Notapor LightHelco » Lun Mar 03, 2014 1:09 am

¿Esta cosas fea y estirada? —inquirió Ana Lucía, levantando mi sombrero el cual chorreaba más que el resto de mis ropas —. Le pedí a una de mis mujeres que lo subiera cuando lo vi por ahí flotando.

Pues gracias, pero preferiría que no lo consideraras algo horrible, es una prenda con bastante valor para mí —le respondí algo enfurruñado, no me gustaba nada que se metieran con el trabajo de mi madre.

Tuve que guardarlo en la chaqueta debido a que el peso que había tomado con el agua hacía que fuese imposible llevarlo puesto.

¿Todo sin problemas? Por un momento tuve miedo de que no fueras a conseguirlo —me preguntó con tono preocupado Fátima tras que la pirata se fuese —. Estuviste genial ahí dentro. Sin ti no habríamos podido hacerlo —me tendió la mano —. Muchas gracias.

Gracias a ti por salvarme —le estreché la mano en señal de agradecimiento —. Solo lo hice bien porque tenía buen apoyo, en solitario no habría hecho nada. Así que parte del merito de todo esto también es tuyo.

No pudimos hablar mucho más, ya que la chica se fue corriendo hacia las piratas heridas para ayudarlas con su magia. Yo no me había especializado en magia de curación así que ya poco podría hacer. Aprovechando a que íbamos a tardar un rato en volver a tierra, busqué un hueco en el barco en donde descansar y recuperar fuerzas tras la batalla.

***


Una patada en el costado me despertó de un relajante sueño. Lo primero que vi fue a Fátima tumbada a mi lado y siendo también despertada por la mujer que nos había tirado de las hamacas a la mañana. No sabía cuánto tiempo había conseguido dormir, pero aquella siestecita me había sentado bastante bien ya que me encontraba mucho mejor.

Levantándome y estirándome un poco, me acerqué a uno de los bordes del barco para poder ver la llegada al puerto de Tortuga. Tras haberla visto durante sus horas nocturnas, la isla tenía un aspecto algo menos deprimente por la noche, se movía más gente cuerda por el embarcadero y aquello la hacía mejorar mucho.

Nada más llegar a puerto, Ana Lucia nos entregó a cada uno dos pesadas bolsas llenas de monedas, no sabía muy bien si la divisa de Port Royal valdría en otros lugares, pero al menos si volvíamos a aquel lugar tendríamos para alojarnos en una buena posada.

No lo habéis hecho nada mal para ser alumnos de Ronin —el gestó que hizo al pronunciar el nombre del Maestro me resultó algo curioso, al menos sabíamos de otra persona más que no aguantaba al hombre —. Ahora largaos y que no vuelva a veros metiendo las narices por aquí, a menos que sea para ganar algo más de dinero. Si queréis volver a matar a algún demonio así, me pensaría contrataros de nuevo.

Tranquila, por mi parte desaparecería de tu vida ahora mismo —me burlé haciendo un gesto de despedida con el brazo y alejándome del barco hasta el diablo sabe cuándo.

Volvimos a la misma cala en donde habíamos aterrizado el anterior día para preparar la vuelta, aquel lugar seguía sin ser muy transitado por el día así que teníamos vía libre para usar nuestros gliders sin que nadie nos acusara de brujas.

Ha sido toda una aventura, ¿eh?

Mentiría si dijera lo contrario.

Saqué el sombrero para comprobar que se hubiese secado del todo, no podría ponérmelo hasta llegar a Tierra de Partida debido al caso de la armadura, pero ya que teníamos algo de tiempo aproveché para mirarlo.

Hemos tenido suerte, irónicamente, de que Ana Lucía nos contratara. Nunca pensé que trabajaría para una pirata.

Yo tampoco me lo hubiese imaginado y si, era bastante casualidad que nos hubiésemos topado con una pirata que conocía a la Orden, aquello había sido bastante afortunado.

Gracias por permitirme ir en la misma misión que tú. No habría sido lo mismo si no hubieras estado para ayudarme—la escuché soltar una risilla tímida.

No digas tonterías, Fátima —le corté con un gesto de la mano —. No iba a ser yo quien decidiese quien se apuntaba a esa misión, eras libre de hacerlo.

Aunque, si alguna otra vez coincidimos, te mantendré alejado de los piratas. O más bien a los piratas de tu sombrero.

Abracé de forma instantánea mi sombre descubriendo que aun estaba bastante húmedo, claramente no iba a dejar que nadie lo volviera a tocar tras todo lo que había pasado el pobre.

También deberás preocuparte de mantenerlos alejados de mis bolas de fuego, porque a la próxima no pienso contenerme y alguno acabara quemado —le dije muy seriamente, aunque seguro que se lo tomaba a broma.

¿Vamos? Me muero por volver a casa.

Después de ti.

Invocando nuestras armas, materializamos los gliders y ascendimos hacia el cielo tras asegurarnos de que llevábamos las armaduras puestas. Era hora de abandonar por fin Port Royal.

Estaba deseando de volver a mi habitación y contarle a Ilana todo sobre este mundo, me vendría bien para asustarla un poco y conseguir que nunca se plantease el venir conmigo aquí nunca, lo único que nos hubiera faltado en toda esta aventura era seguir a una gata invisible por la cubierta de un barco pirata.

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Pues fin del encuentro, ha sido realmente divertido escribir ciertas partes como la persecucion de los piratas o el primer encuentro con Ana, asi que... cuando quieras otro encuentro adelante.

Los px del Moguri se reparten a 5px cada una. Todos los PX a Alec, vamos a intentar llegar a ese nivel 11!
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Barco Fantasma - Puntuaciones

Notapor Soul Artist » Lun Mar 03, 2014 10:00 pm

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¡Encuentro acabado!



En términos generales, el Encuentro está bien. No hay gran trascendencia por parte de los dos en nada, y ha servido para que ambos personajes hayan tenido contacto y empiecen una relación de amistad entre ambos. Desde luego, prefiero un Encuentro en otro mundo que no sea Port Royal para eso, y el uso de Ana Lucía ha estado bien, pero no quita que en general el motivo del tema parece algo vacío. Pero ey, está divertido y es lo que cuenta. Si acaso, el combate un poco precipitado.

LightHelco.
He notado una ligera mejora general, pero a veces escribes muy precipitadamente. Las frases vienen acomapañadas por demasiadas comas y quieres dar demasiadas ideas antes de un punto; relaja tu teclado, tómatelo con calma y ve despacio. Repasa tus frases como ejercicio para ello; es tu mayor error, y al que más debes atender.
26 + 5 = 31 PX obtenidos.

Suzume Mizuno.
No hay críticas en concreto por tu parte, más allá de las generales hacia el Encuentro.
28 + 5 = 33 PX obtenidos.

Si queréis el dinero de Ana Lucía pedídselo a Nell.
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¡Gracias, Flan, por Alexis e Ivan!
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