Sin embargo, una vez el mundo empezó a materializarse, pude comprobar que se trataba de algo mucho más distinto. A diferencia de la sala esperada, me encontraba en un mundo parecido a un gran jardín, pero con elementos que parecían indicar que realmente se llevaba a cabo la justicia en aquel emplazamiento.
Rodeado por un extenso laberinto de setos, se extendía un área vacía y amplia, con solo dos torres con banderines de distintos colores sobre ellas y unas extrañas manivelas. Frente a mi vista y al otro lado del jardín, me esperaba mi oponente.
—Me da igual que no hagas nada mientras pueda seguir participando.
El rubio se limitó a decir aquello mientras cargaba con una pesada espada que me habría sido imposible levantar. Comenzaba el combate, y de momento tenía una posición elevada.
—Lo siento, pero quedarme de brazos cruzados no es mi estilo.
Sin dejarle analizar del todo el campo sobre el cual tenía vista allí mismo, comencé por lanzar inadvertidamente un Aqualung sobre él. Si todo salía bien, la burbuja estallaría de una forma u otra.
Una vez que el agua empezase a caer sobre su cuerpo, alzaría mi mano para lanzarle un Electro, esperando que la conductividad mejorase con el líquido.
De momento, no iba a bajar de la plataforma.