[Paraíso de los bromistas] Honor de Cat

[EspeYuna]

—Nadhia, te presento a mi padre.

De pronto la cabeza me estalló a niveles inverosímiles. De todas las sorpresas que me podría haber dado Kit, ésta se llevaba la palma. Me puse más tensa que minutos antes y no quise hacer otra cosa que salir pitando de allí. Pero las piernas no me respondían.

¿Y si sabían que mantenía relación muy cercana con los dos príncipes? ¿Y si por mi culpa se descubría el paradero de Chris? ¿Y si planeaban hacerse con Ragun? ¿Y si su padre lo quería de vuelta para volver a experimentar con él…?

Sin embargo, el hombre tampoco era como me había imaginado en su momento a un Cat. Era un adulto que podía pasar sobrepasar ya los cuarenta años, con una amplia sonrisa y un rostro amable que nos saludaba con jovialidad.

Me di una bofetada mental. Había aprendido a confiar, ¿verdad? ¿Qué pasó cuando desconfié de la palabra de Ragun? Sólo conseguí que nuestra reconciliación tras lo de la Estrella Maldita se atrasara meses y meses. Desde que volví a confiar ciegamente en él las cosas habían ido a mejor. Y con Kit podría pasar lo mismo si no dejaba de lado el pesimismo.

Tan sólo debía estar atenta y no bajar la guardia. Eso es.

—Mucho gusto, señor Kit —le di la mano para estrecharla, sin saber qué sería lo más correcto para presentarme ante un Cat—. M-Me llamo Nadhia, soy compañera de su hijo en Tierra de Partida y…

Me quedé en blanco. Me ruboricé sin saber qué decir a continuación, demasiado perdida. Por mucho que quería confiar en Kit y en su padre, no dejaba de recordar el rostro preocupado de Chris cuando creía oír algo fuera del escondrijo donde me reunía con él.

[Soul Artist]

—Mucho gusto, señor Kit. M-Me llamo Nadhia, soy compañera de su hijo en Tierra de Partida y…

Nadhia se quedó callada, ruborizándose y apartando la vista de mi padre. Este le correspondió con una gran risotada en el aire y le tomó de la mano, estrechándosela con fuerza y decisión, sin importarle el comportamiento de mi amiga.

—¿Qué pasa, mujer? ¿Es que te ha mordido la lengua el gato? —bromeó el hombre, guiñándome un ojo tras esas palabras—. Nada de llamarme señor Kit, ¡eso es de viejos! Mi nombre es Ryan, muchacha. Encantado también de conocerte.

—¡Nadhia está muy interesada en tus aventuras con los Cats, papá!

El brillo en los ojos de mi padre cambió en el mismo momento en el que mencioné la organización para la que había trabajado en el pasado. Dirigió su sonrisa hacia Nadhia y dio un paso hacia ella, dándole la luz de una de las farolas y ocultando su rostro en las sombras.

—¿Es eso cierto, mujer?

[EspeYuna]

—¿Qué pasa, mujer? ¿Es que te ha mordido la lengua el gato? —bromeó el hombre, guiñándole el ojo a su hijo—. Nada de llamarme señor Kit, ¡eso es de viejos! Mi nombre es Ryan, muchacha. Encantado también de conocerte.

—¡Nadhia está muy interesada en tus aventuras con los Cats, papá!

—¡Ah!

¡Genial, Kit! ¡Genial! Incluso yo vi que al hombre le había cambiado la expresión de los ojos totalmente cuando su retoño pronunció la palabra Cat. Me dirigió una sonrisa, acercándose un paso más y ocultando su rostro en la oscuridad al darle la farola a la espalda. Tragué saliva, totalmente presa del pánico.

—¿Es eso cierto, mujer?

“¡Oh, vamos Nadhia! ¡No te dejes asustar!”

—Sí —me otorgué medio segundo para pensar en mis motivos, y Kit me los había dado hace unos días—. Kit me habló sobre vosotros, vuestra tecnología, los nombres acorde a la especialidad mágica… suena muy interesante. Si hubiese podido, a Kit le habría encantado ser un Cat, según tengo entendido.

>> Oh, sobre eso… siento mucho lo de su mundo, Ryan.

Sin pensarlo dos veces, decidí que ya iba siendo hora de ser valiente y aprovechar la situación:

—Es una lástima que se perdiera la tradición.

[Soul Artist]

—Sí. Kit me habló sobre vosotros, vuestra tecnología, los nombres acorde a la especialidad mágica… suena muy interesante. Si hubiese podido, a Kit le habría encantado ser un Cat, según tengo entendido.

Mi padre echó una gran carcajada al aire y golpeó la espalda de Nadhia, animándola a caminar hacia el parque de atracciones en dirección a la noria. Su buen ánimo normalmente me ponía enfermo, pero se veía que estaba ayudando a la chica a relajarse y, sobre todo, socializar; sonreí feliz por haber logrado cumplir mi plan.

—Kit, Kit, Kit. ¡Llámale Ivan, mujer, que ambos somos Kit! Y sí, el pequeño siempre ha querido ser uno, aunque ya es imposible.

—Es una lástima que se perdiera la tradición.

Los ojos de mi padre volvieron a brillar con la fuerza del fuego. Suspiré para mí mismo y aparté la mirada, dirigiéndola directamente hacia la noria y preguntándome si una vez arriba podría caerme y matarme; no parecía muy segura, la verdad.

—¿Es que quisieras ser una Cat, Nadhia?

[EspeYuna]

De nuevo aquella mirada. No habían sido imaginaciones mías, cada vez que mencionaba algo relacionado con la organización, el padre de Kit dejaba ver que no le agradaba para nada que hablara de ello. O que incitara, como había hecho con mi última provocación.

Realmente estaba temiendo porque aquello se me fuera de las manos. Pero él no sabía nada de mí, ¿verdad? Ni siquiera los Cat sabían de mi amistad con Ragun.

La duda se apoderó de mí. ¿Y si lo sabían?

—¿Es que quisieras ser una Cat, Nadhia?

—¡C-Claro que no! —dije en un primer momento, dejándome llevar por las emociones— No, s-sería un honor pero lo… lo que quiero decir es que, no creo que tuviera la destreza suficiente. Además, ¿es hereditario, no?

Reí de puro nervio, intentando calmar la tensión que, al parecer, Kit pasaba desapercibida. Dirigí mi mirada a la noria que éste observaba atónito y le dije:

—¿Quieres que nos montemos? —le propuse. Tenía la certeza de que su padre seguía con la vista fija en mí, y no era capaz de seguir hablando con él sin un nudo en la garganta impidiendo que me salieran las palabras— Así podremos ver también si los sincorazón andan cerca.

[Soul Artist]

—¡C-Claro que no! No, s-sería un honor pero lo… lo que quiero decir es que, no creo que tuviera la destreza suficiente. Además, ¿es hereditario, no?

—Sí, pero el título siempre se otorgaba a los mejores —añadió mi padre; aquella información siempre la había dado por sentada, pero igual se la debería haber explicado con anterioridad a Nadhia. Le explicó:—. Se da siempre por sentado que es hereditario porque en nuestro mundo criábamos a nuestros hijos desde que nacían para ser Cats, como es el caso de Ivan, y así se convertían en los mejores candidatos posibles. Pero si aparecía alguien con un nivel superior en el campo, se le otorgaba a él el título —colocó su mano sobre el hombro de Nadhia y la acercó a él, sonriéndola de mejilla a mejilla—. Estoy seguro de que tú habrías sido una excelente Cat, Nadhia.

Nadhia rió nerviosa, agradecida por el cumplido de mi padre. Silbé feliz al ver a ambos tan juntos y desvié la mirada hacia todas partes, sin olvidar mi misión: encontrar un nido de Sincorazón y acabar con ellos. Iba a resultar tan fácil con mi padre allí que no sabía ni por qué me molestaba en localizarlo, pues seguro que habrían huido lejos al vernos a los dos juntos.

Mi compañera, por otro lado, se centró más en el ocio. Apuntó hacia la noria y, con un poco de voz temblorosa llena de nervios y entusiasmo, me propuso montarse en la atracción:

—¿Quieres que nos montemos? Así podremos ver también si los sincorazón andan cerca.

—¡Será un placer! —interrumpió mi padre, colocándose entre los dos y apartándome con cariño de mi compañera para tomarla por los hombros y dirigirla hacia la noria—. Hijo, tú busca esos Sincorazón y dales una señora paliza por nosotros, ¿vale?

—Tendréis morro...

Pues nada. A buscar a los Sincorazón yo solo, me dije.

[EspeYuna]

"Estoy seguro de que tú habrías sido una excelente Cat, Nadhia."

De seguro que jamás lo sería.

Esperé con ojos expectantes la decisión de Kit, sabiendo que él sería el primero en arrastrarme a la noria.

—¡Será un placer! —sin embargo, cuando su padre se adelantó y me agarró por los hombros, noté una sensación desagradable en el estómago—. Hijo, tú busca esos Sincorazón y dales una señora paliza por nosotros, ¿vale?

—Tendréis morro...

Por un momento quise huir y esconderme tras Ivan como una cría asustada de un completo desconocido. Lo habría hecho si no fuera porque tenía que proteger todo cuanto sabía y no levantar sospechas. Vi alejarse a Kit sintiendo a Ryan a mi espalda.

*****

Montados en la noria, todo cuanto hacía era mirar por la ventana una vez comenzamos a ascender. Existía un silencio sepulcral y no sabía qué hacer: sentía nauseas provocadas por la idea de no saber qué le pasaba por la mente del padre de Kit en aquel momento.

Estábamos completamente solos, y cada vez más alto.

Ya estaba planeando una estrategia para echar a volar con una de mis habilidades si las cosas se ponían feas —por mi cabeza no dejaban de pasar ideas verdaderamente absurdas—, cuando ante mis ojos contemplé toda la feria de nuestro alrededor iluminada. Allí, en lo más alto de la noria, se podía ver la magia de aquel pequeño mundo reinado por los niños y la diversión.

De pronto, aquello consiguió relajar mi cuerpo y expresar sinceramente:

—Es precioso.

[Soul Artist]

—Es precioso.

Mi padre no contestó de inmediato. Como respuesta a las palabras de Nadhia, se llevó la mano al bolsillo y se sacó su paquete de cigarrillos. Tomó uno de ellos y comenzó a chupar de él tras encenderlo con el fuego de su mechero. Se tomó su tiempo para absorber una gran calada y expulsarla en una gran nube de horrible olor que se quedó pegado al techo de la cabina.

Los ojos de Ryan brillaron a través de los cristales de sus gafas. Se clavaron en Nadhia y tomó el cigarrillo con dos dedos, tomándose su tiempo para hablar a la chica.

—¿Sabes? Mi hijo te tiene mucha estima. No te lo habrá contado, pero antes de ir con Ronin no es que tuviese muchos amigos. Tuvo una experiencia un poco traumática en temas de amistades. Por eso —se tomó unos segundos para tomar otra calada soplar el humo, esta vez por fuera de la cabina para no molestar a la muchacha—lo último que deseo es que le hagan daño.

[EspeYuna]

—¿Sabes? Mi hijo te tiene mucha estima. No te lo habrá contado, pero antes de ir con Ronin no es que tuviese muchos amigos. Tuvo una experiencia un poco traumática en temas de amistades.

—N-No lo sabía —contesté, sintiéndome un poco identificada con Kit.

Antes de llegar a Tierra de Partida, tampoco había tenido amigos en la Villa, salvo el viejo Sendh y conservar a medias mi relación con mi hermano Dan. Una vez conocí a Akio, todo fue a mejor. Y mis primeros amigos habían sido Kit y Ragun.

—Por eso... lo último que deseo es que le hagan daño.

Y a los dos los valoraba por igual. Entonces, ¿qué hacer en una situación en la que ambos acabarían enfrentados algún día?

—No quiero hacer daño a Kit —dije con absoluta sinceridad, pues estaba bastante claro que lo que venía a continuación era una posible amenaza—. Es mi amigo. Y le aprecio mucho.

[Soul Artist]

—No quiero hacer daño a Kit. Es mi amigo. Y le aprecio mucho.

—Entonces, ¿por qué no estás siendo sincera con lo que sabes acerca de los Cats?

El fuego del cigarrillo brilló con tanta intensidad de la calada que dio mi padre que parecía que fuera a prender toda la cabina de la noria. Soltó el humo en el interior y tiró lo que quedaba del tabaco al exterior, sin importarle todo una mierda. Su semblante era terriblemente serio por lo que tengo entendido, un gran contraste con la alegría que normalmente intentaba aparentar a todas horas. Su mirada rígida fuminaba a la chica de arriba a abajo, casi a punto de tomarla por el cuello y ahogarla allí mismo, en las alturas, donde no pudiese escapar.

Pero no hizo nada de todo aquello. Se quedó con las manos cruzadas durante unos interminables segundos, mientras la cabina se balanceaba, en un silencio sepulcral y eterno.

—No sé quién te ha mandado —señaló él, sin apartar la mirada—, ni cuánto sabes de la organización. Pero haz daño a mi hijo y toda tu familia lo lamentará. ¿Soy claro?

[EspeYuna]

—Entonces, ¿por qué no estás siendo sincera con lo que sabes acerca de los Cats?

De repente, sentí como si mi cuerpo siguiera el balanceo sepulcral de la cabina en la que ambos estábamos montados. Los ojos del padre de Kit se clavaron en mí como afiladas cuchillas y me atravesaron, dejando claro que me tenía calada. Aunque no del todo cuando señaló que no sabía hasta qué punto conocía a los Cats.

—Pero haz daño a mi hijo y toda tu familia lo lamentará. ¿Soy claro?

La imagen de mis padres y de Dan pasaron fugazmente por mi cabeza y me estremecí, levantándome del asiento perdiendo el control de mis emociones y mirando totalmente asustada al padre de Kit.

—No meta a mi familia en esto —amenacé con mis labios temblando y conteniendo las ganas de invocar a Ángel—. No conozco nada de esa organización. Sólo sé que no está muerta, como piensa su hijo.

>> E intento proteger a las personas que me importan de ellos. Incluido el propio Kit.

[Soul Artist]

—No meta a mi familia en esto —amenazó Nadhia, levantándose de su asiento con brusquedad y mostrando a mi padre una gran rabia interna—. No conozco nada de esa organización. Sólo sé que no está muerta, como piensa su hijo. E intento proteger a las personas que me importan de ellos. Incluido el propio Kit.

Pero aquel comportamiento no despertó la simpatía de Ryan. El cuerpo de Nadhia se vio empujado por una gran fuerza invisible y se sentó sin capacidad de desobedecer, con un terrible peso sobre sus hombros. Los ojos de mi padre habían desaparecido tras el reflejo de sus gafas, y la chica pudo comprender que era él el que estaba manejando a su antojo su cuerpo. La frialdad del hombre podía llegar a congelar el mismo tiempo.

Ryan se recolocó sus gafas con un dedo y se levantó, quedándose frente a Nadhia con la mirada en alto y sin otorgarle su libertad. Parecía querer que se quedara allí clavada, sin capacidad de movimiento: podía acabar con ella en ese mismo momento.

—No exijas que no meta a tu familia si estás poniendo en peligro a la mía —amenazó, haciendo referencia a mi persona—. No sé qué tienes que ver, pero mantén lejos a mi hijo de esto. Él no merece pagar los pecados de sus padres.

[EspeYuna]

—¡Ah!

De repente, algo tiró de mi cuerpo hacia atrás y me quedé clavada en el asiento de la cabina frente al padre de Kit, sintiendo un gran peso sobre mis hombros. ¿Un hechizo de gravedad?

Sí, Ryan tenía el poder de un Cat.

Intenté moverme, pero era doloroso y apenas podía controlar mis extremidades. Ni siquiera era capaz de mover los dedos de la mano. Impotente, vi como Ryan se ajustaba las gafas y se levantaba, amenazándome

—No exijas que no meta a tu familia si estás poniendo en peligro a la mía. No sé qué tienes que ver, pero mantén lejos a mi hijo de esto. Él no merece pagar los pecados de sus padres.

—¿El precio... de sus padres?

Agotada por el esfuerzo para contrarrestar aquella habilidad invisible, agaché la cabeza.

—No quiero poner en peligro a su familia —confesé con honestidad—. De verdad, yo... no estoy mandada por nadie. Simplemente, les conozco y sé que hicieron cosas en el pasado. ¿Cree que le contaría a Kit sobre esto? ¿Con qué fin?

>> Soy su amiga y lo seguiré siendo. Y no pienso estropear la imagen que tiene de ellos. Y... por cómo lo ha dicho, parece que se arrepiente de lo que hicieron.

Levanté la mirada, sin forcejear:

—No quiero ser enemiga de usted, ni de Kit. Créame.

[Soul Artist]

Ryan no interrumpió a Nadhia mientras le explicaba que no sabía nada en concreto de la organización, y que mucho menos quería hacerme daño a mí o a él. Sus lentes siguieron brillando mientras lo hacía, pero no atacó ni contestó; sólo guardó silencio.

—No quiero ser enemiga de usted, ni de Kit. Créame.

La fuerza invisible que mantenía presa a Nadhia la liberó. No se trataba de gravedad, sino más bien se podía asemejar a cadenas invisibles de una terrible fuerza: Ryan era afín al elemento Nada, caracterizado por fuerzas imposibles de captar por el ojo humano, así como el control sobre protecciones voluntarias. Su amigo Fyk también tenía un poder semejante, si lo pensaba.

—Tienes la suerte de contar con la confianza de mi hijo —comentó él, seco.

La cabina se detuvo y me encontraron esperándoles a la salida de la noria. Observé a ambos y me rasqué el pecho con los nudillos, con una sonrisa llena de orgullo y satisfacción. Mientras ellos hacían el vago, yo me había encargado de cumplir la misión.

—Todos muertos: cómo no, estando yo al cargo —la realidad era que fueron sólo dos Soldados simplemente, pero no hacía falta entrar en detalles—. ¿Qué tal vosotros? ¿Os habéis divertido?

—¡Ya lo creo! Tu amiga aquí presente es muy graciosa —mi padre rió en alto y negó con la cabeza, dirigiéndose entonces a la chica—. Tengo que irme, el trabajo me llama. Ha sido un placer, Nadhia.

Y tras volver a darle la mano, se fue. Nos quedamos de nuevo a solas, esta vez con toda la tarde por delante para gastarla en cualquier cosa que no fuera matar enemigos.

—Bueno... ¿Y qué te ha parecido?

[EspeYuna]

—Bueno... ¿Y qué te ha parecido?

—¿Eh?

Ensimismada tras ver marchar a Ryan, no prestaba mucha atención a que Kit me estaba preguntando a mí en concreto. Me aclaré la garganta e intenté sonreír, pero no pude. Lo primero que salió de mi boca fue un:

—Lo siento. Sé... sé que me he comportado muy raro estos días. Tenía muchas cosas en la cabeza y... de verdad que lo siento, Kit.

>> ¿Seguimos siendo amigos, verdad?

Aquellas eran las mismas palabras que le había cuestionado a Ragun tiempo atrás. Y sólo esperaba que la respuesta fuera la misma. Porque era lo único que en aquel instante podía conseguir tranquilizarme.

Sonaba egoísta que ahora la vida de mi familia dependiera del fino hilo de mi amistad con Ivan Kit.