Las preguntas que le iban haciendo a Kazuki nos sirvieron para conseguir algunos datos interesantes sobre la situación. Gracias a la pregunta de Kairi supimos que el mundo al que íbamos a ir, La Red, había sido creado por un humano llamado Kevin Flynn, lo cual me resultaba bastante curioso ya que no sabía de ningún otro mundo que no hubiese sido creado por fenómenos naturales, aunque tampoco controlaba tanto el tema de la tecnología como para comprender como un humano normal y corriente había sido capaz de dar vida a un mundo.
De las siguientes preguntas solo conseguimos saber que la joven del video era alguien de hacía años y que seguramente estuviese muerta y que posiblemente nos cruzáramos con la gente de Bastión Hueco. Aquello último no me hacía mucha gracia debido a la mala experiencia que tenía con los aprendices de aquel lugar, pero algo que me hizo bastante gracia fue el ver a uno de los aprendices del lugar quedar en evidencia al ver como incluso Kazuki pasaba de su pregunta.
—
Pobre chico, creo que ha visto demasiados de esos dibujos que echan por la tele —comenté medio riéndome.
—
Maestro Kazuki —habló seguidamente un aprendiz bastante mayor en comparación a la edad media que rondábamos la mayoría por aquellos lares —
, ¿en serio cree que mandarnos a todos a La Red es la opción más segura? Nada me asegura que no vaya a suceder lo mismo de la última vez.¿Lo de la otra vez? Se referiría a alguna misión que hubiesen tenido allí seguramente, pero el saber que ese lugar era tan peligroso como el Espacio Paranoico que había mencionado Light me resultaba en parte conocido. Ibamos a visitar un mundo peligroso todos juntos como ocurrió en Ocaso cuando fuimos al prohibido Bastión Hueco, aunque en esta ocasión teníamos la suerte de que nos acompañarían la mayoría de Maestros.
O eso me habría gustado.
Una de las maquinas de la sala se encendió de golpe y antes de que pudiese preguntarle a ninguno de los Maestros nada sobre aquella reacción el mundo desapareció quedando solo la oscuridad.
* * *[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=uSd4UVX7Wcc[/youtube]
—
Pecador.“
¿Quién?”
Rodeado de aquella oscuridad sentía como las fuerzas me habían abandonado de golpe sin saber qué demonios había ocurrido para que acabara allí. Lo último que recordaba era la luz de uno de los ordena-todo encendiéndose y sorprendiéndonos a todos con un extraño haz de luz.
Aun con el cuerpo pidiéndome que me tumbase y no lo forzara demasiado, intenté buscar al resto de mis compañeros, los cuales no podían haberse marchado demasiado lejos tras el flash o al menos saber quien acababa de hablar.
No tardé mucho en hallar la respuesta a lo segundo, ya que tan pronto como mis ojos se acostumbraron un poco a aquella oscuridad se cruzaron con los de la joven del video. La miraba directamente hacia sus amarillos ojos, lo que menos encajaba con su versión de la visión de la Torre de Yensid, unos siniestros e inquietantes ojos que intentaban adentrarse en mi mente.
—
¿Estás asustado? —preguntó la mujer con un extraño tono de voz, muy diferente al que había usado en la cinta.
—
Más bien confuso, lo que tú preguntas es algo difícil en mí.—
Chss, tranquilo, tranquilo. No tienes nada que ocultar a la dulce e inocente Eileen —si seguía mirándome con esos globos oculares imposible me iba a resultar no contárselo —
. Sólo... Déjame inspeccionar tu alma.Un grito de dolor salió de mi boca al ver como la llamada Eileen atravesaba con su mano mi pecho y alcanzaba mi corazón. Vale, aquello ya asustaba un poco, pero me resultaba más intrigante el saber qué clase de poder había usado para llevar a cabo aquello. La mujer no parecía tener tanta fuerza como para travesar un cuerpo con su mano y menos para conseguir no matarme con aquella acción.
La siniestra mujer agarró con fuerza entonces mi corazón para sacarlo de golpe de su sitió y mostrármelo orgullosa. Me llevé la mano al pecho intentando aliviar el dolor y la falta de aquel órgano. Ya tenía bastante con el hecho de que el cuerpo me tardaba en responder como para que me arrancaran partes de él a cachos.
—
Sí... Veo todos tus pecados —continuó Eileen girando en su mano el brillante corazón —
. ¡Todos! No has sido un chico bueno en absoluto. Voces en la cabeza, eidolones, formas ocultas... No quiero nada de eso. ¡Quiero tu oscuridad!—
¿Mi qué…? ¡Agh! —volví a sentir el mismo dolor que antes cuando Eileen estrujó el órgano con fuerza, podría estar fuera de mi cuerpo, pero parecía que aun seguía ligado a este.
El órgano cayó al suelo y de él empezó a emerger oscuridad formando así una oscura replica de él mismo. En un principio no sentí nada raro aparte de algo de vagancia debido a que toda preocupación por vencer a mi mayor rival había desaparecido de golpe, pero entonces me di cuenta de que algo aun peor fallaba y es que no sentía nada o mejor dicho, no la sentía a ella.
—
I-Ilana… —pronuncié su nombre dolorido, en el momento en que se había creado el corazón de oscuridad mi enlace con ella se había roto del todo —
¿Por… qué haces esto? ¿Quién eres realmente?Había recuperado el corazón, pero aun me faltaba el enlace con Ilana. Aunque no hubiese conseguido la magia hasta obtener la Llave Espada, siempre había tenido aquel enlace con ella, desde que me la habían dado a los pocos días de que naciese hasta hoy habíamos estado unidos, el mantener aquel enlace y compartir nuestras emociones era algo que necesitábamos y aquella mujer lo había cortado quizás para siempre.
Sin aquello ¿qué le podía pasar a mi compañera? Sabía que cuando el Familiar de una Bruja moría su enlace desaparecía, pero no había habido ningún caso como este, podía pasar cualquier cosa incluso…
—
¡Ma…maldita seas! —gruñí intentando recuperarme de todo aquello, notaba como mi fuerza había menguado al faltarme el Familiar, pero eso no iba a impedirme hacer que esa mujer me devolviese a Ilana.
El cuerpo me pesaba demasiado siquiera para moverme, mucho menos iba a poder luchar. ¿La había perdido para siempre entonces?
―
¡Aléjate de ellos!Una voz sonó a lo lejos poco antes de que Eileen desapareciera en la oscuridad. Alcé la mirada al notar como algo luminoso aparecía sobre mi cabeza guiándome hacia la salida de aquella pesadilla. Me levanté a duras penas dirigiéndome hacia la luz, la mujer podría haber escapado, pero la alcanzaría y no me detendría hasta recuperar a Ilana.
* * *Salir de la oscuridad me reunió con el resto de los aprendices de Tierra de Partida y algunos que me sonaban o no conocía los cuales supuse que eran de Bastión Hueco, seguramente también traídos de la misma forma que nosotros a este mundo.
Mire a los alrededores encontrándome así en los asientos de un enorme estadio. Frente a todos nosotros se encontraba un cartel con las palabras “Bienvenido a los IV Juegos del Enjambre”, más poco llegó a durar, porque algo lo destruyó haciendo que dirigiera mi mirada a dos figuras que luchaban no muy lejos de nuestra posición.
La primera resultó ser la mujer de los ojos amarillos. No habría dudado en saltar y ayudar al otro combatiente a vencerla, pero desafortunadamente me encontraba en medio de demasiada gente confusa o asustada debido a la situación y por mucho que los apartara no conseguiría llegar demasiado lejos.
Me centré entonces en el otro combatiente, el cual en un principió no reconocí debido a las ropas que llevaba, pero su melena de color azul y las cicatrices que cubrían todo su rostro me hicieron reconocerlo como Edge.
—
¿Edge? ¿Qué demonios hace aquí? —pensé en voz alta.
Conocía al joven de varias misiones en las que habíamos coincidido y estaba bastante seguro de no haberlo visto en la sala de los ordena-todos ¿cómo entonces se encontraba luchando contra Eileen? Y además con posibilidades de vencer.
Una esfera de fuego impactó contra Eileen haciéndola desaparecer instantáneamente. Me giré buscando el origen de la esfera, ya que Edge no había llegado a lanzarla y me encontré con más rostros conocidos y sorprendentes. Tras nuestras espaldas se encontraba una mujer adulta y que me resultaba tan familiar que hizo que buscase con la mirada a Fátima encontrándola entre los aprendices, por supuesto.
“
¿Qué está pasando aquí?”
El combate continuó al aparecer nuevamente Eileen intentando atacar a la Fátima adulta, pero un disco consiguió salvarla a tiempo junto a la aparición de una mujer de cabellos negros y bastante corto. Llevaba un traje negro con unas extrañas luces a modo de decoración. La nueva luchadora, y que en esta ocasión no conocía de nada, se plantó frente a la encapuchada Eileen lista para repeler cualquier ataque, más esta no hizo ademan de seguir luchan y riendo se esfumó de allí dejándonos bastante más confusos que al comienzo.
Tras finalizar la batalla, los tres luchadores se reunieron y empezaron a hablar entre ellos.
—
¿Estáis bien? —preguntó la Fátima adulta, aunque no se qué clase de respuesta se esperaba.
―
Si vuestro Erased Data es un virus... Existe una manera de destruirlo. O quizás volverlo más poderoso―comentó la mujer del disco haciendo referencia a alguien que no conocíamos ―
. Hace unos años un virus similar atacó la Red, Abraxas. Su disco está guardado como trofeo en el museo de este mismo estadio. Si pudiésemos lograrlo...—
He dejado a Andrei en el museo. Yo iré a por él.¿Andrei? ¿Aquel no era el aprendiz de Bastión Hueco que se había llevado a Yagami hace más de un año? Conocía su nombre de habérselo preguntado a uno de los Maestros, pero no entendía que pintaba él en todo aquello. Aunque quizás fuese una versión extraña suya como lo era esa Fátima de la verdadera, nada de eso tenía sentido alguno.
Los tres individuos planearon una estrategia de combate contra el tal Erased Data sin preguntarnos siquiera o explicarnos que pasaba, pero entonces Edge se dirigió hacia nosotros aclarando bastantes dudas:
―
¡Escuchadme! ¡Mi nombre es Crow! ―tuve que mirarle más atenta mente para darme cuenta que aunque fuese idéntico a Edge, su forma de hablar o la expresión de su rostro eran totalmente diferentes al del verdadero ―
. ¡No os podéis quedar quietos! Sé que esto es muy repentino, pero vuestras vidas y las de mucha otra gente están en peligro. ¡Debemos colaborar todos y detener a la encapuchada que habéis visto!Entonces la encapuchada, Eileen, debía ser el Erased Data del que hablaban, ya que en ningún momento habían usado su nombre para referirse a ella.
Crow entonces sacó una carta y la rompió en dos trozos haciendo aparecer un millar de ceros y unos de ella.
—
Esto es lo único que puedo daros a cambio.Los números se dispersaron y algunos de ellos se introdujeron en mi pecho causándome un fuerte dolor de cabeza que hizo que me llevase las manos a esta. Miles de imágenes y voces llenaron mi mente, recuerdos de una persona que no conocía… ¿o quizás si? Una imagen de él hizo que me viese a mi mismo en aquellos recuerdos y escuchase mi nombre cuando se dirigían a él, pero estaba seguro de no haber hecho nada de lo que me mostraban.
Bienvenidos al Reapers’ GameCon aquella frase había comenzado un infernal juego que las imágenes me mostraban, un juego en donde los aprendices de Tierra de Partida y Bastión Hueco habían tenido que luchar por sobrevivir. En aquel inició la persona igual a mí se había encontrado atrapado en una habitación junto a una niña armada con lo que parecía ser un gato de peluche.
¿Shi…ki? Curioso nombre para una niñaShiki. Aquel nombre había llegado a mi corazón con pena. El pacto y la primera batalla junto a ella eran recuerdos demasiado felices para sentirme tan triste y culpable por ella. Necesitaba volver a verla, sentía que era importante y quería decirle algo personalmente.
¿An…thoni? ¿Qué…ha-ces aquí?
Viendo como una de las líneas más importantes de nuestra raza desaparece.
Pero yo te ofrezco la Verdad. Yo te ofrezco el fruto prohibido. La manzana de Anthoni, las llamas quemando mi piel y mis dudas ante si debía traicionar a Shiki o no. Las imágenes de aquel tercer día de juego me causaban tanto dolor, aquel día me había visto sumergido en el mismísimo infierno y cuando salí de él no mejoro la cosa.
Hicimos un trato... Este juego... Él no lo cumplió... ¿¡Y ahora me busca!?
Shiki…¿Quién es Él? ¿Qué pasó en el anterior juego?
Alec... No lo puedes controlar. No sé si puedo confiar en ti...Las heridas que sufrí en aquella batalla eran más psicológicas que físicas, sentía el dolor de aquella versión de mí recorrerme, lo más que tuvo que sentirse al ser traicionado por la persona en la que había depositado su confianza, en parte él era igual que yo, igual de iluso.
Las alas negras del Reaper brotaran de su espalda al mismo momento en que descubría la verdad sobre el juego. Me odié a mi mismo en aquel momento debido a los recuerdos del nuevo Reaper, no quería ser como yo, quería alejarse de mí poco a poco y lo conseguiría de cualquier forma.
Incluso causándole la muerte a otros.
“
No…No, ¡NO!”
Grité en mis pensamientos cuando vi la explosión del vehiculo en donde viajaban Light y su compañero. Los había matado… había acabado con la vida de un compañero sin sentir nada. Me costaba respirar al ver aquello, sus intenciones de acabar con cualquier jugador habían sido reales, veía otra muerte en sus recuerdos y ningún remordimiento ante esta, ni un atisbo de culpa por arrebatarle la vida a un inocente.
Alec...
Shiki…tú, tienes que aguantar.Lagrimas empezaron a llenar mis ojos. No recordaba la última vez que había llegado a llorar, pero el dolor del Reaper me llegaba con fuerza al ver su amiga morir. No quería seguir con todo aquello, el me rechazaba ¿Por qué tenía que sufrir su dolor entonces?
Sí, ya me acuerdo. Eras Alec, el bicho raro. Yo soy Saxor, encantado.Saxor… Xayim, Ronin… Avatar. Un enemigo que no dudo en tomar la identidad de otros para cumplir su objetivo. Odio, pena, amargura, desesperación, todo aquello me estaba devorando mientras veía la muerte del joven Saxor pasar por delante de mis ojos. Entendía sus intenciones con la muerte de Saxor, pero odiaba aquello, mi único temor aquel Reaper lo estaba llevando a otros. Todo en aquel juego giraba en torno a la muerte y por mucho que la ignorase aparecía en todos y cada uno de los recuerdos.
Buscaba aquellos a los que había matado el Reaper con la mirada, pero las lágrimas por la muerte de Shiki no me dejaban ver nada.
“
¡Basta! ¡Para de una vez!”
Unos ojos amarillos me dejaron sin aliento al intentar desviar todos aquellos recuerdos.
—
Era…sed —pronuncié su nombre en shock al recordar su presencia y poder —
. Y Eileen.La imagen de la joven de la Torre iluminó aquellos recuerdos aliviando parte de su dolor, todo lo relacionado con ella era luz pura y contrarrestaba el miedo que infundía Erased. En esa batalla entre la luz y la oscuridad volví a ver al Reaper. Ya no llevaba el sombrero, ya no contestaba ante mi nombre, ya me había rechazado por completo.
No seré más que Joker.Joker, el Game Master. Un ser totalmente opuesto a mí, pero idéntico a lo que era, sentía lo mismo que él y podía ver que era tan orgulloso como yo, incluso vi arrepentimiento en sus palabras cuando habló de la muerte, pero no tenía miedo a causarla, no sentía nada hacia sus siguientes victimas.
¡No! ¡¡No!!
No morirás tras esto, pero perderás algo que has demostrado no tener al crearnos y atacar este mundo. Esta es mi decisión.Su última víctima, una imagen que jamás iba a quitarme de la cabeza. Unos ojos de puro odio me miraban declarándome la guerra y buscando arrancarme la vida.
—
¡Agh! —grité liberándome de aquel torrente de recuerdos.
Arrodillado, me cubría el rostro con los brazos para que nadie me viese llorar, no por un asesino como él. No podía aceptar todo aquello, él no era yo, me había rechazado, pero aun así no podía conseguir quitarme de la cabeza el hecho de creer que yo hubiese actuado de aquella manera realmente.
Bajé los brazos y miré hacia mis manos ¿los habría matado yo también? Realmente Joker no pensaba muy diferente a mí ¿eso significaba que yo también era un asesino?
―
¿Estás bien? ―me preguntó una voz que resultó ser la de Light.
Me quedé helado, incapaz de saber que contestarle. Buscaba algún sentimiento de odio o desprecio en su mirada, pero no parecía nada afectado por aquello y era algo que me resultaba incomprensible conociendo el destino de su copia.
—
Si… creo que puedo seguir —respondí inseguro levantándome y repasando todas las opciones que disponíamos.
Los tres individuos habían decidido separarse en tres caminos diferentes, pero a lo lejos podía verse una cuarta opción representada con un puente hacia el interior del estadio en donde nos encontrábamos. No sabía realmente hacia dónde dirigirme, quería alejarme de cualquier cosa que tuviese que ver con Joker y mi primera opción fue el acompañar a la joven de pelo corto, pero necesitaba saber algo más sobre él, si realmente era tan frío como lo había visto y tenía claro que Fátima adulta y Crow lo sabrían.
Pero había un problema con la primera: Andrei.
El odio que sentía hacia Joker seguramente pasara a mí ahora que él estaba a salvo y ya había experimentado el poder del gitano en mis huesos, por lo que acercarme a él quedaba totalmente fuera de opción.
—
No perdamos más tiempo ―volví a escuchar a Light dirigiéndose en esta ocasión también a un chico de pelo negro que identifiqué como la otra víctima de Joker ―.
Voy a ayudar a Crow a activar esa luz para eliminar la oscuridad que protege a Erased. Seguidme si queréis. ¿Light quería que fuera con él? No entendía el porqué no había recuperado los recuerdos del Reapers’ Game o el porqué no se veía afectado por ellos. Pero quizás aquello me sirviera para descubrir un poco más de Joker y quizás pedirle perdón a Ragun, el cual tampoco parecía saber que yo era su asesino. Pasara lo que pasase, esperaba que todo aquello no me afectara más de lo normal, ya tenía suficiente con no poder sentir a Ilana como para que un asesino me amargara la vida.
—
Bien, iré con vosotros. Si Joker no quería ser yo, yo no sería tampoco él.