[Ciudad Disney] Algodón de azúcar

[Enix]

Abrí los ojos, asombrado, cuando comprobamos que el apaño que el híbrido había funcionado, y el generador se había puesto en marcha otra vez. El moguri demostró su felicidad volando emocionado por toda la sala. Sonreí ligeramente al verlo tan emocionado.

—¡Kupóooo! ¡Lo habéis arreglado! ¡El generador vuelve a funcionar! ¡Ahora volveré a Tierra de Partida y me lo pasaré bomba en la sala de máquinas!

Fruncí el ceño, aún sonriente, pensando en que trastadas se le ocurrirían. Recé porque a ninguno de los Aprendices nos estallara nada de nuestro cuarto.

—Ah... el otro se ha ido arriba, a saber que esta haciendo. —dijo el otro Aprendiz, refiriéndose a su moguri mascota. Sacó una bala con una muescas extrañas, en forma de silbato y sopló, produciendo un estridente sonido. Al poco tiempo, apareció el pequeñín de la gabardina volando:

—Kupóveo que lo habéis arreglado, por fin podemos ir hasta allí —¿Allí? ¿Se referiría a aquel objeto valioso que habían ido a buscar?— . Kupóvamos, subid antes de que os deje debajo.

Ambos sujetos se subieron a una rueda de engranaje gigante, que se empezó a elevar como un ascensor justo cuando yo salté también sobre ella.

—Siento ser un poco pesado... Bueno, en realidad no. El caso es, que aún no me habéis dicho cómo os llamáis, ni qué estáis buscando exactamente.

[RedXIII]

—Siento ser un poco pesado... Bueno, en realidad no. El caso es, que aún no me habéis dicho cómo os llamáis, ni qué estáis buscando exactamente. — El joven Enix aprovechó el breve tiempo que tardó el elevador en llevarles hasta arriba para preguntar.

—Yo soy el gran Hiro Inukai, hijo del gran Byakko Inukai, seguro que has oído hablar de mi en Tierra de Partida — Presumió mientras alzaba su pecho —Y el Moguri cabezón y narigudo es MoguDer.

—¡Kupópero bueno! — Intentó empujar al aprendiz fuera de la plataforma, desgraciadamente no tenía la fuerza suficiente como para lograr su objetivo, quedándose en una simple y absurda pataleta.

—Kupóda igual — Respiro hondo y a continuación señaló la única ruta por la cual podían continuar —Kupópara poder llegar hay que saltar los engranajes o directamente dar un gran salto y planear hacia el saliente — Explicó el Moguri mientras se aferraba a la espalda de Hiro.

—¿Que haces?

—Kupópegarme a tu espalda para que me lleves planeando

—Eres un Moguri ¡Ve volando! — Replicó el aprendiz perruno.

—¡Kupóestoy cansado de dar vueltas buscando un fusible! — Se indignó, no pretendía para nada volar hasta el otro lado, Hiro, consciente de ello usó doble salto y planeo mientras su mascota estaba aferrada a el, sorteando así las extrañas manos que habían en movimiento y pasando por encima de dos grandes engranajes que no parecían servir para nada más que girar, llegando así al siguiente punto de su camino el cual estaba apunto de terminar.

—¡Vamos, Cuernodevaca, no te quedes atrás, da un salto y planea hacia aquí! — Insistió el aprendiz mientras observaba a su nuevo compañero, tenía la opción de hacer lo mismo que Hiro o probar suerte con las extrañas manos y engranajes gigantes giratorios.

[Enix]

El híbrido Aprendiz procedió a presentarse:

—Yo soy el gran Hiro Inukai, hijo del gran Byakko Inukai, seguro que has oído hablar de mi en Tierra de Partida — en realidad no, pero se lo dejé pasar. Sonaba como si pudiera herir su orgullo—. Y el Moguri cabezón y narigudo es MoguDer.

—¡Kupópero bueno! —los dos personajes empezaron a armar bulla, empujándose entre ellos.

—Kupóda igual —tomó aire, e indicó la ruta que teníamos que seguir—Kupópara poder llegar hay que saltar los engranajes o directamente dar un gran salto y planear hacia el saliente —se agarró a la espalda del joven Inukai, recordándome a la forma en la que Luth se subía a mis espaldas.

—¿Que haces?

—Kupópegarme a tu espalda para que me lleves planeando

—Eres un Moguri ¡Ve volando! —protestó Hiro.

—¡Kupóestoy cansado de dar vueltas buscando un fusible! —su queja sonó más que absurda. Los moguris podían volar durante un tiempo indefinido.

Entonces, el Caballero canino usó la habilidad de Doble Salto y a continuación planeó hasta llegar a la siguiente plataforma. Aparentaba dominar bastante bien esa especie de vuelo, pues evitó las manos y ruedas dentadas de engranajes que se movían por la forma.

—¡Vamos, Cuernodevaca, no te quedes atrás, da un salto y planea hacia aquí! —me instó el Aprendiz.

Por desgracia, yo no conocía esa habilidad, así que tuve que arriesgarme. Salté hasta una de las manos que se movían todo el rato por el mismo recorrido. Me quedé colgando del borde, y cuando me acerqué a la plataforma, me balanceé y me solté, logrando alcanzarla por los pelos. A continuación, seguí a Hiro.

—Ya podemos seguir.

[RedXIII]

—Ya podemos seguir.

Su nuevo compañero se había apañado de una forma bastante original y había conseguido llegar al lugar que tan fácilmente había llegado Hiro con un planeo con ingenio, era una cualidad digna de elogio.

El pequeño Moguri prosiguió con su marcha, dando pequeños pasitos hacia su destino, era gracioso ver como zarandeaba todo su cuerpo para poder moverse pero el mestizo siempre se había preguntado el porque de que no volara como los demás Moguris, tal vez su gabardina era engorrosa y no le permitía volar bien y cada vez que sacaba el tema lo desviaba con bromas o tonterías.

—Ya estamos llegando — Dijo —Kupóenseguida estaremos donde te dije.

—Oye, Cuernodevaca —Mientras MoguDer estaba con sus cosas el aprendiz se aproximó a su compañero —¿A ti te susurra tu Llave espada? — Era una pregunta muy extraña pero desde hacía un tiempo el híbrido escuchaba extraños susurros, no sabía si tenía que ver con su durmiente arma o simplemente que se estaba volviendo loco, quería asegurase y a la vez ser lo más discreto posible.

MoguDer llamó la atención de ambos para que le siguieran ya que estaban a punto de llegar a su objetivo. Poco podía imaginarse el inesperado compañero de Hiro lo que iban a encontrar en aquel lugar, una gran maquina que recordaba a un pinball se mostraba ante los tres, luciendo unas grandes y hermosas luces que parpadeaban e iluminaban el tablero, sin duda parecía divertido... y peligroso.

—Kupóbueno, ya hemos llegado al lugar, como prometí — Presumió el pequeño animal mientras lucía su pecho en alto con orgullo —Pero yo no me pienso montar... kupóno soy una pelota.

Hiro, a diferencia de su mascota, ardía en deseos de subirse a aquel extraño cachibache y votar por todas partes como si de una pelota se tratara, desgraciadamente su encuentro fue interrumpido por una pequeña Sombra, era un enemigo inferior, sin importancia prácticamente, del que se podía encargar cualquiera.

—Mira, Cuernodevaca, has hecho un amigo, encárgate de el — Soltó una breve risita y subió por las escaleras, esperando que su nuevo amigo pudiera hacer frente a aquel animal, el Moguri prestaba atención al aprendiz y al Sincorazón, parecía estar algo serio, raro en el.

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Siento haber tardado, se me olvidó postear, luchar contra la Sombra puede ser opcional, es meramente simbólica.

[Enix]

—Ya estamos llegando —anunció el extraño moguri, mientras caminaba (era extraño que no volase, ¿no?) seguía caminando hacia donde demonios estuviéramos yendo—. Kupóenseguida estaremos donde te dije.

—Oye, Cuernodevaca —Este es tonto…—. ¿A ti te susurra tu Llave espada? —¿pero qué me estaba contando este sujeto? No quería resultar desagradable, pero no tenía ni la más mínima idea sobre ello. Tampoco quería mentir, porque el chico parecía un poco dudoso, así que opté por ser sincero:

—No… No sé. Por lo menos aún no. Esto de ser un Aprendiz que viaja entre mundos para ayudar a la gente sigue sonándome demasiado fantasioso, ¿sabes? Bueno, el caso es que no.

Entonces el moguri volvió a llamar nuestra atención, esta vez avisándonos de que ya habíamos llegado. Admiré asombrado la maquinaria que se alzaba ante nosotros. Era como… Un pinball gigante. Si si, como los que se encontraban en las recreativas de Ciudad de Paso, pero apto para un gigante o algo así. De hecho, era como si en donde debiera haber una bola cupiera… Una persona. Miré a mis recientes e inesperados compañeros de fatigas con una ceja alzada. Estaban locos si creían que me iba a meter ahí.

—Kupóbueno, ya hemos llegado al lugar, como prometí —dijo el moguri, ufano. ¿Esa era su cosa de gran valor?—. Pero yo no me pienso montar... kupóno soy una pelota.

La madre que lo parió, el chaval híbrido estaba loco de verdad. Debía de ser un adicto a la adrenalina de esos… Bueno, por probar, ¿qué podía salir mal, no? Avancé un par de pasos hacia la “atracción”, pero inesperadamente hizo aparición una Sombra, un Sincorazón pequeñito. Me puse tenso e invoqué mi Llave. Qué poco me gustaban esas cosas.

—Mira, Cuernodevaca, has hecho un amigo, encárgate de él. —rió Inukai, tranquilo. No parecía tener intención de atacarle, así que avancé hacia la criatura en guardia.

—Podrías poner algo de tu parte, pedazo de vago...

Lancé un Electro al Sincorazón, esperando aturdirlo, para a continuación caer sobre él con un mandoble seguido de un revés lateral. Cuando hube terminado con el ser, acompañé al chico perro en su subida.

[RedXIII]

El sincorazón no tuvo ni la más mínima oportunidad de reaccionar ante el agresivo ataque de Enix, el polvo que surgió cuando fue derrotado desapareció rápidamente dejando hueco a un incómodo silencio, Hiro y MoguDer permanecían observando al aprendiz.

—Vaya, lo hiciste bastante bien, normal mente los nuevos suelen...

Un fuerte ruido interrumpió a Hiro y lo hizo volar de aquella plataforma hacia la pared más cercana, si Enix observaba la situación vería como el pobre aprendiz colgaba de la pared mientras alguien envuelto en sombras y una desgastada capa negra, que cubría todo su cuerpo, apretaba su mano sobre la cabeza del indefenso mestizo.

—¿Q...quien coño... — No podía siquiera terminar la frase, había recibido un fuerte golpe y encima la mano apretaba cada vez más. La respiración del aprendiz cada vez se escuchaba más y el extraño individuo no parecía tener la intención de soltarle.

—Tu castigo ya ha sido decidido, pequeña escoria — Otra mano surgió de debajo de la desgastada capa y mostró una espada rota y oxidada.

—Kupómierda — susurró el alterado Moguri —¡KupóEnics, tenemos que salvarlo, lanza otro Electro junto al mio, yo me encargo de el — Lanzó un Electro con sus muñones esperando que Enix uniera sus fuerzas para poder saltar encima del enemigo, desgraciadamente no estaban solos.

—Espera, quiero ver que hace — Otro extraño encapuchado se apareció al lado de Enix, cogiéndole con fuerza el brazo —Si te portas bien te daré unas chuches — Al igual que el anterior su capa beige desgastada no permitía ver apenas su cuerpo, pero si se fijaba bien podría distinguir una barba de tres días y un pelo rojizo, largo y descuidado que salía tímidamente fuera de la capucha.

Quedaba en manos de Enix decidir si debía o no confiar en aquel desconocido.

[Sombra]

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No se llega a los post mínimos, por lo que no se recibe puntuación.

Red recibe los PX del Moguri (10 PX)
Faltan 8 PX para Nivel 14.