[Ciudad Disney] Algodón de azúcar

[Enix]

Cronología:

Hiro: Trama Villains Vale > Encuentro Algodón de azúcar> Mini Global Data Stream
Enix: Encuentro Cómo conocí a mi puñetera mascota > Encuentro Algodón de azúcar > Mini Global Data Stream





Bajé del Glider en una zona alejada de la actividad de las calles. Ciudad Disney, un mundo conocido por su castillo, su conexión con la magia y sus carreras. Estaba realmente entusiasmado por la visita a aquel mundo, esperaba encontrar cosas interesantes, como ejemplares únicos de libros y comprar algún souvenir, tal vez.

Cavilando sobre todo aquello, llegué a la plaza de la Ciudad. Había gente disfrutando de un helado, otros ciudadanos preferían charlar tranquilamente… El ambiente que se respiraba allí era relajante y, a la vez, invitaba a formar parte de toda esa alegría. Decidí animarme y tomar un poco de algodón de azúcar. Pocas veces tenía el placer de disfrutar de esa delicia dulce en Ciudad de Paso, excepto cuando había alguna feria o fiesta en el mundo, y si los estudios me lo permitían. Así que decidido, me puse a la cola.

[RedXIII]

—¡Eh, comete el tuyo! — Replicó Hiro al ver como MoguDer se aprovechaba de sus descuidos para comerse parte de su algodón de azúcar.

—¡Kupóes culpa suya por llevarse el grande!

—¡Haber pagado tú!


Aquel lugar era bastante pintoresco, demasiado incluso para el gusto del aprendiz, el cual se sentía como si estuviera en el libro infantil de cualquier niño, lleno de animales parlantes y objetos coloridos, era extraño que estuviera allí, si no fuera por una cosa, un motivo el cual le trajo a aquel lugar.

—Pssss, Der ¿Seguro que existe lo que me has dicho aquí? No parece que haya nada similar cerca

—¡Kupósi, lo encontré en uno de mis viajes de casualidad — Susurró el Moguri, como si fuera el mayor secreto que había.

Ambos se acercaron disimuladamente a una de las entradas de las alcantarillas de la plaza para entrar.

[Enix]

Mordí mi merecido premio con golosina, dejándome la cara pringada del azúcar medio endurecido por la saliva. Me relamí. Hacía años ya de la última vez que lo probé, y no recordaba que supiera tan bien… Me planteé pasarme de vez en cuando por el mundo, sólo para tomar aquel dulce manjar. Aunque sólo fuera una vez al mes, como pequeño regalo a mi mismo…

Miré alrededor curioso, para ver cómo era la vida de aquella “gente”. En realidad la mayoría parecían animales bípedos y vestidos (gracias a dios) de forma corriente. Observé entonces un par de individuos que destacaban por encima de los demás habitantes, un chico pelirrojo… ¿Con orejas y cola de perro? Algo extraño, la verdad. Es decir, los habitantes de ese mundo no eran normales ya de por sí, pero aquel era raro entre los raros, por decirlo de algún modo. Además, su vestimenta parecía no encajar en absoluto con la de los demás ciudadanos.

El otro individuo, en cambio, era pequeño y narizotas. En realidad, tenía toda la pinta de un moguri de Tierra de Partida, si no fuera por la gabardina y el pelo negro, por el que sobresalía un pompón como el de las pequeñas criaturas.

Vi como cuhicheaban entre ellos, sin oír nada en absoluto, y después de enredar un poco, se acercaban a una de las tapas de alcantarilla, con aire misterioso y disimulado. Tras eso, entraron sin que nadie, excepto yo, se diera cuenta:

—¿Que coño tramarán esos dos?

Me acerque trotando ligeramente, intentando no llamar mucho la atención. Sería mejor asegurarse de que no la liaban mucho, así que me adentré tras ellos, cerrando la tapa del alcantarillado tras de mí.

[RedXIII]

Poco se esperaba el aprendiz el panorama limpio y extraño que había allí abajo ¿Era una alcantarilla? No lo parecía, era totalmente distinto a los túneles subterráneos que había en Villa Crepúsculo.

El Moguri se dirigió hacia adelante e incitó al aprendiz para que le siguiera hasta que empezó a escuchar unos pasos que venían de detrás suyo, alguien les había estado siguiendo al parecer.

—¿Y tu quien eres? — Preguntó Hiro al ver a aquel chico rubio en aquel lugar, tal vez las alcantarillas de aquella ciudad tenían otro significado y la gente pasaba por ellas como túneles u algo.

[Enix]

Las alcantarillas parecían más limpias de lo normal, casi impolutas, cuando deberían estar pringadas de… Bueno, de cosas que era mejor no pensar en ellas, así que agradecí que fueran así.

Entonces corrí a esconderme sigilosamente en una de las esquinas, pero tropecé con algo de metal. Maldije mi suerte por no llevar a Luth, el volaría sin hacer ruido. Los extraños se percataron de mi presencia, y el pelirrojo me preguntó:

—¿Y tu quién eres? —su tono sonaba un poco extrañado.

—Soy, eh… Oswaldo Cuernavaca —dije el primer nombre que se me ocurrió, que aparecía en el último libro que había leído—He bajado aquí porque vosotros… Bueno, ¿quiénes sois vosotros, y qué os trae por aquí abajo?

[RedXIII]

—Soy, eh… Oswaldo Cuernavaca. He bajado aquí porque vosotros… Bueno, ¿quiénes sois vosotros, y qué os trae por aquí abajo?

Hiro y MoguDer se miraron unos segundos, una sonrisa macabra y siniestra surgía en sus rostros.

—Ay, mi pequeño y desdichado Cuernodevaca — Dijo con un pequeño lamento —¿Que hacemos aquí abajo? Bueno, buscamos... Cierta cosa gigante

—Kupócierto, hemos venido para encontrar un objeto de gran tamaño y valor — Añadió el Moguri soltando una breve risita.

El aprendiz y su compañero decidieron ver a su nuevo amigo como si no fuera una amenaza, dejándolo allí a su suerte, haciendo lo que quisiera que estuviera haciendo, y caminaron hasta encontrar una gran pared, la cual no podían saltar, era demasiado alta ¿Como se suponía que iba a subir hasta allí arriba? Al parecer MoguDer tenía la solución pero no tenía la más mínima intención de decirlo.

A su lado había una especie de generador eléctrico.

[Enix]

La cara que pusieron ambos personajes de complicidad no me inspiró ninguna confianza. Dudaba que el pequeñajo moguri fuera a ser un problema si la cosa se ponía fea, pero el otro podía llegar incluso a ser peligroso. Parecía algo mayor que yo, y más alto también, aunque ninguno parecía tener ganas de armar bronca.

—Ay, mi pequeño y desdichado Cuernodevaca —usó un tono ligeramente sarcástico y triste a la vez—¿Qué hacemos aquí abajo? Bueno, buscamos... Cierta cosa gigante

—Kupócierto, hemos venido para encontrar un objeto de gran tamaño y valor —confirmó el moguri, travieso. Tras esta misteriosa afirmación, se dieron media vuelta y siguieron caminando.

—¿De gran valor, dices? ¿Y qué cosa es esa? —me apresuré en seguirles hasta un generador eléctrico que yacía apoyado en una pared. Aproveché el papel que había creado para parecer ingenuo— Pues no os voy a quitar el ojo de encima. ¡Yo también quiero esa cosa!

[Soul Artist]

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—¡Kupóooo! ¡No entiendo cómo va esto!

Cuando Hiro y Enix llegaron al generador eléctrico se dieron cuenta de que no estaban solos. Un moguri de voz afeminada (¿quizás una hembra?) trasteaba con este, el cual había dejado de moverse. La bombilla que habitualmente marcaba la señal de que estaba trabajando estaba apagada; y sin ello, no habría luz en toda la ciudad pronto, si no se habían apagado ya las luces.

—¡Kupóooo! ¡Sólo si conociese un hechizo eléctrico...!

Pero desgraciadamente, la criautra no conocía ninguno. Su gran líder Mog, de Tierra de Partida, sólo le había enseñado Aero: útil para protegerse de hechizos, pero inservible para hacer andar generadores.

[RedXIII]

—¡Kupóooo! ¡No entiendo cómo va esto!

Un Moguri con una extraña voz estaba en el lugar, parecía estar mirando el Generador que había en la pared, el cual parecía estropeado.

—¡Kupóooo! ¡Sólo si conociese un hechizo eléctrico...!

—Kupóyo a ti te conozco... — Dijo el Moguri mientras observaba detenidamente al Moguri —Eres uno de los Moguris de Mog ¿Verdad?

—Bueno, pues si es amigo tuyo intentemos ayudarle ¿Que necesitas un electro? — Preguntó al Moguri —MoguDer y yo tenemos de eso, dinos donde y lo lanzaremos

El aprendiz lanzaría el electro a donde el Moguri quisiera y si hacia falta MoguDer también.


—Cuernodevaca, apártate por si acaso.

[Enix]

—¡Kupóooo! ¡No entiendo cómo va esto!

Una vocecilla que sonaba un poco femenina nos distrajo de la conversación. ¿Otro moguri por el lugar? Este parecía intentar poner en marcha el generador, y al no conseguirlo, se había frustrado y se había puesto a gritar.

—¡Kupóooo! ¡Sólo si conociese un hechizo eléctrico...!

—Kupóyo a ti te conozco... —le preguntó el moguri de la gabardina al que intentaba hacer algo con el generador—Eres uno de los Moguris de Mog ¿Verdad?

¿Mog? ¿Uno de los moguris de Tierra de Partida? Entonces, ¿el chico perro era un Aprendiz como yo? Debía de serlo si lo conocía.

—Bueno, pues si es amigo tuyo intentemos ayudarle ¿Que necesitas un electro? MoguDer y yo tenemos de eso, dinos donde y lo lanzaremos

Sabía magia. No mucha gente conocía de ella (al menos, la magia de verdad), y aún menos sabían hacerla.

—Cuernodevaca, apártate por si acaso.

—No hace falta, yo también lanzaré un Electro si es necesario. Al fin y al cabo, todos los que somos de Tierra de Partida sabemos hacer magia, ¿no? Mi nombre de verdad es Enix, ¿cómo os llamáis?

A continuación, lancé un Electro sobre el generador.

[Soul Artist]

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—¡Kupóooo! ¡Pero qué hacéis, so merluzos!

Lanzar un Electro podía arreglar la máquina, en efecto. El hechizo de Hiro logró que esta funcionara de forma normal, recuperando su movimiento y sus energías; sin embargo, cuando Enix intervino para invocar su propia versión de la magia, la máquina comenzó a dar problemas. Su maquinaria comenzó a moverse a una velocidad mucho mayor y, en consecuencia, terminó por soltar chispas para dejar de funcionar mientras soltaba humor.

El moguri se lanzó a abrazarse a la máquina y lloró encima de esta, triste por la monstruosidad que habían hecho aquellos extraños. ¡Monstruos! ¡Desgraciados! ¡Habían roto el pobre e inocente generador!

—¡Tenéis que arreglarlo! ¡Estúpidos

[RedXIII]

—¡Kupóooo! ¡Pero qué hacéis, so merluzos!

Al parecer el lanzar dos electros a la vez no había sido una buena idea, quien lo diría siendo un generador tan grande.

El Moguri parecía tenerle mucho cariño al aparato recién estropeado ¿Tan importante era aquel generador para el?

—¡Tenéis que arreglarlo! ¡Estúpidos

>>¡Tienes que arreglarlo!

Una frase y una imagen vinieron a la cabeza del aprendiz al escuchar aquel grito del Moguri, no pudo evitar acordarse de un hecho parecido a aquel.

—Lo siento, no debía haber lanzado el Electro — Se excusó el aprendiz mientras se acercaba al generador y abría la compuerta, llena de cables y extrañas cosas que a cualquiera le resultarían raras.

—Mi tio Gendo me enseño algo de estas cosas por un incidente cuando era pequeño — Charlaba mientras movía y apartaba cables y cables —Normalmente estas cosas tienen fusibles para evitar que en sistema... — Calló al encontrarlo y ver el mal estado en el que estaba, estaba prácticamente inservible, al igual que el cable que lo unía con la alimentación, debían cambiar ambos o conectarlo directamente a la alimentación, pero así correría el riesgo de que el Generador se estropeara completamente si sufría otra descarga exagerada.

—Cuernodevaca, me parece que aquí al lado hay una pista de carreras, pregunta a ver si alguien tiene un fusible o un vehículo, con uno de esos serviría — si no a las malas podía usar su comunicador y desmontarlo para usar el pequeño fusible que llevaba.

—Tu, MoguDer, sube a la plaza y pregunta si alguien sabe como va el Generador, seguramente el si tenga recambios

El Moguri salió disparado y salió de la alcantarilla.

—¡¿Kupóquien es el encargado del Generador?! — Gritó, esperando a que correspondiera a la llamada.

[Enix]

—¡Kupóooo! ¡Pero qué hacéis, so merluzos!

Los dos Electros lanzado habían sido demasiado, y parecía haberse sobrecargado. El moguri se había frustrado mucho. Yo seguía preguntándome para qué querría el pequeño cabezón utilizarlo.

—¡Tenéis que arreglarlo! ¡Estúpidos

—Lo siento, no debía haber lanzado el Electro —se excusó el híbrido.

—Mis disculpas, moguri. Chico perro, ¿tu sabes algo de mecánica?

—Mi tio Gendo me enseño algo de estas cosas por un incidente cuando era pequeño —el joven abrió la puerta del generador, y empezó a juguetear con los componentes— .Normalmente estas cosas tienen fusibles para evitar que en sistema... —calló de golpe, al encontrar en mal estado el fusible que saltaba para evitar que el sistema se sobrecargase demasiado.

—Cuernodevaca, me parece que aquí al lado hay una pista de carreras, pregunta a ver si alguien tiene un fusible o un vehículo, con uno de esos serviría. Tu, MoguDer, sube a la plaza y pregunta si alguien sabe como va el Generador, seguramente el si tenga recambios

El Moguri salió raudo como una flecha hacia el exterior, y oí unos gritos ininteligibles desde dentro.

—Deja de llamarme Cuernodevaca, ya te he dicho que me llamo Enix. Y si lo que necesitas es un fusible... —saqué mi teléfono móvil, le quité la tapa y se lo tendí— Bueno, se supone que todos los aparatos electrónicos y eléctrico tienen uno, ¿no? Devuélvemelo cuando acabes.

Me senté a su lado, mirando como el joven híbrido arreglaba aquello.

[Soul Artist]

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—¡Kupóooo! ¡Lo habéis arreglado!

Gracias a lo que hubiera hecho el móvil de Enix (¿servir como fusible? ¿Eso funcionaba?), la gran maquinaria volvió a funcionar. El moguri revoloteó por la sala, feliz como una perdiz, al ver que empezaba a comprender mejor aquellas extrañas máquinas.

—¡El generador vuelve a funcionar! ¡Ahora volveré a Tierra de Partida y me lo pasaré bomba en la sala de máquinas!

Y así, el moguri se fue. A partir de aquel día, muchos de los móviles de los aprendices del bando de la luz desaparecerían en extrañas circunstancias, además de que sufrirían misteriosos recortes de energía en mitad de sus duchas o en plenas partidas online en las que fueran ganando.

[RedXIII]

Cortar, encajar, retorcer, electrocutarse... el trabajo del aprendiz sobre la máquina había terminado, y no fue menos su alegría al ver que su chapuza había funcionado.

—¡Kupóooo! ¡Lo habéis arreglado!

El comunicador del aprendiz perruno tenía tan poca potencia que no habría servido usar el fusible que contenía dentro, y MoguDer no se habría prestado a dejarle su móvil, al ser de edición limitada, la aportación de Enix fue clave para poder arreglarlo.

—¡El generador vuelve a funcionar! ¡Ahora volveré a Tierra de Partida y me lo pasaré bomba en la sala de máquinas!

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Hiro en ver como el Moguri se alejaba del lugar para volver a Tierra de Partida.

—Ah... el otro se ha ido arriba, a saber que esta haciendo — Sacó una bala de su bolsillo y la pegó a su boca, soplando con fuerza, en pocos segundos apareció de nuevo MoguDer, que había escuchado el silbato bala.

—Kupóveo que lo habéis arreglado, por fin podemos ir hasta allí — Comentó el Moguri mientras se subía a una gigante rueda de engranaje —Kupóvamos, subid antes de que os deje debajo

Hiro hizo caso a su Moguri y se subió a la rueda, si Enix les seguía vería como el engranaje subía, dando lugar a más engranajes que llegaban hasta el saliente que daba a la siguiente sala.