[Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Misión de Ragun, Alec Ocus, Ban Oswald y Saeko

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Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Soul Artist » Mar Jul 08, 2014 12:42 am

Nombre: El ninja de las sombras
Solicitante: Chi-Fu
Descripción:
¡Necesitamos ayuda! Esos malditos japoneses han acudido a atacar al Emperador y han enviado a una criatura blanca y morada a por él. Deambula por la Ciudad Imperial a sus anchas y le gusta recorrer los callejones oscuros y los tejados de la gente. Es silencioso como nadie, y veloz como el viento. ¡Detenedle, por favor!
Mundo: Tierra de Dragones
Requisitos:
- 2-4 participante(s)
Notas:
- El Game Master entrará a participar en la misión hasta dos veces: el momento en el que localicéis al objetivo y cuando paséis a enfrentaros a él.
- La misión se separa en tres partes: búsqueda, persecución y batalla. Podéis poner trampas durante la búsqueda, pero si en la persecución el objetivo logra escapar, perderéis la misión.
- Se aconseja velocidad y elasticidad para esta misión.
- El objetivo es de Nivel 20-25.
Recompensa:
* Anillo Prisa [Velocidad +2]
* Pringue de flan [Velocidad +1, Reflejos +1, Elasticidad +1]
* 5000 platines

- Anotación: sólo se otorgará uno de cada uno de los accesorios, y los platines deberán repartirse entre el grupo como lo vean justo.
Interesados: Ragun, Alec Ocus, Ban Oswald, Saeko
EN PROCESO


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Un ninja existe en las sombras; es la oscuridad, el silencio, la letalidad. Nunca es encontrado, nunca revela su identidad. Sólo vive con un objetivo: cumplir con su honor.

La figura oculta por la oscuridad de la noche recordó aquellas palabras dentro de su mente. Contempló los dos anillos con los que había sido provisto para aquella misión y los contempló en silencio, pensando en cómo proceder. Llevaba días investigando la Ciudad Imperial, pensando en cómo proceder y cumplir con su objetivo.

Aquella sería la noche. Cumpliría con su misión: acabaría con la vida de aquel a quien le habían asignado. Fijó su mirada en el palacio del Emperador, en pleno centro de la ciudad, cuyos gigantescos muros aislaban las miradas curiosas del interior.

Vencería, o moriría con honor.

* * *

Cuatro aprendices de Bastión Hueco y sus mascotas (si habían acudido con ellas) llegaron a la entrada de la Ciudad Imperial. Tenían una misión con la que cumplir: salvar la misión del Emperador de manos de un misterioso asesino que vagaba por la ciudad por las noches. Era curioso cómo había cambiado el trato con aquel mundo por parte de su bando tras la traición de Andrei: estaban allí para intentar no enemistarse más con los chinos también, y no debían olvidarlo.

Las casas de China eran individuales, aunque sus tejados eran fáciles de alcanzar de uno a otro con un salto. El problema era escalarlos: todos eran ellos de dos pisos de altura, y un simple Doble salto no era suficiente para llegar hasta el tejado. Les tocaría escalar, pero necesitarían un mínimo de elasticidad para ello; quince puntos, si se pudiese medir así.

En pleno centro de la ciudad, por otra parte, se encontraba el famoso palacio imperial. Seguramente el asesino intentase ir allí en algún momento, así que debían tener aquello en mente. Pero si intentaban entrar se encontrarían con muros que no podían escalar y guardias salvaguardando la única entrada con extrema cautela.

El camino hasta el palacio era una gran vía de doble sentido, pensada para establecer algunos comercios y el transporte de carretas. En el centro de la vía había árboles de vez en cuando, y a los lados, algunas lámparas de aceite encendidas que iluminaban toda la calle, apenas sin actividad a aquellas altas horas de la noche.

Era hora de buscar.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Sombra » Vie Jul 11, 2014 2:30 am

Todo listo —suspiré cuando acabé de preparar todo para irme. Esta vez no iría solo a otro mundo, ni se trataba de algún tipo de tarea con Maestros sino de una Misión en toda regla que nos habían encomendado en el Gremio.

Sorprendentemente, Nyx había decidido acompañarme en esta ocasión por lo que el lobo esperaba impaciente a que abriese la puerta de la habitación. Estiré mi brazo izquierdo al que aún no estaba del todo acostumbrado y lo vendé de manera que fuese imposible verlo. No me hice de rogar, abandoné mi habitación y me dirigí al vestíbulo donde había quedado con los otros aprendices con quienes iría a Tierra de Dragones para cazar a aquel ninja.

Como de costumbre, Bastión Hueco parecía vacío y solo podía escucharse el lejano eco de los pasos apresurados de algún que otro aprendiz que se dirigía a entrenar con su Maestra. Finalmente llegué al vestíbulo, no había ninguna persona a simple vista, por lo que decidí sentarme al borde de la fuente que se situaba entre las escaleras. Aquel lugar me traía muchos recuerdos, todavía podía ver aquel combate contra Wix cuando todavía pertenecía a Tierra de Partida. Que idiota era en aquel entonces.

Pasé una mano sobre el costado del animal haciendo que soltase unos suaves gruñidos indicando que le gustaba que le acariciasen.

Nyx, en esta misión vas a ser muy útil. Con tu sentido del olfato acabaremos con él enseguida —sonreí agradecido.

Tan solo faltaba que llegase la caballería y podríamos marchar sin más.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Tsuna » Dom Jul 13, 2014 2:28 am

Terminé de prepararme apresurada frente al espejo del baño. Pese a ser una misión de caza y combate, quería estar lo más presentable posible, ni de coña salía yo de mi habitación con mis pelos mañaneros. ¡Ni pensarlo! Cogí finalmente mi equipamiento y abrí la puerta, un poco nerviosa.

Vamos.

Supuse que Gengar me seguiría desde donde estuviese, así que no miré hacia atrás y cerré la puerta con un pelín de fuerza, dando un leve portazo. Me quejé por lo bajo por mi descuido y sin darle mayor importancia, me apresuré a ir al vestíbulo del castillo. Allí habíamos quedado, al parecer, para empezar con nuestra misión.

Mientras recorría los oscuros pasillos, comencé a cavilar. Mi última misión en Tierra de Dragones con Saito había resultado muy extraña, sobre todo porque no recordaba el final de esta. Veía todo con claridad en mi mente: cómo habíamos partido desde el propio vestíbulo, cómo aterrizábamos en el bosque de las plantas extrañas, cómo asesinaba a aquel hombre, y cómo comenzaba el combate contra un chico que no recordaba bien, de rasgos difuminados. A partir de ahí era una página en blanco, y todavía seguía sin saber lo que había ocurrido.

Supuse que no me quedaba más remedio que resignarme y seguir para adelante como pudiese. Esta vez sí pensaba cumplir mi misión en aquel mundo, que me había llamado sobre todo por la recompensa —unos objetos muy interesantes— y los requisitos: Velocidad y Elasticidad. Yo sabía que gozaba de gran rapidez, era muy veloz pese a mi peculiar delantera, que muchas veces más que ayudar me entorpecía en ciertas acciones, sin embargo, no era tan buena moviéndome por el terreno. Confiaba en que el resto de compañeros pudiesen pulir mis puntos débiles. De Ragun estaba segurísima, tenía la certeza que él sí me superaba en todo; yo hasta lo consideraba un aprendiz prodigio. De los otros dos, ni idea.

Pues he llegado a tiempo…


Una vez pisé el vestíbulo por la entrada superior, sobre la fuente, comprobé que el único que había llegado era Ragun junto con su mascota, un gran lobo. Como era de esperar, por supuesto. Me crucé de brazos y bajé por las escaleras de mi izquierda, las opuestas a las del lado que llevaba a la biblioteca; a mi pequeño santuario.

Ragun… —le comenté, a modo de saludo, una vez estuve frente a él, mostrando también una brevísima sonrisa

Me llevé la mano derecha a un bolsillo de mi vestido, donde tenía el cartel de la misión; comprobante de que yo estaba allí por esta. Lo mostré, bastante arrugado y lo volví a hacer una bola de papel.

Yo estoy preparada. —le advertí, para que supiese que por mi parte no habría problemas y saldría cuanto antes

Faltaba esperar por los otros dos: un tal Alec Ocus y un tal Ban Oswald. Ni me sonaban, y si alguna vez había escuchado sus nombres, pues se me habían olvidado por completo. Solo esperaba que no fuesen una carga. Tampoco quería quedarme allí de pie, por lo que me senté en los primeros escalones por los que había bajado y me volví a cruzar de brazos. No quería hacer de la espera un silencio incómodo, por lo que entablé conversación con Ragun.

Dime, ¿cómo te va todo?

Y también tenía curiosidad por saber cómo le iba a mi compañero, a fin de cuentas, merecía todos mis respetos por sus grandes habilidades y teníamos a la misma maestra.
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Ronda #1 - El ninja de las sombras

Notapor Astro » Mar Jul 15, 2014 12:53 am

Cerré el libro con fuerza, comprobando la hora en la pantalla de mi móvil. Era la hora de reunirme con mis compañeros de misión, y si no salía pronto de la biblioteca llegaría tarde.

Estúpida misión. No tenía ninguna gana de ir a un mundo de bárbaros para capturar a un ninja de poca monta. Y lo más gracioso de todo era que, prácticamente, estaba obligado a ir.

Culpa de Wix. Durante uno de los entrenamientos con mi nueva maestra, se me había escapado en voz alta que me aburría. Como respuesta, la guardiana me arrastró hasta el Gremio para que me apuntara a la misión más peligrosa que encontró. "Aprendería de la experiencia o moriría en el intento", o algo así me intentaba enseñar. Menuda gracia. Ni siquiera sabía quiénes eran mis compañeros.

Tras comprobar que llevaba lo necesario para el viaje encima (había bajado ya preparado), dejé el libro en su sitio y salí de la biblioteca. Nada más pisar el corredor, pude escuchar un par de voces. Los demás participantes esperaban.

No te has resistido a una misión como esta, ¿eh?

Ragun fue al primero que vi, sentado en la fuente del vestíbulo junto a un lobo negro. Su mascota, supuse. Y, desde luego, su presencia era bastante tranquilizadora: podría hacer turismo tranquilamente mientras el musculitos le daba una paliza al ninja. Eso, si no la cagaba nada más aterrizar, claro.

A su lado, una chica joven de pelo violeta hablaba con él. Me sonaba de haberla visto por los pasillos, e incluso recordaba su comentario el día del secuestro en la Red, pero nunca había hablado directamente con ella.

No sabía que tuvieras un chucho —le comenté a Ragun, una vez bajadas las escaleras y reuniéndome con ellos—. Más te vale que no tenga pulgas.

Dirigí entonces mi atención hacia la chica, examinándola de arriba abajo descaradamente. Si mi memoria no me fallaba, durante la crisis de Ricitos de Oro se había mostrado muy leal a los Maestros pese a su ineptitud.

Oswald —me presenté, extendiendo la mano—. Incorpóreo. ¿Y tú eres...?

»Espero que alguno tenga una nave gumi. Ando escaso de glider.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor LightHelco » Mar Jul 15, 2014 6:55 pm

Miré el reloj de la habitación tras salir de la ducha para comprobar si iba bien de tiempo. Me había levantado bastante temprano aquel día debido a que iba a ser mi primera misión para Bastión y debido a ello me encontraba algo nervioso y muy vigilante de que no se me pasara la hora por nada del mundo, no quería empezar dando la peor impresión posible a los aprendices y Maestros del lugar.

Pasandome la toalla por el pelo, fui directo al armario para buscar una camisa que ponerme cuando escuché a mi espalda una bocinita. Me di la vuelta encontrando así a Ilana intentando meter uno de sus juguetes en la bolsa para el viaje. La gatita me miró con ojitos de cachorro para conseguir ablandarme y poder llevarse su juguete, pero mi respuesta fue bastante cortante y rápida y es que la toalla que tenía en la mano acabó volando de un lado a otro de la habitación cayendo sobre la cara de la felina y haciéndola alejarse de la bolsa.

Ya te dije ayer que no íbamos a llevarnos ningún juguete —le recordé agachándome para recoger el ratoncito de plástico —. Y menos uno que haga tanto ruido.

Le lancé de vuelta el ratoncito y me volví para seguir preparándome escuchando únicamente un bufido por parte de Ilana. Me quedé un rato mirando el armario sin saber realmente que coger, me había informado un poco del mundo al que íbamos a ir, pero no había tenido tiempo para poder hacerme con ropa que casara con la moda del lugar. Cogí sin pensármelo mucho la chaqueta que había estado llevando normalmente durante mi estancia en Tierra de Partida y cuando lo hice no pude impedir recordar a los compañeros que había dejado allí, los que casi había considerado amigos… gente en la que pude confiar sin miedo a ser traicionado.

Todos los días me preguntó si elegí lo correcto… ¿Qué pasara cuando los encuentre en el campo de batalla? ¿Seré capaz de hacerles daño?

¿Miau?

Viré la cabeza para ver a Ilana mirándome con cara preocupada, incluso intentaba ver que me pasaba mediante el enlace. Sonreí para que dejara de preocuparse y guardé la ropa en el armario junto a todos los recuerdos que tenía de mis dos años en Tierra de Partida.

***


Vale, este castillo es un maldito laberinto —comenté en alto buscando la forma de llegar hasta el vestíbulo donde se suponía que habíamos quedado —. Ya podrían haber puesto carteles para que los nuevos aprendices no se pierdan, ¿no lo crees así, Ilana?

La gatita no respondió a mi pregunta, simplemente decidió seguir buscando algún olor conocido que la llevase hasta nuestro destino, pero entre que nunca se había cruzado con Ragun ni tampoco conocíamos a los otros dos aprendices, iba a ser difícil usar el truco del olfato para orientarnos.

Si al menos hubiese alguien a quien preguntar…

Un salto hacia atrás por parte de la felina hizo que me fijase en ella ya que al instante su cola y orejas se tensaron a la vez que todo su pelaje se le erizaba, casi pensaba que tenía un erizo de mascota. Me acerqué a ella y la acaricié para que se relajara a la vez que abría el enlace para ver que ocurría. Tonto fui al usarlo, ya que al instante todo mi cuerpo se petrifico por un miedo absoluto hacia… ¿perros? ¿En el castillo?

Tiene que ser la mascota de alguien —supuse sonriente —. Ilana, tienes que seguir el rastro de ese canido, se que aun te dan bastante miedo, pero como no lo hagas vamos a llegar tarde a la misión.

La gatita me miró con los ojos llorosos, pero tras varios segundos empezó a correr en una dirección. No perdí el tiempo y la seguí hasta llegar a una sala bastante oscura y rodeada de columnas. En el centro de esta había una pequeña fuente en donde se habían reunido varios aprendices, una especie de criatura morada y el canido que había localizado Ilana. El grupo se encontraba en un piso inferior al que había entrado yo, por lo que bajé las escaleras haciendo algo de ruido para que supieran de mi llegada.

Hola, siento el retraso, aun no conozco bien el castillo y se hace algo laberintico —me disculpé llegando hasta ellos y recolocándome el sombrero y la pequeña pluma que lo adornaba —. Supongo que debería presentarme ya que a la mayoría no os conozco, soy Alec Ocus, encantado y me alegro de volver a verte Ragun —me fijé un segundo en que el canido estaba junto a él y añadí: —. Bonito, lobo, creo que se va a llevar bien con mi gata.

Ni sentí las uñas que se clavaron con fuerza en aquel momento en mi pierna, ni una sola punzada de dolor.

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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Sombra » Mar Jul 15, 2014 9:06 pm

No pasó demasiado tiempo hasta que escuché unas pisadas bajando por las escaleras y acercándose hacia mi posición. Al girar la cabeza me encontré con Saeko, con quien ya había trabajado en un par de ocasiones.

Ragun… —saludó con su usual seriedad, aunque ésta vez mostrando una breve sonrisa.

Buenos días, Saeko —respondí mientras ella me mostraba el papel de la misión que parecía llevar en su bolsillo.

Yo estoy preparada. —informó.

Entonces en cuanto lleguen Alec y Oswald podremos marcharnos —comenté más para mí mismo que para ella, aunque lo hubiese dicho en voz alta.

Pensándolo bien, a penas sabía que clase de poderes podían poseer ellos dos. Había comprobado con Saeko su especialidad gracias a las veces en las que habíamos entrenado y trabajado juntos, pero a Alec a penas lo conocía y Oswald... Era un completo novato, sus poderes no se habían desarrollado lo suficiente como para que pudiese saber que tipo de guerrero sería y lo que le hacía más impredecible era que no podía blandir su Llave Espada por lo que tenía entendido. Wix lo había dicho cuando nos enfrentamos a ella dos años atrás: Los incorpóreos perdían la capacidad de utilizar la legendaria espada.

Dime, ¿cómo te va todo? —preguntó de golpe Saeko rompiendo el hielo. Abrí con extrañeza ante aquel repentino interés, al fin y al cabo siempre había visto a la aprendiza como una chica fría como un témpano de hielo que solo estaba interesada en cumplir las misiones que le diesen.

Bien, supongo —me rasqué la cabeza—. Todavía me cuesta un poco manejarme con mi brazo izquierdo debido a aquella lesión, pero al menos puedo utilizarlo otra vez —bueno, lesión era la forma bonita de llamarle a haber perdido un brazo—. ¿Qué hay de ti? Veo que Gengar y tú estáis bien, pero hace bastante tiempo que no entrenamos juntos.

Escuché la respuesta de Saeko, pero no hubo más tiempo para hablar ya que otro más de los integrantes de la misión había llegado al vestíbulo. Ban Oswald, uno de los incorpóreos de Bastión Hueco empezó a descender por las escaleras sin prisa pero sin pausa con una serenidad y tranquilidad casi... inhumano.

No te has resistido a una misión como esta, ¿eh? —estuve seguro de que se refería a mí en aquel momento.

Son la clase de misiones que me gustan, ya sabes —sonreí al muchacho que se acercaba a nosotros—. Además dan una buena recompensa.

No sabía que tuvieras un chucho —señaló en cuanto hubo acabado de bajar las escaleras—. Más te vale que no tenga pulgas.

Descuida, es más limpio que muchos humanos.

Ban se giró, ésta vez hacia Saeko a quien observó dándole completamente igual si eso la hacía sentir o no incómoda antes de ofrecerle su mano para presentarse. La verdad, es que a pesar de que el aprendiz ahora era un incorpóreo y que se notaban los cambios en él en cuanto a su personalidad cualquier persona que le viese no sospecharía que no era un humano, su forma de expresarse y hablar eran demasiado reales. Tal vez era un poco arrogante, pero no era algo que llegase a resultar extraño. ¿De verdad no sentía absolutamente nada? ¿Entonces que le impulsaba a seguir vivo? ¿Por qué era capaz de socializar y comportarse como una persona normal?

Espero que alguno tenga una nave gumi. Ando escaso de glider.

Por eso no te preocupes, en mi nave hay sitio de sobra para todos si hace falta —ofrecí tras el pedido del aprendiz de Wix—. A no ser que prefieras compartir cápsula de mascota con Nyx, claro —bromeé obteniendo un gruñido de enfado por parte del lobo al que no parecía hacerle mucha gracia aquello.

Hola, siento el retraso, aun no conozco bien el castillo y se hace algo laberintico.

Una voz conocida se escuchó desde la primera planta del Hall. Alec Ocus, ataviado en un elegante traje azul a juego con un sombrero de copa del mismo color descendió con paso ligero y algo apurado, a su lado una pequeña gata negra caminaba no muy lejos mirando con algo de incomodidad a Nyx.

Supongo que debería presentarme ya que a la mayoría no os conozco, soy Alec Ocus, encantado y me alegro de volver a verte Ragun —saludó tras presentarse a lo que respondí haciendo un gesto amistoso con la mano—. Bonito, lobo, creo que se va a llevar bien con mi gata.

Pues no parece muy contenta —dije divertido por la reacción de la gata, quien clavó sus uñas en la pierna del aprendiz—. Bueno, pues... Si ya estamos todos podemos ir saliendo para allí, ¿no? Los que queráis ir en mi nave gumi sois bien recibidos.

Con eso dicho, Nyx y yo empezamos a caminar hacia el exterior. Empujé el enorme portón haciendo que una brisa fría hiciese que un escalofrío recorriese todo mi cuerpo. Con mi brazo "nuevo" empecé a trastear en el aparato que llevaba en mi muñeca derecha que activaba el control del teletransporte de la nave. Al momento, una luz azulada nos envolvió a mí y a los que habían decidido venir conmigo llevándonos al interior de mi nave.

En cuanto todos se hubiesen acomodado (si es que alguien había decidido venir conmigo) me senté en el asiento de piloto al cual ya estaba más que acostumbrado y cogí el control de la nave accionando la palanca de aceleración para mover el aparato. El viaje transcurriría sin incidente alguno y no mucho después acabaríamos llegando a China, el lugar donde tendríamos que dar caza a aquel ninja.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Tsuna » Jue Jul 17, 2014 4:20 am

Escuché atentamente la respuesta de Ragun, con la mirada perdida en la alfombra. Algo había escuchado de la herida que sufrió mi compañero en su brazo, pero no sabía los detalles, que tampoco me importaban en gran medida. Me preguntó esta vez a mí y me recordó el tiempo que llevábamos sin vernos; cuan cierto era. Medité unos instantes mi respuesta, sin saber bien qué contestarle, hasta que pasados unos segundos le respondí lo que mejor me pareció:

Pues bien… Viendo cómo pasan los días.

Gengar surgió del piso y se sentó a mi lado sin decir nada, mientras yo le seguí con la vista, de reojo, mas alguien que no conocía entró en escena. Un chico joven, por sus rasgos, de cabello rubio y gabardina marrón. Me sonaba de haberlo visto en el incidente de La Red, pero aparte de eso, no sabía nada sobre él.

El nuevo muchacho y Ragun comenzaron a hablar de sus cosas, situación que me dio a entender que ya se conocían de antemano, y yo, mientras tanto, no pensé en otra cosa que acariciar la cabecita de Gengar, aburrida. En ese momento escuché cómo se dirigía esta vez a mí y me extendía la mano; Oswald era su nombre, la primera vez que lo escuchaba. No lo rechacé, sino que aproveché más bien para estrecharle la mano y levantarme. Decidí darle mi nombre sin problemas mayores.

Saeko.

Otra cosa que llamó mi curiosidad fue la palabra “Incorpóreo”, según tenía entendido por los maestros, eran seres que carecían de corazón o algo por el estilo; la explicación me había resultado confusa. Igualmente, me asustó un poco la idea de tener algo así como compañero, por lo que, sorprendida todavía, lo analicé de arriba a abajo. ¡Pero parecía una persona normal!

Ante su petición de ir en Nave Gumi, solo pude reír por lo bajo, porque se hacía evidente que yo no tenía. Y sin pensarlo mucho, como un acto reflejo y apoyada en mi cadera, respondí a sus palabras, dando un gesto con mi mano derecha para ilustrarme mejor:

¡Ojalá fuese millonaria!

Finalmente hizo acto de presencia el último miembro del equipo, y quedé gratamente sorprendida al verlo: fue el mismo que atacó al maestro Andrei dejándolo como un zombie. No obstante, me maravilló mucho su vestimenta, parecía al menos tener buen gusto, no como mis otros dos compañeros. Tras unas breves palabras en las que me sentí un poco al margen y donde preferí mantenerme apartada, Ragun ofreció ir en su nave gumi, y yo por supuesto no iba a rechazarlo. Ni loca iba yo a enfrentarme a los peligros del intersticio pudiendo ir bien cómoda en un sillón.

Pues vamos; estamos tardando.

Al salir pude sentir en mi piel la gélida brisa de mi hogar, aquella a la que me había acostumbrado tras dos años viviendo allí. Me quedé quieta, inmóvil, esperando a que Ragun terminara de trastear con su aparato —con el que sospechaba que controlaba la nave— y una luz azul me envolvió por completo. Al abrir los ojos y recuperar la conciencia, me hallaba asombrosamente en el interior de una nave cuya superficie parecía bastante dura. Di un par de pisotones para corroborar mis pensamientos.

Seguí a Ragun hasta los asientos y me acomodé, abrochándome el cinturón y cruzando mis piernas mientras trasteaba con mi móvil: ningún mensaje nuevo. El piloto —que todavía me sorprendía ver a Ragun pilotando una nave— comenzó a poner en marcha el vehículo, consiguiendo que me pusiese nerviosa. La primera vez que había viajado en Nave Gumi fue gracias a Saxor, que en Ciudad de Paso me invitó a volver a Bastión Hueco, pero me encontraba tan fatigada y destrozada por aquel matón que ni siquiera fui consciente del viaje. Esta ocasión era distinta, no me cabía duda, por lo que los nervios los tenía a flor de piel.

Me fijé entonces en aquel muchacho rubio otra vez, no podía evitar sentirme rara con un… Incorpóreo de esos al lado. ¿Estaban los maestros seguros de que no era peligroso? Igualmente, decidí indagar por mí misma, por si acaso claro.

Y Oswald… ¿Qué se siente al ser un Incorpóreo?

Esperé su respuesta, si es que respondía algo, y tampoco le presté atención en si la pregunta le hacía sentir mal o no, yo solo quería saciar mi curiosidad sobre los Incorpóreos. Pasé el viaje prácticamente asustada, observando cada movimiento que Ragun hacía y dirigiéndolo mentalmente para que…

No vayas por ahí, ¿¡es que no ves esa roca!?


… no terminásemos hechos puré contra una roca espacial, aunque éste no me escuchase, me maravilló su habilidad para controlar la nave. Si es que, tonta de mí también por haber dudado del mejor aprendiz de Bastión Hueco.

Una vez alcanzamos el mundo, alcé una ceja y algo impaciente por empezar, pregunté al aire:

¿Y por dónde empezamos?
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Ronda #2 - El ninja de las sombras

Notapor Astro » Vie Jul 18, 2014 1:38 am

Saeko.

No tuve tiempo para indagar en la chica: el cuarto y último participante de la misión hizo acto de presencia. Y grande fue mi sorpresa cuando me giré y descubrí quién era.

Hola, siento el retraso, aun no conozco bien el castillo y se hace algo laberintico. Supongo que debería presentarme ya que a la mayoría no os conozco, soy Alec Ocus, encantado y me alegro de volver a verte Ragun

El asesino de Andrei. Bueno, técnicamente fue su copia, pero en la práctica era lo mismo. Aquella persona era la responsable de retrasar aun más mi búsqueda, y no era fácil de asumir. ¿Sentía ira hacia él? ¿Resentimiento? ¿Miedo, tal vez? Cada vez que le veía por los pasillos intentaba averiguarlo, pero seguía sin tener ni idea por mucho que me quedase un buen rato mirándole.

Fuese lo que fuese, no podía permitirme montar una escena o dejarme llevar por los impulsos de clavarle una daga en ese ridículo sombrero. Encima venía acompañado por un gato. ¿Se enfadaría mucho si lo despellejaba?

Oswald —me presenté, sin acercarme demasiado a él. Tampoco le ofrecí la mano.

Con los cuatro reunidos, era la hora de marchar. Ragun ofreció utilizar su nave para viajar, lo que me pareció perfecto. Así me ahorraba el tener que sacar la mía.

Seguí al grupo hasta el exterior del bastión, donde el musculitos nos transportó a bordo de su nave. Me senté en el primer asiento libre que encontré, no muy lejos del asiento del conductor, y me acomodé tranquilamente sin molestarme en abrocharme el cinturón.

Saqué el móvil, con cascos incorporados, para ponerme a escuchar música, pero antes de llegar a conectarlo Saeko me hizo una pregunta:

Y Oswald… ¿Qué se siente al ser un Incorpóreo?

Enarqué una ceja, atravesándola con la mirada. ¿Era una broma? No encontraba la gracia, aunque no sería la primera vez. Aunque la cara de la chica no parecía estar de guasa: era una pregunta seria, o eso me parecía.

Absolutamente nada. ¿Qué se siente al ser un cacho de carne lleno de emociones inestables?

Le dirigí una sonrisa de oreja a oreja, algo siniestra, mientras escuchaba su respuesta antes de volver a centrar mi atención en el móvil. Me puse los cascos y conecté el reproductor: la música me entretendría hasta llegar.

Durante el viaje, no pude evitar mirar de reojo a Saeko, que se revolvía claramente asustada en el asiento. ¿Su primer viaje en nave gumi, tal vez? Desde luego, observarla era divertidísimo.

Ragun, o vas más despacio o aquí la princesita se va a mear encima del miedo —comenté, soltando unas carcajadas.

****

Finalmente, llegamos a Tierra de Dragones. Nada más bajar de la nave, estiré los brazos y observé el panorama. Menuda desilusión de mundo me encontré: otra ciudad retrasada tecnológicamente, y seguramente con mil tradiciones absurdas. Adiós a la idea de ir con los cascos mientras fingía que buscaba al ninja.

Entremos en la ciudad. Una vez ahí, podemos dividirnos en dos grupos y empezar a buscar —sugerí, intentando contener sin éxito un bostezo de aburrimiento—. Aunque soy todo oídos si alguien tiene una idea mejor. O incluso peor, así nos reímos.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor LightHelco » Sab Jul 19, 2014 12:18 am

Yo creo que voy a tener que rechazar la oferta del viaje, no quiero que mi compañera te acabe estropeando algún aparato debido a su amor hacia tu lobito —le dije a Ragun, pero antes de que se fuese me quité el sombrero pasándoselo al chico —. Aunque me harías un gran favor cuidándomelo, por alguna razón no consigo ocultarlo con la armadura.

Tras que los otros tres subieran a la nave de Ragun, activé la armadura haciendo entrar a Ilana en la capsula de viaje para poder llevarla en el glider. Dejando atrás Bastión Hueco, aceleré la marcha todo lo que pude al ver la velocidad que cogía el vehículo volador, esperaba que el aprendiz no intentara ir a velocidad máxima, ya que lo último que me apetecía era perderme en el espacio.

Mientras volábamos, escuché a Ilana maullar algo triste, estaba usando el enlace para ver que lo dificultoso que me resultaba mantenerme a poca distancia de la nave y seguramente pensara que era por su culpa, pero más allá de garantizar que el vehículo del aprendiz llegara sin marcas de garras, había notado como tanto la chica como Oswald no me habían mirado con buenos ojos. Este último además me lo había encontrado en alguna ocasión por el pasillo y siempre que lo hacía me sentía incomodo y tenía claro que no era por haber pertenecido a Tierra de Partida.

Me odian por Joker —hablé para mi mismo —. Todos me culpan de lo de Andrei y nunca me aceptarán como cualquier otro de Tierra de Partida. Es por ello que tengo que darlo todo en esta misión, tengo que demostrarles que no soy como mi copia, que en mí se puede confiar.

>>¡Por todos los espíritus! ¡Deja de acelerar, Ragun!

Aumente aun más la velocidad sintiendo ya la presión de esta aplastando mi cuerpo, como no aminorara la marcha iba a llegar hecho polvo al mundo objetivo.

***


Aterricé cerca del grupo sintiendo como todo mi cuerpo se deshacía. Abrí la capsula dejando salir a Ilana antes de hacer desaparecer el glider y la armadura, aunque cuando me desprendí de esta caía al suelo jadeando y casi sintiendo la necesidad de vomitar. No contaba con un físico capaz de aguantar mucha presión y el seguir la Nave Gumi me había dejado destrozado.

¿Podéis darme cinco minutos? Id mirando el cómo podemos entrar en la ciudad de mientras —les pedí a los aprendices llevándome una mano a la cabeza —. A la vuelta voy en la nave.

La imagen que tenían que tener de mí había tenido que empeorar mucho tras esto, menos mal que aun teníamos mucha misión por delante para cambiarla.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Sombra » Sab Jul 19, 2014 3:47 pm

El viaje en la nave Gumi se me antojó monótono. No ocurría nada especial y los pocos sincorazón que aparecieron al paso fueron eliminados en cuanto disparé contra ellos un par de rayos láser con las armas de mi pequeña maravilla. No hice el menor caso a la conversación que Saeko y Oswald mantenían, estaba demasiado inmerso en el radar y el visor. En ese momento no me quedó más remedio que pasar cerca de un campo de asteroides, no es que me apeteciese ponerme a esquivar asteroides, pero parecía no quedar más remedio.

<<Bueno, no será la primera vez que paso por uno>>

Ragun, o vas más despacio o aquí la princesita se va a mear encima del miedo —di un respingo en la silla ante la repentina voz de Oswald, quien se reía de (supuse) Saeko.

La muchacha estaba pálida como si hubiese visto un fantasma (que no Gengar) Sin pretenderlo acababa de descubrir que la chica, a la que consideraba alguien sin ninguna clase de miedo en realidad sí que podía tener aquella clase de faceta nerviosa y en cierto sentido vulnerable.

Se me escapó una risa por lo bajo.

Ban, no te metas con ella. ¿No ves que lo está pasando bastante mal? —pedí en tono conciliador, aunque en realidad estaba muriéndome de risa por dentro.

Y en cuanto atravesamos el campo de asteroides sin incidentes pudimos ver el mundo en la lejanía. Mi nave era demasiado grande como para hacerla aterrizar, por lo que tendríamos que utilizar el teletransportador para ir a la ciudad. Como nunca la había visitado y podríamos necesitarlo utilicé la cámara de la nave para sacar una foro aérea de la ciudad la cual imprimí e hice varias copias, acto seguido las enrollé y alenté a los demás para irnos.

<<Bien, ya tengo algo que podría servir de mapa>>

Todos los que estábamos en la nave tuvimos que utilizar el teletransportador para llegar a tierra, aparecimos cerca de la ciudad, algo alejado de una carretera por la que pasaban carros (imaginé que de mercaderes) Nyx se quedó cerca de mí dándome con su hocico en la mano pidiendo que le acariciase, algo que hice casi inconscientemente. También Alec llegó al cabo de unos minutos junto a su gata (que iba en una cápsula especial) desmaterializó su Glider y su Armadura. Por el aspecto del ex-aprendiz de Tierra de Partida podía decir que o no estaba acostumbrado a viajar por el intersticio (algo que me extrañaba) o simplemente no se encontraba demasiado bien.

¿Y por dónde empezamos?

Entremos en la ciudad. Una vez ahí, podemos dividirnos en dos grupos y empezar a buscar —propuso Oswald a la pregunta de Saeko. Asentí de acuerdo—. Aunque soy todo oídos si alguien tiene una idea mejor. O incluso peor, así nos reímos.

¿Podéis darme cinco minutos? Id mirando el cómo podemos entrar en la ciudad de mientras —dijo agotado—. A la vuelta voy en la nave.

Como quieras —aprobé mientras me ajustaba las vendas de mi brazo izquierdo para evitar que alguien viese su verdadera forma—. He hecho un mapa de la ciudad, podemos trazar un plan teniendo en cuenta donde ha sido visto y así predecir donde podría aparecer esta noche. También podríamos guiarnos mejor si todos utilizamos comunicadores para mantenernos al tanto. Con tan solo nuestra ventaja tecnológica podemos tenderle una trampa.

Ofrecí a todos el papel para que lo tuviesen como referencia.

Para entrar en la ciudad podemos mezclarnos entre los mercaderes o si alguno tiene Tenue o alguna habilidad similar podría hacer cosas que parezcan sobrenaturales para distraer a los guardias.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Tsuna » Mié Jul 23, 2014 2:58 am

Aterrizamos finalmente en las afueras de la ciudad, en una especie de caminito de tierra que daba a la entrada. Todavía me encontraba afectada psicológicamente por las duras y acusadoras palabras de Oswald —que me habían sentado como una puñalada trapera, pues no las había esperado—, a las cuales no había respondido, ya fuese por impotencia, o por no querer seguir haciendo el ridículo ante él. El caso es que no había pasado mayor vergüenza en mi vida, sobre todo cuando Ragun me defendió; mi orgullo estaba por los suelos.

Para empezar, Oswald sugirió dividirnos en grupos y que quien quisiese hacer el ridículo, no lo dudase un momento más. Yo me quedé callada, estaba de acuerdo con su idea y, tampoco quería que se siguiese riendo de mí. Hasta ese momento nadie me había enfrentado de aquella forma, y me hacía sentir ridícula. Ni en mis sueños hubiese imaginado que unas simples palabras me doliesen más que los zarpazos de los Sincorazón, o las puñaladas por sorpresa de las aprendizas novatas. Me limité a cruzarme de brazos y mantener el silencio, temerosa e impotente.

Por otro lado, al tal Alec no le parecía haber sentado bien el viaje, y Ragun además de taparse su peculiar brazo, nos ofreció los mapas de la ciudad que había hecho anteriormente para planear mejor la estrategia. Yo por mi parte me giré hacia mi mascota y sugiriéndole con una mirada que se ocultase en el piso, de forma que no tuviese que preocuparme más por él.

Se sugirió utilizar una habilidad para causar revuelo y entrar, no sabía qué pensar, ¿acaso no estaban permitidas las visitas por parte de extranjeros? Me parecía muy raro, pero igualmente, me quedé allí quieta al ver que Oswald decidía entrar directamente. La situación me parecía bastante interesante, y pronto vería quién tenía razón o no.

Efectivamente, aquel muchacho consiguió pasar sin problemas. No pude evitar fruncir el ceño, sintiendo, no impotencia esta vez, sino algo de rabia por lo que me había hecho sentir y por verlo tan... ¿Prepotente era la palabra?

Ya te la devolveré, Oswald. Ya.


Continué mi camino siguiendo los pasos de aquel chico, con un semblante serio y evitando mirar a nadie, centrada en mis pies y el suelo. Gengar me seguía bajo la superficie, así que no tenía nada que temer. Poco después decidimos internarnos en una callejuela oscura y abandonada para no levantar sospechas y trazar nuestro plan con seguridad, donde Gengar asomó la cabecita del suelo para escuchar y mirar con detalle nuestro siguiente movimiento.

La ciudad me parecía inmensa, pero era muy distinta de Agrabah; al menos las temperaturas no eran tan altas, y la gente llevaba otro estilo de vida, por lo que veía. Un mundo que, en principio, me pareció atractivo, ya fuese por las prendas o el diseño de la ciudad. No obstante, quedé más impresionada con el enorme castillo ubicado en el centro. ¿Habría dentro una princesa como Yasmín? ¿O sólo se encontraba el Emperador que teníamos que defender? Era una duda que, de momento, no iba a resolver.

Según el cartel de la misión, el objetivo recorría con frecuencia los callejones y los tejados, tendríamos que explorar sobre todo esas zonas y mantenernos en contacto con nuestros móviles.

Según la misión, nuestro objetivo visita los callejones y los tejados con frecuencia. —decidí aclarar, para que nadie se perdiese

Esperé entonces, impaciente, a las propuestas de mis compañeros. No le quité el ojo de encima a Oswald, que parecía estar divirtiéndose con mis reacciones y mi forma de ser; cosa que no me gustaba nada. Pese a todo, no quería que me volviese a sorprender con alguna burla suya, así que permanecí rígida y cruzada de brazos.

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Ronda #3 - El ninja de las sombras

Notapor Astro » Sab Jul 26, 2014 2:19 pm

No había hecho más que terminar la frase, y el último miembro del grupo, Ocus, apareció jadeando. Por alguna razón, no había querido subirse a la nave con el resto. Una pena, habría sido una buena ocasión para estudiarle más de cerca.

¿Podéis darme cinco minutos? Id mirando el cómo podemos entrar en la ciudad de mientras. A la vuelta voy en la nave.

Ragun asintió, pero yo no tenía la misma intención de esperarle.

No. ¿Es que en Tierra de Partida no os enseñan nada? Haber ido en la nave desde el principio —respondí, tajante.

El musculitos nos ofreció un mapa de la ciudad para que lo memorizáramos, aunque en su lugar opté por sacarle una foto con mi móvil por seguridad. Cuando comentó lo de los comunicadores, tomé la iniciativa de sacar un lapicero y escribir mi número en el papel del mapa, antes de pasarlo al siguiente.

He apuntado mi móvil, registradlo en los vuestros —comenté, mirando a la princesita y al flojucho. Ragun ya lo tenía.

Para entrar en la ciudad podemos mezclarnos entre los mercaderes o si alguno tiene Tenue o alguna habilidad similar podría hacer cosas que parezcan sobrenaturales para distraer a los guardias.

Enarqué una ceja, incrédulo. No había prestado mucha atención al papel de la misión, pero sí que estaba seguro de que el solicitante era alguien de este mundo, de Tierra de Dragones. No entendía la necesidad de ocultarnos para entrar, si esperaban nuestra ayuda. ¿Era algo propio de los humanos? ¿Paranoia, quizás?

O podríamos entrar por la puerta tal cual, señor paranoico.

Y sin mediar más palabra ni esperar a sus respuestas, eché a andar hacia la puerta de la ciudad. Y, efectivamente, conseguí pasar sin problemas. Hubo un par de soldados que me miraron raro, pero no me llegaron a decir nada.

Una vez dentro, pude examinar mejor la ciudad. Antigua, prehistórica, pero con cierto encanto se podría decir. Al menos no vivían en cuevas. Al fondo de una gran vía de doble sentido se alzaba un gran castillo, donde viviría la nobleza sin duda. Un sitio al que acabaríamos acudiendo sin dudas, pues si no recordaba mal el asesino tenía como objetivo el Emperador.

Me giré para encontrarme a mis compañeros metiéndose en una callejuela. Suspiré, resignado, mientras caminaba hacia ellos. ¿Por qué actuaban como si nosotros fuésemos los asesinos?

Según la misión, nuestro objetivo visita los callejones y los tejados con frecuencia. —comentó Saeko.

Sí, pero sólo sale de noche, ¿no? Ponernos a buscarle ahora sería como buscar una aguja en un pajar. Puede que ni esté en la ciudad aún —comenté, haciendo memoria del papel—. Deberíamos familiarizarnos primero con la ciudad, hacer un poco de turismo y examinar los posibles lugares de ataque antes de que anochezca.

Me crucé de brazos, preparado para escuchar lo que seguramente serían tonterías. Muchas tonterías.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor LightHelco » Jue Jul 31, 2014 12:42 am

No. ¿Es que en Tierra de Partida no os enseñan nada? Haber ido en la nave desde el principio

No hubiese tenido problemas yendo en solitario si Ragun no se hubiese metido en ese campó de asteroides a una velocidad nada recomendada para vuelo en gliders —le respondí en el mismo tono tajante a Oswald levantándome tras eso.

Cogí con algo de mala gana los planos del mundo que nos dio Ragun debido a las palabras del niño y empecé a mirarlo a modo de apartar los ojos de él, aunque estuve atento a las ideas que daban mis compañeros para entrar. El elegido de Llave Espada Oscura fue el primero en presentar un plan, el cual consistía en enviar a alguien capaz de usar la habilidad Tenue para causar un revuelo y confundir a los guardias y habitantes.

Quizás Tenue no, pero Ilana puede cubrirse de una ilusión que la vuelve invisible a ojos biológicos. Ella podría intentar conseguirnos la distracción para entrar —ofrecí explicando de paso las capacidades de mi compañera.

Más no fue necesaria esta habilidad, ya que con aire despreocupado, Oswald anunció que se podía entrar por la puerta principal sin que nos detuviese nadie. Y así fue, el chiquillo pasó al lado de los guardias sin que estos le dijeran nada y se adentró en la ciudadela. El resto le seguimos rápidamente al ver que no había ningún peligro del que preocuparse, aunque sí que sentí varias miradas de desconfianza al pasar por al lado de la gente, la cual a decir verdad tendía a ser bastante bajita.

Dentro volvimos a las planificaciones, ya que al no conocer ni la identidad de nuestro objetivo ni la ciudad en la que debíamos buscarlo.

Ilana puede encargarse de merodear por los tejados, dudo que nadie se fije en un simple gatito —les propuse agachándome para acariciar la cabecita de la felina —. El resto podemos dividirnos en dos grupos y como ha dicho, Oswald, explorar un poco la ciudad y llevarnos algún recuerdillo de las tiendas locales.
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Sombra » Jue Jul 31, 2014 9:04 pm

Quizás Tenue no, pero Ilana puede cubrirse de una ilusión que la vuelve invisible a ojos biológicos. Ella podría intentar conseguirnos la distracción para entrar —propuso refiriéndose a la gata negra que le acompañaba.

Asentí conforme, pero Oswald fue el que tuvo la reacción más rápida. Caminó hacia la puerta principal como Pedro por su casa y entró sin más ganando una mirada llena de desconfianza y a la par curiosidad sobre él.

Este no sabe el significado de pasar desapercibido —suspiré. Viendo que no le habían dicho nada a él los demás decidimos pasar tranquilamente siendo observados por los guardias con gran recelo.

Tanto Alec como yo destacabamos un poco por nuestra altura, aunque era Alec el que recibía todas las miradas curiosas dado que sobresalía entre la mayoría de chinos que cruzaban las calles y entre nosotros mismos.. Debía llevarme diez centímetros como mínimo. Nyx avanzó siguiéndome por detrás y no fueron pocos los que se asustaron al ver un lobo en la ciudad, por suerte nadie intentó nada con él al verle conmigo.

Giramos hacia un callejón, donde Saeko y Alec decidieron entrar. Oswald y yo también nos internamos en él.

Según la misión, nuestro objetivo visita los callejones y los tejados con frecuencia.

Sí, pero sólo sale de noche, ¿no? Ponernos a buscarle ahora sería como buscar una aguja en un pajar. Puede que ni esté en la ciudad aún —no podía estar más de acuerdo con Oswald—. Deberíamos familiarizarnos primero con la ciudad, hacer un poco de turismo y examinar los posibles lugares de ataque antes de que anochezca.

Es una buena idea. Parece algo complicado moverse ahora por los tejados, pero estaría bien que alguien buscase sitios altos desde los que podríamos encontrar alguna pista —expliqué.

Ilana puede encargarse de merodear por los tejados, dudo que nadie se fije en un simple gatito —asentí en silencio. ¿Qué mejor que un animal en el que nadie se fijaría para que explorase la ciudad? Aunque me preocupaba un poco que algún Chino capturase a la pobre gata para comersela —. El resto podemos dividirnos en dos grupos y como ha dicho, Oswald, explorar un poco la ciudad y llevarnos algún recuerdillo de las tiendas locales.

Bien, entonces marquemos un lugar del mapa como Zona de Encuentro. Para guiarnos mejor podríamos dividir la ciudad en cuadrículas como si fuese el juego de "Hundir la Flota". Si supiesemos los lugares en los que fue visto el Ninja podríamos predecir su ruta habitual o donde aparecerá la próxima vez.

Con eso dicho, saqué el mapa y lo coloqué sobre la pared para poder escribir sobre él. Saqué mi bolígrafo y en el borde superior del papel empecé a escribir letras del alfabeto, mientras que en el lado izquierdo coloqué números que se cruzaban con las líneas de las letras haciendo cuadros que se podían denominar "A-1, A-3, A3..." Si los demás me dejaban sus planos los marcaría también de la misma manera.

Tratad de memorizarlo para la noche, recordad que no tendremos tiempo para mirarlo cuando encontremos al ninja. Si nos lo memorizamos con tal de decir por el comunicador si lo hemos encontrado en por ejemplo C-8 y se dirige a D-8 podremos saber su ubicación y por donde emboscarlo. ¿Cómo haremos los grupos?
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Re: [Tierra de Dragones] El ninja de las sombras

Notapor Tsuna » Vie Ago 01, 2014 3:56 am

Miré con clara desconfianza a Oswald, con ambas manos apoyadas en mis caderas y una ceja en alto, masticando mentalmente lo que nos estaba diciendo. Nuestro objetivo sólo aparecía por la noche, cierto, y lo mejor sería familiarizarnos con el terreno mientras pudiésemos. Mis otros dos compañeros, a los cuales no les dediqué una mirada diferente, expusieron sus respectivas ideas: Buscar lugares estratégicos en los tejados y enviar al gatito de Alec para espiar esas zonas; no me parecía nada mal, así que no vi necesidad de añadir nada.

Eso sí, la idea de dos grupos tampoco me convencía, siendo tantos, íbamos a llamar mucho la atención, y yo personalmente, no me veía escalando tejados ni casas. Quizás lo mejor fuese que Ragun y la gatita se encargasen de dicha tarea. Mi susodicho compañero acto seguido dijo de trazar zonas y no se qué más —¡cuadrículas había dicho!— en el plano del mapa, simulando un juego al que yo no había jugado nunca. Me sentí un poco avergonzada por ese hecho, pero decidí dejarlo claro cuanto antes:

Yo nunca he jugado a eso de la Flota... —confesé con voz baja, esperando no ser la única en esa situación

Ragun no pareció darle importancia a mi comentario, cosa que me alivió, y prosiguió marcando letras en el mapa. Le dejé el mío, sin saber bien si estaba comprendiendo el plan, y cuando lo volví a tener en mis manos lo tuve bastante claro: cada zona de la ciudad tenía escrito un código, y según dónde viésemos al ninja, podríamos delatar su posición con mayor facilidad y preparar una trampa. Me gustaba el plan.

Y entonces llegó la parte más importante: los grupos. Yo, si me era sincera, no me veía escalando y subiendo tejados, me veía mejor en tierra gracias a mi velocidad. Y a mi Gengar no lo veía tampoco a aquellas alturas, pues podría llamar la atención; desde el suelo, oculto, era mucho más útil. Me adelanté un paso, dispuesta a explicar mi razonamiento.

Iré con mi mascota; yo soy veloz, y Gengar puede tender buenas trampas desde el suelo. —y lo señalé, para que todos comprobasen que podía esconderse bajo el suelo y traspasarlo, además, nunca me perdía la pista por el sonido de mis pasos

Esperé a que el resto decidiese lo que mejor les convenía, y comenzamos así el plan. Yo me quedaría con mi pequeñín y, si alguno más quería unirse, bienvenido pues. Anoté, además, el número de Oswald —que me había entregado antes de entrar en la ciudad— y les pasé al resto el mío para mantenernos en contacto.

La tarde me puso algo de los nervios; estaba más concentrada en memorizar los códigos del mapa que en hacer turismo, y me costaba mis gotas de sudor bajo el sol aprenderme aquello. Comí en un restaurante de la zona, donde el plato consistía en unos rollitos de carne y verdura…

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Aquello picaba como mil demonios, pero vaya, ¡estaba delicioso! Pregunté por su receta, tenía ganas de intentar cocinarla yo en el comedor del castillo, pero los dependientes no hablaron sobre ello, cosa que me dejó extrañada; no quise indagar más por si resultaba una molestia. Y sin mayores contratiempos, aguardé, emocionada, a la noche.

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Bajo la luz de la luna me encontraba. Habíamos quedado en el punto marcado por Ragun esa misma mañana, y nos tocaba prepararnos. Tendría que ser lo más sigilosa posible, y Gengar me seguiría bajo el suelo, con la cabeza asomada y vigilando mis espaldas.

Pues vamos a ello. —les susurré antes de partir

Tendría el móvil a mano en todo momento, e iría agachada entre las callejuelas, escondiéndome donde pudiese y observando los movimientos de cada persona que viese. No quería problemas con los guardias, así que en caso de ver uno, me escondería a toda prisa sin hacer ruido. No quería parecer ninguna sospechosa.

La noche había comenzado.
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