Despachar a las sombras no fue complicado en absoluto. Cuando me giré, Enix y Neru ya estaban solos en el puente, sin rastro alguno de Sincorazón.
—
Todo controlado.—Muy bien.
Limitándome a sacar el bloc de notas, procedí a añadir un poco a lo que ya había escrito:
"Sincorazón de tipo Sombra presentes en el puente de acceso. Bastante bajos en poder, no deberían presentar un problema importante a un aprendiz con una mínima experiencia. Advertencia: Aparecen en grupos, en este caso unos seis."
—
Y bien... ¿Entramos o revisamos esto un poco más antes de entrar?—
Vamos adentro. Ya revisaremos esto a la vuelta si es necesario, no creo que haya nada más aparte de Sincorazón.Asintiendo, caminé junto a ambos hacia el arco de entrada que enmarcaba la puerta de entrada a los muros del Castillo. Mientras uno de los aprendices empujaba las puertas de madera, me tomé unos segundos para subirme la capucha y así ocultar mi rostro. Por una parte, era una precaución básica en caso de ser avistados.
La otra causa era... bueno, no había estado muy alto de ánimos desde el incidente en la Red. Todavía tenía pesadillas y me despertaba sudando al recordar el desenlace de aquella experiencia y el conflicto que se cernía sobre nosotros. El ambiente en Tierra de Partida era tan tenso que cualquier excusa era buena para salir a otros mundos y tomarse un respiro.
Cuando traspasamos la puerta, nos encontramos en un patio exterior ante la fachada del Castillo. Sin más dilación, volví a sacar la punta del bolígrafo y a incluir una descripción del lugar.
"Tras la puerta, un patio exterior. Bastante amplio, presenta un mosaico de piedra en el suelo, a través del cual se vislumbran unas escaleras y lo que parece ser la principal puerta de acceso al edificio en sí. El lugar presenta cuatro gárgolas de roca apostadas en las esquinas del mosaico, aunque por el resto todo parece vacío, exceptuando un par de árboles solitarios.
En lo que concierne al Castillo: Se aprecia que aunque descuidado, no presenta riesgo alguno de derrumbe o síntomas de deterioro. Todas las ventanas parecen cerradas a primera vista, y se suceden una serie de torres a distintos niveles. Desconocemos de momento si unas estancias 'poseen mayor importancia a otras según su elevación. Pendiente a posterior valoración en el interior.
Nota curiosa: El estilo arquitectónico del castillo parece dar pie a bastante decoración escultórica. Aparte de las estatuas de piedra del jardín, se aprecian algunas gárgolas apostadas en algunos aleros del tejado. Sugiero precaución ante el riesgo de caída o que actúen como camuflaje para Sincorazón de tipo aéreo.
Del mismo modo, algunas de las cuatro estatuas parecen un poco desplazadas de sus emplazamientos, simétricamente.
No hay señales de habitantes, por el momento."
Estaba tan ensimismado escribiendo y observando el Castillo que cuando guardé el cuaderno, me encontré a Neru cerca de las estatuas, apartándose de algo.
Segundos después, unas pequeñas esferas de oscuridad surgieron con el típico sonido que las acompañaba.
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¡Sincorazón!—exclamó—
Parece que no vamos a poder investigar en paz...—
Vaya... esto sí es un poco más feo.— comenté—
Cuidado con esos, son rápidos.La mayoría de los Sincorazón que habían aparecido eran Soldados, por lo que reconocía. Sin embargo, uno de ellos parecía de mayor tamaño y de un color distinto. Además, los otros estaban en fila frente a este. ¿Se trataba de una subespecie?
Una fracción de segundo más tarde, los Soldados empezaron a desperdigarse en diversas direcciones, dividiéndose entre nosotros. Personalmente me preocupaba más el grande, así que esquivé al primer soldado que encontré en mi camino y me aparté de otro, con la vista clavada en el objetivo. A diferencia de los demás no se había movido en absoluto, sino que se había quedado ahí, observando.
Olía a trampa, pero conociendo a los Sincorazón, no los veía montando una estrategia. No tenían razonamiento, en primer lugar.
Arremetiendo con la Llave Espada, aquel ser se llevó un buen golpe que lo dejó atolondrado. No queriendo perder la apertura que había dejado, seguí propinándole ataques con la Llave Espada hasta que...
Reaccionando de repente al cuarto golpe que iba a asestarle, se giró con una velocidad increíble, dando una patada que desvió mi Llave Espada y me empujó hacia atrás, derrapando unos centímetros por el suelo del patio. Acto seguido, giró sobre sí mismo y se impulsó con otra patada en mi dirección, esquivándolo por los pelos. Aterrizando un metro y algo más allá, y luego volvió a quedarse quieto.
—
¡Agh!Sorprendido por la actitud del ser, sentí una patada en el lado que casi me tira al suelo. Otro de los soldados había aprovechado para atacarme, retrocediendo rápidamente en busca de otro de mis compañeros. Por desgracia, un par de sus amigos corrían hacia mí con sus afiladas garras apuntando al frente. Entretenerme con esa chusma solo iba a lograr complicar las cosas, así que juzgué que sería mejor deshacerme del nuevo espécimen cuanto antes.
Aprovechando su quietud, lancé un
Piro desde mi posición que le impactó de lleno. Los golpes anteriores debieron debilitarlo, pues en cuanto el hechizo le golpeó, se disipó en el aire, liberando un brillante corazón hacia las alturas.
El efecto que tuvo en los otros Sincorazón fue fascinante: Los soldados se pararon en seco cuando su compañero fue derrotado. Inmediatamente, dieron un pequeño salto en el aire y emprendieron la retirada por los mismos portales oscuros por los que habían aparecido.
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¿Qué rayos...? —pregunté—
. Jamás había visto a los Soldados comportarse de esa manera...De cualquier modo, eso solo dejaba a los soldados que estaban enzarzados en batalla, además de una extraña esfera oscura que había salido de una estatua. A esos tampoco los había visto nunca.