[Tierra de Partida] Perdida

por **James Bond** » Dom Nov 30, 2014 11:11 pm

Participantes:
Keiko Akarui
Jeanne Mars

Cronología:
Keiko Akarui: [Prólogo] Viene de familia > Este encuentro

Jeanne Mars: [Trama] Me dicen por el pinganillo > Este encuentro

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Apenas habían pasado unos días desde que Keiko llegó a Tierra de Partida tras abandonar su mundo natal. No había sucedido nada digno de mencionar durante aquel tiempo, si exceptuamos los entrenamientos exhaustivos con los Maestros. En el último entrenamiento, Keiko se alegró muchísimo al ver que era capaz de utilizar la magia, aunque fuera un hechizo débil. Sin embargo, aquel hecho la había fatigado mucho y necesitaba descansar al menos un día entero, puesto que su cuerpo no estaba acostumbrada al ritmo de entrenamiento de los caballeros de la llave-espada.

De modo que, tras intentar conciliar el sueño sin éxito (y habiéndole vuelto a asaltar aquella pesadilla otra vez), la joven se levantó de su cama, y observó que estaba amaneciendo. Notó que el estómago le rugía, de modo que se dirigió al comedor.

Pero había un pequeño problema: Keiko todavía no había memorizado bien el plano de Tierra de Partida, de modo, que cuando quiso darse cuenta, había acabado en la planta superior. Para colmo, no había ningún plano cerca o alguien a quien preguntar. ¿Qué podía hacer?

por **15nuxalxv** » Dom Nov 30, 2014 11:15 pm

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Me erguí de mi cama, frotándome los ojos. Había llegado de Espacio Profundo totalmente agotada, y me había tumbado a dormir no más poner los pies en mi habitación. Miré el despertador desorientada. Apenas eran las 5 de la mañana. Pero, contando con que había vuelto a primera hora de la tarde, no sentía el más mínimo sueño.

Tras una buena ducha que hizo desaparecer la sensación de las sábanas de mi cuerpo, me vestí sin detenerme a mirar demasiado la ropa que me estaba poniendo. Cogí mis gafas y salí al pasillo mientras me las colocaba.

Me había saltado la cena, por lo que mi estómago protestaba abiertamente. ¿Pero cómo iba a entrar al comedor a altas horas de la madrugada y esperar que me prepararan el desayuno? Que supiera, no estaba las veinticuatro horas abierto.

Decidí dar un paseo por los pasillos de Tierra de Partida, con el fin de matar el tiempo hasta que fuera una hora razonable para acudir a por comida. Iba sin rumbo fijo, simplemente andando para familiarizarme un poco más con el colosal castillo. Me sabía de memoria las rutas habituales (al comedor, al gimnasio, a la biblioteca, al jardín…), pero no había explorado demasiado las demás instancias.

Subí por unas escaleras que daban al piso superior. El silencio reinaba en toda el ala. Era pronto, todos estarían durmiendo, me dije segura. No me esperaban sorpresas aquél día, podría descansar de la misión de reconocimiento tranquilamente.

Deseé que mis esperanzas no fueran en vano.

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por **James Bond** » Dom Nov 30, 2014 11:18 pm

Keiko estaba perdida en aquel sitio. La mayoría de las puertas que veía estaban cerradas, y para colmo, no entraba luz en aquel pasillo. Si exceptuábamos la poca que entraba por las pequeñas ventanas que había cerca de las escaleras, claro.

Keiko suspiró y puso cara de disgusto. Pensó que sería fácil encontrar el comedor, pero no tardó mucho en darse cuenta de que apenas conocía el lugar. El estómago le volvió a rugir.

—Agh, para de rugir… ¿No ves que estoy tratando de encontrar el comedor?

Todo lo que obtuvo por respuesta fue un nuevo rugido de su estómago, esta vez era más intenso que el anterior.

—¡Ya voy, ya voy! Maldita sea… ¿Quién fue el que diseñó este castillo? No podran haberlo hecho más laberíntico…

Keiko decidió bajar de nuevo por las escaleras, y buscar en la planta baja. Quizás se le había pasado algo por alto.

—Lo que daría por un pastelito de chocolate...— dijo Kei con tono soñador mientras se dirigía a su destino.

por **15nuxalxv** » Dom Nov 30, 2014 11:19 pm

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Seguí subiendo por las escaleras, perdida en mis pensamientos, cuando de pronto oí una voz femenina que dijo:

—Lo que daría por un pastelillo de chocolate…

Me sobresalté ante la repentina perturbación de la paz matutina, ¿acaso no estaba sola? Seguí ascendiendo, tratando de encontrar a la propietaria de la voz.

Cuando vi una figura bajando por las mismas escaleras que yo, me detuve. Resultó ser una chica de pelo castaño, ataviada con una camiseta blanca y unos vaqueros. Parecía más alta que yo, pero tal vez sólo fuera una impresión al estar varios escalones más arriba que yo.

—Ehm, hola—musité, algo sorprendida por la presencia de otra persona en aquel lugar—. ¿Quieres pasar? Me puedo apartar…

Me moví hacia un lado, dejándole la vía libre para que pudiera seguir por su camino. Una vez pasara, continuaría el mío. Aunque, la verdad, se le veía perdida (aquellos meses en Tierra de Partida me habían dotado de la capacidad de distinguir a los Aprendices novatos), y yo no despreciaría compañía. ¿Pero no sería muy osado preguntarle si podía acompañarla? Era una completa desconocida, y tal vez quisiera estar sola.

Me quedé mirándola, sin saber exactamente qué hacer.

por **James Bond** » Dom Nov 30, 2014 11:24 pm

—Lo que daría por un pastelito de chocolate— dijo Keiko mientras bajaba las escaleras.

A la mitad de camino, se topó con una chica a la que no había visto durante el tiempo que llevaba en Tierra de Partida. Lo más probable era que se tratase de una aprendiza, ya que había visto un montón de estos durante su entrenamiento. Dicha chica llevaba una camisa blanca, pero a diferencia de ella, era de manga corta y unos pantalones normales grises. Pero lo que más le llamó la atención fue el pañuelo rojo que llevaba en la cabeza a modo de adorno. Era simple, pero bonito.

—Ehm, hola. ¿Quieres pasar? Me puedo apartar.

—Gracias… Mmm… Esto… ¿Te importaría hacerme un favor? Estoy buscando el comedor pero no lo encuentro. Si pudieras guiarme...— entonces Keiko se acordó de algo—. ¡A-Ah! Soy Keiko Akarui, encantada de conocerte— realizó una pequeña inclinación. En cuanto la chica le respondiese, Keiko le preguntó a continuación—. ¿Dónde compraste ese pañuelo? Te queda muy bien aunque sea tan simple.

por **15nuxalxv** » Dom Nov 30, 2014 11:27 pm

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Cuando me hice a un lado, la chica pareció preferir entablar una conversación conmigo:

—Gracias… Mmm… Esto… ¿Te importaría hacerme un favor? Estoy buscando el comedor pero no lo encuentro. Si pudieras guiarme...—asentí encogiéndome de hombros, aunque me alegré de no pasar el resto de la madrugada en solitario—. ¡A-Ah! Soy Keiko Akarui, encantada de conocerte— tras esa presentación, hizo una especie de reverencia.

—Yo soy Jeanne, Jeanne Mars—respondí, imitando su gesto de saludo.

—¿Dónde compraste ese pañuelo? Te queda muy bien aunque sea tan simple.

Me sonrojé mientras me llevaba la mano a la cabeza.

—Bueno… Es una reliquia familiar. Pertenecía a mi madre. No tiene demasiada importancia, la verdad. Lo podrías encontrar en cualquier puesto de Port Royal—Ignoraba si Keiko conocía aquel mundo, pero no me detuve a explicárselo. Por supuesto, el pañuelo era vulgar en sí, pero su significado sentimental era enorme: lo había llevado mi madre, y ahora yo.

>>En cuanto al comedor… Sígueme, por favor—Indiqué con un ademán las escaleras que descendían a nuestros pies. Si de verdad quería ir allí, se había extraviado un poco.

Comencé a desandar el camino. Debíamos bajar hasta la planta baja, y nos quedaba un largo camino.

—¿Nueva en Tierra de Partida? —aventuré. Tal vez me equivocaba, pero ya me había encontrado una novata perdida por las inmensidades de nuestra base, y no creía equivocarme. Además, quería evitar silencios incómodos.

por **James Bond** » Dom Nov 30, 2014 11:31 pm

—Yo soy Jeanne, Jeanne Mars.
“Es un nombre muy bonito” halagó Keiko la joven Jeanne, mentalmente.
—¿Dónde compraste ese pañuelo? Te queda muy bien aunque sea tan simple.

Jeanne se llevó una mano a la cabeza, como si estuviera avergonzada por algo. Keiko sonrió ante aquel gesto, el cual estaba muy acostumbrada a ver en aquellas series de animación 2D que emitían en la tele.

—Bueno… Es una reliquia familiar. Pertenecía a mi madre. No tiene demasiada importancia, la verdad. Lo podrías encontrar en cualquier puesto de Port Royal— explicó Jeanne a Keiko. Así que aquel pañuelo era de su madre, aunque no había estado nunca en “Port Royal”, la muchacha intuía de algún modo que era uno de esos tantos mundos que había por ahí fuera.
—En cuanto al comedor… Sígueme, por favor. ¿Nueva en Tierra de Partida?
—¿Se nota, Jeanne? Por cierto, es un nombre muy bonito— notó que el estómago volvió a rugir, con más intensidad que la anterior vez—. ¡Oh, venga, no me protestes ahora, que vamos ya al comedor!— dijo la joven en tono de protesta—. Lo siento, a veces mi estómago se pone un poco idiota si no como pronto… Eh… ¿Crees que tendrán pastelitos de chocolate?

por **15nuxalxv** » Dom Nov 30, 2014 11:34 pm

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—¿Se nota, Jeanne? Por cierto, es un nombre muy bonito.

—Gra… Gracias —Mis mejillas volvieron a arder. ¿Cuántas veces iba a halagarme?— Keiko también está bien.

—¡Oh, venga, no me protestes ahora, que vamos ya al comedor!— soltó de pronto. Me sobresalté—. Lo siento, a veces mi estómago se pone un poco idiota si no como pronto… Eh… ¿Crees que tendrán pastelitos de chocolate?

Tras la estupefacción al ver cómo reñía a su propio estómago, sonreí ante su pregunta y respondí:

—Claro. Higashizawa hace de todo. Enseguida llegamos, espera un poco—Le quité importancia con la mano, para que se tranquilizara. No supe si le hablaba a Keiko o a su barriga.

Ya habíamos acabado con las escaleras. Abrí una puerta y la Sala del Trono apareció ante nosotras. Debíamos bajar otras escaleras para llegar al vestíbulo, y de allí estaríamos en el comedor.

—Deberías intentar aprenderte el camino, para evitar perderte de nuevo por los pasillos—le aconsejé, intentando que no sonara como un reproche, sino como una sugerencia—. Una vez te habitúes a moverte por aquí, no necesitarás la ayuda de ningún otro Aprendiz.

A mí misma me había costado bastante aprenderme mis rutas cotidianas, pero ahora podía dirigirme, por ejemplo, al gimnasio, prácticamente con los ojos cerrados.

por **James Bond** » Dom Nov 30, 2014 11:37 pm

Jeanne volvió a sonrojarse cuando Keiko le dijo que su nombre era muy bonito, aunque no tardó en asustarse cuando comprobó que la chica discutía con su estómago. La verdad es que no la culpaba de ello, ella misma también se habría asustado si hubiera estado en el lugar de Jeanne.

—¿Crees que tendrán pastelitos de chocolate?— preguntó Keiko mientras iban de camino al comedor.
—Claro. Higashizawa hace de todo. Enseguida llegamos, espera un poco.
—Por supuesto… ¿Quién es Higashizawa?— preguntó Kei.

Habían llegado frente a una gran puerta. Keiko intuía que debía de ser un sitio muy importante. Era normal que los lugares importantes tuvieran entradas acordes. Por ejemplo, su academia de esgrima, si bien no era un sitio importante, tenía una gran puerta de entrada (aunque no tan grande como la que acababa de ver, claro).

Entraron a la sala que se encontraba tras aquella enorme puerta y resultó ser una estancia muy amplia, tanto en ancho como en alto. Cerca de donde estaban, había unas escaleras que subían hacia arriba, seguramente habría algo alli.

—Deberías intentar aprenderte el camino, para evitar perderte de nuevo en los pasillos— le comentó Jeanne.
—Lo sé, pero apenas he tenido tiempo libre desde que he llegado a Tierra de Partida. Los entrenamientos consumen mucho tiempo libre.

por **15nuxalxv** » Dom Nov 30, 2014 11:39 pm

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—Por supuesto… ¿Quién es Higashizawa?— preguntó Kei.

Sonreí. A veces olvidaba lo poco que había sabido ella en su llegada a Tierra de Partida. Y lo había aprendido prácticamente sola, con la ayuda adicional de Neru.

—El cocinero del castillo. Es un poco malhumorado, pero al final le coges cariño—expliqué.

Mientras bajábamos las escaleras de la Sala del Trono, Keiko respondió a mi consejo:

—Lo sé, pero apenas he tenido tiempo libre desde que he llegado a Tierra de Partida. Los entrenamientos consumen mucho tiempo libre.

—Dímelo a mí—dije, sonriendo de nuevo. No podía evitar empatizar con ella. Habíamos pasado por lo mismo, aunque nuestras personalidades no parecieran semejantes.

Una vez llegamos al vestíbulo, pasamos otra puerta que daba a un pasillo. Señalé una puerta situada a la izquierda del fondo.

—El comedor está tras esa puerta.

Aguardé a que Keiko se adelantara y luego la seguí, esperando llevarme algo a la boca yo también. No le había replicado, pero mi estómago también protestaba por la falta de comida.

Las seis menos cuarto de la mañana eran una buena hora para desayunar.

por **James Bond** » Dom Nov 30, 2014 11:41 pm

Higashizawa resultó ser el nombre del cocinero del castillo. Jeanne le comentó que era una persona algo malhumorada. Esperaba no hacerle enfadar.

En cuanto a su comentario sobre el poco tiempo libre que le dejaban los entrenamientos, Jeanne sonrió mientras le respondía.

—Dímelo a mí.
—Es un rollo, ¿verdad?— preguntó Keiko sonriendo. Su estómago volvió a rugir, pero no diría nada aquella vez.
—El comedor está tras esa puerta— dijo Jeanne, mostrando la puerta a Keiko.
—¡Gracias, de verdad! Suerte que has aparecido o podría estar dando vueltas por todo el castillo. Te lo tengo que agradecer… ¿Quieres algo en particular? Yo invito.

Tras escuchar la respuesta de su compañera… ¿o podía considerarla amiga? Entró al comedor del castillo.

por **15nuxalxv** » Dom Nov 30, 2014 11:44 pm

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—¡Gracias, de verdad! Suerte que has aparecido o podría estar dando vueltas por todo el castillo. Te lo tengo que agradecer… ¿Quieres algo en particular? Yo invito.

Me encogí de hombros como respuesta, y luego asentí. El hambre que sentía me obligaba a aceptar aquella oferta.

Keiko entró en el comedor y yo la seguí, observándola. No había llegado a conocerla verdaderamente, pero no le parecía una mala persona. Y podía ver su entusiasmo, y supo que sería una gran portadora en un futuro. Sólo tenía que mejorar acudiendo al “rollo” de entrenamientos, se dijo.

Una vez en el comedor, me dirigí al mostrador y llamé a Higashizawa. Esperé que no se enojara demasiado por la hora. Pero afortunadamente, parecía bastante despierto cuando salió de la cocina.

—Vaya, qué madrugadoras. ¿Queréis desayunar?

Asentí y luego miré a Keiko, interrogativa. Una vez pidiera ella, yo diría:

—Lo mismo.

Mientras esperábamos a que el cocinero nos trajera nuestro menú, observé la sala: grande y atestado de mesas y sillas, todas idénticas. Nada que despertara el interés. Cuando Higashizawa regresó, cogí mi bandeja y me dirigí a la mesa más cercana. Mientras comenzábamos a desayunar, pregunté a mi nueva… ¿amiga?:

—Bueno, ¿de qué mundo vienes? ¿Cuál es tu historia?

La miré curiosa. En verdad, no sabía nada de ella, y parecía un buen momento para conversar.

por **James Bond** » Dom Nov 30, 2014 11:48 pm

El comedor era un amplio lugar con muchas sillas y mesas a lo largo y ancho de la habitación. No había nada destacable en la estancia. Es más, ni siquiera parecía haber alguna mesa o silla distinta a las demás que indicasen que fueran de los Maestros de Tierra de Partida. A Keiko le gustó ese detalle, puesto que normalmente se hacía muy patente la diferente entre alumnos y maestros.

El cocinero vio a ambas muchachas llegar.

—Vaya, que madrugadoras. ¿Queréis desayunar?
—¡Por supuesto!— respondió Keiko enérgicamente—. Quiero el mejor pastelito de chocolate que tenga.
—Lo mismo— pidió Jeanne.
—¿A tí también te gustan los pasteles de chocolate?— preguntó Keiko a Jeanne, con un brillo de emoción en sus ojos—. ¡A mí me encantan! La mayoría de mis amigas no quieren verlos por que “engorda mucho”— comentó Keiko, entonando aquellas dos últimas palabras con ironía.

Keiko y Jeanne tomaron asiento mientras esperaba a que el cocinero les trajera lo que habían pedido. Jeanne, rompió el hielo mientras esperaban en aquel silencio.

—Bueno, ¿de qué mundo vienes? ¿Cuál es tu historia?
—Yo vengo de Villa Crepúsculo, es un mundo donde parece que nunca se pone el sol, puesto que dura mucho tiempo el atardecer y el amanecer. Yo acababa de volver del instituto cuando de camino a casa encontré a una chica a la que nunca había visto en la Villa. Decidí seguirla por pura curiosidad. Pero resultó que manejaba un extraño poder y de repente quedé atrapada en mi propia mente, según me comentó la Maestra Rebecca cuando logré escapar.
>> Cuando estuve atrapada en mi mente, aquella chica hizo aparecer una copia de mi hermano pequeño, y tuve que luchar contra eso. Casi morí en la batalla, pero logré acabar con él. Quizás no le conozcas, pero también fue Caballero de la Llave-Espada. Se llamaba Hikaru.

Keiko se quedó callada de repente, como si le doliera pronunciar ese nombre. Al cabo de unos segundos, con voz temblorosa, continuó contándole el resto de la historia.

—Según mi Maestra, mi hermano está muerto, puesto que su cuerpo no aparece por ningún lado, pero… yo no lo creo. Vale que mi hermanito es un poco imprudente a veces, que primero actúa y luego piensa. Pero no me creo que esté muerto. Pienso encontrarle, y traerle de vuelta…— Kei tragó saliva—. ¡Lo siento! Sé que no te incumbe todo esto pero… Necesitaba de hablarlo con alguien. Jeanne, ¿verdad? Si no te importa… podríamos ser amigas, ¿te parece?

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por **15nuxalxv** » Dom Nov 30, 2014 11:56 pm

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Keiko parecía emocionada por mi gusto hacia los pasteles de chocolate.

—Mi padre es panadero, hace pasteles como estos—respondí. Aunque en realidad los había probado en escasas ocasiones, pues eran caros de hacer.

Me quedé asombrada cuando mencionó que sus amigas temían engordar. Cómo distaban entre ellas las sociedades de cada mundo...

—En Port Royal, sólo los ricos pueden engordar.

Aparté de mi mente aquellos pensamientos negativos mientras mordisqueaba el pastel. Mi estómago agradeció la comida al instante. Keiko comenzó a explicar su historia mientras yo seguía comiendo.

—Yo vengo de Villa Crepúsculo, es un mundo donde parece que nunca se pone el sol, puesto que dura mucho tiempo el atardecer y el amanecer. Yo acababa de volver del instituto cuando de camino a casa encontré a una chica a la que nunca había visto en la Villa. Decidí seguirla por pura curiosidad. Pero resultó que manejaba un extraño poder y de repente quedé atrapada en mi propia mente, según me comentó la Maestra Rebecca cuando logré escapar.

>> Cuando estuve atrapada en mi mente, aquella chica hizo aparecer una copia de mi hermano pequeño, y tuve que luchar contra eso. Casi morí en la batalla, pero logré acabar con él. Quizás no lo conozcas, pero también fue Caballero de la Llave-Espada. Se llamaba Hikaru.

La chica enmudeció, como si le hubiera venido a la mente un pensamiento doloroso.

—Yo… no lo conozco—reconocí. Aún seguía siendo relativamente novata. Mi compañera siguió hablando, con la voz notablemente temblorosa.

—Según mi Maestra, mi hermano está muerto, puesto que su cuerpo no aparece por ningún lado, pero… yo no lo creo. Vale que mi hermanito es un poco imprudente a veces, que primero actúa y luego piensa. Pero no me creo que esté muerto. Pienso encontrarle, y traerle de vuelta…— mis ojos fueron abriéndose a medida que hablaba. Pese a su fachada de inocencia, Keiko tenía en el corazón sus propias heridas—. ¡Lo siento! Sé que no te incumbe todo esto pero… Necesitaba de hablarlo con alguien. Jeanne, ¿verdad? Si no te importa… podríamos ser amigas, ¿te parece?

Al principio me chocó su pregunta, pero luego asentí mientras decía:

—Me encantará ser tu amiga, Keiko. ¿Sabes? Yo también tuve un hermano pequeño. O lo hubiese tenido, de no ser… —suspiré. Era doloroso recordarlo, pero ella se había sincerado conmigo. Yo debía hacer lo propio—. Tanto mi madre como mi hermano murieron en el parto. Desde entonces, mi vida y la de mi padre había sido una espiral de rutina y sufrimiento callado… Hasta que la Maestra Lyn me ofreció luchar a su lado. Fue... una liberación. Aunque echo de menos a mi padre, por supuesto. Iré a visitarlo un día de estos.

>>Y esté o no tu hermano vivo… Siempre estará contigo, en tu corazón. Eres su legado, has seguido sus pasos. En todo caso, me encantará ayudarte a encontrarlo—le apreté la mano y sonreí.

Por las ventanas vi como el Sol se levantaba por encima del lago y los Jardines, y supe que aquél iba a ser un gran día. El inicio de una amistad.

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