[Port Royal] Bloody Ryota

Encuentro entre Light y Hana

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Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Nell » Mié Ene 07, 2015 2:01 am

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Hana se quedó mirando el mar de Port Royal desde la bahía durante una hora antes de darse cuenta de que no saltaría.

Desde que había regresado de la misión en la que había viajado en el barco Sombra de Luna de una tripulación de mujeres pirata con Ronin, Jess y Malik, nada había vuelto a ser igual. Ella misma no lo era. Durante la batalla, había estado a punto de morir (o muerto del todo, no lo tenía claro) y la única forma de salvarla había sido transformándola.

Una sirena. Ahora era una maldita sirena.

La primera sirena que vio fue en su habitación del Sombra de Luna. Se acercó a su cama, porque olía la magia y Hana se había encarado con ella, llevándose un mordisco de regalo. Cómo cambiaban las cosas. Esa misma chica actualmente se consideraba su hermana, puesto que su madre había sido quien provocara el cambio en Hana.

Una madre que había muerto ni una hora después. Fue huérfana como humana, y lo volvía a ser de sirena. Parecía como si la desdicha se cerniera sobre ella a cada vuelta de la esquina.

Había regresado a su mundo de origen, al lugar donde habían ocurrido los mayores desastres de su vida, a fin de dar respuestas a muchas de sus preguntas. ¿Qué iba a cambiar en ella por ser una sirena? ¿Tendría una vida más longeva? ¿Estaría obligada a vivir en el mar tarde o temprano? ¿Su voz tenía poderes hipnóticos? ¿Qué peligros representaba el océano para ella? ¿Podían salirle colmillos, y si era así, cómo se hacía?

Cada mañana se levantaba con una nueva pregunta. Las iba apuntando todas y cada una de ellas en un papel, porque no quería olvidarse de nada. Y así había acabado allí: lista para zambullirse y reunirse con sus congéneres, a fin de resolver algunas de sus inquietudes, y papel en mano.

Sin embargo, por mucho que mirara y mirase el mar, sus pies no avanzaban más allá de la roca. Si hubiera reconocido sus propias emociones, habría entendido que se debía a dos motivos: por miedo y por vergüenza.

Al final, llegó a la conclusión de que aquello era una tontería. Era una sirena, pero por encima de eso seguía siendo Hana. Si no quería cambiar, no lo haría. Buscaría la forma de remediarse y volver a ser humana. Adiós, madre sirena muerta. Adiós, hermana sirena viva. Se dejaría de problemas y de líos.

El propio papel era absurdo. Para encontrar a las sirenas, tendría que haberse sumergido en el mar y buscarlas. Para cuando las hallase, se habría desecho en pedazos por el agua, y con él sus preguntas. Enfadada consigo misma, le hizo una bola y se lo guardó en el bolsillo.

Acto seguido, retrocedió sobre sus pasos y abandonó la costa, internándose en una ciudad que conocía muy bien. Aun así, anduvo por ella durante horas sin rumbo fijo. Para abandonar la idea de zambullirse en el mar se había autoconvencido de que podía regresar a su estado normal. No obstante, en el fondo sabía que era imposible. Trataba de ganar tiempo para armarse de valor o encontrar las ganas de llevar a cabo la tarea que había ido a hacer: acudir a las sirenas.

Para cuando quiso darse cuenta, había anochecido. Estaba cansada de vagar y no tenía ningunas ganas de volver a Tierra de Partida, porque eso significaría haber hecho el viaje en balde. El agotamiento la llevó a pararse frente a un local, que no reconoció hasta leer su cartel:

«Taberna la Sopita»

Justo lo que necesitaba —se dijo, pensando en una cerveza bien fresquita para reponer fuerzas, entretenerse con algo más y… ¿por qué no? Olvidar un poco por qué se hallaba en ese infernal mundo.

Y sin más dilación, entró.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Light » Mié Ene 07, 2015 2:06 am

Light intentaba rememorar las indicaciones de Ronin mientras daba sus primeros pasos en aquel mundo, vacilante. Después de todo era la primera vez que ponía un pie en Port Royal y se encontraba totalmente desorientado.

La razón que le había impulsado a aventurarse por aquel mundo era bien simple. Quería distraerse, huir de las preocupaciones y de las responsabilidades de Caballero, olvidarse de la guerra entre los dos bandos; y además, probar aquella cerveza que le había recomendado Ronin. Aquellos últimos días cargados de tensión habían sido muy largos para él y habían pasado demasiadas cosas.

En primer lugar, había fallado en el Coliseo del Olimpo y había permitido que decenas de habitantes muriesen. A partir de aquel momento comprendió que era demasiado débil e inconsciente para seguir los pasos de sus padres.

Por otro lado, los últimos sucesos en La Red no dejaban de atormentarle; en particular, el ataque de Ronin que había servido como detonante de la guerra entre Tierra de Partida y Bastión Hueco.

A pesar de lo que hagan, no pretendo matarlos, del mismo modo que tú tampoco harás con Ragun

Todavía le costaba asimilarlo después de todo lo que había visto y oído. Su Maestro, el mismo que le había dicho literalmente que las cosas no estaban tan negras entre los dos bandos, el mismo que le había confirmado que nunca intentaría matar a sus amigos, lo había estropeado todo y la guerra ahora era una realidad. Tarde o temprano se matarían los unos a los otros.

Aunque tú mismo has comprobado hoy que los deseos no van siempre ligados a lo que uno debe hacer...”.

En aquellos momentos comprendía mejor que nunca aquellas palabras. Light detestaba Bastión Hueco y quería pensar que Ronin había tenido razones importantes para apuñalar su propio amigo, al Maestro del bando contrario. Que aunque no había deseado su muerte, no le había quedado otra opción y que había sido por el bien de todos.

Él tampoco había tenido opción en una ocasión y había decidido desbloquear la cerradura de La Red para salvar la vida del Renegado. Además, no había cumplido prácticamente ninguno de los objetivos de la misión. Y ese mundo posiblemente estaba ahora en peligro por su culpa…

Ofuscado, agitó la cabeza y la giró hacia un lugar en particular.

«El mar…», dijo para sí mismo, atento a la gran masa de agua que se expandía delante de sus ojos y le relajaba. Aquella era la primera vez que el aprendiz veía el mar, por lo que naturalmente se sorprendió y le dedicó varios minutos a observarlo desde la zona del baluarte. Puede que más tarde probara a meterse dentro para refrescarse.

Eso era precisamente lo que necesitaba: relajarse y dejar a un lado las preocupaciones.

Decidió finalmente desmaterializar su armadura, exhibiendo una indumentaria que parecía no encajar del todo con la ropa que se usaba en aquel mundo.

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Se puso en marcha y empezó a recorrer las primeras calles de la ciudad. Aun con las indicaciones de Ronin, se encontraba perdido y no le quedó otra que preguntar a los viandantes que se cruzaron con él. Estos observaron sus prendas de vestir con cierta extrañeza y supusieron que era un extranjero que venía de tierras lejanas.

De este modo, el aprendiz terminó localizando la taberna conocida como “Taberna La Sopita”. Podía percibir unas risotadas al otro lado de la puerta: parecía que alguien se lo estaba pasando bien allí dentro. Inevitablemente, experimentó un sentimiento de envidia que le impulsó a abrir la puerta y entrar dentro del local.

«No pierdo nada por probar, ¿no?» se cuestionó con una media sonrisa dibujada en el rostro.

Nunca había frecuentado lugares como ése, por lo que sería su primera vez. Si Ronin se lo había recomendado, seguro que valía la pena entrar allí dentro.

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Que empiece la locura (?)
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Suzume Mizuno » Mié Ene 07, 2015 2:08 am

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Post escrito originalmente por Narra~


¡Bieeeenvenido a la Sopita!

Alegre como siempre, borracho como nunca. Probablemente Light esperase una noche tranquila, con una o dos jarras de alcohol como mucho, pero la presencia inesperada de la misma persona que le había recomendado el local complicaría aquella situación: el gran Ronin, el mataryotas, le estaba esperando de pie sobre una mesa y una jarra en la mano.

La espuma de la bebida se le escapaba con sus torpes movimientos mientras se bajaba de la mesa y se arrojaba sobre Light. Cuando le alcanzó, medio contenido del recipiente golpeó la cara del muchacho y pudo saborear su amargo y frío sabor: al menos refrescaba, y eso nadie se lo podía quitar.

Uy, niño, tú no puedes beber. ¡A casita ahora mismo! —el Maestro se mofó del muchacho en voz alta y golpeó su pecho con la jarra medio vacía, entregándosela para que bebiera lo que quedaba—. ¡Anda, bebe! ¡Penas no hay si no recuerdas! ¡Hakuna Matata y te comes la patata!

Pero la llegada de otro sujeto distrajo al Maestro de la atención del joven Light. Se adelantó a la entrada y encontró a una chica peliazul con cara de pocos amigos, la cual recientemente había sobrepasado una experiencia traumática de la que el propio Ronin había sido testigo. ¿Y cuál era su respuesta inmediata?

¡Hana! ¡Niña desgraciá! —el Maestro la tomó del hombro y le comenzó a revolver el pelo, echándole su aliento de borracho en la cara—. ¡Tú también debes beber! ¡Mira, tengo un noviete aquí para ti!

Sin más dilación, empujó a la muchacha en dirección a Light para que se conocieran. No dijo nada más: un grupo de borrachos al fondo de la taberna había comenzado a cantar una alegre canción de un perrito que se ahogó al mar y, con el grito de esta es mi canción, se perdió entre la multitud para ir a cantar junto con aquellos hombretones bien fornidos.
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¡Gracias por las firmas, Sally!


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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Nell » Mié Ene 07, 2015 2:11 am

Antes de entrar, no se había fijado en el individuo que había pasado por delante. Si se hubiese percatado de quién era, tal vez hubiese cambiado de opinión y hubiese buscado cualquier otro antro de mala muerte, lo más alejado posible.

Y no es porque Light le cayera mal, qué va. Simplemente era un mal momento. Quería estar sola y reflexionar sobre todos los problemas que se habían cernido sobre su apacible vida de golpe. Que estuviera el otro aprendiz presente la obligaba a seguir las normas sociales de educación que consistían en saludarle, preguntar qué tal estaba él, qué tal estaba su familia e insistirle amablemente que se perdiera de vista para terminar con el incómodo encuentro,que Hana había tratado de evitar yendo precisamente allí.

Sin embargo, la realidad fue que estaba demasiado absorta para fijarse y entró sin más, pensando en la cerveza. Y cayendo en su propia trampa.

Porque si era una increíble coincidencia toparse en un remoto mundo con otro aprendiz de Tierra de Partida, no había palabra para describir lo que era encontrarse de frente con el Maestro que menos le apetecía ver.

Ronin. Además, un Ronin borracho.

Apenas le dio tiempo a poner un pie en la taberna para que el Maestro salvara la distancia entre ambos y la aprisionara poniéndole un brazo alrededor de sus hombros. Por si eso fuera poco, se dedicó a revolverle el pelo y a echarle el aliento alcohólico en la cara.

¡Basta! ¿¡Qué haces!? ¡¡Déjame en paz!! —gritó como una niña a la que su primo mayor tortura.

Nunca había imaginado que sería así su reencuentro tras los hechos ocurridos en Cabo Blanco. Por la testarudez del Maestro de llevarse vivo a Zande para interrogarlo, este había sido socorrido por sus aliados y había logrado escapar. En aquel momento, Hana le había echado en cara que no le hubiese permitido matarlo y otras tantas cosas de las que en realidad el Maestro no tenía la culpa. Y desde entonces, no habían vuelto a hablar del incidente. La aprendiza esperaba algún tipo de excusa o disculpa de Ronin, aunque en el fondo sabía que esta no llegaría. Lo que no esperaba de ninguna manera es que obviara tanto el tema.

La respuesta era sencilla: simple y llanamente, estaba borracho y las redecillas anteriores con una novata de poca monta ni las recordaría, ni le importaban.

Se le escaparon unos pucheros infantiles, y cuando iba a responderle que bebería y bailaría sobre su tumba, el Maestro la lanzó contra Light, a quien en apenas unos segundos Hana reconoció y atribuyó a la figura que había entrado delante de ella. En vez de quedar a una prudencial distancia del aprendiz, como quizá Ronin había pretendido (o no), perdió el equilibrio y se estampó contra él, cayendo en el suelo a su lado.

Enfurecida, se puso en pie con dificultad y exclamó:

¡Que te den!

No obstante, Ronin ya se había perdido entre la multitud, en busca del coro de marineros que cantaban sobre el pobre perro que se les ahogó en el mar. A Hana se le crispó todo el gesto y a punto estuvo de ir tras el Maestro a decirle unas cuantas cositas por la humillación que acababa de pasar, pero se contuvo. Estaba borracho y sería imposible hablar adecuadamente con él. A un borracho, como mucho, se le podía pegar y cruzar después los dedos porque no recordara nada al día siguiente.

Aun así, no se arriesgaría a luchar contra un Maestro por muy ebrio que se hallara… por ahora.

Más relajada, se dio cuenta de lo seriamente que se había estado planteando ir a intentar zurrar a Ronin y decidió dejarlo pasar. Comerse el orgullo y escupir a alguien para desahogarse, a ser posible. Suspirando para deshacerse de parte de esa frustración, se dio la vuelta hacia la barra, donde se sentó.

Entonces, recordó la presencia de Light. Había estado tan centrada en Ronin que había olvidado contra quién se había chocado.

¿Qué? ¿Te unes a una jarra? —le preguntó, a falta de otra cosa que decir. Pedirle perdón o preguntarle qué tal estaba habría supuesto seguir hablando de lo que acababa de pasar.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Light » Mié Ene 07, 2015 2:14 am

¡Bieeeenvenido a la Sopita!

Ronin, de pie sobre una de las mesas y con jarra en mano, le estaba dando la bienvenida al local. Light permaneció petrificado en el sitio, con rostro de estupefacción.

«¿Está borracho?», sospechó, impactado por aquella visión ridícula de su Maestro. Era demasiado ridículo para tratarse de Ronin incluso.

Esto… Hola.

Su Maestro descendió de la mesa torpemente para acercarse hasta él, derramando inevitablemente espuma de su jarra; y derramó mucho más cuando se acercó a su aprendiz, vertiendo la mitad del contenido de su jarra en su cara. El rostro de indignación dejaba muy claro que no le había sentado muy bien aquel derramamiento.

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Se relamió para saborear la bebida por primera vez. La amarga cerveza tampoco era de su agrado, aunque agradeció en el fondo —muy en el fondo— el refresque. Deportista y consciente de los efectos perniciosos del alcohol, jamás se había atrevido a probarlo hasta ese día.

Uy, niño, tú no puedes beber. ¡A casita ahora mismo!

¡Pero si tengo diecinueve años!

¡Anda, bebe! —le animó, acercando la jarra para que la cogiera—. Penas no hay si no recuerdas! ¡Hakuna Matata y te comes la patata!

Light no rechazó la invitación y cogió la jarra de cerveza, aunque no parecía muy entusiasmado. Inmediatamente, el Maestro salió disparado hacia la puerta para saludar al nuevo aprendiz que acababa de llegar. Al menos, no le empaparía como había hecho con él.

Se volteó hacia la entrada del local y comprobó que no era otra que Hana. No parecía estar de humor en aquellos momentos… (Ya eran dos).

Eh, Hana —la saludó.

¡Hana! ¡Niña desgraciá! —Ronin la prendió del hombro y comenzó a revolverla el pelo, molestándola.

¡Basta! ¿¡Qué haces!? ¡¡Déjame en paz!!

¡Tú también debes beber! ¡Mira, tengo un noviete aquí para ti!

Ronin empujó a Hana en dirección a Light, el supuesto noviete que había buscado para ella. La aprendiza, quien no pudo mantenerse de pie, chocó contra él y cayó torpemente sobre el suelo. Light la tendió el brazo para que la chica se pudiera levantar fácilmente.

Cuando volvió su mirada hacia Ronin, éste ya se había unido a un grupo de borrachos para canturrear una canción que desconocía.

Se encogió de hombros y echó un suspiro. ¿Acabaría como su Maestro si se dedicaba a beber sin ton ni son? Realmente ponerse a canturrear no entraba dentro de su carácter, así que ni de coña. Tampoco tenía pensado beber hasta el punto de caer borracho.

Viendo el panorama, no esperaba quedarse allí mucho tiempo. De hecho, comenzó a pensar que no tenía que haber ido en primer lugar: el ambiente no era tan divertido como había pensado. Se había imaginado una taberna más tranquila en la que podría contarle sus penas al dueño de la barra, pero no un descontrol como aquel.

En fin...

¿Qué? ¿Te unes a una jarra?

Claro.

Se aproximó a la barra nada más aceptar la propuesta de Hana y le pidió al encargado una jarra para cada uno. Se sentó en uno de los taburetes de madera y dejó a un lado la jarra entregada por su Maestro, desconfiado.

Esperaba un lugar más tranquilo, es la primera vez que vengo —explicó—. ¿Suele estar así de animado? —le preguntó, a la vista del alboroto que estaban formando los borrachos, entre ellos Ronin. Desconocía si era la primera vez que Hana acudía, así que asumió que ya conocía el local.

El encargado no tardó ni diez segundos en entregarles las jarras de cerveza. Light cogió la suya por el asa y se quedó mirando el contenido con cierta inseguridad, sin atreverse a beberlo. Nunca lo había hecho, después de todo. Aunque Hana comenzara a beber, él se quedaría absorto mirando la vasija.

Me pregunto si beber servirá para olvidar las penas —meditaba en voz alta sin darse cuenta.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Nell » Mié Ene 07, 2015 2:16 am

Fue toda una sorpresa ver a Light tan receptivo con el tema de la bebida. Por lo general, los aprendices de Tierra de Partida eran todo honor y justicia, motivo por el que seguramente la mayoría se rehusarían al alcohol, puesto que eran menores. Le había invitado a pesar de estar segura de que se negaría por eso mismo. No obstante, su reacción había sido la contraria.

Esperaba un lugar más tranquilo, es la primera vez que vengo —explicó, después de pedir dos jarras para ambos—. ¿Suele estar así de animado?

Ni idea. —Hana se encogió de hombros, recibiendo la jarra del camarero y dando el primer trago— No había venido antes. He encontrado el local por casualidad. Sin embargo, es poco común ver tabernas aburridas a estas horas. —Más entrada la mañana el ambiente habría sido diferente, con clientela habitual aburrida y algunos desgraciados perdiendo el tiempo.

Continuó dando tragos, cortos al principio para saborear la bebida y hacer más llevadero el silencio entre ambos. Había tenido compañeros de barra hacía mucho, mucho tiempo, aunque era incapaz de recordar qué temas de conversación tocaban entonces. Se dio cuenta de que eran memorias con detalles tan vagos porque habían ocurrido en otra vida, en otra época, cuando el resto de mundos no existían y todo su futuro era la piratería.

Cuántas cosas habían cambiado. De hecho, acababa de iniciar otra nueva vida. Una a la que ni siquiera era capaz de enfrentarse.

Desde su traslado a Tierra de Partida podía contar con los dedos las veces que se había dado el gusto de sentarse en un antro de mala muerte a disfrutar y degustar todas las bebidas alcohólicas que el tabernero supiera preparar. Simplemente, había olvidado esa costumbre para adquirir otras nuevas, como saltarse entrenamientos o afrontar misiones en otros mundos.

Se prometió mentalmente hacerlo más a menudo, sobre todo debido a las circunstancias que la llevarían a visitar Port Roal en otras ocasiones.

Me pregunto si beber servirá para olvidar las penas —comentó Light de repente.

Hana enarcó una ceja, con la jarra suspendida en el aire cuando trataba de darle otro sorbo. Parecía que hablaba para sí mismo, pero igualmente la aprendiza le respondió:

Oh, claro que lo hace —le aclaró—. La cerveza es esa buena amiga que siempre está ahí, dispuesta a ayudar a distraerte para que pienses en cosas más alegres y olvides los problemas que tienes en la vida. Diría que incluso te los resuelve, porque la otra compañera que te acompaña a la mañana siguiente, Resaca, te hace ver que lo anterior era insignificante en comparación con el día de jaqueca que te espera —se cachondeó.

¿Lo pensaba realmente? En cierto modo… sí. Si no fuera así, no se había metido en el local. Un poco de alcohol en sus venas, una mañana de dolor de cabeza y querría tirarse al mar de cabeza para no repetir la experiencia.

A pesar de ello, se le ocurrió otra idea. No es que fuera a dejar de beber, pero sabía que también le reconfortaría.

¿Que te parece si hacemos un trato? —le propuso, cruzándose de piernas—. Parece que ninguno de los dos ha venido solo por las vistas —se inclinó sobre la barra y le dijo al taberner—. No te ofendas. Esto es muy típico de Port Royal, ¿no? —y se volvió a dirigir a Light, ignorando la cara malhumorada del hombre. Mal asunto. Cualquiera en sus cabales no se cachondea de quien le sirve la bebida; no obstante, Hana estaba lanzada—. [color=lightseagreen]Las penas se apaciguan contándolas y se olvidan con la bebida. Tú me cuentas lo tuyo, yo lo mío y que todo se quede en el fondo del vaso. ¿Qué me dices?

No le hacía ninguna gracia revelar el secreto y la vergüenza que la habían llevado hasta allí. Sin embargo, por mucho que lo negara, estaba desesperada. Necesitaba compartirlo. Y una vez lo hubiera hecho, olvidarlo. Ya se preocuparía mañana de que Light se fuera de la lengua.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Light » Mié Ene 07, 2015 2:20 am

Oh, claro que lo hace. —En ese momento Light se dio cuenta de que había estado meditando en voz alta—. La cerveza es esa buena amiga que siempre está ahí, dispuesta a ayudar a distraerte para que pienses en otras cosas más alegres y olvides los problemas que tienes en la vida. Diría que incluso te los resuelve, porque la otra compañera que te acompaña a la mañana siguiente, Resaca, te hace ver que lo otro era insignificante en comparación con el día de jaqueca que te espera.

Ya veo. —Como tampoco había padecido en su vida una resaca no podía decir mucho al respecto, pero la idea de olvidar los problemas le entusiasmaba, aunque solo fuera una solución temporal.

Cogió con más entusiasmo y seguridad la jarra de cerveza y la condujo hasta su boca para comenzar a beber. El sabor amargo no le disgustó demasiado en aquella ocasión, así que dio un buen trago. Cuando se dio cuenta ya se había bebido la mitad del contenido del recipiente.

¿Que te parece si hacemos un trato? —sugirió—. Parece que ninguno de los dos ha venido solo por las vistas. —Por el breve encuentro que habían tenido antes con Ronin, Light podía intuir que Hana también había acudido allí para desahogarse—. No te ofendas. Esto es muy típico de Port Royal, ¿no? —se excusó al dueño de la taberna, quien posiblemente se había ofendido por su comentario—. Las penas se apaciguan contándolas y se olvidan con la bebida. Tú me cuentas lo tuyo, yo lo mío y que todo se quede en el fondo del vaso. ¿Qué me dices?

La idea de Hana no le parecía mala del todo. De hecho, había ido a la taberna con esa idea: la de contarle sus penas a alguien que le interesara. Ya se lo confesó todo a Ronin en aquel momento, así que compartir con Hana sus penas no sería demasiado difícil.

Light no se lo pensó mucho más y asintió con un leve movimiento de cabeza, aceptando la propuesta.

Me parece bien —dijo simplemente, más que convencido.

Antes de comenzar a contarle sus problemas, volvió a coger la jarra de cerveza y dio otro gran sorbo, demostrando que la cerveza no le causaba ninguna clase de asco. Si su compañera aprendiza que aparentaba menos edad que él podía beber, él no iba a ser menos.

Me encomendaron una misión. Se me encargó que protegiera la ciudad de Tebas porque se habían dado múltiples ataques de Sincorazón en aquel tiempo. Estuve vigilando durante horas y nada anormal apareció, así que di por hecho que no pasaría nada. Decidí apuntarme con otro aprendiz... —Prefirió no especificar que ese aprendiz era de la orden contraria— en uno de los torneos de combates que se celebraban allí. Simplemente quería hacerme con el dinero suficiente para comprar un objeto que me interesaba.

Ahora tocaba la parte más complicada que contar, en la que reconocía las consecuencias de sus actos. Cogió un poco de aire, echó otro trago y siguió explicando.

Fuimos eliminados en la final fácilmente así que al final no conseguimos nada. Cuando despertamos en el hospital… la ciudad estaba sumida en el caos y los Sincorazón lo estaban destruyendo todo —explicaba con frialdad, sin pestañear y sin dirigirle la mirada a Hana. Aunque no lo aparentara, le estaba costando bastante confesar todo aquello—. Aparecieron unos pocos y se multiplicaron rápidamente. Nadie pudo detenerlos, pero si hubiera estado allí en un primer momento… nada habría pasado. Muchas vidas, muchísimas, acabaron por mi culpa y no hice absolutamente nada aun estando en mi mano. Fallé la misión, y todo por mi codicia…

De poder tener la capacidad de viajar en el tiempo y cambiar sus decisiones del pasado, Light no lo habría dudado y hubiera rechazado la sugerencia de Ragun. ¿En qué demonios había estado pensando para aceptar? En la estúpida espada, claro está. Si no hubiera encontrado esa katana que le rememoraba a su madre, nada hubiera sucedido.

Ronin y Lyn acudieron y pusieron fin a la crisis. Cuando se lo conté a Ronin… simplemente se rió —confirmó muy serio, todo lo opuesto a su Maestro—. No se lo tomó en serio y me recomendó que viniera aquí —señaló brevemente a su Maestro con la mirada, quien parecía estar pasándoselo bien con sus amigos marineros—. Y bueno, esta es la historia de cómo acabé visitando este lugar.

No se imaginaba cómo reaccionaría Hana o qué opinaría en cuanto terminara de escuchar toda su historia. ¿Se carcajearía como Ronin, o por el contrario respondería con seriedad?
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Nell » Mié Ene 07, 2015 2:21 am

Me parece bien —dijo simplemente, más que convencido.

Hana asintió, dándole su tiempo para empezar. Había pedido a propósito que fuera él quien se desahogara primero. Si no escuchaba una historia triste o similar a la suya, probablemente no sería capaz de abrirse. Le imitó y aprovechó el rato para beber.

Me encomendaron una misión. Se me encargó que protegiera la ciudad de Tebas porque se habían dado múltiples ataques de Sincorazón en aquel tiempo. Estuve vigilando durante horas y nada anormal apareció, así que di por hecho que no pasaría nada. —Comprensible. Hana no habría pasado de la primera hora de vigilancia si había sido tan muermo como Light insinuaba—, Decidí apuntarme con otro aprendiz en uno de los torneos de combates que se celebraban allí. Simplemente quería hacerme con el dinero suficiente para comprar un objeto que me interesaba.

Hasta entonces, el relato aburría a Hana. Parecía una de esas típicas experiencias de aprendices novatos que contaban que habían faltado a su deber, el Maestro de turno los había pillado y estaban sumamente arrepentidos por ello. ¡Pff! ¡Ni que una regañina fuera el fin del mundo! Aunque le entendió mejor cuando dijo que el problema era monetario.

Fuimos eliminados en la final fácilmente así que al final no conseguimos nada. Cuando despertamos en el hospital… la ciudad estaba sumida en el caos y los Sincorazón lo estaban destruyendo todo. —Aquello sí la sorprendió, mirando fijamente a Light, aunque él esquivaba su mirada. Había tenido la mala suerte de que escaquearse de su misión había provocado una catástrofe—. Aparecieron unos pocos y se multiplicaron rápidamente. Nadie pudo detenerlos, pero si hubiera estado allí en un primer momento… nada habría pasado. Muchas vidas, muchísimas, acabaron por mi culpa y no hice absolutamente nada aun estando en mi mano. Fallé la misión, y todo por mi codicia…

»Ronin y Lyn acudieron y pusieron fin a la crisis. Cuando se lo conté a Ronin… simplemente se rió. —Hana bufó. Típico del Excelentísimo Maestro. Sin embargo, hubo de reconocer que sí le había visto serio en ocasiones, pero en aquel momento seguía enfadada con él y cualquier pulla en su contra la agradecía—. No se lo tomó en serio y me recomendó que viniera aquí. Y bueno, esta es la historia de cómo acabé visitando este lugar.

Al contrario de lo que pensaba Light, Hana no se rio. No lo encontraba gracioso. La propia experiencia del aprendiz le había llevado de nuevo a Cabo Blanco, la pacífica isla que Chihiro había destruido para chantajear a Ana Lucía. Allí también habían muerto muchos inocentes. Y si bien era cierto que Hana no se sentía responsable, puesto que no podía haber hecho nada por evitarlo, empatizó con Light.

Si la aparición de sincorazón fue tan masiva, incluso presente no podrías haber hecho nada. Y no os deberían haber mandado solos —dio por hecho que se había inscrito con su compañero de misión—. A veces las responsabilidades son una mierda. Obedece a este, protege al otro, no lo mates; ¡bla, bla, bla! —exclamó de repente, fruto de que comenzaban a dispersarse los límites de lo que podía o no hacer—. Se supone que nos vamos a pasar la jodida vida asegurándonos de que los inocentes duerman tranquilos todas las noches. ¿A cambio de qué? De nada. Ni siquiera tenemos libertad para hacer lo que nos venga en gana. Todos cometemos errores. Joder.

Le pegó un largo trago a la cerveza, vaciándola. Sabía que había llegado su momento. Ahora, según el trato, le tocaba a ella exponerse ante Light. Seguía sin hacerle gracia, pero no podía considerarlo mucho peor que ser el responsable de decenas de muertes. Además, el suyo era más personal y egoísta.

Mientras tanto, para hacer algo de tiempo, golpeó con la jarra la mesa para llamar la atención del camarero, señalando los vasos, el suyo y el de Light. Cuando volvió a estar servida, empezó a hablar.

Hace poco estuve aquí, en Port Royal. Ronin nos llevó en el barco de unas piratas, para cumplir la misión de capturar a una mujer peligrosa, una tal Chihiro. —Puestos a contar, mejor explayarse—. Coincidimos con un grupo peculiar, que se infiltró en nuestro navío como mercenarios antes de revelarse como los monstruos que eran. Tal vez hayas oído hablar de ellos, últimamente están en boca de todos. Se conocen como los Villanos Finales.

»El líder de aquellos tres era una abominable criatura —agarró con fuerza el asa del jarrón— se llamaba Zande. Luchamos contra él para tratar de evitar que consiguiera alcanzar la Fuente de la Vida, cuyas aguas permitían absorber años de otra persona —resumió, muy resumido. ¿Sería algo de todo aquello información clasificada? Hana suspiró, antes de reconocer la verdad—. Ganó. Y durante el combate, morí. O estuve a punto de hacerlo. Una sirena me encontró y halló el modo de salvarme la vida.

Alcanzó la mochila de su espalda y sacó una botella llena de agua, que dejó sobre la barra mientras volvía a ponérsela detrás. El camarero la observó ceñudo, y a punto debió de estar de acercarse a maldecirla por entrar con bebidas de fuera. Sin embargo, cambió de idea cuando vio a Hana desenroscar el tapón y echarse un poco de agua por encima de la cabeza, dejando que resbalara por su pelo.

Sí, tenía que refrescarse a menudo desde aquel viaje a Cabo Blanco. Y no, no tenía por qué hacerlo en ese momento, pero se dejó llevar.

Soy… —agachó la mirada, porque todavía le costaba reconocerlo y asimilarlo— una sirena. Una de ellas. No más humanidad —giró la cabeza en dirección adonde se debería hallar Ronin—. Supongo que no sería tan malo si mi salvadora… mi madre sirena, no hubiese muerto minutos después entregándole sus años a Zande para comprarle nuestras vidas. Para cuando llegó Ronin, ya era tarde. Ese monstruo se dejó arrestar por él, pero cuando propuse matarlo allí mismo, el muy capullo no me dejó. A causa de eso, sus compañeros vinieron a por él y huyó.[/b]

»La próxima vez nadie me impedirá que lo asesine. Juro que disfrutaré con ello.

Le había explicado bastante, a fin de llegar al quid principal del asunto.

En realidad, no he venido aquí hoy por eso. Quería hacerle una visita a las sirenas, para saber qué soy ahora. Pero no me he atrevido. Estoy escondiéndome como una cobarde detrás de esta jarra —la alzó, para corroborarlo—. Puede que también me viniese bien olvidarlo todo por unas horas.

Y eso era todo. Se sintió más a gusto consigo misma, soltándole la historia a alguien más, alguien ajeno. A pesar de que Jess y Malik habían estado presentes durante los acontecimientos, no se habría sentido igual de haberse abierto con ellos cuando tuvo la oportunidad. Precisamente, porque sabían demasiado.

El secreto, la vergüenza y su desdicha solo los recordaría Light.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Light » Mié Ene 07, 2015 2:30 am

Si la aparición de sincorazón fue tan masiva, incluso presente no podrías haber hecho nada. Y no os deberían haber mandado solos —opinó Hana—. A veces las responsabilidades son una mierda. Obedece a este, protege al otro, no lo mates; ¡bla, bla, bla! —comenzó a exclamar—. Se supone que nos vamos a pasar la jodida vida asegurándonos de que los inocentes duerman tranquilos todas las noches. ¿A cambio de qué? De nada. Ni siquiera tenemos libertad para hacer lo que nos venga en gana. Todos cometemos errores. Joder.

“Todos cometemos errores”, se quedó principalmente con esa idea tras escuchar a Hana. Light había sido entrenado desde muy pequeño para no cometer ninguno, para convertirse en el espadachín perfecto. El más fuerte de todos.

Cabía destacar que había sido entrenado por una mujer de lo más estricta. Obsesionada con la perfección, Ágatha Furier, su abuela adoptiva, le había enseñado a sostener una espada y a defenderse con ésta en todo tipo de situaciones.

En esos momentos se preguntó si su abuela tenía un motivo de fuerza para ser tan dura con él. Había conocido a bastantes aprendices como Nadhia que no habían tenido que pasar por ningún entrenamiento antes de entrar en Tierra de Partida. ¿Le había querido preparar para algo en particular…?

Sobre lo de que no tenían libertad, Light no lo consideraba así. En absoluto. En sus horas libres podían ir donde quisiera, tenía todo un universo a su alcance para explorar con su glider. Si no hubiera salido de Villa Crepúsculo, jamás hubiera conseguido esa libertad.

Todos cometemos errores… sí, supongo que tienes razón —admitió cabizbajo—. Pero el problema comienza cuando empiezas a hacer muchos errores seguidos…

Y como deseaba olvidarlos, volvió a echar otro gran trago, a la par que Hana. Las jarras se vaciaron por completo y Hana llamó la atención del encargado para que volviera a llenarlas.

Ahora te toca a ti mojarte —la invitó a que pasaran un tupido velo y comenzara a hablar de lo suyo.

Hace poco estuve aquí, en Port Royal. Ronin nos llevó en el barco de unas piratas, para cumplir la misión de capturar a una mujer peligrosa, una tal Chihiro. Coincidimos con un grupo peculiar, que se infiltró en nuestro navío como mercenarios antes de revelarse como los monstruos que eran. Tal vez hayas oído hablar de ellos, últimamente están en boca de todos. Se conocen como los Villanos Finales.
.
Así que te los has encontrado también —comentaba Light, pensativo.

A partir de ese momento la historia de Hana le interesó mucho más que antes. Después de todo, él se había encontrado con los Villanos Finales en múltiples ocasiones y había sido testigo de sus siniestras fechorías. ¿Qué demonios habrían estado tramando en Port Royal?

El líder de aquellos tres era una abominable criatura. —¿Se referiría al Emperador?—. Se llamaba Zande. —A pesar de que Light se había encontrado con él en Bastión Hueco nunca llegó a saber su nombre, por lo que supuso que no le conocía—. Luchamos contra él para tratar de evitar que consiguiera alcanzar la Fuente de la Vida, cuyas aguas permitían absorber años de otra persona —dio un suspiro—. Ganó. Y durante el combate, morí. O estuve a punto de hacerlo. Una sirena me encontró y halló el modo de salvarme la vida.

¿Cómo?

Antes de explicar el modo, parecía que Hana iba a hacer una pausa para dar un trago de agua. O eso creían él y el camarero, que la observaba con cara de pocos amigos.

No obstante, la chica solo sacó aquella botella de agua para derramar una poco del contenido sobre su cabeza, refrescándose.

Light simplemente se quedó callado, observándola expectante.

Soy… una sirena —Light puso los ojos en blanco, mostrando una expresión de sorpresa. Por un momento pensó que estaría bromeando, pero no. Le bastó con seguir escuchando para asegurarse de que le estaba hablando en serio—. Una de ellas. No más humanidad. —La chica rotó la cabeza, hacia Ronin—. Supongo que no sería tan malo si mi salvadora… mi madre sirena, no hubiese muerto minutos después entregándole sus años a Zande para comprarle nuestras vidas. Para cuando llegó Ronin, ya era tarde. Ese monstruo se dejó arrestar por él, pero cuando propuse matarlo allí mismo, el muy capullo no me dejó. A causa de eso, sus compañeros vinieron a por él y huyó.

»La próxima vez nadie me impedirá que lo asesine. Juro que disfrutaré con ello..

Ojala fuera tan fácil —comentó tras dar un suspiro—. Supongo que ya lo sabes, pero esos Villanos Finales son un grupo de maleantes peligrosos: están a un nivel muy por encima del nuestro. Te lo digo por experiencia propia. —Ya había dejado caer que les conocía, pero decidió contarle sobre su experiencia con ellos—. La última vez que me enfrenté a los Villanos Finales fue en Bastión Hueco, en su guarida. Hicimos una tregua temporal con el bando de Bastión Hueco y nos colamos en su base para rescatar a alguien que tenían secuestrado, un ciudadano de Ciudad de Paso que se llamaba Cloud.

»Prácticamente… jugaron con nosotros
—admitió amargamente—. Salvamos a Cloud y logramos escapar gracias a los Maestros: de no ser por ellos todos habríamos muerto. No pudimos hacer nada, eran demasiado poderosos. Nos acorralaron y, dándonos por muertos, se molestaron en contarnos su objetivo: quieren eliminarnos a los Portadores.

»Y seguramente lo consigan… a menos que entrenemos y estemos preparados para cuando nos toque luchar contra ellos.
—Sorbió bastante cerveza de su jarra. Lo que daría por olvidar todo lo sucedido ese día; por quitarse de la cabeza la imagen de Mateus devorando el corazón de Ban—. Puedo decirte lo mismo que me has dicho a mí: ellos eran demasiado poderosos y lo teníais muy difícil. Entiendo cómo te sientes.

En realidad, no he venido aquí hoy por eso —admitió Hana—. Quería hacerle una visita a las sirenas, para saber qué soy ahora. Pero no me he atrevido. Estoy escondiéndome como una cobarde detrás de esta jarra. —Levantó ésta—. Puede que también me viniese bien olvidarlo todo por unas horas.

Permaneció en silencio, asimilando todo lo que Hana había compartido con él. Intentó ponerse en su lugar. Por una parte comprendía que se sintiera responsable del sacrificio de su madre sirena y temiera que aquellas de su misma especie se lo echaran en cara, pero por otro lado era algo que la muchacha debía afrontar.

Debe ser difícil para ti afrontar lo de ser una sirena, todavía me cuesta creerlo… Pero oye, a mí me sigues pareciendo tan humana como siempre —indicó, restándole importancia—. No sé si mi opinión sirve de mucho… pero creo que un día deberías armarte de valor e intentar reunirte con todas esas sirenas. En estos tiempos difíciles de guerra en los que podemos palmarla en cualquier momento tenemos que hacer lo que nos apetezca y aprovechar nuestras vidas al máximo. Entiendo que es duro, pero si mueres sin haberte reunido con ellas lo lamentarías en el más allá, ¿no crees? Nunca sabrías quién eres.

Mientras seguía escuchando a Hana bebía más y más cerveza, hasta que vació un par de recipientes más. Su cuerpo se empezaba a acostumbrar al alcohol y se sentía cada vez más contento. De vez en cuando dejaba escapar una risilla por cualquier nimiedad sin importancia.

Se le ocurrió una idea un poco suicida, pero podía ser divertida. En aquellos momentos le apetecía probar nuevas experiencias; y qué mejor momento que ahora, cuando les apetecía olvidar. El alcohol no estaba tan mal después de todo, y ya se había cansado de cerveza…

Eh, tengo una idea. —A continuación llamó al encargado de la barra para que les atendiera—. ¡Sírvanos el alcohol más potente de su taberna! —exclamó algo eufórico y despreocupado. Los marineros y piratas más cercanos a ellos no pudieron evitar carcajear tras oírle. Pero a Light le dio igual. ¿Tequila? ¿Whisky? ¡Aguantaría cualquier cosa que le echasen!—. ¿Ves a ese hombre con parche que está canturreando con los demás? —señaló con el dedo a Ronin—. Él pagará todo.

Dejó escapar una risotada en cuanto el hombre se alejó de ellos para coger la botella de alcohol. Si Hana estaba de acuerdo, sugeriría que brindaran para aprovechar la vida al máximo y olvidar los problemas; esto último al menos temporalmente.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Nell » Mié Ene 07, 2015 2:36 am

Al parecer, Light conocía bastante a los Villanos Finales, porque comenzó a contarle su experiencia con ellos. Se quitó el agua de las orejas para ponerle toda su atención: si quería perseguir a Zande, tenía que saber todo lo que pudiera sobre ellos.

Ojala fuera tan fácil —comentó tras dar un suspiro—. Supongo que ya lo sabes, pero esos Villanos Finales son un grupo de maleantes peligrosos: están a un nivel muy por encima del nuestro. Te lo digo por experiencia propia —ya había dejado caer que les conocía, pero decidió contarle sobre su experiencia con ellos—. La última vez que me enfrenté a los Villanos Finales fue en Bastión Hueco, en su guarida. Hicimos una tregua temporal con el bando de Bastión Hueco y nos colamos en su base para rescatar a alguien que tenían secuestrado, un ciudadano de Ciudad de Paso que se llamaba Cloud.

»Prácticamente… jugaron con nosotros
—admitió amargamente—. Salvamos a Cloud y logramos escapar gracias a los Maestros: de no ser por ellos todos habríamos muerto. No pudimos hacer nada, eran demasiado poderosos. Nos acorralaron y, dándonos por muertos, se molestaron en contarnos su objetivo: quieren eliminarnos a los Portadores.

»Y seguramente lo consigan… a menos que entrenemos y estemos preparados para cuando nos toque luchar contra ellos.
—Sorbió bastante cerveza de su jarra. Lo que daría por olvidar todo lo sucedido ese día; por quitarse de la cabeza la imagen de Mateus devorando el corazón de Ban—. Puedo decirte lo mismo que me has dicho a mí: ellos eran demasiado poderosos y lo teníais muy difícil. Entiendo cómo te sientes.

De manera ególatra, Hana pensó al instante que no, que no era su caso. ¡Lo había tenido delante, a apenas unos centímetros de distancia, derrotado e indefenso! Podría haberlo matado, si no fuera por el maldito de Ronin y su ideología de la paz, el amor y el no a la guerra (bueno, últimamente eso último no demasiado).

Light era un buen oyente, porque no se rio de ella ni cuando el acto de la botella (¿le estaba haciendo efecto ya el alcohol?), ni en la revelación de la sirena. En su lugar, Hana se habría tronchado en su cara. Hasta que no conocías a las sirenas de verdad, y estas no eran más que personajes de los cuentos de hadas, parecían más propias de chistes tontos que de leyendas sobre monstruos.

Debe ser difícil para ti afrontar lo de ser una sirena, todavía me cuesta creerlo… Pero oye, a mí me sigues pareciendo tan humana como siempre. No sé si mi opinión sirve de mucho… pero creo que un día deberías armarte de valor e intentar reunirte con todas esas sirenas. En estos tiempos difíciles de guerra en los que podemos palmarla en cualquier momento tenemos que hacer lo que nos apetezca y aprovechar nuestras vidas al máximo. Entiendo que es duro, pero si mueres sin haberte reunido con ellas lo lamentarías en el más allá, ¿no crees? Nunca sabrías quién eres.

Oh, sí, tienes razón. No me arrepentiré de no visitarlas. Pero me habría gustado hacerlo con la cabeza de Zande bajo el brazo. Puede que eso me hiciera encontrarle un sentido a todo lo que ha ocurrido.

El tema de sus desdichas quedó aparcado. Pese a que la intención no había sido que se apoyaran mutuamente, sino solo escucharse entre sí, Hana estaba contenta de que al final el otro hubiese dado más que una opinión, como consejo o alivio. En su caso, le hacía sentirse mejor.

¿O era cosa del alcohol? Bah, a quién quería engañar, claro que era el alcohol. Terminó otro sorbo y relamió las últimas gotas, porque comenzaba a avergonzarse de todo lo que acababa de contar y eso no podía estar bien. De ninguna manera. Necesitaba más.

Eh, tengo una idea —Light se dirigió al camarero—. ¡Sírvanos el alcohol más potente de su taberna!¿Ves a ese hombre con parche que está canturreando con los demás? —señaló con el dedo a Ronin—. Él pagará todo.

A pesar de las risas a su alrededor por la petición inocente del aprendiz, Hana también se rio al escuchar lo último. ¡Sí, eso era lo que precisamente necesitaba! ¡Joder (no literalmente) a Ronin! El Maestro le iba a pagar una de sus mejores borracheras por todas las putas desgracias que le estaba haciendo pasar últimamente. ¡Se lo merecía bien merecido!

OH, SÍ, por fin una buena idea, lucecita. Me equivoqué contigo, pensaba que en ese cerebro solo tenías esas mierdas de honor y justicia como el resto de paletos de Tierra de Partida —le dijo, tal cual, porque mientras que a Light se le comenzaba a soltar la risa, a Hana se le soltaba la lengua (más que de costumbre).

El camarero refunfuñó algo de que era demasiado fuerte para unos niños y Hana comenzó a protestar sobre que no tenía ni idea de apreciar clientes, que si su madre podía aguantarlo ella también, etcétera, etcétera. En realidad, pegó más berrinches ininteligibles, que a ella le sonaban muy cuerdos, que otra cosa, pero consiguió su objetivo y el tabernero cedió.

Cogió el vaso para acercarlo y brindar con el de Light. El chico propuso un brindis por la vida al máximo y la despreocupación momentánea de los problemas, pero Hana tenía otra idea en mente.

¡Y una mierda! ¡Un brindis porque somos jóvenes, y la noche es joven, y los viejos pagan, y nos lo hemos ganado! —Chocaría la copa en cuanto él decretase por qué más el brindis, puesto que las razones no acababan en la mente de Hana.

Y hecho el ritual, se llevó la copa a los labios y bebió. Nada más entrar en contacto con su boca, sintió que le quemaba la lengua y el paladar, por lo que se apresuró a tragarlo y, por tanto, le empezó a quemar y escocer la garganta. Tosió varias veces, porque nunca había probado nada igual y, por orgullo, rechazó la propuesta del tabernero a un vaso de agua. A su alrededor, los marineros rieron más fuerte y comentaron acertadamente que seguían siendo muy jóvenes para resistirlo.

Solo me ha ido por mal sitio —se excusó inútilmente.

«No tienen ni idea, ni puta idea. Son unos idiotas que no van más allá de una legua, que fardan de haber visto mundo cuando hay miles de mundos por ahí, en cada uno esperando una tragedia diferente para el visitante que se atreva a venir del exterior», pensó, de manera absurdamente profunda para el estado en el que se iba encontrando poco a poco.

Ni puta idea —repitió en voz alta—. Liiiight… —le sonrió pícaramente. Contrario a lo que pudiera parecer, era todavía muy consciente de sí misma—. ¿Y si les metemos un «sustito» de nada? ¿Qué se te ocurre?

Necesitaba pasar de ser la hazmerreír a la matona.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Light » Mié Ene 07, 2015 2:39 am

Hana se mostró entusiasta en cuanto escuchó su idea: la de aprovecharse de Ronin para poder beber el alcohol más bestia de la taberna. Los marineros más cercanos se rieron inmediatamente nada más escucharles. Light también se estaba riendo; en parte, contagiado por la risotada de estos.

«La verdad es que es una locura… pero bueno».

OH, SÍ, por fin una buena idea, lucecita. Me equivoqué contigo, pensaba que en ese cerebro solo tenías esas mierdas de honor y justicia como el resto de paletos de Tierra de Partida.

Puede que no me conozcas tanto como creías. Después de todo solo hemos hecho una misión juntos —le guiñó el ojo y siguió carcajeándose. En el fondo, muy en el fondo, estaba seguro de que a Ronin no le importaría pagarles esos vasillos. ¡Si él le había sugerido el lugar y todo! Y además era su Maestro…

El dueño de la barra se acercó a estos nada convencido, reacio a soltar la botella. No tenía intención de dejarles probar aquella bebida a la vista de los jóvenes que eran. Entre Hana y él intentaron convencerle; sobre todo la primera, que comenzó a desvariar bastante.

¡Aunque seamos jóvenes somos marineros curtidos! —mintió descaradamente, sacando pecho—. ¡Y ya hemos tomado mil veces ese… Bloody Ryota. —Intentó leer disimuladamente el nombre inscrito en la etiqueta de la botella.

«Menudo nombre, ¿no?».

Parecía que todas sus excusas habían colado. El tabernero finalmente cedió y comenzó a servirles la bebida alcohólica. Light miraba fijamente la botella mientras tanto, con los ojos muy abiertos, preguntándose cómo sabría aquella bebida en comparación con la cerveza.

Cogió el vaso y se dispuso a brindar. El chico brindó para vivir la vida al máximo, a pesar de la guerra; y olvidarse de los amargos problemas. Ella en cambio…

¡Y una mierda! ¡Un brindis porque somos jóvenes, y la noche es joven, y los viejos pagan, y nos lo hemos ganado!

¡Porque molamos! —La verdad es que no sabía qué más añadir tras lo dicho por Hana, por lo que soltó la primera chorrada que se le ocurrió.

A continuación bebió del vaso y… no pudo saberle peor. Era espeluznante, asqueroso; como beber colonia, puro fuego. Todos los cercanos a Light pudieron ver la amarga mueca en el rostro del aprendiz, con los ojos entrecerrados. Intentó tragar el ardiente líquido lo más rápido posible, incapaz de soportar su ardor.

Hana por su parte comenzó a toser, llamando mucho más la atención que él. Light se rió sin malicia de su compañera, como el resto de marinos más cercanos.

Solo me ha ido por mal sitio —justificó.

Esto no ha sido nada —balbuceó, e incluso tuvo el valor de pedir otro vaso, y por supuesto pidió otro para Hana. Podían seguir bebiendo porque Ronin supuestamente lo pagaría, así que no había problema. Si el Maestro se negaba… pues mala suerte, tendrían que apoquinar.

No obstante, Light estaba seguro de que había traído el dinero suficiente para pagar unos cuantos vasos de Bloody Ryota. Apenas se había gastado en las cervezas anteriores, después de todo.

Ni puta idea —dijo Hana de repente, aunque Light no comprendió a qué venía eso. De todos modos, teniendo en cuenta el estado de embriaguez en el que se encontraba, le dio importancia nula—. Liiiight… —El aprendiz se giró hacia ella, interesado—. ¿Y si les metemos un «sustito» de nada? ¿Qué se te ocurre?

Tampoco te pongas así, mujer, deja que se rían —contestó despreocupado—. Aunque si te soy sincero… creo que sería divertido hacer algo —habló en voz baja a partir de ese momento y dejó salir una risilla traviesa. Él no le daba tanta importancia como Hana, pero podía ayudarla a maquinar algo.

Mientras comenzaba a discurrir, un hombre bastante apuesto y elegante se acercó a la barra para pedir. Su ropa, diseñada por alguien de renombre, contrastaba muchísimo con la del resto de marineros y dejaba claro que se trataba de alguien de la más alta clase social.

Educado, preguntó al encargado de la barra por el alcohol más caro del lugar. También se interesó por su precio; no porque le faltara dinero precisamente, sino para hacerse a la idea de su calidad. Si no le convencía, tendría que marcharse a otra taberna que pudiera satisfacerle.

¿El Bloody Ryota? —Light prestó atención a las palabras del dueño en cuanto escuchó el nombre de la bebida—. Pues un vaso de esta maravilla importada de Gran Bretaña le costará ni más ni menos que…

«Dios».

Buscó a Ronin entre la multitud y deseó con todas sus fuerzas que no se acercara a la barra. Porque si se llegaba a enterar de que sus aprendices habían acordado que él pagara tal cantidad…

Prefería ni imaginárselo. Incluso empezó a reírse en bajo de su situación: estaban metidos en problemas muy gordos. Hana podía interpretar por su risa que había maquinado algo muy divertido.

Y en parte… estaba en lo cierto. A Light se le ocurrió un plan muy pronto, no requirió de mucho más tiempo para idear la travesura. Estaba desesperado después de todo, quería largarse de allí ya. No ideó nada peligroso por supuesto… en principio.

Pueeeees podemos empaparles por sorpresa con un Aqua para que sean ellos quienes se atraganten, mientras cantamos con ellos, por ejemplo —confesó en voz baja—. Un hechizo muy débil lógicamente, claro… algo que no pueda resultar peligroso para unos fornidos y valientes marineros como ellos. —Hizo énfasis en aquellos dos calificativos y volvió a reírse por enésima vez—. Y entonces, aprovechamos el despiste que provocará la magia para darnos a la fuga. Sin pagar…

Light era consciente de que si su abuela se llegaba a enterar de aquello le destrozaría y le mandaría de vuelta a Villa Crepúsculo. Se le revolvió el estómago al imaginar esa posibilidad y de nuevo le volvió a entrar la risa.

«Esto es una puta locura».

Pero… no le quedaba otra, y el motivo era bien simple.

La realidad era que apenas había traído dinero y ni de coña podría pagar el Bloody Ryota —se rió para sus adentros cuando volvió a recordar el nombre del alcohol: qué irónico y absurdo todo—. Cuando escuchó el precio del vaso de la boca del tabernero, se le cayó el alma a los pies. No había traído tantos platines, ni de lejos. ¿Cómo podía ser más caro ese licor que sabía mil veces peor que la cerveza? Había esperado que fuera al revés, sería lo lógico.

Por su bien, debían fugarse antes de que Ronin se diera cuenta de su jugada o fuera el primero en marcharse; aunque se lo estaba pasando tan bien cantando con sus amigos que dudaba mucho que se largara en breves, por lo que tenían tiempo.

Mira, en realidad estoy sin blanca —admitió algo más serio. Después soltó una carcajada porque su situación le parecía jodidamente ridícula y el alcohol le estaba afectando bastante. Por supuesto, mientras le confesaba esto a Hana, se mantendría con ojos avizor para evitar que el dueño de la barra les escuchara—. Estoy seguro de que Ronin se negará a pagar si se entera, dios, así que tenemos que pirarnos sí o sí, antes de que lo sepa.

»Y-yo… no sabía que esto valía tan caro, joder, joder, no podré pagarlo. Por eso tenemos que largarnos —farfulló—. A menos que a ti no te importe apoquinar… ¿Pero tú tienes tal cantidad de dinero? —Especificó dicha cantidad por si la chica no era consciente. Realmente, dudaba bastante que alguien tan joven como él fuera con aquella cantidad de dinero por ahí. Y Hana no tenía pinta de estar forrada precisamente.

Cogió aire tras su discurso atropellado e intentó relajarse para recuperar la compostura. Si Hana tenía otra sugerencia, la escucharía y aceptaría siempre que pudieran salir de allí.

Acercó los dos nuevos vasos de Bloody Ryota —desde que había descubierto su precio le había cogido mucho más asco— y alzó el suyo. Se dispuso a dar otro brindis con Hana.

Decidido entonces. Tú quieres hacer tu travesura y ambos necesitamos largarnos. ¿Trato hecho?
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Nell » Mié Ene 07, 2015 2:41 am

Al contrario que ella, a Light le había sentado mucho mejor. O eso creyó apreciar la muchacha, que se sintió repentinamente más iracunda al verle tan gracioso después de tomar tal asquerosidad. ¡Ella había bebido mucho (bueno, un poco) incluso desde antes de largarse a Tierra de Partida, tendría que tener el estómago más preparado!

Esto no ha sido nada.

Trató de autoconvencerse de que lo que ocurría es que había perdido la costumbre de beber. Sí, tenía que ser eso. Para su desgracia, Light pidió un segundo vaso para ambos, y por poco no se le quedó cara de horror. Lo aceptó y se propuso poner de nuevo a prueba su paladar en ese trago.

Por otra parte, Light tampoco se ofendió por las risas de los marineros, a pesar de ser ELLOS el blanco de estas.

Tampoco te pongas así, mujer, deja que se rían. Aunque si te soy sincero… creo que sería divertido hacer algo

Y esa aprobación fue más que suficiente. Hana comenzó a mirarles disimuladamente (bueno, ella creía que era disimulado) mientras su cabeza maquinaba la venganza. ¿Y si les freía con unos cuantos Electro? No, demasiado llamativo. ¡Oh, ya! ¡Podía desplumarles por completo si aceptaban jugar a las cartas y trampeaba como bien sabía! Aunque se había dejado las suyas en Tierra de Partida… Mmm, ¿y qué tal si les enfrentaban a un terrorífico grupo de sincorazón para verles cagarse en los pantalones? Seguro que había alguna manda por Port Roya, siempre estaban al acecho entre lo peorcito de la sociedad.

Light se rio de repente, él solo, llamando de nuevo su atención. No había estado prestando atención a lo mismo que el aprendiz.

¿Qué se te ha ocurrido, genio? —le preguntó, todavía ultimando en su cabeza el plan chorra de los sincorazón.

Pueeeees podemos empaparles por sorpresa con un Aqua para que sean ellos quienes se atraganten, mientras cantamos con ellos, por ejemplo. —Hana se desternilló—. Un hechizo muy débil lógicamente, claro… algo que no pueda resultar peligroso para unos fornidos y valientes marineros como ellos. Y entonces, aprovechamos el despiste que provocará la magia para darnos a la fuga. Sin pagar…

¿Sin pagar? ¡Para qué, si todo corría a cuenta de Ronin! Soltó otra carcajada al recordarlo.

Mira, en realidad estoy sin blanca. —Hana enarcó una ceja, porque Light se estaba comportando como un completo payaso por tratar de mantener una cara seria al mismo tiempo que se reía por cualquier cosa—. Estoy seguro de que Ronin se negará a pagar si se entera, dios, así que tenemos que pirarnos sí o sí, antes de que lo sepa.

¿Saber qué? ¡Venga, no te eches atrás! ¡Se lo merece! Y seguro que como Maestrazo, espera, ¿se dice así? —Se paró unos segundos a pensarlo—; lo que te iba diciendo, seguro que cobra un pastón y está forrado. Eh, ¿de dónde sacará dinero Tierra de Partida para la calefacción?

Y-yo… no sabía que esto valía tan caro, joder, joder, no podré pagarlo. Por eso tenemos que largarnos —siguió explicándole Light—. A menos que a ti no te importe apoquinar… ¿Pero tú tienes tal cantidad de dinero?

Finalmente, Light le dijo el coste total del Bloody Ryota (y tan sangriento, todavía le escocía la garganta) y pudo comprender por qué de repente el aprendiz estaba «tan» preocupado. A ella, en cambio, le hacía gracia., y no se retractó.

Relááájate, todo está bien. —Le puso las dos manos manos sobre los hombros, para que no se tensara por un asunto tan nimio—. Ronin paga, pero si tanto te preocupa, tenemos dinero de sobra, tú confía en mí. —Le guiñó un ojo, porque la idea que había tenido para solucionarlo la enorgullecía bastante.

Ni tenía suficiente dinero para pagarlo de su bolsillo, ni pensaba gastárselo. Sería el de otros bolsillos quien se lo pagara. Solo tenía que buscar el momento idóneo para hurtárselo a todos, como extra de la broma que tenían prevista.

El camarero volvió a llenarles las copas y Light le pasó la suya, mientras alzaba la propia para un nuevo brindis.

Decidido entonces. Tú quieres hacer tu travesura y ambos necesitamos largarnos. ¿Trato hecho?

Claro que sí, campeón —aceptó con absoluta sinceridad, brindando. Esta vez no se le ocurría nada ingenioso que decir, porque su mente volaba hacia otros pensamientos, así que se lo dejaría a Light.

»Entonces, ahora yo les hago cantar y cuando me des la señal, les rociamos con Aqua y salimos corriendo, ¿no? —repasó el plan—. ¡Pues vamos a ello!

Se bajó de su taburete para encaminarse hacia el grupito de marineros y, de un salto que por poco la desequilibra, subió a la mesa, donde se puso en pie y llamó la atención de todos.

¡Escuchadme, descerebrados! ¿Qué cojones os pasa? ¡Somos la parte muerma del local, no me jodáis! ¡Hasta esos tipos saben divertirse más que vosotros! —vociferó, señalando al grupo de Ronin—. ¡Así que venga, desgraciados, vamos a hacer tanto escándalo que se tengan que ir con el rabo entre las piernas! —les animó, como si fuera una competición.

Desde el momento en el que había puesto un pie en la mesa, los marineros no habían dejado de reírse entre ellos, entreteniéndose con la función de la niña borracha y poco más, sin tomarse nada en serio de lo que decía. Sin embargo, no cabía duda de que en la otra parte de la taberna había una juerga de envidia, y si estaban allí era para divertirse, aunque fuese con la propuesta de una renacuaja.

Estaba tan lanzada que ni siquiera se había parado a pensar antes en una canción, por lo que comenzó a entonar la primera que le vino a la cabeza. Canto de sirena, ¡arriba el telón!

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Impulsada por el viento del atardecer.
Iba yo, hacia el cabo del arcoiris.
Oí una melodía antes del amanecer
y esa es la canción que nunca podré olvidar.
Las aves ya veo volar
hacia oriente se alejarán.
Ven, yo de un atajo sé para ir
a la isla del tesoro.
En el paraíso de los siete mares
tras una tormenta de oscuro fragor,
nueva vida renacerá y así
podrá transmitir el amor.
De los siete mares la melodía
aunque llegue el día en que hay que partir.
Desde que yo la pude oír,
¡nunca jamás la voy a olvidar!


Poco a poco, los marineros se fueron sumando y la letra fue cada vez más difusa, porque los vozarrones enturbiaban la canción. Hana se bajó de otro salto de la mesa, y fue caminando entre los hombres, gritándoles a los oídos a aquellos que todavía no cantaban para animarles a que se unieran o echándoles un vaso de cerveza por encima. A ella también se lo hicieron en un despiste.

Siguió rondándoles, de vez en cuando mirando a Light para estar atenta a la señal, mientras el ruido de la taberna crecía y sus bolsillos, cómo no, se iban llenando.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Light » Mié Ene 07, 2015 2:44 am

Light se sentía más aliviado cuanto más escuchaba a Hana. Ella no aparentaba nerviosismo alguno, e incluso parecía tener toda aquella situación bajo control.

Brindaron y tomaron por última vez el imbebible Bloody Ryota, que le seguía dejando un mal sabor de boca y un ardor agobiante. No sabía tan mal como la primera vez que lo probó, pero seguía estando malísimo.

Tan malo que en vez de pagar una fortuna deberían cobrar por consumirlo.

Mi señal consistirá en alzar los dos brazos para dirigir correctamente el conjuro. Ni uno ni tres, los dos brazos, recuerda.

A continuación, el aprendiz se limitó a observar cómo su compañera se alejaba de él para llevar a cabo su parte del plan. Hana se subió a una mesa —casi no vive para contarlo— y empezó a llamar la atención de todos los presentes. Les echó en cara que no estaban haciendo suficiente ruido en comparación con el grupo de Ronin y les exigió que se animaran.

No la hicieron mucho caso, e incluso empezaron a mofarse de ella. Hasta que se puso a cantar.

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Entonces, todo cambió. Sorprendido por la voz de Hana —nunca se había imaginado que se le diera tan bien cantar—, Light abandonó su taburete para acercarse a ella y escucharla desde una posición más cercana.

Cuando empezó a andar notó cómo el mundo que le rodeaba giraba y se trastabilló, cayendo de bruces. Afortunadamente, Hana era el centro de atención en ese momento y su público apenas se dio cuenta de su patética caída.

Maldijo al suelo y se levantó rápidamente. La cabeza le empezaba a dar vueltas por culpa del alcohol; alcohol que, por cierto, había ingerido demasiado rápido, sin moderación. Además no estaba nada acostumbrado, por lo que la bebida le iba a pasar mucha factura más adelante.

Una vez se puso de pie, Light alzó el puño y comenzó a canturrear en alto cuando se hizo a la idea de la letra, animando a los demás a cantar con él. Al cabo de muy poco tiempo todos acabaron uniéndose a ellos y empezaron a cantarla también, más animados que nunca.

Lo habían conseguido. Todos habían enloquecido y estaban armando muchísimo revuelo. A pesar de que Hana se había bajado de la mesa aquella locura no se detuvo; ni la canción, que se podía seguir oyendo de manera difusa en toda la taberna. Incluso alguno que otro se atrevió a imitar a Hana y se colocó sobre una de las mesas del local.

«Bien, ahora tenemos que lanzar el hechizo».

Light necesitó tiempo para realizar la magia, ya que era incapaz de ejecutar un Aqua por sí mismo. Cerró los ojos y se concentró momentáneamente para activar su Nexo-D con Nadhia. Una agradable sensación de calma le invadió y notó cómo la magia rebosaba dentro de él. Ahora tenía a su disposición un gran número de hechizos que podía utilizar a su gusto, aunque solo podía elegir tres en particular.

Solo necesitaba uno, el hechizo elemental de agua. Y ya podía ejecutarlo, pero Light quería esperar al momento idóneo. Para que se diera ese momento, nadie debería estar fijándose en ellos, en especial Ronin. Si les descubría invocando magia para intentar escapar, se les caería el pelo y con total seguridad les impediría la huida, aun estando borracho (o quizás no, quién sabe). Por muy borracho que estuviera prefería no jugársela.

Light eligió una posición cercana a la salida para poder escapar rápido nada más lanzar el hechizo. Esperaba que su compañera hiciera lo mismo, porque si no tardaría demasiado en escapar y se arriesgaría a que Ronin la detuviera. Le haría señas con la cabeza indicando la salida cuando el Maestro no estuvieran mirando.

Mientras buscaba un sitio idóneo, intentó por todos los medios que él y Hana no perdieran el contacto visual. Ella era la única que debía estar mirándole, eso era esencial.

Interrumpió un segundo ese contacto visual para comprobar qué estaba haciendo Ronin. Perfecto, no le estaba mirando.

Indudablemente, aquel era el momento.

Alzó los dos brazos por fin y la locura llegó a su culmen. Una ola de agua fría creada por él se lanzó contra un amplio grupo de marineros. Unos pocos cayeron al suelo y los que salieron indemnes se desternillaron por el tropiezo de sus compañeros. Algunos también empezaron a buscar el origen de aquella ola imprevista, pues la cantidad de agua liberada había sido descomunal.

Pero Light no pudo comprobar estas reacciones de ninguna manera porque en cuanto creó la ola salió por patas como gallina sin cabeza. Y lo logró, escapó con éxito. Se alejó lo máximo posible de aquella taberna y juró que no volvería nunca más.

No podía creer lo que había hecho. Jamás se hubiera imaginado capaz de hacer algo así.

En medio de la calle, una vez se aseguró que nadie le perseguía —excepto Hana, que debía estar siguiéndole en esos momentos— y estaban a salvo, dejó escapar una escandalosa carcajada mientras corría. Se estaba tronchando.

No había palabras para describirlo. Se estaba divirtiendo como nunca.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Nell » Mié Ene 07, 2015 2:45 am

Estaba tan entregada a la canción y a animar a todos que olvidó el plan. Simplemente, se dejó llevar por la absurda canción que hablaba de maravillosos tesoros que, por cierto, le encantaría tener, y siguió cantando sin tener ni siquiera ella, pasado un rato, ni idea de la letra.

Iba a decirle a cierto grandullón que le había caído majo, porque llevaba un ridículo sombrero con forma de pato, que si organizaban una excursión para ir al paraíso de los siete mares (según sus cálculos, estaría entre Cabo Blanco y Ciudad de Paso) cuando vio a Light alzar sus brazos. Primero contó correctamente que eran dos, luego lo comprobó otra vez y por último se le hizo la lucecita.

Así que ella también alzó los brazos, como si hiciera la ola, y conjuró en el extremo desde el que se encontraba otro Aqua, uniéndose al de Light. Siguió a Light, corriendo, mientras se desternillaba de risa y luchaba por no caerse de rodillas a revolcarse, de lo mucho que le dolía la tripa.

Light corrió por numerosas calles, alejándose lo máximo de la taberna, y varias veces estuvo a punto de perderle de vista hasta que se le pasó la risa tonta. Cuando pararon y fue el turno de Light de descojonarse, Hana a su vez le secundó de nuevo.

¿Has visto sus caras? ¡Algunos se han meado del susto! —Hana, por el contrario, sí que se había detenido (por la risa) para ver algunas reacciones—. ¡Y a otro se le ha caído el peluquín! Dios, habría pagado por tener la oportunidad de llevármelo. ¿Crees que Ronin se ofendería si se lo regalo para dentro de unos años?

Por alguna razón, Hana no se imaginaba a Ronin calvo en absoluto, a pesar de todas las entradas que tenía; en cambio, con peluquín era genial.

Bueno, al final no sé para qué tanto correr, si tenía dinero de sobra. —Y Hana comenzó a sacarse de los bolsillos un montón de bolsas, cada una con deceas de monedas dentro, de muy diferentes propietarios—. ¿Nos vamos otro sitio a ver si tienen un Bloody Ronin por ahí para compensar el...?

Se llevó una mano a la boca, porque sentía en la garganta que le regurgitaba todo lo que había comido antes de ir. Le puso la mano a Light en la cara, como si eso le evitara ver lo que iba a pasar, y luego echó a correr para alejarse un poco de él e ir a vomitar a otro lado. Al final, incapaz de aguantar más y con parte de la pota en la mano, se asomó por una barandilla y lo echó todo.

Hasta que no terminó, no se dio cuenta de que había vomitado en un estanque que había en mitad de la plaza. Algunos peces se congregaban alrededor del potingue, pero Hana no pensaba quedarse a comprobar si se lo comían o no.

Mierda… Lo siento, tíos, mañana os traigo un trapo para limpiarlo, que hoy estoy de fiesta con mi colega Light.

Si hubiese estado en sus cavales, habría caído en que probablemente al día siguiente estuviesen todos muertos. En su lugar, regresó al lugar donde había dejado tirado a Light, pensando en el lugar al que podrían ir a continuación.
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Re: [Port Royal] Bloody Ryota

Notapor Light » Mié Ene 07, 2015 2:49 am

¿Has visto sus caras? ¡Algunos se han meado del susto! —Hana le sacó otra carcajada. Light se rió tanto que pensó que se lo iba a hacer encima también—. ¡Y a otro se le ha caído el peluquín! Dios, habría pagado por tener la oportunidad de llevármelo. ¿Crees que Ronin se ofendería si se lo regalo para dentro de unos años?

Seguro que no, conociendo su buen humor te lo agradecerá incluso.

Bueno, al final no sé para qué tanto correr, si tenía dinero de sobra. —Light abrió los ojos como platos cuando se dio cuenta de la riqueza que guardaba la aprendiz. ¿Acaso era un banco andante? (ni se le pasó por la cabeza que lo había robado)—. ¿Nos vamos otro sitio a ver si tienen un Bloody Ronin por ahí para compensar el...?

¡Eh!

Hana no termino su frase y, por alguna razón, le tapó los ojos con la mano para que no viera lo que le acababa de suceder. Después echó a correr y Light la siguió sin dudarlo. Cuando comprobó que en realidad estaba vomitando, mantuvo una distancia prudencial y esperó a que terminara.

«Vaya… espero que no me pase eso a mí».

¿Ya lo has echado todo? Pues vámonos. No conozco la ciudad así que vas a tener que guiarme —le comentó a la chica, dándola un par de palmadas en el hombro.

De repente, escuchó un bullicio que procedía de una calle cercana a la taberna. ¿Les habrían descubierto? Light agarró del brazo a Hana para que salieran corriendo, en dirección opuesta a los gritos.

Tras alejarse un poco de sus posibles perseguidores, sintió unas ganas tremendas de ir al lavabo. Y allí no había ninguno cercano, así que… tendría que hacerlo en medio de la calle.

No dijo nada a Hana y se aproximó al primer edificio que su mirada captó. Light ni siquiera se lo pensó y seleccionó aquel lugar porque simplemente le apeteció en ese momento.

Se acercó a la puerta de la casa y orinó allí mismo, en el felpudo. La verdad es que ir a mear allí precisamente había sido una terrible idea.

¡Eh, mirona! ¡No mires! —Hana se aproximaría al muro para hacer algo. Esperaba que por el bien de ambos no se le ocurriera hacer sus necesidades allí también.

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(Algunas cosas están planeadas con Nell de antemano, como cuando se acerca al edificio xD aviso~)
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