
Finales de Junio
Saeko: Trama Me dicen por el pinganillo... -> Encuentro Bailando con Sombras
Nikolai: Encuentro Comida Sana -> Encuentro Bailando con Sombras
Nikolai llegó a una pequeña villa cercana al castillo que daba nombre a aquel mundo a las pocas horas de que el sol se hubiese puesto para dar paso a la noche, aunque no una muy tranquila precisamente por el jolgorio que se podía respirar en las calles. Esa noche era “especial”.
¿Y que había traído al aprendiz al Castillo de los Sueños? Trabajo, para variar. Su Maestra le había encomendado una sencilla misión de reconocimiento para comprobar el nivel de actividad de los sincorazón en aquel mundo, y esa noche sería la adecuada al celebrarse cierto acontecimiento; del que apenas se le habían dado detalles, que reuniría a bastantes personas, lo que quizás llamase la atención de las criaturas y les hiciese salir de su escondrijo.
Efectivamente, algo se iba a celebrar esa noche, ya que por todas partes veía a grupos de mujeres cuchicheando entre ellas y alguna que otra muchacha eufórica que llevaba a rastras a su pareja que apenas le podía seguir el ritmo. Todos y cada uno de ellos vestidos para la ocasión: esmóquines, casacas, vestidos de todos los colores…
Y él tampoco había descuidado su imagen siguiendo el consejo que Nanashi le había dado para pasar desapercibido. Su elección fue una camisa de azul marino junto a un chaleco y pantalones negros. Elegante y discreto a la vez.
El aprendiz se percató de que todas las paredes de las calles estaban empapeladas con el mismo cartel con el dibujo del mismo castillo que se podía ver desde la lejanía, y algo le decía que tendrían que ver con lo que iba a pasar esa noche, por lo que se acercó a uno de los carteles para ver que información podía sacar.
—“Gran Baile en el castillo del rey ésta noche” —musitó mientras leía el cartel con dificultad. Se había dejado las gafas en la otra chaqueta y le costaba horrores descifrar la enrevesada letra.
¡Un baile! Con razón la gente iba tan emperifollada e ilusionada. Sin perder más el tiempo, Nikolai puso rumbo al castillo. Podría ser una gran oportunidad para conocer la cultura del lugar y divertirse un rato… siempre y cuando los Sincorazón no hiciesen de las suyas y que en ese mundo no hubiesen comandantes orcos ni hadas malignas.