[Tierra de Partida] De magdalenas va la cosa

por **Aru** » Jue Feb 12, 2015 12:20 am

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La pequeña peliazul se encontraba caminando por el pasillo mientras un delicioso olor llamó su atención repentinamente, como era de esperar, ese olor provenía de la cocina.
Acercándose agachada, Aru pudo divisar unas deliciosas magdalenas de chocolate que estaban justamente acabadas de salir del horno, eso hizo que la barriga le pidiera a gritos querer comerse una inmediatamente, pero la muchacha sabía que los moguris tenían prohibido repartir comida fuera de los horarios y que si alguien intentaba acercarse a coger algo, se llevarían un buen castigo.

La chica se las ingenió como para esconderse debajo de un carrito donde se llevaba la comida del almacén a la cocina, solo era cuestión de tiempo que astutamente la llevaran justo a su botín.

—¡Traigo la mercancía, kupó —dijo uno de los moguris encargados

—Perfecto kupó, llevalo dentro de la cocina kupopo —dijo el moguri jefe de cocina

Aru pudo escuchar una larga conversación sobre aquellos dos moguris, pero también sentía el abrasador calor que desprendía aquellos gordos manteles pero si quería conseguir las magdalenas debería aguantarlo.

Cuando dejó de escuchar baruyo, decidió asomarse de su escondite, pero lo que vió era algo tan poco inusual como su llegada a la cocina, otro chico estaba apunto de atrapar las magdalenas que la joven quería virlar.

—¿Qué crees que estás haciendo? —le susurró al extraño.

por **Marioxulo** » Dom Feb 15, 2015 8:59 pm

Después de toda aquella charla que me dieron nada más llegar a Tierra de Partida, noté como me rugía el estómago. No me habían dejado ni un momento para comer, y desde que me fui de mi mundo no había tomado nada. Dejé todas mis cosas en mi habitación, y salí a ver si encontraba algo que llevarme a la barriga.

Tras deambular un rato por aquel lugar, me llegó un delicioso olor de alguna parte. Seguí aquel aroma, que me llevó a lo que parecía la cocina de aquél mundo. De repente, recordé lo que me dijo aquel moguri cuando llegué.

—Y recuerda, kupó, no se puede repartir comida cuando pasen los horarios, kupó, que van de 8 a 10 de la mañana para el desayuno, 1 a 3 para la comida y de 8 a 10 de la tarde para cenar, kupó. Si te pillamos cogiendo comida fuera de estas horas, te castigaremos durante una buena temporada, kupó.

Mire la hora que marcaba el reloj: las cinco de la tarde. Maldije para dentro, y volví a mirar dentro de la cocina. Había un par de moguris, y a lo lejos distinguí de donde provenía el olor. Eran unas magdalenas con chocolate que hacían que se me hiciese la boca agua con solo mirarlas.

Pensé en como escabullirme para conseguir aquel preciado tesoro, y se me vino una idea a la cabeza. Desde la puerta, intentando que mi voz sonase lo menos masculina posible, grite:

—¡EH! ¡¿No sabes que no puedes tener comida fuera de los horarios?!

Era un plan estúpido, con una gran cantidad de probabilidades de que me pillasen, que no se creyesen aquella pobre interpretación o de que simplemente pasasen de mi, pero parecía funcionó: los moguris de la cocina salieron a mirar que pasaba, y me escabullí dentro de la cocina. Allí estaban, delante de mí, aquel delicioso manjar. Agarre una de ellas, y cuando estaba a punto de morderla, una voz me susurró al oído:

—¿Qué crees que estás haciendo?

Di un salto hacia atrás, sobresaltado. No veía a nadie, así que pregunté en voz alta:

—¿Quién anda ahí?

Aun con la magdalena a escasos centímetros de mi boca, me quedé esperando una respuesta de aquella misteriosa voz.

por **Aru** » Dom Feb 15, 2015 9:03 pm

Tras la pregunta de Aru, el sujeto misterioso dio un brinco de susto y parecía que no había descubierto donde la chiquilla se había escondido, estaba claro que aquel escondrijo era demasiado bueno.

—¿Quién anda ahí? —preguntó el muchacho aun con la magdalena en la mano

La chica podía aprovechar para tomarle el pelo al jovenzuelo pero no era el momento preciso por lo que simplemente le contestó.

—Shh, baja lo voz o nos pillaran —dijo mientras le tiraba del pantalón para descubrir su paradero—. Mi nombre es Aru y más te vale de que no te comas esa magdalena si quieres salir de aquí con vida, ven y escóndete aquí conmigo, no quiero que me castiguen por tu falta de discreción.

La muchacha fue un poco brusca pero no le faltaba razón. El muchacho podía decidir si esconderse con ella o simplemente ignorar su propuesta y seguir con lo que tuviese pensado, pero el tiempo se acababa, unos pasos y kupos se podían escuchar afuera de la cocina, y si no hacían algo, ambos podían ser castigados de manera automática.

Aru seguía observando al muchacho esperando su respuesta, y un poco asustada, agarró al chaval y lo obligó a meterse con ella mientras le tapaba la boca con su suave mano.

—No es que no me fie de ti, pero ya me lo agradecerás luego —le susurró Aru en casi un tono inaudible.

Segundos después de que la peliazul ‘’secuestrase’’ al que ahora se había convertido en su cómplice, los moguris entraron en la cocina.

—Ahh, que pesado se vuelve el día kupó —dijo uno de los moguris

—Sí, kupó, y encima no había nadie cuando fuimos a investigar, nos toman por tontos, kupó —dijo el otro.

Aru no sabía de qué se referían, pero lo importante era irse de ahí, las magdalenas no valían tanto la pena como para tener que arriesgarse.

por **Marioxulo** » Dom Feb 15, 2015 9:15 pm

Aun un poco sobresaltado, noté como me tiraban del pantalón. Baje la mirada, y escuche a la misma voz de antes.

—Shh, baja lo voz o nos pillaran —dijo mientras me tiraba del pantalón—. Mi nombre es Aru y más te vale de que no te comas esa magdalena si quieres salir de aquí con vida, ven y escóndete aquí conmigo, no quiero que me castiguen por tu falta de discreción.

Me agache un poco, para ver si lograba distinguir a aquella chica que me llamaba desde debajo del carrito. Un par de ojos azules me observaban desde ahi abajo, y cuando iba a dirigirme a aquella chica, escuché a los moguris que parecían volver a la cocina. Antes de que me diese cuenta, la chica me arrastró a su escondite, y en un tono prácticamente inaudible me susurró:

—No es que no me fie de ti, pero ya me lo agradecerás luego.

—Hmfgfmg —fue lo máximo que conseguí articular, aquella chica no me dejaba decir nada—.

No pasaron ni unos instantes cuando entraron los moguris.

—Ahh, que pesado se vuelve el día kupó —dijo uno de los moguris

—Sí, kupó, y encima no había nadie cuando fuimos a investigar, nos toman por tontos, kupó —dijo el otro.

Mi plan había resultado un éxito, ya que había conseguido la magdalena. Ahora solo necesitaba salir de ahí, aunque era mucho más fácil decirlo que hacerlo. Con un gesto, le dije a mi captora que teníamos que irnos. No sé si conseguí que me comprendiese, pero ella parecía que tampoco tenía ganas de recibir un castigo por parte de los moguris. Sin embargo, encerrados los dos ahí dentro, conseguir escapar sin que ninguno de los moguris se diese cuenta parecía algo imposible.

por **Aru** » Dom Feb 15, 2015 9:18 pm

Se le ocurrió una brillante idea para escapar de esa situación, tenían que usar las manos para mover el carrito hasta el pasillo y desde ahí ambos seguirían su camino.

La chiquilla le indicó con señas al ruidoso desconocido lo que tenía que hacer, y así poder salir ilesos del lugar.

Mientras seguían su silencioso plan, no se habían percatado de que encima de ellos había una montaña de cajas con comida y cubiertos, al moverse hacían ruido, tanto que llamaban la atención de los moguris.

—¿Has oído algo kupó? —dijo uno de los moguris.

—Sí, sonaba como si ese carrito se estuviera moviendo —afirmó el compañero del moguri.

El sudor frío corría por el frente de la jovencita, no quería ser castigada así que su instinto de supervivencia actuó en juego.

—Truu, truuu—intentó la ingenua imitar la voz de una paloma.

Como era evidente, aquella imitación ni se acercaba a la verdadera voz de una paloma.
Mirando a su compañero, Aru le pidió que hiciese lo mismo, y mientras seguían imitando a las palomas, seguían moviéndose hasta llegar al pasillo.

Tras un gran resoplido de alivio, la joven dándose un golpe en el pecho le dijo al joven:

—Jeje, lo sé, soy una gran imitadora nata, y no debes darme las gracias por sacarte de ese aprieto, con que me des esa magdalena me vale —dijo con tono orgulloso mientras a la vez se asomaba para ver que no habían moro en la costa.

Pero al Aru salir, golpeó sin querer su cabeza con la parte superior del carrito y tiró todo lo que había encima, acto seguido los moguris de dentro de la cocina salieron para ver qué era ese gran estruendo.

Cuando llegaron, Aru y el muchacho ya habían salido del carrito, por lo que no podían ni esconderse ni escapar… un buen castigo se avecinaba para los pobres adolescentes.

—¡VOSOTROS KUPÓ! ¿¡Que se supone que estabais haciendo kupó!? —dijo el moguri jefe de cocina.

—¡Tú! —señaló con una espumadera al jovencito—. ¡Explicame que está pasando ahora mismo kupó!

por **Marioxulo** » Dom Feb 15, 2015 9:27 pm

La chica parecía tener un plan: arrastrar silenciosamente el carrito hasta la salida. Parecía sencillo, y dado a que no había nada mejor que hacer, arrastré junto a ella el carro hacia fuera.

Hubiese sido un gran plan si no llega a ser porque encima del carro habían unas cajas con cubiertos. Al mover el carro, estas empezaron a hacer ruido, y los moguris se dieron cuenta de ello.

—¿Has oído algo kupó? —dijo uno de los moguris.

—Sí, sonaba como si ese carrito se estuviera moviendo —afirmó el compañero del moguri.

“Mierda” me dije para mi mismo. Observé a mi compañera de huida, que estaba sudando de la tensión. Entonces, como si por su vida estuviese luchando, le escuché decir:

—Truu, truuu.

Me quedé mirándole. ¿Que cojones se supone que era eso? Aun así, decidí imitar aquel extraño sonido que estaba haciendo. Sin embargo, parecia que los moguris dejaban de hacer caso, y poco a poco conseguimos sacar el carro hasta el pasillo.

Cuando pasamos la puerta, nos relajamos los dos. Me golpeó el pecho, y entonces me dijo:

—Jeje, lo sé, soy una gran imitadora nata, y no debes darme las gracias por sacarte de ese aprieto, con que me des esa magdalena me vale —tenía un tono orgulloso, y mientras decía esto se asomaba a ver si había alguien en el pasillo.

—Emmmm, si claro, imitas muy bien a…. lo que sea que estuvieses imitando. Y por cierto, no pienso darte mi magdalena, que por algo me he metido yo ahí dentro para conseguirla —dije, apartando un poco la magdalena de ella, por si decidía quitármela en cualquier momento. En cualquier otro momento la hubiese compartido, pero tenía demasiada hambre como para darle un cacho.

Sin embargo, las cosas no salieron como pensaba. Cuando la chica se asomó, se golpeó con la cabeza contra la parte de arriba del carro, tirando todo lo que había encima de este con un gran estruendo.

Así, tirados los dos en el pasillo con todos los cubiertos tirados por el suelo, los moguris se acercaron a ver que pasaba.

—¡VOSOTROS KUPÓ! ¿¡Que se supone que estabais haciendo kupó!? —dijo el moguri jefe de cocina.

—¡N-no es lo que parece lo juro! —dije, aunque sabía que no serviría de nada.

—¡Tú! —señaló con una espumadera al jovencito—. ¡Explicame que está pasando ahora mismo kupó!

—P-piues verás, estaba yo… caminando por ahí con hambre y… sabía que no tenía que hacerlo pero…

El castigo era inevitable. Aun así, no dejaría que todo fuese en vano. Rápidamente, me metí la magdalena en la boca, y sin dando tiempo a que ninguno de ellos reaccionase, la mastiqué y trague.

—Dios santo…. ¡Está deliciosa! —dije, prácticamente llorando de emoción al poder llevarme algo por fin a la boca.

por **Aru** » Dom Feb 15, 2015 9:28 pm

Aru observaba con envidia al chaval comiéndose la magdalena, parecía que realmente estaba riquísima, como la muchacha se imaginaba.

—¡ESTARÉIS LIMPIANDO PLATOS DURANTE UNA SEMANA, KUPO! —gritó el jefe de cocina —. Mañana os quiero aquí a primera hora de la mañana, y si no apareceis, kupó, os iré a buscar a vuestros cuartos personalmente.

Mientras se retiraba el enfurecido moguri, Aru no pudo evitar echarse a reir tras semejante escena, aunque no consiguió comerse la magdalena, se había divertido bastante con ese extraño.
—¡Ha sido bastante divertido! —dijo Aru sin poder dejar de sonreir—. Por cierto, aun no me has dicho tu nombre, ¿cómo te llamas?

Aru observó atenta a la contesta de su ahora compañero de faena, y dándole la mano para confirmar su saludo.

—Así que… mañana nos tenemos que ver a primera hora para limpiar —dijo la pequeña mientras se llevaba las manos a la cabeza—. Al menos solo tenemos que limpiar platos, es un alivio que no fuese un castigo peor, ¿verdad? —dijo mirándole directamente a los ojos.

Entonces la pequeña alejándose un poco le ofreció acompañarle a su cuarto para despedirse y volver encontrarse mañana por la mañana.

—Bueno, es hora de despedirse, ¡hasta mañana! —se despidió la muchacha peliazul.

por **Marioxulo** » Dom Feb 15, 2015 9:34 pm

La chica se me quedó mirando con una cara que parecía demostrar un poco de envidia por no haber podido probar la suculenta magdalena. Sin embargo, los moguris estaban enfurecidos.

—¡ESTARÉIS LIMPIANDO PLATOS DURANTE UNA SEMANA, KUPO! —gritó el jefe de cocina — Mañana os quiero aquí a primera hora de la mañana, y si no aparecéis, kupó, os iré a buscar a vuestros cuartos personalmente.

A pesar de que se notaba que estaban más que enfurecidos, aquella situación era de lo más divertida. Aguantando por no reírme, me tragué toda la reprimenda de los moguris, y cuando se fueron, tanto él como aquella desconocida se empezaron a reír. Tras un rato riéndose, se dirigió hacia mi.

—¡Ha sido bastante divertido! —dijo ella sin poder dejar de sonreir—. Por cierto, aun no me has dicho tu nombre, ¿cómo te llamas?

—Me llamo Lyon, un placer conocerte —le dije, mientras le estrechaba la mano que me ofrecía. Me caía bien, a pesar de haberla conocido hace unos minutos.

—Así que… mañana nos tenemos que ver a primera hora para limpiar —dijo la pequeña mientras se llevaba las manos a la cabeza—. Al menos solo tenemos que limpiar platos, es un alivio que no fuese un castigo peor, ¿verdad? —dijo mirándome directamente a los ojos.

—Dios, si, podría haber sido algo muchísimo peor, menos mal que parece que hemos tenido suerte.

Acepté la invitación de aquella chica, y fuimos caminando y hablando durante un rato hasta que llegamos a mi cuarto. Su habitación parecía estar mas adelante, así que nos despedimos frente a la puerta de mi cuarto.

—Bueno, es hora de despedirse, ¡hasta mañana! —se despidió la muchacha peliazul.

—¡Hasta mañana!

Entré en mi cuarto y me tiré en la cama. Era mi primer día, pero aun así había sido agotador. Aun así, tenía muchas cosas que hacer antes de acabar mi primer día.

A la mañana siguiente, llegué a la cocina, pero parecía que Aru aun no había llegado. Me quedé esperando en la puerta hasta que llegase.

por **Aru** » Dom Feb 15, 2015 9:44 pm

Cuando ya había amanecido, Aru se acordó de que tenía trabajo por hacer así que se fue corriendo a prepararse para no llegar tarde.
Tras haberse preparado, Aru corrió a la cocina y vio que ya Lyon había llegado.

—Buenos días, compi —dijo la muchacha sonriendo. —Espero que no haya muchos platos por fregar, no tengo muchas ganas de trabajar hoy.

Mientras ambos conversaban, el jefe de cocina de mogurí les indicó que ya podían entrar y empezar con su castigo.

—¡Veo que os habeis acordado, kupó! encima de la encimera tenéis los guantes y los delantales, lavar platos no tiene mucha ciencia, así que confió en que no hagais ningun estropicio kupó —explicó el jefe a los dos jóvenes.

Diciendo esto, el moguri se retiró a terminar sus quehaceres y dejó a Lyon y a Aru solos limpiando aquella montaña de platos.

Aru para acabar aquel silencio incomodo, intentó pensar en algún tema de conversación para empezar a conocer al apuesto jovencito.

—Y… ¿de qué mundo eres, Lyon? —preguntó la jovencita mientras le echaba agua al plato de su mano.

Pero en ese momento, la despistada joven hizo girar el grifo y se empapó toda la camisa y el pelo, la pobre había mojado toda su parte de la cocina.

—Ugh… ¡Lo siento! ahora mismo voy a por la fregona —dijo la joven corriendo a por la fregona.

La muy tonta no se percató del resbaloso suelo mojado, y patino por la cocina mientras se llevaba consigo al muchacho por delante.

—L-lo siento… ¿estás bien? —dijo la joven que había caído debajo de él tras varias volteretas en el suelo.

por **Marioxulo** » Dom Feb 15, 2015 9:50 pm

Al cabo de unos minutos, vi a Aru corriendo por el pasillo hacia donde estaba yo.

—Buenos días, compi —dijo la muchacha sonriendo. —Espero que no haya muchos platos por fregar, no tengo muchas ganas de trabajar hoy.

—Pfff, ojalá, es mi segundo día aquí, y no me apetece pasar mucho rato fregando los malditos platos en vez de estar investigando este sitio.

Mientras estábamos hablando, el jefe moguri se acercó para decirnos que ya podíamos pasar.

—¡Veo que os habeis acordado, kupó! Encima de la encimera tenéis los guantes y los delantales, lavar platos no tiene mucha ciencia, así que confió en que no hagais ningun estropicio kupó —explicó el jefe a los dos jóvenes.

—Lo dejaremos todo como los chorros del oro —le dije. A lo mejor si mostraba entusiasmo reducirían nuestro castigo.

Comenzamos a limpiar los platos, los dos guardando silencio. Para romper este silencio, Aru parecía tener tema de conversación.

—Y… ¿de qué mundo eres, Lyon? —preguntó la jovencita mientras le echaba agua al plato de su mano.

—Bueno, yo soy de Atlántica, la verdad es que es un sitio precioso, lleno de ag….

No había terminado la frase cuando Aru abrió el grifo un poco más de lo que debía y se empapó toda la camisa y el pelo, además de todo el suelo y su parte de la cocina.

—¿O-oye estás bien?

—Ugh… ¡Lo siento! ahora mismo voy a por la fregona —dijo la joven corriendo a por la fregona.

Pero Aru no se dió cuenta de lo mojado que estaba el suelo. Cuando fue a por la fregona, resbaló y acabó chocando contra mi, y acabamos en el suelo los dos, y no se como acabé encima de aquella chica.

—L-lo siento… ¿estás bien? —dijo la joven que había caído debajo de mi tras varias volteretas en el suelo.

—S-si claro, aunque debería preguntarte lo mismo a ti.

Entonces me percaté de lo cerca que estábamos. Podía notar el aliento de aquella chica, y como su pecho se levantaba cada vez que respiraba. Rápidamente me levanté, con la cara roja de vergüenza, y le tendí la mano para ayudarle a levantarse.

—V-vamos, aun tenemos mucho que limpiar —le dije, desviando la mirada hacia un lado.

por **Aru** » Dom Feb 15, 2015 9:53 pm

Al ver como se sonrojaba, Aru se preguntaba el motivo de el porqué lo hacía.

—V-vamos, aún tenemos mucho que limpiar —le dije, desviando la mirada hacia un lado.

Aru tomó su mojada mano y se levantó con una gran sonrisilla tonta.

—Lo siento, no suelo ser tan torpe —dijo mientras torcía su camisa y el delantal para quitarle algo de agua.

Entonces Aru se percató que si seguían empapados, se iban a poner enfermos, por lo que sugirió que fueran a cambiarse para continuar con el trabajo, ya que ahora había el doble por la torpeza de la muchacha.

—Oye, será mejor que vayamos a cambiarnos, no quiero pillar un catarro —dijo la joven mientras salía de la cocina y le esperaba en la puerta.

—Por cierto, nunca he estado en ese mundo del que vienes, pero me encantaría que me llevases algún día, ¿lo harás? —dijo la muchachilla sonriendo a la vez que caminaban a su cuarto.

Aru entró y buscó en sus cajones algo seco que ponerse, no podía dejar de pensar en lo torpe que había sido y los problemas que estaban causando, se sintió un poco mal en el fondo.

Cuando salió, fue a la habitación de Lyon y tocó en su puerta para dar señal de que ya estaba aquí, estaba nerviosa ya que no sabía si el joven podría estar molesto con ella.

—Oye… perdona por haber complicado las cosas —dijo la joven detrás de la puerta—. ¿Puedo pasar? ¿ya te has cambiado?

Al no escuchar respuesta Aru decidió abrir la puerta

—...¿Lyon? —dijo la joven mientras se tapaba los ojos por si el chico estuviese en paños menores.

por **Marioxulo** » Dom Feb 15, 2015 10:02 pm

Tomando mi mano, ayudé a aquella chica a levantarse, la cual me miró con una amplia sonrisa.

—Lo siento, no suelo ser tan torpe —dijo mientras se escurría la ropa para quitarse un poco de todo el agua con la que se había empapado.

—Tranquila, un accidente lo tiene cualquiera, no pasa nada —le dije sonriéndole, ya que parecía sentirse un poco culpable por el estropicio que había causado.

—Oye, será mejor que vayamos a cambiarnos, no quiero pillar un catarro —dijo la joven mientras salía de la cocina y le esperaba en la puerta.

—Si, creo que tienes razón —dije mientras le seguía a la puerta.

Mientras caminaban hacia las habitaciones, estuvieron hablando de nuevo del mundo de Lyon.

—Por cierto, nunca he estado en ese mundo del que vienes, pero me encantaría que me llevases algún día, ¿lo harás? —dijo la chica sonriendo a la vez que caminaban a su cuarto.

—Pues claro, además seguro que te encanta —le dije sonriéndole ampliamente—. En cuanto pueda te hago una guía turística por mi mundo, y por ser tu lo haré gratis incluso.

Entré a mi cuarto, y me quité toda la ropa mojada que llevaba puesta. Me puse a buscar la ropa, pero como no me había dado tiempo a organizarme no conseguía encontrarla.

Desesperándome, me puse a buscarla por todo mi cuarto, pensando en que como tardase mucho aquel moguri me echaría una buena bronca si se encontraba la cocina tal y como la habíamos dejado. Tras un rato, descubrí que estaba en un rincón, y me puse rápidamente a cambiarme. Fuera, parecía que Aru ya estaba más que lista.

—Oye… perdona por haber complicado las cosas —dijo la joven mientras golpeaba la puerta—. ¿Puedo pasar? ¿ya te has cambiado?

—Tranquila, no pasa nada —dije, pero la joven no parecía que me hubiese escuchado—. E-espera un momento ahora salgo.

Mientras ella abría la puerta, yo estaba dando saltos por toda la habitación intentado que el maldito pantalón entrase de una vez.

—..¿Lyon? —dijo la joven mientras se tapaba los ojos.

—¡O-oye! —dije, intentando mantener lo poco que me quedaba de dignidad. Por suerte, fue decir esto y conseguir abrocharme el pantalón, por lo que pude relajarme un poco—. Oye, ¿no crees que te podrías haber esperado un poco? —le dije, aguantándome la risa por el bochorno que acababa de pasar.

por **Aru** » Dom Feb 15, 2015 10:16 pm

Cuando Aru abrió los ojos, Lyon estaba abrochándose el pantalón, por suerte no estaba desnudo ni en calzoncillos.

—Oye, ¿no crees que te podrías haber esperado un poco? —dijo el joven mientras soltaba una risilla.

—Perdoname, no escuchaba si me estabas contestando o no, así que decidí entrar —dijo mientras jugueteaba con su coleta—. Veo que ya estás preparado, ¿volvemos? —sugirió la muchacha sonrojada.

Mientras Lyon y Aru iban caminando por el pasillo, pudieron escuchar al moguri jefe bastante contento, ya había finalizado sus tareas y al parecer había algo en la cocina que le había hecho muy feliz.

—¡Estáis ahí kupo! Buen trabajo, sí señor —dijo el moguri poniendo los brazos en jarras y asintiendo con la cabeza.

Aru estaba bastante perpleja, porque por lo que podía recordar, cuando abandonaron la cocina estaba todo mojado y empapado.

—No solo habéis limpiado los platos, sino también la cocina kupó, brilla como si de luz se tratase kupó, estoy bastante contento —dijo el pequeño mogurí dándole una palmadita en el hombro a Lyon.

Aru se asomó a la cocina y pudo entender entonces de lo que el moguri hablaba, el agua se había secado y eso eliminó la suciedad que había en ella.

—Vaya… n-no es nada —dijo Aru con una carcajada.

Al final, el pequeño moguri como recompensa le ofreció a cada uno una magdalena recién horneada con un glaseado.

—Vuestra recompensa, kupopo —dijo mientras extendía las manos ofreciendo las magdalenas.

Aru no tardó en agarrar la magdalena y comérsela tan felizmente mientras sonreía a Lyon, que gracias a él no podría estar disfrutando ese manjar.

—Gracias Lyon, me alegra el que hayas aparecido —dijo la joven mientras daba su último cacho a la magdalena—. Recuerda, vayamos juntos a Atlántida ¿vale?.

por **Marioxulo** » Dom Feb 15, 2015 10:25 pm

—Perdoname, no escuchaba si me estabas contestando o no, así que decidí entrar —dijo mientras jugueteaba con su coleta—. Veo que ya estás preparado, ¿volvemos? —sugirió la muchacha sonrojada.

—Claro, no quiero que el moguri se enfade con nosotros por el desastre que hemos dejado en la cocina —me dio un pequeño escalofrío de pensar de nuevo en el moguri enfadado.

Mientras íbamos los dos de camino a la cocina, escuchamos la voz del moguri, aunque sorprendentemente estaba más feliz de lo que me imaginaba que iba a estar.

—¡Estáis ahí kupo! Buen trabajo, sí señor —dijo el moguri poniendo los brazos en jarras y asintiendo con la cabeza.

Me quedé sorprendido, ya que no recordaba haber dejado la cocina limpia precisamente, y ver la reacción del moguri me había dejado perplejo.

—No solo habéis limpiado los platos, sino también la cocina kupó, brilla como si de luz se tratase kupó, estoy bastante contento —dijo el pequeño mogurí dándome una palmadita en el hombro.

—C-claro, ¿qué esperabas de nosotros? —dije intentando parecer lo más confiado posible, a pesar de no tener ni idea de que estaba pasando.

—Vaya… n-no es nada —dijo Aru con una carcajada después de asomarse por la puerta de la cocina.

Mientras tanto, el moguri sacó un par de magdalenas, y nos las ofreció como recompensa.

—Vuestra recompensa, kupopo —dijo mientras extendía las manos ofreciendo las magdalenas.

—¡Muchas gracias! —dije, agarrando una rápidamente.

Aru, que ya había dado buena cuenta de su magdalena, se dirigió hacia mi.

—Gracias Lyon, me alegra el que hayas aparecido —dijo la joven mientras daba su último cacho a la magdalena—. Recuerda, vayamos juntos a Atlántida ¿vale?

—Claro, te lo prometo —le dije con una amplia sonrisa.

Tras esto, le di el último bocado a mi magdalena, la cual sabía muchísimo mejor a la que tomé ayer.