[Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Misión de Malik y Fátima Laforet

¡Pásate por aquí para encontrarte con todo aquello relacionado con el rol y que no encontrarás en el resto de subforos! Libres, Eventos, Eventos Globales... ¡Pásate, rolea y échate unas risas!

Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Tanis » Jue May 28, 2015 10:24 pm

Cuando Malik recuperó el conocimiento estaba desmadejado y acurrucado contra un conglomerado de rocas, por el que fluía un pequeño reguero de agua que le caía encima. Le costó enfocar la vista por el escozor de ojos, pero en cuanto se quitó el agua de la cara vio que estaba dentro de lo que parecía ser una cueva. Apenas había luz así que se incorporó un poco a ciegas hasta quedar sentado contra la pared de piedra y palpó a su alrededor. El suelo también estaba encharcado y los gorgoritos y ecos de los regueros se escuchaban por todas partes, junto al sonido más fuerte de una cascada. Más allá, frente a él, titilaba la luz del sol, muy lejana.

«Bien, una nereida trastornada me ha secuestrado y llevado a Dios sabe dónde. Aunque tiene a Ibid, así que la misión ha mejorado por momentos».

Tenía que pensar en cómo escapar de ahí. Arlea no parecía estar cerca y la cueva, por lo que vislumbraba con la poca luz que venía del exterior —si es que era el exterior—, se encontraba completamente vacía. No se sentía particularmente dolorido, aunque sí cansado. Volvió a tantear la roca con las manos y se logró colocar de pie, apoyándose en la pared resbaladiza. Un pequeño mareo hizo que la cabeza le diera vueltas y la visión se le ennegreciera, pero logró mantenerse en pie sin tambalearse y caminar unos cuantos pasos. Entonces, a través de la cortina de agua que ocultaba la entrada la cueva —esa era la cascada que sonaba, claro—, apareció Arlea. Malik retrocedió, temeroso. La nereida sonrió al verle, y él pudo ver sus dientes blancos y perfectos.

Vaya, ya te has despertado. ¡Maravilloso!

De la cascada se desprendieron dos lenguas de agua a presión que impactaron contra Malik y le tiraron al suelo. Malik volvió a toser y esta vez si que sintió dolor al caer y golpearse contra la pared de roca. Se incorporó con mucha más dificultad que la primera vez y levantó una mano, como si así suplicara clemencia.

¿Vas a matarme, Arlea?

La nereida ladeó la cabeza a la par que se acercaba a él. Ya no llevaba el tridente de piedra, pero Ibid continuaba dormido dentro de su burbuja acuática, colgado de forma mágica al cinturón de Arlea.

Oh, humano estúpido, ¿no crees que si quisiera matarte lo habría hecho ya?

Ella rió. Malik tragó saliva y sacudió la cabeza. El agua de la cueva había dejado de fluir de manera natural y se movía en torrentes como si fueran serpientes cerca de la nereida. Malik supo que no tenía oportunidad de escapar mientras ella estuviera allí, y que no valía la pena enzarzarse en una pelea contra ella. Si ni haciendo equipo con Fátima habían logrado detenerla, él solo no podría siquiera hacerle un rasguño.

Entonces, ¿por qué sigo vivo?

Decidió darle palique. No sabía cuales eran los planes de la nereida, por qué había robado a Ibid, para qué quería Sabiduría absoluta. Lo que sí sabía era que Fátima tenía su Llave-Espada y que con ella, si los maestros no habían mentido en sus enseñanzas, podía encontrarle estuviera dónde estuviera. Si conseguía ganar tiempo hasta que ella llegara, bueno... quizá podrían tener otra oportunidad.

Arlea le miró como si fuera idiota y sostuvo la burbujita de Ibid con una mano, de forma delicada y grácil. Se deslizó por encima de uno de los torrentes de agua del suelo para acercarse a él.

¿No es obvio?

Bueno... —Malik observó los movimientos de la nereida, sin perder de vista al búho.

No me gusta pelear, humano, si no es necesario, y pelear contra ti y tu amiguita no era necesario.

¿Ah, no?

No. —Arlea metió los dedos en la burbuja de Ibid y volvió a tocarlo. Malik vio cómo de repente se tensaba y exhalaba profundamente—. Sé que sabéis lo que es este animal, y lo que hace, y no puedo perder el tiempo luchando contra humanos insignificantes.

¿No habría sido más sencillo matarme?

La nereida sonrió, esa vez mucho más suavemente.

¿No sabes lo que es una nereida?

Ando un poco perdido.

Arlea ejecutó una serie de movimientos lentos y ligeros con las manos y el agua en movimiento se volvió dócil y acariciadora. Malik sintió como si manos hechas de agua fresca y dulce le acunara.

Somos todo lo amable y hermoso de las aguas saladas, representamos la belleza del océano en calma, el azul profundo y silencioso del mar. ¿Qué clase de nereida sería yo si te matara, sólo porque has decidido meter las narices donde no te llaman?

Malik parpadeó un tanto confuso. Si eso eran las nereidas, entonces... ¿para qué quería reemplazar a Poseidón? No tenía sentido.

¿Una muy mala?

Eso es, una muy mala. Y no quiero ser mala, humano, quiero ser buena. Sé que se me sube un poco a la cabeza, pero a todos los dioses se les sube un poco todo a la cabeza.

¿Eso es lo que quieres, ser una diosa?

De repente, Arlea explotó, ufana.

¡Ya soy una diosa, la más inteligente diosa que el mar tendrá jamás! Cuando venga esa chica a rescatarte os encerraré aquí hasta que logre arrancar a Poseidón de su trono, tu intento de charla para hacerme perder el tiempo no servirá para nada.

Las corrientes de agua volvieron a empujarle con presión hacia el fondo de la cueva. Malik tragó saliva de nuevo, esa vez sintiendo el nudo de la garganta demasiado apretado. No podía competir contra la Sabiduría de Ibid. Su plan de darle tiempo a Fátima con sus preguntas resultaba ser tonto si la idea de Arlea era usarle a él como cebo para que ninguno de los dos pudieran detenerla.

Sólo esperaba que cuando Fátima apareciera, lograran derrotar a la nereida entonces.
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Suzume Mizuno » Vie May 29, 2015 6:46 pm

¿El río? ¿Va en serio?

Bueno, pensándolo bien, tenía cierta lógica. Las nereidas eran seres de agua y ya que el mar estaba lejos pues… El problema era que en los alrededores del río había gente y no podía usar el glider descaradamente sin que la vieran. Así que en su lugar hurgó en su bolsa de dinero y extrajo varios platines. Perdió media hora muy valiosa en conseguir comprar una barca. Olía a pescado y cuando se subió encima pensó que se iba a llenar de agua, pero parecía que resistiría su peso… De momento. Al principio dejó que la corriente la llevara, mientras sostenía la Llave Espada de Malik. No funcionaba exactamente como una brújula, pero sí sentía cierto tirón cuando se dirigía en la dirección correcta. Además, en seguida comenzó a latir con más fuerza, como si estuviera feliz de acercarse a su legítimo dueño.

Intentó decirse que eso era una buena señal, pero no era capaz. Se mordisqueó tanto los labios que se hizo sangre y ni entonces dejó de remar. Al final, cuando empezaron a dolerle los brazos, miró a su alrededor y pegó un gran empujón a la balsa usando una serpe acuática en cuanto estuvo segura de que no había ningún campesino o viajero por los alrededores.

Algún día visitarían un mundo para cumplir una misión y no pasaría nada malo. Eso quería creer, porque corazón no iba a soportar tanta presión y tantos malditos sustos. Si no era que aparecía un dios, que les atacaban Sincorazón, que se les estropeaban los glider, que los piratas atacaban un puerto y dios sabía qué más, ¡entonces se topaban con una nereida megalómana que además se atrevía a secuestrar a Malik! Rechinó los dientes y la furia comenzó a sustituir al miedo, aunque este permaneció en su pecho contrayéndole el corazón.

«Si esa zorra se ha atrevido a hacerle daño, si le ha puesto un dedo encima, la destriparé, la cortaré en pedazos y la venderé en las pescaderías. Y lo que sobre se lo echaré a los buitres».

Se debatía entre las ganas de gritar de frustración y de echarse a llorar porque estaba tardando demasiado cuando la Llave Espada latió de tal forma que estuvo a punto de caerse de la balsa. La sacó por el borde y apuntó hacia los lados de la orilla. Nada. Hacia abajo.

Bum.

No me jodas.

¿Cómo iba a aguantar tanto la respiración?
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Tanis » Vie Jun 05, 2015 7:07 pm

Malik cayó de rodillas a la par que escupía agua y trataba de respirar. Frente a él, Arlea lo contemplaba con aburrida decepción. Le había encerrado en una burbuja de agua de su tamaño, para saber cuánto podía él aguantar la respiración. Malik no comprendía cómo alguien que poseía Sabiduría infinita podía ser tan cruel de jugar así con un ser, como si se tratara de un conejillo de Indias.

Así que apenas cuarenta y siete segundos... Los humanos sois unas criaturas tan débiles, siento lástima por ti, ¿cómo te las arreglas para bucear?

Malik tosió el agua que le quedaba dentro de los pulmones y alzó la mirada hacia ella.

Ni siquiera sé nadar.

Arlea emitió un gritito de sorpresa y desconcierto.

¡¿Que no sabes nadar?!

Ella meneó la cabeza con desaprobación mientras el hombre terminaba sentándose en el suelo. Chorreaba agua y desde hacia un rato que ya no sentía los dedos. Afuera no hacía frío, pero en el interior de la cueva, mojado de pies a cabeza, con las pequeñas corrientes que sibilaban desde la entrada no se podía conservar mucho el calor. Con un lento movimiento se escurrió el agua de la cara.

Nací tierra adentro, señora, no he tenido oportunidad para aprender —murmuró con fingida aprensión, que estaba seguro ella no se tragaría.

Arlea, por supuesto, resopló.

Esa no es excusa. Si no fuera porque sería estúpida si te sacara al exterior, te enseñaría yo misma. No soporto la idea de que alguien no sepa nadar.

Quizá podrías enseñarme tras la culminación de tu portentoso plan. —Malik cabeceó, intentando pincharla por algún lado para que ella soltara prenda.

Quizá... —Arlea se sentó en un saliente prominente de la roca, entre sus flujos de agua, sin quitarle la vista de encima al humano.

En su regazo, mantuvo la burbujita de Ibid. Malik aprovechó entonces para preguntar.

Siento curiosidad, Arlea.

¿Sobre qué?

¿Cómo te las apañaste para capturar a Ibid?

La nereida sonrió de lado y acarició al búho por dentro de la burbuja.

Fue muy sencillo. Sólo tuve que esperar a que viniera al río a beber.

Vale, eso tenía sentido. Malik asintió de nuevo, conforme con la veracidad de esa situación concreta. La cuestión era, ¿cómo demonios sabía que ese era el animal que debía capturar? ¿Por qué? ¿Desde cuándo llevaba planeando eso? ¿Por qué pensaba que la Sabiduría infinita le ayudaría a destronar a un Dios con todas sus letras? ¿Por qué, si se suponía que era una criatura amable del mar, había siquiera pensado en usurpar el trono de Poseidón? Muchas preguntas, pocas respuestas y la sensación de que allí no encajaba nada de nada. Arlea le miró en silencio mientras él meditaba y exhaló un suspirito.

Sé que te estás preguntando un montón de cosas, humano. —Malik no contestó—. Como el porqué estoy haciendo esto, pero, ¿podrías entenderlo? ¿Puedes entender que, a veces, para conseguir algo tienes que destruir lo anterior?

Malik entornó ligeramente la mirada con una leve inclinación de cabeza.

¿Y por qué quieres ese algo?

Entonces Arlea esbozó una sonrisa triste.

Porque el cambio... es necesario.

De pronto las corrientes de agua que la nereida manejaba a voluntad se agitaron, como si fueran cuerdas destensadas y Arlea se irguió y saltó de la roca en la que estaba sentada. Caminó sobre los charcos sin mirar a Malik.

Parece que tu amiga ya ha conseguido encontrarte. Bien, será mejor que le de la bienvenida.

Con un chasquido de dedos, dos lenguas de agua se proyectaron hacia Malik y antes de que este pudiera siquiera objetar y ponerse por completo de pie, se vio envuelto en la misma burbuja de agua con la que Arlea le había llevado hasta allí. Sólo que esa vez, no estaba completamente llena.

Cuando se quiso dar cuenta, Arlea había había desaparecido.
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Suzume Mizuno » Mié Jun 17, 2015 11:18 pm

Fátima dio vueltas con la barca, desesperada, intentando hundir el remo y levantando la Llave Espada de Malik, para asegurarse de que no estaba equivocándose y en realidad apuntaba a otra dirección. Al final dejó la barca en la orilla, se arremangó la túnica a las piernas y se metió en el agua —helada— con un suspiro de angustia. Se le ocurrió pensar que si Hana hubiera estado con ella, todo habría sido mucho más fácil. Quién pudiera tener una cola de sirena en ese momento…
Tragó todo el aire que pudo y se sumergió. Necesitó dos viajes, porque no era fácil nadar con una única mano mientras con la otra intentaba apuntar con la Llave Espada, antes de dar con lo que parecía ser una gruta. Para entonces, sus pulmones ya estaban al límite. Subió a la superficie y comenzó a llorar en silencio. ¡Era imposible! ¡Si tuviera un transporte…!

Un momento. ¡Lo tenía! Invocó su propia Llave Espada mientras pataleaba para mantenerse a flote y trató de calcular las posibilidades que había de que funcionara debajo del agua, entrara en la gruta y, además, ella pudiera contener la respiración el suficiente tiempo. Eran poquísimas, pero valía la pena intentarlo.

¡Te juro, Arlea o como quiera que te llames, que como te…!

¿Has dicho Arlea?

Fátima dejó escapar un alarido cuando se volvió y se encontró a una cara azul a pocos centímetros de su nariz.

Spoiler: Mostrar
Imagen


El desconocido arrugó la picuda nariz y la cresta que le nacía del cráneo se irguió unos centímetros. Fátima se quedó mirándolo, paralizada. Piel azul mezclado con… partes que parecían de pez. Grande, viejo. Y eso que llevaba en la mano era un… ¿Tridente?

De repente reconoció aquel rostro.

¿Poseidón…?

Ese soy yo. Ahora, humana, has nombrado a Arlea. ¿Sabes dónde está?

Fátima farfulló algo y volvió a patalear con esfuerzo para no hundirse en el agua. Al final consiguió asumir que estaba hablando con un dios —¡con el dios del mar, nada menos! ¡Si se lo dijera a sus padres…!— y dijo:

Esta arma pertenece a mi… A mi, eh, novio, y está unida a él. Me lleva hacia una especie de gruta que hay al fondo del río… C-creo que él está ahí. No sé si Arlea se encontrará con él.—Poseidón se acarició la barba y Fátima tragó saliva, preguntándose cómo se dirigía a uno a un dios—. M-mi señor, ¿sabéis que Arlea ha secuestrado a Ibis…?

¿Qué? —Poseidón la miró con ojos saltones—. ¡Qué es lo que ha sucedido! ¡Rápido, humana, dime!

Cada vez más cansada de mantenerse a flote, Fátima fue lo más sucinta posible. A medida que hablaba, el semblante de Poseidón se iba ensombreciendo y Fátima temía que tuviera alguna explosión de furia… Justo con ella delante. Algo le decía que no saldría muy bien parada. A la vez, se dio cuenta de que esa era su oportunidad. Su maldita oportunidad y, por dios, que no iba a dejarla escapar.

¡Mi señor, por favor, permitid que vaya con vos! Si Arlea siente vuestra presencia, es posible que se centre solo en vos, ya que sois un rival formidable. Yo, en cambio, pasaré desapercibida. Quizás pueda serviros de distracción…

Poseidón, que hasta ese momento había estado mascullando cómo pensaba dejar a Arlea una vez la cogiera, se quedó mirándola con la cabeza algo ladeada. De no haber sido por la inteligencia que había tras esos ojos acuosos, Fátima
habría tenido la impresión de que estaba hablando con un pez.

No creo que puedas ser de ayuda, muchacha, sin embargo, he de actuar rápido. Si Atenea se enterara… ¡No, no pienso volver a pasar por algo igual a lo de Atenas! Y Zeus se pondría de su parte, sin duda. Diría que no controlo a mis criaturas...—Frunció el ceño y miró hacia el cielo—. De acuerdo, te llevaré conmigo. Además, percibo varios caminos en la gruta: si tu arma de verdad puede guiarte hasta tu hombre, entonces resultarás útil.

Fátima reprimió un suspiro de puro alivio. Entonces Poseidón la cogió de la mano, un tacto frío y resbaladizo que le puso la piel de gallina, e hizo amago de hundirla.

¡Un momento! ¡No puedo respirar bajo el agua!—chilló, aterrorizada.

¿Eh? ¡Ah! Claro. Mortales. No sé para qué os crearía Zeus.

Con un chasquido de dedos envolvió la cabeza de Fátima en una especie de esfera llena de oxígeno y, después, la empujó hacia abajo. Al principio la chica aguantó la respiración pero, una vez comprobó que no parecía que fuera a ahogarse, puso la Llave Espada por delante y se dejó arrastrar. Poseidón se desplazaba con una sinuosidad que la dejó hipnotizada y en cuestión de segundos se habían sumergido en la gruta, tan oscura que Fátima no fue capaz de ver ni sus brazos, pero confió en que Poseidón supiera lo que hacía.

«Esto es lo que se llamaría un deus ex machina, ¿verdad?», pensó, conteniendo una risita histérica. Pero qué más daba. «No te mueras Malik. ¡Que Arlea ni se atreva a ponerte un dedo encima!».
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Tanis » Jue Jul 23, 2015 12:58 pm

Malik no perdió el tiempo esperando a que la nereida volviera. En cuanto ella desapareció, el aprendiz trató de romper la burbuja para escapar. Si Arlea iba a tenderle una emboscada submarina a Fátima, tenía que darse prisa para poder ayudarla. Quizá con un poco de suerte y mejor tino, podrían derrotarla y recuperar el búho.

Como no quería invocar la Llave, por si acaso Fátima todavía necesitaba su guía, invocó el escudo y aprovechó el hueco vacío de agua para poder moverse rápidamente y golpear la membrana acuosa con el canto. Le costó hacerlo. Malik no quiso saber exactamente como era posible, pero le costó romper la burbuja desde dentro. Sabía que no era simple agua, que allí había magia, pero eso no quitaba que le resultara increíble.

«Un día de estos... Un día de estos aprenderé a hacer estas mierdas, y ya verán».

Con un esfuerzo considerable, finalmente consiguió destruir su prisión y cayó al suelo de piedra con un tambaleo. El escudo resbaló de sus manos y repiqueteó en el suelo haciendo un ruido metálico que resonó con eco por la cueva. Con miedo de que el pequeño estruendo llamara la atención de Arlea, Malik recogió rápidamente el escudo, lo hizo desaparecer y corrió hacia la única aparente salida de la cueva. Al acercarse a ella el sonido de la cascada se intensificó, pero por ninguna parte vio alguna de modo que continuó corriendo, accediendo a un corredor de piedra encharcado.

Su huida le llevó hasta un espacio irregular, cuyo techo rocoso se abría al cielo. Sin embargo el camino de piedra se terminaba allí, ya que aunque la estancia parecía abrir al aire libre, el corredor se hundía en las aguas. Malik, negado a nadar y reticente a intentarlo, no se lo pensó más de dos veces. Tomó impulso y ejecutó un Doble Salto para alcanzar una pequeña cornisa en la pared rugosa desde la cual seguir escalando hacia el agujero del techo.

«Menos mal que no tengo vértigo, ya sería lo que me faltaba», pensó con un resoplido.

Despacio y sin pausa, Malik continuó ascendiendo hasta la abertura. Sin embargo, cuando alcanzó el borde de piedra con la mano, pisó de mala manera y resbaló con demasiada mala fortuna. Rocas pequeñas se desprendieron del resbalón y Malik se vio cayendo hacia atrás, desde una altura demasiado considerable para no pensar en algún hueso roto.

«... Mierda».

Por contra a su mala suerte, tuvo el tino y la rapidez suficiente para Planear durante dos segundo y evitar abrirse la cabeza. Aterrizó sobre los pies, se le doblaron las rodillas e hizo una no muy grácil voltereta que le llevó al borde del agua. No se había hecho mucho daño, pero se quedó ahí sentado maldiciendo un poco a la misión, a Arlea y al propio búho antes de levantarse para volver a intentarlo.

Por supuesto, nadar seguía sin ser una opción. La cuestión importante era... ¿Dónde estaba Arlea?
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Suzume Mizuno » Jue Jul 23, 2015 9:17 pm

Desplazarse en la oscuridad le produjo una sensación de claustrofobia tan intensa que tuvo que aferrarse a la Llave Espada de Malik con la fuerza suficiente como para hacerse daño en los dedos. De otra forma no habría conseguido mantener la calma. Tenía la sensación de que en cualquier momento se golpearía o se le rompería la burbuja y se obligaba a hacer un enorme esfuerzo de voluntad para mantener la Llave Espada al frente, cuando su impulso era el de abrazarla y encogerse sobre sí misma para absorber posibles impactos.

«Odio este mundo. ¡Lo odio muchísimo! ¡No pienso volver, joder!» pensó mientras se mordisqueaba de forma compulsiva los labios.

¿Pero cuánto más les quedaba de camino?

De pronto la envolvió una corriente de agua fría que la hizo estremecerse. Después, algo pasó nadando a toda velocidad a su lado, con tanta fuerza que la hizo girar sobre sí misma. Soltó un pequeño grito de angustia y sorpresa a partes iguales. ¿Qué…?

¡Arle…!

El grito de Poseidón se vio interrumpido y Fátima no se detuvo a saber por qué: de pronto la gruta se había llenado de innumerables corrientes, frías, cálidas y ardientes que la sacudían con brutalidad de un lado a otro. Forzó sus piernas y sus manos al máximo y cuando chocó contra una pared rugosa trató de encontrar el camino usando la Llave como si fuera el bastón de un ciego. Se golpeó la cabeza contra un saliente y gritó de dolor, pero el miedo y los rugidos que provenían del agua le impidieron detenerse y medio trepó y buceó mientras se alejaba. De niña se había bañado varias veces en el mar, pero nunca se alejaba demasiado de la playa, por lo que nunca se había enfrentado a la fuerza de las mareas. Aquellas parecían los puños de unos gigantes y enseguida notó cómo las fuerzas comenzaban a abandonarla.

Algo, sin embargo, debió pasar porque los ruidos de la pelea se fueron alejando. No sabía si Arlea y Poseidón se estaban empujando el uno al otro, pero le daba igual. Pataleó y pataleó, sin detenerse, hasta que alcanzó a ver lo que parecía ser luz. Entonces la burbuja se quebró. Aterrorizada, no tuvo tiempo de coger aire. Braceó, maldiciendo la Llave Espada. Los músculos le ardían y estaban tan tensos que no le habría extrañado si hubiera escuchado algún chasquido.

En su lugar, consiguió romper la superficie del agua y quedar deslumbrada por la escasa —aunque a ella, después de toda aquella oscuridad, le pareció brillantísima— luz del sol. Rompió a toser y a expulsar agua mientras luchaba por no hundirse de nuevo. Con la sensación de que no podría ni arrastrarse hasta la orilla, levantó la vista y abrió mucho los ojos al ver una figura a contraluz.

¿Ma…? —Tosió de nuevo, medio desfallecida—. ¿Malik?

Alcanzó la orilla, pero estaba tan cansada que no consiguió más que sacar medio cuerpo. Su mano derecha se negaba a soltar la Llave Espada de Malik.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Tanis » Lun Sep 14, 2015 10:52 pm

Estaba a punto de iniciar una nueva escalada cuando oyó que algo rompía la superficie del agua. Pensando que era Arlea, Malik se dio la vuelta alerta como un gato y palpó la pared de roca en búsqueda inútil de una piedra que poder usar de arma. Sin embargo se dio cuenta enseguida de que no era la nereida y sintió que se le encogía el corazón. Su voz fue inconfundible.

¿Ma…? ¿Malik?

«Fátima... ».

Se acercó casi corriendo al borde rocoso de la poza interior al mismo tiempo que ella lo alcanzaba y se arrodillo casi metiéndose en el agua.

Eh, eh, está bien, me has encontrado —dijo en un susurro ronco, ahogado por el alivio de verla allí.

Despacio tendió los brazos y la asió. Tuvo que hacer un poco de fuerza, pero consiguió levantarla del todo y sacarla del agua. Se quedó sentado con ella en el regazo. Su Llave-Espada, que fielmente la había guiado hasta él, había dejado de latir y desapareció en cuanto Malik la tocó de nuevo. No le importó que Fátima estuviera empapada, su único miedo era que de repente apareciera Arlea y...

¿Estás bien? —preguntó con un susurro, limpiándole el agua de la cara. Tras su contestación añadió—. Vamos, tenemos que salir de aquí.

Señaló la salida al exterior, la que había intentado coronar hacia escasos minutos, y la ayudó a ponerse de pie. Aunque hubiera sabido nadar, por nada del mundo habría obligado a Fátima a regresar por aquel túnel submarino, de modo que su plan inicial era el único que tenían. Entonces, justo cuando plantaba la mano en la pared de roca, la caverna tembló. Hilos de polvo de piedra y pequeños cascotes cayeron del techo y se resquebrajaron contra el suelo. Malik se apartó de la pared y miró a Fátima.

Yo no he sido —dijo.

La caverna volvió a temblar, más fuerte. Una piedra más grande cayó en la poza con un sonoro chof y se oyó una risa estridente, de mujer, seguida de un grito:

¡TE HAS VUELTO VIEJO, PADRE, DEJA QUE HEREDE TU TRONO!

A Malik no le cupo duda alguna de que Arlea era la causante de los temblores, aunque... ¿Con quién se estaba peleando? Miró de nuevo hacia el agujero abierto en techo de la cueva, mientras temblores más pequeños sacudían la estancia cada vez con más frecuencia.

De acuerdo... ¿Qué tal se te da escalar? —preguntó antes de coger a Fátima de la cintura y auparla hasta el saliente más bajo.

No tenían muchos más sitios por dónde salir, y no quería estar ahí si los túneles se derrumbaban por culpa de la nereida. Tendrían que darse prisa.
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Suzume Mizuno » Mié Sep 16, 2015 12:18 am

Eh, eh, está bien, me has encontrado

«Dios, gracias, ¡gracias!», pensó mientras se dejaba llevar hacia la orilla. Se abrazó, temblando y casi sin fuerzas, a Malik y hundió la cara en el hueco entre su hombro y su cuello. Era tan cálido. Su respiración, el movimiento de su pecho y el latir del pulso contra sus labios la ayudó a tranquilizarse un poco mientras recuperaba el aliento. Ni siquiera se dio cuenta de que la Llave Espada desaparecía de entre sus dedos.

Por fin lo había encontrado.

¿Estás bien?

Se separó de él a regañadientes para que le secara la cara.

Ahora sí—respondió con una sonrisa de agotamiento. Le acarició una mejilla. Parecía estar ileso.

Vamos, tenemos que salir de aquí.

Tras un titubeo, asintió y dejó que la ayudara a ponerse en pie. La cabeza todavía le daba un poco de vueltas por la falta de oxígeno, pero se aplicó un poco de magia curativa para despejarse. De pronto la caverna se estremeció y les llovió polvo y fragmentos de piedra encima.

Yo no he sido.

Fátima sofocó una risotada que sonó más bien a alguien a punto de atragantarse. La caverna se sacudió, esta vez con más brusquedad, y Fátima se aferró a Malik en el mismo instante que escuchó esa voz escalofriante, casi histérica, de fondo:

¡TE HAS VUELTO VIEJO, PADRE, DEJA QUE HEREDE TU TRONO!

Está loca—susurró.

De acuerdo... ¿Qué tal se te da escalar?

Malik la cogió por la cintura y la levantó. Fátima quiso protestar —¡no le gustaban las alturas!— pero en su lugar se aferró a un saliente y buscó enganchar los pies. Sabía bien que tenían que salir de allí cuanto antes, o las paredes se les vendrían encima. Tragó saliva y se dijo que no miraría abajo.

Pues espero que bien. Voy subiendo.

Siendo elástica como era ella, le costó menos de lo que esperaba encontrar sitios donde apoyar los pies o enganchar los dedos. Le costaba un poco levantar todo su cuerpo empleando solo los brazos, pero había esperado que fuera mucho peor. Lo único malo era cuando tenía que buscar un saliente para meter el pie, porque veía de reojo que cada vez estaba más lejos del suelo y la perspectiva de caer y estamparse con el agua no era muy agradable.

¿Vas bien?—resopló cuando sólo quedaba un pequeño trecho para alcanzar la abertura.

La pared se sacudió con tanta violencia que Fátima resbaló. Durante un par de instantes, sólo sus pies se mantuvieron pegados a la roca y la chica arañó el muro con desesperación antes de poder aferrarse de nuevo. Aguantó pegada como si quisiera fusionarse con la pared durante el resto del tiempo, con el desagradable hormigueo del vértigo destrozándole las puntas de los dedos, y luego se obligó a continuar, no sin antes asegurarse de que Malik se encontraba bien.
Cuando llegó arriba, se arrastró por el suelo, a punto de vomitar de puro nerviosismo, y se volvió para tender una mano a Malik y ayudarlo a terminar de subir.

Sólo entonces se atrevió a relajarse y se dio cuenta de que tenía los músculos de la espalda y el cuello duros como piedras. Se había hecho rasguños por todo el cuerpo, tenía una uña reventada y los dedos ensangrentados.
Pero lo habían conseguido. Fue a abrazar a Malik cuando algo estalló en la distancia y Fátima dio un respingo.

Habían salido al linde del bosque, desde donde pudieron ver cómo el un géiser de agua emergía del río. Fátima atisbó la figura de Arlea y la de un hombre que sólo podía ser Poseidón antes de que dos enormes olas se levantaran y chocaran entre sí con un estruendo ensordecedor. Maldijo y se volvió hacia Malik.

¡Arlea está peleando contra Poseidón! ¡Sí, ese Poseidón! ¡Así que lo considerará un rival superior y no se ocupará tanto de nosotros! Tenemos que encontrar una forma de quitarle a Ibis de encima. Quizás con una serpe acuática—Se incorporó con un resoplido—. Pero está al tanto de todo. A menos que consigamos que no pueda reaccionar a todo a pesar de que sepa que debe hacerlo… Malik, ¿crees que podrías hacer de cebo? Aunque sólo sea un segundo…

Esperó una respuesta al tiempo que la tierra se sacudía una vez más con tanta fiereza que estuvo a punto de caer de bruces.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Tanis » Mar Sep 22, 2015 1:31 am

Empezó a escalar tras Fátima en cuanto se aseguró de que ella iba subiendo sin problemas. De vez en cuando indicaba que saliente era más aconsejable utilizar, cual protuberancia de rocas evitar. Así cubrieron la mitad de la escapada en un santiamén. Sabía que a Fátima no le estaría haciendo mucha gracia, pero se recordó que era mejor eso que morir ahogados.

¿Vas bien?.

Como la seda, cariño —dijo, con un tono demasiado suave y tranquilo para la situación sólo por el mero hecho de intentar tranquilizarla.

No le costaba mucho subir, pero las sacudidas de la cueva, fuertes y aleatorias hacían temblar las paredes y desprendían rocas del techo, obligándoles a aferrarse como pudieran a la piedra. Aun con todo lograron llegar a la cima sin demasiados contratiempos o resbalones. Cuando Malik estaba a punto de aferrarse al borde, se encontró con la mano y el brazo de Fátima y se asió a ella para encaramarse del todo. Se sintió mucho mejor y más seguro sobre el techo exterior de roca y tierra, lejos de caídas y el agua. Notó el cuerpo agarrotado, pero lo consideró un precio muy bajo por haber conseguido escapar de las garras de Arlea y su cueva infame acuática.

Antes de que pudiera siquiera recuperar un poco el aliento, el mundo volvió a temblar y un géiser de agua se elevó desde el río por encima de las copas de los árboles, más allá del linde del bosque. Al igual que Fátima, malik vislumbró la figura de la nereida y la de otro ser, que estaba peleando contra ella. Sin que pudiera preguntar por el contendiente, dos olas se formaron desde cada uno de ellos y se estrellaron, haciendo que tronara el aire.

¡Arlea está peleando contra Poseidón!

Espera, ¿qué? —Malik miró a Fátima para luego volver a mirar hacia el combate, sin lograr distinguir nada entre las cortinas de agua y el vapor—. ¿Poseidón, el Dios, ese Poseidón?

¡Sí, ese Poseidón! ¡Así que lo considerará un rival superior y no se ocupará tanto de nosotros! Tenemos que encontrar una forma de quitarle a Ibis de encima. Quizás con una serpe acuática—Malik torció el gestó y también terminó de levantarse—. Pero está al tanto de todo. A menos que consigamos que no pueda reaccionar a todo a pesar de que sepa que debe hacerlo… Malik, ¿crees que podrías hacer de cebo? Aunque sólo sea un segundo…

De cebo...

Por un segundo puso mala cara, porque no quería que esa bruja le diera otra paliza o le encerrara en esas bolas llenas de agua del demonio. Él también estaba cansado y quería terminar con eso de una vez. Sujetó a Fátima antes de que se cayera por culpa de las sacudidas de tierra y suspiró.

Vale, de acuerdo.

«No tengo otra, no voy a mandarla a ella... ».

Bien, vamos allá. —Inspiró hondo y expiró antes de echar a correr hacia la zona de combate.

No se pensó mucho la estrategia, sólo tenía que distraerla para que Fátima lograra atizarle con su serpiente de agua. A media camino a la carrera convocó la Llave-Espada por si acaso y gritó.

¡Eh, Arlea, por aquí!

Por un segundo pensó que ella no se esperaba de ninguna manera su aparición, pero un chorro de agua le impactó en el pecho y le echó para atrás. No vio nada durante una fracción de demasiado tiempo y cuando quiso darse cuenta, la nereida se le había echado encima y le asestaba una contundente patada en el costado, que él no logró bloquear con su arma. Su risa histérica le estalló en los oídos. Malik sintió el calor de la bilis que le subía por la garganta y asestó un espadazo que Arlea esquivó con facilidad. Sin embargo, la punta de la Llave-Espada rozó la burbujita donde se encontraba Ibid, y la nereida chilló.

¡Humano estúpido!

Otra patada le derribó y le hizo rodar por el suelo como un muñeco. Malik tosió saliva y polvo y esperó que sirviera para que Fátima pudiera pillarla desprevenida y quitarle el maldito pájaro. ¿Y qué estaba haciendo el dichoso Poseidón, tomarse un té?
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Suzume Mizuno » Mar Sep 22, 2015 11:37 pm

Bien, vamos allá.

Fátima asintió con la cabeza y lo siguió con la mirada, mordiéndose el labio inferior. ¡Por favor, que saliera bien! Echó a correr, buscando ocultarse tras los arbustos. Por suerte, la pelea entre Poseidón y Arlea era lo suficiente titánica como para hacer retemblar el suelo y que explosiones de agua lo salpicaran todo, de modo que tenía la esperanza de que no la vieran deslizarse de un lado a otro. Acabó cayendo de bruces tras unas rocas y al asomarse buscó, angustiada, a Malik.

¡Eh, Arlea, por aquí!

Su pareja apenas sí pudo terminar la frase antes de que un chorro de agua lo arrojara al suelo. Fátima maldijo a Arlea y se contuvo para no salir corriendo hacia delante. Tenía que esperar a que estuviera de espaldas a ella. ¡Tenía que esperar al momento propicio!

Pero cuando vio que Arlea atizaba una patada al costado de Malik y rompía a reír, lo vio todo rojo. Saltó por encima de las rocas e invocó una serpe acuática al tiempo que corría a toda velocidad, intentando recordarse que tenía que capturar al puñetero pájaro, no a Arlea.

¡Humano estúpido!

Otra patada.

«¡Hija de…!».

Lanzó la serpe, que se abalanzó sobre el saquito de agua. Arlea ni siquiera se molestó en darse la vuelta. Con un gesto, una tromba de agua salió del río y se llevó por delante a Fátima. El golpe fue tan fuerte que, por un instante, perdió la conciencia y cuando se despertó estaba dando una última vuelta de campana antes de estrellarse en el suelo.

¡¿Créis que no me lo veía venir estúpidos huma...!?

Arlea se giró hacia Poseidón. El dios tenía algunos cortes feos y una parte del rostro amoratada pero, ante todo, estaba muy, muy enfadado. Arlea trató de atacarle con un golpe de agua, pero Poseidón clavó su tridente en el suelo y, de súbito, un temblor tan violento que los arrojó a todos al suelo sacudió la tierra. El agua del río se desplazó por el cauce, como empujada por una pared invisible, dejando la zona en la que se encontraban prácticamente seca.

Habrás capturado a Ibis, pero…—Poseidón sonrió de forma desagradable—tus poderes siguen estando muy, muy por debajo de los míos, pequeña renacuaja. Y ya no tienes agua que manejar.

¡Puede que eso sea verdad, pero solo se necesita un poco de masa gris para vencer a alguien como tú, padre! ¿Es que vas a atreverte a hacerme daño? ¡Madre te matará si me pones una mano encima y…!
Fátima no se lo pensó dos veces. Invocó su tessen y lo arrojó. No hubo plan, no hubo estratagema, ni tampoco fue premeditado.

La esfera de agua que contenía a Ibis reventó. Arlea ahogó un grito y trató de atraparlo, pero el animalillo abrió unos grandes ojos glaucos, sacudió las alas y se escurrió de entre sus dedos. Al mismo tiempo, Poseidón atacó. Arlea se dio la vuelta, de pronto indefensa y aturdida, sin saber qué hacer ante la inmensa ola que se abalanzaba sobre ella. Fátima sí lo supo: cerró los ojos y se pinzó la nariz. Esta vez no la iban a pillar desprevenida.

*


Así que volvió solito—dijo Fátima, a la que todavía le chorreaba el pelo. Tenía las sandalias destrozadas y estaba empapada en barro. Había soportado el camino hasta el templo con todo el estoicismo que había podido, ignorando las miradas de la gente, demasiado cansada incluso para reírse de la situación, porque Malik no estaba mucho mejor.

Sí, hace muy poco tiempo—sonrió la gran sacerdotisa, que parecía haberse quitado de encima muchos años—. ¿Qué ha sucedido?—Los recorrió con la mirada—. Por favor, aguardad un momento. Os traeremos una muda.

Llamó a una de las aprendizas para que fuera a buscar ropa de hombre. Entre tanto, las sacerdotisas acompañaron a Malik y a Fátima para que se sentaran en un banco. Fátima agradeció la toalla que le tendieron y hundió la cara en ella.
Ibis apareció revoloteando desde unas columnas y se fue a sentar sobre el hombro de la gran sacerdotisa, clavando en ellos una mirada inteligente, casi humana. Luego el animalito pareció inclinar la cabeza en su dirección. Se quedó boquiabierta. Después levantó el vuelo y se marchó.

¿Qué fue lo que pasó?

Fátima miró a Malik, sin saber bien qué decir. ¿Cómo le explicaban todo lo que había pasado?
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Tanis » Mié Sep 23, 2015 2:44 pm



¿Qué fue lo que pasó?

De repente Malik sintió la mirada de Fátima y la gran sacerdotisa de Atenea. Estaba cansado, destrozado, le dolían las costillas donde Arlea le había pegado las patadas y cojeaba del pie derecho. Más que cansado, estaba bastante harto.

Bueno... —Malik terminó de secarse la cara y restregarse el pelo mojado—. Lo que pasó fue...

Se quedó callado durante unos segundos, buscando las palabras adecuadas para relatarle a la sacerdotisa los últimos sucesos de la aventura.

«Lo que pasó fue que Arlea se perdió en la soberbia».

*


Malik trató de levantarse para al menos quitarse de en medio, pero el dolor de cuerpo por los golpes que le había propinado la nereida era demasiado para que pudiera de momento intentarlo. Rodó sobre sí mismo hasta quedar de lado. Entonces vio la gran riada de agua que se le echaba encima.

«Oh, oh... ».

Inspiró hondo, todo lo hondo que pudo, y cerró los ojos. El agua lo arrastró unos cuantos metros bosque adentro antes de que pudiera sujetarse al tronco de un árbol. Cuando la ola pasó de largo, Malik tragó aire a bocanadas y tosió la que se le había metido casi hasta los pulmones. Totalmente agarrotado y adolorido, se dejó escurrir por el tronco del árbol hasta el suelo con toda la intención de quedarse allí sentado y dormir, pero el ulular inconfundible de una lechuza sonó encima de su cabeza. Al alzar la vista, Malik vio a Ibid, que le estaba mirando, posado en una rama.

Fue lo último antes de caer en la semiinconsciencia.

*


Poseidón se llevó a Arlea de vuelta al mar, supongo —dijo Malik con la toalla colgada de los hombros—. Prometió hablar con Atenea, aunque no le hiciese gracia...

Hizo una mueca. Después de todas las historias que les habían contado sobre esos dos dioses, no le extrañaba que no quisieran acercarse más de lo necesario. Sin embargo, le sorprendió de manera grata que al menos Poseidón no quisiera que hubiese malentendidos. Era un punto a su favor.

Entonces ya está, ¿no? Hemos cumplido. —Despacio colocó la mano encima de una de las de Fátima y apretó con suavidad.

La gran sacerdotisa asintió con una leve reverencia de cabeza.

Así es, os damos las gracias en nombre de Atenea. Que su sabiduría siempre os guíe.

Malik no estaba muy seguro de querer algo de esa sabiduría, pero mientras fuera una guía y no un lazo, estaba bien. Tan sólo les faltaba reponerse un poco, avisar a Fil de que Tebas no corría peligro y quizá... quizá pasarse por el templo de Poseidón para darle las gracias.
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Suzume Mizuno » Mié Sep 23, 2015 7:44 pm

Entonces ya está, ¿no? Hemos cumplido.

Fátima sonrió y devolvió el apretón a Malik. Cuando la gran sacerdotisa asintió, suspiró de alivio. Por fin.

Así es, os damos las gracias en nombre de Atenea. Que su sabiduría siempre os guíe.

Dejaron que las sacerdotisas les dieran ropas nuevas y, después de cambiarse, se encaminaron con paso lento hacia el Coliseo para avisar a Fil. Le dolía todo el cuerpo y estaba tan cansada que le pesaba cada músculo una tonelada. Ni tras los entrenamientos de Lyn acababa tan hecha polvo. Iba a dormir dos días seguidos.

No sé tú, pero yo no quiero ver ríos ni lagos en mucho tiempo—dijo a Malik, cogiéndose de su brazo con cuidado para no cargar peso sobre él—. Perdona por haberte pedido que hagas de cebo.—Antes ya le había aplicado varios Cura sobre las zonas dañadas, pero no pudo evitar pasar la mano por su estómago tras lanzar una mirada furtiva a su alrededor, para asegurarse de que nadie les veía—. Te juro que si hubiera podido, le habría partido el cuello.

Oh, esperaba que el castigo que tuviera pensado Poseidón para ella fuera duro. Terriblemente duro.

Por el camino vio el templo de Poseidón y dio un pequeño tirón de la manga de Malik para que pasaran primero por allí. No quería tener que dar un rodeo después de ver a Fil. A lo mejor incluso podrían hacer un sacrificio para que Poseidón hiciera sufrir a Arlea…

Cuando llegaron no encontraron al sacerdote por ninguna parte. La estatua seguía destrozada. Le puso los pelos de punta. Ahora que tenían tiempo para pensar, se preguntó qué habría hecho Arlea si hubiera conseguido deponer a su padre.

Posiblemente lograr que todos los dioses se pusieran en su contra. O, al menos, Atenea y sus afines.

Cada vez que pienso que hemos ganado por pura casualidad se me pone la piel de gallina—confesó—. Menos mal que no podía tocar siempre a Ibis. Habría sido terrible.

No terminaba de comprender bien cómo funcionaba Ibis, ni la clase de conocimientos que proporcionaba. Se miró la mano libre y se preguntó qué se sentiría al tocarlo y saber… Saber todo. O, al menos, tener conciencia de muchísimas cosas. ¿También se creería capaz de derrotar a sus Maestros, por ejemplo? Y, en teoría, sería capaz si se tomara su tiempo, ¿no?

A menos que se le subiera el poder a la cabeza y fuera declarando sus intenciones a los cuatro vientos, como hizo Arlea.
En cualquier caso, no estarían vivos si no fuera por Poseidón, así que se acercó a la estatua y, tras un titubeo, juntó las manos. No sabía cómo se rezaba en Grecia, así que eso tendría que bastar.

Al bajar los brazos, escuchó un borboteo. Se le subió el corazón a la garganta y retrocedió de un salto. De la superficie de la fuente emergió la cabeza de una chica con la piel verdosa, con unos ojos muy grandes y de pupilas afiladas. Fátima ahogó un grito y estuvo a punto de lanzar un Piro contra ella pero, en el último segundo, se percató de que les sonreía y saludaba con un gesto.

Me envía mi padre, Poseidón, no temáis—dijo, mientras lanzaba una mirada… intensa, cuanto menos, a Malik.

Refunfuñando, Fátima dio un paso adelante y se puso frente a Malik, cruzándose de brazos.

¿Para qué te envía?

Estaba más que harta de ninfas, puñeta.
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Tanis » Jue Sep 24, 2015 5:38 pm

No sé tú, pero yo no quiero ver ríos ni lagos en mucho tiempo.

¿Significa eso que me puedo librar de las clases de natación? —bromeó.

Dejó que se cogiera de su brazo y palmeó suavemente su mano. Aun con la curación que le había servido, todavía cojeaba un poco, notaba los músculos duros como bolas de hierro y la zona de las costillas ardía como el infierno.

Perdona por haberte pedido que hagas de cebo. Te juro que si hubiera podido, le habría partido el cuello.

Malik rió y meneó la cabeza.

No dudo de ello... pero no te preocupes, mejor yo que tú, ¿qué clase de escudo sería si no detuviera esos golpes?

En su fuero interno, sin embargo, esperaba que Arlea estuviera sufriendo el castigo de su portentoso padre. No había tenido ocasión de hablar con Poseidón largo y tendido. Le habría gustado hacerlo, sólo por el mero hecho de poder decir luego que había hablado con un Dios de verdad. Estuvo de acuerdo en pasar por su templo. Aunque no apareciera (habría sido demasiado), podían dejar algún tipo de ofrenda como agradecimiento. Sin él, estaba seguro de que todavía continuarían peleando contra Arlea, o peor.

Cada vez que pienso que hemos ganado por pura casualidad se me pone la piel de gallina. Menos mal que no podía tocar siempre a Ibid. Habría sido terrible.

Sí...

Se preguntó cómo tenía que ser el saberlo todo, o como mínimo tener la consciencia de poder llegar a saberlo todo con absoluta certeza. Quizá esa era la trampa, el fallo, que no podías, o no se debía si eras una criatura corriente. Así le había pasado a la nereida, que se creía invencible al conocer demasiadas cosas.

Contempló la estatua destruida de Poseidón. El templo continuaba tal cual lo habían dejado horas atrás, y no parecía que el sacerdote a cargo anduviera cerca. Observó a Fátima y su inseguro rezo e hizo lo propio. Se colocó junto a ella y se arrodilló con la cabeza ligeramente gacha y los ojos cerrados. Le encomendó una oración de agradecimiento a Poseidón, justo antes de oír el borboteo. Por un segundo creyó que de nuevo iban a atacarles, de modo que se levantó casi de un brinco.

De la superficie del agua de la fuente vio emerger la cabeza verdosa, de ojos grandes y el pelo lleno de algas. No era Arlea, por supuesto, y sonreía amistosamente. Malik soltó un suspiro.

Me envía mi padre, Poseidón, no temáis—dijo.

Malik notó el peso de su mirada, como si fueran los dientes lo que le estuviera clavando en la piel. Conocía muy bien ese tipo de gesto, como para no saber qué se le estaba pasando a la nereida por la cabeza.

¿Para qué te envía?

Sonrió débilmente al sentir los celos de Fátima en ese tono de voz y la postura defensiva ante él. Despacio le rodeó la cintura con un brazo. La nereida sonrió más ampliamente antes de contestar.

Quiere que os entregue esto. —La criatura levantó ambas manos y mostró dos pequeñas matas de algas viscosas, que depositó en el borde de la fuente—. En agradecimiento.

Antes de que ninguno pudiera decir nada, la nereida se hundió en el agua con un gracioso chapoteo y desapareció. Malik se acercó con cautela sólo por si acaso estaba esperando a que él se acercara al agua. Sin embargo, cuando se asomó a la fuente sólo vio el fondo cercano y poco profundo de mármol. Cogió ambas ramitas de algas, que chorreaban agua y vete tú a saber qué más.

Bueno. —Le puso una en la mano a Fátima—. ¿Qué quieres hacer con esto?

Se preguntó dónde iba a guardárselo hasta que consiguió embutir su alga en la bolsita que llevaba el cinturón. Bendijo a las sacerdotisas del templo de Atenea por ser tan generosas, porque no habría querido ir con el matojo viscoso al aire por la calle. Recordando las palabras del sacerdote justo antes de que atacara Arlea, se internó en el templo por un momento y encontró una pila de conchas de almeja gigante dispuestas para ofrendas. Cogió dos y regresó junto a Fátima y la fuente.

Gracias a ti —dijo, antes de dejar las conchas en la superficie del agua para que se hundieran.

Sabía que esa no era la manera de hacerlo, pero le daba igual. Estaba seguro de que Poseidón se enteraría de todas formas. Se volvió hacia Fátima.

Bien, ¿nos vamos?

Le ofreció el brazo para salir juntos del templo. Tendrían que a ir a paso lento, pero ya llegarían al Coliseo. Lo último que les quedaba era informar a Fil del retorno de la lechuza. Se había evitado un gran desastre.
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Suzume Mizuno » Vie Sep 25, 2015 5:33 pm

Bueno. ¿Qué quieres hacer con esto?

Fátima se quedó mirando el alga con una ceja arqueada y se estremeció ante el contacto. Echó un vistazo para asegurarse de que la ninfa se había marchado —menos mal, aunque le hubiera gustado saber qué había sido de Arlea— pero decidió que sería más prudente guardarla y ver después qué hacer con ella. No tenía ni idea de qué clase de alga era, ni cómo se usaría en el reino de Poseidón. ¿Quizás para comer…? Se le revolvió el estómago de sólo pensarlo.
Malik se marchó un momento para internarse en el templo y regresó con unas conchas.

Gracias a ti —dijo, poniéndolas en la fuente.

Oh, eso sí que sería una forma más correcta de rezar que lo que había hecho ella. Fátima inclinó en la cabeza y luego se acercó a Malik, que le ofrecía el brazo.

Bien, ¿nos vamos?

Sí, por favor.—Cuando salieron de nuevo a la luz del sol, comentó—: ¿Crees que Fil se dignará a darnos las gracias o dirá que hemos tardado demasiado?—Fuera cual fuera la reacción de Fil, no le importaba demasiado. Había otra cosa que, en cambio, sí. Se puso de puntillas y le susurró al oído—: Cuando regresemos, ¿te importa si duermo en tu habitación?

Se apartó y sonrió. Se merecían una pequeña recompensa después de un día tan horrible.

Spoiler: Mostrar
Creo que es muy último post, así que me despido aquí. ¡Muchas gracias a Astro por abrir esta misión y a Tanis por hacerla conmigo!
Imagen

¡Gracias por las firmas, Sally!


Awards~

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
Suzume Mizuno
63. Komory Bat
63. Komory Bat
 
Mensajes: 1883
Registrado: Vie Mar 02, 2012 9:52 pm
Dinero: 1,462,577.72
Sexo: Femenino
Karma: 6

Re: [Coliseo del Olimpo] En busca del búho de la sabiduría

Notapor Tanis » Vie Sep 25, 2015 10:27 pm

Sí, por favor. ¿Crees que Fil se dignará a darnos las gracias o dirá que hemos tardado demasiado?

Malik respondió con un resoplido, mientras caminaban cuesta abajo por el sendero que conducía a Tebas.

Vete tú a saber, pero más le vale estar un poco agradecido, he tragado agua de sobra para llenar un lago.

Sabía que si no se dejaba curar en el castillo de Tierra de Partida con magia, las costillas y el cuerpo en general le dolerían por un mes por lo menos. Aquel trote había sido más duro, peor incluso, que muchos de los entrenamientos de su maestra y ya era decir. Iba a seguir refunfuñando contra los demás pormenores de la misión cuando sintió a Fátima pararse un poco y colocarse de puntillas para decirle algo. Instintivamente se agachó para oírla mejor, de cerca.

Cuando regresemos, ¿te importa si duermo en tu habitación?

Levantó las cejas, pero al ver su sonrisita esbozó una propia y cabeceó.

En lo absoluto... —Se inclinó un poquito hacia ella y le dejó un beso en la sien, retomando sus pasos—. Pero no esperes mucha acción, estoy molido.

Lo que más quería y necesitaba era reportar la misión, volver a casa y hundir la cara en la almohada, y si a Fátima le apetecía darle un masaje con final feliz, mejor que mejor.

Spoiler: Mostrar
Pues este es mi último post entonces ~ Gracias a Astro por esta genial misión y a Suzu por meterme el turbo XD
Avatar de Usuario
Tanis
28. Samurai
28. Samurai
 
Mensajes: 813
Registrado: Mar Feb 19, 2013 10:20 pm
Dinero: 75,353.31
Banco: 15,572.00
Sexo: Mucho, gracias por preguntar
Karma: 5

AnteriorSiguiente

Volver a Otros temas

¿Quién está conectado?

Usuarios navegando por este Foro: No hay usuarios registrados visitando el Foro y 1 invitado