por Suzume Mizuno » Mar Oct 27, 2015 8:58 pm
—Y quiero que se lo demuestres a todos.
Fátima se mordió la lengua con tanta fuerza que se hizo daño, pero no prestó atención. Las ganas de golpearlo iban en aumento, pero no pensaba hacerlo. Al darse cuenta de que estaba dañando los cuadernos, los dejó en la mesa, se aseguró con torpeza de que estaban bien y después abrió y cerró los dedos. No sabía qué hacer con las manos. No sabía qué hacer en sí, ni cómo reaccionar, ni qué decir. No sabía nada.
—Eres un egoísta y siempre lo serás—farfulló al final—. Hasta el maldito final.—Giró sobre los talones y se dirigió a la salida—. Ahora vuelvo. Necesito… un poco de tiempo.
Sabía que no era la mejor forma. El que se moría era Ivan, no ella pero, ¿qué esperaba? ¡Así, de sopetón, sin más! La oleada de frustración era tan grande que tuvo que resistirse para no dar una patada a la puerta, si bien cerró más fuerte de lo necesario. No consiguió llegar más allá de las escaleras antes de romper a llorar. Allí se sentó y enterró la cara en las manos, sin poder creerse lo que estaba sucediendo.
*
Fátima tardó una hora en regresar. Para entonces tenía los ojos hinchados, pero había conseguido dominarse lo suficiente para dedicar una sonrisa trémula a Ivan Kit y a Victoria.
—Perdón. Estaba muy alterada. Sé que no era el momento, pero lo necesitaba. —Fue hasta donde había estado sentada antes, recogió los cuadernos y los puso sobre su falda—. Seguiré con tus investigaciones, Ivan, porque eran interesantes y sería… horrible que se quedaran sin terminar. Además, es algo tuyo.—Intentó volver a sonreír y sólo consiguió formar una mueca. Respiró hondo y se relajó un poco, aunque la voz todavía le temblaba—: Tengo que intentarlo una vez más: ¿no quieres volver a Tierra de Partida…?—Meneó la cabeza al escuchar la respuesta—. Terco como tú solo.
Acarició los cuadernos, los dejó en la silla y se adelantó para darle un abrazo, con toda la suavidad que pudo. Cuando se separó atrajo el asiento para quedar a su lado y le cogió una mano raquítica.
—Sabes, mientras estaba fuera he estado pensando en lo gilipollas que eras cuando nos conocimos. En la vez que acabamos en Bastión Hueco—dijo con una débil risilla—. Intentabas ligar conmigo y de una forma muy descarada. Luego casi me dejaste atrás, rodeada de Sincorazón.—Arqueó una ceja y le apretó un poquito la mano para darle a entender que no estaba enfadada—. Todavía me cuesta entender cómo te cogí cariño, con lo que te merecías esa patada que te di. Espero que se haya comportado bien contigo—dijo, volviéndose para mirar a Victoria—. Porque seguro que ha sido insoportable mientras estaba enfermo.
Miró otra vez a Ivan.
—Lo siento. No tenía que haberme puesto así. Y… no sé bien cómo o qué debería decir. Es decir… Voy a venir a verte. Todas las veces que sea necesario, de verdad, pero… No sé. Cuéntame cosas. Dime hasta dónde llegaste en la investigación, dime dónde estuviste estos años antes de… Ya sabes. Y cómo te llevas con la pobre chica. Espero que no la tengas de criada.
Quería eliminar toda la impresión negativa que había dado antes porque Ivan Kit no se lo merecía. Seguramente había imaginado que si se comunicaba con ella, la reacción no sería buena, pero al menos lo había hecho. Eso significaba que la valoraba como amiga. Lo suficiente como para verle así. Saberlo le provocaba unas ganas insoportables de llorar y tenía que luchar por controlar las lágrimas. Por una parte seguía enfadada con Ivan hasta el punto de gritarle que no era justo que la hiciera sentir así, que era un idiota, que no desistiera, que seguro que encontraban una manera. Por otra, sabía que Ivan era un orgulloso y que si hubiera tenido la más mínima oportunidad de salvarse, habría esperado a estar mejor para hablar con ella. Eso hacía que doliera más todavía saber que le dejaba sus estudios, que se estaba despidiendo. Significaba que Ivan había llegado al final.
Le costaba tanto asumirlo, tragarse la verdad que se le había formado un nudo en la garganta que le dificultaba hablar. Había intentado valorar todo lo que sabía, todo lo que sentía para decidir qué hacer y se había dado cuenta de que si Ivan la había llamado, no era para que le reprochara mil cosas que ya no tenían sentido. Se lo tendría que tragar todo, porque Ivan no lo necesitaba. En su lugar tenía que actuar como su amiga, estar para él… Como no lo había estado durante todo aquel tiempo.
Así que haría lo que quisiera. Cualquier cosa con tal de serle de ayuda.
¡Gracias por las firmas, Sally!Awards~