[Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Misión de Ragun & Celeste

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Moderadores: Suzume Mizuno, Denna, Astro

[Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Astro » Mié Nov 25, 2015 9:50 pm

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Nombre: Un problema de dos cabezas
Solicitante: Diana
Descripción: Es posible que, sin pretenderlo, haya incitado al cíclope de dos cabezas Orthos a ir a Tebas y alimentarse de los nobles de la ciudad. Detenedle antes de que llegue a la ciudad y cause algún problema inconveniente. Que Nanashi no se entere.
Mundo: Coliseo del Olimpo
Requisitos:
- Mínimo nivel 8.
- Dos a cuatro participantes.
Recompensa:
- 10.000 platines a repartir entre los participantes.
- Una poción por cabeza.
- Anillo Bravura para cada participante. (*)
Notas:
- Se debe encontrar al monstruo en un bosque cercano a Tebas antes de poder pelear contra él.
- Astro presentará al monstruo y dejará una pautas para su comportamiento y su forma de pelear, pero no intervendrá en la pelea: todo estará en manos de los participantes. El GM sólo volverá a intervenir cuando acabe el combate.
- (*) El accesorio sólo se otorgará como recompensa si los participantes han sabido llevar correctamente bien la pelea, de forma realista y siguiendo las pautas dejada.
Interesados: Sombra, Denna.
EN PROCESO


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Ah, ya habéis llegado. Justo a tiempo.

Diana les hizo un gesto con la mano a ambos para que la siguiesen por la calle, caminando a ritmo ligero. Ragun y Celeste habían acudido hoy al mundo conocido como Coliseo del Olimpo llamados por una misión urgente del tablón: Diana, una de las aprendizas veteranas de Bastión Hueco, necesitaba ayuda con un problema... ¿de dos cabezas?

Orthos es un cíclope gigante de dos cabezas grande, torpe, y bobo. Pero terco como una mula. Mientras investigaba a los sincorazón cerca de la ciudad me topé con él y el muy idiota intentó impresionarme destruyéndolos. La cosa salió mal, y ahora está infectado por su oscuridad y anda por ahí descontrolado. —Paró de golpe al llegar a las puertas de Tebas, colocándose la mano sobre los ojos para hacer de visera—. Es cuestión de tiempo que acabe viniendo aquí, a Tebas, a causar problemas innecesarios. Id a buscadle y paradle los pies antes de que todas las culpas caigan sobre mí.

»Tened en cuenta que no es un sincorazón, nada de matarle. —Dirigió una mirada significativa a Ragun—. Sospecho que debe de estar en el bosque más cercano de la ciudad, no os será difícil encontrarle. Suerte, y eso.

Se despidió con un gesto de la cabeza, volviendo al interior de la ciudad mientras dejaba a los otros dos para hacer su trabajo por ella. Cuando terminaran, debían volver a buscarla a una taberna de la ciudad.

Al fin y al cabo, un cíclope gigante de dos cabezas tampoco era para tanto, ¿no...?

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¡Bienvenidos a la misión! Las instrucciones iniciales son sencillas: encontrad a Orthos en el bosque. Toda la misión queda en vuestras manos, yo sólo tendré una intervención más que será para presentar al cíclope y dar los datos para la pelea, todo lo demás será cosa vuestra.

Avisadme cuando encontréis a Orthos por mensaje privado mismo. Suerte~.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Denna » Jue Nov 26, 2015 12:28 am

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A decir verdad, no era mi intención apuntarme a ninguna misión. No después de lo que sucedido en el País de los Mosqueteros aquella noche; lo único que quería era dormir durante días y olvidarme de todo y de todos.

Pero no iba a tener ese lujo. A los pocos días me di cuenta, alarmada, de que apenas me quedaban platines. Y lo último que quería era recaer en esa pobreza extrema.

Orthos es un cíclope gigante de dos cabezas grande, torpe, y bobo. Pero terco como una mula —explicó Diana, resuelta—. Mientras investigaba a los sincorazón cerca de la ciudad me topé con él y el muy idiota intentó impresionarme destruyéndolos. La cosa salió mal, y ahora está infectado por su oscuridad y anda por ahí descontrolado.

Torcí el gesto. Me había informado un poco sobre el Coliseo del Olimpo antes de venir, y cabía decir que ese mundo me hacía sentir muy incómoda. Múltiples dioses... los tebanos estaban locos. Aunque, en un lugar en el que cíclopes bicéfalos andaban a sus anchas, ¿qué podía esperar?

Es cuestión de tiempo que acabe viniendo aquí, a Tebas, a causar problemas innecesarios. Id a buscadle y paradle los pies antes de que todas las culpas caigan sobre mí.

Sí, señora. —Suspiré. ¡Menuda misión había ido a cumplir! Menos mal que la recompensa era jugosa.

Antes de irse, Diana nos advirtió que no lo matáramos —di un respingo involuntario y bajé la mirada, turbada—, y sugirió que podría estar en el bosque. Observé cómo se marchaba tan tranquila, dejándonos con todo el marrón. Gracias a Dios que no había venido Alexis, seguramente ella nos habría empujado hacia el bosque a punta de paraguas.

Bueno, pues... A cazar cíclopes, ¿no? —Sonreí a mi compañero, cambiando el peso de un pie a otro. Cabía decir que, para rematar, tampoco parecía el chico más normal de mundo, con ese brazo, y esos ojos y... bueno, ¡todo su aspecto en general! Tuve que esforzarme para conservar la calma desde el primer momento y no sucumbir a un ataque de histeria—. Soy Celeste, e-encantada de conocerte. ¿Habías estado aquí antes?

Aguardé a su respuesta; luego, giré la cabeza en dirección al bosque.

Supongo que podríamos ir directamente. No creo que nos convenga esperarle aquí, tan cerca de la ciudad. ¿Qué te parece?

Entrecerré los ojos, molesta por la luz. Nos esperaba un día largo; sólo podía esperar que ese chico tuviese las cosas más claras que yo. Un cíclope de dos cabezas... ¡anda que también!

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Primera misión, vamos allá \o/. Nota aparte, he puesto lo del País de los Mosqueteros porque sitúo la misión después de un encuentro (aún no subido) ahí. No haré muchas referencias a ello, así que supongo que no hay problema ;A;.

¡A apalizar cíclopes se ha dicho!
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Sombra » Jue Nov 26, 2015 2:01 am

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Ah, ya habéis llegado. Justo a tiempo.

Diana nos saludó haciendo un gesto con la mano para que la siguiésemos. Al momento, me vi cautivado por el aroma de aquella hermosa mujer, sin embargo. Como siempre, era consciente de que aquello era lo que nos pasaba a todos los hombres, por lo que pude mantener la cabeza más o menos fría.

Había cogido aquella misión (bastante urgente al parecer) junto a otra aprendiza más. No la conocía de nada, pero podía deducir que era una novata por ese simple hecho. Lo más llamativo de aquella muchacha era sin duda su cabello; largo y que caía hasta sus caderas... Y eso estando rizado. No quería imaginar hasta donde llegaría de ser liso. Sus ojos tenían un color caramelo a juego con su pelo, del mismo tono. No se podía escapar el que fuese bastante alta, al menos comparada con el resto de mujeres que había conocido.

Diana nos guió por las calles, cosa que no dudó en aprovechar para contarnos de que iba todo aquello.

Orthos es un cíclope gigante de dos cabezas grande, torpe, y bobo. Pero terco como una mula. Mientras investigaba a los sincorazón cerca de la ciudad me topé con él y el muy idiota intentó impresionarme destruyéndolos. La cosa salió mal, y ahora está infectado por su oscuridad y anda por ahí descontrolado. —La aprendiza se detuvo de golpe en cuanto alcanzamos la puerta de entrada a la ciudad de Tebas. Una pena no poder hacer una visita, quería saber la fecha del próximo torneo para inscribirme—. Es cuestión de tiempo que acabe viniendo aquí, a Tebas, a causar problemas innecesarios. Id a buscadle y paradle los pies antes de que todas las culpas caigan sobre mí.

No parece difícil —comenté. Acabar con un monstruo de dos cabezas no debía ser muy complicado.

»Tened en cuenta que no es un sincorazón, nada de matarle. —No se me escapó la mirada que Diana me dedicó. Fruncí el ceño algo molesto, ¡qué poca confianza tenía en mí!—. Sospecho que debe de estar en el bosque más cercano de la ciudad, no os será difícil encontrarle. Suerte, y eso.

Sí, señora. —Afirmó mi compañera. Esperaba que Diana no hubiese escuchado el "señora" o se iba a armar una buena.

Diana se despidió tal y como nos había saludado cinco minutos antes y se perdió en la multitud de personas de la ciudad griega. Suspiré molesto con Diana. ¡Ya podría haberse encargado ella! Mira que podía ser vaga. Pero bueno, al menos la recompensa era buena... Y un accesorio mágico para potenciar nuestros poderes no sonaba nada mal.

Bueno, pues... A cazar cíclopes, ¿no?

Eso parece, sí —respondí con una media sonrisa mientras observaba más detenidamente a mi compañera. Parecía todo un matojo de nervios, o algo así. No pude evitar sentirme algo incómodo al ver como me miraba.

Soy Celeste, e-encantada de conocerte. ¿Habías estado aquí antes?

Sí, suelo venir todas las semanas, éste mundo es mi "segunda casa"... Aunque nunca he llegado a pisar el bosque

Bueno, ni siquiera era de aquel mundo, pero teniendo en cuenta el tiempo que pasaba allí se podía considerar eso. ¡Incluso había visitado el Inframundo dos veces!

Mi nombre es Ragun. Espero que hagamos un buen trabajo, Celeste —animé tratando de parecer amable y educado.

Supongo que podríamos ir directamente. No creo que nos convenga esperarle aquí, tan cerca de la ciudad. ¿Qué te parece?

Lo cierto era que la chica tenía razón. Lo mejor era internarse en el bosque e ir a buscarle. Si no acababa en la ciudad acabaría en alguna otra... O podría encontrarse a algún cazador en el bosque. Prefería no pensar lo que podría ocurrirles.

Creo que es lo más sensato —asentí estando de acuerdo con ella.

Dicho aquello, empecé a caminar hacia el bosque. Después de haberme cargado al Kraken en Atlántica y derrotado a Cerbero dos veces vencer a un cíclope que había nacido con dos cabezas no me parecía tan sorprendente. Incluso me extrañaba que Diana no lo hubiese derrotado solo. ¿Qué tramaba? ¿Acaso temía romperse una uña? ¿O aquel cíclope tenía algo que lo hacía más peligroso? Además de estar poseído por la oscuridad, claro.

<<¡Qué fácil sucumben los débiles!>>
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Denna » Vie Nov 27, 2015 12:00 am

Ragun, se llamaba el chico. Un acercamiento, sí, bien, eso ayudaba a verle más como una persona normal que como un... lo que sea que fuere (tenía cierto aire a Sincorazón, pero preferí no hacerle preguntas al respecto). Le sostuve la mirada con más tranquilidad de la que sentía, tratando de no desviarla hacia su brazo izquierdo.

Creo que es lo más sensato —dijo después de presentarse. Asentí y comencé a caminar junto a él, dejando atrás la ciudad.

Se conocía bien el mundo. «Eso es una buena señal,» razoné para mis adentros; aunque no hubiese ido nunca al bosque, imaginé que sabría por dónde moverse si algo salía mal. Y parecía confiado frente a la pelea, lo cual esperaba que también fuese algo positivo.

¿Has visto a algún cíclope antes? —pregunté, con evidente curiosidad—. Me temo que no sé mucho sobre ellos, no he tenido tiempo de informarme.

Era cierto, para mi pesar. Había hojeado algún libro en la biblioteca que los describía como monstruos grandes y fuertes, de un solo ojo, información que Diana tampoco había completado demasiado. Suspiré. Tenía comprobado que aventurarme a un mundo nuevo sin conocerlo traía malas consecuencias...

Un ruido a mi derecha me puso en tensión. Ahogué un gritito y, casi sin pensarlo, me aferré a la bufanda de Ragun para avisarle, señalando el origen del sonido. Mi imaginación no me había jugado una mala pasada: ahí, entre la maleza, se podían oír pasos de alguien arrastrando los pies. ¿O quizás era más de una persona? Era difícil distinguirlo.

Ahí hay alguien —murmuré, tratando de no alertar a lo que se escondía entre los árboles. No podía tratarse del cíclope, de eso estaba casi segura, pero podía ser igualmente hostil.

Crucé una mirada con él, preguntándome qué haría. Por si acaso, mantendría las distancias y procuraría tener un hechizo Piro listo. Según Diana, había Sincorazón por las cercanías.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Sombra » Vie Nov 27, 2015 12:38 am

¿Has visto a algún cíclope antes? —preguntó la chica mientras nos alejábamos de la ciudad y nos íbamos acercando al bosque—. Me temo que no sé mucho sobre ellos, no he tenido tiempo de informarme.

Escuché hablar de ellos a Zack, un amigo de este mundo —expliqué—. Pero tampoco me sorprende que existan. He visto un perro del tamaño de un elefante con tres cabezas, fantasmas, un caballo con alas y... Ah, sí. Dioses. Puede que parezca raro, pero en éste mundo existen.


De hecho, Hades era un capullo integral. Aunque en cierto sentido agradecía que no cumpliese el trato y no esclavizase las almas de Saxor, Malik y Fátima. Ahora que la guerra había acabado y sabíamos lo que de verdad había ocurrido en La Red... Habría sido horrible saber que había matado gente por una trampa de Chihiro.

Pero sobre cíclopes... ¿Qué sabía de ellos? Se suponía que eran tontos, grandes, fuertes y con un solo ojo.

***


Antes de darnos cuenta ya nos habíamos internado en el bosque. Los árboles eran altos y se retorcían de formas casi inimaginables y las ramas estaban tan llenas de hojas que apenas dejaban paso a la luz del sol. Era agradable, puesto que todas las zonas que bañaba el Mar Mediterráneo eran muy calurosas. Demasiado para mi gusto, por lo que estar en plena naturaleza (y a la sombra) era muy placentero.

En ese momento, sentí un tirón en mi bufanda, que se enredó en mi cuello haciendo que perdiese el aire unos instantes. Unos lagrimones se deslizaron por mis mejillas por la repentina falta de oxígeno. Me sequé rápidamente y me giré hacia Celeste, que se había agarrado de mi bufanda y tiraba de ella. ¡Ni que aquel trozo de tela pudiese parar un puñetazo o algo así! Además, siendo de color rojo dudaba que sirviese como escondite. Demasiado llamativo.

Ahí hay alguien —dijo en voz baja señalando a unos matorrales.

Efectivamente, se escuchaba algo. Pero... ¿No eran demasiado pequeños como para que un cíclope de dos cabezas se escondiese?

Activé mi Instinto de Sincorazón tratando de averiguar de qué se trataba. Al momento pude sentir el corazón de todos los seres vivos que había en los alrededores; pájaros, insectos e incluso a mi propia compañera. Podía sentir donde estaban exactamente incluso si no los veía.

Es un potro —dije seguro. Sin embargo, la forma en como se movía era extraña—. Y parece herido.

Me metí entre la maleza para encontrarme efectivamente a un pobre animal con una pata herida. El pequeño potrillo se arrastraba por el suelo como podía, algo le había golpeado con fuerza suficiente como para romperle un hueso, al menos eso deduje al ver la forma en que su pata estaba rota.

¿Puedes ayudarme con esto? —pedí a la chica—. Sujétale fuerte.

Obligué al animal a tumbarse en el suelo y agarré su cabeza a la par que descorchaba una poción con los dientes. Por lo que sabía, las pociones curaban por igual independientemente de la raza de la persona o animal que la bebiese. Metí el frasco en la boca del animal. Se intentó resistir, pero entre los dos logramos hacerle beber todo el contenido del bote.

Ambos pudimos ver como la pata del animal se reconstruía por arte de magia colocando sus huesos en donde debían estar.

Mucho mejor —asentí dejando libre al animal una vez más, que salió a galope hacia la salida del bosque.

...Aunque no pude evitar pensar en lo que había herido al animal. En mi cabeza vino la posibilidad de que hubiese sido un accidente, algo común en el reino animal. Pero teniendo lo desesperado que parecía para marcharse del bosque... Estaba seguro de que nuestra presa tenía algo que ver.

Creo que si seguimos por aquí nos encontraremos a nuestro objetivo.

¿A dónde nos llevaría aquel sendero?
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Denna » Sab Nov 28, 2015 2:33 pm

La extraña ola de oscuridad me hizo perder la concentración, y el Piro se desvaneció en mis manos.

Es un potro —habló Ragun—. Y parece herido.

¿Cómo lo sabía? Debía de ser por la magia extraña que acababa de emitir segundos atrás. No las tenía todas conmigo, pero le seguí igualmente.

Y había acertado: delante de nosotros había un pequeño potro blanco, cojeando aterrorizado. Estaba en tan mal estado que ni siquiera trató de huir cuando Ragun se le acercó y lo agarró.

¿Puedes ayudarme con esto? Sujétale fuerte.

¡S-sí!

Me rompía el corazón tener que inmovilizarle de aquella forma, pero me dije que era por su bien. Le susurré al pobre animal para que se calmara, mientras la poción le curaba la pata; en cuanto se recuperó, salió corriendo a toda prisa en dirección a Tebas. Lo seguí con la mirada hasta que se perdió entre los árboles.

¿Crees que eso se lo ha hecho Orthos?

Creo que si seguimos por aquí nos encontraremos a nuestro objetivo —contestó.

«Pues vamos allá». Seguimos el camino por el que el potro había aparecido. No me gustaba el bosque, los árboles proyectaban sombras engañosas que jugaban con mi nerviosa e imaginativa mente. Para colmo, no estaba acostumbrada a moverme por esa clase de terrenos; era una chica de ciudad, tenía que poner cuidado extra en no tropezar con ninguna raíz ni ninguna piedra. Estaba tan agobiada que casi pasé aquello por alto.

Ragun, mira. —Tras avanzar unos cuantos metros, un árbol caído nos cortaba el paso. No es que fuera a ser difícil sortearlo; de hecho, lo que me había llamado la atención era otra cosa—. Esas marcas no parecen normales.

»Es como si ¿lo hubiesen arrancado de cuajo?


Eran marcas que no podía haber hecho una tormenta. Como corroborando mis pensamientos, toda la zona del árbol hacia delante estaba destrozada, formando un camino alternativo que se internaba en una zona más frondosa. Más claro, el agua.

Parece que tenemos un nuevo rastro —comenté, entre nerviosa y emocionada. Me preocupaba encontrar al cíclope, pero la perspectiva de dejar de dar tumbos por el bosque sin rumbo alguno era bastante atractiva.

No obstante, en cuanto se me ocurrió mirar a mi alrededor, se me heló la sangre.

Había una casa venida abajo, no muy lejos de nuestra posición. A juzgar por su estado, lo primero que se me ocurrió fue que Orthos también había pasado por ahí. Contuve el aliento inconscientemente y eché a andar hacía ahí.

Voy a echar un vistazo. Sólo para asegurarme de que no hay nadie dentro. ¿Tú qué quieres hacer?

A menos que se negara en rotundo, abandonaría el camino para dirigirme a la casa, con el corazón en un puño. No me preocupaba encontrarme a Orthos, era imposible que algo de su tamaño pudiese estar escondido dentro.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Sombra » Dom Nov 29, 2015 5:48 pm

Ambos seguimos el rastro que el potro había dejado al pasar por la maleza internándonos cada vez más profundo en el bosque. No podía evitar sentirme observado, era como si todo aquel lugar tuviese ojos... Y todos estuviesen mirando para nosotros dos.

Pero lo más siniestro era sin duda la ausencia de insectos y animales por allí. El potro era la excepción, pero ahora que me fijaba no podía escuchar el canto de los pájaros, no había insectos, ni tampoco sonido alguno... Excepto el de las viejas ramas de los árboles al crujir mecidas por el viento.

Ragun, mira.

Atendí a la aprendiza y me fijé en un árbol caído que cortaba el paso.

Esas marcas no parecen normales.

»Es como si ¿lo hubiesen arrancado de cuajo?


Observé detenidamente la zona de las raíces del árbol. La muchacha tenía razón, el árbol no parecía haberse caído solo, más bien era como si hubiesen arrancado el árbol desde el suelo y lo hubiese lanzado allí mismo con algún propósito.

Pero pronto nos dimos cuenta de que no era el único árbol caído. Más adelante el número de árboles destrozados crecía significativamente. Aquella zona del bosque era mucho más frondosa, por lo que Orthos posiblemente había ido tirando todos los árboles a su paso para hacerse un sendero... Pero eso nos facilitaba el trabajo.

Parece que tenemos un nuevo rastro —comentó la chica con un deje de nerviosismo en su voz.

Coloqué mi mano sobre su hombro y sonreí tranquilizador.

Y uno muy bueno, seguramente estaremos en casa para la hora de la cena —traté de amenizar la tensión que buscar al cíclope suponía.

Sin embargo, aquello no ayudó. La chica vio una casa pequeña en mitad de aquel lugar... Y estaba derrumbada.

Voy a echar un vistazo. Sólo para asegurarme de que no hay nadie dentro. ¿Tú qué quieres hacer?

Voy contigo —respondí al instante—. Es demasiado peligroso separarnos.

Dicho eso, los dos caminamos hacia la casa. Lo cierto era que se me hacía raro que allí hubiese alguien viviendo. Bueno, tampoco estaba tan lejos de Tebas, solo eran quince minutos contados a pie, pero aquel bosque era cuanto menos siniestro.

El "jardín" de aquella casa estaba más o menos bien cuidado, había un pequeño huerto con un espantapájaros en el centro.

En cuanto me subí a los escombros vi como un brazo asomaba entre las rocas. Todo el alrededor estaba ensangrentado. Era un brazo de alguien joven, o eso parecía. Lo observé con algo de lástima, no sentía el corazón de la persona que estaba debajo... Había muerto.

No me detuve más en aquella zona, me acerqué a la joven y le di una palmada en la espalda.

¿Has encontrado algo? —pregunté.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Denna » Dom Nov 29, 2015 11:46 pm

Voy contigo. Es demasiado peligroso separarnos.

No dije nada en voz alta, pero celebré su decisión. Aún tenía en mente eso del perro de tres cabezas y los fantasmas.

Apreté el paso cuando alcanzamos el jardín. La tierra había sido levantada y removida a causa de las ruinas de la casa pero, por lo demás, se notaba que los cuidados habían sido recientes. Tragué saliva y esperé lo mejor.

Al llegar a la casa, divisé una apertura entre dos rocas por la que podría acceder al interior. Eso si no se me caía encima antes, claro. Tanteé la piedra, empujándola para probar su resistencia, y un hilillo de grava cayó de la parte superior. Merde.

¿Hola? ¿Hay alguien aquí? —Probé a gritar por el agujero, pero no obtuve respuesta—. Genial.

Ni siquiera con la linterna podía llegar a ver más que una pequeña parte de una habitación. Si aún quedaba alguien, debía de estar o muy herido o inconsciente. Volví a maldecir para mis adentros antes de colarme, con mucho cuidado para no mover nada: más me valía darme prisa.

Apunté con la linterna a todas partes, pero la habitación (que, a juzgar por el mobiliario que quedaba en pie, parecía un salón) estaba vacía. Lo único que quedaba entero era una especie de altar, con flores y comida encima, y un hacha de aspecto afilado tirada en el suelo. Un escalofrío me recorrió la espalda y me alejé de las ofrendas sin dudar un segundo, pero recogí el arma. Quizás podría sernos útil.

Sólo había otra sala contigua al comedor, pero la pared se había derrumbado y era imposible entrar. Probé de nuevo a investigar con la linterna, y dejé escapar un suspiro de alivio al ver que ahí tampoco había nadie.

Hora de salir por patas.

¿Has encontrado algo? —inquirió Ragun cuando me alejé de la casa. Le enseñé el hacha.

Sólo esto. He pensado que podríamos llevárnosla. —Bajé la mirada, observando el filo. A decir verdad, no iba muy bien preparada para una misión de ese calibre, y no tenía muchas armas útiles. Esperé que no se opusiera a ello, no quería tener que reconocérselo—. Aparte de eso, no había nada ni nadie.

»Pero me preocupa una cosa. En una de las habitaciones había ropa de niño pequeño. Es evidente que la casa no se ha caído sola, y aunque quiero pensar que los que vivían aquí han escapado... no sé, cabe la posibilidad de que aún estén en peligro.

»¿Tú has descubierto algo?


Escucharía lo que tenía que decirme. Luego, le propondría volver al camino.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Sombra » Lun Nov 30, 2015 12:57 am

Sólo esto. He pensado que podríamos llevárnosla. —dijo mientras me mostraba un hacha.

Su hoja parecía bastante afilada y el metal de bastante calidad. Teniendo en cuenta que lo más probable era que todos los habitantes de la casa estuviesen muertos dudaba que alguien fuese a echar de menos un arma. Asentí estando de acuerdo en que se la llevase si quería, aunque no podía evitarme preguntar si le resultaría útil. Las hachas no es que fuesen más fáciles de manejar que una espada.

Aparte de eso, no había nada ni nadie.

»Pero me preocupa una cosa. En una de las habitaciones había ropa de niño pequeño. Es evidente que la casa no se ha caído sola, y aunque quiero pensar que los que vivían aquí han escapado... no sé, cabe la posibilidad de que aún estén en peligro.

»¿Tú has descubierto algo?


Bajé la mirada durante unos instantes al recordar aquella mano que sobresalía entre las rocas de la parte de la casa que había acabado viniéndose abajo. Aquel brazo pertenecía a alguien muy joven. Un niño. Temiéndome que la misión podía peligrar si le decía la verdad decidí sonreír y negar con la cabeza. Si nos dejábamos llevar por las emociones quizás podríamos acabar matando por accidente al cíclope... Que lo único que le había pasado era que había sido poseído por la oscuridad, nada más.

No, nada —mentí—. Sigamos de nuevo el rastro que dejó por el bosque el Cíclope. Estoy seguro de que no puede andar demasiado lejos.

Dicho eso, ambos nos pusimos en camino por aquel camino. Lancé una última mirada apenado a aquella casa, no sabía que había sido de los padres de aquella criatura, quizás habían ido hasta Tebas a comprar y cuando volviesen se encontrarían aquella espantosa sorpresa... Prefería no pensarlo. La simple idea de ver sus reacciones hacían que se me revolviese el estómago.

Estuve callado gran parte del camino tratando de pensar en cualquier cosa menos en aquel pobre niño, cuando de pronto pudimos escuchar el eco de unas fuertes pisadas que retumbaban la tierra. De vez en cuando sonaba también el ruido de los árboles al ser derribados.

Está cerca —informé mientras materializaba mi Llave Espada—. Debemos prepararnos.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Denna » Mar Dic 01, 2015 1:03 am

Nada de nada. Tampoco había señales de vida por los alrededores. Intenté mostrarme positiva, no todo tenía que acabar siempre en tragedia, y un mundo con tantos dioses... Bueno, alguno tenía que ser benevolente, ¿no? Me asustaba la facilidad con la que empezaba a aceptar ciertas cosas durante el último año, aunque se tratara de algo tan loco como la existencia de múltiples deidades, de ángeles que bajaban a la tierra, de monstruos, de magia, de...

Me obligué a dejar de darle vueltas. Me dolía la cabeza sólo con pensar en ello.

Sigamos de nuevo el rastro que dejó por el bosque el Cíclope. Estoy seguro de que no puede andar demasiado lejos.

¡Sí! No tengo la menor intención de perderme la cena. —Sonreí, esta vez con un gesto mucho menos forzado, y reanudamos la marcha.

El hacha era pesada, pero no me quejé en ningún momento. Tampoco tuve la ocasión; a medida que avanzábamos, el paisaje me dejaba boquiabierta. Teniendo en cuenta los destrozos, el cíclope era realmente enorme y fuerte. De no haber sido el bosque tan inmenso —las copas de los árboles eran aún más altas que los templos de la ciudad—, habría sido mucho más sencillo dar con él.

Me encontraba mirando las musarañas, tratando de imaginar cómo se vería el bosque desde las alturas, cuando la tierra tembló. Literalmente.

Eso no ha sido un potro...

Está cerca —dijo mi compañero, invocando su Llave Espada enseguida. No pude evitar fijarme en su peculiar diseño, rojo y negro con detalles morados—. Debemos prepararnos.

Asentí.

Venía de esa dirección —agregué, señalando hacia mi derecha. En medio del silencio, se escuchó un fuerte crujido y, después, un golpe seco—. Se mueve rápido. No tardará mucho en llegar.

Apreté el mango del hacha, centrada en pensar algún tipo de trampa. Si era tan estúpido como Diana decía, no tenía por qué ser un combate difícil.

Pero las estratagemas tendrían que esperar.

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¡Sincorazón! —grité a Ragun, por si aún no los había visto. Eran cinco, dos de ellos voladores y rondando por encima de nuestras cabezas.

Anda que aparecer justo ahora...

Clavé el hacha en el suelo, dispuesta a acabar con ellos con la Llave Espada. Cadena del Reino en mano, arremetí contra la Sombra más cercana y le asesté un buen corte. Gracias al cielo, no eran enemigos muy poderosos, y no me fue muy difícil acabar con dos.

A la tercera, la perdí de vista. Debía de haberse camuflado en el suelo, y era imposible de verla entre tanto árbol. Preparé un Electro y, expectante, esperaría a que se revelara para freírla.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Sombra » Mar Dic 01, 2015 2:10 pm

Venía de esa dirección —señaló la aprendiza—. Se mueve rápido. No tardará mucho en llegar.

Asentí con la cabeza mientras veía a la joven empuñar el hacha que había encontrado antes. Atacaríamos por sorpresa y lo derrotaríamos sin mucha problema, o eso esperábamos.

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¡Sincorazón! —exclamó la chica en cuanto el sonido de los portales de oscuridad resonaron en el bosque a nuestro alrededor.

Justo ahora... ¡Qué mala suerte! —maldije.

La chica materializó su llave espada dejando el hacha clavada en la tierra. Se trataba de una Cadena del Reino, por lo que supuse que si utilizaba aquella arma era porque era una novata todavía. Había bastantes sincorazón, tenía que estar atento a que no acabase muerta.

La muchacha se lanzó a por las sombras que habían aparecido acabando con dos de ellas rápidamente, pero perdiendo a la tercera. Viendo que podría apañarselas con aquellas me lancé a por los enemigos voladores mientras lanzaba Señuelo para atraer a los enemigos hacia mí.

Los dos sincorazón voladores cayeron en mi trampa lanzándose directamente contra mí, sin embargo aquello hizo mi trabajo mucho más sencillo. Apunté con mi mano al primero de los dos sincorazón y disparé un Láser Oscuro que atravesó a la criatura de lado a lado creando un feo agujero en su frente. La criatura cayó al suelo, aún viva. El otro sincorazón fue empalado por mi llave espada, lo que provocó su muerte instantanea. Rematé al primero de aquellos sincorazón voladores clavando mi llave espada en su espalda.

El último sincorazón, la sombra que Cristal había perdido se tiró contra mí atraída por el Señuelo. La criatura fue freída por el Electro de la aprendiza, cosa que aproveché para agarrar a la criatura con mi brazo sincorazón y sin ningún reparo absorbí la criatura haciendo que mis poderes de oscuridad aumentasen.

Habíamos acabado con aquellos sincorazón, sí... Pero había aparecido un nuevo enemigo.

¡El cíclope! —exclamé al ver como se aproximaba.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Astro » Mié Dic 02, 2015 2:49 am

Grande, azul, con dos cabezas y con un único pero enorme ojo en cada una. ¿Había mencionado ya lo enorme que era? Tanto Celeste como Ragun apenas sobrepasaban sus tobillos, y de un simple vistazo uno podía saber que aquella criatura era muy fuerte.

Orthos, el cíclope de dos cabezas, derribaba árboles a su paso mientras avanzaba a grandes zancadas.

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¡Hambre! ¡¡Tengo hambreeee!! —vociferó la cabeza izquierda.

¡El olor a héroes está cerca! ¡¡Sabrosos y apetitosos héroes!! —respondió la derecha.

Por si su tamaño no fuese suficiente, todo su cuerpo emanaba un aura de oscuridad que parecía haberle enloquecido. Diana tenía razón: la oscuridad le había infectado. Orthos avanzó un poco más, hasta percatarse de la presencia de ambos aprendices. No dijo nada: ambas cabezas se limitaron a relamerse los labios y cambiar su dirección.

Ahora iba a por ellos.

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Indicaciones:

· El combate es todo vuestro, no volveré a intervenir en toda la trama.
· Orthos es MUY fuerte y MUY resistente. Más que Ragun. En las demás estadísticas va escaso: reflejos nulos (al tener un solo ojo en cada cabeza su visión está limitada), elasticidad también baja, y aunque es lento puede aprovechar su fuerza para pegar grandes saltos. Lo típico.
· En términos de personalidad, su obsesión actual es comer. Comer personas, para ser más exacto, y su preferencia son los héroes. Se tomará a Denna y a Ragun como aperitivos, aunque si el segundo se presenta como aprendiz de héroe despertará ligeramente su interés -aunque no tanto como si fuese un héroe oficial-.
· No os olvidéis de tener en cuenta su tamaño.
· ¡Suerte!
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Denna » Jue Dic 03, 2015 10:41 pm

La Sombra emergió cerca de Ragun. Por suerte, no estábamos demasiado lejos y el hechizo la golpeó de lleno. El Sincorazón, paralizado, no podía hacer nada contra Ragun, y me permití suspirar de alivio. «Un problema men...»

Ahogué un grito. El brazo oscuro del chico se cerró entorno al cuello de la criatura y, ante mi atónita mirada, la absorbió. Desapareció sin más. Engullida. Me quedé de piedra; ni siquiera reaccioné cuando gritó.

¿Qué..? ¿Qué eres..? —pregunté con un hilo de voz. Aterrada, retrocedí un paso. Los Sincorazón devoraban corazones, ¿y ahora los Portadores a ellos..?

«¿Qué clase de ser se alimenta de monstruos?».

Tuve que dejar de pensar. Un fuerte pisotón hizo temblar la tierra de nuevo, esta vez con mucha más violencia, y el cíclope entró en escena.

¡Hambre! ¡¡Tengo hambreeee!! —bramó una de las cabezas.

Todavía atontada, reparé en lo gigantesco que era. Por una vez, mi imaginación se había quedado corta: era diez veces más monstruoso de lo que había temido. Y hambriento.

¡El olor a héroes está cerca! ¡¡Sabrosos y apetitosos héroes!!

¡Y hasta hablaba! ¡Con dos bocas y dos voces distintas! Aquello era de locos. Noté cómo la cabeza empezaba a darme vueltas. Prefería los Sincorazón, de eso no tenía ninguna duda.

Dos ojos amarillentos se clavaron en nosotros. El gigante cerúleo se agachó e hizo descender el brazo en un barrido con la evidente intención de atraparnos. Por suerte, funcionaba a base de adrenalina y logré esquivarlo. «Es lento. Bien, bien, eso es bueno».

No perdí el tiempo. Aprovechando que en aquel momento se centraba en Ragun, recuperé el hacha y me acerqué lo más rápido que pude a su tobillo desprotegido. Sin pensármelo dos veces, le asesté un golpe con todas mis fuerzas...

Que prácticamente rebotó. El mango de madera se partió en dos y la hoja cayó inservible al suelo. En su piel apareció un feo corte pero, cuando se giró, pareció más sorprendido que dolido.

Las dos cabezas sonrieron, mostrando una serie de afilados e irregulares colmillos.

¿Equidna nos ha enviado aperitivos..?
Última edición por Denna el Mar Dic 08, 2015 4:23 pm, editado 1 vez en total
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Sombra » Lun Dic 07, 2015 7:00 pm

Creí escuchar decir algo a mi compañera, sin embargo el fuerte pisotón, seguido de un temblor que me hizo tropezar y estar a punto de caer el suelo fue suficiente para que no le preguntase por lo que había dicho.

¡Hambre! ¡¡Tengo hambreeee!! —gritaba una de las dos cabezas de aquel cíclope que...

Era mucho más grande de lo que había previsto, de hecho. Nosotros solo le llegábamos a los tobillos.

¡El olor a héroes está cerca! ¡¡Sabrosos y apetitosos héroes!!

¡Eh, que solo tengo el título de Aprendiz de Héroe! —exclamé, aunque tonto de mí. Habría quedado guay que hubiese dicho que efectivamente, yo era un héroe.

Los ojos (mejor dicho el ojo) de cada una de las dos cabezas se clavaron en nosotros dos. No pude evitar palidecer imaginando la monstruosa fuerza de aquel monstro. ¿En serio Diana nos había metido en una pelea contra una mole semejante?

Orthos trató de cogernos, pero por suerte para nosotros era sorprendentemente lento, lo que hacía que fuese sencillo esquivarle... Al menos a simple vista.

¡Eh, Orthos! —grité tratando de llamar la atención del titán—. ¿Quieres héroes? ¡Ven a por mí!

La chica trató de clavarle el hacha mientras el monstruo estaba distraído, sin embargo su fracaso fue estrepitoso, al menos le había hecho un corte... Pero en comparación al tamaño de aquel bicho aquel corte era mínimo.

<<Mierda>>

El monstruo miró a Celeste y sonrió de una manera un tanto escalofriante.

¿Equidna nos ha enviado aperitivos..?

¡Celeste aparta! —exclamé al ver como una de las manos del cíclope se cernía sobre la chica estando a punto de ser aplastada.

Corrí hacia el frente mientras activaba mi Darkside y hacía aparecer el Abismo Sincorazón, del que surgieron varias docenas de sincorazón Sombra que se lanzaron sobre la mano del cíclope. Orthos se miró la mano extrañado y empezó a agitarla desprendiéndose de la mayoría de mis sincorazón. Algunos, los que no se escaparon no tuvieron suerte. El cíclope dio una sonora palmada con su mano aplastando a un gran número de sincorazón, que desaparecieron en una bruma negra al instante.

Corrí de frente contra el enorme ser y le di una potente estocada oscura en su tobillo que hizo que retrocediese... Aunque solo un paso.

En su tobillo derecho ahora había una enorme herida... Pero para él no era gran cosa. Para mí sería una herida gigantesca, para él no era muy diferente a clavarse una astilla de madera.

Oh, oh... —murmuré cuando el monstruo dio un pisotón que generó una onda expansiva que me lanzó contra un árbol.

>>¡Estoy bien! —exclamé para que Celeste me escuchase.

El cíclope se giró hacia Celeste y enseñó sus colmillos con una retorcida sonrisa. Un aura oscura rodeaba su cuerpo con más intensidad que antes.
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Re: [Coliseo del Olimpo] Un problema de dos cabezas

Notapor Denna » Mar Dic 08, 2015 4:27 pm

Si no me desmayé fue por la certeza de saber que, si lo hacía, moriría aplastada de un puñetazo.

La marabunta de Sincorazón que saltó sobre su brazo activó por fin mis instintos de supervivencia. Invoqué la Llave Espada y la transformé en glider para una huida rápida, impulsándome hacia atrás, bien lejos del mar de monstruos. Observé impotente cómo Orthos los eliminaba de un simple manotazo. ¿Y dónde se había metido Ragun?

Busqué a mi compañero con la mirada y lo encontré detrás de la pierna derecha del cíclope, atacando el mismo lugar que antes había intentado cortar yo con el hacha. Costaba reconocerle. Si antes me hacía pensar en un Sincorazón, ahora daba auténtico miedo. «Bueno, ¿y qué? ¡Éste no es el mejor momento!», me reproché, sacudiendo la cabeza.

Pegué un acelerón para acercarme de nuevo. La intención era distraer a Orthos, pero llegué tarde: el cíclope contraatacó con un pisotón devastador que debió de sentirse hasta en la otra punta de la ciudad y el chico salió disparado.

¡Ragun! —chillé al verlo desaparecer entre los árboles.

Mierda, mierda, mierda, ¡en qué lío nos habíamos metido!

¡Estoy bien! —lo oí gritar y suspiré de alivio. Menudo golpetazo, sólo de pensar cómo habría acabado yo en su lugar me daba de todo. No me convenía abandonar el glider de momento, no.

¡¡Oye, tú!! —grité con todas mis fuerzas. Orthos giró las cabezas lentamente, cómo si le sorprendiera que una mosca estuviera hablándole (vamos, porque con ese tamaño no podría verme de otra forma)—. ¿No tenías tanta hambre? ¡Pues aquí me tienes!

Preferimos al aprendiz de héroe...

¡Sí, héroes! ¡Héroes deliciosos, de huesos crujientes!

Compuse una mueca de asco. ¡Pero qué ser más desagradable! Volví a llevar los motores del glider al límite y me situé justo entre sus dos ojos —a una distancia segura, claro— para que no me perdiera de vista.

Te digo yo que no te vas a mover de aquí —gruñí.

Sin darle tiempo a reaccionar, le lancé un Electro directo al ojo izquierdo. Lo bueno era que, aunque mi puntería fuese terrible, era difícil fallar un blanco tan grande. Orthos aulló, ciego temporalmente, y me alejé a toda prisa de sus manazas. Daba golpes a todo lo que encontraba a su alrededor. En un instante, esa zona del bosque se había convertido en un claro.

Me deshice del glider y eché a correr hacia donde estuviera Ragun. Si seguía con ese aspecto tan tétrico, mantendría las distancias.

¿Estás bien? —pregunté primero, con la vista puesta sobre el cíclope por si intentaba atacar—. Hay que limitarle de algún modo, si nos atrapa, nos mata. —Me mordí el labio—. Estoy abierta a todas las opciones.
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