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—¡Esto sí que es vida! ¿Te apetece ir luego a nadar? Seguro que no me ganas en una carrera.
Fátima, que estaba sentada en una silla plegable bajo una sombrilla, alzó la mirada del libro que estaba leyendo y se encontró con que Light le sonreía de oreja a oreja.
—¿Oooh? ¿Me estás desafiando?
Dio un traguito a su refresco y suspiró, satisfecha. Por la noche habían bebido bastante ron, pero se había guardado el resto para tomarlo con Malik.
Por lo general no se habría sentido cómoda yendo a la playa con alguien que no fuera Malik o Nadhia pero, después de pasarse la mañana intentando decidir qué ponerse, había decidido que un bañador de cuerpo entero y unos pantaloncitos deberían ayudarla a disimular si llevaba además una chaquetita, resultaba que no era para tanto. Light solo quería relajarse y ella también.
Bañarse no le hacía especial ilusión —no se fuera a notar— pero… ¡La estaba desafiando! ¡A ella, que había crecido en Atlántica!
Se echó hacia atrás y se recostó contra el respaldo, retomando la lectura.
—Claro, ¿por qué no? Será divertido.—Esbozó una sonrisa maliciosa—. Sólo espero que no llores más tarde cuando te machaque.
Definitivamente aquella playa le gustaba mucho más que la de Port Royal. Era genial tener un día de descanso.
Bien que se lo merecían.
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