[Agrabah] No te fíes de un adivino

Encuentro entre Freya y Light

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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 8:59 pm

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Lo tengo. Y también tengo una linterna —Buscó el objeto en su mochila, y al contrario que Freya, lo encontró—. Vamos.

»Me hace gracia que hables de maravillosos hechizos, siempre fui un negado con la magia.

Freya lo miró, sorprendida. A ella no le parecía que fuese así.

Si te sirve de consuelo, yo soy peor —bromeó.

Se paró en seco justo cuando Light lo hizo, y observó con qué se habían topado. Una enorme estatua de piedra les cortaba el paso. Si el chico no la hubiese iluminado, Freya se hubiese estampado seguro contra ella.

Echó un vistazo a la habitación donde se encontraban: estaban rodeados de estatuas parecidas a la que acababan de ver. No parecía haber nada peligroso. Aparentemente.

Quizá deberíamos dar la vuelta. Pero es raro… Juraría que Nailah entró aquí

Pues no hay rastro de ella.

Espera.

No tuvo tiempo de ver a qué se refería su compañero, pues en ese mismo instante el suelo bajo sus pies desapareció y ambos cayeron sin poder evitarlo. Freya ahogó un grito.

Para suerte de ambos, el agua amortiguó su caída.

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«Esto me resulta familiar».

Freya no se movió durante unos instantes, y siguió hundiéndose en aquella piscina honda. Había sentido aquella sensación en el Castillo del Olvido, cuando les encerraron en la jaula por perder el juicio, y recordó haberse desmayado. Esa vez fue distinto; notó que no podía mover su cuerpo, pero estaba despierta. La agonía de saber que se estaba hundiendo era horrible. ¿Por qué le pasaban aquellas cosas tan extrañas con el agua?

«Si sigo mucho tiempo aquí, acabaré ahogándome».

La pelirrosa tuvo que hacer un esfuerzo por moverse, y finalmente lo consiguió. Salió como pudo del agua, entre tosidos, y se tiró al lado de Light.

Mierda. —Intentó encender la linterna, pero no funcionaba. Por suerte para ambos, ese camino parecía estar iluminado—. ¿Y ahora? ¿Por dónde vamos?

Se tomó unos instantes para recobrar el aire. Estaba asustada, y el pulso le iba a mil. ¿Qué iba a hacer si alguna vez no podía hacer reaccionar a su cuerpo? ¿Se limitaría a morir rodeada de agua?

P-Por ahí —Sugirió, señalando el camino que se abría frente a ellos—. Parece el más iluminado. Quizás sea más seguro si vemos bien por dónde vamos.

Se levantó despacio, intentando no caerse, y se recompuso. No le explicaría al chico por qué había tardado tanto en salir del agua. No era tiempo de pensar en aquello, pero sí debería hacerse cargo de lo que había pasado. Tendría que investigar el porqué de aquellas parálisis.

Esperó a que Light la siguiese, y se adentró por el nuevo pasillo. No tardaron mucho en llegar a una nueva sala, esta vez enorme. Estaba llena de arbustos quemados, y al final se veía una nueva puerta.

Bueno, parece que esta vez podremos avanzar sin problemas —Le dio un pequeño codazo a su compañero, pero en cuanto hubo contacto, ambos recibieron una pequeña descarga de electricidad. Freya soltó un pequeño grito—. ¡Eso ha dolido!

La chica se adelantó para llegar a la puerta. Una vez llegó e intentó girar el pomo, se dio cuenta de que no se podía, que estaba bloqueado. Anduvo de nuevo, decepcionada, hasta dónde se encontraba Light. Pero no pudo.

Justo antes de reencontrarse con el chico, se chocó con algo. Freya se llevó la mano a la frente; ahora le saldría un morado por el golpe, seguro. Intentó saber de qué se trataba, pero no veía nada. Alargó la mano, la cual chocó contra aquella cosa invisible que los separaba. En efecto: se trataba de un muro invisible.

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¡Light! —Golpeó el muro con fuerza—. ¿¡Light, me escuchas!?

De repente, ambos empezarían a escuchar voces. Quizás en un primer momento no las reconocerían, pero no tardarían en darse cuenta de que eran voces de gente que conocían. Les llamaban, les suplicaban que les encontrasen; porque estaban por allí, en algún lugar de esa cueva. Y estaban jugando con ellos, al igual que con Light y Freya.

Ella no tardó en escuchar la voz de Simbad, los lamentos de Bavol y los gritos de Jeanne. Buscó desesperadamente el lugar de dónde provenían, pero en la sala solo se encontraban aquellos estúpidos matojos. No estaban allí, y estaban siendo torturados de alguna manera sin que ella pudiese hacer nada.

Sin embargo, si algo acabó de desesperarla, fue escuchar la voz de su hermanastro.

«¿T-Takeshi? N-No… Él no está vivo. Él no puede estar...»

Pero no podía pensar con claridad. El mero hecho de que la persona que más quiso la estuviese llamando, era más fuerte que cualquier otra cosa. Pero no podía hacer nada. Le dejaría morir de nuevo.

Se apegó todo lo que pudo al muro invisible y cayó al suelo de rodillas. Empezó a asestar golpes con los puños contra él, como si de aquella manera pudiese romperlo y acabar con aquella pesadilla.

¡Light!
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 9:04 pm

A Light le extrañó (y alarmó) que la chica tardara tanto tiempo en salir del agua y por un momento pensó que se había ahogado. Descartó de inmediato esa posibilidad cuando la vio emerger. De haber tardado unos segundos más en surgir se hubiera lanzado a rescatarla, le había tenido preocupado.

Al final decidieron ir por el camino algo iluminado. Era la decisión más inteligente teniendo en cuenta que se le había estropeado la linterna.

Caminaron hasta dar con una sala bastante amplia. Light no se adentró tan rápido en ella y antes analizó todos los elementos de aquel lugar, esperando que se activara otra trampa para variar. Lo más destacable eran los arbustos que despedían cierto olor a quemado. ¿Acaso se había producido un incendio allí? Lo último que quería era acabar incinerado.

Bueno, parece que esta vez podremos avanzar sin problemas. —En cuanto entró en contacto con él por el codazo recibieron una pequeña descarga eléctrica: un calambre. Light puso una ligera mueca—. ¡Eso ha dolido!

¿Eres un enchufe o qué? Vaya calambre…

La chica, bastante curiosa, se había adelantado para intentar abrir una puerta. No fue capaz de cruzarla, por desgracia.

Lo más extraño de todo sucedió justo después. Por los gestos y los movimientos de Freya dedujo que había chocado con algo… ¿Invisible? Light se apresuró —con cuidado, extendiendo los brazos— y comprobó que en efecto era un muro oculto.

«Qué coño…», debía formar parte de otra trampa.

¡Light! —gritó—. ¿¡Light, me escuchas!?

¡Sí, te escucho! ¿¡Qué demonios está pasando!?

Todo se enrareció mucho más. Empezó a oír voces de múltiples personas. Al rato se dio cuenta de que se trataban de conocidos: Nadhia, Xefil, Ronin, Maya, Alec… y otros más. Pero eso era imposible, ellos no podían estar ahí, ¿qué clase de ilusión estaban usando contra los aprendices?

Miró hacia varias direcciones, apretando los dientes, pero no encontraba nada. Empezó a moverse por la sala para buscar al responsable de aquella broma. ¿Se lo estaba imaginando o cada vez gritaban más fuerte? Era… como si les estuvieran torturando.

Esta broma no hace gracia, ¿¡qué demonios significa esto!? —No era ni de lejos tortuoso en comparación con el fragmento de llave del Castillo del Olvido, pero aquellas voces le habían irritado muchísimo.

¡Light!

Light oyó el grito de Freya y se acercó rápidamente a su posición. Intentó destrozar el muro con simples ataques físicos, pero todo esfuerzo fue en vano. Y encima se hizo daño en la muñeca.

Cada uno de sus ataques rebotaba, se trataba de una barrera demasiado poderosa.

No tardó en captar el brusco movimiento de un arbusto. Algo que se había estado ocultando tras éste al fin se dejó ver, seguramente el responsable de la tortura que estaban experimentando.

Un Sincorazón semejante a un brujo que portaba un gran vademécum, su libro de conjuros.

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Pero en plan Sincorazón (negro, ojos amarillos, etc)
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Se disponía a lanzarle una bola de fuego a Light, pero lo tuvo imposible.

Gracias a Nailah. La guerrera (y arqueóloga) salió de otros arbustos y le sorprendió por la espalda, golpeándole en la cabeza con su espada. Las voces que les habían confundido y la barrera invisible desaparecieron de inmediato como consecuencia.

Light aprovechó que le había aturdido momentáneamente para acabar con el monstruo. Entre él y Nailah lograron destruir al Sincorazón a base de golpes contundentes. El brujo ilusorio no fue capaz de resistir sus ataques a corta distancia y terminó desintegrándose (liberando el corazón cautivo).

Supongo que esta es una manera de devolveros el favor. —Enfundó su arma.

Gracias —dijo relajado, al fin, y desmaterializó su arma—. ¿Estás bien? —le preguntó a Freya, quien parecía que lo había pasado bastante mal.

«Estúpida cueva con trampas...».

Creo que deberíamos ir los tres juntos a partir de ahora —propuso después—. No paramos de encontrar trampas y otros peligros, estaremos más seguros si no nos separamos.

A Nailah no pareció desagradarle su idea, así que no tardó en darle el visto bueno.

Supongo que me vendrá bien la ayuda de los Portadores para acabar más fácilmente con los Sincorazón que puedan surgir. De acuerdo.

Tanto él como Nailah (Y Freya, si decidía ir con ellos) se aproximaron a la puerta que la joven de Bastión Hueco había sido incapaz de abrir. Y, curiosamente no había cerradura, así que sus llaves serían completamente inútiles.

¿Y ahora?

Menos mal que llevaban a Nailah consigo. La arqueóloga curioseó una pared contigua, en busca de alguna clase de interruptor, y finalmente lo encontró (bastante disimulado, no era otra cosa que una baldosa que sobresalía ligeramente). Estaba situado en lo alto de un muro y ninguno llegaba a esa altura.

Sin embargo, la cazatesoros contaba con su alargada espada. Estiró el brazo, con arma en mano, y logró empujar la baldosa hacia dentro. Un chasquido volvió a confirmarles que podían seguir avanzando.

Abundan esta clase de mecanismos en muchas ruinas y cuevas: tecnología arcana que apenas se conoce. Qué bien se las ingeniaban, ¿eh? Quien los diseñó claramente quería proteger algo. —El tesoro que les esperaba, podía suponer. Pero… ¿qué pasaba al final con su madre?

«Me ha timado ese vidente, eso es lo que pasa», pensó, irritado. ¿Por qué la gente de Agrabah le apreciaba tanto como adivino? No lo entendía.

Ahora, un nuevo pasillo con una amplia sala al fondo les esperaba. ¿Quedarían más trampas que sortear?
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 9:08 pm

Freya vio a Light acercarse hasta donde estaba ella, al otro lado del muro. Verle atacar a aquella pared invisible para intentar romperla, la animó a ella a seguir haciéndolo, aún haciéndose daño en las manos.

Sin embargo, tuvo que parar; aquel esfuerzo le estaba pasando factura y estaba acabando con su energía. Sintió como perdía fuerzas, y dejó caer su peso contra el muro, cerrando los ojos.

«Light…»

No deberías haber venido.


Aquella voz fue la primera que escuchó Freya en su cabeza. No venía de fuera, no era obra de aquella trampa. Ya la había escuchado con anterioridad, pero nunca respondía a sus preguntas. ¿Se estaría volviendo loca? No era normal hablar con una segunda voz que hablaba en tu cabeza.

¿Por qué dices eso? ¿Qué ocurre?

Deja de meterte en líos, Freya.

¡Pero dime quién eres! ¡Exijo una explicación a esto!

Ahora no tienes tiempo para mí. Ten cuidado.


¿Estás bien? —Una voz la sacó de aquel trance.

Cuando Freya abrió los ojos, el muro había desaparecido, y ella estaba estirada en el suelo. Levantó la vista para buscar la mirada de Light, el cual por su tono de voz parecía bastante preocupado por ella. Localizó a la cazatesoros por allí cerca, y dedujo que entre ambos habían logrado acabar con aquella trampa.

¿Estás bien tú? —Fue sincera con la pregunta; prefería asegurarse de que el chico estaba bien a tenerle que explicar todo aquel rollo raro que estaba sufriendo. Se levantó con cuidado y se acercó a él para examinarle la muñeca. Al igual que ella, ambos se habían hecho daño—. Espera —Buscó rápidamente en su mochila unas vendas con las que se encargó de envolverle, de manera bastante cutre, la muñeca—. Bueno, no es gran cosa, pero algo hará.

»Creo que deberíamos ir los tres juntos a partir de ahora —propuso después—. No paramos de encontrar trampas y otros peligros, estaremos más seguros si no nos separamos.

Ambas chicas dieron el visto bueno a aquella idea.

Supongo que me vendrá bien la ayuda de los Portadores para acabar más fácilmente con los Sincorazón que puedan surgir. De acuerdo.

Los tres se aproximaron a la puerta que antes estaba cerrada. Esta vez Light no podría usar su llave, puesto que no había cerradura. Pero Nailah consiguió encontrar la solución al toparse con un interruptor bastante ocultado en una baldosa que se escapaba de su alcance. Con la espada, consiguió alcanzarla y empujarla hacia dentro. Un pequeño ruido confirmó que la puerta ya estaba abierta.

Abundan esta clase de mecanismos en muchas ruinas y cuevas: tecnología arcana que apenas se conoce. Qué bien se las ingeniaban, ¿eh? Quien los diseñó claramente quería proteger algo.

La sala de los tesoros, seguro —concluyó Freya.

Mientras avanzaban por el nuevo pasillo, bastante más amplio que los que habían recorrido ya, la chica se paró en seco y llamó la atención de sus dos acompañantes.

¿O-Os importaría que descansasemos un poco antes de continuar? —preguntó, con cierto miedo a las repuestas que pudiese obtener—. La prueba de antes ha sido… demasiado intensa.

Se apoyó en la pared y se dejó resbalar hasta sentarse en el suelo. Se tomó aquellos instantes para respirar profundamente y asimilar todo lo que le había pasado en tan poco tiempo. Las voces, su hermanastro, las pruebas… Todo era demasiado duro. La adivina loca había tenido razón; muchos habían fracasado por no haber aguantado toda esa presión. Freya creía estarse volviendo loca.

Oye, Nailah, ¿sabes alguna cosa que debamos saber de esta cueva? —soltó sin más—. O sobre la sala de los tesoros, por ejemplo.

»¿Qué creéis que puede haber tras esa sala? Espero que no quede demasiado ya para llegar.

Si encontraba el momento para hablar con Light a solas, le preguntaría por algo de lo que aún no habían hablado. Él sabía el motivo de la búsqueda de Freya, pero ella aún no había averiguado por qué estaba allí el aprendiz.

¿Puedo preguntar el motivo de tu presencia en Agrabah?
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 9:09 pm

Light agradeció el vendaje que le aplicó Freya en la muñeca. Realmente no lo necesitaba porque el dolor era mínimo, pero no se quejó.

Empezaron a caminar por el siguiente pasillo. No lo terminaron de recorrer. Freya manifestó su cansancio: la pobre había salido muy escaldada de la prueba del Sincorazón.

De acuerdo. —A Light le quedaban muchas energías y no estaba nada cansado, pero no le importaba parar un momento. Se notaba que tenía mucha más experiencia que Freya: había pasado por desafíos mucho más complicados que aquella prueba.

Me parece bien. No sabemos cómo será la siguiente prueba, así que pararse a descansar es siempre una decisión inteligente. —Nailah se sentó en el suelo, al igual que Light, para descansar. Sacó de la bolsa que llevaba consigo una pequeña libreta y echó un vistazo a una página.

Oye, Nailah, ¿sabes alguna cosa que debamos saber de esta cueva? O sobre la sala de los tesoros, por ejemplo.

Nailah se llevó la mano a la barbilla y comenzó a pensar.

Veamos… Las leyendas dicen que solo pueden entrar aquellos que tienen corazón puro. También se dice que tiene un origen divino. Supongo que conocéis la cabeza con forma de tigre, ¿habéis visto alguna vez algo parecido? No es algo normal. Muchos creen que ese tigre es una entidad divina que se encarga de evitar que aquellos que…

Y siguió contándoles más sobre aquella cueva: la fecha en la que fue vista por primera vez, los intentos de muchos codiciosos que se internaron en ésta y fracasaron en el intento...

Se notaba que le gustaba hablar de ese tema, porque se explayó bastante.

¿Qué creéis que puede haber tras esa sala? Espero que no quede demasiado ya para llegar.

Ni yo lo sé —dijo tras una breve pausa, agachando la mirada. Esta vez no se explayó demasiado en su respuesta.

Light todavía no se había pronunciado. No prestó demasiada atención a la conversación entre ambas —no le interesaba demasiado el origen de la cueva ni los tesoros que pudiera contener—. Estaba inmerso en sus pensamientos.

Por supuesto, pensaba en su madre, quien se supone que estaba ahí. Se sentía estúpido por confiar en aquel vidente, se había metido en una cueva repleta de peligros y no había conseguido nada.

Nailah… Aparte de nosotros dos… ¿Te has encontrado con más personas por casualidad?

La mujer negó con la cabeza, y no se molestó en preguntar las razones de su pregunta. Light agachó la mirada, algo decaído.

Una vez Freya se recuperara del todo y se lo comunicara a los demás, se pusieron de pie, listos para continuar la exploración. Nailah aceleró el paso, separándose bastante de ambos aprendices.

La chica del bando opuesto aprovechó aquel momento para preguntarle:

¿Puedo preguntar el motivo de tu presencia en Agrabah?

Light suspiró, algo irritado. Le daba vergüenza admitirlo y tampoco sabía muy bien cómo explicárselo. “Estoy buscando a mi madre, un espejo me dijo que estaba en este mundo y un adivino me recomendó que buscara en esta cueva”. Sonaba ridículo, se mirara por donde se mirara.

Estoy buscando a una persona que se supone que está en este mundo. —Le daba algo de vergüenza admitir que había recurrido a aquel vidente timador, así que se ahorró ese detalle—. Y me da que no está. Ha sido una tontería venir aquí. —Desvió la mirada.

No dejó de caminar mientras conversaba con la aprendiza de Bastión Hueco.

La siguiente sala no tenía nada especial, pudieron recorrerla sin ningún percance y abrir una puerta antigua. Al otro lado había un nuevo pasillo, uno exageradamente largo (menuda caminata les esperaba), y algo estrecho también.

Cuando alcanzaron la mitad del pasillo un brusco temblor sacudió toda la estancia. Tanto Nailah como él se pusieron en guardia.

¿Era su imaginación… o el pasillo se estaba volviendo cada vez más estrecho?
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 9:11 pm

Freya escuchó atentamente todas las palabras de Nailah. Disfrutó mientras la joven explicaba todas aquellas historias sobre la cueva, puesto que a ella también le gustaban aquel tipo de cosas. Fue en ese momento en que dejó de parecerle extraña; a fin de cuentas, los había ayudado, y no había dudado en compartir algo de información.

Avisó de su completa recuperación, y los tres se levantaron. Nailah tomó ventaja, dejando a los dos aprendices solos de nuevo. Fue entonces cuando aprovechó para hacerle la pregunta, la cual no pareció sentarle muy bien. Durante unos instantes, temió haberle molestado; no quería parecer una entrometida.

Estoy buscando a una persona que se supone que está en este mundo —dijo finalmente—. Y me da que no está. Ha sido una tontería venir aquí.

La chica caminó junto a él todo el rato. Era la primera vez que conversaban sobre un tema algo más personal, y Freya se sorprendió ante la franqueza del aprendiz; al final se lo había contado. De alguna manera, eso la hizo sentir bien.

No creo que haya sido una tontería —respondió, mirándole con una pequeña sonrisa en sus labios—. Aún no hemos explorado toda la cueva. ¿Quién sabe qué oculta la cámara de los tesoros? —Pensó que sería una buena manera de animarle; Freya tenía la costumbre de hacer eso cuando la gente cercana a ella pasaba por una situación así—. Quizás encontremos alguna pista por aquí.

Pasaron por una nueva sala sin ningún tipo de problema, en silencio. La siguiente puerta les llevó hasta un largo y estrecho pasillo que acababa en otra puerta. Freya suspiró; estaba exhausta de tanto andar.

Fue a la mitad del pasillo cuando notaron un brusco temblor que sacudió la estancia. Los tres se pusieron en guardia, pero no encontraron a nadie. Más bien encontraron un nuevo problema: las paredes se estaban encogiendo.

Freya palideció al instante, temiendo que aquella vez no tuviesen escapatoria. Pero no podía permitirse pensar así de nuevo: esta vez debería ayudar desde el principio.

Optó por saltarse la absurda idea de intentar empujar las paredes hacia el lado contrario —puesto que su fuerza era nula—, y las recorrió con la mano, buscando indicios de algún tipo de grabado o algún tocho salido, que era lo que más había abundado en las anteriores pruebas. Pero nada.

Acabó en la puerta y se aseguró de que estaba totalmente cerrada; no había manera de salir. Al tocar el pomo, Freya notó una pequeña rozadura. Se acercó para examinarla: se trataba de un símbolo con forma de sol.

¡Oye! —llamó la atención de sus dos compañeros—. ¿A qué os recuerda un sol? Es lo único que he encontrado por aquí.

Tras asegurarse de que no había nada más allí, volvió junto a ellos. El tiempo apremiaba, las paredes cada vez estaban más cerca, y la sensación de claustrofobia aumentaba por segundos. Con tan solo pensar que acabarían aplastados como no encontrasen la salida, erizaba su piel.

Pensemos… —dijo, en voz alta—. El sol… El sol es luz y calor, ¿no? —soltó lo primero que le vino a la cabeza, sin más—. Que nos guiemos por la luz puede que sea…

Freya se apoyó en la pared que seguía limitando las distancias. Miró hacia arriba y comprobó, satisfecha, que en lo alto había una larga fila de antorchas encendidas. Relacionó eso con la solución de aquel problema: quizás alguna de aquellas se tratase de un interruptor.

Solo había un pequeño inconveniente: estaban tan altas que ninguno de los tres las alcanzaba. Y quizás si las rompía el arma de Nailah, no valía y perdían la única oportunidad que tenían. Probó a lanzar una pequeña Flama Tenebrosa, pero ni tan solo pudo hacer el intento: la magia había sido bloqueada de alguna manera.

Mierda… —maldijo en voz baja—. Seguro que esto es obra de algún sincorazón de esos que rondaban por ahí.

Había que buscar otra solución que la aprendiza no tardó en adivinar.

Súbeme a tu espalda —le sugirió a Light, nerviosa. No tenía ganas de explicarle todo el procedimiento, pero quizás él y la buscatesoros ya habían llegado a la misma conclusión. Freya era bastante ligera, y podía encargarse de aquello si conseguía la altura necesaria—. Hay que espabilarse; creo que no debemos destruirlas, así que quizás funcionen como una palanca.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 9:12 pm

Tanto Light como Nailah avanzaron como una flecha por el pasillo hasta alcanzar la puerta que les permitiría salir de la trampa. Una pena que estuviera cerrada, para variar. Con la tensión reflejada en el rostro, intercambió miradas con sus compañeras de exploración.

¡Es como lo de antes, tiene que haber un interruptor oculto! —bramó, mirando a su alrededor. Aquello no tenía buena pinta, pronto terminarían aplastados entre las dos paredes.

No le prestó demasiada atención al símbolo con forma de sol, al contrario que las féminas, que se quedaron observándolo unos instantes.

¡Oye! ¿A qué os recuerda un sol? Es lo único que he encontrado por aquí.

El sol…

Light palidecía por momentos, incapaz de encontrar la salvación, el posible interruptor que detendría la trampa. Se paseó rápidamente por la estancia que se estrechaba, apoyando la palma de la mano en el muro móvil. El sol… ¿Qué clase de pista era esa?

Pensemos… El sol… El sol es luz y calor, ¿no? —Light asintió lentamente—. Que nos guiemos por la luz puede que sea…

Eh… ¿traducción?

Nailah, desesperada porque no encontraba nada, regresó a toda velocidad a la puerta e intentó romperla con su gran espada. Se le escapó el arma de las manos e incluso llegó a hacerse daño en el brazo. Y Light, al igual que ella, seguía sin dar con la solución. El pasillo se hacía cada vez más pequeño y lo contrario pasaba con su estrés, que iba en aumento.

El sol… ¿Qué quería decirles ese símbolo?

¡Mierda!

¡Tiene que haber una manera de escapar de esta mierda! —gritó, nervioso.

Parecía que a Freya se le había ocurrido una idea. Apuntó a una de las antorchas y disparó una Flama Tenebrosa que nunca llegó a su destino: se desvaneció en el aire.

«¿Qué demonios?».

Súbeme a tu espalda. Hay que espabilarse; creo que no debemos destruirlas, así que quizás funcionen como una palanca.

¡Eso es! Déjamelo a mí —Rechazó su sugerencia de auparla y decidió cogerlas él mismo, ya que tardaría menos. Había captado la idea (sol y calor) y no había tiempo que perder.

Invocó las Alas de Nefilim, su habilidad racial por excelencia, y se dispuso a coger todas las antorchas de la fila. En cuanto agarró la tercera escuchó el sonido de algo deslizarse: una baldosa rojiza había aparecido cerca de la salida. Nailah, veloz como el viento, la pisó.

Escucharon de nuevo el sonido de algo deslizarse, parte de una pared esta vez. Un cristal rojizo con forma de sol se reveló, justo encima de la puerta (no la de salida, sino la que habían cruzado ya para llegar a ese pasillo). Estaba demasiado lejos: prácticamente tendrían que recorrer toda la estancia para alcanzarlo. Y no les daría tiempo.

¡Tenemos que golpearlo! —bramó Nailah, acostumbrada a ver esa clase de artefactos.

Afortunadamente tenían con ellos a una pistolera capaz de accionar el mecanismo desde lejos.
Última edición por Light el Sab Ene 02, 2016 9:12 pm, editado 1 vez en total
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 9:12 pm

¡Eso es! Déjamelo a mí.

Freya ladeó la cabeza, extrañada. ¿Cómo iba a llegar hasta las antorchas él solo? ¡Menuda tontería! Sin embargo, las dudas de la aprendiza se disiparon cuando Light mostró sus alas. Se quedó anonadada, observándolas en silencio. Nunca habría apostado porque Light fuese… Así.

Se dispuso a cogerlas todas, sin tiempo que perder, y al agarrar la tercera un sonido se escuchó: una baldosa rojiza había aparecido cerca de la salida. Nailah se apresuró a pisarla. Entonces un nuevo sonido indicó que justo en la otra puerta había un cristal rojizo con forma de sol. Pero estaba demasiado lejos: por mucho que corriesen, no llegarían.

¡Tenemos que golpearlo! —exclamó Nailah.

La pelirrosa desenfundó una de sus pistolas y se arrojó hacia el cristal. Cuando estuvo a una distancia adecuada, apuntó y disparó, partiéndolo en miles de cachitos que salieron disparados. Por suerte, no alcanzaron a nadie.

Las paredes pararon de moverse de golpe, a poca distancia la una de la otra, pero con el suficiente espacio para que los aprendices pudieran moverse aún. Un sonido de desbloqueo anunció la apertura de las puertas. ¡Estaban salvados! Una vez más.

¡Bien! —Freya volvió con sus compañeros—. Nos hemos librado de una buena.

Emprenderían la marcha cuando todos estuviesen listos —Freya aprovecharía antes para beber un poco de agua— hacia la nueva estancia. ¿Qué les tendría preparado esta vez aquella cueva?

Pudieron comprobarlo rápido: se trataba de una sala, de aspecto parecido al de las demás, pero con una peculiaridad que anunciaba que el su objetivo estaba cerca. Una cerradura gigante se imponía, esperando a ser abierta.

Quizás esta sea la cerradura de la sala de los tesoros —comentó en voz alta. Era un hecho bastante probable—. Pero no hemos recogido ninguna llave durante todo el recorrido…

Freya cayó un poco tarde en el hecho de que tanto Light como ella disponían de Llaves Espada, y como el nombre indicaba, eran llaves. Por lo tanto, podían ser utilizadas allí como el aprendiz había hecho para saltarse el acertijo al principio de su recorrido. Sus mejillas tomaron un color rojizo, avergonzada ante el despiste.

Olvidadlo —Invocó su Llave y apuntó a la cerradura, no muy convencida. Freya no estaba acostumbrada aún a usar el arma porque solía recurrir a sus pistolas—. A-Así, ¿no?

Algo más preocupaba a la aprendiza en aquellos momentos. Nailah había mencionado que solo podían entrar aquellas personas con corazón puro. ¿Y si ella no podía y tenía que quedarse fuera? ¿Mandaría a Light a buscar el elixir por ella? No, no sería buena idea. Confiaba en él —más o menos—, pero quería llevar a cabo la misión por ella misma.

«Más vale que todo salga bien».
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 9:14 pm

¡Bien! —exclamó al unísono con Freya. Sus compañeras habían activado un par de mecanismos a fin de abrir la puerta. Los muros, que se detuvieron, aún les dejaban un escaso espacio para poder moverse; pero de haber esperado unos segundos más hubiera sido demasiado tarde. Habían estado a punto de morir aplastados.

Light atravesó la salida (al igual que Nailah y Freya) y al fin pudo relajarse del todo: hasta ese momento el corazón le latió a mil. Quizás le acababa cogiendo miedo a los lugares estrechos por culpa de aquella estúpida trampa.

No desactivó aún sus alas, ya que quizá les fueran útiles en un futuro.

No fue mala idea tu idea de juntarnos —anunció la cazatesoros, satisfecha por su trabajo en equipo—. Una persona sola no hubiera sido capaz de accionar todos los mecanismos a tiempo. Je, tuvieron muy mala leche los que montaron esa trampa.

En cuanto la joven de Bastión Hueco terminó de beber agua prosiguieron con su exploración. La siguiente sala no tenía nada especial salvo una cerradura descomunal que pedía a gritos que usaran la Llave Espada.

Quizás esta sea la cerradura de la sala de los tesoros —dijo en voz alta—. Pero no hemos recogido ninguna llave durante todo el recorrido…

»Olvidadlo. —Al fin cayó en la cuenta. Los aprendices no necesitaban ninguna otra llave aparte de la suya—. A-Así, ¿no?

Sí.

Light y Nailah se limitaron a mirar. De la punta del arma de la aprendiza surgió un fino haz de luz que alcanzó la cerradura y abrió la gran puerta. Un ruido fuerte de apertura se lo confirmó.

Vamos —instó Nailah.

Los tres entraron en aquella estancia. Todo parecía indicar que era la sala del tesoro, ya que allí había riquezas por doquier. Montañas de oro, joyas relucientes de toda clase, armas preciosas… y muchas más cosas. Pero de momento, ni rastro del frasco que estaba buscando Freya.

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Añadid joyas, armas…etc
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Guau —expresó Light, sorprendido. No se consideraba una persona codiciosa, pero sentía la necesidad de llevarse algo de ahí. Daba pena dejar aquella riqueza sin dueño.

La arqueóloga se paseó lentamente por la habitación, seria, mirando cada rincón de aquel lugar. No se mostró sorprendida como ellos, quizás porque estaba acostumbrada a ver tesoros de esa magnitud; o porque simplemente no le interesaban esas riquezas.

Freya no tuvo tiempo para encontrar el frasco que estaba buscando, ya que algo raro sucedió. La cámara del tesoro… comenzó a oscurecerse progresivamente: las antorchas de la sala se desvanecieron rápidamente. Y unos ojos amarillos y maliciosos se materializaron en la oscuridad profunda. Los tres llegaron a ver qué Sincorazón eran antes de que las tinieblas lo cubrieran todo.

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¿¡Qué es esto!? —Nailah se acercó a los aprendices mientras la luz de la estancia se apagaba. Light apretó los dientes, claramente tenso. No le gustaba la oscuridad después de todo. Materializó el arma, preparado para entrar en combate.

Al menos podían localizar a sus enemigos gracias a sus característicos ojos amarillos.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 9:17 pm

El arma emitió un fino rayo de luz que impactó contra la cerradura, pudiendo así desbloquearla. Freya sonrió, satisfecha; ahora ya podían entrar.

Vamos.

Al adentrarse, descubrieron por qué aquella sala tenía tanta fama: toda ella estaba llena de riquezas. Oro, joyas, armas, objetos extraños… Pero a primera vista, ni rastro del elixir. Debería buscar más a fondo entre todo aquel oro si quería dar con él.

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Añadid joyas, armas…etc.
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Guau.

Yo no lo hubiese expresado mejor.

Freya se alejó un poco para empezar a buscar, pero no pudo entretenerse demasiado. La cámara del tesoro empezó a oscurecerse progresivamente: las antorchas no tardaron en perder su luz. Y ya nadie disponía de linterna porque se la habían cargado antes…

Lo único que daba algo de luz eran aquellos ojos amarillos que los observaban desde la oscuridad con cierta malicia.

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¿¡Qué es esto!? —Nailah se acercó a los aprendices.

A por ellos.

Volvió a armarse con sus pistolas y, desde su posición, disparó una Bala Oscura a los seres más alejados, dejando que Nailah y Light pudiesen encargarse de los más cercanos.

Sin embargo, aquella batalla parecía interminable, cada vez aparecían más y más, y eliminarlos a todos era prácticamente imposible. Freya cambió el cartucho de la munición en ambas pistolas.

¡¿De dónde salen tantos?!

Aquella pregunta obtuvo su respuesta pocos segundos más tardes.

Del techo cayó pesada red sobre los tres, atrapándolos. Freya movió los brazos con ímpetu, intentando liberarse; pero le fue imposible. Aquello pesaba demasiado como para que pudiesen moverse de su sitio.

¡Por fin!

¿Q-Quién ha hablado?

Las luces volvieron a la sala de repente, y todos pudieron contemplar de quién se trataba. En lo alto de los pilares que se hallaban al final de la sala, se encontraban un hombre, bastante feo, y una mujer. Freya no tardó en reconocerla.

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Tú… Maldita tarotera...

¡Gracias, aprendices, por abrirnos camino hasta la sala de los Tesoros! —Señaló a Freya, riéndose—. ¿De verdad creías que alguien podía leerte las cartas de verdad? ¡Ilusa!

Freya enrojeció al instante; seguro que ahora la tomaban por tonta por haber recurrido a alguien así que le ayudase a buscar el frasco. Pero tenía excusa: se la encontró por casualidad, ¿no? Aquello le pasaba por fiarse de desconocidos.

Lo mismo que el otro —Se llevó las manos a la cintura, suspirando—. Al parecer nos han tocado unos aprendices bastante estúpidos.

Miró de reojo a Light, pero no le pidió explicaciones de ningún tipo. Él ya le había contado sus motivos para estar allí, y los comprendía, al igual que también entendía que hubiese recurrido a una persona como esa para intentar encontrarla.

Cuando os pille… —gruñó, entre dientes.

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Espera, espera —rió—. ¿Buscáis problemas?

¡Pues escuchad nuestro lema

Para proteger a los astros de la perdición.

Para unir a todos los taroteros en una sola nación.

Para denunciar a los Portadores que nos provocan ardor.

Para extender nuestra predicción más allá del horror.

Esperanci

Sandrodin

¡El Team Tarotet despega a la velocidad de la luz!

¡Rendíos ahora o preparaos para luchar!

Y acabaron aquel discurso con una absurda pose donde Sandrodin intentaba levantar a Esperanci, pero no pudo.

A Freya le empezó a dar un tic en el ojo, observando todo aquel espectáculo. ¿Qué clase de broma era aquella?

Oye —Se giró para mirar a Light, con una risa socarrona—. ¿Por qué cada vez que me encuentro contigo pasan cosas raras como esta?

Por desgracia, ambos adivinos escucharon aquello, y no pareció hacerles mucha gracia.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 9:18 pm

La batalla en la oscuridad se hacía cada vez más insoportable, ya que parecía haber un número infinito de aquellas criaturas. Light no salió demasiado dañado —aunque gastó mucha energía mágica en el uso de habilidades—, a diferencia de Nailah, quien no estaba acostumbrada a lidiar con esos monstruos.

Un potente proyectil helado golpeó a la mujer en el brazo, impidiéndole utilizar su gran espada con normalidad. Se limitó a retroceder, permitiendo que Light se encargara de los Sincorazón más cercanos.

El aprendiz estaba cada vez más cansado. Apretó los dientes. Si no hacían algo pronto…

¡¿De dónde salen tantos?!

Ni idea… —Observaba con clara tensión a las hechiceras Sincorazón que se disponían a atacar.

Debemos buscar una salida, ningún tesoro vale más que nuestras vidas… ¿Qué?

Nadie pudo ver venir lo que ocurrió a continuación. Una red hecha con un material bastante resistente cayó sobre ellos, impidiéndoles cualquier posibilidad de escape: Light no tuvo suficiente fuerza para romperla.

Ninguno de los tres daba crédito.

Por fin!

¿Q-Quién ha hablado?

La luz que antes se había desvanecido regresó: todas las antorchas de la habitación volvieron a alumbrar. Con la visión recuperada, Light miró hacia varias direcciones para dar con el origen de aquella voz.

Estaba casi seguro de que la había oído en algún sitio. Y hace poco tiempo, además.

Dos individuos se encontraban encima de los pilares. Light clavó una mirada atónita en aquel hombre. A la mujer no la conocía, pero al otro sí. ¡El maldito y timador vidente!

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¡Tú!

Tú… Maldita tarotera...

¡Gracias, aprendices, por abrirnos camino hasta la sala de los Tesoros! —exclamó la mujer—. ¿De verdad creías que alguien podía leerte las cartas de verdad? ¡Ilusa!

Lo mismo que el otro. —Se llevó las manos a la cintura y echó un suspiro—. Al parecer nos han tocado unos aprendices bastante estúpidos.

Tú… vas a cobrar, ya verás —expresó, furioso, apretando los puños y los dientes.

Al final todo había sido una mentira. Su madre no estaba ahí, aquel vidente le había timado. Al verle portar la Llave Espada —conocían sus poderes, sin duda— había decidido manipularle para que abriera la puerta de la cámara del tesoro.

«Maldito…», que le hubiera mentido con el tema de su madre le encolerizaba.

Me suenan sus caras… ¿Dónde les he visto…? —musitaba Nailah, bastante más calmada que él.

Cuando os pille…

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Espera, espera. —Se rió—. ¿Buscáis problemas?

¡Pues escuchad nuestro lema

Para proteger a los astros de la perdición.

Para unir a todos los taroteros en una sola nación.

Para denunciar a los Portadores que nos provocan ardor.

Para extender nuestra predicción más allá del horror.

Esperanci

Sandrodin

¡El Team Tarotet despega a la velocidad de la luz!

¡Rendíos ahora o preparaos para luchar!

«¿Qué… coño acaba de pasar?», claramente estaban mal de la cabeza. Vaya discurso (o lema) más absurdo. Y eso no fue todo: Sandrodin intentó levantar a Esperanci y bueno, el resultado no fue el esperado: el primero no soportó su peso y ambos cayeron estrepitosamente sobre el suelo.

Oye. Por qué cada vez que me encuentro contigo pasan cosas raras como esta?

No lo sé, ¡pero paso de estar atrapado! —bramó con furia antes de liberar su ataque.

Agitó con furia su Llave Espada, liberando una potente Brecha lunar que cortó con gran facilidad aquella red. Light salió de la trampa y se arrojó hacia Sandrodin, decidido a golpearle. El falso vidente, ágil, se levantó del suelo y le esquivó con bastante elegancia. Nailah también escapó de la prisión y se encaró a la otra adivina, mirando fijamente el objeto que ésta sostenía: una lámpara grisácea.

El vidente dio un salto acrobático hacia atrás —girando sobre sí mismo—, regresando a lo alto de la columna, y le miró con una sonrisa confiada. Cuatro videntes Sincorazón se colocaron delante de él, cubriéndole.

Sandrodin intercambió rápidas miradas con su compañera —quien seguía agarrando el objeto misterioso— y asintió. Sacó una pequeña granada de su bolsillo y la tiró al suelo.

¡Cuidado con la granada! —exclamó Nailah, quien se giró hacia Sandrodin en el último momento. Light retrocedió antes de que la granada tocara el suelo, por instinto.

Y la estancia se llenó de humo, cegándoles a todos por completo y haciéndoles toser. Claramente estaban aprovechando aquel truco sucio con el objetivo de escapar. Light cerró los ojos y los maldijo cien veces. Si eran tan peligrosos como para poder invocar Sincorazón iba a llevarlos a la Federación a rastras si era necesario.

¡Mierda! ¡Se han ido! —afirmó cuando el humo desapareció al fin. Tampoco había rastro de Sincorazón—. ¡Tenemos que atraparles! —bramó antes de empezar a correr.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 9:19 pm

Freya fue la última en escapar de aquella pequeña prisión. Apuntó con una de sus pistolas a las piernas de Sandrodin, pero antes de poder tener el blanco, Nailah les advirtió de algo.

¡Cuidado con la granada! —Gracias a eso, el trío fue capaz de esquivarla.

La sala se llenó rápidamente de humo, haciendo imposible la visión a más de un metro de distancia. La aprendiza tosió, ahogada por aquel gas. Se imaginó que ambos adivinos se habían escapado aprovechando aquel ataque. Deberían darse prisa en cuanto se disipara el humo para poder encontrarlos y atraparlos a tiempo.

¡Mierda! ¡Se han ido! —Pudieron comprobar que hasta los Sincorazón habían desaparecido—. ¡Tenemos que atraparles!.

Freya siguió a Light hacia un nuevo pasillo, no sin antes asegurarse de que la cazatesoros los seguía. Con un poco de suerte, les alcanzarían rápido, porque Esperanci no tenía mucha pinta de deportista.

Y así fue: la suerte les sonrió por primera vez en toda su estancia en Agrabah, y los dos adivinos quedaron atrapados en un callejón sin salida, por haber escogido el camino equivocado en un cruce.

La pelirrosa volvió a hacer uso de sus pistolas, y apuntó con cada una de ellas a los dos estafadores.

Bien, parece que hemos intercambiado puestos —Sonrió, cargando ambas armas—. No voy a haceros mucho daño…

Antes de poder efectuar ningún tiro, Esperanci empezó a reír de manera exagerada. Freya no entendió aquella reacción: no iba a matarlos, pero no le veía la gracia a ser apuntado con un arma de fuego. Rápidamente entendió de qué se trataba; la tarotera enseñó con orgullo la lámpara con la que se habían hecho en la sala anterior.

Creo que te equivocas —Empezó a frotarla, con los ojos cerrados y una mueca de placer. Freya desvió la vista, incómoda ante aquel espectáculo—. Oh, genio de la lámpara, acude a mi llamada…

Más vale que no nos hayamos equivocado de lámpara…

Pero no fue así. Después de que frotase la lámpara durante un rato, un humo emergió de ella, materializando a una especie de ser que parecía ser el genio ese del que hablaba la mujer. Aunque a Freya no le pareció que tuviese mucha pinta de genio, sino más bien de una chica normal y corriente.

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Cuando abrió los ojos, reconoció a sus invocadores e hizo una reverencia ante ellos. Los dos parecían exaltados: obviamente aquello parecía un milagro. Para la aprendiza también fue algo nuevo: era la primera vez que veía a un genio de la lámpara. Ni siquiera estaba segura de que lo que estuviese viendo fuera real.

Y ahora… ¡Mi primer deseo es que acabes con esos estúpidos aprendices y su acompañante.

Freya se puso en guardia, instintivamente. Aunque no le hizo falta: el genio no asimiló muy bien aquellas órdenes, y en lugar de atacar a los aprendices, se marcó unos pasos de baile mientras cantaba una canción que resonó por todos los pasillos de aquella cueva.

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Por lo menos, no tenía mala voz. Pero, ¿por qué no obedecía las órdenes de sus nuevos amos? Ambos parecieron palidecer ante aquella escena tan absurda. Freya sonrió, marcando el ritmo inconscientemente con su pie.

La canción no suena mal, eh… —Tarareó parte del estribillo, pero al ver la mirada furiosa de Nailah paró de inmediato—. Podríamos sacar provecho de esto, ¿verdad?
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 9:22 pm

Todos sin excepción salieron corriendo tras los videntes timadores. A Light no le interesaba la lámpara, solo les perseguía porque tenía motivos de sobra para arrestarles y asegurarse que acababan en una prisión de la Federación. Por una parte se vengaría y por otra cumpliría sus deberes de Caballero, ya que evitaría que aquellos individuos siguieran utilizando Sincorazón.

Ya lo recuerdo, son ladrones —declaró Nailah, sin dejar de correr—. Les están buscando en Ciudad de Paso, llevan haciendo bastantes fechorías. —No sabía mucho más, solo había visto carteles suyos repartidos por la ciudad.

Pues más motivos que tenemos para detenerles —respondió, decidido.

Al final acabaron atrapándoles en un callejón sin salida, no tenían escapatoria. Light sonrió y acortó distancias con ellos: iban a enterarse de lo que era bueno. Freya les apuntó con sus armas de fuego, mientras que Nailah se limitaba a vigilarles sin pestañear (estaba herida por el combate de antes y no podía usar su espada pesada).

Bien, parece que hemos intercambiado puestos. No voy a haceros mucho daño…

Por alguna razón que no llegaba a intuir, la compañera de Sandrodin soltó una risa estruendosa. El aprendiz se mostró confundido por esta reacción.

Creo que te equivocas. —Light no se fijó en la lámpara hasta que empezó a frotarla. La mueca de placer que puso le provocó un breve escalofrío: menuda pirada. ¿Y a qué venía limpiarla ese momento?—. Oh, genio de la lámpara, acude a mi llamada…

Más vale que no nos hayamos equivocado de lámpara…

¿Genio? —Había oído hablar de ellos en los cuentos infantiles, pero hasta ese momento no había tenido la certeza de que existieran.

Maldición —masculló la cazatesoros.

El objeto de Esperanci expulsó humo y el genio no tardó en aparecer. Light se había imaginado a un ser más místico que aquella… chica normal y corriente. Porque, en efecto, ella era la supuesta criatura de la lámpara: una fémina de ropajes blancos y cabello oscuro. Mostraba una expresión relajada y parecía bastante empanada.

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Les dedicó una reverencia a sus amos tras despertar. Light, alarmado, no pestañeó en ningún momento.

Y ahora… ¡Mi primer deseo es que acabes con esos estúpidos aprendices y su acompañante.

«Mierda».

Varias dudas empezaron a surgir mientras se ponía en guardia. ¿Qué límites tendría aquel genio, sería tan poderosa? ¿Podría eliminarles de un solo golpe para ver cumplido el deseo?

Nailah iba a sugerirles que huyeran cuando el genio actuó. Y no de la manera que se habían podido imaginar, claro que no. La muchacha relajada de ropas blancas empezó a cantar —su voz no era nada mala— y a bailar. ¿La razón? Lo ignoraba completamente. Light y la cazatesoros no podían estar más enmudecidos (aunque no se iban a quejar, ya que al final sus vidas no corrían peligro).

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La canción no suena mal, eh… —Nailah la fulminó con la mirada: no había tiempo para ponerse a cantar—. Podríamos sacar provecho de esto, ¿verdad?

Sí. —Dirigió la mirada hacia Sandrodin y Esperanci, todavía acorralados. Y sonrió. Ningún genio iba a sacarles de aquel aprieto, por sus caras asustadas y pálidas se imaginó que eran conscientes de eso.

Y el genio seguía cantando y danzando, parecía que no se hacía a la idea de la cruda situación de su ama.

Esperanci, desesperada, se dispuso a darle una nueva orden a su esclava cantarina. Pero Light fue más rápido y extendió el brazo, orientando la palma hacia ella.

Petra.

Su objetivo, la compañera de Sandrodin, resultó petrificada a causa de su hechizo. Se convirtió en una estatua de piedra. El vidente restante soltó un grito de terror y retrocedió.

A-ahora sí que pesas, Esperanci… —Incluso en aquel momento crítico se permitió soltar un comentario inoportuno. Luego clavó la mirada en Light y se puso más lívido—. ¡Vale, vale, hemos aprendido la lección, por favor no me mates! ¡No me mates! —suplicó de rodillas, desesperado—. ¡Podéis llevaros esa lámpara si queréis! —Se notaba que no le interesaba cargar con un genio inútil que les desobedecía.

En fin… Os esperan algunos años en prisión, ¿lo sabéis? No nos conformamos con la lámpara —comentó, mostrando una pequeña sonrisa y sacando su dispositivo de comunicación para avisar a la Federación. Al final se ahorraría la paliza. El cobarde de Sandrodin asintió varias veces, conforme.

Nailah aprovechó que Light había petrificado a la mujer para arrebatarle la lámpara de las manos. Ahora ella era su ama. Le pidió al genio que regresara y ésta asintió. Aunque… tampoco le obedeció, sino que siguió cantando mientras meneaba las caderas. La cazatesoros resopló y puso los ojos en blanco. Insistir no sirvió de nada.

Siento no haberos dicho nada. En realidad vine para hacerme con esta lámpara, la necesitaba urgentemente —confesó seria, aunque no especificó todavía para qué—. Y veo que mi viaje ha sido en balde, no parece obedecer a nadie.

¿Se puede saber para qué la necesitabas? Quizás podamos echarte un cable —dijo Light, nada ofendido, sin desviar la mirada de Sandrodin. Le había exigido que se quedara completamente quieto hasta que acudieran los agentes de la Federación.

Para salvar a mi pueblo —musitó, cabizbaja. No añadió nada más, aunque daría más detalles si le preguntaban. Cuando no se trataba de tesoros o ruinas no era una mujer muy habladora.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 9:23 pm

Sí. —Dirigió su mirada hacia Sandrodin y Esperanci—. Petra.

Antes de que Esperanci pudiese efectuar ningún movimiento, fue petrificada a causa del hechizo de Light. Sandrodin chilló dramáticamente.

A-ahora sí que pesas, Esperanci… —Soltó otro comentario fuera de lugar—. ¡Vale, vale, hemos aprendido la lección, por favor no me mates! ¡No me mates! —suplicó de rodillas—. ¡Podéis llevaros esa lámpara si queréis!

Claro, ahora que habéis descubierto que el genio os ha salido actriz de musical… Normal que la deis.

En fin… Os esperan algunos años en prisión, ¿lo sabéis? No nos conformamos con la lámpara —El chico sacó el dispositivo de comunicación para avisar a la Federación. Freya ya había tratado con ellos antes por los sucesos con el conejo endemoniado que les atrapó en aquel juego, así que se podía hacer una ligera idea de lo que les esperaba.

Nailah le arrebató la lámpara a Esperanci y regresó el genio a su lámpara —de una manera poco convencional, cabe decir. La chica regresó meneando sus caderas mientras cantaba una nueva canción. La cazatesoros pareció ahorrarse el comentario.

Siento no haberos dicho nada. En realidad vine para hacerme con esta lámpara, la necesitaba urgentemente —confesó seria. Freya miró directamente a Light, recordando que ella fue la primera en desconfiar de la cazatesoros—. Y veo que mi viaje ha sido en balde, no parece obedecer a nadie.

¿Se puede saber para qué la necesitabas? Quizás podamos echarte un cable

Para salvar a mi pueblo —musitó, cabizbaja.

Freya la miró, perpleja. Aquella acción tenía su trasfondo, por mucho que hubiese sido de mal gusto no habérselo comentado antes. Su curiosidad no le permitió callarse por mucho más tiempo, y tuvo que preguntarle sobre aquel asunto para saber más sobre ello.

¿De dónde eres, Nailah? —preguntó, con suavidad. No le obligaría a contestar sus preguntas, por supuesto—. ¿Qué ocurrió?

Cuando contestase —si decidía hacerlo—, Freya se disculparía un momento y volvería sobre sus propios pasos hasta la última sala que habían visitado. Con todo el asunto de los adivinos, se le había pasado el hecho de seguir buscando el frasco para completar su misión allí.
Al llegar a la sala, no estaba sola.

Freya no pudo saber de quién se trataba, puesto que iba totalmente tapado con una chaqueta de color verde caqui. La capucha no dejó ver ni un solo rasgo de su cara; solo un gran hueco negro. Sacó la mano de uno de los bolsillos para saludar a la muchacha y después echó a correr hacia el camino que habían recorrido ellos antes, hacia la entrada.

Ella no se movió del sitio durante unos instantes. Podría haberle seguido, pero algo le dijo que no lo hiciese. Daba igual de quién se tratase, ¿no? Ya habían atrapado a los dos impostores, y su misión no era apresar a todo aquel que entrase en la sala de los Tesoros. Sin embargo, tenía la sensación de haberle visto antes, y eso le inquietaba demasiado.

Tuvo que dejarlo estar, ya que su decisión estaba tomada. Ya no podría alcanzarle si se ponía a correr tras él.

Tras un rato de investigación entre las riquezas, se rindió. El frasco no estaba por ninguna parte de aquella sala. Suspiró, y decidió volver con Light y la cazatesoros, cabizbaja. La visita a Agrabah había sido bastante inútil.

Los encontró fuera, acompañados ya de una nave de la Federación que estaba cargando la estatua de Esperanci —necesitaron tres ¿hombres?, bueno, seres extraños para levantarla—, mientras Sandrodin seguía suplicando piedad.

Se acercó a sus compañeros, en silencio, y se limitó a observar la escena. Era preferible que no les comentase nada de lo ocurrido; ni del sujeto, ni de la ausencia del frasco.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Light » Sab Ene 02, 2016 9:25 pm

¿De dónde eres, Nailah? —preguntó la chica, con tacto—. ¿Qué ocurrió?

Actualmente vivo en Ciudad de Paso, pero nací en este mundo, en un pueblo en medio del desierto. No sé qué está pasando, pero la actividad de los Sincorazón ha aumentado alarmantemente. Mi familia, mis amigos… muchas personas mueren a diario por culpa de estos —aseguraba, bastante seria.

Siguió explicándoles, aclarándoles que ni Tierra de Partida ni Bastión Hueco habían dado aún con el origen del problema. Y que sus familiares se negaban a abandonar su hogar todavía, aunque no les quedaría más remedio si su situación no mejoraba. No serían los primeros refugiados que iban a Ciudad de Paso.

Trabajaremos duro para arreglar lo de tu pueblo —insistió Light, dejando claro que Tierra de Partida ayudaría a solventar el problema. Comprendía a la perfección el sufrimiento de la cazatesoros—. Vergel Radiante, Villa Crepúsculo… y ahora esto, las cosas no andan bien —declaró, y se mordió un labio—. Tenemos que investigarlo…

Gracias. Puede que al final no necesite ningún genio —dijo la cazatesoros con un asomo de sonrisa.

Nailah y Light se separaron de Freya en ese momento, quien decidió regresar a la sala del tesoro. El aprendiz, que se imaginaba sus razones para volver atrás (¿no estaba buscando un frasco acaso?), le dijo que tuviera cuidado.

Fue entonces cuando un mensaje llegó a su dispositivo. Los agentes de la Federación acababan de llegar y les esperaban afuera. Light se lo hizo saber a Nailah y exigió a Sandrodin que empezara a andar hacia la salida. Le apuntó con su Llave Espada, muy serio: si desobedecía o intentaba escapar lo lamentaría. Por suerte, no intentó hacerles ninguna trastada.

Antes de moverse consiguieron que el maldito genio se metiera en la lámpara tras insistir bastante. Nailah se quedó con el utensilio, quizá con el tiempo lograra que la obedeciera…

Gaomon, por su parte, se encargaría de cargar a la petrificada en su gran espalda. Al principio —en cuanto colocaron a la pesada mujer en su lomo— puso una ligera mueca, pero resistió su peso.

Para salir recorrieron las salas que ya habían superado, por lo que no tuvieron que afrontar ninguna prueba nueva.

Varios alienígenas armados con pistolas les esperaban en el exterior. Light les contó todo lo que había sucedido; y no solo él, Nailah también aportó bastante información. Los agentes les confirmaron que en efecto eran unos peligrosos ladrones que habían cometido bastantes delitos por los mundos.

Además, se enteraron de que Sandrodin había secuestrado y suplantado al verdadero vidente que tan buena fama tenía en Agrabah. De esta manera su clientela hubiera estado asegurada.

En cuanto Freya se unió a ellos presenciaron cómo se llevaban a los delincuentes a la nave. Sandrodin suplicó piedad, pero de nada le sirvió quejarse: solo recibió una descarga eléctrica por parte de los agentes de la Federación.

A la pesada de Esperanci, en cambio, la cargaban entre varios con bastante dificultad. Por suerte estaba petrificada, así que no se quejaría por un buen rato.

¡Volveremos a vernos, aprendices! ¡Y guerrera cutre! ¡Y no olvidéis lo que os voy a decir! ¡Vendetta, vendetta! —Y recibió otra descarga eléctrica que le arrancó un grito.

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«Pues no me extrañaría que les dejaran escapar», pensó con cierta amargura y resopló. Chihiro, Andrei, Mateus… habían salido de la prisión tantos maleantes que no le sorprendería que volviera a suceder.

Finalmente, la nave gigante de la Federación Galáctica inició su viaje y se perdió en el cielo. Se habían quedado los tres solos.

Pues aquí acaban nuestras aventuras. ¿Encontrasteis lo que buscabais? —preguntó la arqueóloga, mirando a Freya principalmente. No era tan tonta como para pensar que se habían adentrado en aquella cueva peligrosa por nada.

Light negó con la cabeza, algo desanimado. Nailah apoyó la mano sobre su hombro (y el de Freya si también le daba una respuesta negativa), dándoles ánimos.

No hemos conseguido lo que buscábamos, pero aun así debemos estar satisfechos —aseguró, optimista—. Les hemos dado una lección a esos bandidos, bueno, les habéis dado —corrigió—. Y ya no causarán problemas.

»En fin. Muchas gracias por vuestra ayuda. Si alguna vez pasáis por mi aldea, seréis bienvenidos —confirmó, cruzada de brazos—. Una pena que no pueda decir lo mismo de Ciudad de Paso, os aconsejo que no os dejéis ver por allí —advirtió muy seria. A Light no le hacía falta ese consejo, lo sabía mejor que nadie.

Gracias a ti también. Ayudaremos a los de tu pueblo, tenlo por seguro.

Esa aventura le había dejado cierto sabor amargo… pero al menos habían salido vivos de aquella cueva. Y, tal como dijo Nailah, habían detenido a aquellos maleantes.
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Re: [Agrabah] No te fíes de un adivino

Notapor Crystal » Sab Ene 02, 2016 9:29 pm

¡Volveremos a vernos, aprendices! ¡Y guerrera cutre! ¡Y no olvidéis lo que os voy a decir! ¡Vendetta, vendetta!

Menudo especimen…

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La nave de la Federación Galáctica despegó y desapareció en el cielo. Volvían a quedarse los tres solos de nuevo.

Pues aquí acaban nuestras aventuras. ¿Encontrasteis lo que buscabais? —Freya sintió la mirada de Nailah analizándola. Se limitó a negar con la cabeza, a la vez que Light. La cazatesoros posó sus manos en los hombros de ambos, dándoles ánimos—.No hemos conseguido lo que buscábamos, pero aun así debemos estar satisfechos —aseguró, muy convencida—. Les hemos dado una lección a esos bandidos, bueno, les habéis dado —corrigió—. Y ya no causarán problemas.

»En fin. Muchas gracias por vuestra ayuda. Si alguna vez pasáis por mi aldea, seréis bienvenidos. Una pena que no pueda decir lo mismo de Ciudad de Paso, os aconsejo que no os dejéis ver por allí.

Gracias a ti también. Ayudaremos a los de tu pueblo, tenlo por seguro.

Por supuesto —Se unió Freya—. Haremos todo lo que esté en nuestras manos.

»Ha sido un placer conocerte, Nailah.


Freya omitió la desconfianza que tuvo hacia la chica la primera vez que se vieron, porque al ver todo por lo que habían pasado, Nailah no parecía tan mala. Después de todo, todos los allí presentes tenían sus motivos para haber acabado allí. Pero por desgracia, ninguno de los tres dio con lo que buscaba.

Contempló una vez más la salida de la cueva aquella, y decidió que ya no había nada más que hacer allí; era hora de marcharse y devolver el libro a su correspondiente sitio en la biblioteca.

Una vez se hubo despedido definitivamente de Nailah, se acercó a Light.

Siento que no hayamos podido encontrar a esa persona que buscabas, Light —Freya entendía que una persona, o una ciudad en el caso de la cazatesoros, eran mucho más importantes que cualquier frasquito para ampliar información en un libro—. Seguro que debe estar en otra parte, lo importante es no desistir en la búsqueda, ¿verdad? —Ella sabía bien sobre eso; perseguir al culpable del incidente de su familia seguía en sus planes más importantes—. Acabarás encontrándola.

No supo porqué, pero después de todo aquel tiempo que habían pasado superando los obstáculos de la cueva, se le hacía raro tener que volver a separarse del aprendiz. Por supuesto, no le comentó nada al respecto; la hubiese tomado por chalada, o por una cría, y no quería que se llevase esa impresión de ella.

Y gracias por tu ayuda —El chico le había ofrecido agua cuando estuvo a punto de deshidratarse por su mala cabeza, y la ayudó en todas las pruebas hasta llegar a la sala de los tesoros. Sin él no habría llegado hasta el final—. Nos volveremos a ver, ¿verdad? Y espero que la próxima vez no nos encontremos a gente tan rara.

Quizás hasta podrían charlar un poco. Light había resultado ser de aquellas personas de Tierra de Partida con las que podía llevarse bien, como lo fueron Jeanne y Bavol en su momento.

Finalmente, y haciendo un esfuerzo, se despidió una última vez e invocó su glider para después tomar rumbo hacia Bastión Hueco otra vez. Sin frasco, sí, pero con otra pequeña aventura a sus espaldas. Eso la haría más fuerte, que era uno de sus principales objetivos: poder proteger a los suyos. Poco a poco lo iba consiguiendo.

Pero algo se escapó a la mirada de la pelirrosa. Desde la lejanía, alguien la observaba. Una persona encapuchada que portaba algo en sus manos: el elixir de la eterna juventud, el tesoro por el que la chica se había interesado todo aquel tiempo. Sonrió bajo su capucha.

Hasta la próxima, Freya.

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Y por mi parte ya está~ Ha sido un placer volver a hacer un encuentro con Light, porque siempre nos reímos con parte de las cosas que escribimos. Ahora a esperar al siguiente encuentro. (?)
PD: Con este encuentro tenemos a otro candidato para Maestro aaaaaaa. So proud(?)
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