[Islas del Destino] Ondina

Encuentro de Fátima y Nadhia

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[Islas del Destino] Ondina

Notapor EspeYuna » Lun Mar 28, 2016 9:27 pm

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CRONOLOGÍA
Fátima Encuentro Vemos lo que queremos ver > Encuentro Ondina
Nadhia Misión ¡Presenten armas! > Encuentro Ondina


Había pasado mucho tiempo desde que Nadhia no quedaba con su mejor amiga. Tras varios intentos fallidos de coincidir en Ciudad de Paso con Clío, ella y Fátima habían desistido en reunirse, esperando al menos que ambas terminaran las decenas de misiones que tanto Lyn como Akio les encargaban.

Pero por fin, las dos obtuvieron la recompensa de coincidir un único día, el cual querían aprovechar tanto como pudieran al encontrarse en una situación que les impedía disfrutar al cien por cien de sus descansos, con la guerra de por medio.

Fátima no le había dicho aún a qué mundo quería ir aquel día, aunque sí le había dado un consejo, y es que llevara ropa ligera para un ambiente caluroso. Y traje de baño.

Nadhia dio un paseo por los jardines de Tierra de Partida, esperando a Fátima mientras se miraba una y otra vez uno de los cientos de vestidos nuevos que se había comprado en Ciudad de Paso bajo la aprobación de ambas amigas mellizas.

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Tandy, por otra parte, no había querido acompañarla. Tras experimentar el espantoso calor existente en los desiertos de Agrabah, se negaba bastante a menudo a ir con Nadhia cuando el mundo requería estar habituado a temperaturas altas y el objetivo de su viaje era mero ocio. Y teniendo a Fátima como acompañante, el pequeño guardián de Nadhia no temía por hacer novillos. Sabía que su protegida estaría a salvo.

«¿Por qué tardará tanto?», se preguntó Nadhia, extrañada. Habían pasado quince minutos desde la hora acordada y Fátima no solía retrasarse. Es más, casi siempre era ella la que tenía que esperar a Nadhia.

Sin embargo, la aprendiz tenía bastante paciencia esperando a sus amigos. Sin ningún tipo de prisa, se sentó en uno de los árboles cercanos recostando su espalda sobre el tronco y cerró los ojos, sintiendo una brisa deliciosamente agradable.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 28, 2016 9:32 pm

Fátima había dicho a Nadhia que quedarían en el jardín y ya pasaban diez minutos de la hora. Chistó a Harun que se había vuelto muy activo por culpa de su nerviosismo, revoloteaba sobre su cabeza y lanzaba pequeñas llamas al aire. Durante el último mes había comenzado a ganar peso y ahora estaba más grande, lo cual era un problema: pronto empezaría a resultar una molestia si seguía durmiendo sobre su cuello. El dragoncito aterrizó sobre su espalda y Fátima gruñó mientras terminaba de preparar la pequeña maleta.

Ahora no, Harun. Vete a comer algo. Voy a estar fuera hasta mañana.

Harun le clavó las garras, a modo de protesta, pero cuando Fátima se incorporó echó a volar y se quedó mirándola colgado desde la lámpara, retorciendo sus largos bigotes. La chica, con un suspiro de frustración, metió las dos prendas en la bolsa.

Qué más da. A lo mejor ni tengo tiempo.—Se la puso al hombro y lanzó un beso a Harun—. Cuando vuelva te dejaré comerte la mitad de mi cena, ¿vale?

Harun respondió con un gañido y Fátima salió a todo correr.

*


¡Lo siento!—dijo en cuanto encontró a Nadhia—. Era un problema de ropa, no sabía qué coger y… Ah, vaya, te has puesto ese vestido.—Fátima asintió, conforme—. Te queda muy bien. Bueno, perdón por el retraso. Ya podemos ir yéndonos. ¿Has pasado alguna vez por Islas del Destino?
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor EspeYuna » Lun Mar 28, 2016 9:34 pm

¡Lo siento!—Nadhia abrió los ojos en cuanto escuchó los pasos de Fátima acercarse a ella—. Era un problema de ropa, no sabía qué coger y… Ah, vaya, te has puesto ese vestido.—Nadhia asintió y sonrió, feliz de que la complaciera cuidándose un poco el aspecto cada día. Para qué engañarse, admitía que se estaba volviendo un poco más coqueta que antes—. Te queda muy bien. Bueno, perdón por el retraso. Ya podemos ir yéndonos. ¿Has pasado alguna vez por Islas del Destino?

La aprendiz puso una mueca, la cual intentó camuflar con una sonrisa poco convincente.

Pues… me dejé caer una vez por allí, hace mucho tiempo —no quería darle demasiado importancia al hecho de que en aquellas playas paradisíacas se había batido en duelo con la forma demoníaca de Ragun. Así que se limitó a contar la parte que realmente sacó positiva de todo aquel embrollo, mientras caminaban un rato por los jardines antes de marchar—. Fue poco después de volver de Bastión Hueco por primera vez. Me encontraba mal por lo de Ragun, y… me escapé de Tierra de Partida. Quería intentar traerlo de vuelta, pero mi glider se desestabilizó y tuve que hacer un aterrizaje de emergencia en una de las islas. Y, bueno…

Nadhia le contó a Fátima los extraños acontecimientos relacionados con su Llave-Espada, su visita al Descenso de su corazón y su reunión con aquel ente al que pudo reconocer como Ángel Forjado.

Por ahora no sé de nadie más que haya tenido ese tipo de conexión con su Llave-Espada —Nadhia se encogió de hombros, deteniéndose—. Estuve buscando en los libros de la biblioteca, y nada. Y tampoco he tenido la oportunidad de preguntarle a los maestros porque no parece algo… normal.

» Pero bueno, tampoco quiero darle muchas vueltas. ¡Dime! ¿Qué tienes pensado que hagamos en las islas? Aunque es una pregunta tonta, si me has dicho que me trajera el bañador.

Nadhia rió, intentando que la conversación no se centrara en sus movidas. Bastante frustrante ya era para ella acumular un problema tras otro, y acabar involucrando a sus amigos.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 28, 2016 9:36 pm

Pero bueno, tampoco quiero darle muchas vueltas. ¡Dime! ¿Qué tienes pensado que hagamos en las islas? Aunque es una pregunta tonta, si me has dicho que me trajera el bañador.
Fátima se había quedado mirándola con el ceño fruncido y los labios tan pegados que parecían una fina línea blanca. Ni siquiera había escuchado bien el tema de la Llave Espada. Se mordió la lengua y no quiso decir nada de Ragun y lo hijo de puta que había sido con ella en Coliseo. Si Nadhia seguía atada emocionalmente a él, muy bien. No pensaba continuar con el tema. Aunque, ¿qué pensaría Nadhia de su querido amigo si le contaba que había intentado sacrificar su alma para siempre?

Se tragó como pudo aquellos sentimientos tan negros y se obligó a sonreír. Si Nadhia no quería hablar del tema, no sería ella quien insistiera.

Ya verás—dijo, con la voz todavía algo tensa—. Cuando lleguemos allí te lo contaré.

En ese momento le hervía la sangre y no quería intercambiar ni una palabra con ella. Al menos hacía tiempo que Nadhia no se metía en líos, por fría que pareciera estar con Xefil, y Fátima estaba cansada de escucharla y ver cómo seguía yendo de cabeza uno tras otro. Que le hablara de Ragun le daba ganas de vomitar. Recordó el amago que había hecho de ir tras Ryota en la Red y tuvo que obligarse a respirar hondo.

«Estás de mal humor, cansada y con ganas de dormir. No deberías seguir pensando así. Luego te sentirás culpable».

Sí, eso lo tenía claro. Pero a veces no entendía dónde estaban las fidelidades de Nadhia y temía que más pronto que tarde el que Nadhia no supiera elegir a sus amigos terminara por causar una fisura grande entre ellas.

Invocó el glider y subió a él sin decir una palabra. Viajar la obligaría a concentrarse en el vuelo y así se libraría de todo aquel veneno que no estaba segura de dónde venía. Quizás de la mala suerte que había sufrido en sus últimas misiones, o puede que de la frustración por su último proyecto. En cualquier caso, había esperado que invitar a Nadhia la ayudara a relajarse, no a enfadarse todavía más. Ahora, con todo, no podía dar marcha atrás.

*



¡Ven!—exclamó mientras se quitaba las sandalias y hundía los pies en la dorada y caliente arena—. ¡Es por aquí!

Hacía un día precioso, azul, límpido y las olas rompían contra la orilla impulsadas por una agradable brisa salada. Fátima, de mejor humor, aspiró el aire y se apartó el pelo de la cara. Se acercó al agua y dejó que el agua le bañara los tobillos. Chapoteó y señaló hacia una zona rocosa, sonriendo a Nadhia. Tal y como había imaginado, ahora se sentía un poco culpable por cómo se había comportado.

La llevó por un caminito que se internaba en la cara externa de la roca y, cuando dieron la vuelta a un recodo, encontraron una pequeña cueva.

La encontré mientras buscaba un lugar donde concentrarme. Podría haberme quedado en el pueblo, pero necesitaba… Un sitio donde resonara el mar.—Calló un momento para que Nadhia pudiera escuchar cómo el murmullo de las olas lo llenaba todo de una forma muy agradable—. Y ya que estaba acomodé el sitio un poquito.

Había traído algunas mantas que hacían las veces de asiento o colchón, tazas y platos de plástico para poder comer y un pequeño arcón con libros. Había también un sitio donde dejar la ropa y había encontrado, en un extremo, una zona donde abrió la roca con un hechizo y encontró un acceso a agua dulce. Normalmente iba al pueblo a bañarse, pero allí aprovechaba para lavar los platos.

Lo que más llamaba la atención era, sin embargo, el centro de la cueva. Allí Fátima había pintado ciertos círculos mágicos que había visto en algunos libros de la biblioteca. En el centro del más grande había un anillo azul.


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Fátima dejó sus cosas y se sentó al otro lado del círculo. Se notaba una cierta corriente de energía y si acercaba la mano, se le ponía el vello de punta. Sonrió a Nadhia.

Esto era lo que te quería mostrar. ¿Sabes qué es?

Probablemente no. A Fátima se le había ocurrido la idea hacía un tiempo y se había puesto a investigar de inmediato, pero no había encontrado tanta información como le hubiera gustado. Aun así, no podía evitar querer regodearse un poco en su trabajo, así que esperó la respuesta de Nadhia.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor EspeYuna » Lun Mar 28, 2016 9:44 pm

¡Ven! ¡Es por aquí!

Nadhia respiró hondo, cerrando los ojos. Hacía mucho tiempo que no sentía una paz tan inmensa como aquella. Recordaba un tanto amarga su primera visita a las islas paradisíacas de aquel mundo. La noche de tormenta, el Descenso, y aquel fatídico amanecer luchando contra el ente maligno de Ragun.

Sin embargo, aquella mañana hacía un sol espléndido, sus rayos atravesaban su blanquecina piel y la sensación de quemazón era placentera, no como en Agrabah. La brisa marina acariciaba su rostro y jugaba con su cabello, ahora revoltoso a causa de la humedad de la costa.

Intercambió una sonrisa con Fátima al verla entrar en el agua a refrescar sus pies. Nadhia la imitó, tirando el calzado en algún lugar de la orilla. Sintió un escalofrío al experimentar la temperatura del agua, fría, muy fría.

Nadhia siguió las indicaciones de Fátima, quien parecía muy entusiasmada por mostrarle algo en particular. Cuando dieron la vuelta a la cara externa de una enorme roca, observó sorprendida una pequeña entrada a una cueva.

La encontré mientras buscaba un lugar donde concentrarme. Podría haberme quedado en el pueblo, pero necesitaba… Un sitio donde resonara el mar.—Nadhia frunció el ceño con una sonrisa, muerta de curiosidad. ¿Concentrarse? ¿Para qué? En medio de aquel silencio escuchó las olas, resonando con un agradable eco en aquel pequeño escondite—. Y ya que estaba acomodé el sitio un poquito.

Nadhia entró y no pudo evitar enternecerse con los detalles decorativos de Fátima: desde mantas para poder acomodarse, platos para poder almorzar hasta parte de su colección de libros. Se sorprendía ella misma, quien habiendo devorado tras tantos años los ejemplares del viejo Sendh, hubiera olvidado por completo la lectura. Se acercó a los libros, curioseando. Quizás le pidiera prestado alguno.

Pero entonces, algo le llamó especialmente la atención. En el centro de la estancia rocosa, había unos trazos extraños en el suelo, bastante recientes de hecho. Recordaba alguna lección de Kazuki donde éste les había explicado sobre el arte de magnificar e incrementar el poder mágico a base de la elaboración de ciertos rituales, como el trazo de ese tipo de dibujos.

Esto era lo que te quería mostrar. ¿Sabes qué es? —Nadhia imitó a Fátima extendiendo la mano hacia el círculo, y la apartó de inmediato, sobresaltada del escalofrío que había sentido. Era energía pura.

Intercambió una mirada con Fátima, gratamente sorprendida.

¿Has trazado tú misma los círculos? —volvió a rozar la corriente mágica, con los ojos bien abiertos— Kazuki nos habló de esto en clase, servía para invocar magia más complicada. Pero… es increíble, Fátima. El trazado es perfecto. ¿Cuánto tiempo te ha costado acabarlo?

Definitivamente, Fátima en pocos meses le estaba sacando una ventaja monstruosa en conocimientos. Tanto, que comenzaba a preocuparse por quedarse demasiado atrás.

¿Qué es eso? —Nadhia señaló el anillo que permanecía dentro del círculo, brillante, con una roca celeste incrustada— ¿Un objeto de invocación?

Esperó una respuesta por parte de Fátima, rodeando el círculo sin acercarse demasiado, por miedo a estropear el trazado del suelo.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 28, 2016 9:46 pm

¿Has trazado tú misma los círculos? —Fátima no pudo contener una sonrisa de orgullo y asintió con la cabeza—. Kazuki nos habló de esto en clase, servía para invocar magia más complicada. Pero… es increíble, Fátima. El trazado es perfecto. ¿Cuánto tiempo te ha costado acabarlo?

Unos cuantos intentos. Me daba terror hacerlo mal y reventar la cueva. Además, este círculo como tal no existe en ninguno de los libros que he consultado y he tenido que combinar dos diferentes. Cuando lo activé estaba muerta de miedo—reconoció—. Pero no explotó nada y de momento parece ir bien.

¿Qué es eso? ¿Un objeto de invocación?

Más o menos.—Fátima volvió a sonreír mientras veía a Nadhia rodear el círculo—. Iba a ser su función original, pero Ivan…—Su voz se convirtió en un hilillo. Sacudió la cabeza, carraspeó y dijo con más fuerza—: Ivan me estuvo ayudando. Los dos coincidimos en que sería mejor no invocar a un ser mágico, para no esclavizarlo, sino crear uno… Y usar el anillo como forma para materializarlo, esté donde esté.

Sabía que era algo extraño, por eso fue a por uno de los libros del arcón y sacó unas cuantas hojas emborronadas de apuntes. Hizo señas a Nadhia para que se sentara a su lado y, emocionada, comenzó a explicarle su experimento.

Verás, llevaba un tiempo pensando que, con tanta gente con mascotas peligrosas o Sincorazón que atacan por todos lados, podría usar una Esencia para que me apoyara en combate. Usaría a Harun, pero todavía es demasiado pequeño… Aunque ya pese lo suyo. Al principio quise poder invocar a alguna, pero encontrar a la apropiada sería difícil y conseguir su apoyo, todavía más. Es decir, ¿por qué iba a querer ayudarme? Así que pensé que lo mejor sería desarrollar una criatura de cero. Ivan me dijo la forma de vincularla a un objeto, como este anillo, que tiene una piedra de cristal marino y puede contener una gran cantidad de energía, o eso espero porque me costó un quintal, sin necesidad de encerrarla. Así que ahora mismo estoy intentando crear una Esencia de agua que quede vinculada con el anillo.—Sin aliento, algo sonrojada, miró a Nadhia con emoción, esperando su respuesta. De pronto, sin embargo, su gesto se ensombreció e, incómoda, masculló—: Claro que… Me da miedo estar… Ya sabes, creando a un esclavo. No tengo ni idea de si la Esencia desarrollará sentimientos o personalidad propia. Daría problemas, claro. ¿Y si es peligrosa? Me daba miedo preguntárselo a los Maestros, porque de verdad que quería intentarlo, pero… Ahora no estoy tan segura de si debería haber seguido adelante con esto. Es decir, puede que esté jugando con fuego, ¿no…?—Suspiró y se cruzó de brazos en actitud defensiva—. ¿Tú qué… tú qué piensas?
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor EspeYuna » Lun Mar 28, 2016 9:49 pm

Nadhia prestó atención a las palabras de Fátima mientras seguía observando, atónita, la energía que desprendía aquel círculo mágico. Tuvo que detener su paseo alrededor del mismo cuando su amiga mencionó a Kit. Y tras escuchar a Fátima, no pudo evitar sonreír al pensar en que Ivan había estado ayudándola con aquello.

Se le echaba de menos.

La aprendiz hizo caso y se sentó al lado de su compañera, interesada por saber a qué se refería con “crear uno”. ¿Acaso… estaba tratando de crear vida a partir de un hechizo?

Nadhia asintió y estuvo de acuerdo en que Harun aún era demasiado pequeño para un combate. No por el tamaño, pero apenas era una cría traviesa que seguía chamuscando las ropas de Fátima o les estrangulaba el cuello con sus muestras de afecto. Todavía tenía mucho por aprender aquella pequeña criatura que Fátima decidió adoptar tiempo atrás.

Una… Esencia de Agua —repitió Nadhia, asombrada. Entonces, se fijó en que Fátima ensombrecía y no pudo evitar darle la mano. ¿Quizás porque había recordado a Kit?— ¿Qué ocurre?

Claro que… Me da miedo estar… Ya sabes, creando a un esclavo. No tengo ni idea de si la Esencia desarrollará sentimientos o personalidad propia. Daría problemas, claro. ¿Y si es peligrosa? Me daba miedo preguntárselo a los Maestros, porque de verdad que quería intentarlo, pero… Ahora no estoy tan segura de si debería haber seguido adelante con esto. Es decir, puede que esté jugando con fuego, ¿no…? ¿Tú qué… tú qué piensas?

Pienso que todos los Caballeros hemos jugado con fuego alguna vez —dijo Nadhia, echando el cuerpo hacia atrás y observando el techo rocoso de la cueva que dejaba entrar unos pocos rayos de sol—. Sin ir más lejos una vez fui capaz de activar una conexión de combate con Ra....

«Mierda», se detuvo Nadhia. Por alguna razón, había notado cierta molestia por parte de su amiga cada vez que mencionaba a Ragun. Temía preguntar si había ocurrido algo realmente grave entre ellos, si se habían enfrentado a base de un encuentro de Tierra de Partida y Bastión Hueco durante alguna misión.

B-Bueno, el caso es que… puedo usar habilidades de oscuridad desde entonces. No sé si será porque mi afinidad genética es la luz, pero controlar una flama oscura… es costoso. Y cuando activo esa conexión, siento que pierdo un poco la orientación, como… si me volviera salvaje —Nadhia entendía que aquella experiencia podía ser motivo de la verdadera identidad de su amigo, pues era, ni más ni menos, que un híbrido sincorazón. Pero aquel era un detalle que prefería ahorrarse— Lo que quiero decir es que, a pesar de que puedo estar cometiendo una especie de tabú, quiero… intentar manejarlo. No veo nada de malo en que nos entrenemos según queramos, sabiendo dónde están los límites.

Nadhia le sonrió a Fátima y le cogió de nuevo de la mano.

Y pienso que tú eres lo suficientemente responsable para saber cuándo hay que parar. No estás creando un ente por simple capricho, y aunque tuviera una personalidad y desarrollara sentimientos, ¿no crees que estaría contento de servir a un encanto como tú?

Le guiñó el ojo y se levantó con las anotaciones de Fátima, leyéndolas con interés.

¿Puedo echarte una mano? Así, si lo logras invocar hoy, tendrás a alguien que te cubra las espaldas si nace con rebeldía.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 28, 2016 9:51 pm

Ignorando la mención —otra vez— al otro bando, Fátima escuchó sin saber muy bien qué opinar. Si dejaban de lado al monstruo ese, usar la oscuridad no era algo malo en sí. No creía que se pudiera comparar a crear una vida y arriesgarse a esclavizarla. Se quedó pergeñando para sus adentros hasta que Nadhia añadió:

Y pienso que tú eres lo suficientemente responsable para saber cuándo hay que parar. No estás creando un ente por simple capricho, y aunque tuviera una personalidad y desarrollara sentimientos, ¿no crees que estaría contento de servir a un encanto como tú?

Resopló y sonrió. Ojalá pero, ¿y si no? ¿Y si la odiaba? ¿Y si se volvía peligrosa? ¿Qué se suponía que debía hacer entonces?

Nadhia estuvo un rato leyendo sus notas hasta que le ofreció echarle una mano. Fátima se retorció con nerviosismo un mechón de pelo.

Vale, pero creo que todavía va a tardar un poquito. Tenemos tiempo o no te habría dicho que te trajeras el bañador—dijo, esforzándose por dejar de mirar con angustia el círculo. Le empezaban a doler las tripas de tanto que se retorcían de angustia—.¿Quieres salir? El agua está muy buena.

Cogió un par de botellas de zumo que había traído del pueblo para que pudieran beber en la playa y luego levantó un mantel y lo colgó de una cuerda que usaba para seca la ropa para que las dos pudieran cambiarse sin problemas tras él. Fátima se quedó acuclillada frente a su bolsa, mirando lo que había traído con incomodidad. Cuando estaba sola prefería meterse en ropa interior porque el bañador apretaba y revelaba demasiadas cosas. Esta vez se había traído además un vestido simple para que Nadhia no… no viera nada. Sería incómodo y se le pegaría al cuerpo cuando salieran del agua pero era mejor a nada. Por otra parte, se había traído un pareo. Si se metía en camiseta y con pareo quizás… En cualquier caso no pensaba usar bañador.

Tras mordisquearse el labio hasta hacerse daño, se decidió por el vestido. Se lo puso por encima de la ropa interior, dejando el relleno en un montoncito en el suelo, y luego carraspeó.

¿Estás lista?

Esperó a que Nadhia respondiera y bajó el mantel. Respiró hondo antes de echar un rápido vistazo a la chica, sonreír y decir:

Te queda muy bien.

Y era cierto. Cómo no le iba a quedar bien con ese cuerpo. Recogió las botellas y sin mirar directamente en ningún momento a Nadhia salió de la cueva y entornó los ojos cuando las alcanzó el sol.

¡Mira! Podemos ir allí —dijo, señalando con un dedo una pequeña cala arenosa.

Mientras bajaran hacia la misma, con cuidado para no pincharse con las rocas, Fátima continuó hablando sobre lo que había tenido que hacer para conseguir crear el círculo para rellenar el silencio y, sobre todo, para no tener que hablar de la ropa o de Ragun otra vez. Dejó las cosas no muy lejos de la orilla y luego se metió hasta las rodillas en el mar. Como había anunciado, el agua estaba tibia y era muy agradable, sobre todo con el sol que golpeaba con tanta fuerza.

¡Pruébala! Está muy bien.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor EspeYuna » Lun Mar 28, 2016 9:54 pm

Vale, pero creo que todavía va a tardar un poquito. Tenemos tiempo o no te habría dicho que te trajeras el bañador.¿Quieres salir? El agua está muy buena.

Nadhia no se negaría la invitación. De hecho le apetecía bastante un baño en la playa. Conocía la sensación de la arena en los pies y la sal pegada en el cuerpo tras zambullirse en el mar salado, pero la costa de Villa Crepúsculo nada podía compararse con la maravilla paradisíaca de aquellas islas. Exceptuando, quizás, el atardecer. Sin duda, es lo poco que echaba de menos de su hogar.

Cuando fue a recoger su traje de baño, le asaltó una duda. Bien era cierto que casi nunca recordaba el hecho de que Fátima era hombre. Era muy, demasiado complicado, imaginarlo y más adivinarlo en su momento. Si su amiga nunca le hubiera dicho nada, hubiera seguido viviendo en la ignorancia.

Lo que desconocía Fátima, es que a Nadhia le incomodaba aún un poco mostrar carne. De pequeña solía no preocuparse por aquellas cosas, y si podía entrar desnuda en el agua junto a su hermano lo hacía sin tapujos, escuchando los gritos de su madre para que volviera. La mayoría de las veces, Nadhia no regresaba por miedo a que la castigara a quedarse en la sombrilla. Si aquella posibilidad era más que palpable, prefería disfrutar antes del agua o jugar a escapar de su padre, que es quien siempre tenía que adentrarse en el mar para sacarla cuando se había ganado el castigo por desobedecer.

Con el paso del tiempo, en una amargante adolescencia, Nadhia vivió con timidez. Tenía un cuerpo delgado y sin unas curvas propias de una muchacha de su edad. Su rostro aniñado poco tenía que ver con las demás chicas, y el rechazo por las modas y la ropa femenina, incluyendo sus preferencias por los libros antes que por los encuentros sociales, habían dejado marca en no sentirse segura con su cuerpo.

Sin embargo, Clío y Fátima la habían aconsejado con la ropa y se preocuparon por sus miedos. Y comprendió, entonces, lo duro que debía ser para Fátima apoyarla con sus inseguridades cuando ella misma no poseía un cuerpo de lo que siempre había querido ser.

Quizás por esa razón, además de crecer y madurar, Nadhia había ido perdiendo un poco la vergüenza. De hecho, incluso se pasaba un rato más en el espejo cada día. Fátima sin duda estaba orgullosa por ello y de vez en cuando se turnaban para peinarse en sus cuartos, o comentar lo que podían o no combinar para los entrenamientos o para salir.
Pero pasar de ropa de calle o de clases a ropa de baño… era otro cantar. Ya Fátima y Clío le habían hecho bromas y medio obligado a lucir un poco su escote, riendo de lo colorada que se ponía Nadhia solo de descubrirse el pecho al mirar hacia abajo.

Suspiró, pensando que sólo estarían Fátima y ella. Como supuso, su amiga acabó decantándose con un vestido.

Te queda muy bien.

Nadhia sonrió, sin querer exponer su inseguridad. Sólo acabaría haciéndole daño. La escuchó mientras bajaban a la playa, explicándole los pasos que había seguido para crear el círculo. Cuando llegaron a la orilla, Fátima fue la primera en entrar en el agua, invitando a Nadhia a entrar.

Tuvo que admitir que la temperatura era la mar de agradable, y tuvo la repentina necesidad de meterse en el agua de cabeza.

Y también de hacerle una pequeña broma a Fátima. Recordando aquellas tardes de verano con su hermano, cogió a su amiga por los tobillos y tiró de ellos, haciendo que se hundiera en el agua. Asomó la cabeza, burbujeando con la boca y poniendo ojos de cachorro.

Sólo rezaba porque no se hubiera enfadado, alejándose un poco de ella por instinto.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 28, 2016 9:57 pm

¡Serás…!

Fátima gritó mientras se pasaba las manos por los ojos y se restregaba la nariz, que le ardía por culpa del agua que había tragado. No se había esperado un ataque a traición. ¡No tan rápido, al menos!

Con los ojos llorándole por la sal, buscó a Nadhia y gritó:

¡Vas a lamentarlo!

Si era buena en algo, era nadar. Las persecuciones con sus hermanos mayores la habían convertido en una experta. Cuando salió disparada contra Nadhia, la chica no tuvo ninguna oportunidad. La atrapó a los pocos metros y la cogió por la cintura y le hizo la zancadilla para que no pudiera apoyar los pies en el suelo o resistirse. Después se dejó caer hacia atrás y la arrastró consigo.

Al salir del agua se apartó el flequillo de la cara y, con los ojos muy entornados, sonrió de oreja a oreja a Nadhia. En la mano libre tenía un poco de barro. Cogió impulso y se lo lanzó. Seguramente Nadhia se protegería y le daría en un brazo o un hombro. Soltó una risita maliciosa y emprendió la retirada, alejándose más y más de la orilla e impulsándose de brazos y piernas. Se puso de espaldas y la saludó con una mano, preparada para esquivar cualquier posible lanzamiento.

¿Qué tal vas? ¿Quieres que vaya algo más despacio?

Cogió aire y se hundió, giró sobre sí misma en el agua y braceó un poco para aumentar la distancia entre ambas, hasta que no pudo contener más la respiración y emergió. Aspiró una bocanada de aire y giró sobre sí misma. Se habían alejado bastante de la orilla y ya no podían hacer pie. Se acercó a su compañera y, braceando para no hundirse, dijo:

¿Te atreves a ir un poco más adentro? Hace unos días encontré unas rocas en las que podríamos sentarnos a descansar un rato. Por allí pasan peces de colores—añadió con una sonrisa— y es bastante bonito. ¿Te apetece? No te preocupes, no está muy lejos.

Le habría señalado dónde era exactamente, pero era difícil y Fátima no sabía encontrar el sitio si no buceaba, así que esperó a que Nadhia respondiera antes de decirle que la siguiera.

Abrió los ojos bajo el agua. La vista era preciosa, con los rayos del sol acariciando las rocas e iluminando los remolinos de tierra, aunque echó en falta unas gafas. Pasaron por encima de un banco de peces plateados y de un pequeño jardín de algas. Fátima salió una o dos veces antes de dar con la enorme concha que el otro día le había llamado la atención. Desde ahí tardaron poco menos de un minuto en llegar a una agrupación de grandes rocas. Fátima cogió la mano de Nadhia para ayudarla a trepar por ellas, con cuidado para que no se resbalara, hasta que el agua les llegó por debajo de la cintura. Fátima avanzó de rodillas y luego se sentó en una de las partes más altas, de modo que le asomaban los hombros por encima de la superficie y las cálidas olas apenas sí les alcanzaban la boca.

Ahora estate muy quieta. Podemos hablar, pero no te muevas o se asustarán y no vendrán.

Como estaban en una zona de algas, los peces pasaban de vez en cuando para alimentarse. Fátima a sonrió al recordar cómo los más pequeños se habían acumulado alrededor de sus pies y le habían hecho cosquillas mientras buscaban comida.

No nadas mal—dijo para amenizar la espera—. ¿Jugabas mucho de pequeña en la playa de Villa Crepúsculo?
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor EspeYuna » Lun Mar 28, 2016 9:59 pm

¡No, no…! ¡Ni se te ocurra! —dijo Nadhia, entrándole la risa floja sólo de ver a Fátima amenazándola con barro.

Por suerte, no llegó a darle en la cara, pero había temido por comérselo literalmente. Buscó a Fátima mientras se quitaba los restos de mugre que se le habían quedado pegados en el hombro y el brazo, escuchando a su vez una risa maliciosa.

No había tardado mucho en alejarse de ella, pero Nadhia no podía sorprenderse demasiado, ya que Fátima procedía de un mundo oceánico.

¿Qué tal vas? ¿Quieres que vaya algo más despacio?

No, está bien —respondió, sin darle demasiada importancia. Había perdido algo de práctica y se notaba que necesitaba hacer más ejercicio de brazos, aunque estos ya estaban más fuertes de por sí debido a la tensión que debía ejercer con la cuerda de su arco. Sin embargo, no era lo mismo practicar tablas de flexión que de resistencia.

Fátima se detuvo en un punto concreto y esperó a que su amiga la alcanzara.

¿Te atreves a ir un poco más adentro? Hace unos días encontré unas rocas en las que podríamos sentarnos a descansar un rato. Por allí pasan peces de colores—Nadhia no pudo evitar corresponder a su sonrisa, ¡la idea le parecía maravillosa!— y es bastante bonito. ¿Te apetece? No te preocupes, no está muy lejos.

¡Vamos!

Nadhia, antes de zambullirse en el agua junto a Fátima, no dudó en colocarse sus gafas protectoras. Podía tener los ojos abiertos debajo del agua, pero luego experimentaba un escozor atroz y más con mar salado, por lo que quería evitarse luego la incomodidad de tener que lidiar con los ojos rojos el resto del día.

La visión era mucho más limpia y clara gracias a ellas. Los rayos de sol iluminaban el paisaje marino que se encontraba bajo las dos. Pasaron por un jardín de algas y no pudo evitar escupir un par de burbujas cuando le hicieron cosquillas en la tripa al pasar por encima de ellas. Fátima se entretuvo buscando entre las conchas marinas y Nadhia no pudo evitar acercarse al banco de peces plateados, maravillada por sus colores y como la luz del sol provocaba un precioso efecto visual. Lástima que los peces se asustaran tan rápido de su presencia.

Al cabo de unos minutos, Fátima la invitó a sentarse con ella en una zona rocosa cercana, e hizo caso de la advertencia de su amiga, quedándose muy quieta y esperando ver más peces de colores.

No nadas mal. ¿Jugabas mucho de pequeña en la playa de Villa Crepúsculo?

Nadhia sonrió con malicia.

No sé si era buena nadando de pequeña, pero lo que sí era… es una gamberra. Mi padre tuvo que meterse en el agua muchas veces para sacarme y castigarme por desobedecer. Estoy acostumbrada desde siempre a nadar sin tocar el fondo. Pero no me puedo comparar contigo, ¡antes me ha sido difícil alcanzarte! —Nadhia se echó el cabello corto hacia atrás.

Pasó un rato, y los peces tardaron en salir a la superficie.

¿Cómo… te van las cosas con Malik? —le preguntó, aunque ella ya los observaba desde la distancia bastante felices— Sabes que si tienes algún problema, no dudaré en ayudarte. Hacéis una pareja muy bonita.

Nadhia se acercó a Fátima y le apartó el pelo mojado, para susurrarle al oído:

De hecho, conozco de muchas que te tienen muchísima envidia.

Se apartó, esperando la reacción de Fátima con una sonrisa de oreja a oreja.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 28, 2016 10:00 pm

No sé si era buena nadando de pequeña, pero lo que sí era… es una gamberra. Mi padre tuvo que meterse en el agua muchas veces para sacarme y castigarme por desobedecer. Estoy acostumbrada desde siempre a nadar sin tocar el fondo. Pero no me puedo comparar contigo, ¡antes me ha sido difícil alcanzarte!

Fátima soltó una especie de gruñido mezclado con una tos al intentar imaginar —y fallar— a Nadhia siendo una gamberra. Se preguntó, también, qué concepto tenía Nadhia de los «gamberros». Si hubiera visto ella a los de su pueblo…

Hombre, cuando te pasas la infancia perseguida por varios hermanos mayores que quieren hacerte ahogadillas, tienes que aprender a nadar rápido si no quieres morir—dijo con sorna, aunque la verdad es que los jueguecitos de sus hermanos eran bastante bestias y una vez estuvo a punto de ahogarse.

Fátima se hundió un poquito cuando una corriente de aire las acarició y disfrutó de la calidez del agua.

¿Cómo… te van las cosas con Malik? Sabes que si tienes algún problema, no dudaré en ayudarte. Hacéis una pareja muy bonita.

Oh, pues, muy bien—dijo, un poco cogida por sorpresa. Se encogió de hombros y añadió con una sonrisa tonta—: Es como muy normal todo, ¿sabes?, y me encanta. Quitando cuando me golpea con el escudo durante un entrenamiento, entonces me dan ganas de aplastarle las… bueno.—Rió nerviosa e hizo un gesto para dejar correr el asunto.

Dio un respingo cuando Nadhia se inclinó sobre ella y le apartó el pelo empapado de la oreja para decir:

De hecho, conozco de muchas que te tienen muchísima envidia.

Fátima se ruborizó hasta la raíz del pelo y se apartó farfullando palabras ininteligibles. Luego se hundió hasta que su cara sólo sobresalió del agua por encima de la nariz y se abrazó las rodillas. La idea de que alguien pudiera tenerle envidia le resultaba estúpida aunque… Vaya, teniendo a Malik de pareja…

Se retorció un mechón de pelo y sólo entonces cayó en la cuenta de lo que estaba diciendo Nadhia y se irguió, mirándola con una mezcla de vergüenza y preocupación.

Nadhia… Lo de… Bueno, lo de él, ya sabes… Lo siento… Mucho.

Nadhia no había querido decir nada y ella lo había respetado, intentando ponerse en su lugar. Si Malik la hubiera dejado, tampoco habría querido hablarlo con nadie. En su caso probablemente habría pensado en cortarse las venas o algo similar. Era una idea que todavía la asaltaba de vez en cuando y que le ponía los pelos de punta, porque la hacía pensar sobre lo mucho que se había abierto a Malik.

Continuó retorciéndose el mechón hasta que casi se lo arrancó y entonces cogió una mano de Nadhia por debajo del agua, arrepintiéndose de haber sido tan fría con ella antes.

Si quieres hablarlo, estoy aquí.—Miró a Nadhia con el corazón encogido, sin saber bien qué decir o qué hacer. Sólo se le ocurrió soltar una cosa—: Es un imbécil. Un completo, absoluto y rematado imbécil.

Entonces captó por el rabillo del ojo cómo algo resplandeciente se les acercaba y, con una sonrisa, le hizo un gesto para que mirara en esa dirección.

Un río de diminutos pececitos que resplandecían bajo los rayos del sol con los colores del arcoiris se aproximaron, dieron una vuelta a las rocas y se desperdigaron para buscar comida. No eran más grandes que sus dedos meñiques y cuando se arremolinaron en torno a sus pies Fátima contuvo una risita mientras empezaban a mordisquear.

Mi madre me decía de pequeña que este tipo de peces venían a darte besitos—dijo con cierta añoranza—. ¿No son bonitos?

Cuando intentaba inspirarse para crear a la esencia de agua la había imaginado como los peces del mar, que parecen formar uno con el ambiente que les rodea. Igual que aquellas cositas que se movían a tanta velocidad que parecían más reflejos de luz que otra cosa.

Estiró las manos para ver si los peces se atrevían a pasar entre sus dedos.

He estado muy ausente y lo siento, Nadhia. No tengo excusa, aunque encontrarme con Ivan y… Todo eso, bueno.—Suspiró. Tenía que ir a verle pronto—. He estado investigando una forma de curarle, pero parece… difícil.

Se atragantó con sus propias palabras. Más que difícil, parecía imposible, pero no pensaba rendirse. Si no hubiera sido porque fue a visitar la tumba de Mulan, con el encontronazo que tuvo con Saeko, y que la esencia ocupaba gran parte de sus pensamientos, habría podido dedicar todavía más tiempo a investigar la enfermedad de Ivan… Pero también sabía que por muchos libros que leyera, sería casi imposible que diera con el correcto. No por ello dejaba de leer todas las noches con terca decisión. Si no fuera por los hechizos sanadores, se encontraría en un estado un poco desastroso. Dormir tan poco no era bueno, definitivamente.

Así que, si quieres hablar, por favor, dímelo—murmuró, al borde de las lágrimas.

No quería volver a fallar como amiga.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor EspeYuna » Lun Mar 28, 2016 10:03 pm

No tienes por qué disculparte, tonta.

Tampoco es que quisiera hablar demasiado sobre el tema. Si bien era cierto que ya había pasado mucho tiempo, recordar lo que llegó a ser para ella todavía le arrancaba un suspiro triste, aguantándose las ganas de llorar. Ni una mísera nota de despedida. Todavía seguía pensando si ella obró mal en algún momento de la relación. O si realmente le había pasado algo y ella no tenía ni idea.

Y aquella bruja… era algo que Fátima no podía saber bajo ningún concepto, o no hasta que el propio Xefil se lo contara. Era algo demasiado personal. Sí, le contó lo sucedido en Ciudad de Paso cuando decidió hacerse cargo de Tandy, pero no le relató la parte en la que Némesis se reveló, gracias a las súplicas de Xefil, para echarle una mano.

Quería odiar, sentir el impulso de buscarlo y propinarle un puñetazo cuando diera con él. Pero, por algún motivo, no se mostraba con fuerzas para algo así.

Era una blanda. Una estúpida. Y aún con esas, estaba preocupada cuando pensaba dónde demonios podía encontrarse. ¿Y si de verdad le había pasado grave?

Ahora mismo me importa más el cómo se encuentre Kit… Victoria es una buena chica, ¿verdad?

Pensar en cuánto le quedaba de vida al amigo de ambas le provocaba un miedo atroz, pero tampoco podía evitar el duelo que llegaría, tarde o temprano. La angustia se apoderó del ambiente, tornándose terriblemente pesado, a pesar de encontrarse rodeadas de una maravilla paradisíaca.

En un impulso, Nadhia apretó la mano que le había dado Fátima.

Vayamos a verle cuando anochezca, ¿va? —propuso, dándole un abrazo— ¿No sería genial mostrarle lo que estás a punto de conseguir? —dijo, refiriéndose al conjuro con runas de Fátima.

Ella también estaba ilusionada por ayudarla y comprobar el resultado. Fuese o no satisfactorio, el sólo haberse esforzado por dibujar una runa circular tan perfecta ya era un motivo por admirar.
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor Suzume Mizuno » Lun Mar 28, 2016 10:04 pm

Ahora mismo me importa más el cómo se encuentre Kit… Victoria es una buena chica, ¿verdad?

Sí, un poco rara pero… Buena chica, sí.

Nadhia le apretó la mano y luego la abrazó.

Vayamos a verle cuando anochezca, ¿va?¿No sería genial mostrarle lo que estás a punto de conseguir?

Fátima vaciló. ¿Ir a verle cuando todavía no…? Luego estuvo a punto de darse una bofetada. ¿Es que iba a huir de él hasta que tuviera un remedio? ¿Se iba a arriesgar a no…? Se obligó a tragarse sus miedos, se separó de Nadhia y sonrió.

Vale, vamos esta noche.

Lo que significaba que debía intentar darse prisa con la esencia de agua. Miró hacia el cielo, cubriéndose un poco con la mano, para comprobar la posición del sol. Puede que incluso les diera tiempo a picar algo antes de que tuviera que empezar con el hechizo final.

Le dio un beso a Nadhia en la mejilla y después se lanzó al agua. Tenía que intentar animarse. Debía hacerlo bien. Nadhia tenía razón; seguro que Ivan se alegraría porque si lograba crearla, sería gracias en parte a él.

¡Una carrera hasta la orilla!

Esperó a que Nadhia se pusiera en posición y luego salió disparada hacia el frente. Casi nunca conseguía ganar a sus hermanos, más fuertes y grandes que ella, pero esta vez no estaba dispuesta a perder.

*


Riendo, le sirvió un poco de zumo a Nadhia y terminó de secarse. Dentro de la cueva hacía algo de fresco, pero se estaba mejor que a pleno sol. Fue hasta donde solía lavar los platos y se limpió un poco por encima para quitarse la sal. Luego echó un vistazo al círculo y respiró hondo. Si todo salía como ella esperaba, pronto empezaría a chisporrotear magia. Entonces sería cuando tendrían que ponerse serias.

Tengo que pensar un nombre—comentó, sentándose delante de Nadhia con las piernas cruzadas y ofreciéndole unas galletas. Mordisqueó una—. Es necesario para que me identifique como ama, pero todos los nombres me parecen algo absurdos. Es decir, no me atrevería a decirle a nadie que la he bautizado como Marina, porque es tan… ¿Obvio? Pero, a la vez, no se me ocurre otro… ¿Tú qué dices?
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Re: [Islas del Destino] Ondina

Notapor EspeYuna » Lun Mar 28, 2016 10:06 pm

Vale, vamos esta noche.

Fátima se acercó a ella para darle un beso en la mejilla, y Nadhia recibió aquella pequeña muestra de afecto con una sonrisa. No quería que ella se sintiera culpable por el estado de Kit. Es más, no debía sentirse desdichada por no encontrar un remedio para él.

No estaba siendo negativa, sino realista. Quizás al principio pensaba igual que Fátima, ayudándola a buscar remedios en la Biblioteca de Tierra de Partida. Pero tras visitar un par de veces a su amigo, se daba cuenta de que iba empeorando día tras día.

Quizás ya fuera demasiado tarde para él. Aún así, se negaba a quitarle la esperanza a Fátima. Y tampoco dejaría que sufriera sola.

El agua que le salpicó cuando Fátima se lanzó al agua la trajo de nuevo a la realidad. Por un momento se había quedado totalmente en blanco, pues siempre había estado evitando la idea de ver el cuerpo de Kit…

Tragó saliva, sintiendo que se le habían humedecido un poco los ojos. Se lanzó tras Fátima y consiguió alcanzarla, aunque no superarla.

Nadhia agradeció que sus lágrimas hubieran desaparecido en el mar y que, tras llegar a la orilla, sólo quedaran las risas tras la victoria de Fátima en la carrera.

*


Tengo que pensar un nombre—Nadhia alcanzó con gusto las galletas que le ofrecía Fátima y saboreó una al tiempo que la escuchaba—. Es necesario para que me identifique como ama, pero todos los nombres me parecen algo absurdos. Es decir, no me atrevería a decirle a nadie que la he bautizado como Marina, porque es tan… ¿Obvio? Pero, a la vez, no se me ocurre otro… ¿Tú qué dices?

Pues... —Nadhia terminó de masticar la galleta y tras unos segundos, confesó— si quieres que te diga la verdad, yo también soy muy mala para poner nombres. Ya sabes que Tandy no fue un nombre muy original.

De hecho, tan sólo tuvo que juntar después el antiguo nombre de su pequeño guardián y el apellido Hoghes para que le quedara algo decente. Tandy sólo provenía de la manía de su compañero por finalizar sus frases con un claro parecido al intento de imitar unas campanas tintinear. Y ahora que lo pensaba, todavía no sabía cuándo ni cómo el pequeño conejo volador había terminado con aquella forma de hablar tan peculiar.

¿Existe alguna leyenda en tu mundo de origen? ¿Las sirenas, por ejemplo? —comentó de pronto, llevándose a la boca otra galleta. ¡Estaban deliciosas!— ¿De pequeña no tenías algún héroe o figura que te infundiera respeto? Lo que quiero decir es que quizás, si le otorgas un nombre de algo o alguien que realmente aprecies o admires, el ente se sienta respetado una vez lo invoques.

Nadhia esperó la opinión de Fátima, cruzando las piernas y observando la perfecta runa que se encontraba en el centro de la cueva.

Es lo único que se me ocurre. Además, creo que lo mejor es que seas tú quien decida y encuentro el nombre adecuado, ¿no? Quizás no se sintiera bien de que otra persona ajena al trato de invocador e invocación hubiera elegido su identidad.

¿Qué hubiera pasado si Nadhia le hubiera pedido opinión a Light o a Xefil para bautizar al pequeño Vaan? Quizás se hubiera enfadado. Mucho.

Aunque una pataleta de Tandy no tenía nada que ver con un ente desconocido invocado a partir de un conjuro de runas. Nadhia no sólo pensaba en los sentimientos de la invocación que estaba a punto de revelar Fátima… sino también, en su genio.

Podía ser muy peligroso faltarle al respeto desde el primer momento.
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