No salió bien, y lo pagué caro.
La barrera de Ariasu me empujó contra el pozo, y aunque intenté sujetarme con la cadena fui incapaz de hacerlo a tiempo.
Por suerte, el examen estaba hecho para que no saliésemos heridos, por lo que acabé cayendo en unos cómodos cojines.
Los demás aprendices también empezaron a aparecer, algunos otros (que también habían fallado en la prueba) cayeron del techo, mientras que los que parecían haber resultado vencedores aparecían por la puerta.
—Dejadme adivinar, habéis luchado contra unas copias de vuestros Maestros. Menos mal que no eran los de verdad —comentó Light sin malicia, pero aquello me sentó como una patada en el culo. Claro, si la de mentira ya me daba semejante paliza... ¿Cómo sería ir contra la real? Pensar aquello me deprimía, aunque al menos —. ¿Qué tal? En mi caso creo que ha ido bien, lo he destrozado, pero el muy cabrón me ha quemado el brazo.
—Menos mal que no lo eran, sí. Yo he conseguido tirar a Lyn gracias a Ondina
—Yo prefiero no hacer comentarios al respecto —murmuré de mala gana recibiendo una palmadita en el hombro por parte de Fátima. Suspiré con pesar.
Tenía mucho que aprender todavía.
Las notas acabaron apareciendo en la pizarra. Mi nota había sido baja, muy baja. No me sentía para nada satisfecho con el resultado, puesto que aquello significaba que no era un buen aprendiz, sino un enclenque.
―Eh, al final no lo hemos hecho tan mal. En cuanto me recupere un poco te la curo. Ahora mismo no tengo ni una gota de magia. Enhorabuena, Ragun
—[b]Ah, gracias. Lo mismo digo, vaya notaza —sonreí. Bueno... Si miraba las demás notas tampoco lo había hecho tan mal... ¿No? Al menos había aprobado, algo era algo.
¿Pero y los que no habían llegado al mínimo? Miré de reojo a Nadhia, sabía lo que le pasaba, al menos en parte... ¿Era aquello lo que la estaba retrasando?
—Supongo que si quiero sacar más nota tendré que esforzarme más la próxima vez —ladeé la cabeza.