En aquello no podía quitarle razón alguna.
La Maestra de Tierra de Partida analizando el lugar mientras caminaba en rededor. La seguí con la mirada durante unos instantes mientras colocaba mi mano sobre el símbolo del centro. Intentaba concentrarme para ver si mi Instinto Sincorazón decía algo, pero la presencia de Chtulhu eran tan grande que hacía que mi poder fuese más una carga que una ayuda. En aquel momento eran totalmente inútiles.
—Bien, ¿crees que tu pa… el Emperador sabrá cómo funciona todo esto? Porque aunque destrocemos este sitio, quizás no tenga nada que ver con invocar al bicho ese…
Lo que estaba claro era que si rompíamos el sello por accidente al romper aquel lugar no sería muy diferente de haberlo invocado nosotros mismos. Ni siquiera estábamos seguros del método necesario para invocar al dios, quizás había que romper sin más ese símbolo del centro, hacer una determinada acción, recitar algún hechizo... A saber.
—Sí, lo sabemos. Claro que nos habéis ahorrado el trabajo trayéndonos hasta aquí.
Aquella voz asquerosamente afable y tranquila resonó en el monstruoso silencio que inundaba la ciudad con un potente eco cuyas vibraciones se clavaban en mi piel. Tanto Fátima como yo nos pusimos pálidos como fantasmas. Justo en una de las entradas estaba Whitecat.
—¡Fátima! —exclamé mientras invocaba mi Llave Espada.
Hice el amago de lanzarme contra él, sin embargo una aguja de luz apareció justo delante de uno de mis ojos, amenazándome con utilizarlo para dejarme tuerto.
—No os resistáis. Así puede que tu amiga salga viva, hijo.
El Emperador nos apuntó con su estoque, que emitía un leve resplandor que nada tenía que ver con los enormes focos que se encendieron tras y sobre mi padre haciendo que su cuerpo se viese como una silueta oscura.
Apreté los dientes. Nos apuntaban con sus armas, si intentábamos escapar nos atraparían, si queríamos pelear nos incapacitarían...
Fátima levantó las manos en señal de rendición. Habíamos sido derrotados sin necesidad de pelear, y si ya teníamos pocas posibilidades juntos, si Fátima se había rendido... No había nada que hacer.
Tomé aire y maldije antes de levantar las manos tras desmaterializar la Llave Espada.
¿Qué coño iban a hacernos?
Spoiler: Mostrar