No le costó mucho alcanzar a Light tras un buen acelerón. Que fuese el único animal de la calle y que el gentío que huía despavorido se hubiese reducido le ayudó a no perderlo de vista y seguirlo de cerca. La parte buena es que casi todos estaban tan desesperados por escapar que apenas les preocupó que una armadura andante pasase a su lado, aunque de alguna mirada fugaz al girar la cabeza no se libró.
Nikolai las ignoró, sin dejar que le afectase más de la cuenta, y siguió corriendo hasta alcanzar el portón que llevaba a su antiguo barrio.
Apenas pudo reconocer el distrito desde la última vez que estuvo allí. El pecho se le oprimió con solo ver los restos humeantes de algunos tejados y lo poco que quedaba de la fuente. La plaza entera había quedado patas arriba, con escombros allá en donde plantaba sus ojos. Vio a unas pocas personas a unos metros, rezagados de la marabunta que huyó del distrito, y alzó a la vista hacia donde señalaban.
Enseguida tuvo en el punto de mira a los cinco culpables de aquel desastre.
De las antenas de los Sincorazón brotó una tormenta de magia elemental que azotó la ya derruida plaza. Una de las explosiones sucedió cerca de donde estaban y se cubrió con el brazo, siseando entre dientes, por la polvareda que levantó. Cuando el aire se esclareció, abrió mucho los ojos al discernir entre el caos a un pobre muchacho con la pierna atorada en los escombros.
Entonces, una esfera de llamas se materializó muy cerca, y Nikolai sintió un terrible escalofrío recorrerle la espalda.
—
¡NO!Nada más que pudo extender el brazo cuando las llamas estallaron y se tragaron al niño. La garganta se le cerró de súbito, presenciando lo único que quedó de él: un Corazón flotante, que no tardó en ser envuelto en las penumbras y creando un nuevo Sincorazón.
Estaba furioso consigo mismo por no haber llegado a tiempo, pero al mismo tiempo indignado. Buscó con la mirada en derredor, pero no halló a ningún guardia que hubiese estado por allí en todo este tiempo. Ni tampoco a ningún Villano Final.
¿Dónde puñetas estaban los supuestos guardianes de la ciudad en momentos así?
«
¡Y un cuerno que los protegéis, hipócritas!»
—
¡A matar Sincorazón se ha dicho! ¡Voy a ayudar a esos dos!Light consiguió sacarlo de su fuero interno con un grito de guerra y saltó, sin siquiera revertir la transformación. Nikolai se tragó las ganas de maldecir en voz alta e imitó a su compañero, materializando su Llave Espada y tomando como primer objetivo al Jazz Carmesí, responsable de arrebatarle la vida al chiquillo. Se propulsó con un
Doble saltó y, maniobrando en mitad del aire, dio una voltereta para hacer caer su arma potenciada con un
Aturdidor. El golpe lo mandó a tierra, pero no consiguió eliminarlo a la primera. Nada más aterrizar ya se preparó para rematarlo.
Escuchó entonces un traqueteo metálico, y algo afilado le golpeó en la espalda, chirriando contra su armadura y sacándole un graznido. El daño fue leve, pero suficiente para ponerlo en alerta y voltearse con violencia. Sintió una aguda punzada en el estómago, presenciando con una mirada atribulada que se le acercaba, amenazante.
El Sincorazón plateado, el que hace unos escasos segundos no era más que un indefenso chiquillo, alzó su brazo cuchilla y le apuntó.