No era raro que me levantase temprano, siempre había algo que hacer... Aunque fuera la primera hora de la mañana. Tenía decenas de informes que había heredado de Ivan Kit, y que leía con especial atención. No solo por su información interesante, también porque era algo por lo que mi amigo había derramado sudor y lágrimas. No iba a menospreciar su trabajo, eso lo tenía claro.
Un suave sonido hizo que apartase la vista de los documentos para observar la puerta. Un moguri me había dejado una carta a mi nombre. Nyx me observó desde mi cama (que el muy cabrón se había agenciado mientras leía, llenándomela de pelo).
Abrí el sobre con cuidado y extraje la hoja con delicadeza. No tardé en reconocer la letra del líder de nuestro líder.
Ragun,
He estado deliberando acerca de tus avances como aprendiz de la Llave Espada y he llegado a la conclusión de que estás preparado para afrontar el Examen de Maestría. Si tú también te sientes preparado, preséntate solo mañana en la sala del trono a mediodía. No traigas a Nyx.
Lamento no poder atenderte hoy si tienes dudas, puesto que otros asuntos me mantendrán fuera del castillo durante todo el día. Confío en que elijas con sensatez.
Releí la carta al menos cinco veces sin llegar a creerme lo que ponía. Por un instante pensé en que podría ser una jugarreta de Alexis o una broma pesada de Shinju. Pero dudaba mucho que fuesen a molestarse en algo así, mucho menos Shinju, que ahora era una Maestra hecha y derecha.
Sonreí de oreja a oreja feliz. Llevaba mucho tiempo entrenando duro, estudiando, trabajando... Todo para que llegase el momento en el que mis Maestros me viesen como alguien ápto para presentarme al exámen. Deseaba hacer el examen, convertirme en un maestro... Y por fin reconocían mi trabajo.
Todavía no estaba nada decidido. Podía suspender, eso estaba claro. Sin embargo tenía la suficiente autoestima y optimismo como para creer que era capaz de machacar cualquier cosa que me pusiesen delante.
¿Qué clase de prueba sería? ¿Una batalla, algo "emocional" como en el Santuario de la Reminiscencia? Mi corazón palpitaba como loco mientras imaginaba pruebas extrañas, emocionantes... Lo cierto era que el examen era todo un misterio, nadie que lo hubiese hecho contaba de que se trataba, hubiese suspendido o no.
***Las doce en punto.
Abrí la puerta de la sala del trono con decisión y un semblante firme. Al contrario que la mayoría de veces (que solo vestía unos pantalones y una bufanda) aquella vez lucía mi armadura de portador, al tratarse de un evento de tal importancia, ¡y presidido por tres Maestros!
Ryota, en el trono central charlaba con Shinju y Ariasu (que estaban sentadas en los tronos adyacentes) mediante susurros, de los que apenas era capaz nada... Aunque por el contexto seguramente estaban hablando de mí, y de mi prueba.
Me fijé en ese entonces de que yo no era el único aprendiz presente. Daichi, un aprendiz con el que casi no había tenido relación, y que al igual que yo también parecía estar allí para tomar la prueba. Hice una mueca de desagrado al verle allí, creía que el exámen era individual. ¿No debería estar solo yo?
El aprendiz estaba sentado frente a un pupitre que habían colocado a los pies de los escalones que estaban frente a los tronos. Había uno más, uno libre. Ariasu no tardó en hacerme gestos con la mano para que tomase asiento allí mismo, obedecí sin rechistar y me senté en la silla de madera. Hice un esfuerzo para hacer que mis piernas dejasen de temblar... Sin éxito.
Tras unos minutos, en los que los tres maestros conversaban algo que no llegaba a escuchar Ryota se levantó con su porte majestuoso, bajó los escalones situándose a nuestro lado y nos observó con aire solemne.
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Bienvenidos a vuestra Examen de Maestría. Ambos habéis superado innumerables retos durante vuestra etapa de aprendizaje y por ello hoy se os premia con estar aquí. Sin embargo, obtener o no el título dependerá de vuestro desempeño hoy. No hay ninguna deshonra en el suspenso, pues podréis volver a intentarlo otro día. Ahora solo queremos que os esforcéis al máximo y nos demostréis que sois dignos de nuestro respeto.»
Tendréis que superar tres pruebas para aprobar. Os supervisaremos en todas ellas, pero no busquéis en nosotros ningún tipo de guía, pues vuestro cometido ahora es demostrarnos que no necesitaréis de ella cuando mañana estéis a cargo de otros aprendices, en un puesto de responsabilidad.»
Dicho esto, que dé comienzo el Examen.Tragué saliba y miré de reojo a Ariasu, que se acercaba con unas hojas en blanco que nos entregó. Rechacé el bolígrafo y cogí una estilográfica que llevaba bien guardada dentro de un estuche... No es que lo hubiese comprado el día anterior ni nada... O puede que un poco.
Ariasu me guiñó un ojo, le devolví una sonrisa un tanto forzada. Seguramente era un examen sobre Teoría de Magia, llena de fórmulas, runas y símbolos que no llegaban a ser mi especialidad, pero que tampoco se me daban mal del todo.
―
La primera prueba consistirá en un examen escrito. Hemos preparado cuidadosamente las preguntas y esperamos de vosotros que las respondáis con buen juicio. Tendréis una hora. ¿Alguna pregunta?Daichi, el que había sido aprendiz de la Guardiana Wix levantó su mano casi al instante bajo la severa mirada de Ryota.
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¿Me habéis guardado la nota del anterior examen?<<
Oh, un repetidor>>
Era una pregunta interesante, por si yo también necesitaba repetir el examen y tal... Aunque la mirada de Ryota no necesitó de más palabras. Por un segundo creí que Daichi sería sacado a patadas de allí.
Negué con la cabeza para mostrar que no tenía ninguna duda. Bueno, cpn lo que había explicado me quedaba bastante claro todo.
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Comenzad.Cogí la hoja de papel de Ariasu con las preguntas y volvió a su asiento. Ryota también hizo lo mismo. Los tres empezaron a murmurar otra vez en voz baja sobre sus asuntos. Bueno, al menos no molestaban.
Tragué saliba y leí las preguntas antes de empezar a contestar a nada. No eran muchas, pero... No eran sencillas.
1. ¿Alguna vez has roto las normas de los Maestros? ¿Por qué y en qué circunstancias? ¿Volverías a quebrantarlas? Si no es así, ¿bajo qué condiciones sí lo harías?Sí, una vez.
Durante mi estadía en Tierra de Partida, se nos había invitado a un aprendiz y a mí a participar en la Copa Phil, en el Coliseo del Olimpo. Durante nuestra estancia en el mundo tras varios combates descubrimos un complot que tenía que ver con la Armadura de Gárland. En un combate ocurrió un incidente y una de las Maestras de Tierra de Partida nos acusó de haber quebrantado las reglas de las peleas del Coliseo del Olimpo, por lo que nos ordenó abandonar la copa. Sin embargo, nos negamos para poder seguir investigando. Gracias a eso salvamos Tebas entre los dos.
Sí, las quebrantaría otra vez, pero solo si afectan de manera grave al bienestar de los mundos o lo considero de extrema importancia. De lo contrario, jamás rompería las normas.
2. ¿Alguna vez has sentido orgullo por una victoria? ¿Aportaste algo a Bastión Hueco con ella o solo a ti mismo? ¿Te pareció bien merecida? Sí, recientemente.
Derroté a Kefka, a Barbaricia y a Scarmiogle durante una misión en El Mundo Inexistente. Me sentí orgulloso porque creía que lo hice por un bien mayor. Gracias a esa victoria encontré unos documentos que entregué al llegar a Bastión Hueco y así desvelar las atrocidades que los Villanos Finales estaban haciendo en sus laboratorios secretos.
3. ¿Alguna vez has matado a alguien? ¿Crees que fue algo justificado? ¿Cómo afrontarías la situación ahora? Sí.
Sí, aquella persona era inocente. Sin embargo, estaba siendo poseído por un ente muy superior y no había una forma posible de purificar su corazón a tiempo. Fue un terrible acontecimiento, pero necesario. Se salvaron miles de vidas aquel día.
Trataría de ser más rápido actuando. Mi inexperiencia en aquel momento fue lo que provocó que la muerte de aquella persona fuese la única salida posible para evitar males mayores. Actualmente intentaría incapacitarlo, ya fuese anulando su magia o eliminando la fuente que provocaba su posesión, en ese caso: La armadura de Gárland.
4. ¿Alguna vez has atacado a un aliado? ¿Cómo acabó el asunto? ¿Existía en esa situación otras vías de resolver el conflicto? No, pero ataqué a gente que aprecio. En aquel momento, mis instintos sincorazón eran muy fuertes y era incapaz de controlarlos, al contrario que ahora.
Me acabé dando cuenta de que podía controlarlo, mantener bajo control mi propia naturaleza fortaleciendo el corazón que poseo en mi interior, y que logré desarrollar con mis experiencias personales a lo largo de éstos últimos tres años.
Por desgracia, no. Pero sé que no se repetirá algo así.
Acabé mis preguntas más rápido de lo que creía, por lo que empecé a repasarlas.
5. Piensa en algún momento en el que Ragun tuvo que vérselas (no necesariamente en combate) contra alguien muy superior, ¿cómo actuó y por qué? Fue en el Inframundo. Todos los que estaban presentes estaban derrotados y muy débiles tras la resurreción de Gárland, por lo que Ragun quedó atrás para darles tiempo suficiente para escapar... Aunque al final solo les dio unos pocos segundos. Lo hizo porque Ragun es un poco creído de más (si fuese una persona real le daría un puñetazo), siempre cree que tiene que soportar todo sobre sus hombros, ya sea los problemas o las heridas, incluso si eso significa sacrificarse a sí mismo. También, Ragun creía que podía ganar puesto que pensaba que aquel Gárland no era más fuerte que la Armadura a la que ya había derrotado tiempo atrás... Fue un error, obviamente. Por culpa de aquello perdió su brazo.
6. Piensa en algún momento en el que hayan acusado a Ragun de crímenes que no ha cometido (o sí…), ¿cómo actuó y por qué? Cuando Ragun mató a aquel gladiador poseído por la Armadura de Gárland en la Copa Phil (para salvar Tebas) se ganó una MUY mala reputación en Tierra de Partida, al menos entre los aprendices. Kazuki le miraba con más miedo que otra cosa, puesto que parecía que veía en él un posible futuro portador que perdiese el juicio por culpa de la oscuridad. Ragun empezó a plantearse tras aquello abandonar Tierra de Partida y vivir sus propias aventuras en solitario, sin embargo conoció a Nadhia... Y después a Ariasu, que le ofreció ir con ella a Bastión Hueco (aunque en aquel momento Ragun la rechazó. Fue antes del EG Ocaso de una Estrella).
Como apenas era querido en Tierra de Partida, excepto por Fyk, Xefil, Nadhia e Ivan, y Ragun no se sentía a gusto allí de por sí (¿tal vez por culpa de las Cadenas o que quizás el Guía podría vigilarlo muy de cerca desde el "otro lado" al ser un sincorazón?), la oportunidad que le dieron en Bastión Hueco fue para Ragun como una luz en mitad de la oscuridad, por lo que se lanzó sin dudarlo. Básicamente, una cosa llevó a la otra... Y eso explicaría el por qué Ragun decide irse de TDP y pasarse a BH.
7. Piensa en algún momento en el que Ragun contemplara cómo era atacado o herido un ser querido/cercano, ¿cómo actuó y por qué? Ragun es un personaje que con el paso de éstos años de rol lo fui enfocando a ser un tanque. Eso lo llevé a su personalidad para convertirlo en un aprendiz sobreprotector y de alguna forma justificar su elevada Resistencia.
En el momento en el que Ragun vio como atacaban a uno de sus compañeros de bando reaccionó de una manera violenta contra el atacante con tal de defender a su compañero. Se comió unas cuantas tortas por él, pero al final logró su objetivo. Lo hace porque al ser uno de los aprendices con más experiencia de Bastión Hueco se siente responsable de lo que pueda ocurrirles, por lo tanto intenta defender a toda costa a los demás.
8. Piensa en algún momento en el que Ragun confesó algo cuyo conocimiento le perjudicaba, ¿cómo actuó y por qué? Ragun confesó a sus Maestros que era un sincorazón, aquello le perjudicaba en cierto modo ya que... ¿Un portador sincorazón? ¿Dónde se ha visto eso? Quiero decir, sería muy irónico. Lo lógico habría sido eliminar a Ragun por ser una amenaza potencial (al menos en TDP), sin embargo a Ragun le pareció lógico confesar eso a Ryota y los demás Maestros, no hacerlo le parecía un acto de traición.
Tras escribir todo y repasar lo que había escrito (y corregir alguna falta de ortografía), dejé la estilográfica en el estuche y alcé mi mano.
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Maestro Ryota, Maestra Ariasu, Maestra Shinju... He terminado ―anuncié.
Casi al momento me arrepentí. ¿Y si había cometido algún error?