Examen [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

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Examen [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Nell » Mié Jun 15, 2016 12:30 am

Un buen día, de descanso para todo el mundo, Ragun fue convocado a la sala del trono para reunirse inmediatamente con Ryota. Le encontró sentado, junto con Shinju y Nanashi, esperándole. En silencio, le señalaron que se acercara y Nanashi dictaminó:

Hemos decidido concederte un nuevo intento para presentarte al Examen de Maestría, en el que puedas aplicar los últimos progresos que hayas hecho. Ni hace falta decir que esperamos mucho de ti. En esta ocasión no te hemos dado un aviso previo para añadirle a tu prueba un matiz de imprevisibilidad. Además, y como imaginarás, no será igual a las que afrontaste en tu candidatura anterior.

»Aun así debemos preguntarte, ¿quieres aceptar la prueba?

Le dejaban escoger, a pesar de que hubiese sido todo tan repentino. Si Ragun quisiera saber cuándo podría presentarse de nuevo en caso de rechazar la prueba, Nanashi respondería vagamente que no lo habían determinado. Por lo tanto, era una buena oportunidad para volverlo a intentar. Y encima no había ni rastro de Daichi.

En cuanto diera la respuesta afirmativa, Nanashi asentiría secamente con la cabeza. Y a continuación, Ryota se pondría en pie y se acercaría a él.

Bienvenido a tu Examen de Maestría. No pienses en fracasos anteriores, ni intentes aparentar lo que no eres. Te conocemos, te hemos adiestrado y te evaluaremos imparcialmente para saber si eres digno del título. No dudes en que no nos temblará la mano en volvernos a encontrar aquí otro día si fallas ―le advirtió―. Ya sabes lo que eso quiere decir. Demuéstranos que nos equivocamos.

Le hizo una seña a Shinju, que se levantó con desgana del trono y se fue por la puerta lateral.

En esta ocasión, hemos ideado una prueba especial para ti. Creemos que tienes cualidades para ser un buen Maestro, pero también que posees algunas carencias que necesitarás mejorar en el futuro. Este Examen servirá para que seas consciente de ellas y analices la forma en la que te adaptas a los retos.

»Tu objetivo es simple: debes llevar sana y salva a una inocente a su mundo de origen, el País de las Maravillas. Ha estado aquí por motivos personales, que quizá te cuente por el camino, y guardará el secreto de la Orden. Tu única preocupación será la de escoltarla hasta su casa y evitar que sufra ningún daño. Seguramente ya te hayas encontrado en otras situaciones en las que debieras proteger a alguien; no obstante, te aseguro que ella no es como tus anteriores protegidos.

En ese momento se abrió la puerta lateral, de nuevo, y apareció Shinju sosteniendo a la inocente de la que se encargaría Ragun a partir de entonces:

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Era una flor grandecita, de un metro de altura, en una maceta que llevaba la Maestra en las manos. Le tapaba la vista al tenerla delante, como se la taparía a Ragun si la transportaba tal cual. La criatura no tenía ni rasgos faciales definidos, aunque daba la impresión de respirar, y usaba sus hojas como extensiones móviles. En cuanto entró abrió sus pétalos, se estiró y dijo:

¿HEMOS LLEGADO YA?

Aún no te has ido, ¡pero estoy deseando perderte de vista! ―gruñó, con una muesca de desagrado, ya que la flor chillaba cada vez que hablaba.

Llevarla a su destino no te garantizará el aprobado, ya que evaluaremos todos los pasos que des en ese camino ―continuó Ryota, inmutable, mientras Shinju se acercaba a ellos―. Sin embargo, que resulte gravemente herida sí afectará a tu calificación final. Y como ya te he dicho, deberás superar varias pruebas para lograr un objetivo aparentemente fácil. No te confíes.

Shinju le pasó la maceta a Ragun, además de una bolsa de plástico que contenía una pala y una regadera para cuando llegara el momento de trasplantar la flor al suelo. Después, la Maestra se dio la vuelta y volvió al trono, aunque seguía con aquella actitud suya desagradable.

¿Tienes alguna pregunta? No podemos adelantarte nada sobre los retos que encontrarás. Sé que lo harás bien.

Contestarían las dudas de Ragun que pudieran y le dejarían marchar. Al cerrarse tras de sí las puertas a la sala del trono, el muchacho se encontró con que acababa de empezar un Examen de Maestría y llevaba una delicada flor a la que debía proteger a toda costa.

Por cierto, debido a que había tenido que acudir con la mayor urgencia a la sala del trono, no había podido pasar por su habitación a recoger el equipamiento para misiones. Consigo solo llevaba su Llave Espada (la que llevara equipada) y un anillo bravura que no necesitaba quitarse. De objetos, ¡nada más! ¡Ni las llaves de la nave, ni su teléfono, ni alguna otra arma secundaria! Podía ir primero a su habitación a por todo el material… o partir de inmediato.

JURARÍA QUE ANTES ERAS UNA CHICA.



¡Bienvenido a tu re-Examen de Graduación de Maestría!

Ni hace falta decir que el Examen ha cambiado. En vez de tres pruebas, esta será una única en la que el objetivo final será llevar la flor a su lugar de origen. Conseguirlo no te dará el aprobado, pero fallar será un suspenso inmediato. Ahora, sobre la flor, debes saber que es muy delicada. Considérala muerta si recibe cuatro golpes, aunque te adelanto que no recibirá nunca más de un golpe por turno. Al cuarto habrás suspendido.

Puedes aprovechar este turno para preguntarle todo lo que quieras a Ryota, aunque no te contestará casi nada sobre la flor, los retos o el transporte. Cómo llevarla y qué rumbo tomar será importante y tendrá consecuencias.

No tienes permitido el uso de mascota. Y como ya te he puesto en este primer turno, ahora mismo no tienes más que tu Llave y tu accesorio. Si quieres todo lo demás tendrás que ir a tu habitación a cogerlo en este turno (incluida las llaves de la nave gumi).
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Sombra » Mié Jun 15, 2016 1:07 pm

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Aquel era uno de esos días tranquilos donde no había entrenamientos, ni misiones… Ni nada. En las últimas semanas algo así era para mí tan apreciado como el oro. Enfrentarse a un No Muerto, un Kraken-Tiburón, los Cat´s, hordas de sincorazón, evitar la resurrección de un malvado dios antiguo…

Sí, sin duda merecía un descanso, o al menos eso pensaba.

En el momento en el que un moguri llegó hasta la terraza del castillo mi idea de día de descanso se desmoronó. Sin necesidad de palabras, ya me imaginaba lo que pasaba: Una misión a algún lejano mundo, lleno de bichos feos y que querrían matarme. Lo típico.

Como era un asunto urgente, no pude volver a mi habitación, sino que fui corriendo hacia la sala del trono. Abrí las puertas jadeando y me recompuse lo más rápido posible para evitar causar una mala impresión al Maestro que iba a estar allí… En la sala del trono esperaban sentados el Maestro Ryota, la Maestra Nanashi y la Maestra Shinju. Contuve el aliento algo intimidado. ¿Tres Maestros? Debía ser un asunto muy grave, esperaba que mis compañeros de misión llegasen pronto para solucionar el asunto lo antes posible.

En ese momento, pidieron que me aproximara a los tronos que había al fondo de la estancia, donde estaban ellos. Obedecí sin rechistar caminando firme hacia ellos y con el ceño fruncido para evitar demostrar que estaba un tanto nervioso. Era incapaz de mirarles directamente a la cara después de… De aquel desastroso examen.

Dejé de caminar al llegar a escasos cinco metros de los tronos, justo a los pies de las escaleras. Nanashi tomó la palabra del grupo de Maestros:

Hemos decidido concederte un nuevo intento para presentarte al Examen de Maestría, en el que puedas aplicar los últimos progresos que hayas hecho. Ni hace falta decir que esperamos mucho de ti. En esta ocasión no te hemos dado un aviso previo para añadirle a tu prueba un matiz de imprevisibilidad. Además, y como imaginarás, no será igual a las que afrontaste en tu candidatura anterior.

»Aun así debemos preguntarte, ¿quieres aceptar la prueba?

Alcé la mirada y los clavé por primera vez en mucho tiempo en los ojos de la Maestra Nanashi, ni que decir que por un instante estuve a punto de llorar emocionado. Creía que nunca más llegaría ese día, y ahora que llegaba… No estaba tan seguro.

Conocía mis errores, había errado en demasiadas cosas, era demasiado orgulloso y aquello me cegaba tanto que no podía ver mis propios fallos, durante todo aquel tiempo había sido un iluso. Sin embargo, aquel día en R´lyeh había comprendido aquello, gracias a Fátima en parte.

Todo el daño que mis decisiones habían provocado… Tenía que repararlo todo, debía compensarlo. Ya no quería ser Maestro por hinchar mi ego, por demostrar la superioridad de mis habilidades y lograr más poder. Había cambiado, o al menos eso quería creer.

Yo… ―dudé.

¿Estaba realmente preparado para aquello? ¿Había madurado lo suficiente? ¿Merecía si quiera hacer la prueba? ¿Qué me impulsaba a desear ser un Maestro?

<<Quiero protegerlos a todos>>

Acepto ―respondí finalmente tras un largo silencio.

La Maestra Nanashi asintió conforme y tras unos instantes, el Maestro Ryota se levantó de su asiento y se acercó a mi posición. Mi cuerpo se puso en tensión. El porte de aquel hombre, tan honorable, digno, elegante y poderoso simplemente era de lo más imponente, incluso si no estaba siendo amenazador.

Era inevitable no sentir admiración y un profundo respeto por alguien así.

Bienvenido a tu Examen de Maestría. No pienses en fracasos anteriores, ni intentes aparentar lo que no eres. Te conocemos, te hemos adiestrado y te evaluaremos imparcialmente para saber si eres digno del título. No dudes en que no nos temblará la mano en volvernos a encontrar aquí otro día si fallas ―aseguró. Tragué saliba al imaginar aquel posible fracaso. No dudaba en que aquella advertencia era tan cierta como la vida misma―. Ya sabes lo que eso quiere decir. Demuéstranos que nos equivocamos.

Asentí en silencio tratando de sonreír lo que buenamente pude.

Cuando Shinju salió de la habitación fui presa de los nervios, y aunque trataba de disimularlo mis piernas no dejaban de temblar.

En esta ocasión, hemos ideado una prueba especial para ti. Creemos que tienes cualidades para ser un buen Maestro, pero también que posees algunas carencias que necesitarás mejorar en el futuro. Este Examen servirá para que seas consciente de ellas y analices la forma en la que te adaptas a los retos.

»Tu objetivo es simple: debes llevar sana y salva a una inocente a su mundo de origen, el País de las Maravillas. Ha estado aquí por motivos personales, que quizá te cuente por el camino, y guardará el secreto de la Orden. Tu única preocupación será la de escoltarla hasta su casa y evitar que sufra ningún daño. Seguramente ya te hayas encontrado en otras situaciones en las que debieras proteger a alguien; no obstante, te aseguro que ella no es como tus anteriores protegidos.

Entendido ―respondí con voz temblorosa.

Mi examen podía poner en peligro a una persona inocente, genial. Solo esperaba que esa “dulce inocente” no fuese una señora que quisiese decapìtarme por el camino. La puerta por la que Shinju se había marchado se abrió una vez más. La más novata de las Maestras apareció nuevamente sosteniendo una maceta con una flor con un tamaño considerable. La planta abrió sus pétalos y se estiró.

¿HEMOS LLEGADO YA? ―preguntó la flor a gritos.

No me sorprendió ver a una flor parlante, ya había conocido a unas cuantas en el País de las Maravillas que me habían querido gorronear alguna que otra poción.

Aún no te has ido, ¡pero estoy deseando perderte de vista! ―contestó la Maestra Shinju de mala gana… Y con razón. Aquella flor parecía que gritaba cada vez que hablaba.

¿Qué asuntos tenía en Bastión Hueco? ¿Qué tenía de especial?

Llevarla a su destino no te garantizará el aprobado, ya que evaluaremos todos los pasos que des en ese camino ―continuó hablando el líder del bastión con su habitual calma. Shinju se acercó a nosotros―. Sin embargo, que resulte gravemente herida sí afectará a tu calificación final. Y como ya te he dicho, deberás superar varias pruebas para lograr un objetivo aparentemente fácil. No te confíes.

Repetí mentalmente aquel “No te confíes” grabándomelo a fuego cual mantra.

Cogí la bolsa de plástico con la pala y la regadera y la guardé antes de coger la maceta que la Maestra había estado sosteniendo. Sin mediar palabra, Shinju volvió a su trono.

¿Tienes alguna pregunta? No podemos adelantarte nada sobre los retos que encontrarás. Sé que lo harás bien.

Gracias ―dije con sinceridad―. Me gustaría saber si hay algún límite de tiempo o algo semejante ―pedí con suavidad.

Una vez respondiese, me despediría con una leve reverencia que hice con un movimiento de cabeza, no podía hacer mucho más teniendo en cuenta que llevaba mi aprobado (o suspenso) en las manos.

Salí de la sala del trono. En un principio me pasaría por mi habitación para recoger mis cosas, teniendo en cuenta que debía llevar la planta y que no disponía del poder de los Portales de Oscuridad la forma de transporte más segura que disponía era mi Nave Gumi. Necesitaría las llaves, además de que también llevaría mi Escudo Sincorazón y mis Cadenas de Memorias y algún que otro objeto curativo que tal vez necesitase, tenía que ser precavido. Por si todo se torcía, también me llevaría el teléfono móvil.

JURARÍA QUE ANTES ERAS UNA CHICA. ―chilló la flor haciendo que me doliesen los oídos por un momento.

<<Ya entiendo por qué Shinju quería librarse de ti>>

No, no. Esa era la Maestra Shinju ―intenté explicarle amablemente―. Mi nombre es Ragun, soy el encargado de llevarte a casa salva y sana. ¿Cómo te llamas?

Una vez en mi habitación, coloqué la maceta con cuidado en el suelo, cerca de mi cama y busqué mi equipo para poder hacer el examen con la mayor eficacia que me fuera posible. No quería dejar cabos sueltos y lanzarme sin más, tenía que desconfiar, tenía que pensar que todo podía irse al garete en un instante si no tomaba las medidas necesarias desde un primer momento, además, no parecía muy buena idea llevar en mi Glider la pobre planta.

Cogidas ya las cosas (sin olvidarme la planta, por supuesto), me dirigiría hacia la terraza y activaría el teletransporte de la nave para viajar a su interior y poner rumbo al País de las Maravillas. Algo me decía que las cosas no iban a ser tan sencillas como creía. El Maestro Ryota había mencionado que me esperaban retos, por lo que suponía que su advertencia, aquel “No te confíes” era una pista que tendría que tener muy presente en todo momento.

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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Nell » Jue Jun 23, 2016 1:52 am

Ryota le respondió escuetamente que no había límite de tiempo, pero que «todo contaba». En otras palabras, que no se fuera a echar la siesta por ahí como ciertos candidatos.

Al salir se encaminó hacia su habitación para recoger sus cosas y preparar el viaje.

No, no. Esa era la Maestra Shinju. Mi nombre es Ragun, soy el encargado de llevarte a casa salva y sana. ¿Cómo te llamas?

¿CÓMO DICES? ¿UKE? ¿TE PUSIERON ESE NOMBRE TUS PADRES? ―Definitivamente tenía la voz más chillona que había escuchado Ragun jamás―. ¿EL MÍO? PUES…. FLOR, CLARO. ¿CÓMO CREÍAS QUE ME LLAMABA? A MÍ NO ME GUSTAN LOS NOMBRES RAROS.

Por suerte no tenía demasiadas ganas de conversar y se mantuvo callada, mientras el aprendiz se organizaba en su habitación. Ragun ya estaba atento a cualquier peligro que pudiera suponer para la pobre planta. Pero quizá no había pensado que, con el Examen empezado, cualquier lugar era sospechoso de albergar problemas. Incluido Bastión Hueco.

Salió de su habitación y, al otro lado de la puerta, le esperaba la Maestra Yami. Estaba balanceándose con los talones, tarareando una de sus canciones, cuando le vio y se le iluminó la cara. Se acercó a él con una caja entre las manos que tenía una manivela, la cual empezó a girar con alegría. Y, ¡PUM! La susodicha caja se abrió y golpeó a Flor, situada entre Yami y Ragun.

¡AAAAAAAGH!

Ragun no tuvo demasiado tiempo para actuar a continuación. Yami tiró la caja sorpresa, se dio la vuelta y se fue corriendo (arremangando el vestido), como la niña que gasta una broma y no quiere que la pillen. En la huida gritaba:

¡Yami se va a las Islas del Destino, Yami se va!

Se perdió enseguida en una esquina. No importaba que Ragun la persiguiera, ya que había muchos lugares para esconderse en Bastión Hueco.

¿QUÉ ACABA DE PASAR? ¿ADÓNDE ESTABAS MIRANDO, TONTUKE? SE ME HA CAÍDO UNA HOJA DEL DISGUSTO.

Y era verdad. Una solitaria hoja de su tallo se había desprendido del mismo, aunque no parecía grave.

Poco más podía hacer allí Ragun. Continuó con su plan de ir a la terraza y partir con la nave hacia el País de las Maravillas. Flor empezó a roncar sonoramente, aunque como no tenía ojos era complicado saber si de verdad estaba dormida o solo fingía. Tuvo un apacible vuelo, hasta que su móvil vibró en señal de que estaba recibiendo una llamada. Comprobó que procedía de un número desconocido, aunque al descolgar le habló una voz familiar:

¿Hola? ¿Es este el número correcto? ―preguntó una dulce voz con vergüenza—. ¿Ragun, verdad? Hemos venido a abordarte.

Al mirar por la ventanilla, Ragun vería que otra nave gumi se aproximaba a la suya. Quizá, si la había visto antes por Tierra de Partida, la reconociera como la de Simon.

No queremos hacerte daño, pero llevas algo muy preciado contigo. Si nos lo entregas pacíficamente o algo de igual valor, te dejaremos marchar. En caso contrario vamos a ―Hubo una breve pausa en la que se escuchó un murmullo de fondo— ¿destruirte la nave? ¿Eso es un poco drástico, no? Bueno, está bien, vamos a destruirte la nave. Te damos... dos minutos, sí, para que decidas. Si cuelgas daremos por hecho que no aceptas nuestra generosa oferta.

»¿Y bien?

La voz le explicó en pocas palabras que si el aprendiz aceptaba colocarían la nave paralela a la de Ragun para conectar las puertas y hacer el intercambio de una forma rápida y segura. Pero esperarían a alcanzar el acuerdo antes de hacerlo.

Le quedaban solo algunos minutos para llegar al País de las Maravillas, de hecho casi podía ver el minúsculo mundo en su ventana. Era una pena que hubiese tenido que verse en aquella situación a tan poca distancia. Por otro lado, al menos había dado a entender que estaban dispuestos a negociar y a escuchar alguna otra proposición de Ragun. El aprendiz solo tenía que pensar cuidadosamente qué quería hacer a continuación.

Ah, y Flor seguía roncando.


¡Ahora viene la explicación real del Examen!

En cada turno te encontrarás con un Maestro que te propondrá una prueba. Tendrás dos opciones: aceptarla o rechazarla. En la primera opción, al aceptarla y superarla, el Maestro te dejará pasar indemne. Por el contrario, si fracasas, Flor se llevará un golpe. En este caso tendrás la posibilidad de evitarlo si previamente has preparado algo por si se da la situación, y eso ya dependerá de dónde venga el golpe y cuáles sean tus medidas. En el ejemplo de Yami, como has comprobado, no sabías por dónde iba a venir el golpe.

Tu otra opción es rechazar el reto, en cuyo caso el Maestro en cuestión tendrá derecho a atacarte. Esto no desencadenará una lucha, sino que el susodicho ejecutará un ataque que puede acertarle a Flor o no. Si no acierta no tendrá más oportunidades y te dejará pasar. En el mismo turno en el que rechazas su reto debes idear una forma de esquivarle o de huir.

El reto no siempre está pensado para superarse. Conoces a los Maestros, a tus nuevos enemigos, y debes adecuarte a cada uno de ellos. De algunos sabrás más y de otros menos, como en cualquier batalla real, y lo que te están proponiendo es una situación que se puede dar en una misión. Habrá veces que puedas hacerlo y otras que no. Lo que importa es cómo te desenvuelvas y valores cada situación, sabiendo en todo momento que tienes a alguien a tu cargo.

Así que, en resumen, en mi post aparecerá un Maestro, tú contestarás con tu plan (incluyendo si quieres alguna forma de resguardar a Flor para que no resulte herida) y en mi siguiente post verás la resolución y al siguiente Maestro. No habrá descansos entre medias ni situaciones que requieran de más turnos (a menos de que lo indique, pero no tengo ninguno así planeado como tal).

(Ni hace falta decir que los retos se irán haciendo cada vez más complicados, pero incluirán más posibilidades de superarse o evadirse).

No he contabilizado el golpe (sigue con la misma VIT que en el primer turno, digamos), puesto que era una escena diseñada para concienciarte a ti y a Ragun de las palabras de Ryota: No te confíes. A efectos on-rol, SÍ ha sido un golpe, aunque no repercutirá en la nota final. Lo tenía previamente diseñado, por lo tanto era posible evitarlo, pero como has visto, difícil. Por eso no te preocupes, no se cuenta como fallo off-rol.

Por último, recuerda que todo lo que te estoy comentando es off-rol. Ragun no lo sabe, puede sospecharlo o puede pensar en cualquier otra cosa. Por supuesto, aprovecha la información para decidir un modo u otro de avanzar, solo ten en cuenta la perspectiva de tu personaje, que es la más importante.


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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Sombra » Sab Jun 25, 2016 4:54 pm

Todo contaba en el examen, y aunque no había límite de tiempo propiamente dicho lo que tardase en cumplir la misión seguramente hiciese que mi nota bajase o subiese. Debía tener aquello muy presente.

La flor en aquel momento me confundió con Shinju. Intenté explicarme amablemente, aunque al parecer la pobre estaba un poco sorda.

¿CÓMO DICES? ¿UKE? ¿TE PUSIERON ESE NOMBRE TUS PADRES?

Esto... ―levanté una ceja. Si hubiese acertado al menos en el nombre le había explicado sin problema alguno aquello, pero teniendo en cuenta que "Uke" no se parecía en nada a Ragun...

La molesta voz de la planta me daba dolor de cabeza, pero aún así intenté ser amable preguntando su nombre.

¿EL MÍO? PUES…. FLOR, CLARO. ¿CÓMO CREÍAS QUE ME LLAMABA? A MÍ NO ME GUSTAN LOS NOMBRES RAROS.

<<Podrías haberte llamado Margarita, Clavel, Rosa...>>

Aunque a saber que tipo de flor era Flor.

En cuanto llegamos a la habitación me puse a coger las cosas. Flor se mantuvo callada mientras tanto. Una vez pude coger todo mi equipo recogí a mi protegida del suelo y abrí la puerta para salir. Al otro lado, la Maestra Yami esperaba mientras tarareaba una de sus extrañas canciones mientras se balanceaba sobre sus pies. Entre sus manos llevaba una caja similar a las que había en el Paraiso de los Bromistas.

¿Yami? ¿Qué...?

No pude terminar la frase. La mujer se acercó a mí con la caja mientras le daba cuerda a una manivela con una amplia sonrisa. Sin previo aviso, la caja se abrió golpeando a Flor de lleno. La pobrecilla gritó con fuerza.

Cuando quise pillar a Yami para pedirle explicaciones, la mujer salió corriendo dejando abandonada la caja mientras se arremangaba el vestido para no pisarlo.

¡Yami se va a las Islas del Destino, Yami se va!

No me molesté en seguirla, sabía que de hacerlo perdería el tiempo. El castillo era demasiado grande, y había muchos rincones y pasillos donde esconderse. Apreté los dientes y bufé.

¿QUÉ ACABA DE PASAR? ¿ADÓNDE ESTABAS MIRANDO, TONTUKE? SE ME HA CAÍDO UNA HOJA DEL DISGUSTO.

Miré cuidadosamente la planta comprobando que en efecto, una pequeña hoja se había caído. A simple vista no parecía para tanto, pero claro. ¿Para una flor perder una hoja era como perder un brazo? No podía saberlo.

Lo siento, estaré más atento ―prometí con tono conciliador mientras hacía una nota mental en mi cabeza. No iba a dejar que nadie más se acercase a menos de cinco metros de Flor.

No podía dejar que la hiriesen, ni defraudar a Ryota. Tenía que cumplir la promesa de Ivan. Debía aprobar el examen

Salí a la terraza del bastión y activé el teletransporte de la nave para subir a ella. "Senté" a flor en una de las sillas y le coloqué un cinturón de seguridad por si las moscas... No sin antes pegarla bien con un poco de cinta americana.

<<De aquí no te mueves ni de coña>>

Aunque a lo mejor había exagerado un poco. Lo cierto era que el viaje resultó sencillo, e incluso la planta había estado callada durante todo el viaje... Tan solo roncaba con una fuerza que podía comparar a los rugidos de Cerbero. Casi nada.

Cuando quedaba poco para llegar al País de las Maravillas, mi teléfono móvil empezó a sonar. Cogí el teléfono con algo de desconfianza al no poder reconocer el número.

¿Diga?

¿Hola? ¿Es este el número correcto?

<<¿Y yo cómo voy a saberlo?>>

Sin embargo, la voz me resultaba familiar. ¿No se trataba de la Maestra Rebecca?

¿Ragun, verdad? Hemos venido a abordarte.

¿Qué? ¿Desde cuando los de Tierra de Partida sois piratas espaciales? —dudé con el ceño fruncido.

En ese momento, pude ver por la ventanilla como otra nave gumi se acercaba. Ya había montado en aquella nave en el pasado, era la de Simon, estaba seguro.

No queremos hacerte daño, pero llevas algo muy preciado contigo. Si nos lo entregas pacíficamente o algo de igual valor, te dejaremos marchar. En caso contrario vamos a ―Por un instante creí que se había cortado la llamada, sin embargo pude escuchar a alguien hablando de fondo con Rebecca, debía tratarse de Simon— ¿destruirte la nave? ¿Eso es un poco drástico, no? Bueno, está bien, vamos a destruirte la nave. Te damos... dos minutos, sí, para que decidas. Si cuelgas daremos por hecho que no aceptas nuestra generosa oferta.

»¿Y bien?

Dos minutos, era todo el tiempo que tenía para trazar un plan, escapar o aceptar sus condiciones. Me mordí el labio mientras clavaba mis ojos en Flor. Lo primero era saber que era eso tan valioso que decían que llevaba y que dijeran que era eso de "igual valor".

Muy bien, pero primero quiero saber que es lo que queréis de mi nave, y en caso de negarme que sería de igual valor para vosotros —contesté.

No podía arriesgarme a colgar ni a enfrentarme a ellos. No quería recibir un disparo en un mal lugar y que todo saliese por los aires, incluyendo a Flor.

Si querían a mi protegida, lo que tenía claro era que no iba a aceptar. Por tanto, me interesaba saber cual era la alternativa que no llevase a un combate. Por supuesto, en ese tiempo intentaría esconder a Flor en algún lugar, por si se daba el caso de que las negociaciones saliesen mal no pudiesen dañarla sin pasar por encima de mí. Si era necesario, activaría Señuelo para intentar que no pudiesen atacarla o dañarla de ninguna forma.

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▪ Señuelo [Nivel 5] (HC) Todos los enemigos cercanos centran su atención en aquel que utilice la habilidad, dirigiendo hacia él sus ataques.
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Nell » Mar Jun 28, 2016 12:44 am

A juzgar por el breve silencio al otro lado de la línea, la mujer no esperaba aquella respuesta. Al final se la volvió a escuchar, más nerviosa y con un tartamudeo mayor que antes:

¿Cómo que qué…? ¡P-Pues lo que llevas! Ya sabes… ―Hubo un golpe al otro lado, como si hubiese tapado el auricular un momento, y luego volvió a hablar—. Lo que debes proteger. Eso es lo que queremos. A menos de que tengas otra cosa de igual valor, algo que nos pueda interesar… ¿El qué? Nunca vas a saberlo con seguridad… ―Se escuchó una voz enfadada de fondo—. Ofrécenos algo y nosotros lo consideraremos. Será tu única oportunidad para negociar.

»Te queda un minuto.

En cuanto a dónde esconder a Flor por si la cosa salía mal… ¡La nave misma era de Ragun! Él era quien tendría que pensarlo.


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1. Pues… segundo post del turno, pero solo para aclarar, eh. No habrá otro más.
2. No me vuelvas a hacer lo de «intentar hacer [esconderla]» sin decir dónde, porque no voy a ayudarte.
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Sombra » Mar Jul 12, 2016 4:35 pm

Escondí a Flor en mi habitación, dentro de un armario (y detrás de un montón de chaquetas). Mi habitación estaba lo suficientemente lejos como para que no se la escuchase, además cerré la puerta para que incluso si empezase a gritar como una loca no se la escuchase. Tras aquello, volví al camarote y contesté al teléfono. Quería saber exactamente lo que querían, aunque creía que era más que evidente.

¿Cómo que qué…? ¡P-Pues lo que llevas! Ya sabes… ―Pude escuchar un golpe en el micrófono, como si hubiesen tapado un momento el teléfono para cuchichear algo—. Lo que debes proteger. Eso es lo que queremos. A menos de que tengas otra cosa de igual valor, algo que nos pueda interesar… ¿El qué? Nunca vas a saberlo con seguridad… ―Simón pareció decir algo con tono enfadado—. Ofrécenos algo y nosotros lo consideraremos. Será tu única oportunidad para negociar.

»Te queda un minuto.

<<No han dicho en ningún momento lo que estoy protegiendo>>

Aquel detalle era importante. Rebecca no mencionó "la flor" o algo así cuando pregunté, más bien había evadido responder de una forma patética, simplemente quería "lo que protegía".

Rebusqué por la nave alguna otra planta que pudiese tener por ahí, y de hecho sí. Tenía una maceta con una rosa blanca creciendo fuerte. No sabía mucho de plantas, pero la había estado cuidado por hacer algo en las idas y venidas en la nave.

Os daré "lo que protejo", pero no le hagáis daño, por favor —supliqué.

Preparé la maceta con la rosa y dejé que acoplasen su nave a la mía. Trataría de engañarlos entregándoles la rosa mientras que Flor estaba oculta al otro lado de la nave.
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Nell » Vie Jul 22, 2016 12:01 am

La respuesta de Ragun se hizo esperar, aunque llegó a tiempo de que finalizara el plazo que le había dado:

Os daré "lo que protejo", pero no le hagáis daño, por favor

¿E-En serio? ¡A-Así, sin más! ―se escandalizó.

Sin embargo, siguiendo las normas que había establecido en la pacífica negociación, las naves se acoplaron y se encontraron entre ambas puertas. Rebecca se dejó entrever, todavía no del todo segura acerca de la facilidad con la que Ragun le hacía entrega de la flor. La cogió entre las manos y la examinó. Si en aquella evaluación sacó alguna conclusión, no la compartió con el aprendiz. Se limitó a darse la vuelta y a marcharse con su premio, aunque hizo un amago de girarse y decirle algo al chico, del cual se arrepintió a tiempo para continuar su camino.

Tal y como había prometido, a continuación desacoplaron la nave y dieron media vuelta. Ragun tuvo vía libre hacia el País de las Maravillas. Rebecca no regresó.

Al acercarse, el aprendiz tendría que despertar a Flor para que esta le indicase dónde debían ir para saber en qué parte del mundo aterrizar la nave. Y cómo no, lo hizo mediante los habituales gritos:

PUES TÚ SABRÁS, QUE PARA ESO TIENES PIERNAS. YO NO, POR SI NO LO HABÍAS NOTADO. PERO SI NO QUIERES QUE DESTROCEMOS EL MUNDO CON NUESTRO TAMAÑO, PRIMERO TENDREMOS QUE ENCOGERNOS.

Flor le indicó que aterrizase en un campo, donde tendría que buscar una madriguera por la que dejarse caer. Ragun no tuvo dificultades en lograr ambas cosas, aunque el agujero por el que se asomó estaba muy oscuro y no parecía tener fondo.

TÍRATE, NO ME OBLIGUES A EMPUJARTE YO A TI.

La caída no sería para tanto. De hecho, aunque al principio podía asustarse (si no había estado en aquel mundo), enseguida notaría que descendía con mayor lentitud, e incluso que le rodeaban montones de objetos suspendidos en el aire que nunca llegarían al suelo. Él, en cambio, seguía bajando y podía curiosear los muebles de su alrededor, como cajoneras o armarios. Dentro encontraría ropa y objetos viejos, como teléfonos antiguos, despertadores desgastados o

A pesar de la compañía en la caída, no había mucho más que hacer y Flor se aburrió enseguida.

NIÑO, SALTA HACIA ABAJO O HAZ ALGO, QUE ME VOY A QUEDAR SIN AGUA ANTES DE QUE LLEGUEMOS.

Si quieres un poco, yo tengo ―le dijo Iwashi.

La Maestra apareció por encima de sus cabezas, descendiendo a su vez. Estaba sentada en una mecedora, balanceándose ligeramente, con una botella de agua en una mano y un libro abierto en la otra. La botella se la lanzó a Ragun, la cual se desplazó con lentitud hacia él debido a la extraña gravedad que experimentaban.

Fue una curiosa escena, puesto que Iwashi sostenía el libro frente a Ragun, rodeados de un decorado de salón en el que parecía que ella le leía un cuento, con su mesilla al lado, la lámpara por encima y una alfombra un metro por debajo de sus pies. Incluso tenían una flor para adornar.

Todas las heridas pueden sanar, pero eso tú ya lo sabes muy bien. Las más difíciles son las del corazón. Algunas ni siquiera tienen solución… ―murmuró, antes de cambiar de tema―. Casi olvido que quería proponerte algo, Para que se nos haga más amena la caída. Veamos… ¿qué te parece si escondes esa flor y yo intento adivinar dónde está? Te prometo que no haré trampas. Cerraré los ojos y esperaré a que estés listo. Y solo tendré un intento.

Lo cierto es que aquel era un lugar idóneo para jugar al escondite, si acaso te apetecía dada la situación. Aparte de la cajonera (aunque Flor solo cabía en los zapateros) y el armario que tenía cerca, podía disimularla con otros objetos, como un perchero, un reloj de pared y una vitrina con trofeos. Su único inconveniente es que, desgraciadamente, Flor era algo grande y destacaba mucho.

Claro que, si no quería participar en el juego, podía rechazar la oferta.
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Sombra » Dom Ago 14, 2016 4:10 pm

Funcionó, y tanto que funcionó. Tras aceptar su propuesta y preparar la rosa que tenía en la nave Rebecca acopló su nave a la mía. La Maestra entró con desconfianza, posiblemente esperando un ataque sorpresa, aunque no fue así. Le entregué la planta intentando verme algo reticente a entregarla. La Maestra de Tierra de Partida examinó la planta y se giró rumbo a la nave de Simon.

Por un segundo, mi corazón se paró en seco cuando Rebecca pareció cambiar de opinión y girarse para decirme algo, sin embargo no lo hizo. La nave de Simon se soltó y empezó a alejarse hacia las profundidades del intersticio.

Contuve la respiración por unos momentos creyendo que en cualquier momento unos disparos golpearían la nave, pero por fortuna nada ocurrió.

Me senté en los controles de la nave, mirando por última vez por la ventanilla buscando cualquier indicio de la nave de Simon. No volvió. Me acerqué al mundo y fui a coger a Flor, a quien intenté despertar con suavidad.

¿Estás lista? ―pregunté.

PUES TÚ SABRÁS, QUE PARA ESO TIENES PIERNAS. YO NO, POR SI NO LO HABÍAS NOTADO. PERO SI NO QUIERES QUE DESTROCEMOS EL MUNDO CON NUESTRO TAMAÑO, PRIMERO TENDREMOS QUE ENCOGERNOS.

Sí, sí ―intenté calmarla.

Aterricé en un campo, cerca de una madriguera que ya conocía. De hecho, había estado allí hacía poco con Celeste.

Me asomé por el agujero en busca de cualquier peligro.

TÍRATE, NO ME OBLIGUES A EMPUJARTE YO A TI.

Quise preguntar como podría hacerlo, teniendo en cuenta que no tenía ni brazos, aunque opté por no cabrear a mi protegida. Lo único que quería era acabar aquella misión. Tenía paciencia, pero dudaba que pudiese aguantar muchas horas más con Flor.

Me tiré de un salto sintiendo una sensación de vértigo repentina, aunque aquello acabó pronto. Caía lentamente y podía ver una gran cantidad de muebles flotando a mi alrededor. No me puse a curiosearlos, ya que estaba agarrando a Flor con fuerza. La caída era aburrida, no tenía mucho que hablar con la flor, además si le daba conversación temía que me dejase sordo con sus gritos.

NIÑO, SALTA HACIA ABAJO O HAZ ALGO, QUE ME VOY A QUEDAR SIN AGUA ANTES DE QUE LLEGUEMOS.

Paciencia... ―pedí.

Si quieres un poco, yo tengo ―escuché una voz familiar sobre nuestras cabezas.

Al levantar la vista pude ver a Wix... No, a la Maestra Iwashi sentada sobre una mecedora. Iwashi tenía una botella de agua en su mano y con la otra llevaba un libro que estaba leyendo. Me lanzó la botella de agua, que cogí al vuelo.

Gracias ―abrí la botella y eché el contenido en Flor―. ¿Mejor ahora?

Iwashi se fue aproximando hacia nosotros hasta quedar a nuestra altura. Era todo muy peculiar, a nuestro alrededor habia mobiliario que parecía ser de algún salón. Había una mesilla al lado de Iwashi, sobre nosotros una lámpara y justo debajo de nosotros una alfombra. Podía ver una flor adornando el lugar.

Todas las heridas pueden sanar, pero eso tú ya lo sabes muy bien. Las más difíciles son las del corazón. Algunas ni siquiera tienen solución… ―murmuró, de una manera un tanto enigmática. ¿Por qué hablaba de aquello ahora?―. Casi olvido que quería proponerte algo, Para que se nos haga más amena la caída. Veamos… ¿qué te parece si escondes esa flor y yo intento adivinar dónde está? Te prometo que no haré trampas. Cerraré los ojos y esperaré a que estés listo. Y solo tendré un intento.

Bajé la cabeza para ver que el suelo aún estaba muy lejos. Jugar con Flor un poco no era nada malo.

Bueno, está bien ―asentí.

Comprobé los lugares posibles para esconder a Flor. Un zapatero, por ejemplo... O podía disimularla con alguna cosa más. Me fijé en la flor que adornaba el lugar y tuve una pequeña idea mientras Iwashi mantenía sus ojos cerrados. "Escondí" la flor que había flotando en un zapatero, sin embargo solo entrecerré la puerta adrede para que se viese un lateral de la maceta, pero no la planta. En ese momento, cogí a Flor y la coloqué justo debajo de la alfombra que teníamos debajo.

Cuando quiera, Maestra.
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Nell » Dom Ago 21, 2016 11:20 pm

A Flor le sentó bien el agua. Incluso parecía de mejor humor.

¡QUÉ FRESQUITA! PERO NO ME AHOGUES, MANAZAS. QUÉDATE TÚ EL RESTO. TENÍA UN NO-SÉ-QUÉ…

Al fijarse mejor, Ragun comprobaría que no era exactamente agua. De todas formas, había mitigado a Flor, que ya era bastante.

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Ragun obtiene Poción.


El juego propuesto por Iwashi le pareció bien a Ragun, así que se pusieron manos a la obra. Iwashi soltó el libro, que se fue volando hacia arriba, y se tapó los ojos con las manos. Mientras tanto, el chico aprovechó para dar poner un falso señuelo y ocultar a Flor bajo sus pies. La trampa estaba lista.

Cuando quiera, Maestra.

¿Seguro? ―preguntó, destapándose los ojos.

De repente, Iwashi materializó su alabarda, que agarró por encima de sus cabezas, apuntando a Ragun. No parecía amenazadora, ya que sus ojos oteaban el resto del túnel vertical, buscando a su presa. La halló enseguida, al otro lado de la puerta entreabierta de un zapatero que formaba parte del improvisado mobiliario.

Y entonces, la Maestra lanzó la alabarda contra él, con tal precisión que perforó a su objetivo y quebró el mueble, convirtiéndolo casi por completo en astillas.

¡Oh, vaya, creo que me he pasado un poco! ―Se levantó y flotó hasta el zapatero, de donde cogió la maceta destrozada de la flor falsa―. Te la arreglaré, no te preocupes. ¡Luego te la devuelvo! ―le prometió.

Iwashi se hizo más ligera en ese momento, o Ragun más pesado, puesto que empezó a ascender como si la gravedad de aquel túnel no la afectara, hasta volver arriba. Por otro lado, el joven pudo recuperar a Flor de debajo de la alfombra, donde se había mantenido callada y en silencio durante toda la pantomima.

ESA ESTÁ LOCA. PODRÍA HABERME MATADO ―comentó simplemente.

Finalmente, chico y flor vieron el suelo a sus pies. La caída siguió siendo suave hasta que apenas les quedó un metro para llegar, en cuyo momento volvieron a ser afectados por la gravedad natural y cayeron bruscamente. Flor indicó a Ragun que no se entretuviera con las puertas, que ya sabía todo el mundo que eran muchas. Y, en efecto, comprobó que para salir de la habitación tuvo que abrir una docena de puertas empotradas en la misma pared, hasta una última por donde tuvo que agacharse para pasar.

La siguiente sala era redonda. Parecía un dormitorio, aunque tenía varios muebles pintados sobre el suelo o la pared. En el centro había una mesa de cristal y, al otro lado, una puerta cuyo pomo dormitaba. Flor volvió a decirle cómo proceder:

TIENES QUE BEBER DE ESA BOTELLA QUE ESTÁ ENCIMA DE LA MESA. Y ECHÁRMELA A MÍ TAMBIÉN, CLARO. PERO NO SEAS BOBO Y TE DEJES LA LLAVE ENCIMA DE LA MESA.

Encontró la botella y la llave donde Flor le había indicado, sobre la mesita de cristal; había también una pastilla cuya etiqueta decía «cómeme», aunque Flor le advirtió que esa no les convenía. Un sorbo bastaría, según la planta, para ambos. No le dijo qué efecto tendría, y lo descubrió por sí mismo cuando se vio que él y Flor se encogían hasta ser del tamaño de unos bichos. Toda la habitación se les había quedado grande.

Además, Ragun se dio cuenta de que había alguien más en la habitación con ellos. Como ahora eran del mismo tamaño, pudo apreciarlo enseguida. Se trataba de Akio y estaba al lado del pomo durmiente, sonriendo.

Parece que los demás no han hecho un buen trabajo ―gritó, ya que estaban lejos el uno del otro―. ¿Es que soy el único que va a darte una lección?

»¡Escúchame atentamente, cara pan! ―siguió gritando, poniendo las manos junto a la boca para que se escuchara mejor―. Voy a darte una oportunidad. Tu objetivo será colar esa flor, QUE A NADIE LE IMPORTA, en la boca de esta puerta. Inténtalo, si puedes esquivarme. Si lo consigues, os dejaré en paz.

TE LA VA A JUGAR. LO SABES, ¿VERDAD?

¡Y que sepas que no te aconsejo usar tus trucos conmigo! ¡Ya me los sé!

El pomo seguía roncando, ajeno al lío. Abría y cerraba la boca pausadamente, por lo que no era descabellado lanzar a Flor por ahí. Y meterse él mismo, a su vez.

Akio se puso en posición, listo para correr hacia él. Parecía que no iba a preguntarle si quería o no participar en aquella prueba. En aquel momento el Maestro estaba en el camino hacia la puerta, por lo que no tenía otra salida. A su izquierda había una cama (sacada), que parecía tener tras de sí un hueco por el que podía colarse. A su derecha, Ragun tenía una chimenea por donde no parecía haber ninguna obertura. Y a su espalda, el camino por el que habían venido.

¿Qué haría?
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Sombra » Dom Sep 11, 2016 2:56 pm

Al fijarse mejor, Ragun comprobaría que no era exactamente agua. De todas formas, había mitigado a Flor, que ya era bastante.

El objeto que me había lanzado Iwashi sirvió para que la chillona flor pareciese más a gusto, aunque no mucho.

¡QUÉ FRESQUITA! PERO NO ME AHOGUES, MANAZAS. QUÉDATE TÚ EL RESTO. TENÍA UN NO-SÉ-QUÉ…

En ese momento me fijé en que el agua no era agua como creía, era una poción. Agradecí a la Maestra con un escueto <<gracias>> su generosidad.


*


Iwashi se tapó los ojos con las manos mientras escondía a Flor bajo la alfombra y ponía el señuelo en el armario, cuya puerta había dejado parcialmente abierta adrede.

Cuando quiera, Maestra ―anuncié.

¿Seguro? ―preguntó mientras se destapaba los ojos. Asentí.

Para mi sorpresa, la recién "resucitada" Maestra de Tierra de Partida materializó su alabarda, un arma que reconocí más que de sobra. La mujer no tardó ni un instante en clavar sus ojos en la puerta que había dejado entreabierta, donde se podía ver la maceta a duras penas.

Iwashi, con una maestría digna de un tirador de élite lanzó su arma contra el zapatero, que se quebró en miles de astillas que salieron despedidas por la sala flotante. Abrí la boca espantado cuando me di cuenta del destino que Flor podría haber sufrido de no haberla escondido bien.

¡Aquello no estaba en el contrato!

¡Oh, vaya, creo que me he pasado un poco! ―La Maestra recogió la flor falsa―. Te la arreglaré, no te preocupes. ¡Luego te la devuelvo! ―me aseguró.

Oh... No hace falta... ―hice rápidos gestos con las manos.

La Maestra empezó a frenar en el aire y a ascender hacia la parte superior del túnel. En el momento en el que la perdí de vista, aparté la alfombra y recogí a Flo

ESA ESTÁ LOCA. PODRÍA HABERME MATADO ―gritó.

Creía que los de éste mundo veíais como normales a los locos ―comenté.

Lo cierto es que lo ridículo que resultaba todo lo acontecido hasta aquel momento me resultaba demasiado extraño. Primero Yami, después Rebecca y ahora Iwashi. Era como si todos estuviesen confabulando contra mí para no dejarme cumplir mi misión. ¿O acaso todo era parte del exámen? ¿Era posible que todos los Maestros de Tierra de Partida estuviesen colaborando con Bastión Hueco para examinarme?

Bueno, por ahora no me iba tan mal la cosa... Excepto con Yami, claro. Si mi deducción era correcta, todavía no habían aparecido ni Ronin, ni Akio, ni Lyn, ni Fátima, ni Light, por lo que debían quedarme aún cinco pruebas más. ¿Estarían también los dos recién ascendidos participando o al ser novatos dentro de los Maestros aún no podían participar en algo así? En ese caso, significaba que me quedaban tres pruebas más. Solo esperaba poder pasarlas también.

Antes de que pudiese darme cuenta, vi el suelo acercándose lentamente, hasta que de golpe, en el último instante caí bruscamente al estar afectado por la gravedad.

Me llevé la mano al trasero, puesto que había caído de culo y me levanté tras unos instantes.

Avancé por el pasillo hasta un lugar que por lo que sabía de anteriores visitas, tenía un montón de puertas, cada una más pequeña que la anterior como si fuese una muñeca rusa. Flor no tardó en advertirme de que no me entretuviese con ellas, obedecí sin rechistar y las abrí para llegar al Cuarto Misterioso.

La habitación que nos recibió parecía normal a simple vista, quitando el hecho de que en la pared y en el suelo había muebles pintados. Se podía ver una pequeña puerta viviente al otro lado y una mesa de cristal en el centro con dos frascos.

TIENES QUE BEBER DE ESA BOTELLA QUE ESTÁ ENCIMA DE LA MESA. Y ECHÁRMELA A MÍ TAMBIÉN, CLARO. PERO NO SEAS BOBO Y TE DEJES LA LLAVE ENCIMA DE LA MESA.

De acuerdo ―sonreí. Primero, me aseguré de echarle encima el líquido a Flor, desmaterialicé mi Llave Espada y bebí el contenido de éste.

El efecto no tardó en acerse visible, cuando mi cuerpo empezó a reducirse considerablemente hasta el tamaño de una figurita de juguete.

En ese momento, me fijé en la puerta durmiente. Al lado de ella había un Akio con una sonrisa traviesa.

Parece que los demás no han hecho un buen trabajo ―gritó, el más pequeño de los Maestros de Tierra de Partida, admitiendo que los Maestros de Tierra de Partida estaban poniéndome continuos retos y obstáculos―. ¿Es que soy el único que va a darte una lección?

»¡Escúchame atentamente, cara pan! ―volvió a gritar―. Voy a darte una oportunidad. Tu objetivo será colar esa flor, QUE A NADIE LE IMPORTA, en la boca de esta puerta. Inténtalo, si puedes esquivarme. Si lo consigues, os dejaré en paz.

TE LA VA A JUGAR. LO SABES, ¿VERDAD?

¡No parece que tengamos más remedio! ―Le dije cuando vi que Akio ya se disponía a correr hacia mí en cualquier momento.

¡Y que sepas que no te aconsejo usar tus trucos conmigo! ¡Ya me los sé!

<<Eso ya lo veremos>>

Conocía el mundo lo suficiente como para saber que para adentrarse más en el mundo no debía pasar por la puerta, sino por el hueco junto a la cama.

¡Enseña lo que sabes, enano! ―rugí. Di un salto desde la mesa hacia el suelo y empecé a correr, no hacia el Maestro o hacia la puerta, sino hacia el hueco junto a la cama.

Si se acercaba demasiado demostrando ser más rápido que yo o veía que iba a utilizar algún hechizo, utilizaría la Evasión Sombría para intentar esquivar su ataque ponernos a salvo a Flor y a mí mientras me dirigía tan rápido como podía hacia mi objetivo.

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▪ Evasión Sombría (HC )[Nivel 7] [Requiere Afinidad a Oscuridad; Reflejos: 8; Elasticidad 12] El usuario se vuelve uno con el suelo evadiendo así cualquier ataque mágico o físico durante un post. También sirve para meterse por lugares estrechos.
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Nell » Jue Sep 15, 2016 12:16 am

¡No parece que tengamos más remedio! ―le respondió Ragun a Flor.

¡PUES PROTÉGEME!

Así pues, Ragun se dispuso a escaquearse de la prueba propuesta por Akio a través del hueco bajo la cama. El Maestro se dio cuenta de su estrategia enseguida y le interceptó en el camino. Akio no había elegido aquella prueba al azar: era rápido, muy rápido. Ragun observaría que, al correr, los pies del chico se aceleraban con magia y emitían chispazos, como si funcionaran de repente con corriente eléctrica. Él también tenía sus trucos.

Akio se preparó para el encontronazo con Ragun, esperándole frente al hueco por el que el aprendiz había querido pasar impune. En el preciso momento en el que vio a Akio cerrar el puño, como si pensara en adelantarse para pegarle un puñetazo a Flor de forma directa, el candidato a Maestro utilizó Evasión Sombría para sumergirse y desplazarse por el suelo.

En respuesta, Akio sonrió.

Creía haberte dicho que no utilizaras trucos conmigo. ¿No se te ocurrió pensar que he preguntado por ahí qué sabías hacer? ―se jactó Akio―. ¡Islas del Destino, allá voy!

Viró la dirección del puño para dirigirlo hacia el suelo, golpeando la superficie y haciéndola temblar. En un gran radio todo a sus pies se electrificó; en el caso de Ragun, la descarga eléctrica lo alcanzó de pleno e incluso logró anular su hechizo, sacándolo de las tinieblas. Y, por supuesto, también Flor sufrió el golpe.

El hechizo, aunque en un principio potente, bajó su intensidad y no le provocó severos daños, más allá de unos pequeños calambrazos durante los siguientes minutos. Finalmente el suelo volvió a la normalidad.

¡Suerte, aunque no la necesitarás si siguen igual de blandos! ―exclamó Akio, contento, antes de marcharse tan rápido como le permitieron las piernas. Ragun ni siquiera alcanzó a ver en qué dirección se había ido, porque en esta ocasión prácticamente desapareció.

Había perdido aquella prueba, aunque eso no le condenaba el examen. Flor estaba disgustada, pero viva y casi entera.

ESTAR… BZZZ… ÁS BIEEEEEN, DIJERON… BZZZZ… LA PRÓXIMA VEZ… BZZZ… LO HARÁ S…

Flor dejó de chillar y quejarse, ya que con el calambre no podía articular bien las palabras. Se le pasó enseguida, pero tras eso no volvió a abrir la ¿boca?

A Ragun no le quedaba más remedio que continuar. Picaporte no se abrió y, como ya no tenía ninguna necesidad de meter a Flor por la ranura, escogió el hueco por el que había querido escabullirse. Flor le ratificó que por allí llegarían también.

Al otro lado les esperaba un campo verde. Flor indicó a Ragun que siguiera el camino marcado, asegurándole de que ella le señalaría cuándo girar. Ya quedaba poco para alcanzar la tierra donde vivía.

Tras varios minutos caminando, otra persona más se interpuso en el camino del aprendiz…


Vidas de Flor: 3

PH de Ragun: 63/70
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Light » Jue Sep 15, 2016 12:16 am

No me falles, ¿eh…? —susurró, diciéndolo… ¿para sí mismo?—. ¡Eh, Ragun! ¿Cómo van esos entrenamientos?

Light, bastante simpático, se aproximó a toda prisa al aprendiz de Bastión Hueco, con katana en mano. No se mostraba nada sorprendido por verle, quizás ya sabía de antemano que se lo encontraría tarde o temprano allí.

Observó brevemente la flor que llevaba consigo y no pudo evitar mostrar una pequeña —y ligeramente maliciosa— sonrisa.

Pues justo me pillas entrenando —afirmó, aunque a saber si era verdad—. Mira, hablando de entrenar, te propongo realizar un ejercicio interesante para mejorar tu sentido del equilibrio. Deberás llevar tu planta encima de la cabeza y, sin que se caiga de ahí y con mucho cuidado, avanzar hasta tocar con la mano el tronco de ese árbol. —Le señaló con el dedo el susodicho, que se encontraba algo lejos, a bastantes metros—. Por supuesto, debes mantener los brazos pegados a la espalda hasta que te dispongas a tocar el árbol, de lo contrario cuenta como si fallaras el ejercicio. Y si se te cae la planta, pierdes también.

»Suena demasiado fácil, ¿verdad? —Reprimió una carcajada (¿malévola?)—. Pues debes saber que he preparado dos obstáculos que quizás te impidan lograr el objetivo. ¿Cuáles? Quién sabe. —No parecía dispuesto a revelarlos, así que tendría que intuir cuáles eran viniendo de Light—. Ah, y no intentaré nada raro durante el ejercicio, me limitaré a observarte. ¿Te atreves?

La decisión era de Ragun. ¿Realizar la prueba o declinarla? A simple vista no había ningún obstáculo: solo hierbas altas, pajaritos y otros animalillos inocentes y flores por aquí y por allá. Y el árbol frondoso, lleno de hojas, que debía alcanzar.

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Pista offrol: Light es el único personaje (protagonista del rol) que hubiera podido preparar estos dos obstáculos.

Nota: por si tienes dudas, la prueba solo dura un post, así que si aceptas tendrás que dejar expresas en tu siguiente post las medidas que veas convenientes para pasarla.

Nota2: como ha dicho Light, no hará nada raro, pero te seguirá durante el trayecto de la prueba para comprobar que no haces trampas.

Nota3: un placer colaborar en tu Examen <3
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Sombra » Lun Oct 03, 2016 12:00 am

Intentar escapar de la prueba no salió tan bien como me habría gustado. Akio era más rápido de lo que podría haber imaginado y se posicionó justo en frente de mí. Vi como se preparaba para darme un puñetazo... No, no iba por mí. Iba a por Flor. Viendo aquello, me apresuré a usar la Evasión Sombría... Fue justo cuando estaba a punto de desaparecer en el suelo cuando vi una sonrisa en el rostro del Maestro de Tierra de Partida.

Creía haberte dicho que no utilizaras trucos conmigo. ¿No se te ocurrió pensar que he preguntado por ahí qué sabías hacer? ¡Islas del Destino, allá voy!

<<¡No!>>

Akio golpeó el suelo con su puño. La superficie tembló, pero lo peor no fue aquello... El sueño se impregnó de electricidad que abarcó un radio enorme, el suficiente como para golpearme de lleno. Mi habilidad se anuló en aquel instante obligándome a salir de sopetón junto a Flor, que obviamente también sufrió el "pequeño" calambre.


Viró la dirección del puño para dirigirlo hacia el suelo, golpeando la superficie y haciéndola temblar. En un gran radio todo a sus pies se electrificó; en el caso de Ragun, la descarga eléctrica lo alcanzó de pleno e incluso logró anular su hechizo, sacándolo de las tinieblas. Y, por supuesto, también Flor sufrió el golpe.

Tuve algunos "tics" producidos por el calambre durante un buen rato. Akio, feliz como una perdiz no tardó en hablar:

¡Suerte, aunque no la necesitarás si siguen igual de blandos!

Y con aquello dicho, se marchó a toda pastilla.

ESTAR… BZZZ… ÁS BIEEEEEN, DIJERON… BZZZZ… LA PRÓXIMA VEZ… BZZZ… LO HARÁ S… ―intentaba decir una electrificada Flor, algo apenada y decepcionada.

Lo siento... Creía que saldría bien ―Me disculpé. Tendría que ser más cauteloso la próxima vez.

Alcancé un campo verde, Flor me fue guiando por él. No quedaba demasiado para llegar a su hogar, al parecer. Sin embargo, no tardé en ver una figura familiar: Light Hikari. No era que me sorprendiera verle allí, ya había visto a varios Maestros de Tierra de Partida... Y poco a poco ya veía el por qué. ¡Alguien les había prometido ir a Islas del Destino de vacaciones! Estaba casi seguro de que la condición era suspenderme.

¡Pues iban a llevarse un fiasco!


No me falles, ¿eh…? —escuché decir a Light, estaba seguro de que no me lo había dicho a mí, ¿a quién le estaba hablando?—. ¡Eh, Ragun! ¿Cómo van esos entrenamientos?

Oh, bueno... Ya sabes, bien supongo —me llevé la mano a la cabeza. El Maestro se acercó rápidamente hacia mí, di un paso hacia atrás, alejando a Flor de él. No me fiaba en aquel momento de nadie, incluso si era mi amigo.

Light no parecía sorprendido de verme, más bien parecía haber estado esperando por mí, y aquello lo confirmé cuando vi cómo miraba a Flor.

Pues justo me pillas entrenando —aseguró—. Mira, hablando de entrenar, te propongo realizar un ejercicio interesante para mejorar tu sentido del equilibrio. Deberás llevar tu planta encima de la cabeza y, sin que se caiga de ahí y con mucho cuidado, avanzar hasta tocar con la mano el tronco de ese árbol. —Light señaló a un árbol, algo alejado... Aunque tampoco demasiado—. Por supuesto, debes mantener los brazos pegados a la espalda hasta que te dispongas a tocar el árbol, de lo contrario cuenta como si fallaras el ejercicio. Y si se te cae la planta, pierdes también.

»Suena demasiado fácil, ¿verdad? —La verdad es que no—. Pues debes saber que he preparado dos obstáculos que quizás te impidan lograr el objetivo. ¿Cuáles? Quién sabe. Ah, y no intentaré nada raro durante el ejercicio, me limitaré a observarte. ¿Te atreves?

Tampoco es que tenga más opciones —refunfuñé. A aquellas alturas no hacía falta que disimulasen, si intentaba librarme de una prueba... Era posible que ocurriese algo como lo de Akio otra vez.

Obedecí y me coloqué a Flor en mi cabeza, no sin antes activar el Instinto Sincorazón. Quería saber si uno de sus obstáculos era cierto perro utilizando algún tipo de poder para ocultarse, también activé el Rinkaku, de aquella forma sería como si tuviese cuatro brazos. Puse mis manos a la espalda y empecé a caminar.

Utilizaría mis tentáculos para tantear el terreno en frente de mí mientras caminaba, conocía a Light. Podría haber colocado en el suelo sus minas y si explotaban... Que lo hiciesen en alguno de mis tentáculos, me dolería... Pero al menos podría aguantar el dolor y mantener el equilibrio, algo que no podría hacer si me golpeaba la explosión directamente. Estaría atento a lo que veía con mi Instinto Sincorazón y si veía que algo se acercaba a mí utilizaría dos de mis tentáculos para apartarlo con un buen golpe. No me dirigiría directamente hacia el árbol, sino que me movería en "arco" para acercarme a él por la parte trasera de éste y si veía que Flor se me iba a caer en algún momento, la agarraría con alguno de mis tentáculos para que no se cayese y evitar que se despegase de mi cabeza.

Pasase o no la prueba, dejaría activado el Rinkaku.

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▪ Instinto Sincorazón (HC) [Nivel 13] [Requiere Afinidad a Oscuridad] [Personalizada] Ragun expulsa una amplia onda de Oscuridad que le permite detectar los corazones en un radio de diez metros durante un instante. Distingue humanos de animales, e Incorpóreos y Sincorazón de ‘seres completos’.
▪ Rinkaku (HC) [Nivel 30] [Elasticidad 30, Afinidad a Oscuridad] De la espalda de Ragun surgen cuatro tentáculos escamados que cuentan con una gran fuerza. El personaje puede utilizarlos como si fuesen extensiones de su cuerpo, por lo que tiene diversos usos. Tras dos rondas se deshacen. No pueden ser destruídos, pero el daño que reciban se transmitirá también a Ragun.
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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Nell » Mié Nov 16, 2016 12:45 am

El instinto de sincorazón reveló a Ragun que en la copa del árbol le esperaba una pequeña criatura dispuesta a saltarle en cuanto se acercara. Por otro lado, fue avanzando poco a poco, tanteando el terreno y con la flor en la cabeza, que se balanceaba por el único apoyo de la cabeza de Ragun.

COMO ME CAIGA VAS A DESTROZARME LA MACETA ―se quejó Flor.

Finalmente, dio con las minas, que naturalmente le explotaron. Fue doloroso y destrozaron un par de sus brazos. Sin embargo, resistieron y pudo llegar hasta el árbol sin complicaciones. Una vez allí, ya estaba preparado para el ataque sorpresa de Gaomon, que se abalanzó con un Gao-torbellino. Por desgracia, era una habilidad lo bastante débil como para no competir en fuerza, así que con los dos brazos restantes pudo apartarle de en medio con facilidad. Tocó el árbol, dando por finalizada la prueba.

Ya nada le impedía continuar. Se despidió de Light (o no, si le caía mal) y siguió por el sendero, guiándose por las instrucciones de Flor, quien estaba encantada de que hubiese aguantado tan bien el equilibrio.

Entonces alcanzaron un prado lleno de flores que, dado su tamaño actual, tenían una estatura parecida a la de Ragun. En el jardín se escuchaba un rumor constante, procedente de ellas, ya que hablaban y cotilleaban constantemente. Ninguna le hizo caso cuando pasó a su lado, pues tenían otros temas de conversación más interesantes.

Flor le señaló un rincón apartado dentro del jardín, donde debía depositarla para cumplir su misión. Shinju ya le había proporcionado todos los utensilios para trasplantarla, la pala y la regadera. Solo le quedaba ponerse a la tarea.

POR FIN. ACABEMOS CUANTO ANTES, POR FAVOR.

Ragun pasaría los siguientes minutos tratando la tierra, ahuecándola para Flor y preparando el trasplante de una tierra a otra. La planta estaba realmente emocionada e inquieta, por lo que tendría que tener el doble de cuidado al cogerla.

Sin embargo, antes de que lo hiciera, una chica se plantó (no literalmente) frente a ellos. A Ragun solo le quedaba trasladar la flor de lugar y el trabajo estaría hecho. Pero Shinju tenía otros planes.

¿Y bien? ¿Creías que ya se había acabado? ¡Aún falta una última prueba! ―exclamó Shinju―. Esta vez tienes que darle un poco al coco. Te prometo que no será difícil. Ahí va:

»¿Cuál es el verdadero nombre de Flor?


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Re: [Alexander Fürst von Wiedererinnerung] 2

Notapor Light » Jue Nov 17, 2016 12:10 am

Light, que le siguió durante la prueba, no se sorprendió de que descubriera sus minas, habilidad que había empleado ante Ragun en sus múltiples entrenamientos (aunque eran de bandos distintos, se podía decir que eran compañeros de entrenamientos). El chico de Bastión Hueco empleó sus brazos auxiliares para detonar las bombas y evitar que Flor cayera.

Sin embargo, no se esperaba que descubriera al eidolon que se hallaba escondido en el árbol. ¡De hecho, Ragun rechazó sin mucho esfuerzo su ataque!

Light se llevó la mano a la frente, decepcionado.

¿Qué clase de ataque ha sido ese? ¡Muy débil! Y además tenías que haber sido más sigiloso… ―le reprendió.

He hecho lo que he podido… ―El perro azul agachó la cabeza. Desgraciadamente, Ragun era demasiado fuerte para él, una pobre mascota con habilidades bastante limitadas.

Pues adiós premio. ―Suspiró―. Bueno, hora de seguir los entrenamientos. ―Estiró los brazos y las piernas, preparado para echarse una carrera. Antes de salir escopetado, se despidió de Ragun―. ¡Nos vemos, y buena suerte!

Su labor allí ya había terminado.

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