Grupo de Ronin y Ryota Aaron se portó bien. Bueno, al menos con Malik. Bueno, al menos al principio.
Lo primero que notó Malik fue que tenía una percepción mucho más clara de su entorno. Distinguir el señuelo de Ragun fue muy fácil, pero también notó a Xefil moverse bajo el efecto de la invisibilidad. Era como ver un borrón moverse a toda velocidad, perceptible sólo por el rabillo del ojo.
Además, los corazones de ambos brillaban con intensidad. El de Ragun era una amalgama de luz y de oscuridad, que se retorcían y perseguían continuamente, y el de Xefil brillaba como una llama blanca, alterada sólo por una segunda presencia más pequeña y de color rojo. También, desde ahí, podía apreciar los de Ronin, Ryota y Felipe, si bien el de este último desprendía tanta luz que casi eclipsaba los de los otros dos.
De modo que Malik pudo centrarse en Ragun, y comprobó de primera mano lo creativas que podrían llegar a ser las habilidades de Aaron. Puñetazos, dragones oscuros... aquello era como tener una fuente infinita de deseos. Una fuente muy parlanchina y criticona, eso sí.
«
No se va a morir porque le lances algo un poco más fuerte,» oyó decir a Aaron, casi como si resoplara. «
Ah, y no te descuides. El otro está plantando trampas a tu alrededor, en el sentido más literal de la palabra. Deja que te... ¡Ah, eso ya me gusta más! Vamos a probar con una sencilla invocación de Sincorazón...»
Ahí fue cuando Aaron empezó a tomarse más libertades. No sólo volvió la habilidad de Ragun contra Xefil —la marabunta de Sombras no llegó ni a rozar a Malik, se desvió hacia su recién reaparecido compañero— sino que hizo brotar sus propios Sincorazón.
Y el concepto de «sencilla invocación» era, para Aaron...
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«
¿Te parece un buen as en la manga? Vamos, no te enfades,» añadió, anticipándose a lo que pudiera decir Malik. «
Si no son capaces de hacer frente a eso, Xihn se los va a merendar... Y ya que os gusta tanto la invisibilidad, ¿qué mejor que estos pequeños?»
Ronin gruñó. Aunque era ajeno a lo que ocurría en la cabeza de Malik, sabía que lo de los Sincorazón no eran cosa de él. Pero fue Ryota quien, emanando de pronto una poderosa aura oscura, los ahuyentó hacia las puertas.
Aaron protestó. «
Será aguafiestas. Bien, vamos a probar otra cosa...»
Entonces, la antigua Llave Espada de Aaron apareció en la mano de Malik. Casi por su propia cuenta, apuntó a Xefil y un fuerte pulso le recorrió el brazo entero a Malik. El corazón de su compañero imitó ese pulso, y Xefil se quedó inmóvil en ese preciso instante, paralizado. Invisible a los ojos de los demás, su corazón empezó a escapar de su pecho, atraído por la Llave Espada. Y Malik sentiría el deseo de tomarlo, de devorarlo, de hacerse con su poder y...
—
¡Basta! ¡¿Qué estás haciendo?! El corazón de Xefil regresó a su sitio —no había llegado a extraerlo del todo—, pero el chico se sentiría raro de todas formas. Pálido y tembloroso, iba a tardar un momento en reponerse de un extraño mareo. Felipe acudió a él, dispuesto a curarle y ayudarle pero, a simple vista, no le ocurría nada malo.
Por su parte, Aaron murmuró con voz satisfecha:
«
Cuéntaselo tú, si quieres; una muestra de mi buena fe.» Y procedió a explicarle lo ocurrido: «
Eso, Malik, es lo que tienes que hacer cuando veas a Xihn. Todavía le quedan unos cuantos corazones en ese maltrecho no-cuerpo y, a medida que se los arranquemos, le despojaremos de sus poderes. Fácil, ¿a que sí?»
No era una mentira. Quitarle el corazón a Xefil habría sido muy sencillo, algo casi natural, si no fuera por lo increíblemente agotado que se sentía ahora. Y, en realidad, había otro problema: el hambre que aquello le despertaba hambre. Hambre de poder, de magia, de más. ¿Podría ser capaz de reprimir esa ansia cuando estuviese ante Xihn y las poderosas personalidades que había absorbido?
Podía plantearle esa y más preguntas, y lo mismo se aplicaba al resto. El combate de demostración había terminado. Aaron aprovechó para reponer fuerzas y les aconsejó a Ragun y a Xefil que hicieran lo mismo antes del enfrentamiento de verdad. Todavía en su cabeza, le propuso a Malik que le dejara tomar el control un momento para abrir un Portal directo hacia Xihn y ahorrarse el último tramo del camino.
Ragun:
VIT: 200/200
PH: 92/92
Malik:
VIT: 69/138
PH: 29/58
Xefil:
VIT: 40/40
PH: 56/56
* * * Grupo de Nithael Alanna notó cómo Gabriel reía en su interior.
«
Llámame Gabriel. No soy mucho mayor que tú. No si contamos lo que en realidad he vivido. No me hace mucha gracia, pero creo que el corazón de Nithael es lo suficiente fuerte para resistir si no consigues dominar bien mi poder. Para empezar, invoca mi Llave Espada. Solo tienes que desearlo y yo lo haré a la vez que tú.»
Cuando Alanna obedeciera, en su mano aparecería una Llave Espada ajena, oscura y con la punta afilada. A pesar de que no era suya, se sintió cómoda cogiendo la empuñadura, como si solo necesitara un poco de uso para acomodarse a sus dedos.
«
Bien, ahora… Acércate a Nithael. No necesitas clavársela en el pecho, con apuntar debería ser suficiente. Entonces nos concentraremos en liberar su Corazón. Será difícil, porque es pura luz. Y un ángel. Pero no te preocupes, te detendré antes de que sea tarde. Nithael esperaría alguna clase de explicación. En ningún momento, sin embargo, hizo amago de resistirse.
Lo que sintió Alanna cuando siguió las instrucciones de Gabriel fue tan intenso que al principio no supo identificarlo. Ansiedad, necesidad, hambre… ¿Lujuria? Su Llave Espada latía bajo sus manos y
empujaba hacia el pecho de Nithael. Casi pudo experimentarlo como si fuera una mano más que se hundiera hacia el resplandeciente, cegador Corazón. Lo envolvió con torpeza y a Nithael, que se había encogido, se le escapó un jadeo de dolor.
Entonces, Alanna supo que tenía que tirar. Arrancarlo, atraerlo hacia sí antes de que intentara escapar. Si lo hacía, podría sentir esa Luz dentro de sí. Degustarla, devorarla, dejar que se fusionara con ella.
Y sería
deliciosa.
«
¡Alto!»
Alanna sintió que le habían dado una bofetada, que se llevó de golpe el deseo y el Corazón del ángel desapareció frente a sus ojos. Tardó unos momentos en comprender que Gabriel le había velado, de alguna forma, la visión. Puede que para ayudarla a recuperarla conciencia. Nithael cayó sobre una rodilla, resoplando. Zel se apresuró a ir a su lado y le ofreció un hombro para ayudarle a incorporarse. Frotándose el pecho, el ángel tosió y dijo:
—
Bien. Funciona. ¿Crees que podrás repetirlo después? «
Con Xihn no tendrás tiempo para pensar. Deberás sacarle corazones… y no devorarlos, por supuesto. Pero yo estaré contigo para impedirlo.»
Zel miraba a Alanna con vaga desconfianza, si bien no había hostilidad en sus ojos. Pasó a estudiarse las manos, que cerró en puños mientras fruncía el ceño. Abrió la boca como si quisiera pedir o preguntar alto pero… Entonces el túnel empezó a estremecerse. Nithael sujetó a Celeste y se apoyó contra una de las sucias paredes mientras el agua chapoteaba. Se escuchó un ruido distante, agudo y casi humano.
«
Xihh está perdiendo el control. Tenemos que darnos prisa antes de que libere el Caos y nos destruya a todos. Yo os indicaré el camino. Xihn se debe de encontrar más o menos a los pies de la torre del castillo, en una estancia que cerramos como pudimos pero dudo mucho que sirva para contenerlo. Más si Andrei o Karel lo han ayudado. Desde aquí podemos estar en diez minutos. Era hora de ponerse en marcha, pues. Solo diez minutos, si no se equivocaban, antes de entrar en combate contra Xihn. Quizá si había preguntas que quisieran hacer o dudas que buscaran solventar fuera el momento.
* * * Grupo de Nanashi —
No hay nada que podáis hacer—dijo Friederike tras examinar a Saito de una forma extraña—.
La reina lleva muerta mucho tiempo, muchacho. Demasiado. Mis poderes no son más que una sombra, en su mayoría consumidos por Xihn.—Entonces Saeko habló de una posesión y Friederike, con una ceja arqueada, se inclinó hacia ella. Su mano rozó el pecho de la joven—.
Si Xihn te hubiera poseído, no estarías aquí y tendríamos conciencia común de habernos sentido la una a la otra. Pero lamento que sufrieras algo así, fuera con quien fuera. Me temo que no puedo sentarme a contaros mi vida para hablaros de Xihn, porque sé cosas y tengo recuerdos, pero son largos y no tienen que ver con sus capacidades de combate. Mi don nunca le resultó tan atractivo como otros que ya tenía en su haber. Además Xihn ya no es la persona que era antes. El Caos lo ha cambiado. Me gustaría poder daros consejos, pero cuando lo abandonamos dudo mucho que estuviera en sus cabales. Entonces los Caballeros intentaron decidir quién sería el que se quedaría atrás. Friederike no intervino en la conversación, sino que se asomó por el borde de la construcción para vigilar a los ángeles.
Una vez estuvieron preparados, Friederike asintió en dirección a Saito y le deseó suerte.
En cuanto este corrió, los ángeles lo localizaron de inmediato. Lo peor fue que Neosombras y algunos Sincorazón voladores también comenzaron a aparecer.
El chico corrió y empezaron a llover los rayos. Uno alcanzó a la torre y los fragmentos de piedra explotaron, llevándoselo por delante todo. Recibió un golpe en la cabeza y otro en el hombro pero, por suerte, su armadura de espinas suavizó mucho los impactos.
Friederike hizo un gesto a Saeko y corrieron. La reina se movía deprisa, con seguridad y saltaba por encima de cascotes con la ligereza de una pluma, dejando atrás una delicada aura azulada. Tuvieron que trepar para salir del foso, pero con un par de saltos no sería muy difícil par Saeko.
Al llegar a la muralla, Friederike pegó las manos a la misma y un estallido verde la iluminó. Una enredadera comenzó a crecer con firmeza, extendiéndose hacia arriba a la vez que se hundía en el muro. En algunos puntos se chamuscó y en otros se expandió hacia los lados con descontrol. Friederike frunció el ceño, pero persistió hasta que la enredadera tocó la parte superior.
—
¡Sube!—ordenó a Saeko.
Justo cuando esta empezó a hacerlo, los Sincorazón parecieron notar su presencia. Por suerte para ellas, la mayoría estaban ocupados persiguiendo casi con desesperación a Saito. Debían llevar quién sabía cuánto sin probar bocado.
Así que Saeko solo necesitó darse prisa; más magia llamaría demasiado la atención. En cuanto empezó a trepar, Friederike la siguió con agilidad. Daba la impresión de que no pesara, ya que apenas tenía que aferrarse a la planta para ascender y pronto estuvo rozándole los pies.
Saito, entre tanto, invocó a Alice al mismo tiempo que usaba sus tentáculos para moverse más rápido. Podía usar el foso para intentar escapar de los ángeles que, por suerte, no se desplazaban muy rápido… Pero una vez estuvieran encima de él estaría, casi con seguridad, muerto. La joven se apresuró a protegerle y logró empujar a un Sincorazón y partir a otro por la mitad. El siguiente rayo de uno de los ángeles no la alcanzó por un suspiro. La explosión, sin embargo, provocó un nuevo cráter y los arrojó por los aires. El siguiente ángel se preparó para cargar su ataque. Entonces fue cuando Saito vio cómo decidía lanzarlo no contra él, sino hacia Alice.
La reconocían como un ser vivo al que destrozar.
¿Debía aprovecharlo? Podía usarla como cebo para escapar hacia el foso y encontrar alguna forma de entrar a las alcantarillas… Pero sería muy, muy arriesgado porque quedaría bastante al descubierto, por mucho que fuera la forma más rápida de llegar al castillo.
La otra opción era correr, incluso volar con el glider, hacia las casas que rodeaban la muralla. Allí encontraría Sincorazón y sería un problema, pero al menos tendría sitios donde esconderse y tiempo para pensar un plan.
En lo alto de la muralla, Friederike señaló una torre de vigilancia por la que bajaron apresuradamente. Abajo, cruzaron un patio impresionante, con vigorosos árboles cubiertos por venas azuladas y latentes, al lado de versiones escuchimizadas y consumidas. Había rosales que desprendían una humedad dulzona y también un estanque con el agua negra. Vieron unos cristales a los pies de uno de los muros. Arriba, una ventana se había roto.
—
Deben haber entrado por ahí —dijo Friederike, mirando a Saeko—.
Pero si Karel ha ido tras ellos, es una oportunidad. Estará distraído.¿Distraído para atacarlo por detrás? ¿Para acercarse sin hacer ruido…? ¿O para continuar de largo y dirigirse hacia Xihn? Había una entrada, no muy lejos, que no debía llevar al mismo lugar que a donde había ido Nanashi. Quizá podría buscar compañeros que la ayudaran contra Karel. O puede que si fueran por una ruta distinta y aun así buscaran a Nanashi y a Eve, no se encontraran algún regalito de Karel.
Dos rutas. El tiempo corría.
Saito:
VIT:100/120
PH: 25/60
Saeko:
VIT: 80/84
PH: 54/58
Grupo de Lyn El
Libra de Kairi no surtió efecto. Como solía suceder con las criaturas infestadas por el Caos, las lecturas de los resultados eran extrañas y variaban cada pocos segundos, haciendo que fueran imposibles de interpretar. El
Perla+ fue algo más efectivo: impactó contra la espalda del lancero, al que pronto se le vino encima un enorme dragón de luz que no pudo bloquear.
Lyn recuperó su forma humana al tiempo que el disparo de Hiro alcanzaba al gigante, acabando con los Sincorazón de Ruz a su paso. La Maestra invocó la Llave Espada y, de un golpe certero, acabó con la criatura de tinta.
El lancero fue el único que desapareció tras el golpe de una Llave Espada y, por tanto, fue el único que dejó atrás un corazón. Un corazón grande y brillante que Lyn atrapó con las puntas de los dedos, pero que amenazaba con escurrirse en cualquier momento.
—
¡Rápido, juntadlo con el de uno de vosotros! —exclamó Chihiro, apresurándose en reunirse con ellos—
. Así obtendréis su poder y su fuerza, y podréis emplear ambos contra Xihn. ¡No hay tiempo que perder! Lyn miró a los Caballeros de reojo y, sin pensárselo dos veces, tendió el corazón hacia ellos:
—
Yo soy una Maestra, y voy a poder valérmelas por mi cuenta mejor que vosotros —dijo, sin rastro alguno de arrogancia—
. No os lo penséis más, ¡que uno de los dos lo acepte para que podamos seguir, vamos! Ruz contemplaba la escena con curiosidad.
¿Cuál de los dos debía de quedarse el corazón? Eran los poderes del lancero los que recibirían, pero, por desgracia, no habían tenido demasiado tiempo de apreciar de qué era capaz... Eso sí, tenían que darse prisa en decidirse, o sería Lyn la que se quedara con el corazón. De ninguna manera iba a dejar que se desvaneciera.
Era momento de curarse y proseguir.
* Dos desobedeció las órdenes de Light (de Andrei, según el punto de vista de Fátima), y se quedó atrás. Andrei apretó los labios y, cuando Dos preguntó por su Maestra, vaciló un momento. Por suerte o por desgracia para él, Harun se llevó a la droide antes de que pudiera responder. Eso sí, no hizo amago de ir tras ellos ni de atacarles.
—
Vaya. Eso ha sido muy noble por tu pa... Cephiro le cortó, empujándolo hacia un lado con su magia. El viento se levantó, y pronto lo acompañaron los truenos. Andrei se vio acorralado y sin poder usar el Caos contra las esencias, de modo que se volvió a por Fátima para intentar terminar de corromperla, pero resultaba imposible con el acoso constante de la lanza de Thor y los latigazos de Cephiro. Llenaron de cortes a Andrei, cuyos movimientos eran cada vez más lentos y torpes.
Casi como si estuviera cansado. Agotado, más bien. A duras penas podía detener o esquivar sus ataques.
Y cuando Thor le asestó un lanzazo que lo tiró al suelo, parecía que ya no iba a poder levantarse. Su Llave Espada rodó a varios metros de su cuerpo. Andrei estiró los dedos en un intento de recuperarla, de volver a invocarla, pero ésta no respondió.
—
Qué... violento. —Jadeó—
. Y qué violenta. ¿Tanta rabia me tenías acumulada..? Tosió, y su tos se disimuló con la risa. Casi sin poder moverse, estiró el cuello para señalar a Thor.
—
¿Qué, vas a matarme tú misma o harás que ese bicho me ensarte en tu nombre? Sería poético, supongo. Utilizar a otro para acabar conmigo, igual que Xihn me ha utilizado para intentar acabar contigo. Pero los tuyos no han hecho tan mal trabajo... Pareció que fuera a decir algo más, pero se calló en el último instante y entrecerró los ojos, como si acabara de darse cuenta de que divagaba. ¿Momento de atacar y acabar con Andrei de una vez por todas? ¿O mejor sonsacarle algo más de información, rodeado y vulnerable como estaba, aunque fuesen unas últimas palabras?
El Caos se había detenido en Fátima, y Dos estaba lejos de su alcance. Era una buena oportunidad. Quizás demasiado buena como para arriesgarse.
Y hablando de Dos...
Harun cogió altura, pero voló recto y a poca velocidad para que la droide no se cayera, ya que seguía aferrada a su brazo más que al dragón. Se dirigía al castillo, donde encontrarían a al menos uno de los otros grupos con toda probabilidad. Andrei no les perseguía y, a medida que se alejaban de él, los efectos de la ilusión de Dos desaparecían y volvía a recordar con normalidad todo lo ocurrido.
Y menos mal, porque ya volvía a verse en problemas.
El dragón esquivó a duras penas un rayo de luz surgido de la nada. A su cola, un ser inmenso con aspecto de ángel y alas de tinta planeaba hacia ellos... y no con buenas intenciones.
Y, por si fuera poco, no estaba solo. A menor altura había más, suspendidos sobre lo que parecían ser torres en ruinas. Y Saito se encontraba en ellas, enfrentándose a los ángeles junto a su compañera Alice. No había ni rastro de Saeko, Eve y Nanashi, aunque no podían andar muy lejos.
¿Huir o apoyarles? Harun obedecería las órdenes de Dos.
Fátima:
VIT: 30/32
PH: 16/100
Dos:
VIT: 23/40
PH: 6/38
Kairi:
VIT: 24/40
PH: 9/52
Hiro:
VIT: 20/28
PH: 7/54
* * * Fecha límite: viernes 22 de junio
Faltas:
Helco: II
Zero: I (justificada)
Tanis: I (justificada)
Denna: I