[Islas del Destino] Límites

[Kousen]

Umm, si está bien, joven Kousen, ¿podrías olvidar eso de "otro mundo"? ¡Se suponía que era un secreto! Y los secretos son secretos y, debido a tal secretismo, permanecen secretos. ¿No habrá alguna manera de que puedas provocarte amnesia a ti mismo? Seguro que hay muchas maneras creativas, como el coco de una palmera o una gran roca. ¿Lo intentamos? Aunque a lo mejor no quieres... no seguro que no quieres. A nadie le gusta que le golpeen la cabeza con una roca. Al menos a nadie de los que yo conozco, que no son tantos. O tal vez sí. No lo sé...

- ¡¿G-golpearme la cabeza?! - Tengo que admitir que por un momento me asusto teniendo en cuenta la actitud de la desconocida, que afirma llamarse Yami. - ¿Pero tan grave es lo que ha dicho? Es decir... no es algo tan descabellado. Ahora que lo pienso es posible que yo no sea siquiera nativo de este mundo...

Miro al cielo estrellado por un momento y me quedo un poco cautivado mirando las estrellas, según me dijeron, la noche que aparecí hubo un destello cuando cayó una. Una sola estrella. - Despues de todo, algo tan hermoso y extenso como esto no puede existir solo para decorar la noche de un mundo tan limitado y reducido como este, ¿verdad? - La emoción me invade momentaneamente con la confirmación de mis sueños.

Parpadeo cortando el efecto hipnótico que la bóveda celeste ejerce y sonrio ligeramente mirando a Yami. - Perdón por esa instrospección momentánea pero... ¿No hay otro modo de arreglar este pequeño incidente que no sea... así?

[Zee]

—Oh —se lamentó Yami, bajando la mirada hacia sus pies. Cabizbaja, continuó con un volumen notablemente más suave—: Pues sí, a lo mejor no te gustan nuestros métodos de borrado de memoria. O a lo mejor y sí, pero lo que pasa es que no te dan confianza. No te preocupes, son eficaces. O tal vez no. No lo sé, no recuerdo... Hmm...

Como queriendo probar su teoría, la mujer caminó hasta una de las palmeras y examinó con calma el suelo alrededor. Luego, cuando encontró lo que buscaba, dejó salir una exclamación y se tornó más entusiasta, como olvidando su repentina depresión. Con una enorme sonrisa, levantó del suelo un coco todavía verde y lo agitó de un lado a otro, pesándolo y midiéndolo. Kousen tragó saliva.

Afortunadamente, a Yami no pareció agradarle la idea después de todo y, encogiéndose de hombros, dejó el coco donde lo había encontrado.

—¡Bueno! —comenzó de nuevo. Con una sonrisa cómplice que iba de oreja a oreja, la extraña mujer se acercó a Kousen y, poniéndole una mano en su hombro, se acercó a su oído—. ¿Y qué tal esto? Escucha, escucha. ¿Qué tal si...? Escucha, tengo una idea. ¿Qué tal si guardas...? ¡Una idea! Una idea, escucha. Tengo la mejor idea. Tú guardas. Escuchaescuchaescucha. Tú guardas... el secreto... ¡junto conmigo! ¿Qué te parece?—Yami se apartó y abrió los brazos en espera de una respuesta—. ¡Así compartiríamos el secretismo secreto! Oh, aunque también...—con un nuevo cambio brusco de personalidad, la mujer agregó, meditativa, en una voz más baja y serena, como si hablara consigo misma. Kousen no descartó esa posibilidad—. O tal vez no... o tal vez sí. Hmm, sí... Creo que también está esa opción...

[Kousen]

Tengo que admitir que sentí un alivio enorme cuando soltó el coco, por un momento creí que iba en serio. Venir al islote arriesgándome y acabar con un traumatismo craneal no es que me atraiga mucho como idea.

¿Y qué tal esto? Escucha, escucha. ¿Qué tal si...? Escucha, tengo una idea. ¿Qué tal si guardas...? ¡Una idea! Una idea, escucha. Tengo la mejor idea. Tú guardas. Escuchaescuchaescucha. Tú guardas... el secreto... ¡junto conmigo! ¿Qué te parece?

¿Guardar el secreto? Obviamente eso es mucho mejor que quedarme inconsciente, pero saber la realidad cuando todo encaja de tal manera y volver a la rutina como si no ocurriese nada fuera de lo extraordinario... No es agradable, pero si no hay más remedio es igual. Incluso puede que solo sea un desvarío de Yami y lo esté tomando demasiado a pecho.

O tal vez no... o tal vez sí. Hmm, sí... Creo que también está esa opción...

- ¿Opción? ¿Qué opción? - ladeo mi cabeza en señal de no comprender, esta mujer es un poco confusa...

[Zee]

—¡La otra opción es aplicar el secreto! —exclamó Yami, respondiendo a la pregunta del joven con evidente entusiasmo—. Porque no es divertido saber dónde está el club secreto si no puedes participar, ¿verdad? —la extraña mujer guiñó un ojo—. Antes de nada, debo saber si eres lo suficientemente especial. Kousen, ¿eras? Sí, Kousen. Ko... Co... Coseno... —Yami soltó una risita antes de continuar, muchísimo más seria de lo que había estado en toda la noche. O bueno, dentro de lo que cabe...—. ¡Coseno! Dime, ¿de dónde viene tu fuerza?

Spoiler: Mostrar

You mad bro!

[Kousen]

Aplicar el secreto, grupo secreto... hasta ahora creía que la forma de Yami de hablar en plural podría deberse también a su forma de pensar, pero esto apunta a algo completamente distinto, al parecer colabora con un círculo de gente... ¿en qué? Y lo más importante ¿Serán todos como ella?
Dejando a un lado el apodo matemático que usa la mujer, oigo su pregunta. - ¿Mi fuerza? Hmmmm... - La verdad es que no me he parado a pensarlo en profundidad.
Mi motivación para seguir adelante y esforzarme, lo que me da fuerzas... Uno podría decir que es el conocimiento, pero eso no me llena en absoluto. Una razón por la cual luchar.

Recuerdos de mi infancia fluyen como las olas con la marea: La impotencia ante aquellos que maltrataban a los demás, la calma del cielo estrellado, la incógnita de dónde provengo y... la felicidad al compartir momentos con los amigos. Eso es... ya sé la razón de esa melancolía interior que me persigue.

- Mi fuerza - retiro completamente la capucha del abrigo, que solo dejaba ver un resquicio de mi cara - Viene no solo de mi, sino de aquellas personas que me importan. Yo pienso que hay mucho más de lo que el ojo ve en las cosas, y si me hago fuerte es para proteger a aquellos que quiero. No soporto ver como hacen daño a otros más debiles.

[Zee]

Yami comenzó a dar palmadas y a vitorear, como si Kousen acabara de ganarse un premio. La mujer comenzó a dar vueltas como una bailarina, mientras cantaba:

—¡Bien dicho, bien dicho! —celebraba, entre risas. Le tomó unos minutos calmarse, pero cuando finalmente lo logró, añadió—: ¿Sabes? Tú podrías ser suficientemente especial... si has venido aquí a proteger a los débiles y si tu corazón cuenta con esa fuerza —Yami miró al cielo—. Sí, Coseno, tú podrías ser suficientemente especial para llevarla contigo. —la maestra volvió su mirada al joven y, por primera vez en toda la noche, no pareció tan loca como en un principio. Una sonrisa se dibujó en su rostro—. O tal vez no. Dime tú: ¿tú que crees? ¿Eres especial? ¿Lo suficientemente para ir... allá?

La mirada de Kousen siguió el dedo de la forastera y se encontró con centenas de brillantes estrellas, caóticas sobre el lienzo nocturno. ¿Serían, como Yami había dicho, otros mundos?

[Kousen]

A juzgar por los gestos de entusiasmo de Yami, mi respuesta a la pregunta había sido satisfactoria para sus estándares, aunque para ser sincero la naturalidad con la que esas palabras brotaron de mí me hice sonrojarme un poco al analizarlas.

¿Sabes? Tú podrías ser suficientemente especial... si has venido aquí a proteger a los débiles y si tu corazón cuenta con esa fuerza - Yami alza la vista dejándome plantearme cómo he acudido a la isla a por esos niños sin pensar demasiado en las consecuencias de ese peligro que había causado el toque de queda, sino más bien sobre si los isleños me impedirían ayudar. No dura mucho, pues vuelve a dirigirme la palabra:

Sí, Coseno, tú podrías ser suficientemente especial para llevarla contigo. O tal vez no. Dime tú: ¿tú qué crees? ¿Eres especial? ¿Lo suficientemente para ir... allá?

Realmente me choca la manera en que tanto la actitud y el semblante de Yami han cambiado en comparación con su patrón de habla inicial lleno de sinsentidos... Algo me hace confiar en ella a pesar de esto último, existe una verdad en sus palabras que de algún modo me transmite que no son solo desvaríos de una pobre mujer trastornada. Con esta serenidad encontrada sigo la línea marcada por su dedo índice hacia el gran mapa estelar, donde algunos de esos resplandores parecen llamarme... los incontables mundos que yacen ahí fuera, ahora casi a mi alcance según Yami. Y entre ellos... un lugar que me vio nacer. ¿En cuanto a... "llevarla"?

- No diría tanto como especial - Sonrío con honestidad - Todos lo somos en cierto modo, aunque difiera mucho de una persona a otra, es solo cuestión de seguir los dictados de nuestro propio corazón. - Torno de nuevo la cabeza en dirección al rostro de esta mujer con la que he coincidido en un lugar así.- Y realmente creo que... sí. Si hay realmente tanto ahí fuera, estoy preparado para conocerlo. Ya sean lugares, culturas o personas que encuentre a lo largo de mi camino y a las que pueda tanto conocer como echar una mano. Sé que habrá momentos difíciles, pero puedo superarlos tanto por mí mismo cómo por los demás

[Soul Artist]

Spoiler: Mostrar

Siento la espera, Kousen. Lo prometido es deuda, a ver si hoy podemos terminar...

Yami juntó sus manos mientras el joven hablaba, escuchando todas y cada una de sus palabras. Una vez terminó de hablar, se llevó las manos juntas a su mejilla derecha y cerró ligeramente los ojos, aparentemente feliz de la respuesta y el pequeño discurso de Kousen.

—¡Sí, sí, sí! Tu fuerza está en ellos, ellos siempre estarán contigo, sí, sí, sí. Estás preparado, estás muy preparado. Es hora. Hora de volar, hora de luchar, hora de aventuras...

La mujer se soltó las manos y extendió su brazo derecho hacia el chico, como si quisiera tocar algo en concreto. Una luz cegadora se iluminó en ella para hacer aparecer lo que cualquiera hubiese deducido como un arma: un arma extraña, pero un arma. Con aspecto de llave, y también de espada, que recordaba a un dragón escupiendo fuego rojo que representaba su filo.

Spoiler: Mostrar

Tomó el arma con sus dos delicadas manos y se acercó al muchacho, ofreciéndosela para que la tomara, como si de un ritual se tratase.

—La Llave Espada —presentó ella—, arma de la luz, temor de la oscuridad. Si la tomas, ¡viajarás conmig! Sí, sí, iremos allí y allá, y lucharemos con Sincorazón, y yo te enseñaré cosas, Coseno, ji, ji...

[Kousen]

Confundido al inicio al ver como la mujer extiende su mano, intento fijar mi mirada por si me estoy perdiendo algo, solo para dar un pequeño brinco hacia atrás cuando un destello de luz cegadora materializa de la nada un arma en su mano.

Un arma extraña, con la inconfundible forma de una llave gigante, solo que con rasgos de espada para su obvio uso como arma. Aunque no la he visto nunca, me causa una agradable sensación de seguridad.
Después de todo, no me he equivocado al vislumbrar la sinceridad en las palabras de Yami, aunque muchos puedan tener prejuicios al inicio.

—Un arma de luz... Para luchar contra las hordas de la Oscuridad, ¿eh? — No se que serán exactamente estas fuerzas ni los llamados "Sincorazón", solo puedo imaginarme criaturas terribles, acechando a cualquiera mientras se esconden en las sombras. Una vez que la tome en mi mano doy por hecho que no hay vuelta atrás, esto marca el comienzo de mi viaje, y de incontables encuentros y situaciones con gente de todas partes.
— Muy bien, Yami. Acepto.

Tomo entonces la mística arma en mis manos, observándola un poco ante la mirada de Yami.

[Soul Artist]

La llamada Llave Espada desapareció de las manos del joven, dejando en su lugar un rastro de pequeñas luces que descendieron a sus manos lentamente y desapareciendo al muy poco tiempo. Yami se llevó a la cabeza, aparentemente feliz, a la vez que pegaba pequeños saltitos.

—¡Sí, sí, sí! La luz, la luz te ha tocado, y la oscuridad te teme ahora, ¡te teme mucho! Pues cuando hay luz hay sombras, cuidado, cuidado con las sombras... Y necesitarás aquello para protegerte de ellas.

Yami se metió la mano en el interior del kimono, como si de una chaqueta se tratara, y sacó un pequeño trozo de metal gris. Se lo extendió a Kousen, esperando que lo tomara.

—Con esto quedarás protegido de la oscuridad al viajar —explicó Yami—, porque la oscuridad es mala, ya sabes... Colócalo en cualquier parte de tu cuerpo. ¡Pero no lo actives todavía, no, no! Antes, debes despedirte de tus seres queridos, esos que te dan fuerzas. Ve con ellos. Yo te esperaré aquí.

Una vez lo hubo tomado, la mujer se echó atrás y se quedó de pie, esperándola.

[Kousen]

Observo la Llave Espada desaparecer, y noto una suave calidez cuando los fragmentos de luz se posan en mi mano, antes de desaparecer. Giro mi cabeza hacia Yami y tomo la pequeña pieza de metal, eligiendo colocarla en mi muñeca izquierda para mayor comodidad.
Agradezco realmente que Yami me de tiempo para despedirme, me resultaría muy amargo dejar a mis padres sin la más mínima noticia y desaparecer de la noche al día.

Hago un gesto con la mano a Yami despidiéndome de momento, y me dirijo a toda prisa hasta mi bote, ocultándome de nuevo y remando hasta una distancia prudente para cubrirme con la red. Una vez seguro de miradas indiscretas, corro con fuerzas por el camino hacia la casa que me vió crecer, la casa de mis padres. Respiro profundamente, en preparación para la despedida.
Tras usar las llaves que siempre escondía cuando era pequeño, entro en casa recibiendo un cálido abrazo de mi madre, y hago mi camino hasta el salón, donde pido a mis padres que se sienten.

— Mamá, Papá, creo que sería prudente deciros que estaré un tiempo... fuera.
— ¿Fuera hijo? Alguna clase de estudios exteriores supongo— La dulzura de la voz de mi madre no deja de sorprenderme ante lo repentino de la situación.
Por un momento pienso en seguir el hilo y ocultar la salida de mi mundo para no causarles más dolor, pero... no puedo hacerles eso a quienes me han dado todo su cariño hasta el momento.

— N... No precisamente... verás...
— Vas a buscar de dónde vienes, ¿verdad?— Mi padre alza su voz desde un rincón, aunque de forma calmada — Ya decías eso muchas veces cuando no eras más que un adolescente a medio crecer, pero siempre acababas enfurruñado después de no poder realizar tu palabra — deja escapar una risa baja — Pero esta vez si que parecer más decidido... y sacar ese tema después de años de seriedad tiene que significar que has encontrado la forma.

Me rasco la cabeza algo avergonzado por la forma en que mi padre aún puede leerme con esa facilidad, y después de unos cuantos abrazos y algún intercambio de palabras (especialmente dulzonas y lagrimosas de mi madre), me despido de ellos.

— ¡Volveré de vez en cuando! — retomo el camino de vuelta al mar, y en esto recuerdo algo que me hace reír. Según paso ante las casas de mis amigos, tomo un trozo de hierba largo y lo ato alrededor del pomo de las puertas. Era nuestra forma de decir que nos íbamos a jugar y que esperábamos cuando éramos unos críos.
No queriendo hacer esperar más a Yami, me adentro en el oscuro espejo que es el mar a estas horas con mi bote, retornando a la Isla y volviendo al punto de encuentro.

Spoiler: Mostrar

Edit por colores y un fail D:

[Soul Artist]

Yami esperaba no muy lejos de donde habían quedado, mientras jugueteaba al parecer con un paopu y lo observaba con muchísima curiosidad. Al darse cuenta de que Kousen se acercaba a ella, le colocó la fruta en la cara y pudo ver que tenía dibujados dos peequeños círculos en forma de ojos y una línea que servía de sonrisa.

—¡Saluda al señor Coseno, Papo! "Hola, señor Coseno, encantado de conocerle. ¿A usted también le gustan los chocobos? Yo me los como a todas horas" ¡No, señor Papo, los chocobos no se comen! "Vaya, qué pena... Con lo bueno que están sus alitas..." ¡Ah, señor Papo, es usted malvado!

Tras aquella demente escena, la Maestra tiró lejos el paopu y se dirigió hacia su nuevo aprendiz. Le observó de arriba a abajo y dio por hecho que ya se había despedido de todos aquellos a los que tenía que decir adiós, por lo que invocó nuevamente su Llave Espada.

—Ahora es hora de viajar... ¡Viajar, sí! Llama a tu armadura y lanza tu Llave Espada al cielo. ¡Vamos!

Yami invocó su armadura y, tras un destello, surgió dentro de la vestimenta metálica. Tras lanzar su arma hacia el cielo, bajó una especie de vehículo volar sobre el que se montó.

Spoiler: Mostrar

Último post.

[Kousen]

Al fin ha llegado el momento. Algo con lo que llevo soñando años... el poder salir y ver otros mundos, conocer a un número desconocido de personas en cada uno de ellos, y quizá incluso descubrir mis orígenes y el porqué de mi llegada a estas pequeñas pero adorables islas.

Mi corazón late con fuerza en mi pecho, incluso deseo poder compartir esta emoción y alegría con más gente. Me sereno antes de nada, con una buena toma del fresco aire nocturno con olor a salitre.
A continuación extiendo mi mano, y con solo pensarlo, la Llave Espada acude a la llamada de lo más profundo de mi corazón, precedida por una espiral de luz y un destello que se dispersa en pequeños fragmentos. Me sorprende lo distinto del diseño en comparación a la de mi maestra, esta es más parecida a una llave

Spoiler: Mostrar

A continuación me dispongo a pulsar el botón del artilugio en mi muñeca contraria, pero algo a mis pies me hace distraerme unos segundos. Arrastrada por las olas, una pequeña concha de thalassa choca contra la suela de mi zapato, y me agacho a tomarla con la mano libre.

Spoiler: Mostrar

En combinación con el paopu con el que Yami jugueteaba, me hace rememorar la leyenda sobre que si se crean amuletos con la forma del fruto y estas conchas, traerán buena suerte a los viajeros y a quienes quieren.
No tengo tiempo, así que me guardo el singular regalo del molusco y presiono el botón con decisión. La luz me envuelve para revelar una brillante armadura metálica de color dorado, verde aguamarina y negro; con algunas franjas naranjas, al igual que el interior de la capa de color claro por fuera. Luego aferro la Llave Espada y la lanzo con decisión hacia las estrellas, regresando al poco tiempo transformada en un vehículo con forma parecida a una moto.

Monto en este y me elevo hasta donde Yami, dando un último vistazo a mi hogar para después ascender a velocidad vertiginosa hacia ese gran cielo que todos los mundos comparten.

[Soul Artist]

Lejos quedaba Islas del Destino. El mundo en el que Kousen se había criado quedaba atrás, no sabría decir por cuánto tiempo. Siguiendo a Yami pudo distinguir más mundos a su alrededor; una oscura ciudad de carteles luminosos, una pequeña villa que llegaba a su atardecer... Y finalmente, su nuevo hogar. Un mundo que casi parecía brillar por luz propia, compuesto por unas colinas y un brillante castillo. Casi podía llegar.

Tras tanto tiempo, había roto todo. Había roto...

... Todos los límites.

Spoiler: Mostrar

¡Prólogo DIOS SANTO MÍO finalizado! (Por favor, pon la canción. Motiva mucho)



Lágrimas caen por los ojos de Kousen... Porque su Prólogo ha pasado de todo. Pero aquí está. Tras tres meses... Ha terminado. ¡Sí! ¡Tierra de Partida te espera, joven Coseno! ¡Vuela alto, muchacho, vuela alto!

¡Por increíble que parezca, Kousen ha conseguido 15 PX! En su largo viaje mejorará su forma de interpretación y de escritura, aunque en estos tres meses ¡ha mejorado! ¡Dios santo, sí! Normal, en ese tiempo da para todo... Sigues cometiendo errores, tales como que la conversación con los padres es demasiado rápida y brusca, ¡pero Dios santo! ¡Lo único que importa es que has terminado!

¡Pero es que ahí no acaba todo! ¡Wow, sencillamente wow, por fin tiene en sus manos la Cadena del Reino! ¡La auténtica y no exclusiva Cadena del Reino! Es, es... ¡Increíble! ¡Preciosa! ¡Seguro que el joven Kousen nunca se maravilló tanto de verla, ni siquiera en el primer Kingdom Hearts!

¿Y qué me decís de esa Armadura tan chula no personalizada? Pero ¿qué más da su aspecto? ¡¡Tiene una armadura!! ¡¡Dios, voy a llorar!!

¡¡¡¡Pero no hemos terminado!!!! ¡¡¡¡¡¡¡Es que Kousen además se ha llevado la habilidad Materialización del arma!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Dios santo, no lloraba tanto desde que vi Hachiko!!!!!!!!!!!!!!!!!!

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Enhorabuena, Kousen!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!