[Mundo Inexistente] Vive y deja vivir

[Nell]

Después de que los dos jóvenes se mostrasen interesados por la nueva arma, Akio suspiró, con cierto dramatismo, como si no tuviese más remedio que dar explicaciones.

—”Esto” no se consigue de cualquier manera. Para que pueda permitirte empuñar una, tienes que cumplir ciertas condiciones y normas. La Llave Espada no es un juguete que aprendes sin más a manejar, ni tampoco se usa exclusivamente para protegerse a sí mismo. Sirve para mantener la armonía del universo —esclareció Akio—. Pertenezco a una orden que no tiene nada mejor que hacer que ejercer ese trabajo sucio. Y si queréis la Llave… tendréis que uniros a ella.

Extendió el mango de la Llave, entre los dos refugiados, a fin de que estuviese a mano para los dos.

—También debería advertiros sobre ciertas reglas… Aparte de que tendríais que venir conmigo a nuestra base, otras cosas sin importancia, puro trámite… —se encogió de hombros—. Y muy sencillas de aprender: no podéis intervenir en los asuntos de otros mundos, que no competan a vuestra misión; ni revelar vuestra procedencia. ¿Alguna duda? No, claro que no, está todo muy claro.

En cuanto el primero cogiera la Llave, verían como ésta desaparecía de sus manos para retornar a las de Akio, quien se la ofrecería, en la misma postura, al siguiente, para repetir el proceso.

[Leon18]

Tras dejarle claro que quería aquella espada, Akio, como sintiéndose obligado nos explicó más cosas sobre aquella extraña arma.

—”Esto” no se consigue de cualquier manera. Para que pueda permitirte empuñar una, tienes que cumplir ciertas condiciones y normas. La Llave Espada no es un juguete que aprendes sin más a manejar, ni tampoco se usa exclusivamente para protegerse a sí mismo. Sirve para mantener la armonía del universo.

-¿Condiciones, normas y mantener la armonía del universo? Ya no me va molando tanto la cosa. -Pensé un poco desilusionado.

- Pertenezco a una orden que no tiene nada mejor que hacer que ejercer ese trabajo sucio. Y si queréis la Llave… tendréis que uniros a ella.-Así que una orden… Bueno, si quería obtener aquella espada debía unirme, no me quedaba otra.

Tras esto, extendió su mano dejándonos al alcance su Llave Espada, como animándonos a cogerla, pero siguió contándonos cosas sobre la orden esa.

—También debería advertiros sobre ciertas reglas… Aparte de que tendríais que venir conmigo a nuestra base, otras cosas sin importancia, puro trámite… Y muy sencillas de aprender: no podéis intervenir en los asuntos de otros mundos, que no competan a vuestra misión; ni revelar vuestra procedencia. ¿Alguna duda? No, claro que no, está todo muy claro.- Nos dijo, así que iríamos a otros mundos, y no revelar nuestra procedencia, ¡aunque él lo había hecho! ¿Y dónde iríamos también? Debía preguntárselo.

-Entendido, así que tendríamos que ir contigo a un lugar del cual no sé cómo llegaré ni dónde está, vale. Bueno, y viajaremos a otros mundos por lo visto y no podremos decir nuestra procedencia, cosa que tú has hecho.- Le dije como recriminándole que él había incumplido las normas también.- Pero bueno, yo me uno, aunque debo saber una cosa, ¿Podré volver aquí algún día? Aún tengo cosas que hacer por aquí. Ahora sí, ¡déjame probar esa tal Llave Espada!- Le dije mientras le arrebaté de sus manos la Llave Espada.

Me dispuse a probarla haciendo unos movimientos pero inmediatamente desapareció de mi mano y volvió a sus manos, ¿se estaba riendo de mí o qué?

-¿¡Cómo lo has hecho!?-Le dije cabreado, no me gustaba que se rieran de mí.

[Lavanda]

-Bueno… pues yo no sabía nada de otros mundos pero vamos, que no me importa mucho, solo quiero saber dónde conseguir eso-. Dijo Paul señalando su espada.

Seguidamente Akio suspiró de forma exagerada y como si le aburriesen nuestras dudas contestó la ultima pregunta de Paul.

—”Esto” no se consigue de cualquier manera. Para que pueda permitirte empuñar una, tienes que cumplir ciertas condiciones y normas. La Llave Espada no es un juguete que aprendes sin más a manejar, ni tampoco se usa exclusivamente para protegerse a sí mismo. Sirve para mantener la armonía del universo.

La verdad, lo de mantener la armonía en el universo me parecía una maravilla. Vi un camino que seguir, la emoción me inundaba otra vez. Pero parecía que Paul no pensaba lo mismo. Lo miré tenía una expresión diferente a la anterior. ¿Qué estaría pensando? Akio siguió explicando.

—Pertenezco a una orden que no tiene nada mejor que hacer que ejercer ese trabajo sucio. Y si queréis la Llave… tendréis que uniros a ella.

¿Una orden? Espero que no sea una de esas sectas. Pero no parecían mala gente si se ocupaban de salvaguardar el universo. Asentí, parecía interesante, aunque sabía que me faltaba mucha más información sobre esa orden.

Akio extendió su mano mostrándonos su Llave Espada, tan cerca de nosotros, tan a nuestro alcance... Y con la tentación en nuestras narices siguió explicando.

—También debería advertiros sobre ciertas reglas… Aparte de que tendríais que venir conmigo a nuestra base,— ¿Qué? Pensé— otras cosas sin importancia, puro trámite… Y muy sencillas de aprender: no podéis intervenir en los asuntos de otros mundos, que no competan a vuestra misión; ni revelar vuestra procedencia. ¿Alguna duda? No, claro que no, está todo muy claro.

Vale no habría ningún problema si no fuera porque tengo a Nathan y a Sarah aquí, no puedo irme sin más, pero si me voy podré encontrar la forma de hallar a mis padres. A demás si Akio se mueve por los mundos yo también podría volver aquí, espero. Paul de golpe soltó sus pensamientos.

-Entendido, así que tendríamos que ir contigo a un lugar del cual no sé cómo llegaré ni dónde está, vale. Bueno, y viajaremos a otros mundos por lo visto y no podremos decir nuestra procedencia, cosa que tú has hecho. Pero bueno, yo me uno, aunque debo saber una cosa, ¿Podré volver aquí algún día? Aún tengo cosas que hacer por aquí. Ahora sí, ¡déjame probar esa tal Llave Espada!

Levanté una ceja. Paul me estaba sorprendiendo de verdad, me parecía perfecto que fuera un tanto impulsivo pero... Era extraño. No sabía si definirlo de mal educado o de niño orgulloso.
Se puso a hacer sablazos al aire pero de golpe la Llave Espada desapareció de sus manos y fue a parar a las de Akio otra vez.

- Es increible... -Dije mostrando mi sorpresa.

-¿¡Cómo lo has hecho!?- Gritó Paul enfadado.

- Es como si la espada estuviese... viva. -Solté mi teoría sin más- ¿Puedo? - dije señalándola como para cogerla.

Quise yo también coger la Llave Espada y así lo hice, la sostuve con mis dos manos y al rato desapareció y apareció de nuevo en las manos de Akio. Me quedé con cara de asombro.

- Yo también quiero una llave espada y estoy de acuerdo con todo pero... sobre lo de la orden, tengo familia aquí, quisiera hablarlo primero antes nada, aunque creo que ir contigo es mi destino.- Dije, segura de mi misma.

[Nell]

Akio se limitó a bufar cuando Paul le reprochó su incumplimiento de las normas. Claro, el Maestro había pensado, desde un principio, que se trataba de dos aprendices, y había cometido el error de pensar que nadie más podía vivir por allí. Seguramente por eso se libró el muchacho de otra replicación burlesca.

Una vez ambos hubieron obedecido, pese a que la Llave volvía a estar en manos de Akio, tuvieron sensaciones parecidas. Una calidez en el pecho indescriptible. Y si se concentraban en ella, en lo mismo que habían sentido al sostener el arma, podrían convocarla de nuevo.

—Ahora vosotros tenéis las vuestras propias, por supuesto. ¿Creíais que me desharía de la mía? —ladeó la cabeza, quitándole importancia al enfado o confusión de los nuevos aprendices—. Pero antes de explicaros más cosas, supongo que querréis despediros de alguien —soltó, de pasada a ambos, tras la pregunta de Rhía—. Si os tenéis que ir, esperaré aquí hasta que volváis.

Y así lo haría. Akio volvió a sentarse en el cubo, con la Llave en las rodillas, aguardando si alguno de los muchachos decidía aprovechar aquel rato para visitar a sus seres queridos. En la misma posición le encontrarían al regresar.

—Podréis volver cuando queráis —advirtió, finalmente, encogiéndose de hombros, como si le diera igual—. Aunque no entiendo por qué, si aquí no hay nada.

[Leon18]

Parecía que mi comentario sobre que se había saltado las normas él le molestó un poco, pero lo único que hizo fue soltar un bufido, algo raro que no me dijera nada. Después de que intentara coger la arma de Akio y me cabreara un poquito Rhía comentó que la espada estaba viva.

-¿Cómo va a estar viva? Vaya tontería.- Me dije en voz baja para que no lo escuchara ella, Rhía más o menos me caía bien al fin y al cabo.

Tras esto, le pidió poder probarla tal y como hice yo, y pasó justamente lo mismo, volvió a las manos de Akio, ¿cómo haría aquello?

- Yo también quiero una llave espada y estoy de acuerdo con todo pero... sobre lo de la orden, tengo familia aquí, quisiera hablarlo primero antes nada, aunque creo que ir contigo es mi destino.- Le comentó a Akio, es verdad, ella tenía familia aquí, no sería muy normal que se fuera un día y ya no volviera, como mi padre, ¿estaría él también en aquella orden? Quizás Akio lo supiera.

Le iba a preguntar sobre aquello pero entonces pasó algo, sentí como un calor en mi pecho, algo que no había sentido nunca, me toqué el pecho con una mano y de pronto apreció la Llave Espada en mi mano, aunque no era como la de Akio, esta sí era igualita a una llave, y el final de la cadenita era un círculo con otros dos más pequeños arriba como si fueran unas orejas, completamente diferente al fantasmita que tenía Akio.

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-¡Perfecto!-Exclamé mientras notaba cómo sonreía al examinarla.

—Ahora vosotros tenéis las vuestras propias, por supuesto. ¿Creíais que me desharía de la mía? —Nos explicó, también era verdad aquello, no nos iba a dar la suya y él quedarse con ninguna.

Miré entonces a Rhía y vi que ella también tenía la misma, ¿entonces por qué Akio tenía una diferente?

-¿Y por qué tú tienes una diferente a la nuestra y la de nosotros dos es iguales?- Le pregunté, quería tener una espada exclusivamente, pero siguió hablando, quizás no lo habría escuchado.

- Pero antes de explicaros más cosas, supongo que querréis despediros de alguien. Si os tenéis que ir, esperaré aquí hasta que volváis.- Nos propuso, aunque yo no tengo nadie aquí en realidad, Rhía sí, así que supongo que se iría a despedirse.

Tras decirlo se sentó en el cubo de basura otra vez, ya podía preguntar al fin sobre mi padre.

-Yo no voy, no tengo a nadie aquí, mi padre desapareció hace ya tiempo, quizás esté en esa orden, se llama Jack Neder, ¿te suena?-Le comenté con algo de esperanza de que estuviera allí. Rápidamente Akio sin parecer haberme escuchado nos dijo otra cosa:

—Podréis volver cuando queráis —Menos mal, echaría de menos este lugar al fin y al cabo—. Aunque no entiendo por qué, si aquí no hay nada.-Criticó otra vez mi hogar, ya no pude aguantarme y le contesté.

-Si no hay nada ¿qué hacías entonces aquí? No haces nada más que criticarlo.-Le solté al fin, seguidamente me puse en la posición de antes, apoyado en la pared con mi Llave Espada en las manos y esperé su respuesta.

[Lavanda]

Akio miró a Paul y bufó descaradamente, parece que le había molestado el comentario que le hizo Paul sobre el incumplimiento de las normas.

Pero después de que yo hubiese tenido la oportunidad de probar la llave y esta hubiese vuelto a las manos de Akio, sentí algo muy fuerte en el pecho, algo cálido y agradable... pero era tan... tan indescriptible... Me llevé las dos manos al corazón y cerré los ojos, sentía algo en mi interior que no había sentido nunca. Y de repente una luz iluminó mi mano derecha, la separé rápidamente de mi pecho y de allí apareció ¡una Llave Espada!

Sonreí asombrada mientras inspeccionaba mi nueva arma, la arma que deseaba tanto para llegar a hacerme valer, ¡Tenía una propia! Pero esta no era como la de Akio, y a Paul le había aparecido una igual en su mano. Esta tenía la hoja de un color plateado y la punta tenía forma de llave, no como la de Akio que parecía la boca de una serpiente. El mango era dorado y en la punta tenía una cadena que al final de esta había una pieza plana con la silueta de un ratón, un circulo grande con dos "orejitas" arriba.

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-¡Perfecto!- Paul parecía contento, ya tenía la arma que deseaba.

—Ahora vosotros tenéis las vuestras propias, por supuesto. ¿Creíais que me desharía de la mía?

- En ningún momento dije de quedarme la tuya, simplemente quería una... ¡Y aquí está!- Más que nada quería zanjar el tema.

-¿Y por qué tú tienes una diferente a la nuestra y la de nosotros dos es iguales?- Preguntó Paul. Y sí, buena pregunta ya que tenía razón. Pero Akio siguió a lo suyo.

- Pero antes de explicaros más cosas, supongo que querréis despediros de alguien. Si os tenéis que ir, esperaré aquí hasta que volváis.- Tras decirlo se sentó en el cubo de basura donde se había sentado entes, esta vez con su Llave Espada apoyada en sus rodillas.

-Gracias. - ¡Bien, perfecto! Pensé mientras asentía y sonreía. Ahora solo tenía que pensar como explicárselo a Nathan y Sarah para salirme con la mía e irme con Akio a la base de la orden, junto a Paul también, claro.

-Yo no voy, no tengo a nadie aquí, mi padre desapareció hace ya tiempo, quizás esté en esa orden, se llama Jack Neder, ¿te suena?- Me giré de golpe hacía Paul.

- ¿Qué?- Le pregunté, pero pareció no escucharme ya que estaba atento por si Akio respondía. Me había sobresaltado mucho. ¿Lleva todo el tiempo solo aquí? Me pregunté. Me dio pena, y me entristeció. Más tarde tenía que hablar con él.

—Podréis volver cuando queráis — No respondió a Paul —. Aunque no entiendo por qué, si aquí no hay nada.

-Bien, podré volver a visitar a mi gente. Pero tiene algo cruzado este lugar, que más da, no me incumbe. - Pensé, pero Paul parecía algo molesto por los comentarios de Akio.

-Si no hay nada ¿qué hacías entonces aquí? No haces nada más que criticarlo. - Es verdad, ¿que objetivo tenía el pequeño Akio en este mundo inhóspito?

Paul se fue a apoyarse a la pared, con su Llave Espada entre sus manos, con todas las preguntas sobre su padre por responder.

Pero era hora de irme a casa a dar explicaciones.

- Voy a casa, ahora vuelvo. - Sonreí, me giré y me fui.

Me fui extremadamente contenta, en mi mundo, primero pensando en que pasaría de ahora en adelante, soñando y volando entre mis pensamientos. - ¡Soy Rhía Davis, y haré que exista la paz entre los mundos! - Pensé, alzando la espada, jugando como una niña pequeña. Era un momento realmente feliz.

Pero acabé caminando a paso un poco más rápido y sin jugar. Acabé reflexionando sobre lo que me había pasado ese día, minuto a minuto. Desde la corazonada antes de salir de casa, las luces que luego fueron rayos, mi encuentro con Paul, nuestro ímpetu para sobrevivir juntos, que por cierto, tenía que buscar un momento para hablar con él, el encuentro con el pequeño Akio, lo que me sorprendió todo al fin y al cabo... la orden y la Llave Espada.

Ahora solo tenía que hablar con Nathan y con Sarah. Sarah... "¿Cómo reaccionaría?" Pensé. Así que me puse a pensar sobre la charla que tendría con ellos dos en unos instantes, pero de golpe, ya me encontré en la puerta de casa. Segura de mi misma, intentaría hacer captar mi ilusión a los míos. Así que me dispuse a entrar convencida.

[Nell]

En cuanto Rhía se marchó a despedirse de su familia, Akio aprovechó el nuevo silencio para responder a las preguntas que se había dejado pendiente con Paul.

—Mi Llave es diferente porque tengo un llavero diferente. En cuanto te fortalezcas, podrás usar otros más poderosos. Pero todos los aprendices empiezan usando el mismo —explicó brevemente, con los brazos cruzados.

Las otras dos preguntas, por otro lado, supusieron explicaciones más simples. Akio no parecía, particularmente, muy interesado en ellas, como si no fueran con él.

—No conozco a ningún Jack Neder —a la siguiente, en cambio, puso cara de desagrado, al principio—. Estaba dando una vuelta. De vez en cuando alguien tiene que pasarse para ver cómo están las cosas por esta zona. ¿Cuál es la queja? Si no hubiese venido, nunca nos habríamos encontrado.

Y a pesar de que Akio tenía razón, seguramente Paul hubiese preferido no conocerle nunca, visto lo mal que le caía aquel niño. Eso sí: era innegable que le había ofrecido la oportunidad de su vida para ampliar sus horizontes.

En cuanto Rhía regresó, tras despedirse de su familia, continuó Akio con su cháchara.

—Lo primero que tenéis que saber es que, como ya habéis visto, vuestra nueva arma será también vuestro transporte. Mirad bien.

Lanzó la Llave Espada al aire. Un breve destello la iluminó por un momento y, al regresar, volvía a ser el Glider en el que le habían visto la primera vez.

—Vuestro turno.

[Leon18]

Justo cuando Rhía se fue en busca de su familia para despedirse y explicarles todo lo que ha pasado hoy y que se tenía que ir, Akio empezó a contestar a las preguntas que le hice antes y que dejó sin respuesta.

—Mi Llave es diferente porque tengo un llavero diferente. En cuanto te fortalezcas, podrás usar otros más poderosos. Pero todos los aprendices empiezan usando el mismo —Me explicó rápidamente mientras seguía en la misma postura de antes.

Así que llaveros, supongo que será el símbolo que hay al final de la cadenita, ya veré cómo se conseguirán, si puede ser que sea único.

Akio siguió explicando, esta vez con una actitud más pasota, parecía que ni le importaban.

—No conozco a ningún Jack Neder —Aclaró.

Entonces toda pequeña esperanza que tenía sobre encontrar a mi padre se desvaneció, ya lo veía imposible, noté como se me humedecían los ojos, pero no podía llorar, y sobre todo delante de Akio, no, debía ser fuerte, apreté mi puño para contener la rabia, ya no era ni tristeza, era rabia, rabia por volver a haber pensado que podría encontrarlo y volver a haber puesto los pies en la tierra llevándome otro palo.

Mientras yo me encontraba en un mar de sensaciones ante la respuesta de Akio, éste siguió hablando:

- Estaba dando una vuelta. De vez en cuando alguien tiene que pasarse para ver cómo están las cosas por esta zona. ¿Cuál es la queja? Si no hubiese venido, nunca nos habríamos encontrado.-Simplemente le ignoré, no tenía ganas de escuchar al malcriado este.

Después de esto hubo un gran silencio incómodo entre los dos, él sentado en el cubo de la basura y yo apoyado en la pared pensando en lo de mi padre e intentando calmarme.

Al fin llegó Rhía, yo ya me encontraba mejor, pero ella llegó con una expresión triste, cabizbaja y con los ojos brillantes, quizás habría llorado en la despedida, algo normal, quién sabe si cuando vuelva sigan ahí o ella no pueda volver.

-Por fin llegas, ya pensaba que te habían atacado una de las criaturas.-Le dije, aunque tuviera ya la Llave Espada no era rival aún de las criaturas.

Seguidamente, Akio siguió hablando:

—Lo primero que tenéis que saber es que, como ya habéis visto, vuestra nueva arma será también vuestro transporte. Mirad bien.

Tras decirlo lanzó su Llave Espada y cuando llegó al punto más alto hubo un destello y al bajar se convirtió en el Glider.

—Vuestro turno.

- A ver…-Dije mientras lanzaba la Llave Espada al aire.

Cuando llegó al punto más alto, pasó lo mismo que antes pero al bajar no era el mismo Glider, era como un vehículo rojo de dos ruedas.

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- Mola.

Era el turno de Rhía, ¿Cómo sería su Glider?

[Lavanda]

Golpeé la puerta tres veces, como siempre, y Nathan me abrió la puerta. Me sonrió y me saludó con la mano con la que no aguantaba el paño de la puerta.

- ¿Dónde has estado esta mañana, pequeña?- Me dijo amablemente. Y le contesté como a quien no le iba la cosa.

- Bien... Es largo de contar.- Entré dentro de casa y Nathan cerró la puerta. Caminamos me senté al rededor de la mesa del comedor. Le señalé una silla a mi lado para que se sentara. ¿Dónde está Sarah?- Le dije mientras él se sentaba.

- Sarah está en el baño. ¡SARAH!- Le gritó para que viniese, ella obedeció rápido y sobresaltada. Nathan no solía gritar nuca. Él notaba algo extraño en mí, sabía que tenía que hablar con ellos. ¿Me lo había notado en la expresión de la cara?

Sarah y yo nos saludamos con una sonrisa y cómo le había hecho a Nathan, le señalé una silla situada a mi lado para que sentara.

- ¿Qué pasa Nathan? - Le preguntó Sarah. Nathan me señaló con la cabeza mirándome y me dijo:

- ¿Qué te pasa a ti? ¿Nos tienes que decir algo verdad? - Sí, había notado que me pasaba algo. Sarah se giró con cara de "¿Qué pasa?" así que todos estaban atentos y empecé mi discurso.

- Bueno, no hace falta que os preocupéis, de verdad. - Dije mostrandoles una sonrisa para que se calmaran. - Esto... Hoy he tenido un día movidito. Como cada mañana me he levantado y he ido a dar una vuelta por... - Sarah me cortó.

- Rhía no te vayas por las ramas por favor. - Impaciente cómo siempre, pero esta vez también la veía preocupada, así que seguí.

- Un momento Sarah por favor. Una vuelta por la ciudad, y vi unas luces en el cielo, me emocioné como siempre y fui a buscar dónde habían caído. Me encontré de golpe con un chico, él se llama Paul Nader. - Esta vez me cortó Nathan.

- ¿Te has enamorado? ¿Es eso?- Los tres reímos.

- ¡Nate por favor! - Dije entre risas. - No, no es eso. Se ve que él también iba en busca de las luces, lo más extraño era encontrarme a alguien por aquí. Pero bien, nos acorralaron unas sombras, que por lo visto se llaman sincorazón. - Nathan empezó a mirarme con una cara extraña. ¿Por qué? Pero seguí a lo mío. - Paul y yo huimos y nos volvieron a acorralar en otro callejón, pero de golpe apareció un chiquillo con unos poderes y una fuerza impresionantes, era increíble, pero él nos ha salvado.

- Oye chavala, ¿me tomas el pelo? - Soltó Sarah, parecía molesta, pero la ignoré.

- Esto que empezamos a hacerle preguntas al chico, que por cierto se llama Akio, y nos ha dicho que es de otro mundo. ¡Como nosotros! ¡Y tiene una llave espada! ¡Y espera lo más fuerte es que yo ahora tengo una! - Me embalé, me emocioné como siempre, pero Nathan se levantó de la mesa de un golpe y muy enfadado empezó a gritarme, así que empezó la discusión.

- ¡NO! ¿Cómo quieres acabar? ¿Como ellos, como tus padres? ¡Les prometí que te protegería y eso voy a hacer! ¡Sé por donde vas y no voy a permitir que te vayas de aquí, de mi lado, donde no pueda protegerte y cumplir mi promesa!

- ¡Pero si no has acabado de escucharme!- Repliqué.

- ¿Rhía pero de qué va esto? - Reprochó Sarah confusa.

- ¡La niña que se quiere ir de expediciones intergalácticas con su nuevo novio y un niño pequeño! ¡Esto ya me lo conozco yo!

-¡Callaos! - Dije harta- ¿Cómo que te lo conoces? ¿Qué me escondes? Y... ¿Acabar como mis padres? - Se me empezaron a poner los ojos llorosos, di un puñetazo a la mesa y seguí.- ¡Lo primero que voy a hacer cuando me vaya va a será ir a buscarles, y un día los traeré aquí de nuevo y volveremos a ser una familia!- Miré a mi hermana, se tapó la cara y empezó a llorar, yo agaché mi cabeza. A nadie en esta casa le gustaba hablar de mis padres.- Y ten por seguro que lo voy a conseguir... Porque... - Me resbaló una lágrima por mi mejilla mientras alargaba mi brazo derecho y invoqué mi llave, esta apareció deslumbrante. - Porque lo que me ha pasado hoy me ha dado fe... Más fe de la que tenía...- Nathan se dejó caer sobre su asiento, Sarah se secó las lágrimas y me miró.

- ¿Volverías? ¿Si te fueras, volverías?- Me dijo entre sollozos.

- Sí, Akio me ha dicho que puedo volver cuando quiera. Me instalaría en un lugar donde hay más gente con este poder.- Y señalé la llave, luego la hice desaparecer.- Te quiero Sarah... Y a ti también Nathan. Y a papá y a mamá, por encima de todo, y por eso voy a hacerme fuerte y saldré a buscarles, y lucharé para que a nadie le pase lo que nos ha pasado a nosotros. No más huir... No más sufrir...- Nathan se llevó las manos a la cabeza, apoyando los codos en la mesa.- Quiero que confiéis en mi, quiero ver mundo, quiero aprender, y cuando solucione todo esto, volveremos a casa, os lo prometo.

- Mira Rhía... Yo no te voy a prohibir que vayas, creo que ya eres suficientemente mayor para tomar tus propias decisiones y hacer tu propio camino. Además si estás tan convencida debe ser por algo. Te digo qué sé de que va porque... Porque yo también viajé por los mundos con tu padre y tu madre, manteniendo la paz entre ellos... Una larga historia que un día te contaré, pero me parece que te están esperando y es hora de irte. Tienes todo mi apoyo y ¿sabes que siempre puedes venir para lo que sea verdad?- Me sonrió, se levantó y se fue al baño, mientras caminaba me dijo- ¿El pajarito vuela del nido, eh?

Nos quedamos Sarah y yo en la mesa, mirándonos a los ojos fijamente. Ella no tardó en levantarse, dar la vuelta a la mesa y abalanzarse sobre mí y abrazarme tan fuerte, ¡Tan fuerte! Se notaba que no quería dejarme ir, que no quería perderme, y yo tampoco a ella.

- Te quiero mucho. - Le sinceré.

- Y yo a ti. - Me contestó.

Cuando se separó, me levanté y le expliqué lo que tenía pensado hacer.

- Iré a esa base, lo aprovecharé al máximo, me haré muy fuerte e iré en busca de pistas sobre papá y mamá.

- Tu puedes pequeña. - Me sonrío y asentí feliz.

Nathan salió del baño con los ojos rojos, "Vaya, un sentimental por aquí" pensé.

- ¿Necesitas algo antes de irte? - Preguntó Nathan.

- No, creo que allí tendré todo lo que necesite, gracias por todo.- Contesté

- No olvides donde tienes tu gente.- Soltó mi hermana.

- Ni quién eres.- Siguió Nathan, completando la frase de Sarah. Asentí, me dirigí hacia la puerta de casa, la abrí y me despedí.

- ¡Volveré pronto!- Y les regalé una gran sonrisa mientras me caía otra lágrima. No me dio tiempo a ver su reacción ya que me fui corriendo, llorando como una tonta, y tres calles lejos de mi casa, frené y me puse a caminar.

Me fui calmando poco a poco, por supuesto, me entristeció la situación de la despedida. Los gritos de Nate, ver llorar a mi hermana, tener que irme y me inquietaba lo ultimo que me dijeron... "No olvides donde tienes tu gente, ni quien eres" eso me quitaría el sueño. Pero todo aquello valdría la pena, estaba segura de ello.

No me di cuenta y había llegado al mismo callejón donde había dejado a Akio y a Paul. Aparecí con la cabeza gacha, las manos en los bolsillos y seguramente cuando levanté la cabeza me verían los ojos húmedos y llorosos. Me fijé en Akio y seguía en la misma posición que antes, en cuanto a Paul también, pero lo veía un poco extraño, sus ojos estaban algo rojos.

- ¿Me he perdido algo? - Sonreí, fingiendo.

-Por fin llegas, ya pensaba que te habían atacado una de las criaturas.- Le hice un careto de burla en plan broma y reí luego.

Me paré cerca de Paul mirando a Akio, así que él siguió con su cháchara.

—Lo primero que tenéis que saber es que, como ya habéis visto, vuestra nueva arma será también vuestro transporte. Mirad bien.

Lanzó su Llave Espada al aire, un breve destello la iluminó por un momento y se convirtió en el Glider en el que yo me había subido antes.

—Vuestro turno.

Primero probó Paul, él siempre decidido a todo.

- A ver…- Repitió lo mismo que había hecho Akio y allí tenía su... ¿Glider? Era más bien una moto roja que encajaba muy bien con su perfil para mi gusto. Y soltó un simple:

- Mola.- Mi perspectiva de Paul variaba por segundos, pero ahora mismo su actitud me parecía atractiva. La motocicleta, el chico, la situación. Pero que más da, era mi momento.

- ¿Así que la mía también se convertirá en un cacharro volador de estos? - Dije inocente, así que lo probé.

Invoqué mi Llave Espada una vez más y la lancé al aire. Como la de Akio, de un destello se transformó. Pero en algo totalmente diferente, algo impresionante.

- ¡Wow!- Dije, alargando la "o" sorprendida. El Glider que había aparecido de mi llave era un tipo de motocicleta enorme, De unos colores relucientes y preciosos. El mango y la parte delantera de la motocicleta parecía una mujer y el asiento y la parte de atrás otro. Era tan alucinante y maravilloso que era difícil de describir. Había que verlo para describirlo.

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Sí, Ediolon Shiva :3

-Si no lo veo no me lo creo... - Lo dije en voz baja, como pensando en alto, mi expresión de tristeza había cambiado de golpe, era la chica más feliz del mundo, bien, del universo. Fui corriendo a tocarla y acariciarla, sonriendo sin parar, adorando mi nuevo vehículo.

[Nell]

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Vuestro último post. Por cierto, León, tu imagen no se ve =S

En cuanto los nuevos aprendices hubieron transformado por primera vez sus armas en Gliders, Akio sacó de uno de sus bolsillo un par de aros, metálicos, pero flexibles, que entregó a cada uno

—Viajar por el espacio es peligroso si no se lleva la protección adecuada contra la oscuridad —comentó Akio, llevándose la mano a un anillo que tenía al dedo, igual a los aros que acababa de entregar, como vieron los aprendices—. Por eso usamos esto.

Pulsó el botón. Un destello lo alumbró un momento, para mostrar luego la armadura que cubría completamente a Akio. Señaló los aros que acababa de darles.

—Ponéroslos donde queráis y pulsadlo. En cuanto estéis listos, partiremos. El Glider no es muy difícil de manejar, así que si os perdéis será culpa vuestra —les advirtió.

Finalmente, estaban a punto de partir…

[Leon18]

Tras invocar mi Glider era el turno de Rhía, hizo el mismo proceso que Akio y yo y allí estaba, era un vehículo de dos ruedas como el mío, pero el diseño era diferente, parecían como si dos mujeres compusieran el asiento, sin duda era muy raro aquel vehículo aunque también me gusta, me quedo con el mío mejor.

- ¡Wow!-Exclamó Rhía sin duda se le veía feliz, no como antes, su estado de ánimo cambió en un momento. Seguidamente se fue corriendo hacia su Glider y se puso a acariciarlo, claramente le encantaba aquel Glider.

Cuando ya estábamos cada uno con nuestros respectivos Gliders, Akio nos dio unos aros, ¿para qué serviría eso?

—Viajar por el espacio es peligroso si no se lleva la protección adecuada contra la oscuridad —Nos comentó mientras se llevaba la mano a un dedo en el cual tenía el aro como si fuese un anillo.

¿La oscuridad? Supongo que tendrá que ver con los Sincorazones, parecía ser un gran poder, aunque no me interesaba ahora mismo.

- Por eso usamos esto.

Entonces pulsó el botón y hubo un destello como el de la Llave Espada cuando se convertía en el Glider. Tras esto, apareció Akio con una armadura que lo cubría entero y nos señaló los aros que nos dio antes mientras nos advertía.

—Ponéroslos donde queráis y pulsadlo. En cuanto estéis listos, partiremos. El Glider no es muy difícil de manejar, así que si os perdéis será culpa vuestro

Así que el aro ese servía para tener la armadura, hice como Akio, lo adapté y me lo puse como anillo, puesto que no veía lugar donde ponérmelo, en mi gabardina como que no pegaba un aro. Ya con el anillo puesto pulsé el botón que tenía. Noté cómo hubo un destello y ya tenía mi armadura, aunque no lo pareciera, más bien tenía pinta demoniaca: totalmente roja, mis brazos tenían pinchos en el pecho parecía que tenía una grieta la cual brillaba, tenía una capa que terminaba en tres partes y mis pies solo tenían tres dedos.

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-¡Estoy increíble! -Dije mientras empecé a reír.-¡Bueno vamos allá!-Exclamé mientras me montaba en mi Glider.

-Pues al final no ha sido otro día igual.-Pensé concluyendo mientras seguía a Akio hacia la base de la orden.

¿Qué me deparará el futuro? ¿Llegaré a ser la persona más poderosa de todos los mundos? Sin duda ese era mi objetivo, aunque me quedaba mucho camino hasta llegar a eso.

[Lavanda]

Tras acariciar mi nuevo vehículo, me giré hacia Akio. Le vi sacar de uno de sus bolsillos dos aros metálicos, aunque flexibles, y nos dio uno a cada uno mientras nos explicaba.

—Viajar por el espacio es peligroso si no se lleva la protección adecuada contra la oscuridad.

Mientras lo explicaba, se llevó una mano a un anillo que tenía en el dedo, este igual a los nuestros, y al hacer ese gesto, siguió con la explicación.

—Por eso usamos esto.

Y pulsó el botón que tenía el anillo. De repente, como pasó al invocar la Llave Espada o al transformar la Llave en el Glider, apareció un destello del anillo, que lo iluminó todo. Cuando lo pudimos ver con claridad, vimos a Akio cubierto de arriba abajo por una Armadura. Luego señaló nuestros aros.

—Ponéroslos donde queráis y pulsadlo. En cuanto estéis listos, partiremos. El Glider no es muy difícil de manejar, así que si os perdéis será culpa vuestra.

-Donde queráis...- Me quedé pensando unos instantes mientras me miraba el aro metálico, mientras lo alargaba con las manos y le daba vueltas. Me hacía gracia el material del que estaba formado. La verdad es que primeramente no sabía donde ponérmelo, así que miré a Paul a ver donde se lo ponía.
Vi que Paul se llevó el anillo al dedo como había hecho Akio y pulsó el botón. Después de el destello el exterior de Paul era totalmente diferente.

-¿Paul?- Dije sorprendida. Desde luego que era una armadura totalmente demoníaca, y nunca mejor dicho ya que parecía un demonio. Estaba recubierto de pinchos y una coraza roja que parecía muy dura. La verdad es que Paul... Me daba miedo... Pero él parecía totalmente satisfecho con ella.

-¡Estoy increíble!- Y al decirlo empezó a reír. -¡Bueno vamos allá!- Feliz, se subió a su Glider. Estaba preparado.

Y yo no podía ser menos así que volví a centrarme en donde ponerme el aro. De golpe me miré la trenza y me lo puse como goma del pelo en la punta. La verdad es que encajaba perfectamente y me lo sujetaba bien. Seguidamente pulsé el botón de aquel nuevo utensilio y de un destello aparecí con mi armadura.

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-¡Es genial!- Dije mientras me miraba los brazos. Toda la armadura era genial, encajaba perfectamente conmigo. Era de color plata y azul eléctrico con detalles dorados. Tenía una especie de muñequera metálica que me cubría todo el ante brazo y que acababa en punta. También tenía otros detalles como un cinturón en forma de corazón y unas pequeñas alas de color dorado en los pies. Una maravilla de armadura.
Lo que no podía ver era el casco, así que me lo toqué y vi que tenía una especie de antenas, pero no era el momento de mirarlo, ya que tenía que partir, ya lo acabaría de ver cuando llegase a la base.

Fui corriendo dando saltos hacia el vehículo y me subí de un salto.

-¡Vamos allá!- Y seguí a Paul y Akio.

Me puse a organizar mi mente de camino a la base de la orden.

-Cosas por hacer... Hacerme fuerte, demostrar quien soy, visitar mi antiguo mundo y a Lora, como hecho de menos a Lora... Bueno, buscar pistas sobre mis padres, encontrarlos y crear la paz entre los mundos, hacer que la gente recuerde mi nombre... ¡Está chupado! Ah, y nota mental: hablar con Paul.- Y así iba pensando, sobre lo que quería hacer y lo que me depararía el futuro.

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Edit por alguna falta y me había dejado un color de diálogo.

[Nell]

Dos corazones muy diferentes atañen a esta historia. Y pese a que empezaron su viaje el mismo día, ambos perseguían objetivos totalmente dispares. Quizá alguna vez llegaran a entrechocar… o quizá no.

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¡Fin del Prólogo!

León18, 14 PX. Intenta revisar al final de cada post lo que has escrito, releer las frases para que te suenen bien, y demás, ya que parece haber un poco de caos a veces, o faltas de una coma, etcétera. Y que las descripciones de la situación sean secundarias en comparación con cómo las ve el personaje.
¡Subes al nivel 2!

Lavanda, 16 PX. Lo mismo que León. Creo que te has desenvuelto mejor, y por eso te llevas unos poquitos PX más, pero céntrate también más en Rhía.

¡Os subo todo enseguida!

[Debido al “cierre” temporal de Tramas, tendréis que esperar un poco hasta tener la vuestra]